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Daily Archives: junio 15th, 2009

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


El debate va. Las opciones de votar o no votar, inclinarse por el voto válido o por el voto nulo, a 20 días de la elección están en el ánimo de amplios sectores de la población.

En términos de racionalidad, siendo la democracia representativa en México asignatura pendiente por construir, el hacer valer lo dispuesto en la Constitución General de la República, que otorga a todo ciudadano el derecho a votar y ser votado, asumiéndose el pueblo como mandante, da lugar a que todas las opciones electorales sean respetables y legítimas, incluyendo el llamado voto en blanco o voto nulo. No obstante, la sola idea de castigar a la clase política impugnando de facto a un proceso electoral contrario a los intereses de las mayorías sin que tal determinación se haga acompañar por acciones organizadas de movilización social, no parece tener justificación alguna. No beneficia en nada a la ciudadanía ni tiene consecuencias legales, éticas o políticas  para aquellos a los que se pretende castigar.

Una elección se gana,  así sea por un voto, con la suma aritmética de sufragios válidos a favor de un partido o candidato, lo mismo si votan millones que si la participación en las urnas se reduce a unos cuantos miles. Lo demás, simple apunte para el anecdotario, o tema para tres años de denuncias y protestas que ni le van ni le vienen a la clase gobernante.

Sin embargo, “haiga sido como haiga sido”  el origen de la campaña a favor del voto nulo, lo que no se puede perder de vista es que para el imaginario popular tiene un carácter simbólico que va más allá del marco legal, rebasando incluso el que tanto tenga de grosor y sensibilidad el carapacho que recubre el cinismo de la clase política. El descontento ciudadano ha ido en aumento, generalizándose, justificando la indignación y la búsqueda de instrumentos o vías alternativas por las cuales manifestar o canalizar el rechazo al actual estado de cosas. Y que mejor que en la coyuntura, darle la espalda a los partidos políticos negándoles el voto, aún a sabiendas de que con ello no cambia nada.

Si bien no estoy de acuerdo en lo personal con la aplicación de voto nulo como castigo al sistema político que prevalece en México, no puedo dejar de considerar que, frente al cómodo abstencionismo, el asistir a las urnas y votar, así sea de balde, constituye un paso progresista en el largo trecho por recorrer en la tarea de dignificación de la política y  rescate de la democracia representativa. No porque los políticos escuchen y atiendan a la necesidad de cambio, ellos están en contra, sino visto como un aún tímido primer avance en la toma de consciencia nacional de la necesidad de avanzar en la tarea pendiente de construir desde abajo la organización popular y democrática de que hoy se carece; un partido político unitario capaz de oponerse a la tendencia fascista que hoy desde las altas esferas del poder real se impulsa en México con el contubernio del PAN y el PRI como soporte.

Bajo esta óptica, el voto nulo se entiende y justifica. Calderón Hinojosa  se equivoca si cree que el pueblo de México está de acuerdo con su teoría de  desideologización del quehacer público y las tareas del desarrollo económico y social, con la que pretende justificar la profundización de los procesos de privatización de la industria energética y alimentaria, de los servicios de educación y salud, así como la imposición de la flexibilización laboral y el congelamiento de los salarios. El voto nulo, en la coyuntura, le demostrará lo contrario.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


Fidel Herrera Beltrán: “En medio de condiciones muy difíciles de carácter recesivo Veracruz sigue creando empleos; Veracruz vive y combate pobreza, marginación, hace inversiones”.

Que bueno, podríamos estar peor.

El conjunto de propuestas que formulara el Lic. Alejandro Montano Guzmán ante una nutrida audiencia en el desayuno mensual de la agrupación  “Entidad Plural”,  en la capital de Veracruz, destaca en la medida en que el aspirante a diputado federal plurinominal por el PRI, son las primeras en las campañas electorales en puerta que intentan abordar de manera integral la compleja problemática que tiene postrado al país.

Se puede o no estar de acuerdo con lo propuesto por el también Director General del diario Milenio El Portal, pero el esfuerzo por resumir y exponer públicamente su visión sobre el presente y futuro de la Nación, tiene su mérito ante la ausencia casi total de ideas y propuestas de candidatos de los diversos partidos a la diputación federal en Veracruz.

Antepongo que se puede estar o no de acuerdo, en la medida que, con base en su experiencia personal al frente de la Secretaría de Seguridad Pública en la administración del Lic. Miguel Alemán Velasco, su visión de la problemática actual le lleva a colocar el tema de la seguridad y la guerra contra la delincuencia organizada, como el eje central de sus propuestas. Reduciendo el renglón de la economía y el desarrollo social a segundo término, tocándole con presuntas respuestas de orden legal, fiscal, presupuestal y de técnicas parlamentarias, evadiendo el principal y de más urgente solución tema de la crisis política que vive el país.

Cuando afirma que: “La crisis económica si bien se generó en el exterior, se reforzó en el interior porque no hemos logrado avanzar en las reformas estructurales que le hacen falta al país”, parte de una premisa falsa en su análisis en tanto la crisis concurrente es sistémica, globalizada e interdependiente; su origen no tiene un lugar geográfico específico y su conformación y explosividad es consecuencia de las contradicciones del sistema a escala planetaria. Incurriendo en las mismas limitaciones del análisis panista y evadiendo el hecho de que en el momento mismo en que los gobiernos priístas uncieron a México al llamado “Consenso de Washington”, se hicieron corresponsables de la  crisis generalizada del capitalismo en su actual etapa neoliberal.

El no considerar el contexto más general de la crisis económica mundial da lugar a caer en recetas manidas de respuesta, como el proponer implícitamente “reformas estructurales” neoliberales, poniendo más lumbre a la hoguera.

Sin un proyecto claro de Nación, liderazgo, unidad nacional y rumbo cierto, que nos aleje del modelo neoliberal, dado ya como agotado por los organismos financieros internacionales más paradigmáticos de la época, poco puede aportar un poder legislativo secuestrado por una partidocracia insensible, que no sea el seguir profundizando en el proceso de privatización de la riqueza nacional, desigualdad, pobreza, y entrega de la soberanía al capital extranjero. El problema toral del país es político y, por tanto, las crisis concurrentes (económica, financiera, de seguridad pública, de procuración de justicia, de educación, de salud, alimentaria, y de representatividad y credibilidad), que frenan el desarrollo del país y califican al Estado- Nación como fallido, exigen respuestas políticas que no se dan. Tibiamente el senador Manlio Fabio Beltrones hace mención a ello y habla de la necesidad de avanzar en la Reforma del Estado.

Paradójicamente la clase política no lo quiere ver así. Quizá por ello tanto el PAN como el PRI coinciden en hacer del combate militar y policiaco al crimen organizado, cortina de humo tras la que se oculte su falta de voluntad de cambio de rumbo y su desinterés por atender lo que para las grandes mayorías en su  orden de prioridades básicas de supervivencia y bienestar, es urgente y necesario.

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