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Monthly Archives: octubre 2010

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Si el TRIFE fuera Salomón, hubiera optado por la anulación de la elección de gobernador. Pero no. No es el Salomón justiciero del que nos habla la mitología judeo-cristiana al que le tocara juzgar el cochinero provocado por el odio visceral de dos históricos enemigos. Está integrado por siete notables que mensualmente perciben jugosos y onerosos salarios, prestaciones y canonjías, que paga el pueblo de México; seis hombres y una mujer, simples mortales con vicios, virtudes y ambiciones, con calidad de jueces; y en ellos está el acertar o errar como cualquier hijo de vecino, con la salvedad de que sus colegiadas sentencias o resolutivos en materia electoral, son inapelables e inatacables porque así está establecido en las leyes que, por cierto, todavía algunos creen que nos las hemos dado los mexicanos, de motu propio, a través de la representación popular ejercida por diputados y senadores, conforme al sistema político de democracia representativa que nos rige.

Así que para que tantos brincos estando el suelo tan parejo. Objetivamente, no caben más dimes y diretes ni controversia alguna sobre la determinación del tribunal de dictar sentencia a favor de la ratificación del Sr. Javier Duarte de Ochoa, como gobernador electo de Veracruz, “haiga sido como haiga sido”. Los contendientes del candidato priísta, así ya lo han aceptado, no había de otra.

Lo único que estaría a discusión, es si en este país, a lo largo de quinientos años, ha prevalecido la justicia por sobre la ley. Tema para eruditos y no para irrelevantes contiendas verbales de café ni mediáticas rasgaduras de vestiduras.

Las vísceras también juegan

Sin embargo, los ánimos siguen caldeados, gracias a la polarización que se diera a lo largo de un larguísimo proceso electoral, que iniciara con la toma de posesión del gobernador Herrera Beltrán, su proyecto de impulsar la meteórica carrera del joven Javier Duarte y la inesperada y belicosa oposición de su más enconado rival. El tema de la resolución del TRIFE ha sido de lo más acaloradamente discutido y controvertido en los últimos días.

Lo que más me llama la atención en tan bizantina como inútil discusión, es la declaración mediáticamente difundida del Mtro. Fidel Herrera Beltrán: “Ganó la democracia”. Aseveración que contrasta con la de la distinguida periodista Claudia Guerrero Martínez, quien afirma en su columna que “La democracia está de luto”. Posiciones encontradas que sólo tienen cabida en el terreno de lo absurdo. Ni triunfó la democracia ni esta está de luto o falleció, cuando de antemano se sabe que la democracia a secas es utopía largamente buscada por todos los pueblos de la tierra y, al día de hoy, aún quimera inalcanzable.

Si se refieren a la democracia adjetivada como representativa, establecida en nuestra Carta Magna, tampoco es procedente, triunfo o presunto fallecimiento de ésta. Desde los albores republicanos de los Estados Unidos Mexicanos, la ciudadanía nunca ha estado representada con la legitimidad obligada con apego a los términos establecidos en el texto constitucional. Menos aún en el presente, en que la representatividad y voluntad ciudadana está secuestrada por una partidocracia con poderes  metaconstitucionales, al servicio de los poderes fácticos que, tras bambalinas, gobiernan y determinan el rumbo del país.

Si en los hechos, nuestra incipiente democracia representativa, carece de vida propia, ante ningún caso o circunstancia puede triunfar, estar de luto por pérdida alguna, o colgar los tenis caso de repentino infarto, frente a una sentencia inapelable adoptada por nuestros preclaros siete notables que, al amparo de la ley, se niegan a impartir justicia.

La elección de gobernador es cosa juzgada. A gusto o disgusto visceral,  Javier Duarte de Ochoa, sucederá constitucionalmente al Mtro. Fidel Herrera Beltrán. Si de legitimidad de su mandato se trata, a su tiempo y no antes, queda en manos del joven sucesor convencer con su actuación su pleno derecho a conducir con honestidad, buen juicio y eficacia, la vida política, económica y social de Veracruz. Mientras eso no suceda, estamos obligados a concederle el beneficio de la duda.

Los retos

Desigualdad, pobreza, ínfima calidad de la educación, desempleo y bajo nivel de remuneración salarial de la mayoría de la población ocupada, discriminación y abandono de los pueblos indígenas, así como el deterioro creciente del medio ambiente, son problemas torales de Veracruz y a todos nos atañen. En estas expresiones de nuestro rezago descansa el raquítico nivel de la demanda agregada y la carencia de fortaleza del mercado interno. Lo que repercute en producción, productividad y competitividad en la proyección del crecimiento económico, autosuficiencia alimentaria  y  desarrollo. Y, por ende, fiscalmente en las finanzas públicas. Abatir el atraso económico y social de Veracruz, no es tarea de un solo hombre, por mucha madurez, experiencia y capacidad que éste sumara. Es tarea de equipo, en el que deberíamos jugar todos.

Que el  reto al que se enfrentará Javier Duarte de Ochoa,  es superior a su experiencia y juventud, no está a discusión y él debe saberlo y valorarlo. Las condiciones actuales de una entidad federativa tan compleja y tan golpeada, a lo que se agrega el recibir una administración pública en bancarrota, requiere de inteligencia, madurez y un franco y decidido apoyo en y de todos los veracruzanos, en los hechos conoceremos quien y de que madera está hecho el joven sucesor frente al hoy ya su reto vital.

De hasta donde Don Javier será capaz de afrontar la tarea que llevará a cuestas, está por verse, empezando por la selección de aquellos que integrarán los gabinetes legal y ampliado en su mandato. En las actuales condiciones de la entidad, equilibrar capacidad tecnoeconómica y experiencia política,  privilegiando lo primero, es a mi juicio prioritario. Observando con objetividad fortalezas y debilidades, los retos actuales implican más técnica y administración eficaz que política, y mucho menos estéril politiquería como la que tanto nos fascina en la entidad.

Lo inmediato

Lo que importa, en primera y última instancia, es Veracruz. Convencer para sumar y multiplicar esfuerzos para sacar al buey de la barranca, implicando cicatrizar heridas y agravios, y en ello la responsabilidad es de todos y no, necesariamente, del gobernador. Mucho menos de una clase política que no habiendo sabido estar a la altura de la exigencia de la entidad,  no se le puede tener confianza, tampoco se le debe ya  consentir ni dejarle las manos sueltas.

Y es en esto último donde estará puesta la atención de propios y extraños en las próximas semanas. Del acierto de Javier  o desacierto en esta su primera tarea, más allá de los compromisos a que está obligado, dependerá el convencer a los más de millón y medio de veracruzanos que en las urnas le negaran el voto y, con ello, sentar las bases para la unidad y suma de voluntades que la entidad exige.

No anticipemos vísperas juzgando a priori, ni elevando el tono de la crítica,  sustentándola en mantener en el presente lo que la historia registra ya como un pasado superado y enterrado. Tampoco incurriendo en el halago desmedido de imagen y actuación de quien a partir del primero de diciembre habrá de gobernar.

Sobre esto último, es la hora de que la prensa con toda responsabilidad, se ponga a la altura de lo que de ella ha estado esperando la ciudadanía. No más basura e ignominia a cambio de dinero y de  prebendas. El interés empresarial de los medios, aunque legítimo y respetable, debe ceder la prioridad a su alto objetivo de servir a la sociedad

Para concluir, insistiría en que la concordia, el trabajo y el esfuerzo compartido de todos, es la única manera de sacar adelante a Veracruz. Basta ya de desperdiciar tiempo y oportunidades en dimes y diretes, grillas y controversias absurdas, que a nada positivo conducen y que tanto dañan a Veracruz.

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-El adiós en Buenos Aires, entre cantos, consignas y lluvia inclemente

-Ratifican respaldo y solidaridad a la presidenta Cristina Fernández

Stella Calloni, Corresponsal

Periódico La Jornada Sábado 30 de octubre de 2010.

Se despiden de Nestor Kirchner

Buenos Aires, 29 de octubre. Como una verdadera apoteosis, que marca un hito en la historia del país, fue descrita aquí la multitudinaria despedida al ex presidente argentino Néstor Kirchner, la cual no sólo mantuvo a miles de personas en las calles desde el día de su muerte el pasado 27 de octubre y durante su velorio, sino que recibió una impactante adhesión en el largo recorrido entre la Plaza de Mayo y el aeroparque de esta capital, desde donde sus restos fueron llevados después del mediodía a Santa Cruz, su provincia natal –en el extremo sur de Argentina–, acompañados por su viuda, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sus hijos y otros familiares.

Bajo una lluvia inclemente, miles de personas esperaron el paso de la caravana y arrojaron papeles cortados y flores desde ventanas y balcones, mientras otros aplaudían. Se oían cánticos y consignas, en una escena altamente emotiva, desbordante e inesperada.

Esta es la mayor derrota que ha sufrido la corporación mediática local e internacional y los poderes que hay detrás. El pueblo y su voz, que ocultaron durante tanto tiempo, salió con amor y rabia a las calles, los derrotó y nos abrió nuevas alamedas, dijeron a La Jornada los dirigentes de nuevas organizaciones juveniles peronistas surgidas en estos años.

La presencia de miles de jóvenes en las calles, reconociendo lo realizado por Kirchner y la presidenta Cristina desde 2003 hasta ahora, es la respuesta más contundente a la mentira, la mezquindad y la desinformación. Esta es la realidad de nuestro pueblo y también de América Latina. Argentina es más fuerte hoy porque es América, señalaron.

Los símbolos fueron muchos este día. La última imagen congelada, cuando finalmente se cerró la capilla ardiente, después de más de 24 horas en que miles de argentinos desfilaron por el Salón de los Patriotas Latinoamericanos, en la presidencial Casa Rosada, fue la del retrato de Ernesto Che Guevara, colgado detrás del féretro cubierto de banderas, flores, mensajes y objetos que iban entregando los dolientes a la presidenta, quien se mantuvo dignamente junto a sus hijos, Máximo y Florencia, pero visiblemente emocionada.


Roberto Fonseca Flores / Pulso crítico

Julio Hernández López, autor de la popular columna “Astillero” que diariamente se publica en la Jornada, calificó a la comparecencia e interrogatorio de Andrés Manuel López Obrador en las oficinas del Instituto Federal Electoral (IFE) como “Kafka Electoral”, al darse el caso de que el compareciente y presunto violador de lo dispuesto por el Código Federal Electoral,  terminara por sentar a los consejeros del Instituto en el banquillo de los acusados, erigiéndose como el juez de la causa. Caso extraordinario, efectivamente digno del imaginario de Kafka.

Sin duda, el también director de La Jornada de San Luis, no conoce Veracruz.

En nuestra entidad la connivencia o, para ser más precisos, la complicidad entre la administración pública estatal y la mayoría de los medios impresos de comunicación, hace del escritor austriaco, sus elucubraciones, especulaciones, nihilismo y paradigmáticas afirmaciones, un enano de la literatura universal.

El imaginario kafkiano, en Veracruz se queda chico frente al surrealismo informativo con que se nos bombardea cotidianamente desde la Dirección General de Comunicación social del gobierno de la fidelidad. El boletín oficial, reproducido y pagado con creces en cada uno de los diarios, revistas y pasquines religiosos (circulan cuando Dios quiere), se encarga de construir de tal manera la imagen del diario acontecer, que la mentira oficial se torna  realidad objetiva. Si en suerte nos tocara vivir en un país sin vida democrática, podría afirmarse que los veracruzanos padecemos de lavado colectivo de cerebro.

Pero no solo eso, más allá del bombardeo mediático, es la propia realidad la que se ofrece, más que como imaginario kafkiano, fruto del surrealismo del francés André Bretón. El peso específico de lo absurdo, conforma y determina el diario pensar y hacer de los veracruzanos. Únicamente en la fantasiosa isla del encanto escarlata, el surrealismo de “Alicia en el País de las Maravillas” domina el escenario. No observamos, no escuchamos, no pensamos, sólo nos dejamos llevar por la maravillosa  melodía del flautista de Hamelín.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Toda etapa de nuestra vida tiene un principio y un fin, así como, en el tránsito entre uno y otro, una finalidad  construida con propósitos, objetivos y metas por alcanzar, materializándose  en cada una de las acciones  en el espacio y  en el tiempo en que les llevamos a cabo. Siendo estas últimas las que definirán cercanía o lejanía entre lo subjetivo de nuestros sueños y la objetividad expresada en hechos concretos, marcando por siempre  tanto congruencia como el valor intrínseco de la etapa vivida.

Nada es al azar, o fruto de un destino que no está en nuestras manos controlar. Cada etapa está determinada por nuestra propia circunstancia y la manera de encararla en un entorno socio-histórico dinámico, multidimensional, interdependiente, que pesa y determina el sino de cada quién. Lo que para unos es bueno y favorable, en este escenario vital, para otros es negativo y desastroso, siempre dependiendo del proyecto de vida que pretendamos construir, dentro del marco permisible de la relatividad circunstancial.

Aquella clásica frase de José Ingenieros, en la que se afirma que “el hombre es el arquitecto de su propio  destino”, a mi modesto entender carece de valor. Si esto así fuera, el mundo no sería lo que es. Nadie aceptaría tener como destino ser esclavo, ni trabajaría para lograrlo y, sin embargo, serlo de por vida es fruto de una circunstancia dada, en el momento y en el lugar preciso, que ni en el más lúcido de sus sueños imaginara.

Es la sociedad en su conjunto, su sistema económico y social dominante,  lo que nos hace ser o no ser lo deseable; tener o no tener lo indispensable; ser dueño de vidas y haciendas o humilde siervo.  Paradójicamente, la sociedad es así mismo, fruto de la acción colectiva de cada hombre,  protagonista intrínseco y al mismo tiempo, ajeno a los avatares de un presunto destino que la vida le depara a cada quien.

En medio de estas ideas sueltas, no necesariamente sustentadas en teoría alguna,  prefiero dejar al tiempo el juzgar si la etapa que le tocara vivir al Mtro. Fidel Herrera Beltrán en su paso circunstancial por la gubernatura de Veracruz, fue buena, mala o regular, para su persona, familiares cercanos y para la gran mayoría de los veracruzanos por él gobernados. Ésta tuvo un principio y un fin, al que ahora arriba, así como una intencionalidad, con propósitos, objetivos y metas por alcanzar,  que a no dudarlo, sólo en su mente han tenido cabida.

Su origen, formación y proyecto de vida, en un mundo convulsionado y en crisis económica sistémica; un México sin rumbo, sin brújula y sin punto cierto de arribo,  y en ininterrumpido retroceso económico y moral, marcó de manera indeleble su personal circunstancia en los últimos seis años de su vida Sus acciones, modo personal de gobernar, virtudes y defectos, reflejadas en la vida cotidiana de la sociedad veracruzana, rinden aquellos frutos hoy reconocidos. Pero también hay que aceptar que a su siembra también contribuimos todos.

Entre los considerados “vacas sagradas” del periodismo en Veracruz, hoy, cuando el Mtro. Herrera Beltrán ya está de salida, no se duda en juzgar al gobernante, lo mismo por los opacos resultados de su gestión que por el inimaginable endeudamiento que su administración hereda a su sucesor, pero, ¿cuantos de ellos, con oportunidad, lejos de halagarle, algunas ocasiones hasta la ignominia,  le señalaran sus errores o le invitaran a modificar conducta y estilo personal de gobernar para bien de Veracruz? La circunstancia y no necesariamente necesidad y destino de los hoy críticos escribidores, les orillaron a la sumisión y a la pérdida de dignidad, a cambio de un peso o una prebenda. Así es de relativa la existencia humana.

¿Fue el destino de Fidel Herrera Beltrán entregarnos malas cuentas? ¿O el destino de Veracruz el recibirlas? Permítanme dudarlo.

Si el hubiera existiera, quizá otro personaje pudo gobernar mejor, pero el hubiera no existe. La circunstancia que le tocara en suerte a Fidel marcar su etapa vital de gobernarnos, marcó también la circunstancia por la que todos atravesamos y de la cual nadie está en condiciones de escapar. Si en realidad individualmente cada uno de nosotros fuera arquitecto del destino propio,  todos, sin excepción seríamos pésimos arquitectos, incapaces de cambiar o modificar cuantitativa y cualitativamente el mundo en el que todos interactuamos en mayor o menor medida;  hubiéramos podido ser tanto mejores ciudadanos como exigentes mandantes, cuidando entre todos la buena marcha de Veracruz.

Partiendo de estas ideas sueltas, considero que, a mi juicio, ya es hora de dejar en paz al Mtro. Herrera Beltrán. Su etapa vivida como gobernador de Veracruz, culmina en unos días y, si su pretensión es continuar en la política, con un nuevo proyecto en mente, es su rollo, legítimo y  respetable. En su momento se verá si los veracruzanos estamos dispuestos  a sumarnos o a dejarle solo con sus sueños y renovados propósitos.

Por lo que a mi respecta, he sido crítico obstinado y tenaz a lo largo de más de cinco años, no del hombre sino del gobernante y las políticas públicas emanadas de su obcecación, triunfalismo sin sustento, proclividad al exceso mediático de su imagen propia y de Veracruz y, sin duda, de su pésimo concepto de administración de la cosa pública.

Sin embargo,  nunca me he alejado de la convicción de que ha gobernado en el medio de una de las crisis más agudas que nos ha tocado en suerte vivir y que, en el mundo entero, no se encuentra la respuesta más idónea, racional y humanista para superarle.

Disentí ideológicamente con su manera de ver un mundo en profunda crisis y de como enfrentar su circunstancia como responsable de la conducción de la vida económica, social y política de los veracruzanos todos. Nunca lo consideré adversario, tampoco tuve la oportunidad de ser su amigo.

“Viví en el error y mi actuación fue política y profesionalmente incorrecta”, fue la tónica  de la crítica que recibiera cotidianamente, incluso de aquellos que considero mis mejores amigos. No me arrepiento en tanto traté de ser congruente con mi manera de pensar y de expresarlo.

No obstante, debo reconocerle al aún gobernador,  su respeto irrestricto, sin cortapisas,  a mi libertad personal de expresar  públicamente, con el talante crítico que me caracteriza, lo que yo considero mi verdad sobre su administración y su estilo personal de gobernar. Nunca recibí la más mínima insinuación de “pararle” o restringir el tono de mi crítica.

Así como también, y eso lo valoro en todo lo que vale, Fidel Herrera Beltrán jamás atentó contra mi dignidad personal  y el profesionalismo que me anima en mi intento por ser periodista. Nunca le pedí nada ni nada me ofreció a cambio de mi silencio o desmedida adulación. Mi dignidad quedó a salvo. Lo celebro con agradecimiento al hombre y al político que nos gobernara.

Esto último lo he sostenido siempre ante propios y extraños. La respuesta a mi vanidosa presunción, me la dio mi amigo Abdón Dorantes Ortega, cuando con toda honestidad me pidiera no ser soberbio, “Fidel ni siquiera te lee, mucho menos valora tus críticas; para él no existes”, expresó. Pero eso no cambia el sentido de mi reconocimiento personal al gobernante.

El futuro

Lo que ahora debe interesarnos es lo que sigue. El futuro que se nos echa encima no es de bonanza ni de triunfalismos falsamente sustentados en cuantiosas inversiones externas que terminan en simples espejismos, es de imaginación, visión y objetividad, buen juicio, trabajo, ahorro e inversión de todos los veracruzanos. Sí, mucho trabajo para enfrentar la crisis globalizada que aún no concluye y para la reconstrucción y recuperación de lo perdido ante los embates de la naturaleza. De ello depende salir adelante. Pero a mi modesto entender, es importante como urgente el trabajo colectivo, sí, pero tanto o más es el establecer de una vez por todas, que una cosa es Veracruz y otra, muy distinta, su administración pública ineficiente, corrupta e ineficaz.

No podemos ni debemos confundirnos al respecto, so pena de condenarnos a la inmovilidad. Entre otras muchas tareas por delante, está también en nuestras manos, hacer de la administración un aliado eficaz y al servicio de todos,  y no un estorbo que nos arrastre en su caída.

El Veracruz del cual nos enorgullecemos y para el cual deseamos desarrollo y prosperidad compartida, es otra cosa. Es potencialidad en recursos naturales, envidiable ubicación geo-económica, pero sobre todo, trabajo cotidiano de su gente, sus carencias, anhelos y esperanzas, iniciativa y creatividad, que con obstáculos y tropiezos, cae, se levanta y sigue adelante. En esto se sustenta la bondad, riqueza y pujanza de Veracruz. Es en ello en lo que debemos confiar, sin sentirnos obligados a depender de gobiernos o de una clase política insensible, que lo mismo pueda,  o quieran,  darnos la mano o darnos las espaldas.

La carreta la jalamos y empujamos entre  todos, gobierno y clase política son hoy simples usufructuarios y beneficiarios del trabajo ajeno. El que viaje cómodamente a bordo, o se bajen y compartan el esfuerzo, depende de nosotros. Tenemos que aprender a entender tal diferencia si queremos revalorarnos y darle rumbo cierto a Veracruz.

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Javier Duarte de Ochoa

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) consideró insuficientes los elementos procesales que presentaron el Partido Acción Nacional y la coalición Para cambiar Veracruz (PRD, PT y Convergencia) sentenciando que es válida la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de Veracruz de conceder la constancia de mayoría y declarar Gobernador Electo a Javier Duarte de Ochoa, candidato de la alianza Veracruz para Adelante. El resolutivo tiene carácter inapelable

En Perspectiva

J. Enrique Olivera Arce

25 octubre 2010

Cuando la especulación cae al terreno del absurdo, pierde sentido de la razón práctica y, por ende, credibilidad, actuando en sentido contrario al propósito deseado. Algo así está ocurriendo con la “gabinetitis” que, como deporte de moda, se practica lo mismo en los medios de comunicación que en las tertulias de café. Cada quien, a su real entender y presuntamente bien informados por el amigo del amigo que no vino a la fiesta, arma y desarma la lista de iluminados que figurarán en el gabinete del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Unos por diversión o entretenimiento para pasar el rato, otros porque en cada uno de los listados contempla la posibilidad bien de enchufarse en la nueva administración, bien por promover no sin oculto interés, promocionar la imagen de aquel que aspira a jugar en la liga mayor del primer círculo del gobernante.

Todo es especulación. En política no hay nada escrito, ni nadie es pitonisa agraciada como para adivinar con certeza lo que depara el futuro. Especulación que deviene del rumor, o lo más seguro, de un interés específico de estrategia de promoción de imagen bajo contrato.

Lo absurdo de ello es que se borda aún en el vacío. Cuando la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral no ha dicho la última palabra, resolviendo en concreto la ratificación del Sr. Duarte de Ochoa, la moneda sigue en el aire. Y, aunque cada quien ve lo que quiere ver, dando como un hecho un resolutivo favorable a sus intereses personales o de grupo, la necia realidad se impone, señalando que aún no hay nada para nadie.

Lo paradójico es que en tanto que se insiste en el absurdo de anticiparse a la razón, las prominentes figuras que aparecen en la lista de los adelantados, lejos de ganar adeptos, pierden ventaja,  al hacerse de la especulación maledicencia en torno a la fama pública, bien o mal ganada, de los ya considerados como los iluminados, parafraseando al buen amigo Alfredo Bielma, por “el resplandor del poder” que habrá de fulgurar a lo largo de los próximos seis años.

A todos se les señala cola que le pisen. Nadie se salva y, en el imaginario popular ello pesa y determina para descalificar de antemano a un gabinete que, por ahora, es simple fruto del rumor o interés de carácter estrictamente comercial. Tal descalificación, entre más tiempo pasa, más crece en el ánimo de la población y, seguramente, en el ánimo del por hoy gobernador electo, que cuenta medios propios de su absoluta confianza  para irle tentando el agua a los camotes.

Si en política no hay nada escrito, tan cierto como ello es que en cada circunstancia todo se da a su tiempo y en el lugar preciso. Adornarse adivinando el futuro, equivale, en lenguaje coloquial, a orinarse fuera del tiesto. Salvo que lo que hoy parece adivinanza, sea filtración precisa de quien considerando tener ya el as bajo la manga, asuma será el sucesor del Mtro. Fidel Herrera Beltrán y, por decisión propia o impuesta por intereses ajenos, cuente ya con la lista en la que figuran aquellos que fungirán como sus más cercanos colaboradores. Y, aun así, tal listado no será el definitivo hasta en tanto cada uno de los presuntos iluminados tenga en sus manos el nombramiento y bendición procedente.

Pero en el juego de la política también es cierto que todo se vale. Comerá más pinole el que tiene  más saliva. Y esta, como en el pasado que aún no concluye, las más de las veces reditúa en pingües ganancias. No faltando un ducho agorero que, atinándole a la adivinanza, asegure prestigio y fortuna. No sería ni la primera ni la última vez  que ello suceda y, aún así, de darse el caso, no es la suerte de lo absurdo lo determinante, sino pago convenido de antemano. En política como en los medios de información, nadie da paso sin guarache. No se puede echar en saco roto la célebre afirmación del aún gobernador: “En política todo lo que se puede comprar con dinero, es barato”.

Para los que ni nos va ni nos viene, porque confiando aún en instituciones y principios de legalidad por sobre negociaciones y componendas en lo oscurito, esperamos pacientemente que, de una vez por todas, se nos informe oficialmente y de conformidad con lo que la ley, chueca o derecha establece, quien será el agraciado que gobernará a Veracruz, lo único deseable es que éste, apoyándose en los mejores hombres y mujeres que conformarán su primer círculo de colaboradores,  responda al compromiso de conducir a la entidad  por el camino del progreso. Espero que este nuestro deseo colectivo,  no caiga en el terreno de la especulación, la mentira, el abuso  y el absurdo, la  más de las veces abonados por la corrupción, impunidad y mala fe, que trae consigo el ejercicio del poder.

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Más claro ni el agua. Alianza PAN-PRD rinde frutos

El Senado aprobó en comisiones y sin cambios, reformas al Artículo segundo de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que eleva a siete pesos el precio de las cajetillas de cigarros en 2011. El dictamen, avalado por los senadores de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), el voto en contra del PRI y la abstención de Convergencia y PT, prevé una cuota adicional de 0.35 por cigarro, con lo que se espera obtener 42 mil 59 millones de pesos en 2011. El líder de los senadores del Partido del Trabajo (PT), Ricardo Monreal, criticó el aumento, y lo calificó de “muy selectivo” ya que grava a un solo sector y no a la industria “de la comida chatarra, que está siendo protegida de manera desmedida en las escuelas”. La Crónica

CHETUMAL. El estado de Quintana Roo pasó de la alerta azul a la verde —peligro bajo— El Centro Nacional de Huracanes lanzó una alerta de huracán para el centro y sur de Quintana Roo, es decir, en los municipios de Tulum, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y en especial en Othón P. Blanco (Chetumal), además de una alerta de tormenta tropical para la región norte de Belice.

CHETUMAL. El estado de Quintana Roo pasó de la alerta azul a la verde —peligro bajo— El Centro Nacional de Huracanes lanzó una alerta de huracán para el centro y sur de Quintana Roo, es decir, en los municipios de Tulum, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y en especial en Othón P. Blanco (Chetumal), además de una alerta de tormenta tropical para la región norte de Belice.

Gertz ManeroEl partido Convergencia, informó que su precandidato al gobierno del estado de México es el ex secretario de seguridad Pública federal, Alejandro Gertz Manero. Luis Walton, presidente de Convergencia, dijo que este organismo político ha decidido ir en alianza en el estado de México solamente con el Partido del Trabajo (PT) y por lo tanto, con el movimiento de Andrés Manuel López Obrador. Hace unos minutos, en conferencia de prensa, Walton disipó  que la decisión de competir en la contienda mexiquense con PT y López Obrador, será practicada  por lo órganos de dirección de su partido. El dirigente fue acompañado por los gobernadores aliancitas electos de Oaxaca y Puebla, Gabino Cué y Rafael Moreno Valle, respectivamente. El Universal

R.  Fonseca Flores

“Con un diagnóstico real y una planeación integral entre federación, estado y municipios, Veracruz conseguirá una pronta recuperación económica”, afirmó el gobernador electo priísta  Javier Duarte de Ochoa, y añadió que la ejecución de obra pública siempre generará fuentes de trabajo, mejorará las condiciones de vida de los ciudadanos y atraerá a la iniciativa privada. Muy acertada observación, pero primero tiene que ser gobernador y, por supuesto, de llegar a ser confirmado por el TRIFE tendrá que armar un gabinete a la altura de lo que propone y no es por nada, pero las listas de los listos que le adivinan el pensamiento al joven cordobés, solo mencionan a un ramillete de mediocres y arribistas, entre los que destacan a un broncudo “borrachín” y un muy pero muy cuestionado ex alcalde de Coatzacoalcos, quien arrastra una  enorme colita de roedor.

No basta contar con un diagnóstico lo más apegado a la realidad que hoy vive Veracruz, y un proceso permanente y dinámico de planeación integral que oriente la acción de gobierno, si no se da un proceso de participación ciudadana, sectorial y regional, que proponga, valide, de seguimiento, supervise, evalúe, y ejerza  funciones de contraloría social. Para ello, los integrantes del equipo de trabajo del gobernador tendrían, en primer lugar, saber de democracia participativa y planeación integral y, enseguida, capacidad probada para coordinar en sus respectivas áreas y sectores de competencia, región por región, el cumplimiento tanto del plan estatal de desarrollo como de los programas anuales de gobierno que se deriven de este. Y tal equipo aún no aparece en las listas de los listos politólogos que a conveniencia ante Duarte promueven a sus amigos.

El mismo Duarte de Ochoa afirma que la tarea de reconstrucción y reactivación de la vida económica y social del hoy siniestrado Veracruz, es de todos. No puede marchar por un lado la sociedad y por el otro el gobierno de la entidad. Lo que implica, en primer término, una estrategia incluyente que permita la suma coordinada de esfuerzos, tareas y resultados.

El Copladever tiene que modificarse, ser un organismo autónomo con representación de los tres órdenes de gobierno y participación ciudadana, con réplicas regionales armadas de ojos y oídos en cada municipio de su jurisdicción  para una óptima coordinación y control. Coordinación y complementariedad de los tres  órdenes de gobierno, se dice fácil, lo verdaderamente difícil si no casi imposible, es llevarlo a la práctica con resultados palpables para todos.

Y ahí sí, el Sr. Duarte, caso de llegar a la gubernatura, tiene que compensar inexperiencia con inteligencia, rodeándose de colaboradores capaces y saber delegar y exigir eficacia y cuentas claras. Con politicastros de medio pelo, como los que ya mencionan los clarividentes, se repetiría el desorden y el fracaso que nos hereda Don Fidel Herrera Beltrán. Veracruz ya no quiere más de lo mismo.

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