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Monthly Archives: abril 2011

En Perspectiva

J. Enrique Olivera Arce

En el portal de  internet “Crónica del Poder”, citando como fuente a la Agencia informativa “Imagen del Golfo”, se publicó lo siguiente: 

“Más de un millón de turistas atiborran playas de Veracruz”

“Al no encontrar habitaciones disponibles o de plano no tener para pagarlas, decenas de turistas durmieron en las banquetas y en la playa de las ciudades de Veracruz y de Boca del Río. Aunque desde el Carnaval las autoridades locales trataron de impedir esas prácticas, de nuevo, los visitantes de bajo presupuesto, se apoderaron de la vía pública. Y no sólo durmieron ahí, también ocuparon las calles para hacer sus necesidades fisiológicas y por las mañanas y al mediodía hacer de comer o desayunar en anafres calentados por fogatas. Basta con recorrer la zona de Villa del Mar en la noche para constatar como las casas de acampar se apropian de las banquetas que se convierten en un gran hotel público. Incluso quienes ni siquiera llevaron tienda sacaron zarapes y colchas para ocuparlas como colchón y se tendieron a dormir sin importar que los transeúntes les pasaran brincando por encima de sus rostros…”

Semana Santa en Veracruz

Una vuelta más a la noria, avanzando para arribar al punto de salida. Año con año, lo mismo en las fiestas de carnaval que en el período vacacional de Semana Santa, el fenómeno arriba citado se repite sin que exista el menor esfuerzo por cambiar las cosas. Responsabilizando de ello como siempre, a la ínfima calidad turística del “millón” de seres humanos que se concentran en la conurbación Veracruz-Boca del Río para disfrutar de un barato y merecido descanso, solaz y esparcimiento. Cuando no hay más responsable que la propia autoridad tanto por no aprender la lección como por la falta de visión y conocimiento de la tarea que en materia turística tienen encomendada.

Quejas y rebuznos se acumulan sin que nadie haga nada al respecto.

Turismo de ingresos medios y bajos


Si año con año se presenta el mismo fenómeno, el más elemental sentido común indica que la infraestructura turística tiene que adecuarse a las necesidades específicas de quienes masivamente nos visitan. Si por ahora, no habiendo indicios de que la calidad del turismo en la zona conurbada de referencia mejore en el corto y mediano plazo, la flexibilidad debería privilegiarse por sobre el triunfalismo infundado con el que se aplaude el alcanzar una ocupación hotelera al 100 por ciento, en una entidad federativa deficitaria en la materia, con una derrama económica cuyo monto real nunca se conoce.

Falta de visión y previsión

Si la cortedad de miras tanto de la Sra. secretaria estatal de turismo como de las autoridades municipales de Veracruz, Boca del Río y otros destinos de playa cercanos a las ciudades del altiplano lo permitiera, con toda anticipación deberían prepararse para afrontar la desbocada afluencia de visitantes de bajo y mediano nivel económico en las dos épocas más socorridas para la industria sin chimeneas en la entidad. Si el alojamiento es a todas luces insuficiente ó está fuera del alcance del bolsillo de la mayoría que nos visita, lo menos que debería hacerse es habilitar albergues públicos en zonas estratégicas, dotándoles de sanitarios, cocinas y agua corriente. O bien habilitar áreas transitorias o permanentes para acampar, como se hace en cualquier destino turístico que amerite ser considerado como tal.

Lo ahora ocurrido no es nuevo para nosotros, sin embargo, no puede soslayarse que todo lo anotado es previo al inicio en Veracruz de un programa permanente de cruceros, en el que se cifran esperanzas de un mejor nivel económico de quienes nos visitan. ¿Podrá ocultarse a los ojos de las empresas navieras y agencias internacionales de viajes que Veracruz destaca como destino turístico por toneladas de basura, caca y orines en sus playas, calles, parques y sitios de interés, así como por la animadversión de los habitantes contra todo aquello que la llamada industria sin chimeneas les deja año con año? ¿Podrá ocultarse que la prestación de servicios en nuestros destinos turísticos no está capacitada para atender al turismo internacional? Lo dudo. A esta fecha, gracias a internet, nuestra aldea está en boca de todos tras haberle torcido el pescuezo a lo que se presume gallina de oro para el impulso al desarrollo de la entidad.

Insisto a sabiendas de que el arar en el mar no reditúa. Si el turismo figura entre otras prioridades –por cierto no jerarquizadas- en el Plan Veracruzano de Desarrollo, lo menos que se debería hacer es poner al frente de la promoción y fomento de la industria sin chimeneas a personas que sepan del paño y quieran actuar en consecuencia. “Pa los toros del jaral los caballos de allá mesmo”, diría conseja popular aplicable a lo que se comenta. Lo que hoy tenemos en materia de infraestructura y cultura turística, incluida la dependencia estatal encargada de su fomento, apenas si está a la altura de lo que el portal de internet citado reporta.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Viviendo aún inmersos en la dinámica inercial de la anterior administración pública estatal, muchos priístas nostálgicos no conciben que alguien piense diferente en una sociedad por principio plural, como igualmente no aceptan el que el Dr. Duarte de Ochoa se proponga, entre otras cosas, el impulsar el desarrollo de Veracruz sin distingo partidista.

Sin argumento crítico alguno sobre el contenido y sentido del artículo de mi autoría sobre el PRI en la coyuntura -publicado en este sitio y diversos portales de internet-, que pudiera auspiciar un intercambio serio de puntos de vista, algunos príistas de renombre me han dicho no haber leído más allá del título de mi comentario, dando por sentado que constituyendo un “ataque más al Sr. Gobernador”, no valía la pena su lectura.

Nadie está obligado a leer mis maquinazos y mucho menos a estar de acuerdo con la opinión que en ellos vierto. Sin embargo, los que no me leen pero descalifican a priori una entre tantas opiniones diversas sobre la vida política de Veracruz, me confirman que no estoy del todo alejado de la realidad, cuando afirmo que el negativo radicalismo del priísmo más atrasado trabaja en contra de su propio partido.

No es circunstancial que quienes dominados por prejuicios y un sospechoso interés en defender a capa y espada al gobernador priísta Duarte de Ochoa, negándose al diálogo y a la confrontación de ideas, son los primeros en expresar su molestia por la presencia en el gabinete duartista de panistas, perredistas y convergentes, cuestionando el criterio del gobernador por así haber integrado su círculo cercano de colaboradores. Flaco servicio al primer priísta de Veracruz.

Ignorancia, inconsciencia, o malsano interés patrimonialista, que para el caso es lo mismo, el radicalismo de lo más atrasado del priísmo veracruzano raya en el absurdo. Sólo así se explica el que se afirme con toda desverguenza que el PRI si sabe gobernar, cuando objetivamente es del dominio público que precisamente fue un gobierno priísta, encabezado por Herrera Beltrán y su esposa, Rosa Borunda, el que impunemente saqueara, endeudara y hundiera a Veracruz comprometiendo presente y futuro de la entidad.

La nostalgia por el rojo fidelidad y el clima de corrupción del pasado reciente,   se impone por sobre ya no de la razón, que sería mucho pedir, sino del más elemental sentido común. Eh aquí un ejemplo del porqué la debilidad del priísmo veracruzano en la coyuntura. Cuando al frente no tienen oposición partidista alguna que temer,  la paranoia les gana. Pelean en contra de su propia sombra, contemplando en el espejo a su “adversario”. Vaya paradoja.

Y aún hay más. Precisamente lo más atrasado del PRI en la entidad afirma sin rubor que Herrera Beltrán cuenta con capacidad, experiencia y atributos personales para ser nominado por su partido como candidato a la presidencia de la República en el 2012. Sin más argumentos que lo referido en una encuesta a modo, pagada por el único interesado en tal despropósito.

De risa, pues siendo notoria la inclinación del primer priísta, “guía moral” y conductor de facto del PRI en Veracruz, de acatar la línea dictada de trabajar a favor de la candidatura de Enrique Peña Nieto, la ignorancia de algunos de sus correligionarios y defensores a ultranza, les lleva a oponerle al mexiquense nada menos que a  Fidel Herrera, sin parar mientes en que el corrupto ex gobernador de Veracruz si acaso tuviera un mínimo de vergüenza, debería alejarse en definitiva de la vida política de México, dedicándose en un apartado lugar del extranjero a disfrutar de una riqueza a todas luces mal habida.

A este grado del absurdo transita buena parte de la militancia priísta. Aquella que no alcanza a comprender que exaltar a estas alturas la nefasta figura de Herrera Beltrán, es combatir a Javier Duarte de Ochoa y al partido en que militan.

Con tal nivel de analfabetismo funcional en el PRI, el dirigente estatal, Héctor Yunes Landa, pierde su tiempo queriendo imponerse por sobre la inercia fidelista, enfrascado como está en un esfuerzo por recuperar unidad, estructura y liderazgo en la vida interna del ahora en Veracruz partido multicolor, pidiendo a sabiendas de que no será escuchado no más dedazos y recomendados en la designación de los cuadros de su partido.

 A mi juicio, intento fallido de antemano por fortalecer con vías al 2012 a un instituto político que en Veracruz va en picada, víctima de sus propias contradicciones y cargando a cuestas con el aún fresco recuerdo de un infausto fidelato impuesto por un priísta que no supo gobernar.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En medio de la confusión semántica que se refleja en los medios de comunicación cuando califican como “balacera” y no como “operativo”, a los hechos violentos acaecidos el pasado lunes en la ciudad y puerto de Veracruz, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, molesto por el interrogatorio a que fue sometido por una nube de reporteros, sin más declaró que el número de muertos no es importante, los resultados son los que cuentan.

Cuestión de ubicación y de percepciones distintas. En tanto que para el gobernante veracruzano los resultados de los operativos  en contra de la por ahora aún incipiente ola delictiva en la entidad son positivos, toda vez que concurren a mantener la paz social fortaleciendo el estado de derecho, para la población en general lo que motiva preocupación y temor generalizado es el creciente número de muertos o fallecidos – para ser semánticamente correctos- a causa de la “guerra” contra el crimen organizado.

Balaceras, operativos o una y otra cosa, no cuentan, es el número de fallecidos que a lo largo y ancho del país ponen en evidencia la ausencia de resultados en el combate al galopante ritmo de deterioro de México como Estado-Nación.

Rotundamente cierto es que en Veracruz el clima de violencia no tiene comparación con el que priva en el noroeste de México y, para ser más precisos, en las entidades federativas que hacen frontera con el país con el mayor índice de consumo de estupefacientes a la par que el mayor exportador de todo tipo de armas en el mundo.

Pero lo anterior no necesariamente significa que la percepción de la creciente violencia y el número de fallecidos, así sean malandrines, integrantes de las fuerzas del orden o civiles inocentes estadísticamente agrupados en el renglón de “daños colaterales”, deje de impactar en el aldeano imaginario popular de Veracruz.

El miedo se deja sentir entre la población. No hay ciudad o pueblo en el que el tema de la violencia desatada o incrementada con la guerra declarada por Calderón Hinojosa no sea motivo de preocupación. No hay lugar en el que no se comente especulativamente de levantones, secuestros, desaparecidos, o temida presencia lo mismo de gavillas de malandrines que de las fuerzas armadas, pasando por la presunta colusión de funcionarios y policías estatales o municipales con  la delincuencia. Prensa impresa, televisiva o electrónica, privilegian sus principales espacios noticiosos  a este fenómeno social generando consenso en torno al fracaso presidencial.

La percepción negativa en torno a la acción de gobierno crece, por más que se insista en que con cada operativo se asestan golpes relevantes a la estructura delincuencial. Percepción de la que el gobierno se desentiende, minimizándola al grado de afirmar que el número de muertos no cuenta, cuando precisamente tal número es la fuente del horror y temor que aqueja a una población que se pregunta cómo es posible que se destinen seis veces más recursos presupuestales a la atención de la seguridad que al combate a la pobreza, sin resultados a la vista. Cuando el sentido común indica que lo que requiere de fortalecimiento es el bienestar económico, social y cultural que genera expectativas de desarrollo y tranquilidad en la sociedad.

Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira, dice la conseja. Lo que para el gobierno es irrelevante, para la población en general es determinante. El éxito o el fracaso de la guerra contra el crimen no es asunto estadístico sino de percepción popular. Cuando el número de muertos víctimas de la violencia criminal deje de ser noticia de primera plana en los medios de comunicación, entonces hablaremos de resultados exitosos. Mientras ello no suceda, es lo mismo  balaceras que operativos en el debate semántico entre el gobierno de Veracruz y reporteros.

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J. Enrique Olivera Arce

Aún no se le asientan las aguas al gobernador Duarte de Ochoa y ya en mala hora para Veracruz estamos inmersos en el proceso de la sucesión presidencial en el 2012. No existiendo oposición partidista en la entidad que le haga sombra al PRI, el reacomodo de fuerzas, contradicciones internas por resolver y estrategias electorales por emprender giran en torno a este partido, obligando de facto al gobernante a distraer atención, recursos y capital político, a favor del priísmo, en el afán de refrendar en la contienda por la presidencia de la República el peso específico de Veracruz como se comprometiera con Humberto Moreira. 

 

Y digo, en mala hora, porque de aquí a que se resuelva el curso a tomar por el proceso electoral federal en el 2012, los temas torales de finanzas públicas, crecimiento económico, desarrollo social, seguridad pública y protección civil, estarán determinados por una creciente politización con claro tinte partidista, arrastrando consigo en el tobogán a toda la sociedad que deberá cargar con un costo innecesario, pagando facturas de promoción de imagen, pre, pre campañas, campañas y parafernalia de los organismos electorales, a más de pérdida de tiempo en la búsqueda de cumplimiento de objetivos y metas de la administración pública veracruzana en el periodo previo a la elección.

 

Lo normal. Nada extraordinario en una entidad federativa que vive de y para la política electoral y la concomitante corrupción de que se hace acompañar. Luego no debería ser motivo de especial preocupación el que nuestra clase política anticipadamente esté ya a bordo del tren del 2012.

No obstante, más allá de la tradición que obliga, en la coyuntura actual ello reviste, más que oportunidades para avanzar en la búsqueda de la ilusoria “prosperidad”, un grave riesgo para el gobierno estatal, para el PRI y para todos los veracruzanos. Habida cuenta de que sean manzanas, peras o perones, la agenda en el futuro inmediato correrá a cuenta de un endeudamiento público que asciende a más de 40 mil millones de pesos, con pesadas obligaciones financieras anuales por el servicio de la deuda.

En este contexto, la administración pública tendrá que optar por intentar resolver los grandes rezagos y pendientes de los veracruzanos ó por poner toda la carne en el asador a favor de candidatos e intereses partidistas del PRI. Con la salvedad de que si el Dr. Duarte de Ochoa opta por lo primero, será calificado como buen gobernador y ello favorecerá electoralmente a su partido, en tanto que si se inclina por lo segundo, pierde credibilidad y capital político, arrastrando consigo al PRI en su caída. Una tercera opción, que por ahora no se ve, es que lograra caminar sobre el filo de la navaja guardando equilibrio, lo cual está muy lejos de materializarse en tanto la apabullante deuda le reste capacidad de maniobra y liderazgo social.

Como ya lo hemos comentado en otra ocasión, Javier Duarte heredó un tigre herido que requiriendo terapia intensiva, se revuelve en contra de su mano salvadora y a ello deberá enfrentarse de aquí a que concluya el reacomodo de las diversas corrientes al interior de su partido con vías al 2012.

Lo que no pocos comentan, es que no se puede echar en saco roto la historia de las dos últimas contiendas electorales por la gubernatura, en las que tanto Fidel Herrera Beltrán como Javier Duarte de Ochoa, ganaron en tribunales por un muy escaso margen, el primero con 26 mil votos de ventaja en tanto que el segundo con 80 mil, no obstante haberse volcado enormes sumas de dinero público a favor de ambos candidatos. Historia que en la coyuntura cobra relevancia puesto que no se puede hacer de lado que sumados los votos de los partidos opositores, en ambos casos superaron en mucho a los que le dieran el triunfo a los candidatos del PRI.

Si bién Herrera Beltrán, con demagogia, engañifas y maiceo a la oposición logro remontar, fue gracias a la amplia disponibilidad de recursos con que contara a lo largo de su gestión. Tantos que con toda displicencia aseguraba que “en política lo que se compra con dinero es barato”.

El caso del joven gobernante es diferente. Cabe acotar que no hay dinero más caro que el que no se tiene. Lograr la unidad al interior de su partido cuesta y mucho, al igual que la tradicional compra del voto de inconcientes y despolitizados electores. Luego el PRI en la coyuntura no tiene todas consigo, presionando desde ya al gobernador para que este incline la balanza a favor del interés electoral de un priismo venido a menos, en detrimento del propósito de gobernar para todos sin distingo partidista.

Por otro lado, no puede desconocerse que en el PRI aún no está definida la titularidad de la candidatura a la presidencia de la República  y, por lo consiguiente, las de senadores y diputados federales por Veracruz, dando lugar a un todos contra todos que, por lo pronto, es impedimento para lograr una monolítica unidad en torno a un objetivo común e incluso, en torno al propio gobernador de la entidad.

Situación de debilidad funcional que la oposición partidista -dividida, con intereses encontrados-, no capitaliza en provecho propio ni opone resistencia alguna que justificara el que el gobernador se viera obligado a transitar en el filo de la navaja, guardando el equilibrio deseable.

Así las cosas, pareciera entonces que por sobre los mecanismos de control que ejercen los partidos políticos sobre los votantes –voto duro-, es el elector “libre”, flotante,  de cuya percepción sobre el desempeño del PRI en el gobierno en el momento de sufragar, dependerá el curso de la elección del 2012.

De ahí la importancia que para el PRI representa coyunturalmente  la percepción de un buen desempeño del gobernador en Veracruz. Debiendo entonces evitar al máximo el recurrir a la politización de los actos de gobierno; cosa que paradójicamente en la práctica parece no ser posible tras reiterar Javier Duarte de Ochoa su militancia priísta por sobre su propósito de arbitrar el libre juego de las diversas fuerzas políticas en la entidad y, con ello, agitar la el avispero, agudizando la radicalización de los sectores más atrasados del priísmo veracruzano e incluso, oxigenando al panismo que habiendo votado en su contra buscará la revancha.

Rota la posibilidad de un sano equilibrio, tendremos que acostumbrarnos entonces, con la flexibilidad suficiente para no confundir lo sustantivo o principal con lo accesorio, a un ejercicio pendular del poder político ejercido  desde palacio, en medio de un torrente en cuyas turbulentas aguas en los próximos meses tratarán de sacar raja no pocos “pescadores” oficiales u oficiosos, entre ellos, un puñado de “dinosaurios” de la vieja guardia priísta y, por lo consiguiente, algunos propietarios de medios de comunicación duchos en flotar a favor de la corriente en el momento y en el lugar preciso.

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J. Enrique Olivera Arce

Cumplir con el requisito legal de contar con Planes Estatal y Municipales es una cosa, machacar sobre la bondad de una panacea transformadora de la realidad es otra. Lo primero se acepta ya que el Congreso local de Veracruz no tiene objeción en su alcance y contenidos ni la voluntad popular tiene vela en el entierro, en tanto que lo segundo a mi juicio es cuestionable en tanto se ofende la inteligencia de los veracruzanos.

Respecto al contenido del Plan Veracruzano de Desarrollo y las críticas que generara, como “contreras” fijé mi postura una vez que fue aprobado el documento por la diputación local veracruzana. No porque considere  que el Congreso local cumpla realmente con el principio de representatividad soberana que le confiere el voto de los electores, sino porque los veracruzanos lo aceptan así, sin el menor reclamo. Debiendo respetarse esto último.

Pero de ahí a aceptar sin más que por ministerio de ley o por ser “políticamente correcto” el que se deba creer a pie juntillas en lo expresado en un discurso machacón, que cotidianamente en cualquier foro a modo, atribuye al Plan Veracruzano la virtud de varita mágica capaz de transformar la realidad de la entidad en seis años de gobierno, hay mucho trecho.

El gobernador Duarte de Ochoa se ha hecho acreedor a un bien merecido beneficio de la duda por sus atributos de hombre preparado, bien intencionado y en proceso de adquirir experiencia tanto en las lides políticas como en el complejo arte de gobernar. Hoy, a cuatro meses de iniciado su mandato, esta obligado a hacer lo propio con sus gobernados, concediéndonos el beneficio de la duda por cuanto a sus buenos propósitos estampados en el instrumento rector de su gobierno para el sexenio 2011-2016 y reiterada y machaconamente expresados en cuanta oportunidad se le presenta.

Sin ánimo destructivo, sin más afán que contribuir a que nuestra aldeana clase política ponga los pies sobre la tierra, respetando cuando menos las formas, ya que de antemano está descalificada para merecer respeto en cuanto al contenido intrínseco de su actuación como interprete de las aspiraciones ciudadanas, insistiré en que no es posible seguir engañando a los veracruzanos con medias verdades y medias mentiras, bajo el supuesto de que, a diferencia del pasado inmediato, hoy si contamos con una lámpara  maravillosa cuyo genio puede cumplir a capricho con nuestros deseos más íntimos de búsqueda de progreso y bienestar.

Con todo respeto gobernador Duarte de Ochoa:

 El rezago estructural que acusa la entidad que gobierna no se resuelve con ningún plan, programa sexenal de gobierno, o por decreto, en tanto la población en su conjunto no esté dispuesta a imprimir los cambios necesarios y suficientes para transformar una realidad que abruma no sólo a Veracruz sino al país entero. En tanto ello no se de, con conciencia plena de la necesidad de cambio actuando en consecuencia para transformarle, Veracruz seguirá sumido en el atraso bajo el impulso del peso inercial del subdesarrollo y la corrupción, conformándose con el manido gatopardismo que únicamente conduce al estancamiento y marcha atrás en crecimiento económico y desarrollo.

Ningún presupuesto manejado con honestidad y transparencia, que asegure finanzas sanas gubernamentales, ahorro en el gasto corriente y mayores volúmenes de inversión pública, substituye toma de conciencia colectiva y quehacer cotidiano de la sociedad. Podrá ser estímulo válido, generando condiciones infraestructurales que coadyuven en el crecimiento económico de la entidad e incluso, paliativo para aliviar en la coyuntura condiciones extremas de vulnerabilidad en aquellos sectores de la población más desprotegidos, como podrían ser los pueblos indígenas o el 40 por ciento de veracruzanos en situación de pobreza, pero hasta ahí.

En tanto el país en su conjunto no modifique el rumbo y se proponga instrumentar un nuevo modelo de desarrollo incluyente y con visión de futuro, que le aleje del neoliberalismo agotado, ningún genio o varita mágica en nuestra aldea podrá transformar en el corto plazo la penosa realidad que enfrentamos. De ahí que su discurso, más que concitar a la construcción de ciudadanía, unidad y trabajo, sólo quede en el imaginario popular como una expresión más de pedestre propaganda electorera con vías a lo que viene en el 2012. Dudándose de la factibilidad de las estrategias que agita como bandera para justificar la bondad del proyecto “Veracruz próspero”, como en su momento se agitara la bandera priísta de “la fidelidad con Veracruz” por un gobierno retrógrada y corrupto que sólo propició estancamiento y atraso.

La honestidad de un gobierno no sólo radica en cuidar el buen manejo de las finanzas públicas y que nadie le meta mano al erario en provecho propio. Eso es relevante, pero no substituye a la honestidad intelectual que exige el reconocer, con humildad y buen juicio, que la siempre necia realidad supera nuestras fortalezas y posibilidad de transformarle por decreto. No reconocer nuestras debilidades es engañarnos a nosotros mismos y, en su caso, como conductor de la vida política, económica y social de Veracruz, es engañar al pueblo que en usted confía.

Perseguir utopías en política es válido y necesario. Es en la utopía que se sustenta la ideología que uniforma pensamiento y mueve voluntades al interior de los partidos políticos y de la cual, por cierto, hoy día se carece en nuestro sistema de partidos en México.

Para quien gobierna para todos por mandato popular, es la razón de Estado con los pies en la tierra y de frente a la realidad, y no la utopía con que se sueña, la que debe regir todos y cada uno de sus actos.

Vale la pena reflexionar sobre ello.

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El Universal

El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa (PRI), presentó ante el Congreso del Estado una propuesta para que el impuesto sobre la tenencia vehicular, el cual desaparecerá a nivel federal el año entrante, se mantenga en la entidad como un gravamen estatal. Durante sesión de la Diputación Permanente, se dio entrada a una iniciativa del Ejecutivo Estatal para reformar el Código Financiero para el Estado de Veracruz y mantener dicho impuesto en Veracruz y además ampliarlo a otro tipo de automotores.

El mandatario veracruzano propuso que la tenencia vehicular se mantenga como un impuesto estatal para todos los automóviles con motor a gasolina, diesel, gas, tractores, como motocicletas, aeronaves, embarcaciones, veleros, esquís acuáticos motorizados, motocicletas acuáticas y tablas de oleaje con motor.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La reciente tragedia por la explosión de una  destiladora alcoholera en Orizaba dio lugar a que la Sra. Nohemí Guzmán Lagunes, secretaria de protección civil del gobierno de Veracruz, afirmara que alrededor de 1200 factorías en la entidad que representan alto riesgo para sus trabajadores y población en general, requieren de su regularización. A ello habría que agregarle el hecho de que miles de kilómetros de ductos de Pemex en territorio veracruzano tienen en absoluta indefensión a comunidades enteras. Lo cual pone de relieve que el error humano, la negligencia en algunos casos rayando en lo criminal,  o por qué no, el disimulo de las autoridades, puede dar lugar a tragedias como la de pluviosilla ya ampliamente comentada en los medios. Cuanti más como resultado de imponderables efectos de fenómenos naturales.

Lo anterior viene al caso por la inquietud que causa en la población la existencia de la nucleoeléctrica de Laguna Verde en la costa veracruzana, tras el percance nuclear en varias plantas de igual característica en Japón, originado por la fuerza de la naturaleza, el afán desmedido de lucro de las empresas generadoras de electricidad, y el aún incipiente dominio de la energía nuclear con fines pacíficos en ese país asiático.

Los llamados de las autoridades a mantener la calma, argumentando sobre la inexistencia de riesgo en la factoría nuclear asentada en Veracruz han sido insuficientes para una población que se siente amenazada.

La experiencia que vive Japón, pese a tales llamados, obliga a pensar a los pobladores en la periferia de Laguna Verde que el riesgo es latente, en una planta que en los límites de la obsolescencia ya registra señales de deterioro dignos de tomarse en cuenta y de ahí una inquietud social que no debe echarse en saco roto.

Llamando la atención sobre esto último, que se afirme de manera insistente que el litoral veracruzano no presenta riesgos sísmicos que pudieren afectar la seguridad en la mencionada planta en el litoral del Golfo de México. Como si la única posibilidad de un desastre tuviera origen en fenómenos naturales no previsibles como el sismo de 6.7 grados en la escala de Richter que el pasado jueves sacudiera a Veracruz. Descartándose el error humano, fallas técnicas u obsolescencia tecnológica.

El riesgo existe, quiérase o no,  luego vale la pena recapacitar sobre ello y tomar cuando menos el mínimo de previsiones para evitar se vea dañada la población en las inmediaciones de la planta en cuestión. Cosa que, hasta el momento, no ha sido tomada en cuenta en lo que se refiere a infraestructura vial suficiente y ad hoc para un pronto, ordenado y eficaz desalojo de quienes habitan en las áreas de mayor riego, como tampoco tiene lugar una permanente campaña de educación de prevención en la zona. Lo cual va más allá de contar con un “Atlas de Riesgo” que, al fin y al cabo, sólo tiene el carácter de indicador.

En este contexto, me parece absurdo e irresponsable  el que oficialmente se declare que Veracruz está preparado para afrontar contingencias derivadas del impacto de huracanes en la entidad,  cuando no es así, generando falsas expectativas e infundada confianza entre la población que pudiera verse afectada por fenómenos meteorológicos extraordinarios que anualmente  se presentan en el Océano Atlántico. Tras el paso del huracán Karl y la tormenta tropical Matthew el año anterior, con la consiguiente secuela de inundaciones, a la fecha ni se han desazolvado los ríos ni se ha reubicado a la población asentada en sitios de alto riesgo. Estando aún pendiente un buen número de acciones de reconstrucción en zonas afectadas.

Lo justo, a mi juicio, sería aceptar que no estamos lo suficientemente preparados para cualquier tipo de contingencia que pusiera en riesgo la integridad física de los veracruzanos y los bienes materiales e inmateriales de estos. Debiéndose tomar con oportunidad las providencias procedentes por parte de las autoridades y de la misma población. El hecho de que Japón, el país más preparado del mundo en materia de prevención de desastres, esté viviendo la pena de más de 17 mil personas fallecidas o desaparecidas a consecuencia de un terremoto y un tsunami, confirma que nunca se está lo suficientemente preparado frente a los embates de la naturaleza. El gobierno de Veracruz debería saberlo.

Luego entonces, cabe considerar que es de carácter de urgente en los tres órdenes de gobierno el avocarse a tareas tan obvias como el desazolve para el libre desfogue de los ríos que históricamente dan origen a inundaciones fuera de control; la aplicación estricta de la ley en materia de prevención en el caso de actividades industriales y comerciales que representen amenaza para la población, así como la reubicación de comunidades y familias asentadas en zonas de alto riesgo. Por cuanto a un por ahora improbable accidente nuclear en Laguna Verde, no está por demás el insistir que debe revisarse el plan regional de contingencias y actuar en consecuencia dotando de infraestructura idónea a la zona. Más vale prevenir que lamentar.

Nada ni nadie puede asegurar que estamos exentos de un tan imponderable como indeseable desastre provocado por la naturaleza y mucho menos de los que pudieran presentarse por negligencia o error humano. Lo acontecido en Japón, es ejemplo de ello. Poner las barbas en remojo para tranquilidad de la población  sería saludable.

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Andrés Manuel López Obrador marca la agenda

Rechazo a alianza abre vía de la reconciliación en el PRD: AMLO


Valle de Bravo, Méx. Andrés Manuel López Obrador dijo que tras la cancelación definitiva de la pretendida alianza del PRD con el PAN en el estado de México se abre la vía de la reconciliación porque, comentó, la división en el PRD es en la dirigencia y no entre los militantes. Aseveró que con la decisión de tomada en el congreso nacional perredista –en la madrugada de este domingo—“se impuso la realidad”. Confió en que con la unión PRD-PT-Convergencia la candidatura de Alejandro Encinas gane la gubernatura en el estado de México porque, expresó, tenemos un buen candidato y los ciudadanos están concientes de que en esta entidad hay mucha corrupción y un gobernador mediocre y ladrón, “inflado por los medios de comunicación”. La Jornada


Irá PAN en Edomex con alianza ciudadana contra el PRI: Madero


Cancún.-En conferencia de prensa el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz, tras enterarse de la decisión del PRD de no establecer alianza política con el PAN, aseguró que buscará una gran coalición, pero “con ciudadanos mexiquenses que no quieran al PRI”. Después de haber presidido la toma de posesión del alcalde panista de Isla Mujeres, Hugo Sánchez Montalvo, la medianoche del sábado, Madero Muñoz manifestó: “si ellos, los perredistas, no quieren aliarse al PAN, no los podemos obligar…” Aclaro que respeta pero no comparte la decisión de la asamblea perredista y explicó: “nosotros, en Acción Nacional siempre estaremos abiertos a las alianzas, aunque sea con los ciudadanos.” Con semblante contrariado agregó que tras la ruptura de negociaciones del PRD, “el camino es que cada partido vaya por su cuenta y con su propio candidato, Acción Nacional tiene posibilidades de ganar sólo con su candidato, Luis Felipe Bravo Mena”.  Milenio


PRD sepulta alianza con PAN en el Edomex


México, DF. El Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) rechazó la alianza con Acción Nacional para la gubernatura del estado de México y  aprobó en cambio, por mayoría calificada, que ésta sea con el Partido del Trabajo y Convergencia. Con 129 votos a favor; uno en contra y 44 abstenciones se alcanzaron las dos terceras partes legalmente necesarias para concretar este acuerdo que, a decir de la secretaria del PRD, Dolores Padierna, se trabaja desde el jueves pasado, llevando como propuesta para la candidatura a Alejandro Encinas Rodríguez. El presidente del partido, Jesús Zambrano, propuso a los consejeros presentes, pasada la medianoche, optar por la alianza con el PT y Convergencia para propiciar la unidad y cerrar el capítulo de la discusión en torno al acuerdo con el PAN, que sumió durante tantos meses a los perredistas “en debates intensos que han tensionado la vida interna del PRD”. La Jornada

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El gobernador Duarte de Ochoa puede darse por bien servido y satisfecho.  La diputación local en una expresión más de servil oportunismo político y de espaldas a sus representados, evaluó el proyecto de Plan Veracruzano de Desarrollo que le fuera entregado el pasado miércoles 6 de los corrientes por el titular del Ejecutivo, procediendo por la vía del “fast Track” a su aprobación como instrumento rector de políticas públicas para el sexenio 2011-2016. Enhorabuena.

Nos guste o no nos guste, seamos aplaudidores o “contreras”, el Congreso local habló ya en nuestro nombre. Eso es lo que cuenta, lo demás es jugarle al ensarapado. Listado de buenos deseos, inviabilidad o sueño guajiro, eso ya es historia. Bajo la responsabilidad del Poder Legislativo Veracruz cuenta ya con un instrumento guía obligatorio para la administración pública estatal y referente  para que la llamada sociedad civil evalúe en el tiempo el desempeño del Poder Ejecutivo. Hasta ahí.

Insistir más sobre lo que a mi juicio carece objetivamente de viabilidad dada las circunstancias éticas y financieras por las que atraviesa la administración pública veracruzana, a más de necedad sería “políticamente incorrecto”. Luego no queda más que decir sobre el presunto plan que desear que les vaya bien, sigan votando por el partido político de su preferencia y que Dios los agarre confesados, a los varios millones de veracruzanos que desconociendo el contenido del documento, no tienen ni idea de lo que el gobernador se propone alcanzar con el concurso de todos en los seis años de su mandato. Así que a otra cosa mariposa que, como dice mi buen amigo y director general de la revista Análisis Político: “En política, agua que no has de beber déjala correr”.

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