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Daily Archives: agosto 4th, 2011

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Era de esperarse que el PRI en Veracruz pretendiera deslindar la participación del gobierno estatal en el aumento de la pobreza en México, destacando la pésima actuación del gobierno federal a cargo de Felipe Calderón y minimizando o ignorando la parte de responsabilidad que le corresponde a la administración pública de la entidad durante el período de Fidel Herrera Beltrán, quien hoy por cierto con todo cinismo nos dice que «abatir la pobreza es un reto inaplazable». 

Ello es lógico por dos razones:

  • Estamos ya inmersos en la carrera por la presidencia de la República, luego cabe cargarle todas las pulgas al PAN en la persona del “presidente del empleo”.

  • Descalificar al gobierno del oriundo de Nopaltepec descobijaría a la actual administración a cargo del “delfín” de Herrera Beltrán, obligando al Dr. Duarte de Ochoa   a reconocer el fracaso de su antecesor en materia de empleo y combate a la pobreza, habiendo sido pieza importante en el diseño y aplicación de políticas públicas fallidas, incluido el pésimo y opaco manejo financiero gubernamental.

Flaca memoria del priísmo veracruzano o interés sesgado por no reconocer la responsabilidad de Herrera Beltrán, para el caso es lo mismo. Los veracruzanos no olvidamos que a lo largo del sexenio fiel la tónica del discurso oficial ampliamente respaldado por la prensa, fue el éxito en la generación de nuevas fuentes de trabajo, colocando en todo tiempo a Veracruz por debajo de la media nacional en desempleo y pobreza. Tanto se hizo alarde de ello que incluso se llegó al extremo de involucrar a empresas chinas en un montaje circense que aún subsiste en las instalaciones del llamado “armadillo amarillo”, a un costado de la autopista Xalapa-Cardel,  tras el sonado viaje del ex gobernador al país asiático.

La verdad es tan terca como la realidad. Siempre terminan por imponerse por sobre la propaganda mediática artificiosamente diseñada para dorarle la píldora a un pueblo en constante indefensión frente a los despropósitos de los gobiernos en turno. Hoy, tras el anuncio en el que se atribuye a la administración calderonista el haber incrementado en 13 millones el número de pobres en el país a lo largo de lo que va del sexenio, la prensa internacional con base en las mismas cifras dadas a conocer por el Coneval, destaca que:  “De los 3.2 millones de mexicanos que en 2010 se sumaron a la población pobre, 600,000 fueron veracruzanos, lo que significa que el estado sureño contribuyó con el 18.75% del aumento de las personas que viven en pobreza, según los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) difundidos el pasado 29 de julio”.

Sin dejar de considerar que el “presidente del empleo” ha fallado de manera escandalosa tanto en sus propósitos como en sus logros, tergiversando el orden de las prioridades de su gobierno y profundizando las causas origen de la desigualdad y pobreza en México, no se puede menos que reconocer que el viraje priísta en la conducción del país, acatando las recetas neoliberales del llamado “Consenso de Washington”, tienen mucho que ver en el deterioro económico y social que hoy se padece y que, de manera fehaciente, dieran continuidad los gobiernos panistas en la alternancia. Si se debe atribuir responsabilidad alguna por la pobreza y desigualdad acumulada a lo largo de cuando menos cinco lustros, esta estaría compartida solidariamente por el PRI y el PAN y, en última instancia, por el masoquismo congénito de todos los mexicanos que con singular indiferencia dejamos hacer, dejamos pasar.

Por cuanto a Veracruz, a lo largo de los cinco lustros considerados, ha sido gobernado por el PRI bajo las mismas recetas neoliberales aplicadas por el gobierno federal. Ninguno de los gobernadores priístas en su momento se opuso o cuando menos se expresó en contra del cambio de rumbo derivado del “Consenso de Washington, siendo por omisión o comisión, corresponsables del desaguisado. Otra cosa es que el PRI lo niegue por así convenir a sus intereses electorales.

Al Dr. Javier Duarte de Ochoa no se le puede señalar responsabilidad alguna, como gobernador. En el tema de la desigualdad y pobreza, en el breve lapso de su administración ni perjudica ni beneficia con su inocuo programa «Adelante». Navegando con la bandera multicolor de la presunta prosperidad, atado de manos frente al tigre heredado, capea el temporal discursivamente,  procurando no hacer olas respecto a la pésima actuación de su antecesor al que ya se considera el peor gobernador que ha padecido Veracruz en los últimos cincuenta años, estirando la cuerda hasta donde aguante con medidas como la reciente aprobación por el Congreso de la redocumentación de la onerosa deuda pública con la que iniciara su mandato.

Por cierto, valdría la pena considerar que con la redocumentación de la deuda bancaria no necesariamente el gobierno estatal obtiene liquidez, por lo que la presión de los acreedores y demandantes de obra pública relevante, va para largo.

Coloquialmente, así las cosas al priísmo estatal más le convendría no hacerla de tos tratando de llevar agua a su molino con fines electoreros. Podría revertírsele el chirrión de sopesar el electorado que tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata, pues no se puede hacer de lado que tan responsable de la lastimosa condición de pobreza en México es el presidente Calderón a nivel nacional, como los gobernadores, ahora virreyes, en sus respectivas heredades.

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