Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
¡Haciendo más con nada!
¡Asombroso! ¿Nó? Mientras el resto del país registra serios problemas al tratar de dejar atrás el subdesarrollo económico y social, cuyo principal indicador es el alto índice de desigualdad, pobreza, contracción de la inversión y el empleo, así como la pérdida del poder adquisitivo del salario, en Veracruz marchamos adelante con paso firme, sentando las bases del desarrollo y la prosperidad. No hay palabras para describir el milagro veracruzano, sustentado en un gobierno desfondado financieramente, endeudado hasta las chanclas y sin más rumbo claro que la ausencia de rumbo, salvo construir una falsa imagen de orden, transparencia y honestidad que desafortunadamente nadie cree.
Pero el milagro ahí está, para ejemplo del resto del país. Los datos duros contenidos en el Primer Informe de Gobierno rendido por el Dr. Javier Duarte de Ochoa, titular del ejecutivo, hablan por sí mismos sobre el como es posible superar el subdesarrollo y entrar en la etapa de consolidación de los primeros objetivos de desarrollo que se propusiera alcanzar el gobernante a lo largo de sus primeros doce meses de gestión.
Si alguna duda hubiere, el Congreso del Estado en representación del pueblo veracruzano se encargará de aclararla o ampliarla tras la tradicional ronda de comparecencias de los miembros de los gabinetes legal y ampliado, en las que las señoras y señores diputados locales, previo análisis exhaustivo de las cifras contenidas en el Informe, interrogarán puntualmente a los funcionarios del primer círculo del gobernador.
Los anticipos informativos que, mediáticamente, diera a conocer a la ciudadanía la administración pública veracruzana, no mienten. Los logros alcanzados en materia de infraestructura, comunicaciones, educación, salud, combate a la pobreza, atención al campo, inversiones, generación de empleos, y un clima de seguridad y bienestar, están a la vista de todos. No obstante, la pregunta está en el aire:
¿Cómo, en donde y con cuanto?, fue posible que de una entidad federativa que ocupara uno de los primeros lugares de pobreza a nivel nacional, se pasara a “sentar las bases” para consolidar el desarrollo sin mover un dedo.
Corrupción aparte, apenas si se puede creer que con un número indeterminado de acciones de gobierno en los 212 municipios veracruzanos, enmarcadas un programa cuya principal característica es que fuera diseñado para incidir coyunturalmente en el margen, y no en los problemas estructurales de los cuales deviene la condición de subdesarrollo económico y social. Pero así fue si atendemos a lo destacado en el Primer Informe de Gobierno.
Sólo un milagro. Y este se dio a lo largo de escasos doce meses sin que se contara con la participación ciudadana que corresponsablemente se hiciera cargo de coadyuvar en los esfuerzos gubernamentales destinados al logro de objetivos y metas del plan operativo anual. Para el 2012 será diferente. Los integrantes del gabinete se han responsabilizado ante el gobernador de sustentar su trabajo en la participación ciudadana, emprendiendo una política de puertas abiertas, orden y transparencia, que de paso a la ciudadanización del gobierno, favoreciendo la reproducción del pan, los peces y el vino, lo suficiente para que alcance para todos. Claro, el que no trabaja y no participa, no será invitado al banquete, para eso se diseñó la estrategia de “castigo y recompensa”, no faltaba más.
Luego si gracias al milagro del 2011 se han sentado las bases del desarrollo y prosperidad para Veracruz, una vez cubierto el pago por adeudos que reclaman constructores, proveedores de bienes y servicios, profesores defraudados, jubilados, pensionados, burócratas acogidos al programa de retiro voluntario, los que cedieran parte de su propiedad para el derecho de vía del libramiento de Xalapa, así como cubierto el servicio anual de la deuda pública y los seguros contratados como blindaje frente a desastres naturales, el 2012 es de esperarse que para el gobierno de la entidad sea miel sobre hojuelas; cuando menos en los primeros seis meses, porque así lo demanda el compromiso de asegurar que Veracruz sigue siendo reservorio de voto duro para el PRI.
Pasada la elección de julio próximo, entre milagro económico de 2011, consolidación de las bases para avanzar con desarrollo, y el esfuerzo compartido y corresponsable de los veracruzanos, bajo la guía del Programa Adelante y la conducción de un gobernador visionario y sagaz, Veracruz no será únicamente objeto de envidia entre pares, sino paradigma nacional de cómo haciendo más con nada, se construye presente y futuro en el camino de la prosperidad.
No cabe duda de que el Dr. Duarte de Ochoa también heredó la varita mágica de Don Fidel, vaya suerte, sólo faltó que el gobernador priísta también se sacara el premio mayor de la lotería.