Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
Las campañas de los 4 presidenciables no sólo ya se estancaron, sino que de tanto manoseo el interés del electorado es más de morbo en torno a los dimes y diretes que atender al bombardeo repetitivo de propuestas y promesas. En este escenario cobra fuerza la especulación sometiendo a la razón. De ahí que la nada velada intervención de Calderón Hinojosa en el proceso electoral ocupe la atención de la tertulia.
“El as presidencial bajo la manga”, más que destinarse a fortalecer la alicaída posición de Vázquez Mota tiene como propósito impulsar a Peña Nieto, dicen unos, en tanto que otros, apoyándose en el odio visceral del titular del ejecutivo federal para todo lo que huela a PRI, convencidos están que el respaldo es para López Obrador. Al calor de estas encontradas posiciones, sale a relucir la desinformación y el prejuicio aplaudiendo o condenando lo mismo al Sr. Peña que a su oponente más cercano.
Descalificación a priori para el primero, odio visceral para el segundo. Peña Nieto es un riesgo para México, López Obrador es el peligro. La sinrazón alimenta la polarización política y social, en tanto que la razón que debería animar el voto ciudadano se pierde en un constante reciclar de dimes y diretes que ya permea en el segmento al que se ha dado en llamar “los indecisos”. Curioso, lo que menos tienen estos ciudadanos, es indecisión para hacer frente a las urnas. Como coloquialmente se dice, están hasta la madre de simulación, engaño y gatopardismo rampante; sin color definido en la camiseta para los llamados indecisos su decisión está tomada. No se contempla el voto útil, como muchos dicen, lo que está en el ánimo es el voto de castigo conforme a cada quien le va en la feria.
El voto duro es voto duro, le pese a quien le pese y pase lo que pase. Ya no hay marcha atrás lo mismo en los corrales del pinto que en los del colorado y, porqué no, a escasos 17 días de la elección tambien en los abrevaderos de “los indecisos” ni para atrás ni para adelante, los que no votan no votan y los que optarán por el voto inútil ya lo tienen agendado.
La moneda está en el aire. El tema ahora es si quien resulte derrotado aceptara de buen grado ser el perdedor de la contienda. Uno y otro de los dos punteros afirma respetar lo que las urnas determinen. La incógnita es si en los tendidos se respeta. Eh ahí el riesgo, o se juega con limpieza y transparencia ó hacemos un llamado a la violencia. El país exige paz social, malo sería abundar con más leña en la caldera. Hay que serenarse, dice Andrés Manuel y le asiste la razón.
Hojas que se lleva el viento
En nuestra bucólica aldea el tema de la prosperidad es historia de lo que pudo haber sido y no fué. Si algo marcha hacia delante es la violencia, el miedo, rumor y maledicencia. La oscura sombra de un Fidel Herrera bajo sospecha oficializada, contamina la elección y deja sin sueño a no pocos aprendices de brujo que al cuenqueño tienen de mentor. Peña Nieto se deslinda, si fue mi amigo hoy no le conozco, que la justicia haga su trabajo, advierte a su partido antes de que de la chistera presidencial salte la liebre. Más vale perder Veracruz que apostarle a la derrota, son sus cálculos. 17 puntos arriba en las encuestas aguantan eso y más aseverarán fanáticos y estrategas despistados.
“Recadito”:
La única manera legítima de que los candidatos de las llamadas izquierdas a senadores y diputados federales respalden a López Obrador, es ganando la elección. Lo demás es pretexto para justificar por anticipado una derrota anunciada desde endenantes.
Xalapa, Ver., 14 de junio del 2012