Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
Interesante aunque nada extraño el que en México, tras un cuestionado proceso electoral en el que la izquierda institucional se da por robada, hoy los extremos se tocan, poniéndose sobre la mesa una presunta alianza del PRD con el PAN. Pragmática alianza en la búsqueda del poder por el poder mismo, sin sustento ideológico ni principios y valores éticos que le acerquen en lo más mínimo a necesidades reales y sentidas de una sociedad que, en medio del hartazgo y la inseguridad, en la encrucijada quiere encontrar rumbo y destino cierto.
Sumar fuerzas en el Senado de la República para impedir que el PRI se salga con la suya aprobando una reforma laboral acorde a sus intereses partidistas y de grupo, es el pretexto. Como si de matizar una reforma laboral que nos regresa al Siglo IXX, dependiera que en lo sustantivo el PRIAN traicionando los intereses de los poderes fácticos se retractara de lo ya aprobado en la Cámara baja del Congreso de la Unión. Y, peor aún, si de las pretendidas reformas a la Ley Federal del Trabajo dependiera el destino de la nación en un país de leyes en el que la ley es letra muerta.
No se si el PRD peca de ingenuo ó de simulador. Aunque me inclino por lo segundo agregándole por mi cuenta oportunismo y colaboracionismo en el marco de un régimen de partidos políticos al servicio de la gran burguesía doméstica y externa. Lo cierto es que con su pretendida alianza a modo con el PAN, lejos de ganar pierde en su afán por hacerse del poder político en México por la única vía que conoce, que es la electoral. Para una gran mayoría del electorado, el ir contra natura de un partido que se dice representar a las fuerzas progresistas de este país, la presunta alianza tiene sabor a traición.
En Veracruz la situación es más simple y pedestre. Una alianza electoral de un PRD venido a menos con el PAN para los comicios locales en el 2013, que no tiene más propósito que derrotar al PRI en las urnas para hacerse de alcaldías y diputaciones locales para, en los hechos, saquear las arcas públicas tanto o más que los personeros del partido político que pretenden sacar de la jugada. Interés, personal y de grupo de dirigentes espurios, tras el mermado botín ahora en manos de los priístas, sin mediar simulación alguna que pudiera justificarles ante el electorado. Cinismo y descaro de una flaca izquierda institucional veracruzana que, en la búsqueda de las migajas del poder, se cobija con lo más rancio de la derecha jarocha.
Propósito aliancista en el que el PRD veracruzano, cual galgo en alocada carrera en un esfuerzo inútil que sólo sirve a los intereses de los apostadores, jamás dará alcance al conejo porque así es la naturaleza del juego. El PAN velará por sus intereses, hoy coincidentes con los del PRI en una alternancia negociada, en tanto que el perredismo habrá de conformarse con las migajas del convite.
Lo que llama la atención es que perredistas honestos, bien intencionados, que los hay, se dejen ganar por el canto de las sirenas haciendo suya la idea de que el aplastante triunfo de Uriel Flores Aguayo como candidato del Movimiento Progresista a la diputación federal por Xalapa urbano, fuera resultado de una inclinación tácita de las preferencias electorales a favor del PRD veracruzano y no fruto de unas circunstancias determinadas por el hartazgo social, un pésimo candidato del PRI , y el peso específico de la presencia de López Obrador en las boletas electorales como candidato a la presidencia de la República. Engañosa aritmética que la cúpula perredista pretende capitalizar en provecho propio pero que no convence a nadie como presunta expresión de una fuerza política de oposición de izquierda.
Y aquí cabe un paréntesis. Un destacado articulista xalapeño comentó que la izquierda no ha existido en Veracruz, confundiendo a la izquierda electoral institucional con la izquierda social. Equívoco histórico que niega lo mejor y más relevante de las ejemplares luchas obreras y campesinas en tierras veracruzanas, precursoras de la Revolución Mexicana imbuidas e impulsadas por ideologías socialistas y anarquistas, cuya contribución a la vida nacional no puede ni debe ser ignorada.
El PRD es otra cosa. Salvo honrosas excepciones, sus militantes carecen de sustento ideológico de izquierda, su objetivo es cortoplacista, electoral y ajeno a la lucha histórica nacional e internacional de los trabajadores urbanos y rurales. Hasta aquí el paréntesis.
Hojas que se lleva el viento
Contra los malos augurios de la derecha internacional, el presidente venezolano Hugo Chávez logró derrotar a sus opositores en las urnas. Al término de los polarizados comicios presidenciales que tuvieran lugar el día de hoy con una afluencia de votantes de más del 80% del padrón electoral, se dio a conocer oficialmente la victoria clara del Presidente. Hugo Chávez quien se reelige con el 54% de los votos, frente a 44% del candidato de la oposición unificada, Henrique Capriles.
¿Por qué debemos aceptar que el parche del PRIAN a la Ley Federal del Trabajo, le es útil a la Nación? Entérese estimado lector consultando la explicación que sobre el particular ofrece a los veracruzanos el senador priísta Héctor Yunes Landa en su último artículo.
Y vuelve la burra al trigo. No obstante ser del dominio público que la bursatilización, engañifa de Fidel Herrera, en nada beneficio a los veracruzanos, el gobernador Duarte de Ochoa pretende fondear unas finanzas públicas quebradas con la misma fórmula, pignorando las aportaciones federales y acrecentando el endeudamiento bajo el pretexto de una nueva reestructuración de la deuda pública vigente. No es deuda dirá el secretario de finanzas y sus texto servidores orgánicos, sólo es la misma gata pero revolcada.
La lucha de la organización civil “Chucho el Roto” es justa y en ello coincide el legislador priísta Américo Zúñiga, pero lo que rechaza es el método para hacerse escuchar. Por ello el diputado local xalapeño se pronunció por aplicar todo el peso de la ley en contra de aquellos –que por justa que sea su causa- afecten los derechos de terceras personas, publica gobernantes.com. No cabe duda, en su desesperación por figurar en la terna de la que saldrá el candidato priísta a la alcaldía de nuestra ciudad capital, el protagonismo y sed de notoriedad gana en el ánimo de nuestra clase política local. Para el novel diputado Américo Zúñiga lo ideal sería que en lugares estratégicos de la entidad se establecieran “manifestodromos” adecuadamente regulados por la autoridad, para que las protestas ciudadanas no dañen los derechos de terceros. Guardándose de ir a las causas que dan lugar a manifestaciones, marchas y plantones por parte de ciudadanos que ya están hasta la madre de tocar puertas y no ser escuchados por funcionarios sordos, ciegos e insensibles, el diputado ignora que por encima de reglamentaciones administrativas está el sagrado derecho constitucional de la libertad de expresión. Xalapa, Ver., octubre 6 de 2012