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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Tianguis Avenida Orizaba. Xalapa, Ver.

Considerándome una víctima más del desorden urbano que priva en nuestra entrañable ciudad, estoy de acuerdo en que poco o nada hacen las autoridades municipales por resolver un problema administrativo, como el reglamentar el ambulantaje escuchando la opinión de los terceros afectados. Más no puedo estar de acuerdo en que, como algunos señalan, deba recurrirse a la fuerza de la autoridad para “acabar con la economía informal” que, en Xalapa, se hace presente en los tianguis, mercados sobre ruedas y puestos callejeros. Todo el peso de la ley, claman con criterio represivo y sin mayor análisis, pretendiendo hacerse eco de la opinión de la mayoría, cuando en realidad hablan en nombre de una minoría que se ve afectada en sus intereses económicos.

El fenómeno del “ambulantaje” o comercio callejero,  es expresión de otro, más profundo de orden económico, social y, por ende también de competencia política, como lo es la economía informal, en una sociedad que se manifiesta incapaz de proporcionar al ciudadano empleo remunerativo o, en su caso,  alicientes para ganarse la vida honestamente dentro de una formalidad regulada por leyes, reglamentos, códigos, usos y costumbres. Lo que habría que preguntarse entonces es porqué la economía informal crece en demérito de la bien entendida formalidad, antes de someter a la picota pública al “ambulantaje”.

La respuesta no es, sin duda alguna, el que la autoridad lo permite. En este caso específico, el Ayuntamiento xalapeño presidido por Elizabeth Morales.

Es demasiado simplista el considerarlo así, cuando en la capital veracruzana se acusa un alto grado de desigualdad, pobreza y remuneraciones salariales deprimentes para quienes tienen oportunidad de estar empleados, sin que ello necesariamente sea responsabilidad, sin distingo partidista,  de la autoridad edilicia o del próspero gobernador en turno. Vamos, ni siquiera del “presidente del empleo” al que hoy juzgamos por los pésimos resultados de su gestión. Es un problema estructural más del subdesarrollo que se viene arrastrando históricamente y que, en los años que corren, se agudiza como consecuencia de un crecimiento prácticamente nulo de la economía nacional.

La economía informal no es un fenómeno nuevo, viene de muy atrás, una veces por una mala costumbre heredada, otras por evasión al fisco deliberada o por ignorancia y, las más, simplemente por necesidad. En nuestra ciudad como en muchas otras, las razones se entremezclan generando en los hechos una competencia desleal para quien se acoge a la formalidad lo mismo en la producción y distribución de bienes y servicios, que para el contribuyente cautivo que por desempeñar un trabajo remunerado ve mermado su salario por contribuir obligadamente al fisco y la seguridad social.

La responsabilidad de las autoridades reside, en todo caso, en no saber, no poder, sujetarse a compromisos políticos creados, corrupción ó no querer tomar al toro por los cuernos aceptando la realidad y actuar en consecuencia, para ordenar un fenómeno económico y social por ahora inevitable, privilegiando el bien común evitando la afectación de terceros.

Pero también, y no dejaré de insistir en ello, es responsabilidad de todos. Tenemos la ciudad que nos merecemos dejando hacer, dejando pasar en tanto no se afecten nuestros personales o familiares intereses. Más allá de la consideración de fondo, a la economía informal contribuimos todos, bien como ofertantes, que como demandantes de bienes y servicios al margen de la formalidad, bajo el supuesto real o virtual de que así conviene a nuestro bolsillo.

Sin una demanda real, justificada ante una mejor oferta en términos de disponibilidad, calidad y precio al alcance del bolsillo de las mayorías, tianguis y mercados sobre ruedas no tendrían razón de existir en nuestra ciudad.  No se ignora que, en el caso de los mercados sobre ruedas, la oferta de productos perecederos procedentes de otras regiones del estado o fuera de este, responde a las necesidades y disponibilidades económicas de las amas de casa. Suprimirlos por disposición de la autoridad sería absurdo, mal visto y contrario al interés de la mayoría.

Son más los ofertantes y demandantes de escasos recursos que se benefician de la economía informal que los que tienen oportunidad y capacidad para desenvolverse en la formalidad. Y tan lo sabe la autoridad municipal que lo capitaliza electoralmente manipulando, tolerando desorden y corrupción, pero también callando las razones últimas por lo que se da el fenómeno de la economía informal. En una ciudad pobre como Xalapa, no hay empleo ni capacidad real de compra en la mayoría de quienes habitamos en la capital de Veracruz, tampoco inversión pública y privada para revertir el fenómeno.

Lo hemos dicho, contamos con una iniciativa privada carente de iniciativa para emprender negocios productivos generadores de empleo remunerativo. Tampoco disposición para pagar salarios dignos. Por ahí habría que enfocar el fenómeno de la economía informal en nuestra ciudad y, de paso, de nuestro estancamiento.

No caigamos en el juego de la simulación, Xalapa es una ciudad de pobres, con gobernantes, políticos y comerciantes prósperos, aceptemos las cosas como son, exigiendo, eso sí, que la autoridad ordene el uso de espacios públicos para tianguis y mercados sobre ruedas, escuchando a quienes se sienten afectados. Podría mejorar un poco nuestra ciudad y otro tanto la imagen de una alcaldesa que no ha sabido ganarse la buena voluntad de los gobernados.

Hojas que se lleva el viento

 “Ese fantasma que muchas veces gira sobre la imagen de Veracruz, que no tenemos recursos, que estamos quebrados y no sé qué tantos rollos más,  que nada tiene que ver con una connotación política, pero queda claro que a pesar de condiciones complejas, Veracruz va para adelante, sigue construyendo su futuro, desarrollando su infraestructura y cumpliéndole a la gente con programas importantes”: Javier Duarte de Ochoa.

Menos mal que el fantasma que recorre Veracruz de noche como de día, es sólo eso, rollo insustancial. Si tuviera connotación política el PRI no gobernaría a la entidad ni habría tema para un periodismo crítico creador de fantasmagóricos rollos. O quien sabe…

 Por cierto, Veracruz es una cosa y su gobierno otra muy distinta.

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7 Comments

    • Martín Pérez Medina
    • Posted junio 2, 2014 at 6:11 pm
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    Hola Enrique estoy haciendo una investigación para un doctorado en finanzas públicas, el tema es la economía informal, me gustaría poder entrevistarte.
    Saludos
    Martín

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  1. Con gusto, fija hora y lugar.

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    • Martín Pérez Medina
    • Posted junio 3, 2014 at 1:38 pm
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    Que tal buena tarde, pues le parece bien mañana a las 10 am, en el café lindo en el centro de Xalapa, le dejo mi número de celular para estar en contacto, 2288603381
    Saludos
    Martin

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  2. De acuerdo.

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    • edgar garcia
    • Posted noviembre 29, 2014 at 11:23 pm
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    Hola Enrique leí tu nota… me parece bastante interesante pero creo que estas viendo el problema desde una perspectiva externa…pertenezco a esos ambulantes y me parece bastante injusto que no consideres que habemos muchos ambulantes que declaramos impuestos y que respetamos reglas en los tianguis de Xalapa. No creas que es bastante bonito trabajar en la calle y menos en esta ciudad donde el clima a veces es tan impredecible., no es agradable pasar días soleados requemandose , ni la lluvia que a veces nos hace pasar todo el día mojados temblando de frío . Además de ser en ocasiones víctimas de discriminación por personas que nos tratan de ignorantes (en mi caso estoy en séptimo semestre de mi carrera) y tener que ofrecer siempre una sonrisa al cliente. Por otra parte recuerda que los tianguis son una tradición y se encuentran personas muy agradables en el y te aseguro que encontrarás bajos precios. Saludos

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  3. No estoy en contra de los tianguis ni de los mercados sobre ruedas, que cumplen una importante función social y alternativa útil frente a los supermecados nada populares. Haciéndome eco de lo que piensan y dicen mis vecinos, estamos en contra de la falta de orden y control por parte de las autoridades municipales, la basura que acumulada se deja a las puertas de los hogares, del secuetro de espacios públicos, de la falta de transparencia en el cobro del derecho de piso, del estacionamiento en doble y hasta triple fila en la vía pública, e indudablemente de la manipulación político partidista que utiliza a los tinaguistas como carne de cañon. Las autoridades municipales no hacen caso y el descontento vecinal crece semana a semana. Saludos y gracias por tu comentario.

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    • x7 xalapa y tianguis
    • Posted May 3, 2015 at 10:03 am
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    Hola que tal? Bueno con todo respeto me parece que ese comentario es un poco exagerado yo soy vendedor no al 100% porque tambien trabajo y no es cuestion de ignorancia es cuestion tambien de cultura ya que en la antigüedad el comercio tambien era muy importante y no solo en xalapa sino en el pais y el mundo y te aseguro sigue siendo una de las actividases mas importantes en muchos lugares ademas no creo que estemos al 100% como informales ya que en los tuianguis callejeros o mercados nos cobran el espacio ocupado y ademas te aseguro que a muchas personas les gustan los mercado sino no creo que asistieran o fueran muy concurridos esos lugares y con todo respeto no creo que tu comentario sea el mejor ya que supongo tu no has desarrolado la actividad que nosotros hacemos, saludos

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