Salte la navegación

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Pese a la opinión generalizada de que el proceso electoral en Veracruz que desembocará en la elección de diputados locales y autoridades edilicias, está viciado de origen careciendo de legitimidad democrática, el siete de julio próximo la ciudadanía tendrá la oportunidad de decidir si desea más de lo mismo o está por un cambio substancial en la vida económica, social y política para su ciudad, su distrito, su región, o para Veracruz.

De cómo se comporte ante las urnas dependerá el si da un paso adelante en el largo camino de la construcción de la democracia, ciudadanía y bienestar para todos, o deja hacer, deja pasar, para que las cosas sigan igual o, lo más probable, peor que el día anterior a la elección.

En cada quien estará el tomar libremente la decisión de no concurrir a la fiesta cívica, votar por los candidatos de su preferencia, o por ninguno sufragando por el candigato Morris o cantinflas, nulificando su voto. Y, dado el caso, hasta optar por la opción ignominiosa pero económicamente pragmática para un sector desclasado, de vender el voto,  a sabiendas de que se beneficiará a los mapaches de siempre.

No obstante, lo trascendente es entender que la democracia no es una dádiva graciosa del poder, se conquista en un largo proceso de aproximaciones sucesivas. Teniendo esto claro, no cabe ni el desanimo ni la frustración y, mucho menos la indiferencia. Frente a un derecho conquistado no cabe la renuncia, hay que defenderlo y enriquecerlo, ejerciéndolo con plena conciencia de que el valor del sufragio reside en lo que individual o colectivamente  esperamos de la participación ciudadana

Sin esta, la clase política se va por la libre, sin obstáculo popular que se le oponga. Condenando a la sociedad al ostracismo, atraso y retroceso, caldo de cultivo propicio para que siga prevaleciendo corrupción e impunidad en las esferas gubernamentales. Lacras sobre las que no cabe la menor duda, constituyen el más destacado elemento estructural de oposición al crecimiento económico y desarrollo humano en México.

Se sabe que es por demás intentar acabar de golpe con la descomposición moral de la clase política; está en su naturaleza la proclividad al saqueo de las arcas públicas, como se pone de manifiesto en el número creciente de casos en los que políticos y gobernantes se despachan con la cuchara grande, en medio de una absoluta impunidad.

Pero también está en la naturaleza de un pueblo responder a un mínimo de principios y valores éticos en los que sustentar una armónica y sana convivencia. Si no aceptamos esto, dando por sentado que cinismo y descaro es patrimonio vital de todos, sin distingo del rol social y político que se juegue en la sociedad estaríamos acabados. Quien esto escribe, se niega a la aceptación plena de tal situación. Los pueblos suelen equivocarse, pero no son suicidas.

Sabemos bien que propuestas y promesas de campaña, son sólo eso, promesas que no se cumplen y propuestas que se quedan en el papel. Ni hay voluntad política para concretarlas, ni conocimiento, racionalidad y visión de futuro para encauzarlas en beneficio de las mayorías. Luego no cifremos falsas esperanzas ni nos empalaguemos con expectativas irrealizables.

Esto es lo que hay y así hay que entenderlo para ir tomando conciencia de la necesidad de un cambio que nos libere de una partidocracia que hoy por hoy nos tiene secuestrados.

Insisto, la construcción de una sociedad democrática es un proceso de largo aliento que se materializa paso a paso. No tengamos temor de dar uno más hacia delante ni de retroceder otro cuando ello es necesario para recuperar fuerzas para un nuevo impulso. La historia está del lado de las mayorías, en ello radica la fuerza de estas y de ahí debe desprenderse paciencia y confianza en el futuro. Todo a su tiempo.

Concluida la elección y con los resultados en la mano, la tarea siguiente es demostrar que somos los electores los que definimos el triunfo o derrota de tal o cual candidato, exigiendo cumplimiento, transparencia y rendición de cuentas. Si no es así, seremos cómplices obligados a guardar silencio frente a la corrupción e impunidad.  

Faltan 10 días escasos para la elección. Tiempo suficiente para reflexionar sobre la decisión a tomar frente a las urnas. Actuemos en consecuencia dispuestos a ejercer lo mismo  el derecho a expresarnos que a votar en libertad; a los que no debemos renunciar. Está en nosotros los electores el legitimar no a partidos y candidatos sino a nuestra voluntad de participar. 

Hojas que se lleva el viento 

El secretario de energía Pedro Joaquín Coldwell afirma que no se venderá ni un solo tornillo de PEMEX. Juego de palabras con el que el PRI pretende convencer de la bondad de la reforma energética que impulsa el Sr. Peña, pero que no aclara si constitucionalmente se aprobará la participación de otras empresas, nacionales o extranjeras en la industria petrolera dejando a la paraestatal al margen hasta su paulatina extinción.

-ooo-

Cuando elegimos a nuestros senadores, esperábamos que éstos representaran el interés de todos los veracruzanos sin tomar partido a favor de unos en detrimento de otros. Lo que no es así no obstante que para ello les pagamos y estamos obligados a exigir. Tanto José Francisco Yunes Zorrilla como Héctor Yunes Landa trabajan electoralmente a favor del PRI, uno en Veracruz y el otro en Baja California, construyendo su plataforma de despegue para el salto siguiente, la sucesión del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, mientras la entidad marcha a la deriva.  No se vale.- Xalapa, Ver., 26 de junio de 2013.

 pulsocritico@gmail.com

http://www.pulsocritico.com

https://pulsocritico.wordpress.com

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: