Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
No suelo preocuparme y ocuparme de los asuntos internos del PAN; que con su pan se lo coma un partido político reaccionario, retrógrada y ajeno a los intereses más caros de la nación y que hoy por hoy, no diferenciándose en nada del PRI y del PRD, es puntal sustantivo de la triada política corrupta que, asumida como partidocracia, tanto daño infringe a nuestro país.
Sin embargo y en atención a que ya hice referencia a la “rebelión en la granja” priísta en Veracruz, abundando sobre el mismo tema que diera lugar a ésta y ahora en los corrales panistas, comento un hecho que a mi juicio reviste especial relevancia en tanto nuestra vernácula clase política juega con los destinos de Veracruz, privilegiando el falso debate sobre la sucesión del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa en la titularidad del Poder Ejecutivo por sobre los problemas ya inocultables de una entidad federativa en desgracia.
Siempre considerando como premisa el miedo cerval que inspira a la fidelidad y al duartismo el ex priísta y hoy panista Miguel Ángel Yunes Linares, ante lo que este pudiere decir sobre el actual estado de cosas de una administración pública fallida en Veracruz, el Congreso local en un inusitado hecho contrario al clima democrático que debe reinar en un organismo plural que en teoría representa a la totalidad de los veracruzanos, por mayoría de los diputados no autorizó el uso de los espacios físicos del Palacio Legislativo para realizar este viernes 27 de junio un “debate entre militantes del mismo partido”. Esto en relación a la invitación a debatir que le formulara el diputado Julen Rementería a su correligionario Yunes Linares.
Inusitado en tanto que el recinto legislativo por primera vez en su historia es negado por los diputados ni más ni menos que para un debate entre ciudadanos que es de interés general para los veracruzanos. Más cuando una semana atrás fuera escenario para la presentación de un libro, auspiciada por y para particulares en su mayoría priístas.
Esto sin considerar que a un diputado local legalmente electo, gozando de fuero constitucional se le niega por sus pares el derecho a dialogar públicamente en el recinto legislativo con un ciudadano, pretextándose un motivo baladí.
Un “debate entre militantes del mismo partido”, en el recinto legislativo, por cierto, no compromete independencia e integridad del Congreso, al contrario le honraría toda vez que reconocería que el Palacio legislativo es la casa del pueblo.
El punto de acuerdo de la Junta de Coordinación Política llevado al Pleno en la Novena Sesión Ordinaria y votado por la mayoría, de inmediato obtuvo respuesta, poniéndole más calor al cotarro ahora agitado por la iniciativa del gobernador de Veracruz que pretende armonizar el marco legal de la entidad en materia electoral con la reforma político electoral aprobada por el Congreso de la Unión.
Correspondiendo a Miguel Ángel Yunes Linares la inmediata respuesta, difundida vía correo electrónico por sus voceros (yuneslinares.prensaveracruz@gmail.com), y que a la letra cito:
“Cerrar las puertas del Congreso del Estado a los ciudadanos es una torpeza más de Javier Duarte.
– Quiere reformar la Constitución y las leyes electorales sin que los veracruzanos opinemos
– La ineptitud de Duarte le impide darse cuenta de que ha llegado la hora de la democracia.
Por instrucciones de Javier Duarte los diputados del PRI se opusieron a que se llevara a cabo en el Congreso del Estado el debate al que me había convocado el Diputado Julen Rementería acerca de las reformas en materia electoral.
Nunca en la historia de ningún Congreso se había votado para impedir un debate y escuchar la voz de un ciudadano.
Tuvo que ser Javier Duarte quien hiciera pasar ésta vergüenza al Congreso del Estado y a los diputados que son afines al gobierno que encabeza.
No es extraño en Duarte. Es hombre sin ideas, sin propuestas, y lo que es más grave, sin compromiso con Veracruz.
Por eso nunca acepta debatir, solo suelta palabras al aire, sin sustento, sin sentido, ocurrencias, no ideas.
No responde a las críticas, agrede a los críticos.
Debatir enriquece la vida pública.
Se trata de contrastar ideas y propuestas y obtener lo mejor de cada una.
Ese es el objetivo del debate al que me convocó el Diputado Julen Rementería y al cual Duarte se opone, porque sabe que exhibiremos su intención de cambiar los procesos electorales para favorecer al PRI aunque le cause un grave daño a Veracruz.
Después del acuerdo vergonzoso de hoy, el Congreso del Estado debiera cerrar sus puertas; una vez más se ha demostrado que es solo una oficina de trámites de Javier Duarte, con la excepción de algunas diputadas y diputados dignos que defienden a Veracruz. Es un gasto innecesario.
Para debatir cualquier espacio es bueno.
El Diputado Julen Rementeria sugirió el Congreso del Estado y yo acepté con mucho gusto, pero ante la decisión de cerrar ese espacio a las ideas, propongo al Diputado Julen Rementería que celebremos el debate en la Plaza Lerdo de la Ciudad de Xalapa, frente a Palacio de Gobierno, el mismo viernes 27 de junio a las 10 de la mañana.
Si Julen lo acepta estará contribuyendo a romper las ataduras a la democracia que ha impuesto Javier Duarte”.
Hasta aquí el comunicado.
La respuesta de Yunes Linares no merece mayor comentario de quien esto escribe. Habla por sí, más sin embargo cabe de mi parte agregar que la carencia de oficio político de quienes en Veracruz toman decisiones, pone innecesariamente más leña al fuego en un tema que, a la luz de la situación que guarda la entidad en materia de seguridad pública y deterioro del tejido social, economía en recesión, desigualdad, pobreza y una administración pública estatal fallida secundada por Ayuntamientos quebrados, ni tiene relevancia ni debería ser del interés de los veracruzanos, mirones de palo al fin, cuando la sucesión del actual gobernante se contempla para el 2016. Amén de que para todos es público y sabido que la legislación electoral actualizada o no, es letra muerta cuando de los intereses de la clase política se trata.
Así que tomémosle como una cortina más, calientita y con más humo, con la que se pretende ocultar lo inocultable. Nadie entre la clase dirigente sabe cómo sacar al buey de la barranca. La entidad veracruzana está hundida en el lodo de la corrupción, ineficiencia e ineficacia y aún hay más, descaro y grosera impunidad.
La realidad terca como siempre, habla por todos, y eso es lo que importa.
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