Salte la navegación

Monthly Archives: septiembre 2014

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La sociedad humana con una indiferencia que pone en duda su propia naturaleza, asiste como espectador de piedra a la amenaza del cambio climático, apostando a favor de un planeta inhabitable para las generaciones venideras.

Unos por comisión, otros por omisión, uno a uno todos los seres humanos contribuimos con el sueño de la modernidad a a costa del ecocidio. Nadie está exento de responsabilidad, lo mismo Estados que gobiernos que la llamada sociedad civil y, en el seno de estas entidades, el uno por ciento de la humanidad que detenta el poder real, acumulando y concentrando riqueza a un costo demasiado alto para todos.

El desgarre de vestiduras y manifestaciones populares aisladas, no hace mella en el patrón hegemónico dominante de una sociedad que, paradigmáticamente, encuentra la felicidad en el tener para ser. Destruyendo el futuro en aras de un presente en el que acumular bienes materiales es la razón última de la vida humana, lo mismo para quienes no tienen nada que para aquellos que teniendo todo, quieren más. Unos y otros, contribuyendo, cerrando el círculo perverso del imperativo categórico que nos hemos impuesto, justificar con la sinrazón la razón de nuestro efímero paso por el planeta que generosamente nos acoge.

No hay vuelta atrás. El cambio climático ya no es especulación ni amenaza tremendista visualizada por la academia, está presente y actuando por sobre todas las cosas. La naturaleza cobrando caóticamente la factura, reconstruyendo el equilibrio perdido; manifestándose hostil para la vida humana así como esta ha sido hostil al planeta entero. Hoy, el hombre cosecha lo que sembró en un esfuerzo inaudito por poner a la naturaleza al servicio de sus aviesos fines.

Y en este inédito escenario, la previsión humana frente al cambio climático y sus secuelas presentes y futuras, no pasa del discurso, buenas intenciones y acuerdos internacionales, a los que se opone y domina pragmáticamente la irracionalidad del utilitarismo de un sistema de vida que, en lo económico y social, tiene por motor el privilegio de la acumulación y concentración de riqueza por sobre cualquier otra cosa; aberración que se justifica con la política a todos los niveles, vendiendo esta la idea de búsqueda del bien común en el principio y fin del arco iris; cual can daltónico en cuya naturaleza no está la percepción de los colores, el hombre transita a ciegas encontrando la felicidad en su propia destrucción destruyendo la vida del planeta.

Así como en este marco se ubican los propósitos y objetivos últimos de la educación, la ciencia y la tecnología, en una absurda competencia que divide a la sociedad en ganadores y perdedores, igualándoles en la espiral del individualismo y el consumismo, así como condicionando desarrollo y bienestar de la gran familia humana, sujetándole a los intereses del 1 por ciento de la población mundial.

Saqueo y depredación de recursos naturales limitados y explotación del hombre por el hombre, en nombre de crecimiento y desarrollo para los menos es el paradigma dominante. El futuro del planeta y los seres vivos que le habitan, no cuentan en el presente como no han contado en el pasado.

Por eso es de llamar la atención que algunos tan bien intencionados como ingenuos, atribuyan a la educación propiedades liberadoras que no tiene, en tanto está diseñada, organizada y administrada respondiendo a favor de propósitos sistémicos y no en contra de estos, como es el caso también de la ciencia y la tecnología cuyos impresionantes avances se prueban en el exterminio masivo de poblaciones enteras.

¿Qué estudiar, para qué y para quién? En esta irracional realidad contra natura es lo que deberíamos preguntarnos antes de hacer del conocimiento acumulado panacea.

¿Estamos dispuestos a contribuir a propósitos y objetivos sistémicos o a transitar en sentido contrario a éstos. En la respuesta a esta interrogante a mi juicio debería sustentarse eso que se da por llamar cultura política, así como la conceptualización de izquierda o derecha en el espectro político de una democracia sin etiquetas.

Estamos a favor del alivio al planeta y liberación de la raza humana, asumiendo este compromiso como forma de vida, o estamos en contra. Sin tener clara la respuesta la vida misma pierde sentido, la razón última del ser y deber ser se pierde en la marginalidad de un esteril paso en lo transitorio de la existencia, dejando como única huella trascendente una herida más en la faz de una tierra que hoy en un proceso irreversible se revuelve contra lo humano.

Hojas que se lleva el viento.

En una manifestación más de simulación, los dueños de las canicas condicionan la participación de los “adelantados” en los procesos electorales. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ratificó un criterio general para garantizar la equidad en las contiendas electorales: los aspirantes no pueden «destaparse» o promover sus proyectos en los medios. Si tanta belleza fuera verdad, en Veracruz la clase política desaparecería a los ojos de la ciudadanía y la prensa falleciendo de inanición, tendría que escribir su propio epitafio.

pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com
https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En relación al referendo que tuviera lugar el pasado jueves en Escocia, son dos aristas de este fenómeno que me llaman la atención y que sin duda llaman a la reflexión. Por un lado la madurez cívica de una población que abrumadoramente participara en la definición de su futuro como país y, por el otro, la capacidad del gobierno inglés para administrar el conflicto sin perder el control político y mediático. Recurriendo a la fuerza de las ideas, convenciendo, y no al monopolio de la violencia como históricamente ha venido sucediendo en Irlanda.

La población tuvo al alcance de su mano la argumentación en pro y en contra de la independencia de un país que desde 1700 fuera anexado a la corona británica, y actuó en consecuencia en el marco de la democracia representativa, con apego a la institucionalidad de un proceso en el que los órganos electorales se reconocen y respetan.

Sin falso triunfalismo quienes optaron por el no reconocieron ser mayoría, en tanto que los que esperaban una respuesta favorable al si, aceptaron el resultado del proceso comicial, esperando tener mayor suerte en el futuro. Sin incidentes graves que ensuciaran el evento, pese a la polarización puesta de manifiesto en el referendo, todos aceptaron con madurez el resultado. Cuando menos es lo que los medios de comunicación externaron sin mayor profundización de lo que pudiera estar aconteciendo bajo el agua.

Escocia optó por seguir formando parte de Inglaterra, con los pros y los contras que ello significa. El futuro dirá si el movimiento independentista cobra fuerza y le da la vuelta a la tortilla. Pero lo que a mi juicio es relevante es que este país del viejo continente, después del referendo ya no será el mismo, como tampoco será igual su relación con la corona británica y con la Unión Europea. El Reino Unido, rescoldo de un imperialismo venido a menos, como tal tampoco será el mismo tras haberse escuchado, atendido y negociado una añeja aspiración independentista, canalizándose la participación popular por la ruta institucional.

Un paso a la vez en el largo proceso de aproximaciones sucesivas en las aspiraciones de independencia, soberanía y libertad, que debería ser ejemplo para un país como México, en el que las aspiraciones de las mayorías para la cúpula del poder no se ven no se escuchan y mucho menos son atendidas, mientras el autoritarismo antidemocrático del presidencialismo de nuevo cuño trata de llegar para quedarse.

La diferencia estriba en que en el viejo continente se vive en una democracia representativa madura que, pese a sus limitaciones sistémicas, se sustenta en una ciudadanía también madura. En nuestra incipiente democracia, que por principio está secuestrada por la partidocracia, se piensa y se vive de diferente manera, careciéndose de una ciudadanía responsable y consecuente que sirva de contrapeso al poder institucional.

Así como se carece de una auténtica participación popular, organizada, con visión de su pasado histórico, de su presente y con una clara definición de que país desea para el futuro. Tal carencia deja espacio al autoritarismo retrógrado, así como auspicia el dejar hacer, deja pasar lo que verticalmente se le impone a la población desde la cúspide del gobierno. Cartucheras al cañón, quepan o no quepan, así se entiende y así se acata sin mayor talante crítico, reafirmándose el paternalismo con el que las clases dominantes manipulan y ejercen su control sobre las subordinadas.

En el mundo revuelto que nos está tocando vivir, nuevos aires independentistas ventilan el enrarecido ambiente de la crisis del capitalismo que, en su manifestación neoliberal no encuentra salida, profundizándose. El movimiento independentista de Cataluña que pugna por dejar de ser parte del reino español, está a la orden del día, cobra calor y, a diferencia de Escocia, el gobierno está resultando ser un mal administrador del conflicto, confrontando, provocando y exacerbando los ánimos; poniendo en evidencia a un caduco régimen monárquico que no acaba por dejar atrás al franquismo y sus secuelas antidemocráticas de exclusión y represión.

Cómo evolucione este movimiento está por verse. Por lo que toca a nosotros, no podemos hacer de lado que en México parece se quiere seguir la misma escuela del gobierno español, dividiendo, polarizando y forzando salidas impopulares.

Escocia y España, dos imágenes de un mismo conflicto que ya cobra naturalización en la geografía y geopolítica de un mundo globalizado que se reacomoda de cara al futuro, para seguir manteniendo los mismos patrones neoliberales del capitalismo salvaje sustentados en alta concentración de la riqueza a costa de pobreza y desigualdad.

La lección del viejo continente ahí queda. Toca a los pueblos asimilarle y actuar en consecuencia de acuerdo a los tiempos. Lo que sin embargo vale la pena rescatar para ya es que vale la pena considerar que no todos los movimientos sociales y políticos son iguales ni se repiten en forma y contenido, siendo muchos los factores internos y externos que condicionan su circunstancia. Según el sapo es la pedrada, decían los abuelos. Lo que tampoco se puede ignorar es que organización, inclusión y programa para la acción es determinante para su evolución y capitalización de la participación popular.

Así como no debería ignorarse que los partidos políticos tradicionales ya no tocan el son que la gente quiere escuchar y bailar. Ha llegado la hora en que los pueblos quieren expresarse por sí, sin intermediarios ni intérpretes que condicionen su destino.- Cd. Caucel, Yucatán, septiembre 21 de 2014.

pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com
https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

 J. Enrique Olivera Arce

  • “Guerra sucia”

Corriendo la cuenta regresiva, el alcalde xalapeño se desentiende de la problemática más aguda que padece la capital veracruzana, evadiéndola y lavándose las manos dejando en manos de los gobiernos federal y estatal atención y y búsqueda de soluciones, por no ser de la competencia de la comuna una pronta y positiva respuesta. 

Seguridad pública, movilidad y vialidad, infraestructura urbana, limpia pública, transporte público, ambulantaje y caos en tianguis y mercados, entre otros, percibiéndose por la población como problemas no resueltos y de urgente atención, son el escenario local que en unas cuantas semanas servirá de marco a “los mejores Juegos Centroamericanos y del Caribe”. 

No hay suficientes recursos para paliar la situación, se insiste. Son más los problemas heredados y los que se acumulan en el presente, que la capacidad para hacerles frente con eficiencia y eficacia, pero si se cuenta con recursos de sobra para la promoción mediática de imagen del ya no tan joven Américo Zúñiga. 

A falta de resultados relevantes, imagen mediática, es el camino que a sí mismo se ha trazado.

Estando ya el evento deportivo a la vuelta de la esquina, es curioso el hecho de la poca o prácticamente nula involucración y entusiasmo de la sociedad civil, en unos Juegos que no logran su propósito distractor de alejar de la mente de los xalapeños una problemática hoy por hoy insoluble que requiriendo respuestas integrales, no acepta más parches. 

Todo mundo es consciente, menos la autoridad municipal, que el centro histórico de Xalapa, capital veracruzana, está diseñado para el tránsito de peatones y carretas, y no para un flujo vehicular de la magnitud que hoy registra la ciudad. El centro histórico, corazón de la capital siendo un verdadero nudo gordiano, colapsado afecta al resto de la mancha urbana. No obstante las recomendaciones de expertos extranjeros, movilidad y vialidad a lo largo y ancho del municipio exigen cirugía mayor y no más remedios caseros. En medio del desorden urbano, la inseguridad pública lejos de abatirse registra incrementos preocupantes, sustentado una percepción que deviene en malestar y protesta. 

También se es consciente de que la comuna de Xalapa se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado presionada por la opinión pública y, por el otro, la necesidad política de no contravenir lo que para un gobernador responsable de una administración pública estatal fallida, es prioridad mediática. Sin embargo, ello no justifica el pésimo desempeño de un alcalde que a sabiendas de las limitaciones a que se enfrentaría, prometió más de lo que hoy ofrece como resultados. 

El tiempo se acorta, la cuenta regresiva se acelera y la capital veracruzana sin respuestas que satisfagan su calidad de sede de un evento deportivo de interés si no mundial, cuando menos sí para los países centroamericanos y del Caribe. Lástima, la oportunidad de cambio y transformación con la sola designación de la capital como sede del evento, se pierde en medio de la demagogia, la grilla electoral y el hartazgo ciudadano. Xalapa seguirá siendo la peor dotada como capital estatal en la región sur sureste del país. Y a otra cosa mariposa… 

Hojas que se lleva el viento 

Apenas el miércoles pasado comentamos que se percibe un enfrentamiento entre el México de siempre, y el que pretende construir el actual régimen a partir de las reformas “estructurales” aprobadas por el Congreso de la Unión a instancias presidenciales. Las últimas noticias en el ámbito nacional lo confirman; el campesinado con su abandono, atraso y permanente deterioro así como los pueblos originarios con sus usos y costumbres,  estorban en el pretendido paso a la próspera modernidad.  

No siendo suficiente el asistencialismo oficial -hoy bajo la denominación de “Prospera”- para saciarles su hambre y mantenerles al margen,  también en paralelo se recrudece la fórmula del viejo régimen priísta de represión y, su corolario, la satanización y criminalización mediática, de todo movimiento social contestatario que atente contra el pensamiento único a que invita el Sr. peña Nieto convocando a la concordia entre diferentes, en torno a su proyecto de modelo de país.

La escalada de la guerra y la violencia institucional ya no tan silenciosa del régimen contra los pueblos originarios, contra los campesinos que defienden historia, tierra y territorio, así como contra los activistas que desde la clase media urbana se suman a la protesta y resistencia, está a la orden del día ocupando lugar destacado en la prensa no oficialista. Mexicanos enfrentados a otros mexicanos en pro y en contra de la modernidad neoliberal en un México contra México, en el marco del regreso del PRI a Los Pinos. 

Si no ayudan no estorben, es la consigna con la que se pretende justificar una nueva etapa de guerra sucia en México, en la que a la exclusión y despojo material y espiritual del “nuevo régimen” contra los olvidados de siempre, se suma la inseguridad pública creciente, en un país sin rumbo que transita al garete sin destino cierto.

-ooo-

Veracruz no necesita de la gendarmería nacional, con nuestros propios recursos basta para mantener el clima de seguridad y certeza jurídica que priva en la entidad, dice su gobernador a los veracruzanos. En este marco el secretario de seguridad pública valida el uso de palos y machetes para la autodefensa de la integridad física y bienes materiales de la población. Buen retorno a la edad de las cavernas en el Veracruz de aquí no pasa nada. 

-ooo-

Ha llegado el momento en que el exceso de presencia en los medios ya ni perjudica ni beneficia a los senadores priístas en su intención de alcanzar la gubernatura de Veracruz. Identificados con la traición a México, fuera del círculo estrecho de la clase política profesional y texto servidores a modo que esperan la oportunidad de llevar agua a su molino, nadie los pela. Y menos si llaman a celebrar con alegría un aniversario más de la independencia de un México que no logrando romper las ignominiosas cadenas del subdesarrollo,  la sumisión y dependencia, vende hoy soberanía, territorio y recursos nacionales al mejor postor.- Cd. Caucel, Yuc., septiembre 16 de 2014.

 pulsocritico@gmail.com

http://www.pulsocritico.com

https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

 J. Enrique Olivera Arce 

Todo está escrito sobre las presuntas reformas estructurales en México. Los medios informativos han dado cuenta de los pros y los contras, pesando más en la opinión pública su cuestionamiento que el optimismo infundado de sus artífices en un herramental jurídico cuyos resultados futuros están por verse.

Lo que aun no me queda claro, es en que cual México de entre todos  se pretende operar el cambio y transformación que motivara la cauda de reformas legales que acompañaran al regreso del PRI a Los Pinos, ¿en el de arriba o en los de abajo?

Por ahora, es evidente que éstas están referidas  explícitamente a necesidades concretas de sostener  e incrementar la tasa de ganancia del gran capital, doméstico y externo, adecuando el marco jurídico a las exigencias de un no tan libre mercado global en el marco de la actual etapa del capitalismo como sistema dominante. Los beneficios presentes y futuros se circunscriben al México bonito, el que se moverá avanzando en los terrenos de una modernidad acotada por un proceso de desarrollo desigual en la globalidad del entorno, confiando en utopías.

No es circunstancial el énfasis que se pone en crecimiento económico y estabilidad macroeconómica como el fruto por alcanzar con las mentadas reformas, en el México de los más ricos entre los ricos. Peña Nieto ha sentado las bases para el México de la modernidad y prosperidad, diría el gobernador veracruzano en su insensibilidad e ignorancia.

Lo que aún no es evidente o no explicitado lo suficiente aunque la gente lo percibe,  es en que medida el satisfacer la demanda del capital asegura el beneficio marginal presente y futuro para el o los Méxicos que, excluídos del desarrollo, no están contemplados más allá de su subordinación a propósitos de productividad y competividad en que se sustenta  el sostener e incrementar la ganancia en los bolsillos de una  minoría rapaz e insaciable.

La experiencia indica que bajo el modelo neoliberal la distribución de la riqueza no se da, se concentra en pocas manos y por necesidad de reproducción de la fuerza laboral marginalmente salpica a los de abajo. Lo que obliga a pensar en que bajo el esquema reformista pobreza y desigualdad son la constante; luego para el Sr. Peña sueño y reto es construir un nuevo México a costillas de los otros Méxicos, los de la clase media empobrecida, los de los pobres y pobres entre los más pobres, los marginados y “condenados de la tierra”  que darían sustento al edificio. Razón más que suficiente para augurar su fracaso.

Sobre esto último, el Dr. León Bendesky, experto en temas de la pobreza, en su artículo que bajo el título «Cimientos«, publicara La Jornada en su edición del 8 de los corrientes, con una diáfana sencillez nos dice:

“…las reformas como las que se legislaron en México recientemente se llaman estructurales, pero difícilmente pueden alterar por sí mismas las condiciones que definen a la sociedad y la economía. Esas no se alteran. Pueden, sí, generar pingües negocios cuya derrama estará contenida, pues no cambian los patrones de la concentración de las beneficios.” 

Haciendo énfasis en que «…las reformas de todo tipo tienden a imponerse sobre unos cimientos ya existentes. Como pasa con una edificación, su estructura, el diseño y, finalmente, su funcionamiento, dependen de dichos cimientos. Así que de alguna manera surgen y se aplican en relación con un conjunto de elementos que fijan sus términos, sus límites y posibilidades.”

Más claro ni el agua. Para el cambio estructural que se propone habría que empezar por los cimientos, lo cual no está contemplado en los afanes reformistas de Los Pinos. Construir un nuevo México sin alterar los patrones de alta concentración del ingreso, desigualdad, marginación, desempleo, informalidad y pobreza extrema que dominan el escenario nacional, es bordar en el vacío. Hasta los castillos que se construyen en el aire requieren de una cimentación literaria sólida para impactar en el imaginario colectivo.

El peso específico del México marginal no da para cimentar el México moderno y próspero de los ricos entre los más ricos de este país, y los que lleguen. Más temprano que tarde, la inercia que deviene desde los remotos tiempos de la conquista y la colonia, pondrá “términos, sus límites y posibilidades” a lo que en el mundo globalizado se entiende por modernidad.

México, el de siempre, no puede escapar a la dialéctica del subdesarrollo; menos aún en un mundo globalizado en el que para ser competitivo en los terrenos del libre mercado, hay que ser lo suficientemente pobre como para satisfacer la demanda creciente de materias primas y mano de obra baratas. ¡Vaya paradoja!

El México virtual moderno y próspero  en oposición al México real, el de todos los días de las mayorías.-  

 pulsocritico@gmail.com

http://www.pulsocritico.com

https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En los tiempos que corren la inseguridad no es un asunto menor. Habiendo trascendido el marco de la historia negra marginal que se ventila en barandilla, ha pasado al escenario político y social en el que la percepción ciudadana cuenta y cuenta mucho en tanto le vincula con corrupción e impunidad generalizada, en un Estado-Nación en el que el Estado incumple con su propósito sustantivo y la Nación en un proceso ascendente de deterioro y pérdida de identidad y de valores se nos escapa entre los dedos.

El problema no es encontrar culpables, pretendiendo que tal o cual funcionario cumplan o dejen de cumplir con aquellas responsabilidades y obligaciones que la sociedad mandata, como observo en el manejo de cierta prensa en Veracruz que encuentra en la denuncia y el morbo acogida entre los sectores más atrasados de la población, a la par que abona al conflicto político electoral llevando agua al molino del mejor postor.

En todo caso, los responsables y con un alto grado de culpabilidad somos todos. La inseguridad pública deviene del rechazo de la población a involucrarse en la conducción de los destinos de la sociedad. La ausencia de ciudadanía deja espacios que la delincuencia, común, organizada, de cuello blanco, o gubernamental, paulatinamente ocupa hasta dominar el escenario; envolviéndonos y dando lugar a un doble poder en el que el Estado cede, deja hacer, deja pasar, terminando por encubrirse bajo la máscara del aquí no pasa nada.

De ahí que a mi juicio la denuncia periodística sea irrelevante; son más los lectores que optan por desentenderse que los pocos que podrían interesarse u obligarse a tomar cartas en el asunto. El servidor público lo sabe, y la crítica le resbala, fortaleciéndole en tanto que quejas y denuncias en su contra contribuyen a darle presencia, protagonismo e importancia en el seno de la sociedad. Y, cuando la voz de la prensa es escuchada, si la autoridad actúa positivamente en consecuencia, algo hay detrás, intereses a los que conviene hacer como que se hace poniendo en la picota al presunto o infractor. Retornándose al principio, corrupción e impunidad por encima del interés legítimo de la sociedad.

Cuando se no quiere ver más allá de nuestro propio ombligo, violencia e inseguridad se descontextualizan. Se ignora su carácter de fenómeno social generalizado, y se politiza y partidiza con criterios aldeanos de buscar responsables entre aquellos adversarios que interesa descalificar. Consecuencias y no causas entonces se privilegian y el problema toma el cauce de lo insoluble; si tiene solución que bueno y si no, también.

El afán enfermizo de una minoría por acumular bienes materiales, como sea y sin importar el costo social que ello implique, crea las condiciones sistémicas de acumulación y concentración de la riqueza, desigualdad, pobreza, corrupción e impunidad, caldo de cultivo estructural de violencia e inseguridad en una sociedad en la que el fin justificando los medios, le tiene atrapada en el capitalismo salvaje de nuestro tiempo. Este es el adversario a vencer y no las individualidades que le ejemplifican.

En este marco el caldo económico, social y político de cultivo de delincuencia e inseguridad, queda no sólo incólume, sino que se extiende y profundiza. En este nauseabundo pantano, queja, lamento, crítica o denuncia, siembran en terreno esteril, hasta disolverse en el ácido corrosivo de la indiferencia social.

Quiza esta sea la razón por la que evado concientemente en mis maquinazos el tema de policías y ladrones. La solución a la problemática no se encuentra litigando a periodicazos ni se abona al terreno de la seguridad ciudadana individualizando el fenómeno y ejemplificándolo con la denuncia al calce. Antes al contrario, como suelen decir algunos políticos dados a los lugares comunes, lo que resiste apoya; impunidad y miedo van de la mano fortaleciendo la ilegalidad y disminuyendo capacidad de indignación y de respuesta social. La población se esconde tras la puerta y la participación ciudadana brilla por su ausencia, cediendo espacios a las conductas antisociales.

Habida cuenta de que lo mismo delinque el malandrín que se ostenta y actúa como tal, que el servidor público que en el mejor de los casos tolera la conducta del primero sin que pase nada, la erosión del estado de derecho no tiene freno, contribuyendo a la disolución del Estado y a separar a éste de lo que entendemos por Nación.

Lo cual da a la problemática de la creciente criminalidad e inseguridad el carácter de asunto de Estado y de seguridad nacional. Algo muy ajeno al amarillismo y escándalo que suele acompañar a la denuncia periodística poniendo en la picota a ciudadanos o servidores públicos de medio pelo.

Por su trascendencia e impacto en la vida presente y futura de la sociedad, entonces el tema de la violencia criminal e inseguridad pública, debería tipificarse como un fenómeno estructural de primer orden, lo que no se hace, dejando su solución al garete y en manos de autoridades administrativas que la mayor de las veces no cumplen con su encomienda.

Más cuando se es juez y parte, sirviendo a los intereses del poder fáctico y no a la mayoría de la población. La criminalidad de cuello blanco que no se ve pero se siente, es intocable. Razón por la que privilegiar atención y respuesta a la ilegalidad creciente, no tiene cabida en el reformismo presidencial de moda. Combatir con honestidad, eficiencia y eficacia a la corrupción, delincuencia e inseguridad, equivale a escupir para arriba, mala costumbre que no figura en la conducta de nuestra clase política, siempre al cuidado de que no le pisen la cola.

Hojas que se lleva el viento

Curioso caso el del anuncio y amplia difusión del proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto para la capital del país. Atiende a las necesidades del gran capital y no resuelve en nada el rezago económico y social de la gran mayoría de los mexicanos. Y, por si fuera poco, para el secretario de comunicaciones y transportes, la panacea aeroportuaria será costeada con recursos públicos, en terrenos propiedad del gobierno y será propiedad de este y no privada, “por ahora”. Curioso, sí, porque de acuerdo con el funcionario peñanietista, los bienes públicos a partir de este régimen son propiedad del gobierno y no del Estado nacional.

-ooo-

No hay peor ciego que el que no quiere ver (o reconocer) El senador Héctor Yunes Landa cual llanero solitario habla y habla, dice y dice, que el Segundo Informe de Gobierno del mexiquense Peña Nieto muestra fehacientemente objetivos cumplidos a favor de los mexicanos. Tanto habla y tanto dice, que más que convencer de su valía como aspirante a gobernar a Veracruz obtiene lo contrario en una entidad en la que el PRI va de bajada arrastrado por el reformismo peñanietista.

pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com
https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce 

Sin autoridad moral, intelectual y política para hablar en nombre de la gran familia veracruzana, el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa en su conferencia de prensa semanal dice: “Veracruz reconoce y agradece al presidente Peña por las reformas estructurales que han sentado las bases del México de transformaciones que por muchos años esperamos”. Sumándose así a la corriente minoritaria que aplaudiendo por anticipado presuntos resultados se inclina ante el poder presidencial.

Las reformas neoliberales que se presumen desde Los Pinos como estructurales, si bien han quedado plasmadas en el papel como muchas otras en un país con un estado de derecho cuestionado, ni se reconocen por todos y mucho menos se agradecen. Fueron aprobadas sin consulta previa a la ciudadanía por un grupo de notables que se abrogan la representación popular en una democracia representativa simulada.

Tampoco lo que en la legislación de marras se asienta, es del conocimiento general como para otorgar el pleno reconocimiento a algo cuyos resultados aún son promesas piadosas. Y, en cuanto a agradecer al Sr. Peña por impulsar y promulgar algo con lo que una gran mayoría no está de acuerdo, resulta a más de una barbaridad, por decir lo menos, un insulto más a la inteligencia de los mexicanos y, en el caso que nos ocupa, de los veracruzanos. Amen de que no debe ser motivo de agradecimiento popular lo que un servidor público hace –o deshace- en el ejercicio de una función que se le confiere como mandatario.

Sin embargo, ya deberíamos estar acostumbrados a que el gobernador Duarte de Ochoa hable en nombre de Veracruz cuando quiere destacar tanto su postura servil de sometimiento al poder central como para justificar, lo injustificable, de su pésimo desempeño como gobernante. Eslabón, uno más, de la cadena de iniquidad que ata a los mexicanos a la voluntad e intereses de una partidocracia utilitarista, corrupta y ramplona, el Sr. Dr. Duarte de Ochoa da por sentado que la parcela de poder que se le cede da para hablar en nombre de un Veracruz plural en el que, en su desigual status social y económico, por principio cada quién habla según le va en la feria; rechazando la mayoría tanto el pensamiento único como la imposición autoritaria que verticalmente se ejerce desde la cúpula formal de gobierno.

Bajo esta lógica, el gobernante también da por sentado que todos los veracruzanos son priístas y, por tanto, obligados a agachar la cabeza ante la presencia o palabra de un gobernante emanado del partido en el poder reconociendo y agradeciendo al presidente Peña por algo tan inmaterial como las  reformas aprobadas. No debe olvidarse que los resultados de las mismas están por verse en el mediano y largo plazo, siendo por ahora simples castillos en el aire.

Curándose en salud el gobernante veracruzano afirma que con las dichas reformas se sientan las bases para alcanzar las transformaciones que por muchos años esperamos. Curiosa afirmación, cuando en su desempeño cotidiano lo que menos le ha preocupado es sentar bases sólidas de transformación y cambio para un Veracruz que lejos de avanzar se estanca y retrocede.

Sentar las bases, frase hecha de vieja data priísta que se corresponde con la manida costumbre oficial de poner la primera piedra de una obra pública que jamás se materializa. Lugar común con el que se refleja el desconocimiento tanto del proyecto neoliberal del México con el que sueña el Sr. Peña, como del contenido y alcances de una cascada de reformas que sin ser “estructurales” cumplen con el propósito no explícito de dividir a México, para así vencer en las urnas, avanzando en allanar el camino para la entrega de la nación al capital trasnacional.

Veracruz no es Duarte de Ochoa ni el PRI. Tampoco es el PAN o la cauda de partidos políticos que minoritariamente como partidocracia gobiernan a México sirviendo a los poderes fácticos. Eso lo entendemos todos, menos aquellos que como el Sr. Dr. Duarte de Ochoa, ocultan su pequeñez tras la grandeza de una entidad federativa que languidece víctima del saqueo, corrupción e impunidad.

Veracruz hablará con voz propia cuando sus hijos levanten la cabeza y estén dispuestos a rescatar lo que es suyo, voluntad y decisión para construir ciudadanía y una auténtica democracia representativa que no requiera de intermediarios espurios.-

Cd. Caucel, Yuc., septiembre 3 de 2014

 pulsocritico@gmail.com

http://www.pulsocritico.com

https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Como si ya estuvieran rindiendo frutos tanto la Financiera Nacional de Desarrollo lanzada por el Sr. Peña, como la inversión anunciada por este del orden de 338,669 millones de pesos para el presenta año, se echan las campanas al vuelo y se da por hecho que con ello se resuelve el problema de atraso y abandono del campo mexicano, sin parar mientes en que la problemática que acusan los sectores agropecuario, forestal y pesquero no es sólo de dinero o de financiamiento barato.

Ignorándose el carácter dual de la economía rural que establece sustanciales diferencias culturales y tecnológicas entre la economía de mercado y la de autoconsumo sustentada en la milpa, práctica ancestral dominante en el territorio nacional que da identidad y arraigo a la tierra al campesinado.

Como tampoco se toma en consideración que a estas alturas del año, tales anuncios no pueden tener otra intención que dorarles la píldora a hombres y mujeres del agro con vías a las elecciones del 2015. Pretendiéndose ablandar a una población rural que viendo en la reforma energética una seria amenaza a sus intereses presentes y futuros es proclive al voto de castigo.

El contar con un programa nacional de financiamiento enfocado al sector rural y nada es lo mismo, si se trata de rescatar a la economía agraria de este país. Por experiencia se sabe que la atención al campo debe ser integral o se abona al fracaso; así como también está demostrado que el escollo toral a la capitalización y crecimiento de la economía rural no reside en la producción y productividad sino en la relación asimétrica de los productores con el mercado. El TLCAN como antecedente cercano lo confirma.

Sin corregir el problema estructural de dicha relación, entre más dinero se invierta en la producción primaria mayor es la transferencia neta de capital del campo a los monopolios agroalimentarios y agroindustriales. Resultando siempre perdedor el eslabón más débil de la cadena productiva, el campesino minifundista o el pescador artesanal.

Adicionalmente, sin infraestructura, organización de la producción, organización social de los productores, asistencia técnica e innovación tecnológica no hay financiamiento, por muy barato que éste sea, que asegure incrementos a la producción y rentabilidad de la inversión aplicada. Paso inicial que no se contempla, de acuerdo a lo anunciado.

Luego ello obliga a pensar en que la medida gubernamental derivará en más programas asistencialistas, sin mayor propósito implícito que, por un lado, la manipulación del sector rural para que no ofrezca resistencia o se oponga al despojo ya previsto en la reforma energética, allanándole el camino a las poderosas empresas trasnacionales y, por el otro, avanzar en el proceso “modernizador” de privatización de la propiedad social iniciado durante el régimen salinista.

No es nada circunstancial el que simultáneamente al anuncio de la puesta en marcha del programa de financiamiento, en el marco de la plenaria de la Confederación Nacional Campesina el Sr. Peña hiciera hincapié en que “la reforma energética puede significar nuevas fuentes de ingresos para los propietarios o titulares de terrenos, en los casos en que se extraiga gas o petróleo de sus tierras… porque recibirán una contraprestación justa, y además transparente a los ojos de todos”. Como tampoco es circunstancial el mensaje del senador Manuel Cota Jiménez ungido como secretario general del Comité Ejecutivo Nacional de la CNC, pretendiendo atar al campesinado a la panacea reformista y neoliberal del presidente de la república.

Lo cual indica por donde se pretende transitar en una nueva relación entre gobierno y campesinado (inicio de la revolución verde para la CNC). Sin perder de vista que ante la proximidad del proceso electoral del 2015, Peña Nieto y su partido requieren del rescate y reconstrucción del andamiaje clientelar en el sector rural.

En nuestro entorno más próximo, Veracruz, es aún más preocupante el tañer de las campanas por políticos, pseudo líderes agrarios y textoservidores. Ni el gobierno estatal ni los productores agrícolas, pecuarios, forestales y pesqueros, salvo limitadas y muy focalizadas excepciones, están preparados para involucrarse en el corto plazo en las acciones del programa a cargo de la Financiera Nacional de Desarrollo; la carencia de autoridad y liderazgo, la quiebra evidente de la industria azucarera, el abandono de los cultivos de granos básicos y las condiciones oligopólicas del mercado de leche y cárnicos, así como el bajísimo nivel tecnológico de la pesca artesanal constituye un lastre que no se borra por decreto.

Y, sin mayor análisis, no puede echarse en saco roto que en la entidad los productores en su gran mayoría están organizados para votar y no para producir de manera planificada y sistemática, luego el programa nacional de marras por principio de cuentas se politizará y se partidizará, constituyendo un buen pretexto para fortalecer la estructura electoral del PRI a la par que un buen botín para la corrupción dominante.

Tampoco debería ignorarse que el campesinado tiene memoria histórica que se fortalece con agravios cotidianos. El primer paso entonces sería el recuperar confianza y credibilidad en la acción de gobierno, lo que en las condiciones actuales de descontento y rechazo, con la Espada de Damocles pendiendo sobre el régimen de propiedad social de la tierra, parafraseando al Sr. Peña, “no será fácil”; tampoco se puede asegurar para cuando rinda frutos el sueño guajiro de incorporar al campo mexicano a lo que los intereses del mercado globalizado demandan.

Pero no hay mal que por bien no venga, si se oferta crédito suficiente y barato hay que tomarle la palabra al gobierno, ya mañana Dios dirá a favor del quien se vota, si se paga el crédito, se va a fondo perdido o a cartera vencida. La burra no era arisca…

Hojas que se lleva el viento

La celebración del Sr. peña Nieto por sus 24 meses de gestión al frente de la Presidencia de la República seguramente no será compartida por los invitados de piedra, millones de mexicanos que si bien pudieren aceptar que en los dos sexenios panistas el país acusó inmovilidad legislativa, no pueden pasar por alto que en la actual administración priísta es el gobierno en su totalidad quien padece inmovilidad crónica. 20 meses de falso debate, aprobación sin consulta a la ciudadanía de las reformas peñistas y el sepultar de una vez por todas a la Revolución Mexicana privatizando los bienes de la nación,  es de lo único que se puede presumir. Infraestructura, economía, seguridad y bienestar social conforman un escenario de deterioro, estancamiento y retroceso que de entrada, descalifican al Sr. Peña y su gestión.

pulsocritico@gmail.com

http://pulsocritico.com

https://pulsocritico.wordpress.com.

A %d blogueros les gusta esto: