Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
Una cosa es expresar lo que la gente quiere oír y otra… muy distinta, es el aprovechar la euforia en los tendidos, para legitimarse actuando en consecuencia. Si el virtual gobernador electo no da resultados inmediatos en su propuesta de encarcelar al por ahora todavía gobernador fallido y su séquito de presuntos saqueadores, el volátil voto de castigo que le favoreciera, con las mismas podría retirarle credibilidad y confianza.
De ahí que el Sr. Yunes Linares, a sabiendas de lo que está en juego, pretenda acelerar los tiempos dando, por ahora, palos de ciego ignorando el protocolo legal para, en contravención a la legislación vigente, insistir en asegurar su disposición a proceder en contra de Javier Duarte de Ochoa.
Esto, a partir de la idea de que el descontento y hartazgo contribuyera en grado sumo al por ahora gobernador electo de Veracruz.
Empero, no por mucho madrugar se amanece más temprano, reza la conseja popular. Con un Congreso estatal cómplice -por comisión u omisión- de aquellos contra los cuales el electo y aún no confirmado, clama y exige justicia –o venganza- en el desierto. Sin juicio político de por medio el fallido es intocable y, para que surtiera efecto demanda penal en su contra habría que esperar a diciembre. Más si como consta en el imaginario colectivo, desde Los Pinos no se da la orden de proceder en contra de los presuntos saqueadores.
El tiempo transcurre y se le escurre entre los dedos a Yunes Linares. Y al paso de los días el descontento y hartazgo no encuentra respuesta que le satisfaga. Quién contra viento y marea enarbolara la bandera de la honestidad a lo largo de meses y meses -¿o años?- de precampaña y campaña electoral, en tanto no ofrezca resultados contundentes, queda como un deshonesto intelectual si no calma a quienes en las urnas, le extendieran su voto de confianza votando en contra del PRI explicando con peras y manzanas cual es el procedimiento y plazos legales para hacer efectiva su tan cacareada promesa.
Ante el golpeteo a las puertas de palacio, tanto el secretario de gobierno como la presidenta de la mesa directiva de la Legislatura local, han dado respuesta: “hasta noviembre”, fundamentándola en lo dispuesto en lo establecido en la Constitución Política del estado libre y soberano de Veracruz de Ignacio de la Llave.
Si la ley es la ley y el virtual gobernador electo pretende apegarse a ésta como lo ofreciera, hoy por hoy ésta no está a su favor y obligado está a esperar sin desesperar. Pero las circunstancias son cambiantes, para noviembre el descontento y el hartazgo que le diera el triunfo el pasado cinco de los corrientes podría estar transitando por cauces no previstos o bien el Sr. Peña determinar que la fiesta de la alternancia en Veracruz se lleve en paz con un sano borrón y cuenta nueva.
En tanto los tribunales no resuelvan impugnaciones admitidas, mesura y paciencia. No obstante, el que espera desespera y, sobre todo, los que confían en ver a Javier Duarte de Ochoa tras las rejas, ¿sabrán esperar sin desesperarse?
Hojas que se lleva el viento
Como siempre, subestimado el poder de la gente, el PRI en Veracruz busca culpables de su derrota hasta debajo de las losas del cementerio, empero, Manlio Fabio Beltrones al renunciar a la presidencia nacional del tricolor puso los puntos sobre las ies, señalando como responsables a Peña Nieto por omiso y al corrupto gobernador fallido, generadores del descontento y hartazgo en amplios sectores de la sociedad. Políticas públicas contrarias al sentir de las mayorías, corrupción impune, excesos e irresponsabilidad en el ejercicio del servicio público, propiciaron y auspiciaron el voto de castigo el pasado 5 de los corrientes. Más claro ni el agua.
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Un poco de memoria. En su momento tocó al PAN con Calderón Hinojosa en la presidencia, el generar las iniciativas de reformas estructurales que con Enrique Peña Nieto y gracias al llamado “pacto por México”, aprobara el Congreso de la Unión. Siguiendo la pauta dictada desde Washington, hoy la ultraderecha está de plácemes.
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Si lo que se pretende es tirar el agua de la bañera con todo y niño, Peña Nieto lo está logrando proponiéndose imponer su reforma educativa desmantelando a la oposición magisterial a sangre y fuego, cuando el horno no está para bollos.