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Category Archives: Héctor Yunes landa

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En memoria de Rafael Junquera Maldonado. Entrañable amigo que se nos adelantara en el camino.

Una vez definidos los candidatos de los partidos políticos – no de la ciudadanía-  a la contienda electoral que desembocará en la elección de las 212 fórmulas edilicias de la entidad, vale considerar  aspectos a mi juicio relevantes para el electorado en el camino a la decisión a tomar frente a las urnas el próximo 4 de junio.

Tanto a nivel nacional como en nuestra aldea, la sociedad ha cambiado, no es la misma la que emitirá su voto en el 2017 que la que en el pasado se sometiera electoralmente a las reglas del juego, usos y costumbres del partido hegemónico. Lo que obliga a pensar que a diferencia del pasado, para la elección edilicia en Veracruz pesará más la percepción negativa que se tiene tanto del poder público como de los partidos contendientes, que de los candidatos, independientemente de la aceptación o empatía que estos últimos generen en la ciudadanía;

En estas condiciones atípicas de la vida política nacional, el proceso electoral del 2017 en Veracruz, va más allá de la simple elección edilicia. Lo que está en juego es la elección de gobernador y la presidencial en el 2018, y a ello está encaminada sin distingos  la estrategia partidista;

La oposición al gobierno de la alternancia y sus candidatos en la contienda,   no es homogénea.  Hay de chile de dulce y de manteca. Si bien pareciera que todos los partidos opositores van en el mismo saco,  la realidad es que van juntos pero no revueltos, cada uno persigue propósitos, objetivos e intereses diferentes que les acercan o alejan, según el caso, tanto del gobierno priísta de Peña Nieto en el orden nacional como de la alianza PAN-PRD en el gobierno veracruzano. No son lo mismo el PRI y sus satélites que con sus asegunes Movimiento Ciudadano, Morena o el Partido del Trabajo.

Ideológica y programáticamente no hay diferencias de fondo en el espectro político-electoral vigente. En la visión de mediano y largo plazo propósitos, objetivos y metas por alcanzar, sin excepción toda la partidocracia se encuadra dentro del modelo neoliberal del capitalismo salvaje de nuestra época, hoy día impulsado en México por Peña Nieto y los poderes fácticos que representa.

Coyunturalmente, dominando el pragmatismo, para un horizonte de corto plazo la oferta electoral no es blanco y negro, tiene sus matices que van desde la visión conservadora de la ultraderecha que agrupa al PAN, al PRI y al PRD, que la de un reformismo más o menos progresista en forma y fondo de Morena y, quizá de  Movimiento Ciudadano, que le apuestan a un cambio en el statu quo del régimen político, económico y social dominante,  frenando políticas públicas empobrecedoras y contrarias a principios sustantivos de independencia y soberanía nacional.

Luego es en la actual coyuntura político-electoral en la que habría poner énfasis en la toma de decisiones ciudadanas frente a las urnas. Definiendo con el voto lo mismo el mantener más de lo mismo o bien, el apostarle a un cambio que, por modesto que sea, como reza la conseja popular, “algo es algo, dijo un calvo”, contribuya lo mismo a la oxigenación de la vida política,  fortaleciendo el poder ciudadano y ulterior rescate de la democracia representativa en la entidad.

Del voto razonado en la contienda en curso, dependerá el peso específico que cobre el reservorio político-electoral de Veracruz para el 2018.

La ciudadanía tiene la palabra, el balón está en su cancha.

Hojas que se lleva el viento

Más allá del diferendo verbal y mediático entre el Sr. Yunes Linares y Andrés Manuel López Obrador, todo parece indicar que el gobernador veracruzano está logrando poner freno a las aspiraciones de MORENA, permitiéndole cacaraquear como minoría beligerante en el Congreso local o con discursos incendiarios en la plaza pública, pero impidiéndole se fortalezca aliándose a los movimientos sociales contestatarios que, como hongos, proliferan ya a lo largo y ancho de la entidad. La amenaza ha sido clara, la injerencia de MORENA en la protesta ciudadana en sus diversas manifestaciones, será combatida con todo el peso de la ley. Obligando al partido de López Obrador a no transgredir las reglas no escritas de un juego en el que todo se vale menos agitar las ya de si encrespadas aguas del descontento y el hartazgo social.

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El senador Héctor Yunes Landa montado en su macho, insiste en llevarle la contraria a su pariente Yunes Linares. Sin contar con autoridad moral y política para juzgar los desaciertos del gobierno de la alternancia insiste en ver moros con tranchete. Incapaz de consensuar el nombramiento del fiscal anticorrupción en la comisión senatorial que preside, olvida que en materia de corrupción el PRI en Veracruz lleva la mano. Doce años de saqueo a manos de gobiernos priistas no se olvidan.

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El primer obligado a proporcionar seguridad a la población conforme a derecho es el gobierno municipal, cosa que en el caso de la capital veracruzana el alcalde Zúñiga Martínez no contempla entre sus prioridades. Habla y habla de una coordinación entre los tres niveles de gobierno en materia de seguridad pública que no existe. El Ayuntamiento xalapeño no contribuye en nada en la tarea del combate a la ola de violencia criminal que tiene en jaque a la población, por lo que no cuenta en los esfuerzos del gobierno federal y estatal por restablecer la extraviada seguridad y tranquilidad social. Los hechos desmienten a nuestro flamante alcalde.

Cd. Caucel, Yuc., abril 12 de 2017.

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Pulso crítico

Enrique Olivera Arce

Patético, no puede calificarse de otra manera el vano esfuerzo de los senadores veracruzanos José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, para posicionarse como los más idóneos para la gubernatura del estado en 2018.

No porque en las filas de la clase política veracruzana destaquen por su historial, por su lealtad al presidente Peña y por su empeño por desvanecer la percepción de desconfianza, carencia de credibilidad y rechazo que a pulso se ha ganado el PRI tras doce años de saqueo. No. De eso no hay duda, se registra un grado de congruencia consecuente, remar en el México de hoy contra la corriente tiene su mérito.  

El calificativo de patético como categoría política y no como expresión peyorativa con ánimo de lastimar, deviene de su ingenuidad en tanto confían en que Veracruz sigue siendo  el mismo de siempre, que la sociedad veracruzana no ha cambiado y que,  como endenantes, el desparramar espejitos y abalorios  asistencialistas y clientelares da autoridad moral y política suficiente para un borrón y cuenta nueva.

Ingenuidad reflejada en el discurso pero también en los hechos. Adelantar campaña cuando el horno no está para bollos, fingiendo demencia al pretender que se ignore el     que la nave zozobró con un PRI que presumía saber gobernar y que, con desmarcarse del “fidelato” y repetir y repetir que su lealtad está firme con Veracruz, con Peña Nieto y con el combate a la corrupción, quedan cual blancas palomas, ajenas al desastre. Sí que es ingenuidad, por decir lo menos.

Ilusos, también, en tanto creen a pie juntillas que en el ánimo de los veracruzanos Peña Nieto goza de suficiente confianza, credibilidad y aceptación como para que éste pese y determine en la elección de gobernador de la entidad veracruzana en el 2018.

Pero más aún, el pretender convencer a los veracruzanos que Peña Nieto ve por Veracruz, cuando es del dominio público que el sedicente presidente le dio la espalda a la entidad solapando a Javier Duarte en sus trapacerías. Patético.

Y por si fuera poco, cuando ajenos a la realidad del país, ignoran que para la elección presidencial en el 2018,  Peña Nieto ya no será referente  válido de triunfo para el PRI. El pueblo de México desde ya da por sentado que el mexiquense repudiado y derrotado por las mayorías, entregará la presidencia al PAN antes que cederle los bártulos  a López Obrador.

Pero eso no es todo. Patético también resulta el que algunos medios de comunicación, columnistas y opinadores, más por amistad e interés pecuniario que por convicción, sigan alentando la vana esperanza de los señores senadores sin atender al hecho de que éstos tuvieron su oportunidad y la dejaron pasar.  En el Veracruz de hoy el PRI ya no tiene cabida.

Pero bueno, como en política todo se vale, no hay peor lucha que la que no se hace, así sea bajo el amparo de recursos de los contribuyentes.

Hojas que se lleva el viento

Por respeto y consideración a la primera minoría electoral de Veracruz que, con su voto, diera el triunfo a Miguel Ángel Yunes Linares, considero prudente el conceder a este el beneficio de la duda esperando le cumpla a la entidad, más no un cheque en blanco. Al asumir la candidatura por la alianza PAN-PRD sabía a qué se enfrentaba y con qué recursos escasos contaría de alcanzar la gubernatura, así que si en algo valora su palabra, no más endeudamiento, opacidad y simulación en el manejo de la cosa pública.

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Mudo por la sorpresa y el espanto, el clasemediero feminismo nacional que reivindica el empoderamiento de la mujer respaldando a Margarita Zavala en sus aspiraciones y propósitos futuristas, pasmado no ha sabido o no ha querido responder al Subcomandante Galeano (Marcos) quien a nombre del EZLN y el CNI, anunciara que para el 2018 los pueblos originarios propondrán como candidato a la presidencia de México a una mujer indígena. Y es que los argumentos asumidos por el zapatismo no dejan lugar a una respuesta que valga:

 “¿Le molestaría ver y escuchar un debate entre la Calderona de arriba, con sus ropas “típicas” de marcas exclusivas, y una mujer de abajo, indígena de sangre, cultura, lengua e historia? ¿Le interesaría más escuchar lo que prometa la Calderona o lo que proponga la indígena? ¿No querría asomarse a ese choque entre dos mundos?”.

¿No estarían, de un lado, la mujer de arriba, nacida y criada con todas las comodidades, educada en el sentimiento de superioridad de raza y color, cómplice y pretendida heredera de un psicópata aficionado al alcohol y a la sangre, representante de una élite que lleva a la destrucción total a una Nación, señalada por el Mandón como su vocera; y en el otro lado, una mujer que, como muchas, se forjó trabajando y luchando todos los días, a todas horas y en todos los lugares, no sólo contra un sistema que la oprime como indígena, como trabajadora y como pobre, también como mujer, que se enfrentó y ha enfrentado a un sistema reproducido a imagen y semejanza en los cerebros de los varones y de no pocas mujeres, que con todo en contra, hoy, sin saberlo todavía, tal vez tenga que representarse ya no sólo a sí misma, o a su colectivo, o a su pueblo, tribu, nación o barrio originario, también tenga que aspirar a representar a los millones de mujeres diferentes en lengua, color y raza, pero iguales en el dolor y la rebeldía?  ¿No estarían, por un lado, una mujer criolla, blanca, símbolo de la opresión, la burla, el escarnio, la impunidad, la impudicia; y del otro una mujer que tendrá que levantar su esencia indígena por encima de un racismo que permea todos los estratos sociales?  ¿No sería verdad que, sin apenas darse cuenta, dejaría usted de ser espectadora, espectador, y desearía, desde lo más profundo de sus sentimientos, que en ese debate venciera, en buena lid, la que tiene todo en contra?  ¿No aplaudiría que con esa mujer indígena ganara la razón y no la fuerza del dinero?”.

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Y a propósito de lo anterior, ilustrativa la pobre respuesta de Andrés Manuel a la propuesta rebelde, que le coloca en los terrenos de la pugna electoral y no en los de la necesidad de un cambio auténtico para México. Lo cual es lógico, en tanto que Andrés Manuel por bien intencionado que sea, no es revolucionario sino parafraseando a López Mateos, simple hombre de “izquierda dentro de la Constitución”. Respuesta del “Peje” al EZLN y CNI, que coloca a Morena entre la espada y la pared: o lucha por el poder mesiánico del hombre cazado con el propósito de gobernar a México, o se suma al gran movimiento de resistencia anticapitalista en torno a un programa mínimo de acción unitaria como el ya delineado por los zapatistas en la tarea de transformar al país. De lo que decida depende a su vez la respuesta que de las mayorías excluidas y empobrecidas espera obtener en el 2018.

Cd. Caucel, Yuc., octubre 25 de 2016.

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