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Pulso crítico

J.Enrique Olivera Arce

El único mérito que puede atribuirse al nuevo jefe imperial, es el haber develado las contradicciones internas y por sincerar el verdadero pensamiento político de la plutocracia estadounidense. Trump dice y hace sin miedo ni pena lo que piensan todos pero prefieren callar. Otra verdad que debemos reconocerle es, también, el de haber admitido públicamente en muchos de sus discursos la penosa realidad que vive el pueblo estadounidense que perdió el «sueño americano» y hoy vive una pesadilla producto de las desigualdades crecientes, los empleos precarios y el desempleo. Sin embargo, prefiere achacar la responsabilidad de esto último a los inmigrantes. Basem Tajeldine

Opinar sobre lo desconocido en río revuelto, y más aún sumarse a las trivialidades con las que Enrique Peña Nieto, sus estrategas y su partido político en torno a una pretendida “unidad nacional” promueve para “enfrentar” las amenazas de Donald Trump, me parece demasiado aventurado. Más si quien esto escribe se permitiera el atrevimiento de  hacerlo bajo la óptica de una visión pueblerina de una entidad federativa enfrascada en no ver más allá del pleito Yunes Linares-Herrera Beltrán y el tremendismo distractor.

De ahí que lo que a mi juicio parece ser lo más sensato,  es esperar a que se asienten las aguas, que los poderes fácticos domésticos e internacionales que dominan el escenario económico, político y social en nuestro país vecino acoten los alcances de la presidencia de Donald Trump y que, México asuma, con visión de largo aliento, que lo que está en juego es un Estado-Nación vulnerable e históricamente disminuido territorial y económicamente gracias gobiernos contrarios al interés soberano de su población.

Tiempo al tiempo, dentro de la urgencia que demanda una situación que yendo más allá de la retórica, nos está tomando con los dedos tras la puerta.

Y en el marco de esta imprevisión que hoy por hoy tiene a México contra la pared lo que sí está a nuestro alcance comentar por conocido, es el considerar que los temas que mayor inquietud han despertado en nuestro país tienen sus asegunes, incluyendo el cinismo e hipocresía con el que el gobierno de Peña Nieto pretende tapar el pozo tras ahogar al niño, agitando el mito de la unidad nacional.

Nada nuevo bajo el sol. El muro y la expulsión de migrantes connacionales; la salida de EU del Acuerdo Transpacífico y la revisión del TLCAN, así como el gravamen sobre las remesas con su repercusión en el bolsillo de miles de familias de escasos recursos e incremento de la pobreza como daño colateral, tienen diferente connotación dependiendo de donde se les vea.

Qué tanto le convenga a E.U. el seguir adelante con estas medidas, por ahora eso es tema de su absoluta incumbencia y autodeterminación como país soberano. Luego lo que valdría la pena en México es poner los pies sobre la tierra y considerar lo que a nosotros convenga, a la luz de los pros y los contras de las “locuras” del Sr. Trump en su relación con nuestro país; en la inteligencia de que tanto pros como contras no inciden de manera general en todos los mexicanos, puesto que ni todos coludos ni todos rabones estamos tasados con el mismo racero. La pluralidad de intereses personales, de grupo o de facción la determina el lugar que en la condición de desigualdad y exclusión dominante, se ubican estos intereses.

El patrioterismo ramplón del agitar de banderitas tricolores como expresión de unidad nacional, no suple las diferencias en una sociedad fragmentada. Habría que considerar el por qué para unos la percepción de las medidas del gobierno vecino es de oportunidad y optimismo en tanto que para las mayorías es amenaza y desesperanza.

Luego habría que pensar más de dos veces a quienes benefician y a quienes perjudican, como es el caso del TLCAN que desde su inicio con Carlos Salinas de Gortari, por su carácter asimétrico y elitista lo mismo ha acarreado beneficios que relevantes perjuicios en nuestro país como el abandono económico y vaciamiento social del agro mexicano. A 23 años de distancia no cumplió con los objetivos de crecimiento y desarrollo, de ahí que su ratificación o revisión no cambiaría gran cosa para las mayorías empobrecidas en el eslabón más débil de la triada signataria. Lo mismo se podría decir del fallido Acuerdo Transpacífico que generando falsas expectativas, no pasó de ser cortina de humo pretendiendo ocultar la realidad de una economía estancada.

Por cuanto a la deportación de migrantes esta ha sido la constante por más de tres décadas; Obama ordenó la deportación de más de 3.4 millones de mexicanos y se mantuvo intacta la zozobra para más de 11.3 millones de indocumentados que sobreviven perseguidos, explotados y humillados. Luego lo que hoy habría que preguntarse y, por ende actuar en consecuencia, es el porqué de la expulsión masiva de fuerza de trabajo en México bajo gobiernos neoliberales.

Así como por qué el monto de las divisas que recibe México de sus migrantes es superior a los generados por la exportación petrolera y porqué éstas inciden en el alivio de la pobreza de millones de mexicanos.

Y ya ni se diga del desgarre de vestiduras frente a lo que se percibe como agresión a nuestra soberanía, cuando el fenómeno ni es nuevo ni se ha impedido su agudización, dejando hacer, dejando pasar la entrega de territorios y recursos naturales al capital extranjero.

Más que ocuparnos y preocuparnos por lo que haga y disponga el presidente Trump, debería ser punto central de nuestra inquietud el porqué de nuestra imprevisión y vulnerabilidad en el mundo globalizado como Estado-Nación independiente. El por qué a lo largo de la historia nacional de nuestra sumisión económica, política y cultural  ante el coloso del norte.

Tomar conciencia plena de ello con talante crítico y trabajar en nuestras fortalezas y debilidades, más que agitar banderitas haciéndole el juego al peor gobierno que México ha padecido en las últimas décadas, sería el punto de encuentro para encarar como Nación el incierto futuro.

Xalapa, Ver., febrero 1 de 2017

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El hombre muere antes que el hombre. Reflexión personal

Para todos aquellos a los que nos tocara incorporarnos a esta sufrida humanidad en la primera mitad del Siglo XX, la avalancha de acontecimientos jalonados por el ascenso de la Unión Soviética; la Segunda Guerra Mundial con la derrota del fascismo hitleriano y de Japón, tras la detonación de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagazaki; la Guerra Fría y la amenaza nuclear; las guerras de liberación en Argel, Corea y Vietnam y la irrupción de China en el escenario mundial; la independencia del subcontinente indostano; el proceso aún inconcluso de la integración racial en EE.UU, o la caída del Apartheid en Sud África; la reunificación de Alemania y el ulterior derrumbe de la Unión Soviética, entre otros acontecimientos no menos relevantes en el Medio Oriente, África y América Latina, y sin dejar de lado el impacto de la avalancha científico-técnica sin precedentes y la llegada el hombre a la luna, no puede dejar de considerarse la importancia que para millones de ciudadanos del mundo hambrientos de justicia, significara la Revolución Cubana, su paso de un movimiento reformista de corte nacionalista a un intento más, a contracorriente y contra todo pronóstico, por instaurar un régimen socialista que no llegó a cuajar como tal.

Amplio contexto histórico en el que necesariamente debe ubicarse el papel de Fidel Castro, Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos, entre otros militantes del Movimiento 26 de Julio, así como con especial relevancia al heroico pueblo de Cuba.

 Contexto que trasciende el ámbito pasado, presente y futuro de la isla caribeña, para ubicarse en los terrenos del esfuerzo planetario de la humanidad por superar aquel mal “karma” de la condición de nuestra especie, que habla del enfrentamiento perenne  y nunca acabado entre el bien y el mal, de los hombres contra lo humano.

Escenario global que difícilmente entenderán las nuevas generaciones que irrumpen en la escena de los albores del Siglo XXI, en tanto no se recupere la memoria histórica que, al mismo tiempo que jalona el devenir de nuestra especie al paso de miles de años sobre la faz de la tierra, nos enseña y prepara para vivir el presente y proyectar el futuro.

Por lo que toca al ámbito de la historia y peculiaridades específicas de  nuestros hermanos cubanos, que no son ajenas ni extrañas a la patria grande latinoamericana, son éstos quienes más allá de la coyuntura y circunstancias actuales, sabrán enfrentar su destino en el marco de una Revolución inacabada y no exenta de traiciones, que, como expresara Galeano, en la búsqueda de la utopía libertaria con Fidel se hizo lo que se pudo y no necesariamente lo deseable.

Es en este marco de referencia que intento para mis adentros ubicar vida y muerte del Comandante Fidel Castro, para otros, sin duda, pesará en sus reflexiones y sus juicios la circunstancia presente de una isla y sus avatares que con recursos naturales limitados y asediada por la globalización del capitalismo salvaje, se debate entre un presente ominoso fruto de sus contradicciones internas y del bloqueo norteamericano, muro de soberbia, incomprensión y odio (al que Trump amenaza con darle continuidad), y el próspero futuro al que aspiraran en su momento el pueblo cubano al triunfo de su Revolución.

Fidel será juzgado por la historia… Entonces, estoy seguro y sin duda alguna parafraseándole, ésta le absolverá, colocándole entre los hombres más grandes, más lúcidos y destacables del Siglo XX por su aporte a la humanidad.

¡Hasta entonces Comandante!

 Hojas que se lleva el viento

Hoy concluye el ciclo del duartismo en la vida política, económica y social de Veracruz, más no por ello podemos dar por terminadas sus secuencias y consecuencias,  ni tampoco apostarle el todo por el todo a un cambio substancial con el arribo del Sr. Lic. Miguel Ángel Yunes Linares a la mini gubernatura de la entidad. El peso de la inercia y de una terca realidad que somete nuestros mejores deseos a los intereses creados, persistirán a lo largo de la llamada alternancia, fenómeno partidista-electoral fruto del descontento y el hartazgo social y no de unidad  consensuada en torno a la toma de conciencia de las mayorías de la necesidad de cambio en todos los órdenes del hoy postrado Veracruz.

Somos los que el PRI a lo largo de su historia ha querido que seamos. Y así será.

Se bajó del caballo al omnipresente PRI, pero no está muerto. El voto ciudadano a favor de la alianza PAN-PRD y empoderando a la derecha,  no es suficiente para sepultar la herencia nefasta que culturalmente nos somete a una ideología y a una praxis opositora a todo sentido de unidad solidaria y vida en democracia con justicia social plena. Herencia que se hará sentir por diversos medios, a todo intento por hacer de la alternancia vehículo para mejorar, antes al contrario,  se constituirá en un serio obstáculo en los esfuerzos por rescatar a Veracruz, habiendo de prevalecer en la mente y en el hacer cotidiano lo peor de un viejo régimen que se niega a abandonar la historia.

Del cómo, con quién, con qué y a favor de quién el gobierno yunista navegue, con las corrientes dominantes o en contra de éstas, dependerá arribar en el 2018 a buen puerto. La integración del gabinete y las elecciones municipales del 2017 serán lo que de la medida, por ahora no pintan nada bien en lo que parece será un gobierno de cuates incondicionales y uno que otro prietito en el arroz para cumplirle al PRD. Las mismas prácticas político-administrativas que impone la cultura priísta, advierten de un horizonte nada grato en el escenario de la alternancia.

No es pesimismo, es simplemente querer ver más allá de lo que mediáticamente se nos dice debemos ver. El nudo gordiano de la crisis en que está inmersa la entidad no está en la quiebra de las finanzas públicas,  es social y económico conjugado con el tiempo y, por ende político y cultural, ámbito que más allá de nuestras fronteras, son otros y no los veracruzanos quienes proponen y deciden en expectativas y quehaceres. Es la terca realidad de una sociedad enferma y no los buenos deseos lo que manda y se avizora.

El cambio que Veracruz reclama está en la raíz misma del problema, en su población, luego depende de los veracruzanos todos y no de la consigna vertical que cual llamado a misa de la cúpula política baja, el comprometerse a cambiar o aceptar el más de lo mismo inclinándose ante el poder ideológico del viejo régimen.

-ooo-

Casi de manera simultánea, la titular de la SEFIPLAN, Clementina Guerrero García,  afirma ante la diputación local que El gobierno de Veracruz acumula pasivos por 87 mil 927 millones 886 mil 298 pesos y los diputados sin chistar, y al cuarto para las doce, aprueban en todos sus términos el llamado “Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018”, sin parar mientes en que el instrumento legal careciendo de respaldo financiero se reduce a un simple listado de buenos deseos. Primero pagar y después soñar, diría la abuela.

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Desfasado, curándose en salud y en el peor momento de un gobierno sin aceptación popular, Enrique Peña Nieto, afirma sin pudor que para el 2018 el PRI ganará la elección presidencial. Por lo que se observa en Veracruz, ni yendo a bailar a Chalma. Su voto duro (vacas, dice Yunes Landa), no alcanza para avasallar el descontento y hartazgo generado por un presidente incapaz y ajeno a las demandas sustantivas de los gobernados.

En oposición a la más que optimista afirmación presidencial, el PRI en Veracruz está optando por el inmovilismo y la resignación. En el 2017, los veracruzanos le repetirán la misma medicina.

Xalapa, Ver., 30 de noviembre de 2016

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J. Enrique Olivera Arce

Si partimos de la idea –parafraseando al escritor Rafael Junquera Maldonado- de que el mañana también es pasado, no podemos dejar de considerar que el proceso electoral 2014-2015 que desembocará en la reposición de la Cámara baja del Congreso de la Unión, debería ubicarse en el contexto de la crisis de Estado que tocara fondo con el crimen de Iguala.

Nada será igual que endenantes. El peso de la carga histórica de lo que ya se tipifica como un crimen de Estado, definirá mañana la circunstancia en la que los mexicanos votarán a favor o en contra del más de lo mismo que habrá de ofertar la partidocracia.

Si como afirma la ideóloga del CDE del PRI en Veracruz, Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo, todo está sujeto a la ley de probabilidades, lo más probable es que pese a los arquetipos de la química tradicional, el modelo matemático se apegue más a lo improbable que a lo deseable en el universo de opciones político electorales de un régimen caido en desgracia.

Hoy no hay nada para nadie, nos dice la Dra. Zaida Alicia. Y tiene razón, partidos y candidatos no están en el ánimo de un pueblo que lo mismo exige que se vayan todos que la renuncia del primer priísta de México.

Mañana es más que improbable que se ignore y olvide lo que en el pasado reciente se define como parte aguas en la vida institucional del Estado mexicano. Pasado, presente y futuro en unidad dialéctica conformarán la circunstancia en la que la correlación de fuerzas, ahora manifestándose en la calle, definirá rumbo y destino de la democracia representativa en México.

Más de lo mismo o cambio verdadero, es la disyuntiva.

A la violencia institucional, de la mano va la respuesta popular con un ascenso en la toma de conciencia de la necesidad de cambio. Lo que a la luz de la percepción pareciera lo mismo un vaso medio vacío que un vaso medio lleno, la terca realidad lo exhibe como un recipiente que derrama al peso de una gota. Un hoy, que ya es pasado, mostrando la cantidad acumulada de agravio e indignación transformándose en calidad, en el imaginario colectivo da un paso hacia delante en la construcción de ciudadanía y vida en democracia que habrá de reflejarse, mañana, en las urnas.

¿Podrá mañana el modelo matemático, arquetipo de una democracia simulada, dar viabilidad al conjunto de probabilidades que hoy la incipiente ciudadanía cuestiona y condena, exigiendo que se vayan todos?

La carga de un ignominioso pasado o el masoquismo de siempre dirán la última palabra, reduciéndose el abanico de opciones electorales a un simple votar o no votar.

Si mañana es pasado, y se da como válida la ley de probabilidades en el quehacer político electoral, ésta no podrá ni deberá ignorar entre sus variables sustantivas que el peso específico de una ignominiosa afrenta a los Sentimientos de la Nación, podría contar más que la alquimia electorera de un viejo régimen que no termina de morir.

Hojas que se lleva el viento

El valemadrismo frente a la crisis del régimen político nacional, se refleja en el rubicundo rostro del Sr. Dr. Duarte de Ochoa. ¿Será por eso que se comenta que no hay diferencia entre el ex gobernador de Guerrero y el que dicen manda en Veracruz?.- Xalapa, Ver., noviembre 9 de 2014.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La situación que vive México va de mal en peor. Estancamiento económico, desempleo, economía informal, pobreza creciente y desigualdad galopante, acompañados de una percepción cada vez más amplia de inseguridad y deterioro del estado de derecho y tejido social, son ya pan de cada día en la mayor parte del país. A ello habría que sumar la pérdida de credibilidad en los tres órdenes de gobierno y el rechazo al proyecto neoliberal de desarrollo que impulsado desde Los Pinos, ni aterriza ni convence a las mayorías.

Esta realidad ya inocultable, choca frontalmente con los esfuerzos del Sr. Peña Nieto por encontrarle la punta al mecate en el necesario equilibrio entre política interna y política exterior. Perdido como está en el entramado de contradicciones de un país subdesarrollado y sus aspiraciones de estadista de primer mundo a encontrar un lugar destacado para México en el globalizado concierto internacional, opone a la realidad real el sueño de una realidad virtual que no pasa del oropel mediático que le ubica como cancerbero de traspatio de los intereses norteamericanos..

Incongruencia tras incongruencia, el México cotidiano de millones de mexicanos no se corresponde con el México que el Sr. Peña Nieto pretende conducir a lo que el, los poderes fácticos, y sus círculos cercanos conciben como modernidad.

Perdido en el embrollo, sin la menor idea de cómo conjugar lo deseable con lo posible, a la par que se vanagloria del papel que en política exterior le asigna el expansivo gobierno de Barack Obama, en lo interno la paranoia domina, recurriéndose a los palos de ciego en políticas públicas; así como a los palos que, en lo social, literalmente hablando, aplica en contra de quienes en el marco de la pluralidad oponiéndose en los hechos al pensamiento único, no comulgan con la visión modernizadora de Los Pinos.

Para estos últimos, la criminalización de sus actos legítimos; llámense pueblos originarios, campesinos en defensa de agua y territorio, o movimientos precaristas surgidos de una clase media empobrecida, en obvia contraposición a los acuerdos y tratados internacionales sobre derechos humanos, laborales y sociales signados por México.

En el diseño y aplicación de las reformas con las que en el terreno jurídico se consolida el proyecto neoliberal auspiciado por los gobiernos del PRI y del PAN desde hace más de tres décadas, no se consideró tanto el carácter desigual regional y sectorial del México real, como el peso específico de la inercia de una administración pública ineficiente y corrupta a la que le corresponde la responsabilidad de operar desde el gobierno el cambio deseado.

Combinados, estos factores dan al traste con la pretensión de modernidad a partir de las reformas mal llamadas estructurales. La ausencia de unidad de propósitos, visión y de esfuerzo compartido, son nugatorios, estorbando más que coadyuvar en los objetivos que persigue el régimen peñanietista.

Es en este complejo escenario en el que negándose la oscuridad de la casa, cual candil de la calle se pretende uncir a México a las aventuras militaristas con la que, bajo el amparo de las banderas de la ONU, las grandes potencias en un nuevo reparto del mundo pretenden aliviar la crisis económico financiera que distorsiona y frena la razón sistémica del capitalismo

Confrontando la política interna con la exterior en un acto coyuntural que niega la experiencia acumulada en materia de relaciones internacionales, el gobierno federal conducido por el priísmo caduco, compromete al Estado mexicano ya no sólo en sus aspiraciones de futuro, también en el presente con todos los riesgos que implica el meter activamente la nariz en conflictos ajenos.

Para justificar tan ominoso paso, se aclara que la participación de México en las zonas de conflicto, tendrá carácter humanitario en auxilio de las poblaciones afectadas por guerras absurdas, saqueo de recursos naturales y super explotación de la fuerza laboral, cuando en lo interno el humanitarismo del régimen brillando por su ausencia genera más estancamiento económico, mayor retroceso en las libertades sociales, así como desencanto y frustración de millones de mexicanos cuyo horizonte de vida no va más allá de pobreza y desigualdad.

Una incongruencia más del régimen y su partidocracia y una contradicción más en un país condenado a no salir del subdesarrollo. Así como también un paso más en el proceso histórico de dependencia y sometimiento a los intereses norteamericanos.

O se está con el gobierno de Obama o se está en contra, he ahí el dilema en el que Peña Nieto pretende construir castillos en el aire.

Hojas que se lleva el viento

Cada pueblo tiene el gobierno que merece. Sólo así se explica el que la sociedad veracruzana aplauda y justifique la supresión de derechos individuales y sociales en la entidad en aras de la comodidad de una presunta mejora en la vialidad y movilidad urbana, sin parar mientes en que el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa pretende curarse en salud, evitando molestas manifestaciones de protesta durante la celebración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, promulgando una ley de tránsito que obligara a los movimientos sociales a pedir permiso previo a la autoridad para expresarse en la vía pública. El aquí no pasa nada, será ratificado por decreto con la anuencia y aval de la propia sociedad ofendida.

-ooo-

El 68 para los viejos no se olvida. Para los jóvenes, lección de compromiso para las nuevas generaciones en el largo proceso de búsqueda de cambio, transformación y progreso democrático compartido. La juventud masacrada por el PRI-gobierno no se sacrificó en vano.

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J. Enrique Olivera Arce

La sociedad humana con una indiferencia que pone en duda su propia naturaleza, asiste como espectador de piedra a la amenaza del cambio climático, apostando a favor de un planeta inhabitable para las generaciones venideras.

Unos por comisión, otros por omisión, uno a uno todos los seres humanos contribuimos con el sueño de la modernidad a a costa del ecocidio. Nadie está exento de responsabilidad, lo mismo Estados que gobiernos que la llamada sociedad civil y, en el seno de estas entidades, el uno por ciento de la humanidad que detenta el poder real, acumulando y concentrando riqueza a un costo demasiado alto para todos.

El desgarre de vestiduras y manifestaciones populares aisladas, no hace mella en el patrón hegemónico dominante de una sociedad que, paradigmáticamente, encuentra la felicidad en el tener para ser. Destruyendo el futuro en aras de un presente en el que acumular bienes materiales es la razón última de la vida humana, lo mismo para quienes no tienen nada que para aquellos que teniendo todo, quieren más. Unos y otros, contribuyendo, cerrando el círculo perverso del imperativo categórico que nos hemos impuesto, justificar con la sinrazón la razón de nuestro efímero paso por el planeta que generosamente nos acoge.

No hay vuelta atrás. El cambio climático ya no es especulación ni amenaza tremendista visualizada por la academia, está presente y actuando por sobre todas las cosas. La naturaleza cobrando caóticamente la factura, reconstruyendo el equilibrio perdido; manifestándose hostil para la vida humana así como esta ha sido hostil al planeta entero. Hoy, el hombre cosecha lo que sembró en un esfuerzo inaudito por poner a la naturaleza al servicio de sus aviesos fines.

Y en este inédito escenario, la previsión humana frente al cambio climático y sus secuelas presentes y futuras, no pasa del discurso, buenas intenciones y acuerdos internacionales, a los que se opone y domina pragmáticamente la irracionalidad del utilitarismo de un sistema de vida que, en lo económico y social, tiene por motor el privilegio de la acumulación y concentración de riqueza por sobre cualquier otra cosa; aberración que se justifica con la política a todos los niveles, vendiendo esta la idea de búsqueda del bien común en el principio y fin del arco iris; cual can daltónico en cuya naturaleza no está la percepción de los colores, el hombre transita a ciegas encontrando la felicidad en su propia destrucción destruyendo la vida del planeta.

Así como en este marco se ubican los propósitos y objetivos últimos de la educación, la ciencia y la tecnología, en una absurda competencia que divide a la sociedad en ganadores y perdedores, igualándoles en la espiral del individualismo y el consumismo, así como condicionando desarrollo y bienestar de la gran familia humana, sujetándole a los intereses del 1 por ciento de la población mundial.

Saqueo y depredación de recursos naturales limitados y explotación del hombre por el hombre, en nombre de crecimiento y desarrollo para los menos es el paradigma dominante. El futuro del planeta y los seres vivos que le habitan, no cuentan en el presente como no han contado en el pasado.

Por eso es de llamar la atención que algunos tan bien intencionados como ingenuos, atribuyan a la educación propiedades liberadoras que no tiene, en tanto está diseñada, organizada y administrada respondiendo a favor de propósitos sistémicos y no en contra de estos, como es el caso también de la ciencia y la tecnología cuyos impresionantes avances se prueban en el exterminio masivo de poblaciones enteras.

¿Qué estudiar, para qué y para quién? En esta irracional realidad contra natura es lo que deberíamos preguntarnos antes de hacer del conocimiento acumulado panacea.

¿Estamos dispuestos a contribuir a propósitos y objetivos sistémicos o a transitar en sentido contrario a éstos. En la respuesta a esta interrogante a mi juicio debería sustentarse eso que se da por llamar cultura política, así como la conceptualización de izquierda o derecha en el espectro político de una democracia sin etiquetas.

Estamos a favor del alivio al planeta y liberación de la raza humana, asumiendo este compromiso como forma de vida, o estamos en contra. Sin tener clara la respuesta la vida misma pierde sentido, la razón última del ser y deber ser se pierde en la marginalidad de un esteril paso en lo transitorio de la existencia, dejando como única huella trascendente una herida más en la faz de una tierra que hoy en un proceso irreversible se revuelve contra lo humano.

Hojas que se lleva el viento.

En una manifestación más de simulación, los dueños de las canicas condicionan la participación de los “adelantados” en los procesos electorales. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ratificó un criterio general para garantizar la equidad en las contiendas electorales: los aspirantes no pueden «destaparse» o promover sus proyectos en los medios. Si tanta belleza fuera verdad, en Veracruz la clase política desaparecería a los ojos de la ciudadanía y la prensa falleciendo de inanición, tendría que escribir su propio epitafio.

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J. Enrique Olivera Arce

El aprendiz de brujo desde Los Pinos manifiesta su beneplácito por el éxito alcanzado en su afán reformista contrario a los intereses más caros de la Nación. Sin oposición al frente, apoyado en la partidocracia y de espaldas a una ciudadanía secuestrada, en el papel van quedando aprobadas, una a una sus presuntamente estructurales reformas a la legislación vigente, entrándose a la etapa “más importante” a decir de Peña Nieto, que es su instrumentación, para que el modelo extralógico adoptado cumpla con los ordenamientos del libre mercado neoliberal.

Y aún falta lo que viene, la promulgación de las leyes secundarias en materia energética y el tránsito protocolario por el Congreso de la Unión de las iniciativas de reforma al campo y al sector salud, para completar el cuadro histórico de retroceso y entrega de la nación al poder fáctico del gran capital globalizado.

Concretándose el propósito único de una minoría gobernante que dictatorialmente se impone por sobre el pueblo de México. La misma que en dos horas escasas, sin mediar debate, en el senado aprobara en automático y por mayoriteo del PRIAN lo sustantivo de legislación secundaria energética.

En su momento lo afirmamos, las reformas van. Cartucheras al cañón, quepan o no quepan, porque así quedo pactado entre el autoritarismo de un neopresidencialismo en ciernes y la partidocracia. No hay vuelta de hoja, el papel aguanta todo, faltaría ver hasta donde la ley escrita se impone por sobre una realidad adversa a los propósitos “modernizadores” del viejo régimen reciclado.

En este escenario la orquestada actitud asumida por la mayoría de la prensa veracruzana, privilegiando la politización de un tema de barandilla por sobre asuntos torales para la nación o la crisis financiera y de gobierno que acusa la administración pública a cargo del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, va en consonancia con la estrategia mediática de la federación.

Distraer al respetable activando el morbo y politizando asuntos menores de barandilla, es la consigna. La opinión pública no debe ocuparse o preocuparse de temas que por su importancia competen única y exclusivamente a la camarilla partidocrática bajo las órdenes del Sr. Peña Nieto y su partido. Para eso México se gobierna bajo el régimen de democracia representativa, no faltaba más, aunque ello implique división y polarizado encono.

La partidocracia a lo suyo y el pueblo que se dice representado, a sus quehaceres cotidianos. No hay de otra, hasta que el cuerpo aguante.

Más sin embargo, las cosas no están tan así. Por sobre distractores y cortinas de humo, la población toma conciencia de su realidad. No pasa por alto que la representación popular y voluntad ciudadana está secuestrada por una pandilla de vividores y traidores que al amparo de la ley (¿de Herodes?), entrega a México al mejor postor. Toma nota y no son pocos los mexicanos que agendan resistencia y rechazo conforme la ocasión lo permita y esta, está más próxima que los beneficios que como panacea ofrecen las tan cacareadas reformas mal llamadas estructurales para alcanzar progreso y prosperidad.

Por sobre distractores y cortinas de humo, la memoria histórica viva y actuante no pasa por alto que la Revolución Méxicana para las masas de desposeídos fue la lucha por la tierra y la inclusión. Defensa del territorio y recursos naturales de los pueblos condujeron a la toma de las armas por estos. Hoy gracias a un puñado de traidores, territorio, tierra, agua están en peligro, el Senado privilegia como de interés público a empresas petroleras, gaseras y generadoras de energía eléctrica por encima de lo que en principio la Revolución Mexicana estableció como propiedad de la nación.

Si el petróleo no se vende, se defiende, con mucha mayor razón tierra y agua de los pueblos. Los legisladores, poniéndole el cascabel al gato despertando al México bronco, no tienen idea de lo que ello significa cuando el horno de por sí no está para bollos. Y si lo saben, con mayor razón el peso de su traición. Emiliano Zapata redivivo, cabalgando y con la carabina al ristre, se los demandará.

Hojas que se lleva el viento.

Mucho ojo. Los señores senadores veracruzanos del PRI y del PAN votaron a favor de la reforma energética. ¿Con que cara se presentarán ante la ciudadanía para solicitar su voto en su aspiración a gobernar a Veracruz?

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Dentro de los tiempos previstos el Instituto Nacional Electoral otorgó el registro a Morena como partido político, con todos los derechos, prerrogativas y obligaciones contempladas en la ley.

Sin dejar de considerar que el nuevo partido de izquierda institucional se incorpora al juego electoral, aceptando participar bajo las reglas y condiciones impuestas por la partidocracia dominante, Andrés Manuel y su seguidores tendrán que demostrar con hechos medibles que Morena responde a las aspiraciones y necesidades reales y sentidas de millones de mexicanos que, a lo largo del tiempo, han dejado de creer y de confiar en un sistema de partidos caduco, corrupto y corruptor.

De una estrategia declarativa, señalando, denunciando y cuestionando al gobierno y a los partidos nacionales hasta hoy existentes, Morena pasa a ubicarse en su nueva realidad ya no como movimiento social sino como una institución más de la república. Lo cual implica oportunidades pero también renuncias, no pocas, a propósitos y objetivos de una izquierda auténtica que le apuesta al cambio y transformación de la sociedad.

El cómo concilie su status institucional con apego a las reglas de los dueños de las canicas con la lucha social, dependerá su trascendencia en la vida política de un México sumido en el desencanto y el hartazgo. Ese es su reto y el reto de millones que confiando en el nuevo partido le darán viabilidad y sustento en lo que esperamos sea una larga y fructífera existencia.

Para diferenciarse positivamente de lo que tanto ha señalado y cuestionado, el primer paso es demostrar que está por la democracia partidista, construyendo ésta desde abajo con pleno respeto a la participación y derechos de la militancia y, al estilo del zapatismo, mandar obedeciendo. Ni tribus, compadrazgos u oscuros intereses, democracia a secas hasta donde el cuerpo aguante bajo las reglas del juego que con su registro acepta Morena.

Sin democracia a su interior su vida institucional sería corta e intrascendente, renunciando de entrada a la autoridad moral y política que requiere para legitimarse como expresión auténtica de una izquierda nacional que busca nuevos derroteros e instrumentos para avanzar. Democratizar la vida del partido aspirando a coadyuvar en la democratización de la vida nacional, es a mi juicio el principal reto hoy por hoy a asumir por Morena en el corto plazo.

Si se afronta con dignidad, honestidad, responsabilidad e inteligencia este reto nada menor, Morena recuperará credibilidad y confianza en una izquierda hoy marginada, excluida y sin voz propia.

Las reglas del juego que hoy se aceptan son claras. El registro que se le otorga a Morena no es eterno, sujeto al rejuego electoral la suma de sufragios a obtener es la medida. Jugando contra reloj los tiempos se acortan. Si para la elección del 2018 Morena no demuestra de que está hecho, su vida estará agotada. Luego tiene que poner toda la carne en el asador para convencer de que es diferente, de que no es un instrumento electorero más, de que su lucha por el poder político es incluyente, legítima y que no se suma a la partidocracia en el secuestro de la representación popular y voluntad ciudadana. En sus manos está el llegar para quedarse, esperemos que así sea.

Hojas que se lleva el viento

Hasta donde es dado observar, el “reconocimiento” del Sr. Dr. Duarte de Ochoa de una realidad que siempre ha negado, para sus apologistas de siempre es buena señal. No obstante habría que percibir señales más sólidas que la simple verborrea de siempre y eso está en chino ya que por lo pronto el gobernante se aferra a la idea de que mentes perversas “satanizan” el endeudamiento mil millonario que tiene tomada del cuello a su administración, lo que de ninguna manera es buena señal de un cambio positivo para afrontar lo que viene en los tres años que le restan en su mandato. Obras son amores, para convencer tendría que transparentar el que, el cómo, el cuanto y en donde en la aplicación de los recursos provenientes del injustificable endeudamiento para que cese la “satanización”. En tanto esto no suceda su acto de constricción tendrá efecto bumerang por más planas, columnas y gacetillas pagadas.- Cd. Caucel, Yuc., 13/09/2014

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La situación de deterioro en todos los órdenes por la que atraviesa México, me recuerda al entonces Secretario de Hacienda que frente a los ya claros indicios en el país del impacto de la crisis globalizada, afirmara que la economía nacional presentaba síntomas no más allá de un ligero  catarrito. Pasado el tiempo, el resfriado tornase ataque severo de influenza por no habérsele aplicado al enfermo una buena dosis de paracetamol,  como en su momento Fidel Herrera Beltrán gobernador entonces de Veracruz, atinadamente lo hiciera  en recóndito poblado de nuestro terruño, en el que la contaminación ambiental pusiera en riesgo la vida de un infante.

El mismo servidor público, hoy Director del Banco de México,  ante el presidente Peña afirma que México está bien preparado para enfrentar un escenario extremo y «de baja probabilidad» de un incumplimiento de pago por parte de Estados Unidos.

La solidez macroeconómica, no obstante la acusada desaceleración en el crecimiento, es garantía de que el nuevo catarrito en puerta nos hará lo que el viento a Juárez estima el susodicho.

Ojalá y así fuera, México no está en condiciones de acumular mayores estragos.  Sin embargo, el optimismo del Sr. Cartens no parece ser del todo compartido. Son ya varios años en los que la estabilidad macroeconómica no guarda equilibrio con el ámbito micro de una realidad económica y social de alto impacto que además de arrastrar, carga consigo ni más ni menos que con 53 millones de mexicanos en condiciones de pobreza, incapacitados para consumir lo que el país produce y la salud del mercado interno demanda, en demérito de todo esfuerzo de crecimiento sostenido.

Luego cabe preguntar:

¿Y la microeconomía Sr. Cartens? ¿Es que acaso esta no cuenta en un escenario de racional previsión frente a los efectos de una crisis que ya sentara sus reales en el país? ¿Es suficiente la fortaleza macro para resistir lo mismo la amenaza del exterior que las presiones internas?

Si es así, el Banco de México debería tranquilizarnos explicándolo con peras y manzanas para mayor entendimiento.

No hay porqué preocuparse, no obstante las ominosas señales, diría Fidel Herrera, mago financiero. En la coyuntura, la reforma hacendaria que deviene en enredada miscelánea fiscal recaudatoria gracias a los buenos oficios de los cabilderos de los poderes fácticos en Congreso de la Unión y que presuntamente le modifican la plana al Sr. Peña, es el paracetamol oportuno que impedirá que la sangre llegue al río, en tanto llega el momento de aplicar la panacea eficaz de la reforma energética.

¿No acaso se salvan de pagar IVA lo mismo alimentos y medicinas que el futbol y las corridas de toros?

Y en este escenario de optimista previsión, una vez más el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, sucesor del curandero de Nopaltepec y con las mismas recetas de su antecesor, declara con no poca soberbia y mayor ignorancia o mala fe, que Veracruz registra un crecimiento económico dos veces superior al que tiene postrado al país entero con algo más que un simple resfriado estacional.

Si en el México de todos no pasa nada, con mayor razón en Veracruz en el que el grueso de los recursos presupuestales disponibles, generación energética, inversión en infraestructura, creación de nuevos empleos, políticas asistencialistas y pago de nómina del magisterio, corre a cargo de  la federación. Colgados del enfermo vamos bien, afirma el Sr. Duarte.

Y mientras en el papel nos excedemos en previsión, optimismo, buenos deseos y sueños guajiros, la realidad necia al fin, sigue imperturbable su marcha marcando paso a paso el camino a un desastre anunciado, el arribo a la condición de Estado fallido.

Sin miramiento alguno, la crisis globalizada hoy jalonada por el conflicto interno del gobierno de Obama, nos tiene contra la pared sin más armas para defendernos que la soberbia de un aquí no pasa nada, fruto de la opacidad y simulación que  en Veracruz el Sr. Dr. Duarte de Ochoa  afirma no existen en la tierra que dice gobernar.

Mañana, 17 de octubre, es la fecha fatídica para que se concrete la madre de todas las tormentas en nuestro vecino del norte y, con ello, la “tormenta perfecta” para el mundo globalizado. Esperemos que la lumbre no llegue a los aparejos y para bien de todos, las negociaciones en el Congreso norteamericano lleguen a feliz término. ¿Y si no?, es la interrogante que flota en el ambiente internacional.

¿Podrá México, como afirma el Banco de México,  remontar esta nueva escalada de la crisis global? ¿La macroeconomía y el coyuntural paracetamol de la maltrecha reforma fiscal serán suficientes? ¿A casi un año de distancia de su toma de posesión el presidente Peña podrá frenar desaceleración económica, descontento, hartazgo, cólera y protesta? Estas son las interrogantes que para los mexicanos están en el aire. En unas pocas semanas, muy pocas, se irán dando las respuestas. Esperemos que en esta ocasión sean satisfactorias y todo quede en uno más de los catarritos del Sr. Cartens.

Hojas que se lleva el viento

Bien haría la prensa en moderar su postura de  satanización del movimiento magisterial. El horno no está para bollos y agregarle más leña al fuego propiciando y provocando el enfrentamiento de padres de familia con los mentores de sus hijos,  no es el mejor camino para mantener en paz la pradera.

No es sano olvidar que  la gran mayoría de esos padres, obreros, campesinos, burócratas, maestros universitarios, microempresarios, periodistas, desempleados y jubilados, también tienen razones de peso y de pesos más que justificadas para sumarse a la protesta ciudadana en contra del actual estado de cosas en el país. Y ni qué decir de Veracruz, en donde por más que se afirme lo contrario,  las necesidades crecen, el bolsillo de las mayorías se achica y los estómagos vacíos piden ya la voz en la tribuna.

Nota al calce

El Senado de Estados Unidos aprobó hoy miércoles una iniciativa para reabrir de inmediato el gobierno y permitir que funcione al menos hasta el 15 de enero de 2014, además de aumentar el techo de la deuda hasta el 7 de febrero. Ahora sólo resta su aprobación en la Cámara de Representantes esta misma noche para que el proyecto sea publicado y el gobierno federal estadunidense reabra mañana jueves, luego de un cierre parcial desde el pasado 1 de octubre.- Xalapa, Ver., octubre 16 de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Teniendo como fondo el contexto de un país que no deja de ser considerado como colonia de los  poderes fácticos de alcance mundial representados por los intereses de los conglomerados trasnacionales y en especial los de los EE UU,  México atraviesa por una situación interna que le coloca en una compleja encrucijada: o se transita por el trillado camino de la dependencia sacrificando soberanía y reciclando subdesarrollo, o se avanza por los estrechos, complicados y difíciles senderos de la búsqueda de la liberación nacional y el desarrollo.

Este es el escenario que, a mi juicio, debería enmarcar y ser punto de partida de todo análisis de lo que es hoy nuestro país y lo que  de  él se espera con las llamadas reformas estructurales que el gobierno neoliberal del Sr. Peña se ha propuesto impulsar.

Al margen de este marco, siempre a mi modesto entender se polemiza en torno al árbol dejándose de considerar el bosque y sus entornos más inmediatos y mediatos.

Las consecuencias están a la orden del día, tanto en la corta visión del poder público para imponer sin previo consenso como en las diversas y hasta encontradas reacciones de la gente que, aún sin conocer y entender el propósito de la estrategia peñista, respaldan o rechazan lo que por lo pronto es apenas un esbozo de medidas de mayor calado y profundidad en beneficio de los intereses de los poderes fácticos.

Sin embargo, la burra no era arisca… Amplios sectores de la población con mayor capacidad de percepción que conocimiento específico u orientación ideológica al calce, hablan de un proceso de privatización y renuncia del Estado para con la sociedad del bienestar. Y, a mi juicio, parece que no están equivocados.

Lo que está aconteciendo en Europa y más específicamente en el vecino país del norte, arroja indicadores que lo confirman tanto a nivel global como en el ámbito particular de los Estados-Nación.

Derechos universalmente reconocidos como inherentes a la persona humana, lo mismo en alimentación, educación, salud, comunicaciones que en vivienda, cultura y recreación o pensiones dignas, se dejan al libre arbitrio de las fuerzas del  mercado y al margen de la obligatoriedad del Estado para con la población.

Siendo paradigmática la disyuntiva en la que los poderes fácticos representados en el Congreso de la Unión de los Estados Unidos de América, ponen al presidente Barack Obama. Se pospone la entrada en vigor  o descarta la “ley Obamacare” (reforma del sistema de salud pública) auspiciada por el ejecutivo federal o se paraliza el gobierno dejándole sin presupuesto para operar.

O bien, las medidas tomadas en Alemania para substituir las pensiones por inversiones individuales en el presente  para financiar necesidades futuras de sobrevivencia de los trabajadores que concluyan su ciclo laboral.

Todo en nombre de la visión neoliberal de mayor crecimiento económico sacrificando presente y futuro del desarrollo humano,  lo que, en primera y última instancia, beneficia sistémicamente a poderosos conglomerados trasnacionales a costa de millones y millones de seres humanos en un ininterrumpido proceso de profundización de desigualdad y pobreza.

No cabe argumentar si lo que está sucediendo en el resto del mundo es aplicable a México. Lo que si procede es observar con talante crítico adonde nos llevan las reformas presuntamente estructurales, contemplando el bosque y no únicamente concentrarnos en el árbol que tenemos enfrente.

Cada quien debe sacar conclusiones y actuar en consecuencia frente al paquete-panacea ofertada por el Sr. Peña; preguntándose si con este mejorará en beneficio de las mayorías la legislación reformada en materia laboral, educativa, de comunicaciones, la hacendaria y energética aún pendientes, o las que ya se cocinan en el cupular pacto por México, en materia de alimentación y salud.

Pero también preguntándose si estas responden a un interés legítimo de nuestro Estado-Nación en el marco de su soberanía e independencia, o bien apuntan a satisfacer necesidades presentes y futuras de las trasnacionales si el destino de México sigue poniéndose en manos de los poderes fácticos y sus intereses globales, en renglones estratégicos para México como la energía, la educación, la salud y, en primer  término, la alimentaria ahora amenazada por la ya en marcha autorización de cultivos transgénicos en millones de hectáreas en territorio nacional.

Información, observación, análisis y conclusiones al alcance de cada quién debería ser a mi modesto entender la tarea inmediata para la población de un país en crisis. Los resultados de tal ejercicio, en su momento enriquecerían el imaginario popular, camino de una toma de conciencia colectiva para la acción consecuente.

Detenernos en darle vueltas y vueltas al árbol para juzgar lo que es bueno o lo que es desechable de un movimiento magisterial, que es apenas punta visible de un iceberg aún mayor, desgasta, confunde y divide cuando lo que la realidad exige a las mayorías de este país es la unidad en torno a un programa mínimo consensuado para la acción inmediata, si lo que se pretende es frenar el camino de la privatización auspiciado por los intereses supranacionales de las poderosas corporaciones que no tienen llenadera.

El resolver la disyuntiva frente a la encrucijada compete al Estado mexicano, pero también y con mayor razón, a la población que vivirá en carne propia beneficios o pérdidas de lo que ahora pareciera estar sujeto al capricho de la partidocracia y su presidente.- Xalapa, Ver., octubre 2 de 2013

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J. Enrique Olivera Arce

«Si los opulentos siguen reclamando una porción tan inmensa de nuestra riqueza que el crecimiento desaparece para todo el mundo, salvo para ellos — entonces el único camino que podría adoptar el 99% para mejorar su suerte sería explícitamente redistributivo«.  Harold Meyerson: “La guerra de clases en un futuro sin crecimiento”

 Mientras los reflectores están puestos en uno de tantos casos de corrupción e impunidad que tienen de rodillas al país, los medios informativos rinden tributo al “hombre más rico de México”, que todo lo que toca lo transforma en oro. Elba Esther Gordillo está en la cárcel, Carlos Slim festeja ser poseedor de una fortuna estimada en 73 mil millones de dólares.

No hay parangón. Cada chango en su mecate, en la calle o en la cárcel cada uno tiene lo que sembró en los fértiles campos de un sistema económico, político y social que se sustenta en la permisibilidad,  lisa y llana de todo aquello que contribuya a su reproducción sin límite.

Sin embargo, esto apenas es un pálido reflejo de lo que es hoy el México que desde la presidencia de la república se pretende transformar. Corrupción tolerada e impune y una inequitativa distribución de la riqueza producida sustentada en políticas públicas propiciatorias de pobreza y desigualdad, es el lastre acumulado por décadas al que se pretende combatir. Quedará en eso: ambiciosa presunción de impacto mediático, pero imposible de aterrizar con resultados más o menos satisfactorios.

Es mayor el peso específico de la corrupción y la desigualdad a lo largo y ancho del país, que todos los pactos y reformas legislativas diseñadas e inscritas en leyes anodinas, en el vértice de la pirámide de una sociedad que se mueve entre el hartazgo y el miedo. Por sobre las presuntos buenos deseos, la realidad terminara por imponerse.

Sin políticas públicas redistributivas que vean por el bienestar de las mayorías, la corrupción e impunidad florece y los enormes capitales en manos de unos cuantos se multiplican. A menor número de inmensas fortunas familiares, mayor el número de pobres, caldo de cultivo inagotable de la desigualdad.

¿No acaso el asalariado, contribuyente cautivo, paga al gobierno por el derecho al trabajo en tanto que a las grandes y poderosas empresas el fisco les devuelve enormes fortunas?

Hasta hoy, el “nuevo PRI” paradigma histórico de simulación, y el presidente emanado de éste, han hablado de combate a la corrupción y abatimiento de la pobreza. Crecimiento económico al costo que sea, pero en ningún discurso o propuesta alguna se toca a la desigualdad como fenómeno estructural de la mayor jerarquía e impacto en la vida nacional.

Desigualdad, pobreza, hambre, inseguridad, crecimiento económico y tasa de ganancia del gran capital van de la mano. Sin una auténtica reforma integral que modifique la actual estructura económica y social del país, todo se reduce al gatopardismo de siempre en el que se sustenta corrupción e impunidad. Cerrándose el círculo perverso en el que se debate México al amparo de la política que, secuestrada por una  partidocracia rampante, lo avala desde el Congreso de la Unión.

A la luz de estas reflexiones, me llama la atención lo acontecido en Italia, país en crisis cuyos ciudadanos en la última elección optaran en las urnas por darle la espalda a todos los partidos políticos tradicionales, otorgándole el triunfo con 8 millones de votos, 109 diputados y 54 senadores, al Movimiento Cinco Estrellas (M5E) del cómico Beppe Grillo.

“Un no partido con no estatutos ni estructura burocrática  que funciona por la red electrónica y, en vez de sedes, tiene meetups locales, que son centros electrónicos abiertos donde se informa sobre la realidad local y toda la actividad del M5E. Sus parlamentarios no se consideran tales, sino ciudadanos”. (Guillermo Almeyra, La Jornada 03/03/2013)

Una sociedad harta de la política tradicional en manos de la partidocracia italiana, se armó de valor e inteligencia para recuperar lo que en principio les pertenece: la democracia participativa.

Pueden estar equivocados los “ciudadanos” italianos en confiar en un movimiento que lidera un cómico. Sin embargo nadie puede negarles su derecho a ello. La historia de los pueblos avanza por aproximaciones sucesivas en las que el acierto y el error se retroalimentan. Con esta insólita experiencia gana la democracia, y el manejo de la crisis económica de la Península Itálica desde la representación popular, se espera esté en manos de las mayorías. No más socializar las pérdidas, es el mensaje del 99% empobrecido al opulento 1 %.

En la aldea global nada es ajeno para nadie, esta decisión ciudadana propone nuevos paradigmas políticos para el Siglo XXI. No más partidocracia, no más política al servicio de las minorías opulentas. La democracia participativa abriéndose paso. La lección que deja es que si se puede. Corresponderá a cada pueblo encontrar los mejores caminos para la victoria.

Hojas que se lleva el viento

Contratación de deuda pública de los estados no debe ser ventilada en el Senado: CONAGO. Los gobernadores prefieren seguir la tradición de negociar en lo oscurito con la Secretaría de Hacienda, ¡cual debe de ser!

-ooo-

Declarada muerta la alianza electoral PAN-PRD, tras ser victimada por el oportunismo y la corrupción tribal, a los veracruzanos no nos queda otra que acogernos a la “Ley de Herodes”, el PRI, ahora gobierno nuevamente al ungir al presidente como jefe máximo del partido, va prácticamente solo a la elección de alcaldes y diputados locales. La fantasía del Veracruz próspero se impuso y se quedará para rato.-  Xalapa, Ver., a 6 de marzo de 2013.

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