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Category Archives: Libertad de expresión

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Leí con interés el último artículo de Uriel Flores Aguayo,  ex diputado federal perredista y ahora flamante subsecretario de desarrollo educativo en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, publicado en diversos medios de comunicación y  en el que bajo el título “La crítica fácil y la piel delgada“,  se refiere a la crítica periodística que en la entidad se vierte en torno al gobierno yunista.

Celebro que no tenga pelos en la lengua para abrir un debate sobre un tema por lo demás controvertido, como lo es el desempeño del periodismo en Veracruz y, específicamente, el que con talante crítico cuestiona al gobierno bianual de la alternancia a escaso mes y medio de iniciado el mandato constitucional. Y lo celebro porque no es nada común el que un funcionario público abiertamente con el mismo talante a su vez cuestione el quehacer cotidiano de los medios de comunicación.

En aras de contribuir al debate, debo mencionar que quien esto escribe dándose por aludido en tanto que en más de un maquinazo ha hecho señalamientos en torno a la alternancia y al Sr. Yunes Linares, aclara que por principio no es nada personal lo expresado en este espacio. No se juzga a priori ni a la ligera. Se aprecia y se emite una opinión crítica a partir tanto de una percepción políticamente válida como de hechos concretos que ponen de relieve tendencias negativas que, de tener continuidad, bien pudieran anticipar el fracaso del mini gobierno de dos años en Veracruz, entre otras, pretender combatir la ilegalidad con ilegalidad en el afán si bien legítimo de restablecer el imperio de la ley por ahora extraviado,  no por ello deja de ser equívoco. O bien, anteponer el énfasis en privilegiar las limitaciones financieras y desorden administrativo heredadas de sus enemigos más que adversarios políticos  por sobre la atención a problemas estructurales que conformando la actual crisis multidimensional y multisectorial de la entidad, tienen a Veracruz en franca indefensión frente a lo que en el futuro inmediato se espera con el arribo de Donald Trump a la presidencia de EE. UU.

Se puede por lo que toca a quien estas líneas escribe, estar equivocado en esta apreciación en cuanto a tan corto período de gestión más no puede, a mi juicio,  calificarse de ligera o “facilona” cuando está de por medio no el rescate de la administración pública sino algo de mayor trascendencia como el futuro económico y social de una entidad federativa que ha perdido rumbo y destino.

La prensa veracruzana no es ajena a la crisis que en todos los órdenes se vive en la entidad. De una u otra forma no sólo la refleja también la vive en carne propia. De ahí que recogiendo el guante lanzado por Uriel Flores,  por principio soy de la idea de un repensar del periodismo en Veracruz, eso sí, pero entendido este más que como ideal subjetivo de una actividad llamada a pugnar por el bien común colectivo, como lo que es realmente: un negocio empresarial como cualquier otro en el que obtener ganancias es el propósito último.

Debiendo superarse el viejo y ya caduco esquema de confundir información con propaganda política,  jerarquizando en primer término en el orden de prioridades no lo que el poder formal o fáctico quiere que la gente conozca y actúe en consecuencia sino que, en sintonía con la vida cotidiana de la población, el responder a la necesidad de la sociedad de estar bien informada; contribuyendo tanto a la construcción de ciudadanía como de una vida en democracia que perfeccione con respeto, tolerancia inclusión la necesaria convivencia civilizada entre diferentes en una colectividad en principio plural.

¿Es pedirle peras al olmo?

En este marco de reflexión, cabe tomar en cuenta algunas consideraciones a mi juicio relevantes para dar contexto a la inquietud del subsecretario: 

  1. El periodismo-empresa es un negocio que como tal requiere de vender mercancía (espacio-información) para obtener una legítima ganancia que justifique su presencia y quehacer social;
  2. Tanto la verdad como la objetividad en el periodismo-empresa, son relativos y no conceptos absolutos. Como negocio privado responde a motivaciones, propósitos y objetivos en función del mercado al cual concurre. El cliente que paga manda, en términos llanos;
  3. La libertad de expresión la ejerce el capital y no los periodistas, es decir, cada propietario de una empresa y no los que profesionalmente le venden su fuerza de trabajo puesto que quien decide que, como y cuando publicar es el dueño del negocio;
  4. Los periodistas en particular pueden ser asalariados o colaboradores sin remuneración, profesionales o “amateurs”, pero siempre sujetos a la línea editorial o interés último del propietario del medio informativo;
  5. La empatía entre emisor y receptor de los mensajes depende teóricamente del criterio de los lectores y no necesariamente del periodismo-empresa, dependiendo de ello el éxito o fracaso editorial;
  6. Paradójicamente en Veracruz, aunque no es la excepción, el fracaso o el éxito editorial no depende del lector, del grado de aceptación, orientación, tiraje, penetración o influencia ante la opinión pública del medio, sino de la capacidad de negociación del propietario ante el poder público o sus personeros, clientes podría decirse,  si no únicos si sustantivos para la supervivencia del medio periodístico.

El periodismo ciudadano o independiente y no comercial, tiene sus propios asegunes, siempre también motivado por propósitos y objetivos coincidentes o no con el periodismo-empresa, coincidentes o no con el interés general de la sociedad, pero siempre acicateado por un interés específico, implícito o explícito, que le somete también a la relatividad de la verdad y la objetividad como paradigmas de la prensa impresa o electrónica.

Nadie escapa a un mínimo de intencionalidad individual o colectiva respecto al mensaje a difundir. En este juego todos participamos, el sistema y su ideología dominante nos iguala.

De estas consideraciones, entre otras que pudieran enumerarse, siempre a mi juicio habría que partir para poner en su exacta dimensión a lo que conocemos como crítica periodística, amén de que a esta también habría que diferenciarle, pues no es lo mismo la especulación, la denuncia, el comentario, la opinión fundada, o el simple chisme tan socorrido en el síndrome de la grilla electorera que caracteriza a la vida política en la entidad.

Expuesto lo anterior, cabe entonces recordar que en el mundo de la percepción que anima al imaginario colectivo, cada cabeza es un mundo. Reflejándose ello en el ejercicio del talante crítico a que hace referencia el ahora subsecretario de desarrollo educativo de la SEV, en relación a lo que se dice o deja de decirse del gobierno bianual de la alternancia en Veracruz.

A lo que habría que incorporar otro elemento que no puede soslayarse: el factor tiempo, ya que no es lo mismo 45 días en un gobierno de dos años que 45 días en uno normal de seis, dando lugar lo mismo a impaciencia por parte de los gobernados que a desesperación e impotencia del poder público para legitimarse en un plazo tan perentorio.

Uriel Flores nos dice en un recadito como colofón a su artículo: “El pesimismo de la inteligencia contra el optimismo de la voluntad”. Frase razonable, el voluntarismo irracional siempre estará en contraposición a la inteligencia y, yo agregaría, al sentido común, puesto que en el caso que nos ocupa, suele pensarse en la cúpula del poder que el ciudadano de a pie careciendo de inteligencia fundamenta su pesimismo en la ignorancia y no en el optimismo voluntarista que se pretende inocularle desde las esferas del poder.

Y hago referencia al sentido común, porque nadie puede ignorar que la inviabilidad del gobierno de la alternancia no reside únicamente en el estilo personal de gobernar del Sr. Miguel Ángel Yunes Linares o de los propósitos de una alianza PAN-PRD circunstancial y perentoria, sino que, fundamentalmente en el contexto que da marco al desempeño de un gobierno que pretendiendo navegar contra la corriente, está sujeto a una cruda realidad que oponiéndosele, condiciona presente y futuro del país y por ende, de la entidad veracruzana.

La gente no es tan tonta como se piensa. Observa, calla y guarda en el morral sus percepciones y conclusiones esperando su oportunidad como en junio pasado; nadie en su sano juicio, puede asegurar sin un dejo de pesimismo que la realidad que lastima a las mayorías gracias a políticas públicas contrarias al interés nacional, como el gasolinazo y la brutal pérdida real de la capacidad de compra del salario, rebasa por mucho optimismo y buena voluntad del gobierno actual de Veracruz en su pretendido afán de rescate de una entidad cuya crisis tiempo ha tocara fondo. 

Ante “la crítica facilona” cabe entonces la “piel gruesa” y poco sensible, aceptándose que en la relación gobierno-prensa, cercanos o distanciados del bien común, como en el juego de Juan Pirulero uno y otro atendiendo a su juego lleva agua a su respectivo molino. No hay de otra… por ahora.

En el inter, la crisis multidimensional y multisectorial que afecta a Veracruz sigue sin respuesta que valga.

Hojas que se lleva el viento

No se murió la gallina de los huevos de oro, gobiernos neoliberales por más de 30 años le retorcieron el pescuezo, como bien afirmara López Obrador. Políticas públicas entreguistas, corrupción y saqueo, imprevisión y pésima administración, dieron al traste con la industria energética nacional hoy a merced de las trasnacionales domésticas y extranjeras. La reforma energética auspiciada por los gobiernos de Fox y Calderón e implementada por Peña Nieto, fue sólo la puntilla.

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Siempre oportuno y a caza de la ocasión, el Sr. senador Héctor Yunes Landa nos dice que hay que prepararse para lo que viene, recomendándole a los veracruzanos generalidades y lugares comunes  pero, eso sí, sin comprometerse a emitir propuestas concretas que, como legislador debería elevar como iniciativas al Congreso de la Unión en previsión a las arremetidas del presidente electo de los EE UU. Tampoco reconoce, como es lógico, la necesidad de presionar al Sr. Peña Nieto para que dé marcha atrás a sus presuntas reformas estructurales que, como la energética y laboral ponen a la sociedad contra la pared.

-ooo-

Gobierno de Veracruz, duro y tendido en todos los frentes contra molinos de viento. Hombre orquesta solo contra el mundo, más que gobernador operador político, Yunes Linares olvida que gobernar es saber delegar.

Cd. Caucel, Yuc., enero 17 de 2017.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

No nos hagamos bolas, si recordamos como se cocinó el llamado “pacto por México”, tenemos que entender que a partir del domingo siete de junio la derecha con el PRIAN y sus satélites tienen el sartén por el mango; impulsará una mayor profundización en las políticas públicas reformistas privatizadoras, y pugnará por consolidar el modelo neoliberal de país que auspician e imponen los organismos financieros internacionales, en detrimento de la soberanía nacional, el bienestar de la gente y el futuro para las nuevas generaciones. De ahí la necesidad de construir un frente amplio de la izquierda auténtica en torno a Morena, si es que se está por un cambio verdadero por la vía electoral… Y a otra cosa mariposa.

Una de las tantas contradicciones por las que transita la sociedad veracruzana, es la que atañe a los medios de comunicación de masas. La mayoría de los medios informativos, siempre prestos a denunciar injusticias, entuertos y componendas, impunemente violentan tanto le legislación laboral vigente como los más elementales derechos humanos de los trabajadores intelectuales, técnicos y manuales que, a su servicio, hacen posible la existencia del medio y el enriquecimiento de sus propietarios.

Empresarios ricos y reporteros jodidos, señala el comunicador Luís Velázquez, destacando esta contradicción, y así es en efecto. Ya en los inicios de mi desempeño como reportero en los diarios El Imparcial de Xalapa y El Tiempo, en la capital veracruzana, lo viví en carne propia como algo inaceptable, obligándome, primero, a sumarme a la organización y puesta en marcha de la Sección 50 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa y, más tarde, a independizar mi trabajo incursionando en el entonces incipiente periodismo alternativo con el Boletín Diario de Noticias “Correo de la Noche” buscando otros horizontes.

Transcurridos casi 50 años, con un mayor número de medios y salvo contadas y honrosas excepciones nada ha cambiado en la relación laboral entre empresas periodísticas y sus trabajadores ni los periodistas cuentan con una organización gremial sólida y unitaria que vele por sus intereses El imbricado maridaje entre medios de comunicación y poder político no sólo niega el cumplimiento de la legislación laboral por parte de las empresas atentando contra los derechos de los trabajadores, también da lugar a la simulación y perversa práctica del “chayote” o “embute” que permite a reporteros, fotógrafos y columnistas, el redondear por debajo del agua sus magros ingresos para poder sobrevivir y sostener a la familia.

O bien, propiciando la proliferación de “texto servidores”, mercenarios que se doblegan sirviendo la más de las veces a no muy claros intereses en los círculos del poder formal y fáctico.

Nada es nuevo bajo el sol en México. No hay reproche. El no contar con un salario profesional digno y remunerativo, así como con las prestaciones de ley que dan acceso a la seguridad social individual y familiar, dobla a cualquiera. La necesidad obliga y la vocación queda.

A últimas fechas, se da otro fenómeno derivado de lo mismo: Los dueños de los medios de comunicación acumulan riqueza, prebendas y canonjías y los reporteros ponen los muertos.

En este escenario se celebra año con año en el mes de junio el “Día de la Libertad de Expresión”; fecha en la que el poder político formal refrenda jugosos convenios económico financieros con los propietarios de los medios y obsequia palmaditas y migajas a los periodistas de a pie.

Y en el marco de esta contradicción es que, como un hecho paradigmático, se presenta el no esperado fallecimiento del reportero gráfico y comentarista Noé Valdés. Hombre de bien, esposo y padre ejemplar, amigo entrañable de todos y con un singular cariño para Veracruz, muere al margen de la seguridad social desprovisto de derechos laborales que constitucionalmente deberían ampararle.
Toda una vida dedicada al desempeño del periodismo en diversos medios informativos, autodidacta, discípulo de otro amigo y colega en los viejos tiempos que se nos adelantara en el camino, el recordado reportero gráfico Saúl Sánchez.

Noé destacó como talentoso y sensible artista de la lente obsequiándonos imágenes invaluables del paisaje y vida comunitaria de un Veracruz que no todos aprecian. Y al final de su fructífera existencia, los gastos de la atención hospitalaria a su quebrantada salud, servicios funerarios y un modesto respaldo post mortem a sus deudos, habrán de solventarse en parte con la aportación solidaria del gremio gracias a la colecta que promueve el también comunicador Gustavo Cadena.

“¿Dormiste bien?”, era su saludo cotidiano. Hoy le decimos, Noé, duerme bien y descansa en paz.

Paradójicamente, quienes defienden con su trabajo la plena vigencia del Estado de Derecho, culminan su paso por el terrenal camino como víctimas de la injusticia impune. Llevándose como único consuelo la palabra solidaria de los amigos y compañeros que fieles a su vocación de servicio a la sociedad, comparten infortunio.

En los festejos del Día de la Libertad de Expresión, para los trabajadores de la prensa, nada que celebrar en Veracruz y sí un sentido reconocimiento a su entrega y compromiso con una vocación y una labor no valorada por la sociedad.

El discurso hueco de un gobernador fallido que reparte lo mismo mayor enriquecimiento para unos que limosna para los más, no puede ocultar u opacar el hecho inobjetable de que para al periodista de a pie la justicia está negada. ¿Hasta cuándo?

Hojas que se lleva el viento

Siendo la grilla electorera en Veracruz un continuum, o cuento de nunca acabar, para nuestra clase política y sus adláteres en un solo paquete se inserta la conclusión de la elección federal intermedia, las pre campañas de quienes aspiran a la candidatura a la gubernatura de la entidad en el 2016, y el salto a la palestra de quienes aspiran a una diputación local o a una alcaldía. Esto sin dar tiempo a que se presente y apruebe la iniciativa de reforma al Código Electoral de la entidad que el Sr. Duarte de Ochoa sacará de su chistera como aggiornamento para la elección de gobernador de dos años.

Lo curioso del caso es que todos, aspirantes y suspirantes, toman como plataforma de lanzamiento para sus sueños guajiros los resultados de la elección del domingo siete, como si estos fueran algo más que un triunfo pírrico de la partidocracia y no simple acceso de unos cuantos al botín. Deterioro y estancamiento de la economía veracruzana, desempleo, pérdida del poder adquisitivo y seguridad social de los asalariados así como la percepción de un despeñadero preñado de privatización y saqueo del patrimonio público, ni motivan preocupación ni quitan el sueño a los muchos tiradores que se apuntan, y los que surjan. Mucho menos, tiene cabida en su morral lo que la población inconsulta piense al respecto. Mala señal para el futuro inmediato.

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Y si de malas nuevas y señales se trata, hay que ir poniendo las barbas en remojo. Gracias al resultado de la elección del domingo siete, la privatización del agua en México es amenaza real anunciada. En Veracruz ya prácticamente es un hecho presuntamente irreversible que, parafraseando al Sr. Peña, a pesar de las resistencias, toma a los veracruzanos con los pantalones a las corvas. Después vendrán los impuestos por ventanas, jardines y mascotas, sin nada que lo impida.

Xalapa, Ver., junio 17 de 2015.

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Pulso crítico

Enrique Olivera Arce 

La información que en la semana en curso ha levantado ámpula, es la concerniente al conflicto que al interior de MVS, culminara con el despido de Carmen Aristegui y la salida del aire del programa informativo que conducía la destacada comunicadora e icono del periodismo independiente nacional.

Dado el clima de incredulidad y desconfianza para con todo lo que provenga del poder público que a nivel nacional prevalece, la primera reacción de la opinión pública fue de un justificado “sospechosismo” sobre una presunta intervención presidencial en la toma de la decisión adoptada por los propietarios de MVS, así como de un masivo respaldo a la conductora y su equipo de trabajo.

La percepción en el imaginario colectivo fue y sigue siendo la de un golpe más a la libertad de expresión y no un simple conflicto entre particulares como puntualiza la Segob,  considerándose que la argumentación para justificar el despido de Aristegui y su equipo de trabajo no pasa de ser un pueril pretexto tras el cual se oculta la mano presidencial.

En este nocivo clima que confronta al poder público con la ciudadanía, la opinión pública personaliza el affaire, colocando a los despedidos como víctimas de una manifestación autoritaria de un régimen político rebasado por la realidad e incapaz de recuperar confianza y credibilidad.

Observándose, sobre todo en las redes sociales, que la población percibe que más allá de  la simpatía, y solidaridad que la destacada periodista y su programa informativo concitan, está presente y es motivo de preocupación colectiva un hecho de la mayor relevancia, como una más y obvia escalada de un autoritarismo gubernamental en contra de la libertad de expresión y de la libertad de información como derechos inalienables del pueblo de México.

Escalada que no se daría en el vacío. Estaría encuadrada a mi juicio en la pérdida de confianza del poder público en una ciudadanía que el mismo presidente considera estorba por incrédula y obstáculo para el terso aterrizaje de sus reformas y consolidación del modelo de país que, cupularmente, se estima panacea idónea para abandonar las canchas del subdesarrollo.

Si esto es así, tanto el Sr. Peña como los intereses particulares que representa, no contaban para sus propósitos con el despertar de una sociedad cansada, lastimada y harta de corrupción y expoliación. Carmen Aristegui, en su carácter de mensajero, reflejando tal descontento social resulta incómoda para quienes se niegan a ver y escuchar el sonoro caminar de una realidad que ya no se puede ocultar con un dedo. Había que salir a parar y que mejor que recurrir a la manida fórmula de conflicto de intereses mercantiles entre una empresa periodística y sus subordinados.

La información periodística tiene dos puntas, la emisión y la recepción del mensaje. Es obvio que con la cancelación de un programa informativo, crítico tanto por su contenido como por su amplia cubertura a nivel nacional e internacional, se afecta a ambos extremos del mecate. Eliminado el mensajero, emisión y recepción se pliegan a los intereses del régimen. Vulnerándose de un solo tajo lo mismo la libertad de expresión que el derecho de la ciudadanía a estar bien informada, como bien lo apuntara Andrés Manuel López Obrador al meter basa en el conflicto, sugiriendo se resuelva el diferendum por medio del diálogo, ya que los espacios independientes son muy pocos en México.

Luego la supresión del programa informativo líder en MVS, va más allá de un conflicto empresarial de intereses en la que la primera perjudicada es Aristegui. Creo que así debe entenderse, como también creo debe entenderse que el pretexto aducido por la empresa de medios no es otra cosa que un mensaje por interpósita persona del gobierno peñista a la prensa nacional (como bien lo sospecha la opinión pública), acotando lo mismo el quehacer del periodismo que el ejercicio de la crítica y descalificación de la actuación gubernamental por una ciudadanía cada vez más propensa a expresar públicamente descontento, hartazgo y resistencia.

La impotencia manifiesta del régimen político para revertir incredulidad y desconfianza en favor de los propósitos y objetivos gubernamentales, habla por sí de la no aceptación de más crítica que azuce el avispero. Más si este talante crítico trasciende las fronteras nacionales y obtiene eco en el marco internacional, proyectando una imagen que pone en entredicho cualitativa y cuantitativamente desempeño y alcances reformistas del gobierno de México en su afán de apertura a la inversión extranjera y entrega del bien público al capital privado.  

MVS, Aristegui y en general la amplia audiencia que ha seguido el programa informativo en cuestión, pierden pero mayor daño acusa el ya de si deteriorado clima de incertidumbre de un México titubeante que no encuentra rumbo.

La pregunta obligada es si no estando el horno para bollos, la medida presidencial a tras mano se revertirá o no en contra del afán reformista neoliberal.

La respuesta a esta interrogante está en el aire. Empero, la ciudadanía ya suma lo que considera una afrenta,  al acumulado que Ayotzinapa pusiera al desnudo.

Libertad de expresión y libertad de empresa

Adicionalmente a todo esto que ventilado mediáticamente ya está en la calle, el conflicto de intereses que se vive al interior de MVS también pone en evidencia la confrontación entre libertad de prensa (de empresa) y libertad de expresión. La crisis por la que atraviesa el país ya no da cabida a la conciliación entre uno y otro derecho constitucional. La libertad de prensa garantiza aunque acotado por la ley, el ejercicio del periodismo como un negocio mercantil lucrativo más en la vida económico-empresarial del país, en tanto que la libertad de expresión es un derecho universal que transversalmente atañe a todos por igual, teóricamente en la vida en democracia no tiene acotación alguna,  y cuyo precio no se tasa en dinero.

MVS lo deja establecido muy claro, haciéndose eco del sentir de la industria de la comunicación y entretenimiento: la libertad de expresión termina cuando vulnera el carácter mercantil de la libertad de prensa, atentando contra los negocios e intereses de la empresa.

Conversando sobre el tema con el propietario de un medio de comunicación local que difunde el sueño duartista de que aquí no pasa nada, vamos bien, éste fue claro y contundente: “La actitud asumida por MVS en contra de Carmen Aristegui está plenamente justificada. Ningún subordinado debe o puede atentar contra los intereses de su fuente de trabajo, sin atentar contra su derecho y obligación de llevarles el pan a sus hijos. La periodista sobrepasó los límites generalmente aceptados de una sana y recíproca relación entre el poder y la prensa por lo que no le queda hacerse la mártir”. Así como también me expresara que “… eso de coartar el derecho de la población a estar bien informada es relativo cuando el programa de Aristegui sólo ha interesado a intelectuales trasnochados  o a seguidores de López Obrador”.

De esta manera, mi aldeano interlocutor plenamente consciente del terreno en que se mueve y medra, sintetiza la confrontación entre los intereses de unos cuantos por sobre los intereses más generales de la población.

En la misma tesitura estimo se encuentra la mayoría de los empresarios de la comunicación de masas en México y,  particularmente en Veracruz, entidad federativa en la que la empresa periodística tiene como fuente primaria de financiamiento al convenio propagandístico con los gobiernos estatal y municipales. Reduciéndose la libertad de expresión de los tundeteclas de a pie, reporteros y comentaristas, a lo que el poder público quiere escuchar.

Como corolario, a mi juicio considero que el “conflicto de intereses entre particulares” que nos ocupa, lleva cola y aún hay más. Lo que acontece al interior de MVS es apenas la punta de lanza en la presunta escalada. El régimen político y los poderes fácticos que mecen la cuna no cesarían en su propósito de acallar por la vía del autoritarismo la voz ciudadana de protesta y resistencia, generalizando el uso del tapaboca por todos los medios a su alcance. Que lo logren es otro cantar.

Hojas que se lleva el viento

En los círculos políticos y periodísticos cobra fuerza la idea de que el próximo gobernador de dos años en Veracruz será -contra la opinión e intereses de Fidel Herrera Beltrán y el duartismo-, un Yunes. Y en torno a esto la elección de junio próximo en la que es de esperarse que los veracruzanos se manifiesten en contra del más de lo mismo, se desdibuja por irrelevante, dando paso a un incierto futuro sobre lo que serán los procesos electorales del 2016 y 2018 en la entidad. Mucha crema a los tacos en torno a lo superfluo cuando lo sustantivo que es el derrumbe de la economía veracruzana se ignora o se pasa por alto. Por cierto, un Yunes o Juan de los Palotes, no son garantía de que en tiempo y forma se recoja oportunamente el tiradero acumulado de 10 años de pésimo gobierno. Frente a la perversa maquinaria electoral partidista, la realidad seguirá imponiéndose al aquí no pasa nada.

-ooo-

Atinado mi comentario vertido el día que el diario  “La Jornada Veracruz” iniciara su aventura saliendo a la luz pública por vez primera. Con su presencia en el cotarro el periodismo veracruzano se oxigena, dejando atrás el obsoleto y rancio ejercicio que por décadas mantuviera a la población desinformada y manipulada. A partir de un antes y un después de la prensa veracruzana, como un parte aguas en sus ediciones impresa y digital este diario conducido con responsabilidad y profesionalismo por Tulio Moreno Alvarado, alienta el apostarle a un periodismo decente con elevadas miras en pro de los intereses más generales de la población, como es posible observarlo ya en publicaciones digitales alternativas que se ganan a pulso aceptación y simpatía de la audiencia veracruzana en la Internet.

Xalapa, Ver., marzo 17 de 2015.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce
«Lo más seguro es que quien sabe…» Sabiduría popular

La imagen del México de hoy que se ofrece tanto en el orden interno como en el exterior, se ilustra con pinceladas mediáticas en las que se reflejan lo mismo hechos objetivos irrefutables, que percepciones subjetivas de una agobiante realidad de un país sin rumbo ni brújula.

Lo objetivo y lo subjetivo se entrelazan y se retroalimentan, mostrando una realidad única que para unos guarda tintes de optimismo y de esperanza en tanto que para otros, los más, lo que domina es un pesimismo justificado e incertidumbre ante un futuro incierto que, ofreciendo más de lo mismo, apunta a un desastre.

En un país plural, con altos índices de desigualdad, cada quien ve lo que quiere ver, según le va en la feria. Lo mismo trátese de quienes teniendo todo, o aspiran a tenerlo, que quien no tiene nada, salvo una mísera existencia, pasando por una clase media, ya no tan media y en proceso constante de empobrecimiento, cuyas expectativas de un futuro próspero se antojan canceladas.

Y en este marco referencial, en el que lo objetivo del diario acontecer nacional fortalece la visión subjetiva de la realidad real que alimenta al imaginario colectivo, la llamada clase política vela armas ante la contienda electoral en puerta, bordando al margen de una realidad que no ve, no entiende, o considera irrelevante para sus propósitos y objetivos cortoplacistas.

La mayoría de medios de comunicación masiva, se hacen eco de este ignorar de la realidad, lo mismo de la objetiva que la subjetiva que anida en la percepción de los presuntos votantes. Privilegiando lo accesorio y circunstancial del momento por sobre lo sustantivo de un país en crisis cuya salida no descansa precisamente en las urnas.

Tan es así, que al actual proceso electoral se le ubica en un contexto históricamente superado, sin aceptar que el México de hoy ya no es el mismo en el que se pretende aplicar rancias estrategias electorales que si bien dieran resultados en el pasado, en el presente carecen de agarraderas. La población sobre la que operan los partidos políticos es otra; mejor informada, más participativa y más consciente, hoy la población sabe a ciencia cierta lo que significa confiar o no confiar en su llamada clase política.

Y en este saber colectivo, es más que evidente que los partidos políticos ya no cuentan con credibilidad, confianza, legitimidad y beneficio de la duda. Como también carecen de una estructura orgánica que pueda con eficacia revertir en el corto plazo lo que con deshonestidad intelectual, corrupción impune y descarado cinismo cada partido político ha construido para ganarse la animadversión del electorado.

De ahí que cabe preguntarse entonces si en este nuevo e inédito escenario, los partidos políticos de espaldas al sentir de la gente, podrán ser competitivos sin recurrir a la compra de votos y dignidades.

El Instituto Nacional Electoral (INE), se anticipa asegurando que en el peor de los escenarios, bastaría con que un partido político se levantara con el 5% de la votación total para ser declarado ganador. Y a eso le apuesta la llamada clase política. La elección sería legal, pero como siempre careciendo de legitimidad democrática; de ahí que en los círculos políticos la crisis nacional lo mismo en lo económico que en lo social, vale madre en tanto no interfiera con el proceso electoral.

En este orden de ideas, cabe preguntarse también si bajo este esquema de inmoralidad política, en el que la legitimidad lo mismo que el sentir de las mayorías pasa a segundo término, vale la pena el preocuparse u ocuparse en elegir a un diputado federal.

Así como también obligado es preguntarse para qué sirve un diputado federal en el régimen presidencialista, si no es más que para levantar el dedo aprobando lo que en principio lesiona el interés más general de la nación. El desempeño de los actuales diputados en el Congreso de la Unión, atentando contra el patrimonio de todos los mexicanos, nos da la respuesta.

Y si bien existen honrosas excepciones que levantaran más que el dedo la voz, en contra de las iniciativas presidenciales, estas voces son contadas y los resultados obtenidos del discurso opositor son irrelevantes, como irrelevante es la gestión de un diputado para que se pavimente una calle o se instale una farola cuando en lo sustantivo no cumple con su encargo.

Luego, para que queremos diputados, si la representación popular está secuestrada por una partidocracia oportunista, corrupta, impune e insensible, que no quiere, no puede, o no le interesa el cómo salir de una crisis de Estado que hoy por hoy no tiene más salida que el dejar hacer, dejar pasar, hasta que reviente por el hilo más delgado.

Hojas que se lleva el viento

Imprevisión, improvisación, y palos de ciego frente a la crisis globalizada y la que en lo específico vive el Estado mexicano, parecen ser las variables que sustentan la errática política energética de la actual administración pública federal. Sólo así se explica el que en un escenario internacional negativo para la mezcla mexicana de crudo, se privilegie el mercado externo por sobre el mercado interno de los energéticos que mueven al país. Persistiéndose en vender barata la materia prima e importar caro y en dólares, gasolinas y gas industrial y doméstico, dañando lo mismo a la industria, el transporte y distribución de mercancías, que a la economía familiar.

Petróleo crudo barato para el exterior y combustibles caros para el consumo nacional, es la tónica que nos receta el “hombre del presidente” desde la Secretaría de Hacienda.

Y en este marco de lo absurdo, el Sr. Peña Nieto desde Oaxaca afirma que en el presente año se verán los resultados positivos de la llamada reforma estructural energética, sin parar mientes en que lo que el país requiere son refinerías que generen nuevos empleos y combustibles a precio accesible para consumidor final y no ventas de garaje de nuestra materia prima básica.

Lo verdaderamente grave de este absurdo proceder, es que en una economía petrolizada como la de México, el bien estratégico de la nación sea administrado bajo una óptica de improvisación y saqueo en nombre de un modelo de desarrollo del país que para el Sr. Peña es el idóneo para “mover a México”.

Muere un periodista, grande entre los grandes. Descanse en paz Julio Scherer.-

Cd. Caucel, Yuc., enero 7 de 2015

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Todo el país ha sido cultivado con mucho esmero durante los años recientes para que se esparza en él la desobediencia y la insurrección”. José M. Murià

Gobernador de Veracruz

Gobernador de Veracruz

Estimo que en el estilo personal de gobernar cuenta, y cuenta mucho si no es que lo determina, el origen, las raíces familiares, el entorno de crecimiento y desarrollo, educación, experiencia, ambiciones personales y, sin duda, el estilo de vida a que está acostumbrado el gobernante. Salvo un excepcional garbanzo de a libra, considero que nadie en la llamada clase política escapa a esta condicionante.

No es por tanto casual el que en Veracruz suframos un gobernador como el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, cuyo estilo personal de gobernar a mi juicio acusa pobreza de atributos sólidos en su hoja de vida.

En la entidad y fuera de ésta, tal estilo es considerado mediocre y, dada la conformación de nuestra clase política en México, eso es ya decir mucho, más cuando el estilo de gobernar no se ve reforzado con una mediana visión de Estado, sensibilidad, tacto y voluntad política en el desempeño de la función para la cual fue electo. Atributos estos que se sustituyen con alegórica fantasía y triunfalismo mediático, pagado y sin sustento, al cual es aplicable la fábula del emperador desnudo.

Hombre de pocas luces

Si el gobernador veracruzano superara en algo la mediocridad y egocentrismo en su estilo personal de gobernar, habría empezado por rodearse de un equipo de funcionarios preparados, eficientes y eficaces que suplieran sus deficiencias y carencias y, además, desde el inicio de su mandat, romper el cordón umbilical que le mantiene atado a su padrino y antecesor en el ejecutivo estatal. Lejos de ello, así como se ha mantenido el lazo que le une a Fidel Herrera Beltrán, en la misma forma se rodea y hace equipo o establece relaciones de complicidad, con lo más atrasado de nuestra aldeana clase política.

Ser sensible a las necesidades del pueblo que gobierna, saber observar, valorar la realidad y escuchar para actuar en consecuencia, al fin hombre de pocas luces no se le da; sus limitaciones reflejadas en su hoja de vida no se lo permiten. Si a ello le agregamos tozudez para conservar y preservar su propia visión de una realidad inexistente, el retrato hablado está completo.

Luego es absurdo el pretender que el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa sea congruente con la situación de profunda crisis que hoy día vive México. No está ni en un talante autocrítico que pudiera orientarle, ni en su estilo triunfalista de gobernar; mientras México entero sufre una crisis combinada de estancamiento económico, confusión e inmovilidad del régimen político, deterioro de un estado de derecho cuestionado, así como una movilización social sin precedentes que en la calle expresa descontento y hartazgo, para el gobernador en Veracruz se vive una próspera etapa de prosperidad, seguridad, paz social, economía boyante y en constante crecimiento, acompañada por la aceptación, credibilidad y confianza en las instituciones de los gobernados.

Si el Sr. Peña es incapaz de lograr encontrarle la punta al mecate, desbarrando y dando palos de ciego para poner a salvo ya no su personal proyecto de nación y presuntas reformas estructurales que le sustentan, sino como prioridad su mandato constitucional, en Veracruz el gobernador presume y lo divulga a los cuatro vientos, de que aquí las cosas son diferentes, aquí sí se sabe cómo gobernar.

Ya no es carencia de tacto político que exige guardar cuando menos las apariencias, sino pecado capital de incongruencia y ausencia de visión de Estado. Pasando por alto que Veracruz no sólo es parte y responde al todo nacional, sino que además contribuye en gran medida al deterioro que en todos los órdenes acusa el Estado-Nación. El análisis, diagnóstico y resultados reflejado en estadísticas oficiales divulgadas ampliamente, así lo confirma. Y aun así, el Sr. Dr. Duarte de Ochoa ni suda ni se acongoja, insistiendo cotidianamente en su visión triunfalista de una realidad que no entiende o no quiere entender. Los problemas que aquejan al presidente de la república no son problemas de la incumbencia del gobernador de Veracruz, así de simple.

Para tranquilidad de nuestra conciencia y salud mental, ya no le exijamos peras al olmo con desgastantes señalamientos, crítica y denuncias. Es tan desgastante como estéril perder el tiempo en ello cuando hay otros temas de mayor relevancia de los que ocuparse y preocuparse. Faltan dos años para que termine la pesadilla, el aguantar es la opción. ¿O existe otra?

El proceso electoral en marcha.

Y en este marco se ubica el actual proceso electoral que desembocará en la entidad con la elección de diputados federales. Proceso de capital importancia para el Sr. Peña, exigido a contar con mayoría absoluta en el Congreso de la Unión y que en la entidad veracruzana es desdeñado, privilegiándose en el orden de prioridades electorales la sucesión en el gobierno de Veracruz. ¿Falta de control de la vida política por parte del gobernador? ¿O es el no entender donde tiene puesta la prioridad electoral el presidente de México?

Lo más grave es que son las dos cosas. Ni hay control ni se entiende la señal presidencial. De otra manera los madrugadores senadores no andarían por la libre agitando e avispero, ni el fuego amigo al interior del partido gobernante estuviera poniendo en riesgo en la entidad el por cierto ya dudoso triunfo del PRI en la elección del año próximo. ¿En 2015 vamos a elegir gobernador de dos años o diputados federales? Se pregunta una población confundida.

Si el no saber gobernar es el estilo personal que prevalece, en la hoja de vida del Sr. Dr. Duarte de Ochoa está la respuesta, no hay de otra y así lo debemos aceptar para no seguir dando vueltas a la noria, exigiéndole más de lo que el gobernante puede y está dispuesto a dar.

Para estar en consonancia, pensemos en cuál en una muy flaca caballada, será la mejor opción para suceder al actual mandatario y olvidemos el desgranar la mazorca tratando de encontrar en la mediocridad de la llamada clase política, las mejores opciones para ocupar en el 2015 una curul en la Cámara baja del Congreso de la Unión. O de plano, si convencidos estamos de la inutilidad de tratar de que las cosas cambien para bien en los terrenos de la partidocracia, dejemos que se sigan haciendo bolas, gobernador, partidos y políticos, y esperemos con paciencia la hora del sumar a favor del voto de castigo.

Hojas que se lleva el viento.

Dentro de lo relativo que es lo que debemos entender por libertad, destaca el descaro del deteriorado régimen político mexicano, que nos receta una llamada ley de movilidad universal para proteger los derechos de terceros atentando contra los derechos de todos, en su esfuerzo por tapar el pozo tras el niño ahogado. Lo que no se atreven a decir explícitamente diputados, senadores y el mismo Sr. Peña, “autor” de la iniciativa, es que ante el miedo de que la movilización social tome el camino de una auténtica y legítima rebelión, están optando por el camino fácil de un estado de excepción en México que les de seguridad.

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Para “la gente bonita” lo más destacado de la XXIV Cumbre Iberoamericana que inicia mañana en Veracruz, es el contar con la presencia del rey de España, mandatario que representa lo más rancio del trivial glamour de la aristocracia europea en el ámbito de la crisis económica, corrupción, saqueo y exclusión. Para “la prole” el referente principal indudablemente será José Mújica, presidente de la República Oriental del Uruguay, hoy por hoy paradigma mundial de gobernante honesto y comprometido con su pueblo. Dos visiones en el México dividido, polarizado y transitando por la peor crisis de Estado en los últimos cincuenta años.

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No nos esforcemos en ponerle cortinas al edificio cuyos cimientos apenas estamos pretendiendo construir. Todo a su tiempo, el cambio y transformación del país es un proceso largo, azaroso y no libre de obstáculos que exige voluntad, toma de conciencia, serenidad, trabajo, disciplina, sacrificio, noción de unidad basado en la solidaridad y respeto al pluralismo, así como visión de futuro y mucha paciencia confiando en la fortaleza de un pueblo dispuesto.

No por mucho madrugar amanece más temprano, diría mi abuela y eso cabe para quienes estén dispuestos a transformar a México poniéndolo al servicio de todos. Si no es hoy con nosotros, será mañana con las nuevas generaciones, pero será y en ello hay que confiar.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Ace

Sin pena ni gloria, entre opacidad e indiferencia el Gobernador de Veracruz rindió su IV Informe de Gobierno.

Encubierto por la euforia oficial y rechifla a Peña Nieto en los tendidos durante la inauguración de los  Juegos Centroamericanos y del Caribe, la inquietud social por el crimen de Iguala, el empantanamiento del diálogo SEP-politécnicos, la irrupción de policías en la UNAM, la inocua participación de México en la cumbre del G20 en Australia, la amenaza presidencial de recurrir a la represión como recurso de Estado,  y las últimas paladas a la tumba del PRD vertidas por su líder moral, el mensaje a los veracruzanos del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa con motivo de su IV Informe de Gobierno pasó desapercibido.

¿Así lo planeo el gobernante, o la realidad le tomó con los dedos tras la puerta?

En días anteriores ya un columnista había advertido que con informe o sin éste, la opinión sobre el anodino desempeño del gobernante veracruzano no sufriría cambio alguno. Y así está sucediendo, nadie quiere saber ya de más mensajes triunfalistas, textos amañados, cifras maquilladas y promesas de lo que debiendo ser no será. Con o sin el ominoso escenario de un país en crisis, con cortinas de humo o sin éstas, el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa y su gestión al frente de la administración pública estatal, ya está etiquetado en el imaginario colectivo como el peor gobernador que Veracruz ha padecido en los últimos tiempos, superando a su antecesor, padrino  y hacedor.

La realidad que vive la entidad veracruzana de ello se ha encargado. El oneroso dispendio de recursos públicos en la proyección mediática de la imagen del gobernante, y el ya clásico aquí no pasa nada reflejado en su mensaje a la ciudadanía, no ha sido suficiente para borrar lo que ya anida en la opinión pública veracruzana desde endenantes,  como imagen de un gobierno fallido.

Antes al contrario, entre más se hace gala de triunfalismo sin sustento, mayor es la indignación y rechazo a la palabra oficial.  No es pues de extrañarse que el mensaje y el mamotreto entregado al Congreso local, no alcancen ni siquiera para cubrir las apariencias.

La glosa del IV Informe que tendrá lugar en los próximos días, será pretexto para una nueva andanada mediática onerosa y a  modo, con los mismos resultados. Dimes y diretes de diputados rojos, azules y tornasoles magnificados por la prensa oficialista no cambiarán cosa juzgada.  

A falta de pan con sustancia, el circo deportivo y el deterioro creciente del clima nacional  seguirán ocupando el primer plano en el interés de una población harta de simulación de un gobernador que, rodeado de su séquito de saqueadores, prósperamente navega  en la cresta del arco iris.

Lo grave es que se inicia un período de más de lo mismo o de algo peor  a soportar a lo largo de los 24 meses que restan para el cambio de estafeta. Y este relevo, de seguir las cosas como van, no augura nada positivo para la entidad.

Hojas que se lleva el viento

Como estaba previsto, con Juegos Centroamericanos o sin estos, la capital veracruzana, ignorada y ninguneada no mejora en lo más mínimo. Xalapa, patito feo de los gobiernos priístas seguirá padeciendo atraso económico, desempleo, pobreza extrema, pésima imagen urbana y el caos vial de todos los días. Menos mal que al alcalde Américo Zúñiga ya se le prendió el foco y pugna por recomponer el tejido social nadando de a muertito, bajo el cobijo de su inversión con recursos públicos en proyección mediática de imagen.

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Ya hay suficientes señales de que a nuestra aldeana clase política se le ha hecho grumos el engrudo frente a lo que viene con la elección federal del 2015. Habiéndose cooptado a la oposición, sin esta todo se reduce a fuego amigo al interior del PRI. La conducción programática y operativa a cargo de dos damas de dudosa reputación  en el tricolor local y el anteponer la sucesión del Sr. Dr. Duarte de Ochoa a los buenos propósitos por lograr en el 2015, ha dado al traste con la brújula. Nada extraordinario en una entidad federativa en el que la mediocridad y afán de saqueo sin límite, es la constante de quienes dicen gobernar.

Y a propósito de tal afán, ya es público y sabido del incremento de enriquecimiento más que explicable de los que tuvieran vela en el entierro con motivo de la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Está en la naturaleza del nuevo PRI el no dar paso sin huarache. Para eso están y para eso los ponen donde hay.

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Mal augurio el  que con base en la sospechosa actuación de provocadores infiltrados en la protesta social se pretenda el que los justos paguen pecados ajenos. Más sospechoso resulta el que identificados los vándalos,  la autoridad deje hacer, deje pasar de la mano de medios de comunicación que agarrando parejo juzgan y condenan por igual al justo que al pecador. Cuidado, esta consabida estrategia del viejo régimen para administrar conflictos no es nada recomendable en un horno que hoy por hoy no está para bollos.

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Censura y autocensura en el ámbito de los medios de comunicación, pretendiendo acallar la voz de un pueblo ofendido, no es el mejor camino si lo que se busca es tapar el sol con un dedo. Más temprano que tarde la realidad se impone y tanto el que censura coartando la libertad de expresión como el que se hace cómplice  guardando conveniente silencio en resguardo a su participación en el pastel, pesos más pesos menos terminan por ser exhibidos.  El pueblo perdona pero no olvida.-

Xalapa, Ver., noviembre 19 de 2014.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

No suelo preocuparme y ocuparme de los asuntos internos del PAN; que con su pan se lo coma un partido político reaccionario, retrógrada y ajeno a los intereses más caros de la nación y que hoy por hoy, no diferenciándose en nada del PRI y del PRD, es puntal sustantivo de la triada política corrupta que, asumida como partidocracia, tanto daño infringe a nuestro país.

 

Sin embargo y en atención a que ya hice referencia a la “rebelión en la granja” priísta en Veracruz, abundando sobre el mismo tema que diera lugar a ésta y ahora en los corrales panistas, comento un hecho que a mi juicio reviste especial relevancia en tanto nuestra vernácula clase política juega con los destinos de Veracruz, privilegiando el falso debate sobre la sucesión del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa en la titularidad del Poder Ejecutivo por sobre los problemas ya inocultables de una entidad federativa en desgracia.

 

Siempre considerando como premisa el miedo cerval que inspira a la fidelidad y al duartismo el ex priísta y hoy panista Miguel Ángel Yunes Linares, ante lo que este pudiere decir sobre el actual estado de cosas de una administración pública fallida en Veracruz, el Congreso local en un inusitado hecho contrario al clima democrático que debe reinar en un organismo plural que en teoría representa a la totalidad de los veracruzanos, por mayoría de los diputados no autorizó el uso de los espacios físicos del Palacio Legislativo para realizar este viernes 27 de junio un “debate entre militantes del mismo partido”. Esto en relación a la invitación a debatir que le formulara el diputado Julen Rementería a su correligionario Yunes Linares.

 

Inusitado en tanto que el recinto legislativo por primera vez en su historia es negado por los diputados ni más ni menos que para un debate entre ciudadanos que es de interés general para los veracruzanos. Más cuando una semana atrás fuera escenario para la presentación de un libro, auspiciada por y para particulares en su mayoría priístas.

 

Esto sin considerar que a un diputado local legalmente electo, gozando de fuero constitucional se le niega por sus pares el derecho a dialogar públicamente en el recinto legislativo con un ciudadano, pretextándose un motivo baladí.

 

Un “debate entre militantes del mismo partido”, en el recinto legislativo, por cierto, no compromete independencia e integridad del Congreso, al contrario le honraría toda vez que reconocería que el Palacio legislativo es la casa del pueblo.

 

El punto de acuerdo de la Junta de Coordinación Política llevado al Pleno en la Novena Sesión Ordinaria y votado por la mayoría, de inmediato obtuvo respuesta, poniéndole más calor al cotarro ahora agitado por la iniciativa del gobernador de Veracruz que pretende armonizar el marco legal de la entidad en materia electoral con la reforma político electoral aprobada por el Congreso de la Unión.

 

Correspondiendo a Miguel Ángel Yunes Linares la inmediata respuesta, difundida vía correo electrónico por sus voceros (yuneslinares.prensaveracruz@gmail.com), y que a la letra cito:

 

“Cerrar las puertas del Congreso del Estado a los ciudadanos es una torpeza más de Javier Duarte.

– Quiere reformar la Constitución y las leyes electorales sin que los veracruzanos opinemos

– La ineptitud de Duarte le impide darse cuenta de que ha llegado la hora de la democracia.

Por instrucciones de Javier Duarte los diputados del PRI se opusieron a que se llevara a cabo en el Congreso del Estado el debate al que me había convocado el Diputado Julen Rementería acerca de las reformas en materia electoral.

Nunca en la historia de ningún Congreso se había votado para impedir un debate y escuchar la voz de un ciudadano.

Tuvo que ser Javier Duarte quien hiciera pasar ésta vergüenza al Congreso del Estado y a los diputados que son afines al gobierno que encabeza.

No es extraño en Duarte. Es hombre sin ideas, sin propuestas, y lo que es más grave, sin compromiso con Veracruz.

Por eso nunca acepta debatir, solo suelta palabras al aire, sin sustento, sin sentido, ocurrencias, no ideas.

No responde a las críticas, agrede a los críticos.

Debatir enriquece la vida pública.

Se trata de contrastar ideas y propuestas y obtener lo mejor de cada una.

Ese es el objetivo del debate al que me convocó el Diputado Julen Rementería y al cual Duarte se opone, porque sabe que exhibiremos su intención de cambiar los procesos electorales para favorecer al PRI aunque le cause un grave daño a Veracruz.

Después del acuerdo vergonzoso de hoy, el Congreso del Estado debiera cerrar sus puertas; una vez más se ha demostrado que es solo una oficina de trámites de Javier Duarte, con la excepción de algunas diputadas y diputados dignos que defienden a Veracruz. Es un gasto innecesario.

Para debatir cualquier espacio es bueno.

El Diputado Julen Rementeria sugirió el Congreso del Estado y yo acepté con mucho gusto, pero ante la decisión de cerrar ese espacio a las ideas, propongo al Diputado Julen Rementería que celebremos el debate en la Plaza Lerdo de la Ciudad de Xalapa, frente a Palacio de Gobierno, el mismo viernes 27 de junio a las 10 de la mañana.

Si Julen lo acepta estará contribuyendo a romper las ataduras a la democracia que ha impuesto Javier Duarte”.

Hasta aquí el comunicado.

La respuesta de Yunes Linares no merece mayor comentario de quien esto escribe. Habla por sí, más sin embargo cabe de mi parte agregar que la carencia de oficio político de quienes en Veracruz toman decisiones, pone innecesariamente más leña al fuego en un tema que, a la luz de la situación que guarda la entidad en materia de seguridad pública y deterioro del tejido social, economía en recesión, desigualdad, pobreza y una administración pública estatal fallida secundada por Ayuntamientos quebrados, ni tiene relevancia ni debería ser del interés de los veracruzanos, mirones de palo al fin, cuando la sucesión del actual gobernante se contempla para el 2016. Amén de que para todos es público y sabido que la legislación electoral actualizada o no, es letra muerta cuando de los intereses de la clase política se trata.

Así que tomémosle como una cortina más, calientita y con más humo, con la que se pretende ocultar lo inocultable. Nadie entre la clase dirigente sabe cómo sacar al buey de la barranca. La entidad veracruzana está hundida en el lodo de la corrupción, ineficiencia e ineficacia y aún hay más, descaro y grosera impunidad.

La realidad terca como siempre, habla por todos, y eso es lo que importa.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Manteniendo secuestrada a una incipiente y balbuceante democracia representativa, la partidocracia pretende imponer un pensamiento único en una sociedad plural. En los tiempos que corren tal pretensión está topando con pared.

Entre más insiste en su pretensión más rechazo obtiene; sin parar mientes en que el régimen político en México sustentado en remedos de partidos políticos está agotado y que este agotamiento no sólo es resultado de la pérdida o abandono de identidad ideológica y programática, ahora substituida por un pragmatismo pedestre y ramplón teñido de simulación, corrupción, impunidad y gatopardismo, que a todos les iguala sin distingo de siglas o color de camiseta, también en lo sustantivo por el hecho evidente de que los partidos políticos no representan los intereses de una sociedad que en constante evolución, más crítica y participativa, les rebasa y desborda.

Habiéndose colocado como casta privilegiada por sobre la llamada sociedad civil, secuestrando la voluntad popular en el ejercicio de aquellos principios básicos que dan sustento a la democracia representativa que el pueblo de México se ha dado como régimen de gobierno, carecen de legitimidad ante una ciudadanía que les considera más un problemático estorbo que aliado institucional en la búsqueda de rumbo y destino cierto para el país.

Sin legitimidad no hay confianza ni credibilidad y de ahí el rechazo generalizado a esta burocracia parasitaria y corrupta hoy asumida como partidocracia, en tanto en esta se sustenta el ejercicio del poder formal en México.

Para la partidocracia su caducidad reside en la camisa de fuerza que le impone una legislación político-electoral caduca que ya no se corresponde con expectativas de manipulación y control frente a la creciente participación democrática de la sociedad actual. Y con esta cortedad de miras, dicen ajustar las reglas del juego, sin que estas modifiquen en lo sustantivo privilegios y funciones que a sí misma se asigna como instrumento fáctico al servicio del Estado. Reafirmándose la brecha entre lo que asume como representatividad democrática y las necesidades concretas de una sociedad concreta que le descalifica.

Y en este escenario, pareciere que la simulación se generaliza. Bajo el criterio de que lo importante no es ser, sino parecer, gobierno y partidos políticos hacen como que gobiernan y la ciudadanía hace como que pasivamente acepta lo que desde la cúpula del poder se le impone. Desde lo alto se cocina el despojo y traición a México y los de abajo disfrutan el mundial de futbol dejando hacer dejando pasar, intuitivamente conscientes de que deporte y recreación no tienen la culpa. La culpabilidad en el hundir al país está en otro lado.

La resistencia pasiva tiene límites.

No obstante, en México ya se dan visos de resistencia activa que hacen pensar a quien esto escribe que el agotamiento del régimen político se refleja ya en un agotamiento social de magnitudes impredecibles, en el que el simple cambio de reglas político-electorales en un juego que los dueños de las canicas controlan, no es suficiente para asegurar gobernanza y gobernabilidad.

Luego no es de extrañarse el clima de desconfianza y rechazo generado por todo lo que de espaldas a la ciudadanía los partidos políticos cocinan, implícita o explícitamente, en las diversas instancias y esferas de los tres órdenes de gobierno. Rechazo que acota ya los límites de una resistencia pasiva que sería ingenuo pensar que es eterna.

Y es en este marco referencial que a mi juicio e interpretación personal, se inscriben las reformas presuntamente estructurales que impulsa el titular del ejecutivo federal avaladas por el Congreso de la Unión y Congresos locales, secundadas acríticamente por gobiernos y clase política en la mayor parte del territorio nacional, y evidentemente cuestionadas por la percepción colectiva de una realidad terca y contundente que evidencia estancamiento económico y creciente deterioro del tejido social

Construyéndose en el imaginario popular la idea de que con las reformas de marras, gobierno y partidos políticos conspiran contra el interés más general de la sociedad. Individualizándose responsabilidades y destacando con nombre y apellido a sus presuntos incitadores; sin clara conciencia de que el tema es sistémico y no consecuencia de la voluntariedad de un Enrique Peña Nieto, Luís Videgaray Caso o de los priístas Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón en complicidad con los dirigentes nacionales del PAN y el PRD que, en primera y última instancia, son simples peones al servicio de partidocracia y poderes fácticos.

Sea esta interpretación u otra, lo cierto es que si cada cabeza es un mundo, la pretensión de imponer en México un pensamiento único acorde con el hacer y deshacer de gobierno y partidos políticos, llamando el PRIAN a cerrar filas acríticamente en torno al presidente de la república y las reformas presuntamente estructurales aprobadas por el poder legislativo, no pasará de ser una llamada a misa más. Unidad y consenso nacional requieren para su construcción del libre tránsito por caminos diferentes.

Hojas que se lleva el viento

Como estaba previsto, PAN y PRI se pronunciaron en el Senado por el despojo de la propiedad rural a favor de las empresas privadas, domésticas y externas en áreas susceptibles de explotación petrolera y de gas, configurándose un avance más en la traición a México por parte del PRIAN.

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¿”Redes sociales embusteras”, como afirma el periodista Quirino Moreno Quiza en su leída columna? Lo justo y necesario con sus asegunes es afirmar lo contrario, el instrumento o medio de comunicación no miente; si en este se expresan ideas, opiniones o conceptos alejados de una verdad siempre relativa, ello es atribuible al emisor e intencionalidad del mensaje y queda al buen juicio del receptor o lector el filtrar la información que recibe. En la apropiación social y uso de las redes en la Internet ni todo es negro ni todo es blanco, lo que cuenta y debe destacarse es que habiéndosele históricamente negado a hombres y mujeres de a pie el emitir y difundir su propio mensaje obligados a depender de intermediarios, con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) -con las limitantes que vinieran al caso habida cuenta de que las redes sociales no escapan a la lucha de clases ni a pasiones propias de la condición humana-, la expresión de las ideas y el acceso a la información se liberan democratizándose. Y, como en todo proceso social, este fenómeno de irrupción que hace de cada individuo emisor-receptor, transita gradualmente por un camino de aprendizaje y de acierto y error que con el tiempo se irá depurando. Saludo con afecto a Quirino.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Más tarda la Secretaría de Desarrollo Social en medio rescatar pobres extremos que Hacienda y el gabinete económico en producir nuevos”. Víctor M. Quintana S.

Inaudita la prisa del gobierno de Peña Nieto no sólo por profundizar la crisis económica, también por auspiciar el caos social en un país que se sostiene con pincitas bajo la tónica de propósitos neoliberales de un proyecto empobrecedor impuesto desde las cúpulas de los poderes fácticos y formales.

La partidocracia pastoreada por los legisladores priístas, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, aún no termina de procesar los dictámenes de las leyes secundarias en materia energética que en “fast track” serán aprobadas por el Congreso de la Unión, y ya el gobierno federal inicia el censo catastral de tierras nacionales, privadas, ejidales y comunales, en las zonas susceptibles de extracción de gas shale mediante la innovación tecnológica conocida como fracking o fracturación hidráulica. (Vanguardia 05/06/2014)

Siendo este el primer paso de la Reforma para la Transformación del Campo del Sr. Peña, encaminada al despojo y posterior entrega del suelo a las grandes empresas petroleras y gaseras. Con lo que se augura profundización de pobreza y desigualdad en el agro nacional.

Otra señal ominosa de lo que viene, es el proyecto de desviar las aguas del Río Pánuco, canalizándolas a los estados norteños en los que la extracción de gas demanda cuantiosos volúmenes del vital líquido.

Para Peña Nieto primero lo primero, el mercado energético, que al fin y al cabo las leyes secundarias en la materia ya están cocinadas y planchadas, sin visos de que con la panacea reformista México salga del atolladero en que a lo largo de más de 30 años le han venido sumiendo gobiernos del PRIAN en complicidad con el PRD y la morralla.

Poniéndose en evidencia el autoritarismo del titular del ejecutivo federal que hace suya aquella conseja porfirista de mátalos en caliente y luego averiguas, pasándose por el arco del triunfo lo que queda de democracia representativa y voluntad ciudadana en un tema de la mayor relevancia para México.

Impaciencia es impotencia.

Al fin aprendiz de brujo, el presidente Peña apuntalando a su ineficaz secretario de hacienda previamente al auto adorno de que hiciera gala en Lisboa, anuncia seis medidas para impulsar el ansiado crecimiento económico (Alto Nivel 02/06/2014); la misma gata en un mismo proyecto revolcado y fallido, olvidándose de que el Talón de Aquiles de la economía nacional en crisis, reside en un mercado interno marcado por desempleo, salarios de hambre, capacidad instalada ociosa y restringido consumo familiar, en el marco de una inobjetable realidad que en la que pobreza y hambre son denominador común en más del 50% de los mexicanos.

Como todo lo que viene de la presidencia, las cúpulas empresariales aplauden la estrategia anunciada. No obstante, se reservan el beneficio de la duda en tanto las medidas de impulso no aterricen y rindan frutos expresados en ganancias reales contantes y sonantes.

En el inter la presunta fortaleza macroeconómica no se refleja en una microeconomía en crisis que a su vez incide en los niveles negativos de aceptación del modelo y políticas públicas impulsadas por la SHCP a cargo de Luís Videgaray.

Como tampoco se refleja en expresiones sustentadas de optimismo y confianza respecto a una evolución positiva de la economía en su conjunto, persistiendo la percepción de estancamiento y recesión que se confirma con números duros (La Jornada 07/06/2014), difundidos por el propio aparato gubernamental.

Incapaz de entender que el en mundo globalizado la crisis generalizada del modelo neoliberal no encuentra salida, al régimen peñista le gana la impotencia, de esta deviene la impaciencia improvisando e imponiendo. En esas andamos mientras la punta del iceberg del caos social ya sobresale en las turbulentas aguas de un país sin rumbo y con expectativas de progreso canceladas.

Hojas que se lleva el viento

La celebración oficial, la oficiosa, y la independiente, del “Día de la Libertad de Expresión”, transcurrió sin pena ni gloria para un periodismo veracruzano que se niega a aceptar que por sobre la simulación, la crítica light así como la censura, autocensura y represión, el derecho humano inalienable al ejercicio de la libre expresión es conquista y patrimonio universal y no concesión graciosa del poder en turno para la prensa-empresa.

Lo destacable de esta festividad para mi gusto fue la presentación en las instalaciones del Congreso del estado del libro “El gran solitario de palacio” de René Avilés Fabila, por el escritor orizabeño Rafael Junquera Maldonado, quien con crudeza a punto estuvo de aguarle la fiesta a la selecta y concurrida audiencia de comunicadores.

Rescato el colofón del mensaje con el que Junquera Maldonado cerrara su intervención, cito:

“Ayer como ahora, la impunidad sigue imperando como un símbolo que nos es muy propio. México es el país de la impunidad. Hace ya muchas décadas que la amnesia parece dominarnos y nada nos perturba, como si también estuviéramos muriendo en vida. El crimen vinculado a la democracia y a las libertades, quizá tenga su arranque en la masacre de Hizilac, Morelos, adonde encontrara la muerta el General Serrano y sus más cercanos partidarios, por oponerse a la reelección de Alvaro Obregón. Crimen que hubiera quedado en el olvido, de no haber sido por Martín Luís Guzmán quien en su novela La sombra del caudillo dio cuenta de esos hechos. No menos conocidas son la masacre de Topilejo de 1930, donde se diera muerte a un centenar de vasconcelistas o el asesinato de más de mil almazanistas en los años cuarenta para acallar a quienes ponían en duda el triunfo electoral de Ávila Camacho, así como los incontables crímenes para acallar a los seguidores del General Enríquez Guzmán en la década de los cincuenta, quienes de igual modo, ponían en duda el resultado electoral.

Nuestro olvido no sólo se remonta al pasado, sino a hechos recientes. El crimen de la guardería de Hermosillo, ocasionado por un incendio para borrar evidencias, el de los mineros sepultados en vida en Pasta de Conchos. La masacre de Aguas Blancas en Guerrero en 1995. El crimen de Acteal de 1997, en Chemalho, nos muestra al mundo como una nación de cínicos e inmorales, de asesinos despiadados que no se detienen ante nada cuando se trata de preservar los privilegios, borrar huellas o cobrar venganzas.

Seguimos con las mismas falacias, los mismos patrones de adulación a quien gobierna. Estamos ante un grave proceso de desintegración nacional. Nuestro cuerpo, el cuerpo de la república carcomido por la corrupción y la gangrena de la inmoralidad muere minuto a minuto ante nuestro propio aplauso. Estos días Arturo González de Aragón, señaló que las principales plagas que infectan a México, son: la mala educación, impunidad, inseguridad, partidos políticos, monopolios y el mal gobierno. No dejó títere sin cabeza. Debe saber de qué habla. No es ningún guerrillero verbal. Durante muchos años fue el titular de la Auditoría Superior de la Federación.

Sé que este día es un día de alegría, por ser el día de la libertad de prensa. Celebren, siéntanse felices, pero no olviden. El 2 de octubre no se olvida, no debe olvidarse”.

Entre tantos premios, reconocimientos, discursos, halago mutuo, desayunos y banquetes, el aleccionador mensaje del escritor orizabeño quedó en el olvido; no quedando registrado en la memoria, prensa-empresa y comunicadores simplemente lo ignoraron. Fue día de fiesta, acercamiento cómplice entre el poder y la prensa, no celebración mortuoria con crespones negros.

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