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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

 

El clima de eufórico optimismo, aliado de Peña Nieto en los propósitos privatizadores, entreguistas y de despojo del patrimonio nacional, como llegó se fue. La legítima esperanza de millones de mexicanos, depositada en una oncena de profesionales del balompié se hizo añicos.

 

No más sueños e ilusiones, la pesadilla de la cotidiana realidad volvió por sus fueros. El agua retornó a su cauce y con ello en primer plano, quienes diseñan la estrategia económica que sacaría al país de su marasmo, se exhiben como incapaces para encontrarle la punta al mecate en el berenjenal de reformas presuntamente estructurales que no sólo no aterrizan, también operan en contra de propósitos y objetivos plasmados en leyes votadas a espaldas de la gente.

 

El gabinete económico del Sr. Peña artificiosamente asumido como salvador de la patria, da la impresión ante los tendidos de no tener idea de cómo obtener el mínimo de congruencia entre lo que se pretende con las reformas y lo que en la coyuntura dicta la terca realidad de un país que ha perdido lo mismo rumbo que destino.

 

Inmersos en un mar de confusiones y contradicciones, tanto a la Secretaría de Hacienda como al Banco de México, parece se les ha hecho bolas el engrudo. De espaldas a la realidad que vive el mundo entero, ajenos al conocimiento de la experiencia fallida de las fórmulas impuestas por los organismos financieros internacionales, juegan a inventar el hilo negro, reduciéndolo a sesudas adivinanzas sobre el comportamiento presente y futuro de la fatigada marcha de una economía nacional que requiere de algo más que saliva para recobrar respiro.

 

Lo mismo encogen que estiran pronósticos sobre el crecimiento, sin generar confianza y certidumbre, lo mismo en actores económicos que en la mayoría de hombres y mujeres comunes.

 

Las últimas declaraciones del Sr. Videgaray Caso, avaladas por Agustín Cartens, son en el sentido de que existen indicadores de que en diversos sectores de la economía, específicamente los vinculados al comercio exterior y la banca, se ve la luz al final del túnel.

 

Las noticias internacionales nos dicen lo contrario. Los principales socios comerciales de México reducen su demanda y amplían su oferta de bienes y servicios, operando en contra de nuestro país la globalidad de una crisis que exacerba proteccionismo y sálvese el que pueda. La lógica más elemental dice que la mentada luz no existe.

Y en el juego de las adivinanzas es de llamar la atención el que Videgaray Caso afirmara en el Foro Internacional de Inclusión Financiera, en presencia del presidente Peña Nieto y avalado por éste, que seis de cada diez mexicanos no gozan de los beneficios de la economía de mercado, optando por la informalidad en operaciones de ahorro y crédito.

 

Esta aseveración pone en duda la idea del despertar de la economía nacional que el peñismo pretende vender. Ningún país puede aspirar a crecer si su población está excluida de las operaciones normales de banca y crédito, obligándose a operar en la economía subterránea o informal en demérito de finanzas públicas y ordenación de la economía en su conjunto.

Pero lo que más destaca de esta última aseveración del secretario de Hacienda, es que de hecho pone en duda la bondad de una reforma fiscal que tanto se cacarea. Si seis de cada diez mexicanos están al margen de la operación normal de la banca, cómo es que tendrá aplicación exitosa un esquema tributario diseñado de espaldas a esta realidad.

 

A menos que en nombre de la “equidad social y de justicia”, a huevo y por decreto incorporen a aquellos “… que se han quedado atrás, a los menos favorecidos”, a la economía de mercado, entre los que figuran los habitantes de más de la mitad de municipios rurales del país, según afirmara el flamante secretario de Hacienda.

 

Para nuestros destacados tecnócratas neoliberales, y los que les hacen segunda tratando de quedar bien con Peña Nieto y sus reformas, -como es el caso de los senadores priístas veracruzanos- es un verdadero dilema: economía o política, ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? De ahí las adivinanzas sobre el urgido crecimiento de la fábrica nacional. En tanto esta no resuelva el problema de la informalidad, la política tributaria como palanca del crecimiento carece de sustento, confirmándose la inoperancia de la reforma financiera y fiscal aprobada por el Congreso.

 

Y mientras se juega a las adivinanzas, el tiempo corre, el deterioro en todos los órdenes crece y el bolsillo de los mexicanos viene pagando los platos rotos por los aprendices de brujos.

 

Si en nuestra aldea al alcalde xalapeño se le ha agotado el gas, a nivel nacional Videgaray y compañía pasan por el mismo trance con todo y que reciban palmaditas de felicitación de la Sra. Directora del Fondo Monetario Internacional por lo exitoso de las reformas en pro del modelo neoliberal impuesto de crecimiento económico con pobreza.

 

Y a propósito de nuestra aldea, lo que diga o deje de decir el Sr. Videgaray Caso, no tiene ninguna relevancia para los veracruzanos. El hilo negro y el agua tibia se reinventan todos los días a lo largo y ancho de la entidad en un proceso sin fin de simulación. La situación por la que atraviesa la economía veracruzana tiene orígenes muy diferentes a los problemas que el Sr. Peña y su secretario de Hacienda pretenden resolver, sólo que el Sr. Dr. Duarte de Ochoa no alcanza a percibirlos como para actuar en consecuencia. De ahí la ausencia de empatía entre el centro de la política y el poder público nacional y la periferia jarocha.

 

Las fórmulas ortodoxas de economía y buen gobierno que plantea el presidente Peña para distinguir su mandato, están reñidas con ineptitud y aldeano y minimalista saqueo e impunidad que pone en riesgo al gran negocio de la entrega de la nación al capital extranjero.

 

Una administración pública saqueada y quebrada no garantiza tersa transición al mundo feliz de Peña Nieto.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La situación de deterioro en todos los órdenes por la que atraviesa México, me recuerda al entonces Secretario de Hacienda que frente a los ya claros indicios en el país del impacto de la crisis globalizada, afirmara que la economía nacional presentaba síntomas no más allá de un ligero  catarrito. Pasado el tiempo, el resfriado tornase ataque severo de influenza por no habérsele aplicado al enfermo una buena dosis de paracetamol,  como en su momento Fidel Herrera Beltrán gobernador entonces de Veracruz, atinadamente lo hiciera  en recóndito poblado de nuestro terruño, en el que la contaminación ambiental pusiera en riesgo la vida de un infante.

El mismo servidor público, hoy Director del Banco de México,  ante el presidente Peña afirma que México está bien preparado para enfrentar un escenario extremo y «de baja probabilidad» de un incumplimiento de pago por parte de Estados Unidos.

La solidez macroeconómica, no obstante la acusada desaceleración en el crecimiento, es garantía de que el nuevo catarrito en puerta nos hará lo que el viento a Juárez estima el susodicho.

Ojalá y así fuera, México no está en condiciones de acumular mayores estragos.  Sin embargo, el optimismo del Sr. Cartens no parece ser del todo compartido. Son ya varios años en los que la estabilidad macroeconómica no guarda equilibrio con el ámbito micro de una realidad económica y social de alto impacto que además de arrastrar, carga consigo ni más ni menos que con 53 millones de mexicanos en condiciones de pobreza, incapacitados para consumir lo que el país produce y la salud del mercado interno demanda, en demérito de todo esfuerzo de crecimiento sostenido.

Luego cabe preguntar:

¿Y la microeconomía Sr. Cartens? ¿Es que acaso esta no cuenta en un escenario de racional previsión frente a los efectos de una crisis que ya sentara sus reales en el país? ¿Es suficiente la fortaleza macro para resistir lo mismo la amenaza del exterior que las presiones internas?

Si es así, el Banco de México debería tranquilizarnos explicándolo con peras y manzanas para mayor entendimiento.

No hay porqué preocuparse, no obstante las ominosas señales, diría Fidel Herrera, mago financiero. En la coyuntura, la reforma hacendaria que deviene en enredada miscelánea fiscal recaudatoria gracias a los buenos oficios de los cabilderos de los poderes fácticos en Congreso de la Unión y que presuntamente le modifican la plana al Sr. Peña, es el paracetamol oportuno que impedirá que la sangre llegue al río, en tanto llega el momento de aplicar la panacea eficaz de la reforma energética.

¿No acaso se salvan de pagar IVA lo mismo alimentos y medicinas que el futbol y las corridas de toros?

Y en este escenario de optimista previsión, una vez más el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, sucesor del curandero de Nopaltepec y con las mismas recetas de su antecesor, declara con no poca soberbia y mayor ignorancia o mala fe, que Veracruz registra un crecimiento económico dos veces superior al que tiene postrado al país entero con algo más que un simple resfriado estacional.

Si en el México de todos no pasa nada, con mayor razón en Veracruz en el que el grueso de los recursos presupuestales disponibles, generación energética, inversión en infraestructura, creación de nuevos empleos, políticas asistencialistas y pago de nómina del magisterio, corre a cargo de  la federación. Colgados del enfermo vamos bien, afirma el Sr. Duarte.

Y mientras en el papel nos excedemos en previsión, optimismo, buenos deseos y sueños guajiros, la realidad necia al fin, sigue imperturbable su marcha marcando paso a paso el camino a un desastre anunciado, el arribo a la condición de Estado fallido.

Sin miramiento alguno, la crisis globalizada hoy jalonada por el conflicto interno del gobierno de Obama, nos tiene contra la pared sin más armas para defendernos que la soberbia de un aquí no pasa nada, fruto de la opacidad y simulación que  en Veracruz el Sr. Dr. Duarte de Ochoa  afirma no existen en la tierra que dice gobernar.

Mañana, 17 de octubre, es la fecha fatídica para que se concrete la madre de todas las tormentas en nuestro vecino del norte y, con ello, la “tormenta perfecta” para el mundo globalizado. Esperemos que la lumbre no llegue a los aparejos y para bien de todos, las negociaciones en el Congreso norteamericano lleguen a feliz término. ¿Y si no?, es la interrogante que flota en el ambiente internacional.

¿Podrá México, como afirma el Banco de México,  remontar esta nueva escalada de la crisis global? ¿La macroeconomía y el coyuntural paracetamol de la maltrecha reforma fiscal serán suficientes? ¿A casi un año de distancia de su toma de posesión el presidente Peña podrá frenar desaceleración económica, descontento, hartazgo, cólera y protesta? Estas son las interrogantes que para los mexicanos están en el aire. En unas pocas semanas, muy pocas, se irán dando las respuestas. Esperemos que en esta ocasión sean satisfactorias y todo quede en uno más de los catarritos del Sr. Cartens.

Hojas que se lleva el viento

Bien haría la prensa en moderar su postura de  satanización del movimiento magisterial. El horno no está para bollos y agregarle más leña al fuego propiciando y provocando el enfrentamiento de padres de familia con los mentores de sus hijos,  no es el mejor camino para mantener en paz la pradera.

No es sano olvidar que  la gran mayoría de esos padres, obreros, campesinos, burócratas, maestros universitarios, microempresarios, periodistas, desempleados y jubilados, también tienen razones de peso y de pesos más que justificadas para sumarse a la protesta ciudadana en contra del actual estado de cosas en el país. Y ni qué decir de Veracruz, en donde por más que se afirme lo contrario,  las necesidades crecen, el bolsillo de las mayorías se achica y los estómagos vacíos piden ya la voz en la tribuna.

Nota al calce

El Senado de Estados Unidos aprobó hoy miércoles una iniciativa para reabrir de inmediato el gobierno y permitir que funcione al menos hasta el 15 de enero de 2014, además de aumentar el techo de la deuda hasta el 7 de febrero. Ahora sólo resta su aprobación en la Cámara de Representantes esta misma noche para que el proyecto sea publicado y el gobierno federal estadunidense reabra mañana jueves, luego de un cierre parcial desde el pasado 1 de octubre.- Xalapa, Ver., octubre 16 de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Catastrofista me llamaron. Desde el 2008 he venido insistiendo en mis maquinazos que se agudizaba la crisis global en los países del primer mundo y que, por lo consiguiente, esta repercutiría en México tomándonos desprevenidos. Por aquel entonces Agustín Cartens, ex secretario de hacienda, calificaba a la turbulencia financiera como un “catarrito” frente al cual nuestro país estaba blindado.

Hoy este mismo personaje, en su carácter de gobernador del Banco de México, alerta sobre el deterioro de uno de los indicadores en los que se sustenta el equilibrio macroeconómico del país: la inflación anualizada fue de 4.6% durante la primera quincena de octubre, mientras que en septiembre fue de 4.8%, la más alta en 30 meses. La alta inflación “ya es un asunto de preocupación pública”, destacó  Carstens

Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informa que La inflación en México durante septiembre fue la tercera más alta de los 34 países que forman la, solamente por debajo de Turquía y Hungría. Un día después, el Banco de México anuncia que las remesas que envían mexicanos en el extranjero a sus familias, se desplomaron un 20.24% en septiembre pasado respecto al mismo mes del año anterior, su peor descenso en 35 meses, como resultado de la política monetaria vigente en el país y no como reflejo de la crisis global en el entorno.

El Inegi informó a su vez que la ocupación en el sector informal se incrementó a 29.35% de la población ocupada en septiembre; 0.61 puntos porcentuales más que un año antes, cuando fue de 28.74%. Esto significa que alrededor de 14 millones 217 mil personas laboraron en la informalidad en septiembre pasado.

En tanto que el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, confirmó que en los próximos días se renovará la línea de crédito por 73 mil millones de dólares que tiene México con el Fondo Monetario Internacional (FMI), habiéndolo ya acordado con el equipo de transición del presidente electo. ¿Afrontando lo inevitable con deuda pública siguiendo los pasos de España, Grecia, Portugal e Italia?

La brecha entre macro y microeconomía, es cada vez más evidente que tiende a estrecharse. Si bien el divorcio histórico entre las finanzas nacionales, el aparato productivo y el déficit que acusa la economía familiar se mantiene,  el estancamiento y retroceso del crecimiento económico del país pone a todos en el mismo saco. La estabilidad macroeconómica en riesgo refleja lo que pie a tierra registra el bolsillo de los mexicanos.

¡Dónde quedó el blindaje de Fox? ¿Dónde el barco de gran calado de Calderón?

El catarrito financiero especulativo internacional, no fue tal. Fue la punta del iceberg de una pandémica amenaza con envergadura no prevista. La crisis financiera evolucionó transformándose en una profunda crisis económica poniendo a prueba la capacidad del capitalismo para resolver sus crisis recurrentes. Hoy la mayoría de los países del primer mundo se encuentran al borde del desastre arrastrando consigo a la totalidad de la aldea global, sin que se encuentre la fórmula idónea para encontrar una salida airosa ante el fracaso del neoliberalismo como modelo de crecimiento y desarrollo. El libre mercado como dinamizador y regulador de las economías, dio al traste con el equilibrio sistémico y con la llamada sociedad del bienestar y sus expectativas de “sociedad del conocimiento” que tanto se ha cacareado.

El mundo entero ya no quiere queso, se conformaría con salir de la ratonera, mientras en México, de espaldas a la crisis, desprevenidos seguimos hablando de un crecimiento sostenido del 6% para los próximos años, gracias a la visionaria estrategia de quien gobernará a este país, sustentada, precisamente, en el libre mercado en un escenario internacional que avanza en sentido contrario privilegiando el proteccionismo como medida emergente para, fortaleciendo el mercado interno, proteger el empleo y paliar los efectos sociales de la debacle económica y el pavoroso déficit presupuestal.

Las políticas de libre mercado ya no se corresponden con las necesidades crecientes de una población que exige empleo, salarios decentes, vivienda, educación, salud, como mínimos de bienestar que le alejen de la pobreza y la desigualdad.

Renglón aparte, sería ingenuo no considerar el que de los resultados de la elección del próximo martes en USA, depende en mucho el que la maltrecha economía de nuestro principal socio comercial no nos lleve consigo al “precipicio fiscal” en el inquietante camino de la recesión.

En este contexto, el nuevo gobierno le apuesta a una mayor apertura de PEMEX al capital privado, legislación laboral que coadyuve en el abaratamiento del mercado del trabajo, y una reforma fiscal que premie a la inversión extranjera en demérito de la micro, pequeña y mediana empresa nacional. México así incrementaría productividad, competitividad e innovación tecnológica, para salir a competir con éxito en un mercado internacional deprimido, dicen. Nada más alejado de la realidad y de toda lógica a mi juicio, en un país que, en la coyuntura adversa, requiere ver hacia su interior, fortaleciendo a PEMEX como un bien público estratégico en beneficio de todos los mexicanos; estableciendo una política fiscal progresiva, sin excepciones, que incremente y equilibre finanzas públicas; así como privilegiando el mercado interno, rescatando soberanía alimentaria, poder adquisitivo del salario, ahorro y seguridad en el empleo, para así dar viabilidad a la fábrica nacional frente a la crisis global.

No es posible ni deseable que se mantenga el sendero de un desastre anunciado. México debe hacer frente a la crisis sistémica global con responsabilidad y entereza. No cabe más simulación, falso triunfalismo y demagogia en la conducción del país.

La corrupción e impunidad es otro cantar. El mal endémico, alojado en el tuétano, condiciona y hace nugatorio todo esfuerzo por hacer viable a este país

Hojas que se lleva el viento

Veracruz es la excepción. Aquí seguimos avante sin que pase nada; para el gobernador la crisis nos hace lo que el viento a Juárez, la prosperidad reina lo mismo en las arcas públicas que en todos y cada uno de los hogares de la entidad gracias al programa “Adelante”, como en su oportunidad, con pelos y señales, nos lo hará saber en su segundo informe de labores al frente de la administración pública estatal.

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Mala leche en el trato mediático a López Obrador en su visita a Xalapa para participar en el Congreso Estatal de “Morena” tomando la protesta de rigor a los recién elegidos integrantes del Comité Ejecutivo del Movimiento de Regeneración Nacional en la entidad. Andrés Manuel vino a lo que vino arribando ni antes ni después de lo programado a la asamblea plenaria, y no a presidir un mitin multitudinario. (ver video: http://lopezobrador.org.mx/secciones/multimedia/videos/)

Los únicos convocados al evento fueron los 175 delegados distritales que eligieran democráticamente a la directiva estatal  que desde el sábado encabeza Gloria Sánchez Hernández, y votando a favor de que “Morena” avance en la construcción de un nuevo partido político. Como testigos del acto, un enjambre de reporteros, el diputado federal perredista Uriel Flores Aguayo, y un centenar de militantes y simpatizantes que se acercaran a saludar al ex candidato presidencial.

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Distribución de agua potable en Naolinco, Ver.

Buen estreno para el nuevo titular de la secretaría estatal de turismo. Al calor de las fiestas de difuntos anuncia que el gobernador Duarte de Ochoa autorizó una inversión de 5 millones de pesos para encaminar a Naolinco hacia la designación de “pueblo mágico”, sin antes percatarse de que dicha población no cuenta con agua potable ni existe propuesta alguna de autoridades municipales y habitantes para subsanar tal carencia. Los burros aguadores ya son parte de su magia, las anécdotas de los naolinqueños sobre el particular son de antología.

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¿El senador Héctor Yunes Landa representa los intereses de Veracruz, ó los del PRIAN? Es pregunta.

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Quien comentó que Elizabeth le tomó el pelo a los integrantes de “Otero Ciudadano”, tuvo razón. El “democrático” encuentro fue una pose más en la proyección de imagen de la alcaldesa xalapeña, quién ha hecho caso omiso a los cuestionamientos, observaciones y propuestas que se le plantearan.

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El año pasado, cuando el mundo se preparaba para enfrentar la crisis económica, las autoridades mexicanas minimizaron el problema. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, calificó el posible efecto sobre México como un catarrito, mientras el presidente Felipe Calderón se declaró emocionado por enfrentar las dificultades y aseguró, ante banqueros españoles, que la economía mexicana era un navío de gran calado.


“Estamos en un ciclo recesivo en la economía”, declaró ayer Eduardo Sojo, presidente del INEGI. Una contracción de 8.2 por ciento en la economía mexicana en el primer trimestre de 2009, superior a la previsión más pesimista realizada por el gobierno federal, provocó una destrucción de riqueza en el país del orden de 716 mil 612 millones de pesos, unos 55 mil millones de dólares.


El hoyo recesivo en que cayó la actividad productiva a partir de la segunda mitad del año pasado tiene ya un costo económico en los últimos 12 meses que, para efectos comparativos, equivale a 10 veces la destrucción provocada por los huracanes que golpearon al país en 2005, año que marca un antes y un después en cuanto al efecto económico de los desastres naturales en el país.


La economía es hoy 8.2 por ciento menor que hace un año. En estos últimos 12 meses, según el Consejo Nacional de Población, el número neto de mexicanos aumentó en un millón 413 mil 104, si se toma en cuenta la diferencia entre las personas que nacieron y murieron en el periodo. Esto significa que ahora hay un pastel menor y más convidados a la fiesta. Y que, por lo tanto, en términos del ingreso por habitante –que es uno de los indicadores más generales sobre el nivel de bienestar– ocurrió un retroceso.

Nota completa en: La Jornada 21/05/09 ; El Financiero 21/05/09

Felipe Calderón: Vamos por buen camino en materia económica


El presidente Felipe Calderón aseguró que vamos por el camino correcto, porque si bien la economía mexicana enfrenta los ajustes más severos está en proceso de transición hacia la recuperación.


En Los Pinos celebró ayer el compromiso de un grupo de empresas trasnacionales de invertir en 2009 6 mil 300 millones de dólares, lo que representa una leve disminución de 450 millones de dólares respecto de la cifra del año pasado, y de generar 27 mil 300 nuevos empleos. Como ejemplo de los avances mostrados por la economía mexicana, Calderón señaló que en los momentos más complicados el dólar se vendía en 15.65 pesos y el martes pasado estuvo por debajo de los 13 pesos aunque luego planteó que esto puede variar.


Rodeado de directivos de empresas como British Petroleum, Iberdrola, Gas Natural, Hewlett-Packard y Dupont, de las 38 agrupadas en el Consejo de Empresas Globales, su presidente, Julio de Quesada, pidió apoyo a Calderón para que acelere la aplicación de programas de reactivación económica en forma pertinente y eficaz.


Nota completa en: La Jornada 21/05/09


En 8 años de gobierno del PAN la desocupación aumentó 150%


Más de 951 mil trabajadores quedaron cesantes entre junio de 2008 y marzo de 2009 a consecuencia de la recesión de la economía mexicana registrada en ese periodo, indicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).


En tanto, cifras dadas a conocer por el organismo revelaron que en los poco más de ocho años de gobiernos surgidos del Partido Acción Nacional, el universo de personas en desocupación total aumentó en 150 por ciento, respecto a la dimensión que tuvo este fenómeno al término de 2000.


La ola de despidos que sacude el ámbito laboral del país elevó en 43 por ciento el universo de desocupación desde el comienzo de esta administración, el cual afectaba a un millón 600 mil 891 habitantes en diciembre de 2006 y alcanza ahora una dimensión sin precedente de 2 millones 228 mil 659 personas.


Nota completa en: La Jornada 21/05/09

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