Salte la navegación

Tag Archives: candidatos independientes

Pulso crítico

Enrique Olivera Arce

El sorpresivo triunfo electoral de Morena en Xalapa y Coatzacoalcos, tiene necesariamente que inscribirse para su análisis no sólo en la permanencia de Andrés Manuel López Obrador en el ánimo de los votantes, como factor nacional, y el trabajo pie a tierra, casi subterráneo, de los candidatos en un caldo de cultivo estatal de descontento y rechazo social, propicio para enfrentar con relativo éxito a sus adversarios. También y de manera determinante, en una coyuntura en la que tanto el PRI como el PAN en Veracruz subestimaron a Morena a la hora de seleccionar sus candidatos.

Sin menosprecio del triunfo con el que se estrena Morena en Veracruz o de sus candidatos, así como de la capacidad vigente de convocatoria del lópezobradorismo, otro gallo cantaría si los candidatos ganadores se hubieran enfrentado a adversarios de mayor nivel y presencia, que los hay, postulados por el PRI y el PAN. Luego no cabe ni triunfalismo ni el escuchar el falso canto mediático de las sirenas, y sí, con toda responsabilidad, hacer un balance de aciertos y errores, casilla por casilla en el mapa electoral de resultados en los distritos conquistados, aprendiendo de este primer ejercicio como Instituto Político con registro nacional.

Aceptando que la magra pero suficiente votación para salir airosos, no es la suma de un voto duro propio ni consecuencia de un trabajo electoral a fondo, sino fruto de circunstancias que le favorecieran. Aprender para crecer en el marco adverso de unas reglas del juego dispuestas para obstaculizar y frenar electoralmente, a una oposición consecuente que refleje malestar, rechazo y resistencia de amplios sectores de una sociedad que, exigiendo un cambio auténtico del régimen político vigente, le apuestan a nuevas alternativas para avanzar.

Aprender de los errores y aciertos propios, pero también los de sus adversarios, su estrategia y su maquinaria electoral construida a lo largo de más de medio siglo, si es que Morena en Veracruz aspira a crecer y participar con relativo éxito en elecciones venideras. Sin perder de vista que la fuerza electoral del nuevo partido descansaría en su vinculación con la sociedad y, específicamente, en los movimientos sociales surgidos del seno de los sectores más desprotegidos a los que el partido aspira a representar, y no en una estructura burocrática remedo de la existente en prácticamente todos los partidos políticos a los que se opone y enfrenta.

El hacer suyas, sin temor, las reivindicaciones y aspiraciones de los sectores movilizados, evadiendo posiciones soberbias de dogmatismo así como prácticas clientelares o excluyentes que reproduzcan el fenómeno tribal del PRD, es a mi modesto entender el camino para Morena. Esto sustentado en un programa mínimo que sin perder de vista el amplio horizonte del largo plazo en una estrategia de transformación y cambio, en la coyuntura electoral responda a denominadores comunes que auspicien liderazgo, organicidad, unidad y congruencia en el amplio movimiento social contestatario, hoy fragmentado y disperso.

Esto, entendiendo que izquierda como etiqueta, es solo eso, una manida etiqueta y no una forma de vida partidista, colectiva e individual que se construye con participación y compromiso cotidiano entre toda la militancia, bajo los auspicios de una dirección respetuosa e incluyente.

La suma aritmética de militantes y simpatizantes no hace al todo; partido, programa, militancia y dirección es el edificio a construir en el día a día. La unidad en torno a ello es el crisol ético y moral en el que se funde la fuerza política a que se aspira. De no avanzarse en estos campos, el triunfalismo sin sustento y el ondear de banderas al paso del viento, es el camino al fracaso.

Un paso a la vez. Hay tiempos para reír y tiempos para llorar; que el trabajo cotidiano haga la diferencia. El voto llegará por añadidura.

Hojas que se lleva el viento

De los resultados de la elección del7 de junio, los votantes también tenemos mucho que aprender, asimilar la experiencia y reflexionar sobre la diferencia entre un voto mecánico y un voto razonado. El gobierno peñista, con pleno conocimiento de causa, intencionalidad y propósitos, logró su objetivo obteniendo la ansiada mayoría para Peña Nieto en la Cámara baja del Congreso de la Unión. Su estrategia de dividir y dispersar la opción electoral le funcionó; con diez opciones partidistas y “n” número de candidatos independientes, dividió a los electores; así como también le diera resultado el fortalecer la intencionalidad del sufragio a favor del PRI y sus satélites en los distritos con menor densidad de población de clase media urbana, poniendo en el asador toda la carne previamente sazonada en el medio rural con programas sociales inductivos y amenazas de cancelar beneficios. La pregunta obligada es si el voto de la pobreza a favor del PRI y sus satélites, es equiparable al beneficio tangible y medible que esperan recibir los que votaron a favor de lo mismo.

-ooo-

La señal mandada por el gobernador de Veracruz de dar por cerrado el capítulo de las denuncias en contra de la corrupción y saqueo durante la gestión de Fidel Herrera y la suya propia, se hace acompañar del silencio de la Contraloría Superior de la Federación. A buen entendedor pocas palabras, de ahí que insista en que ya no hay nada que decir en torno al gobernante fallido. Seguir dándole vueltas a la noria sería necedad, pérdida de tiempo e infantilismo político. Si el pueblo acepta y confía en el borrón y cuenta nueva, que con su pan se lo coma.

pulsocritico@gmail.com

http://pulsocritico.com

https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Imagen mediática: México transformado en un espectáculo circense, en el que los ciudadanos son simples mirones de palo.

El tema de la inseguridad y estrategias adoptadas para combatirle con relativa eficacia, cede prioridad a corrupción e impunidad, no porque ya se diera el primer paso en la reforma constitucional aprobada por el Congreso de la Unión que culminará con la creación de un inicuo sistema nacional anticorrupción, sino porque tras esta cortina de humo mediática, la realidad, siempre la terca realidad que nos agobia hoy día se impone, mostrándonos con toda crudeza los alcances del proyecto neoliberal de país que promueve Enrique Peña Nieto.

PEMEX dejándose morir por inanición y saqueo; distribución y expendios de gasolina serán propiedad de Coca Cola; la Fiscalía General de la República y la Cámara de diputados bajo la influencia del duopolio televisivo; el rumbo de la educación determinada por la cúpula empresarial. Y aún hay más. La anormalidad democrática, la improvisación, despilfarro de recursos públicos e ineficiencia, por sobre los principios básicos de la democracia representativa, llegaron para quedarse gracias a las presuntas reformas estructurales del Sr. Peña, avaladas por el Congreso de la Unión.

La economía no repunta; el desprestigio del aparato gubernamental del Estado crece, y el malestar y precarización de la sociedad se expresa en la calle sin ser escuchado y atendido.

¿Hasta cuándo?

Hasta que el pueblo quiera, sería la respuesta a esta interrogante si éste estuviera dispuesto a recuperar para sí la representación popular y la conducción del Estado mexicano hoy secuestrados por una partidocracia al servicio de los poderes fácticos.

Palabras mayores muy lejos de posibilitarse. La dispersión e inorganicidad de los movimientos sociales que están por la resistencia y un cambio verdadero lo impiden. Descontento, hartazgo y un legítimo deseo de cambio, no son suficientes para modificarle la plana al régimen político vigente, en tanto la movilización social no cuente con organización unitaria y un programa mínimo que estableciendo denominadores comunes consensuados, convoque a una acción orgánica consecuente para rescatar lo que en principio es del pueblo para el pueblo.

Esto viene a colación en virtud de que son muchas las voces que, a partir de la condición actual de la resistencia social, expresan con conocimiento de causa que por la vía electoral las cosas seguirán igual. El PRI en alianza con el bodrio verde que le sirve de comparsa y cómplice, tiene ganadas de antemano las elecciones de junio y con ello el fortalecimiento de políticas públicas y desplantes legislativos, que no conduciendo positivamente a ningún lado, profundizan las contradicciones de un modelo de país neoliberal que las mayorías por principio rechazan.

Conocedores del paño, al derecho y al revés, del centro a la periferia y de la periferia al centro, politólogos y analistas con amplia experiencia en lides electorales, lo afirman sustentándose en el hecho por ahora irrefutable, de que el partido en el gobierno gana por el sólo hecho de contar con una maquinaria estratégica legal y extralegal que, a lo largo y ancho del país mantiene el control de un voto duro que es suficiente para mantener el actual estado de cosas. La pulverización del sufragio auspiciada por el régimen, sustentada en 10 partidos políticos con registro nacional, la figura electoral de los candidatos independientes, y n número de votos nulos o los que se le otorguen al “gato Morris” entre otros, como candidato no registrado, da cuenta de ello.

Paradójicamente, el abstencionismo jugaría a favor de la alianza PRI-PVEM.

Siendo el PRI-gobierno dueño de las canicas, son sus reglas las que habrán de prevalecer en el juego, y el que no le guste que tome su ropa y abandone la fiesta.

En la farándula electoral de junio próximo, el afiche deseado anunciando a Enrique Peña Nieto Vs. Descontento y hartazgo en la contienda por la mayoría absoluta en la Cámara de diputados, no se verá.

La lógica más elemental así lo indica. La estructura o maquinaria electoral construida a lo largo de más de ocho décadas no contempla competencia alguna que pueda surgir de una oposición partidista dispersa, pulverizada, sin liderazgos de peso y además, financieramente en desventaja. Y ni qué decir de los movimientos sociales, sin acceso real al juego electoral y sin posibilidad alguna de modificarle la plana al Sr. Peña en su intención de contar con mayoría legislativa absoluta que avale la profundización de su proyecto neoliberal contrario a soberanía e independencia nacional.

La voz de la experiencia parece tener razón, hay que reconocerlo. ¿Por quién van a votar los ciudadanos descontentos ya en el límite del hartazgo, para expresar por la vía electoral su deseo y voluntad de cambio? No hay opción. Se vote por quien se vote, el resultado de la elección de diputados federales a favor del PRI pareciera ya un hecho irreversible.

Luego, sin renunciar al derecho conquistado a votar y ser votados, mexicanos de a pie, hombres y mujeres comprometidos con la necesidad de cambio, están en la tesitura de tener que buscar caminos alternos que forcen al régimen a modificar un statu quo contrario al interés nacional. Caminos sólo viables si se transitan con unidad orgánica de propósitos, estrategia y táctica comunes que hagan prevalecer el peso de lo que hoy por hoy es la principal fuerza política llamada a mover a este país. Esta asignatura pendiente es la que hay que enfrentar.

El adversario no está en el circo de los enanos de enfrente sino en el seno mismo de la movilización social y combatirlo con responsabilidad, talante democrático y visión de largo plazo es la tarea. Un paso a la vez, haciendo camino al andar sin perder de vista el objetivo de rescatar a México, librándolo de las cadenas que hoy le atan a un modelo de país contrario al sentir y voluntad de los mexicanos.

Sufragar sí, mostrando masivamente el músculo como primera fuerza política de este país, con un voto razonado que exprese que la civilidad y aspiraciones democráticas no están reñidas con el descontento y el hartazgo. El PRI no es eterno y hay que hacérselo saber.

A decir de los expertos consultados en nuestra aldea, esta es una realidad que no puede ignorarse por más optimismo y confianza en la vía electoral que domine en el escenario de una movilización social de rechazo y resistencia.

En este supuesto Veracruz podría ser la excepción. El horno no está para bollos y de aquí al día de la elección podría estallar el cohete ya cebado, dejando al PRI en la estacada.

Hojas que se lleva el viento

El deterioro político, económico y social está presente en todo el país. Con mayor o menor incidencia, en todas las entidades federativas está dejando huella, ninguna está a salvo lo mismo en inseguridad, corrupción impune e ineficiencia para enderezar el rumbo. El principal obstáculo para enfrentar el deterioro creciente es el no reconocer el fenómeno y actuar en consecuencia. En la aldea, lo mismo la administración pública que partidos políticos en los cuernos de la luna; el aquí no pasa nada cuando la lumbre llega a los aparejos es cosa de todos los días. El beneplácito mediático oficial para con un estado de cosas que con números duros apunta al desastre, es inaudito. Vamos bien, la estrategia adoptada es la correcta, es la respuesta, dejando para mañana lo urgente ante lo importante de un proceso electoral ya no del 2015, sino el que viene en 2016. La sucesión del inepto Dr. Duarte de Ochoa se impone por sobre la alerta del derrumbe, sin que entre los aspirantes a la gubernatura de dos años tengan la menor idea del cómo y con qué sacar al buey de la barranca. Muchos son los que aspiran y nadie de entre ellos parece tener conciencia de que la urgencia por atender es hoy y no mañana.

-ooo-

El pasado sábado se realizó el festejo del primer aniversario del portal Sociedad 3.0 con nutrida asistencia de directivos, miembros fundadores, colaboradores y amigos que brindaron expresando su beneplácito por los logros alcanzados por la empresa periodística a lo largo de los últimos 12 meses y deseándole larga vida a un portal veracruzano que en muy corto tiempo, se ha posicionado como uno de los más visitados en la WEB.- Xalapa, Ver., marzo 3 de 2015.

pulsocritico@gmail.com
http://www.pulsocritico.com
https://pulsocritico.wordpress.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Nuestra clase política de manera reiterada, insiste en considerar a los veracruzanos como menores de edad… Lo grave es que social y  políticamente asumimos que lo somos. Reflexión personal

A jalones y estirones y sin faltar fuego amigo e intervención externa oficial y oficiosa, se concretó la alianza del PAN y el PRD para la contienda en Veracruz por la elección de diputados locales, así como de alcaldes ahora constitucionalmente de cuatro años. La alianza va (https://pulsocritico.wordpress.com/) en los términos pragmáticos previstos.

Sin mediar posicionamientos ideológicos, programáticos o doctrinarios, en el toma y daca se resolvió que al PAN le corresponderá el 60 por ciento de las candidaturas y al PRD el 40 restante. Reduciéndose así lo que parecía ser un problema irresoluble, a una conciliación aritmética de intereses particulares o de grupo.

“Haiga sido como haiga sido” el arreglo cupular entre ambos institutos políticos, lo concreto es que por ahora de manera inédita se crea un frente común opositor de probado peso electoral en contra del PRI en Veracruz. Lo que falta es lo que el sentido común recomienda: que se haga extensivo a la militancia de base de ambos partidos. Lo cual plantea un nuevo escenario de conflicto en torno a la selección de los precandidatos y / o candidatos en su momento, así como la aceptación de estos por consenso. Paso previo para influir en el electorado para que este respalde a la alianza en las urnas.

Resuelto esto último, vendrán precampañas y campañas en las que se determinará de que cuero salen más correas en la confrontación con el PRI-gobierno, pues no basta con el consenso partidario si no se cuenta con aceptación y participación activa de la llamada sociedad civil a la hora de la emisión del voto. Y en este trance es donde los veracruzanos todos tienen mucho que decir. O se acepta sin más que los partidos coaligados digan la última palabra  ó la ciudadanía participa pesando en la toma de decisiones a la hora de preseleccionar y seleccionar.

Luego falta aún un largo trecho por recorrer para que la alianza “Gran Alianza por Ti” (PAN-PRD) prospere como opositor competitivo en la elección de julio próximo y cobre sentido la frase del senador  Fernando Yunes Márquez: “Lo que nos une es la voluntad de cambio para Veracruz”.

Ser opositor competitivo hoy día no está reñido con las reglas del juego preestablecidas, diseñadas y administradas  por la partidocracia para las contiendas electorales. Luego también deben considerarse otros factores de peso para enfrentar al priísmo en el gobierno, como, entre otros, la capacidad financiera y disposición para invertir en las tareas proselitistas. Sin invertir con inteligencia, oportunidad y eficacia, -Dante Delgado Rannauro podría ilustrarnos al respecto-, no se gana una elección.

Sin obviar que la ingeniería electoral para la oposición debe contemplar estrategias que contrarresten y si capitalicen a favor, el efecto de la andanada priísta en la aplicación de sus tradicionales usos y costumbres clientelares, que van desde cooptar y  utilizar con fines proselitistas el asistencialismo oficial que la compra directa e indirecta del voto. Tras lo ocurrido en la elección presidencial del 2012, no cabe más la ingenuidad política: el PRI en Veracruz va por el carro completo al costo que sea. El gobernador Duarte de Ochoa no se puede dar el lujo de perder nuevamente una elección. “Veracruz para adelante” es el pendón del tricolor en alianza por el Verde y el Panal ya bendecido por el gobernante en Tlacotalpan al expresar: ¡“Hacia delante, la dirección en la que va Veracruz”!

Y en este contexto se inscribe el que se haya acordado en la alianza opositora pactada,  que el PRD lleve la mano en la capital veracruzana para la elección de alcalde, en tanto que al PAN le dejan contender por la diputación local. Esto bajo el supuesto de que el perredismo le gano Xalapa urbano al PRI en la elección del 2012.

No obstante, tal supuesto está más que cuestionado. No se puede ni se debe apostarle a dudosas pasadas glorias. Uriel Flores Aguayo y el PRD no ganaron por sí en Xalapa la diputación federal en 2012. La votación se inclinó a la “izquierda” tanto por el hartazgo ciudadano que viera en López Obrador la oportunidad de cambio, como por el desprestigio nacional del gobierno de Felipe Calderón y la nula respuesta de los gobiernos locales a la demanda ciudadana, a lo que se sumara la pésima imagen de Reynaldo Escobar Perez como candidato del PRI a la diputación por el distrito.

Hoy es otra cosa en un escenario circunstancial distinto. López Obrador no apadrina al PRD en su alianza con el PAN ni Morena ha dicho esta boca es mía;  tampoco los xalapeños quieren saber más de una variopinta oferta partidista de la que se desconfía. En amplios sectores de la población se ha tomado conciencia de que la partidocracia tiene secuestrada voluntad y representación popular y que el atraso que en todos los órdenes priva en la capital veracruzana, no conmueve a partidos políticos y sus personeros. El voto ciudadano será para uno u otro candidato, no para los partidos postulantes.

La clase política en general es mal vista y las esperanzas de la ciudadanía en torno a la elección de un alcalde de cuatro años, se cifran en un candidato surgido de la sociedad civil que esté dispuesto a someterse a reglas mínimas de honestidad, eficacia, transparencia, escrutinio y contraloría social, así como al plebiscito y revocación de mandato cuando ello lo amerite.  Una propuesta de trabajo sensata, sustentada en la participación ciudadana que atienda a las necesidades más sentidas del municipio, la ciudad  y sus habitantes,  es lo menos que se espera.

Pero también hoy la oposición al “nuevo” PRI se enfrenta a una maquinaria electoral que cuenta con todo el respaldo del aparato al servicio del poder presidencial, que no es poca cosa. Luego  no cabe el triunfalismo anticipado y si realismo, coherencia, congruencia y humildad para afrontar el reto.

Es indudable que la alianza por sí misma y el candidato de ésta si llegara a triunfar en las urnas, no es garantía suficiente para los xalapeños. Tanto el PRD como el PAN están identificados en lo sustantivo con el PRI. Los tres institutos se tapan con la misma cobija mereciendo desconfianza de la ciudadanía. No obstante, la única forma de restar presión al descontento y hartazgo ofreciendo una alternativa diferente de gobernar, es encauzar pragmáticamente el rechazo al PRI. Estimo que por ahí va la intención de la “alianza impúdica” como le calificara el politólogo Alfredo Bielma y, por los mismos cauces, avanza la idea de postular a un candidato ciudadano independiente. Esperemos que se de una sana concurrencia entre ambas opciones y no un enfrentamiento estéril que de al traste con el objetivo común.

Para mi gusto, no compartido por muchos por cierto, espero que el Movimiento de Regeneración Nacional” (Morena), partido político en ciernes, entienda que por el bien de la capital del estado y la región, es la hora de sumar y multiplicar y no de dividir. Ojala y así sea.

 Por lo pronto, Veracruz está ya en lo que le gusta, anima y entusiasma: politiquería y no política trascendente que vea por el bien común.

Hojas que se lleva el viento

Manteniéndose siempre dentro de los límites de lo políticamente correcto, el Profr. y Lic. Guillermo Zúñiga Martínez en su quijotesca cruzada no ceja en su intento de convencer de que la Universidad Popular Autónoma de Veracruz es iniciativa, obra y resultados palpables del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa. Plausible el reconocimiento público, no obstante es de llamar la atención el que ni el gobernador ni su secretario de educación le correspondan con igual medida. El fuego amigo, que no es otra cosa, no cede, minimizando empeño y logros, que los hay, de un modelo de educación superior inédito cuando menos en Veracruz. Podemos estar o no de acuerdo con el modelo y la manera de llevarlo adelante, pero no podemos negar que está cumpliendo con el propósito y objetivos trazados, como tampoco negarle a Zúñiga Martínez su disciplinada persistencia y entrega a un sueño, una idea con la que se siente comprometido.

Leí con interés el último artículo del destacado mentor: “Nuevos modelos de Universidad”. No estoy de acuerdo con lo expresado por el maestro. Parte en su análisis de dos contextos diferentes y opuestos, al destacar lo que se viene haciendo en la UPAV frente a lo que promueve la nueva rectora de la Universidad Autónoma de Barcelona. En el modelo veracruzano se dice que el propósito es reafirmar el carácter público de la educación superior, “democratizándole” y poniéndole al alcance de quienes menos tienen aunque en los hechos, no logra trascender el marco del individualismo y competitividad personal de los “aprendientes” en el mercado laboral. Esto en consonancia con la visión neoliberal de la educación.  En  tanto que en el reino de España, al igual que en el resto del sistema-mundo, la tendencia es privatizarle y someterle al libre juego del mercado en beneficio de de las grandes empresas. Dos modelos, dos visiones que a mi juicio excluyéndose entre sí, coinciden en negarse a reconocer que su marco social, económico y político paradigmático, ya es rechazado por una juventud movilizada y contestataria.- Xalapa, Ver., enero 3 de 2013

pulsocritico@gmail.com

http://pulsocritico.com

https://pulsocritico.wordpress.com

A %d blogueros les gusta esto: