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Tag Archives: Comunicación de masas

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

No nos hagamos bolas, si recordamos como se cocinó el llamado “pacto por México”, tenemos que entender que a partir del domingo siete de junio la derecha con el PRIAN y sus satélites tienen el sartén por el mango; impulsará una mayor profundización en las políticas públicas reformistas privatizadoras, y pugnará por consolidar el modelo neoliberal de país que auspician e imponen los organismos financieros internacionales, en detrimento de la soberanía nacional, el bienestar de la gente y el futuro para las nuevas generaciones. De ahí la necesidad de construir un frente amplio de la izquierda auténtica en torno a Morena, si es que se está por un cambio verdadero por la vía electoral… Y a otra cosa mariposa.

Una de las tantas contradicciones por las que transita la sociedad veracruzana, es la que atañe a los medios de comunicación de masas. La mayoría de los medios informativos, siempre prestos a denunciar injusticias, entuertos y componendas, impunemente violentan tanto le legislación laboral vigente como los más elementales derechos humanos de los trabajadores intelectuales, técnicos y manuales que, a su servicio, hacen posible la existencia del medio y el enriquecimiento de sus propietarios.

Empresarios ricos y reporteros jodidos, señala el comunicador Luís Velázquez, destacando esta contradicción, y así es en efecto. Ya en los inicios de mi desempeño como reportero en los diarios El Imparcial de Xalapa y El Tiempo, en la capital veracruzana, lo viví en carne propia como algo inaceptable, obligándome, primero, a sumarme a la organización y puesta en marcha de la Sección 50 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa y, más tarde, a independizar mi trabajo incursionando en el entonces incipiente periodismo alternativo con el Boletín Diario de Noticias “Correo de la Noche” buscando otros horizontes.

Transcurridos casi 50 años, con un mayor número de medios y salvo contadas y honrosas excepciones nada ha cambiado en la relación laboral entre empresas periodísticas y sus trabajadores ni los periodistas cuentan con una organización gremial sólida y unitaria que vele por sus intereses El imbricado maridaje entre medios de comunicación y poder político no sólo niega el cumplimiento de la legislación laboral por parte de las empresas atentando contra los derechos de los trabajadores, también da lugar a la simulación y perversa práctica del “chayote” o “embute” que permite a reporteros, fotógrafos y columnistas, el redondear por debajo del agua sus magros ingresos para poder sobrevivir y sostener a la familia.

O bien, propiciando la proliferación de “texto servidores”, mercenarios que se doblegan sirviendo la más de las veces a no muy claros intereses en los círculos del poder formal y fáctico.

Nada es nuevo bajo el sol en México. No hay reproche. El no contar con un salario profesional digno y remunerativo, así como con las prestaciones de ley que dan acceso a la seguridad social individual y familiar, dobla a cualquiera. La necesidad obliga y la vocación queda.

A últimas fechas, se da otro fenómeno derivado de lo mismo: Los dueños de los medios de comunicación acumulan riqueza, prebendas y canonjías y los reporteros ponen los muertos.

En este escenario se celebra año con año en el mes de junio el “Día de la Libertad de Expresión”; fecha en la que el poder político formal refrenda jugosos convenios económico financieros con los propietarios de los medios y obsequia palmaditas y migajas a los periodistas de a pie.

Y en el marco de esta contradicción es que, como un hecho paradigmático, se presenta el no esperado fallecimiento del reportero gráfico y comentarista Noé Valdés. Hombre de bien, esposo y padre ejemplar, amigo entrañable de todos y con un singular cariño para Veracruz, muere al margen de la seguridad social desprovisto de derechos laborales que constitucionalmente deberían ampararle.
Toda una vida dedicada al desempeño del periodismo en diversos medios informativos, autodidacta, discípulo de otro amigo y colega en los viejos tiempos que se nos adelantara en el camino, el recordado reportero gráfico Saúl Sánchez.

Noé destacó como talentoso y sensible artista de la lente obsequiándonos imágenes invaluables del paisaje y vida comunitaria de un Veracruz que no todos aprecian. Y al final de su fructífera existencia, los gastos de la atención hospitalaria a su quebrantada salud, servicios funerarios y un modesto respaldo post mortem a sus deudos, habrán de solventarse en parte con la aportación solidaria del gremio gracias a la colecta que promueve el también comunicador Gustavo Cadena.

“¿Dormiste bien?”, era su saludo cotidiano. Hoy le decimos, Noé, duerme bien y descansa en paz.

Paradójicamente, quienes defienden con su trabajo la plena vigencia del Estado de Derecho, culminan su paso por el terrenal camino como víctimas de la injusticia impune. Llevándose como único consuelo la palabra solidaria de los amigos y compañeros que fieles a su vocación de servicio a la sociedad, comparten infortunio.

En los festejos del Día de la Libertad de Expresión, para los trabajadores de la prensa, nada que celebrar en Veracruz y sí un sentido reconocimiento a su entrega y compromiso con una vocación y una labor no valorada por la sociedad.

El discurso hueco de un gobernador fallido que reparte lo mismo mayor enriquecimiento para unos que limosna para los más, no puede ocultar u opacar el hecho inobjetable de que para al periodista de a pie la justicia está negada. ¿Hasta cuándo?

Hojas que se lleva el viento

Siendo la grilla electorera en Veracruz un continuum, o cuento de nunca acabar, para nuestra clase política y sus adláteres en un solo paquete se inserta la conclusión de la elección federal intermedia, las pre campañas de quienes aspiran a la candidatura a la gubernatura de la entidad en el 2016, y el salto a la palestra de quienes aspiran a una diputación local o a una alcaldía. Esto sin dar tiempo a que se presente y apruebe la iniciativa de reforma al Código Electoral de la entidad que el Sr. Duarte de Ochoa sacará de su chistera como aggiornamento para la elección de gobernador de dos años.

Lo curioso del caso es que todos, aspirantes y suspirantes, toman como plataforma de lanzamiento para sus sueños guajiros los resultados de la elección del domingo siete, como si estos fueran algo más que un triunfo pírrico de la partidocracia y no simple acceso de unos cuantos al botín. Deterioro y estancamiento de la economía veracruzana, desempleo, pérdida del poder adquisitivo y seguridad social de los asalariados así como la percepción de un despeñadero preñado de privatización y saqueo del patrimonio público, ni motivan preocupación ni quitan el sueño a los muchos tiradores que se apuntan, y los que surjan. Mucho menos, tiene cabida en su morral lo que la población inconsulta piense al respecto. Mala señal para el futuro inmediato.

-ooo-

Y si de malas nuevas y señales se trata, hay que ir poniendo las barbas en remojo. Gracias al resultado de la elección del domingo siete, la privatización del agua en México es amenaza real anunciada. En Veracruz ya prácticamente es un hecho presuntamente irreversible que, parafraseando al Sr. Peña, a pesar de las resistencias, toma a los veracruzanos con los pantalones a las corvas. Después vendrán los impuestos por ventanas, jardines y mascotas, sin nada que lo impida.

Xalapa, Ver., junio 17 de 2015.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

A la luz de lo que hoy se vive en México y en la entidad veracruzana, 12 meses después de publicada  comparto con los lectores mi percepción de hace un año sobre una realidad nacional caracterizada por el hartazgo y desencanto ante una alternancia política fallida y que,  hoy día con la prisa de Enrique Peña Nieto por ganarle tiempo al tiempo se ve agudizada en sus contradicciones y conflictos, es otra más compleja, difícil y ríspida de la que gota a gota paso a paso, a golpes  y tropiezos la sociedad va tomando  conciencia.

“En tiempos de crisis los otros también son nosotros”

02/11/2012

En la tierra de los vivos, el más vivo propone disponiendo.  Reflexión personal.

Empantanada la vida política nacional en torno a lo que la partidocracia reinante mediáticamente estima conveniente para México, lo mismo en materia legislativa que en combate a la corrupción, a la pobreza, a la desigualdad y a la violencia criminal, Calderón Hinojosa tranquilamente se prepara para abandonar una presidencia obtenida por medios poco convencionales, por decir lo menos. Peña Nieto en la antesala, en espera de una tersa sucesión negociada en lo oscurito.

Por su parte, la enorme mayoría de los mexicanos, excluidos y empobrecidos, al margen de los diferendos políticos hace transcurrir su existencia rascándose cada quien con sus propias uñas. La otredad le es ajena y lo mismo se encomienda al más allá tratándole de encontrar sentido a la vida, que a la esperanza terrena de no perder el magro equipaje que le acompaña en busca de un mejor destino. Todos contra todos y contra todo, roto el diálogo, sin entenderse que lo que afecta a uno le afecta a todos y  a todo.

No aflojar el paso, el camino es de la unidad para alcanzar el vellocino de oro al otro lado del arco iris, mientras el país, a tumbos, amenaza con desquebrajarse dando la espalda a una crisis que, económica y financiera, ya arrastra consigo a lo que desde la antigüedad entendemos y aceptamos como democracia entre notables, perdiéndose principios y valores que hacen de la vida en común para unos y otros una carga llevadera.

Aunque se niegue, la crisis sentó sus reales tocando a la puerta del bolsillo. No hay crecimiento real; desempleo, pobreza y expectativas de progreso canceladas en lo individual y colectivo domina el imaginario popular. La política dejó de ser administrador de los conflictos, el suyo es más profundo; corrupción, simulación, descrédito e impunidad hacen de la representación popular una entelequia. La democracia representativa quedó en los textos de los clásicos para solaz de los filósofos.

En los albores de la ya denominada “Tercera Revolución Industrial”, el rumbo cierto para México en el escenario de la crisis sistémica que tiene de cabeza a la aldea global, está perdido. Los caminos se cierran, barruntos de autoritarismo y una nueva edición de la guerra de clases amenaza en el horizonte próximo.

Una mejor educación, incluyente y de excelencia es la salida, dicen unos, en tanto que otros cómodamente se acogen a la idea de un dios para salir del paso,  ignorando que en la tierra de los vivos, el más vivo propone disponiendo.

Un pueblo en la miseria no puede aspirar a una educación que gravita bajo los designios de una economía que se le niega, ni es escuchado por dioses omnipresentes y omnipotentes que dan a la minoría lo que a la mayoría le quitan.

Sin una economía boyante y una distribución equitativa que destine excedentes  a la cultura, a la educación, a las bellas artes, a la recreación y, a la política como medio y no fin en sí en la búsqueda del bien común, el aula no es solución, la resignación tampoco. Quiero pensar que está en el hogar, en la proximidad de la calle, en el ágora pública, en el diálogo fraterno, respetuoso, y el entender padres e hijos y los hijos de los hijos, que el nosotros solidario y no el yo individualista, como principio ético y moral de una sociedad de todos y para todos, es el bien de todos.

Revolución en las conciencias  y no falsos becerros de oro premiando el todos contra todos que hoy nos ofrecen el político, el sabio y el profeta, como modelo educativo que hace del hombre y del saber  pedestre y desechable mercancía.

“A cada quien según su necesidad, de cada cual según su capacidad”. Afirmara Marx, privilegiando la solidaridad entre diferentes en una utópica sociedad sin clases sustentada en la equidad. No es posible salir del atraso, la pobreza y desigualdad inducida en una sociedad que premia a los menos y excluye a los más de la riqueza producida. En esto último radica la semilla de la corrupción; su combate retórico es el fertilizante que le hace crecer  y multiplicarse día con día. Discurso e intereses creados, enriquecen el nauseabundo florecer de lo que dicen combatir. La Ley y el libro de texto van de la mano, políticos, jueces, legisladores y mentores, artífices son del hombre contra lo humano.

¿Hasta cuándo?

Hojas que se lleva el viento

 Por lo que la Dirección de Comunicación Social difunde y que la mayoría de los medios de comunicación reproducen como propaganda pagada con dinero público, la tónica del segundo informe de gobierno del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa estará enfocada no a convencer sino a pretender engañar. Ya no sólo con un falso triunfalismo fruto de incapacidad y carencia de visión de Estado. Ahora con el engaño y el insulto a la inteligencia de los gobernados. Como si tapar el sol con un dedo fuera varita mágica para ocultar la realidad, a la prensa se le encomienda el resto.

La prosperidad que se construye día con día gracias a la acción de una administración pública estatal y municipal eficaz, es el tema del momento; “buen fin” anticipado para los medios de comunicación que así lo tienen convenido. Una mano lava a la otra, sin lograr disimular sequía y carencia lo mismo de políticas públicas que de honestidad intelectual para, en tiempos de crisis, promover, auspiciar e impulsar crecimiento económico con justicia social a favor del bienestar de los veracruzanos todos. Xalapa, Ver., noviembre  1 de 2012.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Las telecomunicaciones y la Internet deben ser vistas como un mecanismo de emparejamiento entre las regiones, como un nivelador social”. Javier Duarte de Ochoa 

Parece contradictorio que por una parte el gobierno de Veracruz exprese paranoia ante la “libertad de expresión” en la Internet y, por otro, auspicie el acceso a este importantísimo medio de comunicación como derecho universal, destinando recursos para fortalecer una herramienta comunicacional que permita el que todos se incorporen a la sociedad del conocimiento.

A mi juicio no hay tal contradicción. Una cosa va aparejada a la otra, retroalimentándose, en tanto que lo que está en juego no es la “libertad de expresión”, como podrían considerar los ya famosos e “irresponsables” tuiteros veracruzanos y algunos comunicadores. Más bien la contradicción se da entre el concepto tradicional de lo que conocemos como libertad de expresión, con los objetivos últimos de la comunicación de masas en la democracia de mercado.

Quitando toda la paja demagógica del discurso del Dr. Duarte de Ochoa, pronunciado durante la inauguración del Centro de Operaciones de la Red Estatal de Educación, Salud y Gobierno, lo que a mi juicio de sustantivo se rescata es el propósito de adecuar el uso de la Internet en la entidad a las necesidades globales del mercado, amén de contar con un instrumento de control político que, como en su caso la televisión, fortalezca afanes de legitimación ideológica, enajenación social y gobernanza neoliberal.

Si la intención fuera otra, antes que pensar en el acceso a la aún utópica sociedad del conocimiento se actuaría, primero, a favor de reducir los índices de desigualdad, pobreza, exclusión y abandono que aún subsisten entre la gran familia veracruzana, antes que pretender que las condiciones económicas y sociales existentes en la entidad estén dadas para el acceso universal a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) como medio para “igualar el desarrollo”.

Partiéndose de la premisa de lo que debemos entender por desarrollo en un país que no logra superar los límites del subdesarrollo.

Provocar a internautas desinformados para después a partir de ello dorarnos la píldora con un esfuerzo modernizador, parece ser la tónica seguida; advirtiendo Duarte de Ochoa que: “La Internet sirve para unir, no para desunir. La Internet y las nuevas herramientas de comunicación deben servir para poder desarrollar con mayor oportunidad a una sociedad; son instrumentos de construcción, no de destrucción, y por esas razones la administración que me honro encabezar, va a realizar los esfuerzos más importantes, va a canalizar los recursos que permitan a los veracruzanos estar mejor comunicados”. Mensaje con el que suele justificarse el interés de las poderosas transnacionales de la comunicación que, oponiéndose al control gubernamental de la red de redes en nombre de la “libertad de expresión”, en realidad abogan a favor de la libertad de mercado en el globalizado mundo virtual del ciberespacio.

El objetivo último es privatizar la educación, la salud, la infraestructura y servicios públicos, poniéndoles al servicio del gran capital. Si el Estado es incapaz por sí mismo de asegurar el derecho universal a una vida digna, el sector privado entra en su auxilio, bajo los cánones del capital y con el herramental tecnológico más idóneo a sus intereses.  Eh ahí el mensaje.

Releyendo a Armand Mattelart (La hipnosis de la nueva economía y el progreso), me encuentro un párrafo en el que el autor advierte que: “El sistema democrático peligra en la sociedad de la información”, aduciendo “… existe tal riesgo por la sumisión a las tecnologías y al mercado más allá de cualquier proyecto social y político, aunado a la ofensiva con el concepto de democracia de mercado de los grandes lobbys empresariales, usando siempre el argumento de que cualquier regulación en el ámbito de la comunicación es censura”. Así, “… en defensa de sus intereses, sostienen que el consumidor debe ser el único juez, concepción con la que se liquida la política pública”. Resultando, por tanto, que para la gran empresa la “libertad de expresión” en la red, como fenómeno comunicacional, es un medio para los fines del mercado y no un derecho social en sí a reivindicar por la sociedad.

En otro párrafo, el autor señala que: “Hay una invasión y, a la vez, una cesión de los Estados de su propia soberanía. La expansión de la comunicación se hace a costa de la privatización de espacios previamente públicos y esa desregulación alcanza en ocasiones la privatización de derechos fundamentales, se pone en juego la libertad de expresión, el derecho a la información de los ciudadanos y muchos valores que están en la médula de lo cívico”.

Como tema vigente en nuestros días, valdría la pena entonces que la academia pudiera interesarse en profundizar lo  mismo en el fenómeno de las TIC´s y la sociedad del conocimiento, que en los alcances de los “propósitos modernizadores” del gobierno de Veracruz, si acaso lo explicitado por el gobernador tuviera algún sustento teórico más allá de su interés político coyuntural.

Para el caso que nos ocupa, desafortunadamente, lo referente a la sociedad del conocimiento y el carácter igualador del desarrollo que el Dr. Duarte de Ochoa le atribuye a las nuevas herramientas de la comunicación, sólo son frases hechas, salpicando a modo el discurso triunfalista.

Para los veracruzanos de a pié,  francamente no tiene sentido el escudriñar los propósitos neoliberales implícitos, no vale la pena ocuparse o preocuparse por ahora en un tema por demás complejo. De antemano sabemos que no hay dinero en las arcas públicas para emprender en Veracruz una tarea de tal magnitud, como el asegurar el acceso universal a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Lo que sí  debería preocuparnos como contribuyentes es el por qué y para qué una antena madre en un “tele puerto”, cuando la administración pública veracruzana no tiene ni pies ni cabeza, ni se explicita oficialmente lo que para el gobierno de Veracruz debemos entender como sociedad del conocimiento y que beneficios acarrearía ésta a una población que, en el marco del subdesarrollo, arrastra a más del 40 por ciento de sus miembros en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

Igualmente debería preocuparnos el costo de lo proyectado, así como el beneficio privado que se derivaría de la compra de tecnología de punta, asesoría, capacitación y equipos para satisfacer las buenas intenciones del gobernador. Y, por obvio, a cuanto ascendería el diezmo de rigor.

No es que no se confíe a priori en la administración pública, lo que pasa es que la burra no era arisca…

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El fenómeno de la comunicación afecta en profundidad a toda la organización social y ésta debe ser aprehendida en términos de relaciones de fuerza y no de comunicabilidad o de incomunicabilidad. Los modelos comunicacionales no explican la sociedad, sino que es la estructura social la que explica los modelos comunicacionales.

Armand Mattelart

Son muchas las lecturas a que se presta el absurdo accionar de un  Calderón Hinojosa que aparentemente de buenas a primeras, decide de un plumazo extinguir tanto a la paraestatal Luz y Fuerza del Centro como al Sindicato Mexicano de Electricistas y sus más de 45 mil agremiados. Cada interpretación depende de la posición que se tenga en la escala social, del conocimiento sobre el tema y del grado de compromiso para con este sufrido país. Los mismo tratándose de la marcha de reclamo del pasado jueves, objeto de todo tipo de especulaciones, que del rumbo que debería tomar el movimiento de masas que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Como ciudadano común, dependiente de la información y desinformación mediática a que estamos sometidos, quiero detenerme en una de las tantas aristas del tema que hoy es motivo tanto de preocupación como de posicionamientos encontrados, así  como de una desparpajada indiferencia: El papel que en el conflicto han jugado los principales medios de comunicación de masas, lo mismo electrónicos que impresos que contribuyen a la construcción de la opinión pública.

A mi juicio, si algo de relevante ha tenido la marcha y mitin en el Zócalo de la Ciudad de México, en un país en el que el reclamo popular sólo queda en eso frente a la ceguera y falta de sensibilidad de las autoridades, es su contribución a la toma de conciencia de sectores importantes de la población y, específicamente entre los que se consideran de izquierda en un amplio espectro que va del radicalismo extremo al colaboracionismo sistémico, en torno al papel que le corresponde jugar a los medios de comunicación de masas, como soporte ideológico de un sistema político, económico y social tan corrupto e ineficaz como el que domina en México.

Y no me refiero a aquellas personas que de manera intuitiva descalifican a tal o cual medio, lanzando improperios en su contra o en contra de sus personeros más destacados que día a día atraen la atención del auditorio, bajo el considerando que es a mentadas de madre como habrán de resolverse los graves problemas de un país sin rumbo cierto y sin avezado timonel. No. Me refiero a los sectores más avanzados de la izquierda que percibiendo el fenómeno,  hasta antes del actual conflicto se circunscribían a denunciar lo obvio considerándolo per se y no como expresión intrínseca del capitalismo, sistema social, económico y político dominante en el planeta.

Para estos últimos, si nos atenemos a la poca información difundida al respecto, ha quedado claro que no son los medios en sí los que juegan en contra de los movimientos populares, sino el sistema capitalista en su conjunto del cual estos son lo mismo parte que  voceros y conformadores de una opinión pública que debe ser manipulada ideológicamente y sujeta a los intereses trascendentes del sistema dominante. Tarea en la que los López Dóriga, o un desdibujado Ciro Gómez Leyva, entre otros, son apenas simples y serviles peones al servicio del patrón y el gran capital. Combatir a  tal o cual medio o a estos últimos con estériles denuncias y reclamos, carece de sentido; si hoy son estos mañana serán otros, prevaleciendo siempre la función central de respaldar ideológicamente al sistema del cual son parte activa.

A estas alturas del conflicto social desatado por Calderón Hinojosa, cuyas consecuencias a favor del régimen y del poder fáctico real a decir de los voceros calderonistas son irreversibles, tal toma de consciencia rebasa las expectativas generadas por la movilización del jueves último, haciéndose acompañar por la convicción de que el avance de la izquierda tanto social como electoral por el camino de una simulada democracia representativa, tiende a cerrarse. No es coincidencia el que entre las bases del movimiento que encabeza López Obrador, algunos presionen a este a dejar de lado el camino pacífico de la protesta, el reclamo y la denuncia en torno a un gobierno insensible, ineficaz y anti democrático, para avanzar por la vía de la organización, el programa y la acción consecuente en  el combate al sistema capitalista en su conjunto,  haciendo sentir el peso específico del descontento popular frente a un estado de cosas ya inaceptable.

Como tampoco es coincidencia el que el tema de la muerte de las ideologías y la lucha de clases, ocupen ahora lugar destacado en el debate entre amplios sectores de la izquierda. Tema que transversalmente pasa por el papel de los sindicatos y organizaciones de masas, en un retorno al marxismo como instrumento de análisis de la realidad concreta y guía para la acción.

En política las coincidencias no existen como tampoco la angelical caridad cristiana que muchos esperan de los medios masivos de comunicación. Todo gira en torno a los objetivos del sistema dominante, sus contradicciones y su capacidad histórica de supervivencia. Así lo están entendiendo aquellos que leyendo entre líneas se ocupan de obtener de la marcha del SME las mejores lecciones, sin detenerse en la interpretación simplista de la desgastante pugna intra e interpartidista por sacarle el mayor provecho electoral a una movilización social que busca respuestas en escenarios y caminos diferentes.

Que tanto influya lo anterior en el conjunto de la izquierda en México, está por verse. Lo relevante es que el tema ya está puesto en el centro del debate.

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En Perspectiva

J. Enrique Olivera Arce


El Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo aportó, entre otros valores, la relevancia de la comunicación horizontal ciudadana en la transmisión y recepción de mensajes de interés común. Derivándose de ello expresiones incipientes de periodismo ciudadano «on line» y el surgimiento del medio impreso «El Sendero del Peje» (SDP) que, aunque aún limitado en sus contenidos, tiene ya una amplia cobertura en la Ciudad de México y su conurbación con entidades vecinas, así como en la ciudad de Guadalajara siendo alimentado por cientos de corresponsales. Confirmándose en los hechos la importancia social de «radio bemba», cuando esta se sustenta en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Texto imágenes y mensajes de voz se reproducen y multiplican a una velocidad asombrosa.


En ello se ha sustentado la estrategia comunicacional del movimiento lopezobradorista, tanto para evadir el «cerco informativo» impuesto por los medios de comunicación formales, como para potenciar la capacidad de convocatoria. Las reiteradas concentraciones masivas en el zócalo de la Ciudad de México, convocadas por Andrés Manuel López Obrador,  no hubieran sido posibles sin la participación de miles de jóvenes organizados en redes en diversas entidades del país,  multiplicando el mensaje inicial vía teléfono celular e  internet.


La importancia de la comunicación horizontal en la política, se ha visto validada, a su vez, por su intensa práctica y resultados positivos a lo largo de la campaña electoral del hoy presidente Barack Obama. Oficializándose ya a nivel mundial como una herramienta social útil de primer orden, tanto  en movimientos sociales y políticos como en el ejercicio del periodismo ciudadano que tiende a imponerse por sobre otras expresiones de comunicación tradicionalmente verticales, la mayor de las veces ajenas a los intereses sensibles de las mayorías y controladas por los poderes fácticos.


De ahí que estén surgiendo voces al interior del Instituto Federal Electoral que proponen sean aplicados mecanismos de control, tendientes a limitar el proselitismo político electoral en la internet, apoyándose en la legislación vigente. Tarea nada fácil,  en tanto que hasta ahora el ciberespacio a nivel planetario es de todos y es de nadie. Siendo prácticamente imposible fincar responsabilidades tanto a funcionarios que se promocionen con fines electorales utilizando recursos públicos, como al candidato o al partido «x», por publicaciones propagandísticas  en red. Para bien o para mal, el difuso origen del mensaje, muchas de las veces anónimo, está fuera de control. A más de que sería casi imposible el mantener un monitoreo estrecho de la cantidad, frecuencia y costo de lo que abiertamente circula en la red de redes, por lo que no sería nada extraño el que, a lo largo de los próximos procesos electorales en México,  la internet  y sus diversas herramientas y aplicaciones multimedia afines, estén llamadas a jugar un papel de primer orden.


En un país de jóvenes, son estos quienes hacen acompañar sus expectativas de inclusión en la participación, conducción,  y toma de decisiones de la vida política y social de la nación, con el dominio de las nuevas herramientas que ofrece la comunicación en red, por lo que no es difícil imaginarse lo que el futuro depara. El análisis de las recientes protestas juveniles en Grecia, da cuenta de la importancia que cobrara el uso de la telefonía celular, así como el correo electrónico y los blogs o bitácoras en internet, para convocar y movilizar a miles de estudiantes.


Sin pretender minimizar el papel de la prensa escrita y el poder manipulador de la televisión en la comunicación de masas, se podría afirmar que en México está inscrita ya la comunicación horizontal, recíproca y masiva entre emisores-receptores-emisores,  del mensaje. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) irrumpen así en la búsqueda de la democratización del país. Sean bienvenidas.


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