Pulso crítico / R. Fonseca Flores
De motu propio, lo cual sería una muy buena señal, u obligado por las circunstancias derivadas de las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública del gobierno federal, que revestiría especial gravedad, el gobernador Duarte de Ochoa está dando muestras de coraje y voluntad política al contribuir a que de una vez por todas se ventile la cloaca que heredara de la anterior administración, si es que se puede llamar precisamente administración al desorden, corrupción e impunidad con que actuara Fidel Herrera Beltrán.
El avalar a la Contraloría General del gobierno veracruzano, en sus señalamientos de irregularidades detectadas en contratos de obra signados con más de 150 empresas constructoras, no es poca cosa. Con ello pone en la picota de la opinión pública a los titulares de los gabinetes legal y ampliado del gobierno fidelista que, con su ineptitud, disimulo y presunta complicidad, auspiciaran o permitieran un evidente quebranto a las arcas públicas estatales, defraudando, de paso, a la confianza de los veracruzanos en ellos depositada.
Pero no para ahí la cosa. En todo momento, desde los inicios de la administración a cargo de Fidel Herrera, este se encargo de explicitar ampliamente que los funcionarios públicos de todos los niveles, no eran más que simples gatos de angora del titular del Poder Ejecutivo. Nada se movía sin una orden concreta de quien ahora si, sin temor a dudas, podemos calificar como la rata, que mal gobernara a Veracruz, por lo que el responsable directo de las irregularidades detectadas y presunto quebranto de las finanzas públicas, no es otro que el preclaro hijo distinguido de Nopaltepec, alias “el negro de oro”, quien haciendo gala del cinismo que le caracteriza, aspira a cuando menos una senaduría por Veracruz en el 2012.
Y aún hay más, los dueños o representantes legales de las empresas constructoras involucradas en las irregularidades detectadas, no están mancos ni mudos. Ya trascendió que se defenderán con pruebas en mano, llevándose al baile a más de tres servidores públicos de primer nivel, entre los que podrían figurar, entre otros, Erick Lagos, actual Subsecretario de Gobierno, y Jorge Carballo, quien en su carácter de diputado plurinominal se desempeña como Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local. Ambos testaferros de la rata a los que conjuntamente con Moisés Herrera Beltrán “La molleja”, son señalados en los círculos políticos como presuntos cómplices en los enjuagues y tejemanejes de la corrupta trama fidelista.
Está anunciada una nueva revisión por parte de la Secretaría de la Función Pública en las áreas de educación, salud y Sedarpa, en donde se presume el cochinero es mayor a lo hasta ahora detectado.
Falta saber hasta donde pretende llegar el Dr. Duarte de Ochoa en la limpia de la administración pública veracruzana para entonces sí estrenar su gobierno con un propósito y compromiso claro de honestidad y transparencia. Sin olvidar que para que la limpia sea completa, está obligado a quitar los candados impuestos por Fidel Herrera Beltrán a la disponibilidad pública de información sobre las multimillonarias desviaciones de recursos públicos destinados a la promoción de su imagen personal, proyecto de solidaridad con Veracruz, financiamiento de campañas políticas y maiceo a la oposición.
“En política todo lo que se puede comprar con dinero, es barato” afirmaba “el negro de oro”. Ya veremos si logra con dinero quitarse la fama pública de rata.