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Pulso crítico

 J. Enrique Olivera Arce

Qué más quisiéramos que el llamado presidencial a la unidad y no a la división frente a la adversidad, que con motivo de la Navidad se trasmitiera por Cadena Nacional, fuera semilla depositada en tierra fértil.

Seguramente nadie desea que el nuevo año por iniciar dé cabida a más sobresaltos e incertidumbre en una sociedad que lastimada y ofendida, a lo largo de 2014 sufriera los embates de la penuria económica y tragedia social.

Empero, la realidad real se impone por sobre los buenos deseos. Negros nubarrones en el horizonte inmediato, anuncian para el país, antes que un clima de seguridad, certidumbre, bonanza y paz social, más de lo mismo; estado de cosas lamentable pero real y jalonado tanto por lo negativo del entorno global externo como por la incapacidad gubernamental para dar respuestas satisfactorias a la crisis que se vive.

El horizonte a la vista es de “desastre”, afirma el ex canciller Jorge Castañeda.

Y no hay elementos que permitan otear algo diferente en tanto el régimen político no esté dispuesto a cambiar para bien, abriendo paso a la transparencia, rendición de cuentas y una actitud autocrítica para reconocer que algo de extrema gravedad sí pasa en el México real.

Dos percepciones provenientes de espacios diferentes y distantes, hablan de la profundidad de la crisis. Por un lado la previsión del Banco de México para el 2015, advirtiendo que “…la rentabilidad de los proyectos derivados de la reforma energética podría reducirse por la caída de los precios internacionales del petróleo y con ello afectar el desempeño de la economía nacional”, en tanto que para el politólogo John M. Ackerman” (La Jornada), “…en lugar de levantar la cabeza y mirar a la musa de la historia en los ojos, los políticos se hunden en sus mentiras y lanzan desesperadas patadas de ahogado. Evidenciando una cultura política autoritaria y atrasada… ”.

Expresiones similares con más dejo de pesimismo que justificado optimismo, difundidas por diversos medios de comunicación, dejan constancia en la percepción colectiva de que el 2014 es un año perdido en el proceso de recuperación económica y fortalecimiento de la vida en democracia. Con este antecedente, el 2015 no será tan halagüeño ni esperanzador como es deseable.

Ausencia de autocrítica

El Sr. Peña si bien al parecer es consciente de que se enfrenta a una población dividida y polarizada y de ahí su llamado a la unidad, no acepta que su gobierno ha sido el principal factor de división y encono; al pretender imponer el pensamiento único en torno a la presunta panacea pomposamente llamada “reformas estructurales”, así como el no asumir la responsabilidad de la administración pública en sus tres órdenes de gobierno, de proporcionar seguridad y certidumbre así como expectativas reales de progreso a la sociedad.

Sin talante autocrítico e ignorando a la realidad real que se le opone, el llamado del Sr. Peña Nieto lejos de trasmitir confianza, expresa derrotismo. Incapacidad de un régimen político rebasado por la dinámica no prevista, tanto de la inercia de la llamada clase política que se niega a cambiar, como de la resistencia social que está diciendo basta al autoritarismo con el que, sin consulta previa ni amplio consenso, se pretende imponer un rumbo al país que por principio es rechazado por las mayorías.

El derrumbe de los precios del petróleo en lo externo, así como la merma en la producción nacional de hidrocarburos, sumado al deterioro creciente de un tejido social en ebullición, bastarían para percibir desde la cúpula del poder en México que el horno no está para bollos; que no basta con “llamadas a misa” para tranquilizar el cotarro y que la unidad se construye en el día a día y no se impone por decreto. No pasa nada, se insiste, prestando oídos sordos al clamor nacional.

Pretender seguir con la estrategia de tapar el sol con un dedo, ignorando que la sociedad mexicana hoy es otra, más participativa y mejor informada, pero también consciente de la necesidad de cambio, es evidente que no es el camino. No se puede construir unidad y consenso con simulación y mentira como pretende el Sr. Peña Nieto, quien con conocimiento de causa tanto en el discurso como en los hechos, evade lo sustantivo refugiándose en la presunción de vigencia plena de un estado de derecho hoy conculcado.

Al hueco discurso, las mayorías motivadas por descontento, indignación y hartazgo responden con un contundente: ¡Ni un voto al PRI!, identificando a este partido político con el desastre anunciado.

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Ya desde las postrimerías del 2012, se advertía de la percepción creciente de una crisis del régimen político y en lo específico del subsistema de partidos políticos, que tendía a profundizarse tocando fondo, habiendo perdido credibilidad y confianza. El llamado “Pacto por México” y la puesta en venta del patrimonio de la nación lo vino a confirmar.

Hoy día, la realidad supera a la percepción, expresándose el deterioro del régimen y la pérdida de confianza en las instituciones republicanas como reflejo de una crisis de Estado que la clase política a todos los niveles se niega a reconocer.

Igual se percibía que el escenario político post electoral no era nada propicio para que el Sr. Peña Nieto impusiera la continuidad y profundización del modelo neoliberal adoptado por el país desde los tiempos de Miguel de la Madrid. Montado en su macho, ya como presidente impuso la aprobación de reformas legales encaminadas a materializar las llamadas reformas estructurales, obteniendo rechazo y división de la sociedad, polarizándole.

El destape de la cloaca a partir del crimen de Iguala, exhibiendo horror, corrupción, impunidad, cinismo y desparpajo de las élites en el poder, fue la puntilla. La protesta y rechazo social acompañó al derrumbe económico, mostrando la profundidad de la crisis multisectorial del Estado mexicano. Crisis que va más allá de la ineficacia y reformas subsiguientes y a modo de la procuración, administración de justicia y seguridad pública, como pretende hacer creer el presidente Peña en su afán por rescatar su proyecto de nación.

La panacea de las reformas llamadas estructurales quedó atrás y hoy por hoy su inviabilidad está anunciada, en un marco de distanciamiento entre gobierno, partidos políticos y una mayoría social movilizada. Marco que no admite ya recursos retóricos como el falso triunfalismo y llamados a la unidad. La sociedad exige hechos concretos, el gobierno responde con balbuceos incoherentes y la llamada clase política, haciendo como que la virgen le habla, evade la realidad refugiándose en el velar armas ante una contienda electoral que las mayorías cuestionan y descalifican de antemano.

Así las cosas, 2015 no ofrece el clima de convivencia social deseable. Sólo el optimismo basado en la confianza de la fortaleza del pueblo de México, permitirán que nuestros buenos deseos a diferencia del llamado presidencial, no caigan en suelo estéril. Confiemos en el nosotros construyendo ciudadanía en pos del rescate de la democracia.

Mérida, Yuc., 30 de diciembre de 2014.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El Banco Mundial (BM) alertó hoy de que la recuperación económica mundial sigue siendo «frágil e incierta» , fundamentalmente por la crisis en la zona euro y los problemas fiscales y de la deuda en EU, e instó a los países emergentes a concentrarse en mejorar su potencial, dio a conocer hoy El Universal en relación al informe «Perspectivas Económicas Globales», que publica cada semestre el organismo financiero internacional.

El BM estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) mundial creció un 2,3 % en 2012, dos décimas menos de lo que había pronosticado en junio pasado. Además, si en junio el organismo anticipó que la economía mundial crecería un 3 % en 2013, en este último informe rebaja esa previsión al 2,4 %.

Los principales riesgos que enfrenta hoy la economía globalizada, a juicio del Banco Mundial, son la paralización de los avances para resolver la crisis en la zona euro, los problemas fiscales y de la deuda de Estados Unidos y la posibilidad de un recorte abrupto de las inversiones en China.

Panorama nada halagador que involucrando a la totalidad de la economía mundial, en México aparentemente se soslaya. Preocupados más por los vaivenes de la política, que giran en torno a la nueva versión de alternancia partidista en la conducción del país,  lo que promete dice o deja de decir el presidente Peña, así como en los prolegómenos de las elecciones locales en diversas entidades, que por una economía que acusa deterioro, estancamiento y alto grado de informalidad, la crisis global pareciera sernos ajena.

Y sin embargo, ahí está, de cuerpo presente, blandiendo la espada de Damocles sobre un México incapaz de imprimir reformas estructurales más allá de lo que mediáticamente representa el generar leyes que ni perjudican ni benefician a nadie en un estado de derecho poco fiable.

México requiere de cambios profundos que den congruencia al binomio macroeconomía y microeconomía. No se puede hablar de fortaleza macroeconómica cuando se carece de bases sólidas que en lo micro condenan a una gran mayoría de la población a salarios bajos no remunerativos, al desempleo, pobreza y una creciente desigualdad que no se resuelve ni con parches legislativos ni mucho menos con discursos triunfalistas sin sustento sobre un México cansado de vanas promesas.

El descontento crece, la protesta se criminaliza y la amenaza de estallidos sociales es ya tema que no se puede ignorar y que, sin embargo, la respuesta gubernamental pretende atajar con la creación de nuevas comisiones o reciclaje de las ya existentes, sin más objetivo que el diálogo entre sordos. Nada que contribuya con eficacia al abatimiento de los obstáculos estructurales que se oponen a crecimiento económico con justicia social.

Si el hecho de que lo que se consume en México apenas el 45 %  proviene de la fábrica nacional no es motivo de alarma, mucho menos para el gobierno en turno es piedra en el zapato el deterioro del salario, la reducción del consumo familiar y la informalidad en una economía que poco aporta al sostenimiento de las finanzas públicas. Sin el régimen fiscal a que se somete a Pemex, el Estado mexicano estaría en quiebra y, por ende, en condiciones de “Estado fallido” frente a una crisis global que no encuentra el camino para salir airosa.

¡Y la ignoramos! Privilegiando política (o politiquería) por sobre las prioridades económicas que la crisis global exige. Perdiéndose un tiempo precioso impulsando políticas públicas que no tienen más objeto que legitimar figura e imagen de un presidente de la República débil frente a una ciudadanía que, mayoritariamente en sentido lato, le diera la espalda en las urnas.

El PRI si sabe salpicar, es la esperanza, mientras la crisis globalizada restringe margen de maniobra a un presidente que cifrando su optimismo en que todo lo puede, no entiende aún que el que mucho abarca poco aprieta. Y si lo entiende, hace como que la virgen le habla. Superado por la realidad, el Sr. Peña ofrece lo que no puede cumplir mientras el país se le escurre entre las manos.

Si esto se da a nivel nacional, ni que decir de nuestra bucólica aldea en donde todo es prosperidad, no pasa nada, todo está bajo control, quien se dice manda en Veracruz moldea a su sano juicio una realidad que no quiere o no puede comprender. La crisis global no existe ni por tanto nos afecta. Finanzas públicas sanas, endeudamiento tolerable y más saliva que hechos concretos medibles, cuantificables y socialmente aceptables es el pan mediático de todos los días. Mientras el desempleo crece, la informalidad tiñe el territorio estatal y la iniciativa privada, por cierto sin iniciativa y sin invertir un clavo en tareas productivas, comparte esperanzas con la clase política sobre el maná que fluirá desde la cúspide del poder peñanietista.

Hojas que se lleva el viento.

Como un balde de agua fría sobre las espaldas fue recibido por el gobierno a cargo del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa el anuncio del Sr. Luís Videgaray, Secretario de Hacienda, en el sentido de que el Sr. Peña no tiene contemplado el rescate de la deuda estatal y municipal. Las arcas públicas en Veracruz seguirán padeciendo sequía extrema en espera de un nuevo invento que resulte menos oneroso financiera, política y socialmente que la dichosa bursatilización. Por lo pronto, la cortina de humo: acción persecutoria contra  ediles mañosos, firme pero no tanto la reventadera del hilo más delgado que ponga a más de tres en la cárcel.

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Y mire con lo que nos sale un diputadillo del montón: ”Hasta 20 años de cárcel para aquellos ciudadanos que se manifiesten afectando vías de comunicación e intereses de terceros”.

¿Cuántos años le gustan, estimado lect@r, para los servidores públicos que prometen y no cumplen provocando la ira de los ciudadanos?

-ooo

Basta pararse sobre un papel para marearse cuando se tiene una piscacha de poder. Sólo así se explica que la Sra. Elizabeth Morales salga a manifestar su intención de competir por una diputación local. Loca de contento por efectos del mareo no ve, no escucha, que es objeto de repudio generalizado en la capital veracruzana.

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Atribuirse talento quien ayuno de ideas juzga al perredismo veracruzano y a sus más conspicuos personeros, haciendo gala de epítetos pedestres entremezclados en un lenguaje de verdulería, es una forma más de considerar a los veracruzanos como faltos de inteligencia. Ni es sano ni contribuye en forma alguna al reconocimiento del periodismo crítico pomposamente etiquetado como “círculo rojo”.

Cd. Caucel, Yuc., a 15 de enero de 2013

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

«La consolidación financiera sólo puede ser sostenible si va de la mano de una responsabilidad social y un reparto justo de las cargas» Guy Ryder Director Gral. De la OIT

 “Berlín, 11 oct (EFE).- El presidente electo mexicano, Enrique Peña Nieto, expresó hoy su interés en que la crisis que afecta a la eurozona «pueda encontrar una solución pronta y que ello favorezca a la relación que México guarda con toda la Unión Europea». Asimismo, expresó su deseo de impulsar el libre comercio entre países para «generar una arquitectura financiera que sobre todo permita la estabilidad económica y la estabilidad financiera» y haga posible «una mayor apertura y presencia» de productos mexicanos en otras partes del mundo.” Así reza, entre en lo sustantivo la nota que sobre la visita de Enrique Peña Nieto a Alemania  difundiera la agencia de noticias EFE y publicada en Google.com

Para el hombre de a pie medianamente informado, lo expresado por el presidente electo en Alemania obliga a la reflexión.

A mi juicio refleja dos cosas que por su trascendencia no se pueden pasar por alto. Una, sus asesores no leen la prensa, no están enterados de los últimos anuncios tanto del Banco Mundial como del Fondo Monetario Internacional sobre los alcances globales de la crisis europea y, en segundo término, el que el próximo titular del ejecutivo federal exhiba su trivialidad verbal e ignorancia nada menos que ante Ángela Merkel, sobre un tema que ocupa el mayor interés para Alemania,  la eurozona, Los Estados Unidos de Norteamérica y, el mundo entero. Amén de la falta de tacto diplomático al ir a hablar de la soga a casa del ahorcado, representando a un país que si de algo carece, es de liderazgo económico y político en América Latina.

Para el Banco Mundial “La economía mundial se mueve a un ritmo menor al previsto, que afecta a regiones que hasta hace unos meses tenían buen ritmo de crecimiento, mientras que el desempleo global llegó a un punto que es aterrador y no aceptable”, afirmó Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) el pasado lunes en Tokio. En tanto que para el Banco Mundial, su presidente Jim Yong Kim, “advirtió sobre la necesidad de acciones para que el crecimiento económico de los últimos cinco años en Latinoamérica, África y Asia no se destruya por el empeoramiento de la situación”.

Luego no estando así el horno para bollos en el escenario económico internacional con sus daños sociales colaterales, en México debería preocuparnos más como afrontar la compleja dinámica recesiva de la crisis mundial, que ir al epicentro del mega sismo global para  externar buenos deseos y proponer fórmulas caducas, como la del libre mercado para impulsar estabilidad económico financiera en un mundo en el que ya no se quiere queso sino salir de la ratonera.

Peor aún, cuando se va con las manos vacías, pretendiendo ser farol de la calle, cuando en casa reina la oscuridad con más del 52 millones de mexicanos en condiciones de pobreza como consecuencia de un modelo neoliberal de desarrollo, en el que las políticas públicas asistencialistas a lo largo de tres décadas han fracasado al no dar sustento para crecimiento y consolidación del aparato productivo, como lo señala el último informe del CONEVAL.

Recordemos que con los mismos objetivos, propósitos y argumentos neoliberales, Carlos Salinas impulsó reformas a la legislación agraria, desmantelando al campo mexicano para obtener todo lo contrario a crecimiento económico, empleo y soberanía alimentaria.

No se puede hablar de México como atractivo para la inversión y generación de nuevas fuentes de trabajo, cuando el deterioro en la capacidad real de compra y consumo, es evidente en el país. Tampoco de apertura de nichos de mercado en Europa para productos nacionales, cuando en la Eurozona el desempleo galopante obliga a políticas proteccionistas y no a esquemas de libre mercado como las que propala el Sr. Peña como vocero oficioso de Washington.

Si para las personas medianamente informadas, Peña Nieto peca de inoportuno, por decir lo menos, en el ámbito internacional, que pensarán expertos y estudiosos de la economía mundial. Y ni que decir de Ángela Merkel, ahora en el ojo del huracán como juez y parte en la búsqueda infructuosa de soluciones a una crisis que amenaza con balcanizar a la Unión Europea.

En este contexto, llama a risa el que el Sr. Peña presuma de reformas estructurales para impulsar inversión y generación de empleos  a partir de la actualización del marco legal como si las leyes, por sí mismas,  modificaran la dinámica económica de un país en el que se carece de voluntad política para aceptar que en el escenario de crisis globalizada, lo que no funciona es un ya rebasado modelo de desarrollo que auspicia más desigualdad, desempleo, pobreza, violencia criminal e ingobernabilidad.

En nuestra próspera aldea, el gobernador Duarte de Ochoa, Doctor en economía, sin empacho alguno como suele hacerlo cotidianamente, sin mayor análisis dice compartir la visión del Sr. Peña: “Veracruz consolidará su desarrollo “porque si hemos avanzado como lo hemos hecho hasta ahora, con el nuevo Presidente todo mejorará para Veracruz y los veracruzanos”. Afirmación inconsecuente y al margen de toda consideración racional de nuestra pueblerina realidad que el señor se niega a observar y aceptar. Si en Veracruz se avanza en crecimiento económico y se combate desigualdad y pobreza con saliva, con el nuevo presidente a los veracruzanos nos espera más de lo mismo en medio de “un aterrador desempleo” que no respetará fronteras ni siglas ideológicas y partidistas.

Hojas que se lleva el viento

La Asociación Civil “Otero Ciudadano” cobra cada día mayor presencia en la vida pública veracruzana, aglutinando a un buen número de personas de lo más representativo de de la llamada sociedad civil. El pasado viernes en asamblea ordinaria tanto el senador Héctor Yunes Landa como el diputado federal Uriel Flores Aguayo, intercambiaron con los integrantes de la organización  puntos de vista sobre las iniciativas preferentes que Calderón Hinojosa turnara al Congreso de la Unión.

Por lo expuesto por el senador veracruzano, el PRI insiste en contemplar en las reformas y adiciones a la Ley Federal del Trabajo mecanismos relevantes para la generación de los millones de empleos que requiere México. Eso sí, siempre y cuando se respete una autonomía sindical a modo, tema este último que contradice los presuntos esfuerzos por la modernización del tricolor, exhibiendo su apego vital histórico a la simulación, corrupción e impunidad en un país que ya no se conforma con el gatopardismo de siempre.

Con pobreza no hay democracia, afirma el priísta Rolando Zapata Bello, recién ungido como gobernador de Yucatán. Para el gobernante veracruzano, Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa la democracia se impulsa con diálogo, apertura y respeto entre el gobierno estatal y los 212 ayuntamientos de la entidad. Compartiendo indigencia financiera y, mucho pero mucho rollo para taparle el ojo a un macho cansado ya de tantas vueltas a la noria. Xalapa, Ver., octubre 14 de 2012

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Antes de aceptar reformas neoliberales a la legislación laboral vigente, valdría la pena echar un vistazo a la crisis que en todos los órdenes de la vida nacional, hoy amenaza al reino de España. Con el mismo argumento de modernidad, productividad, competividad y crecimiento económico para intentar paliar la crisis global, se revivió la lucha de clases bajo otros esquemas, otros modos de ver y hacer las cosas en las que el gobierno, imprimiendo recortes a conquistas y derechos de los trabajadores que culminaran con la precariedad del empleo y un desempleo cercano al 25 por ciento de la población, abrió la Caja de Pandora.

La idea de que la concentración de la riqueza y el incremento de la tasa media de ganancia en unos pocos para que satisfechos los intereses del gran capital los excedentes salpicaran al grueso de la población, terminó por hundir a la vida económica española y, no sólo eso, socialmente dio al traste con la ilusoria sociedad del bienestar que, en apariencia, colocaba al reino de España entre los países más desarrollados del primer mundo. La burbuja económico financiera reventó, exhibiendo el fracaso del neoliberalismo como fórmula superior del capitalismo para solventar sus crisis recurrentes.

Habida cuenta del desarrollo desigual y combinado de la sociedad española, las contradicciones al interior del reino se agudizan. Las regiones con más desarrollo relativo, como es el caso de Cataluña, no están  ya dispuestas a llevar  sobre sus espaldas la carga de las más pobres y atrasadas. Hoy los catalanes exigen su independencia del reino español en una clara intencionalidad de que, rascándose con sus propias uñas, como país independiente estarían en mejores condiciones de remontar autonómicamente una crisis que está tocando fondo en toda Europa.

Al tenor de lo que el PRIAN pretende imponer a los mexicanos con una legislación laboral regresiva como lo es la “ley Calderón-Peña”, a la que se sumaría una mayor apertura al capital privado, doméstico y externo en la industria energética, la experiencia que lastimosamente vive hoy el reino español debería prender los focos rojos en nuestro país. Con precariedad del empleo se abate no sólo calidad de vida de los trabajadores, también se incrementa el deterioro de un mercado interno ya de sí deprimido, al reducirse la capacidad real de compra de amplias capas de la población en demérito de la producción y el consumo de bienes y servicios, así como de la captación fiscal en la que se sustenta el quehacer gubernamental. Para la sociedad en su conjunto, son más los perjuicios que los presuntos beneficios en que se sustentara la aprobación fastrack  de la ley de marras.

Pretender imprimir modernidad al país con presuntos incrementos de productividad y competividad, flexibilizando el trabajo en beneficio de unos y el perjuicio para los más que hacen posible la generación de riqueza, rompe con la armonía deseada entre los factores de la producción. Los trabajadores en desventaja frente a la patronal no tardarán en reciclar en la práctica el viejo apotegma mexicano: “El asalariado hace como que trabaja en tanto que el patrón hace como que paga”. Amén de que la modernidad, productividad y competividad de un México que llegó tarde a la fiesta,  no depende exclusivamente de las relaciones laborales. Otros factores de igual o mayor peso, como idiosincrasia, acceso a la educación de calidad y al desarrollo científico técnico, infraestructura, pasando por la eficiencia y eficacia de las acciones de gobierno y el lastre endémico de la simulación, corrupción e impunidad, condicionan crecimiento económico, tasas de ganancia y distribución de la riqueza.

Esto sin considerar factores externos como el comportamiento de los mercados de capital, bienes y servicios en el mundo globalizado.

No bastan los parches a la legislación, como ya tampoco es de fiar el modelo neoliberal que pretende continuar la dupla PRI-PAN al servicio de los poderes fácticos en una escalada más de simulación, engaño y gatopardismo, en un proceso de fortalecimiento de la derecha en México que la izquierda institucional ni puede, ni quiere, ni sabe como frenar.

El país requiere de reformas estructurales de fondo y auténticas que promuevan crecimiento económico a la par que abatan desigualdad, pobreza,  precariedad del empleo y el peso específico de la corrupción en todos los ámbitos y niveles de la vida nacional. Reformas estructurales que sólo podrían tener lugar con una ciudadanía responsable, participativa, que consecuentemente rescate para sí la representación popular en el Congreso de la Unión, hoy secuestrada por la partidocracia rampante. Lo que a su vez necesariamente pasa por la democratización de la vida cotidiana empezando por la relación entre las cúpulas sindicales y sus bases, así como al interior de los partidos políticos. Sin democracia participativa México no tiene futuro. Cd. Caucel, Yuc., septiembre 29 de 2012

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Otro mundo ¿es realmente posible?

Víctor M. Toledo


Primero fue la crisis social la que generó conciencias, reacciones, iniciativas diversas, protestas. Después se agregó la crisis ecológica y en íntima relación la energética. Hoy ha hecho su aparición la crisis financiera, convertida ya en debacle económica de escala global, y los defensores de la situación se quedan sin baldes para sacar el agua del buque que se hunde.


¿Son estas crisis fenómenos aislados o por lo contrario no son sino las expresiones de una sola crisis? Aquí de nuevo es la perspectiva histórica la que nos permite responder a la pregunta, pero no la de cualquier historia, sino la de aquella que logra articular la historia de la sociedad con la historia de la naturaleza.


Estamos en un «fin de época», entrando a la fase terminal de la civilización industrial, tecnocrática y capitalista, en la que las contradicciones sociales y ecológicas se agudizan y la norma es cada vez más los escenarios sorpresivos, inesperados e impredecibles. Dos fenómenos encabezaban esta crisis de civilización: el calentamiento global y el fin de la era del petróleo. Ahora debemos agregar la crisis provocada, y largamente anunciada, por la voracidad insaciable del capital. Todas son la expresión de un intrincado conjunto de procesos cuyo devenir ha tomado varias décadas, es decir que conforman una inercia de largo aliento.


La gran aceleración: el siglo XX. El ser humano ha estado presente en el planeta desde hace 200 mil años, un suspiro en la larga, casi eterna, historia de la Tierra. Durante la mayor parte de ese lapso, el hábitat planetario ha sufrido una creciente presión por parte de la especie humana. Sin embargo nada es comparable con lo ocurrido en los cien años recientes, un periodo que equivale solamente al 0.05 por ciento en la historia de la humanidad. Hoy pueden identificarse un conjunto de fenómenos sin precedente en la historia (Mc Neill, J. 2002. Something new under the Sun: an ecological history of twenty century. Penguin Books). La población humana, por ejemplo, se incrementó más de cuatro veces entre 1900 y 2000, al pasar de 1.6 mil millones a más de 6 mil millones. Ello supone la llegada cada año al planeta de 77 millones de nuevos seres humanos. A esta velocidad el reloj demográfico es, y será cada vez más, una bomba de tiempo que ha dejado en el siglo XX a la quinta parte de todos los miembros, vivos o muertos, que han existido a lo largo de la historia.


Artículo completo en: Suplemento La Jornada Del Campo 17/03/09

Fernando Buen Abad Domínguez


Opio pro Nobis para narcotizar la crisis Mundial mientras la barbarie reina en Gaza


Señor Papa Joseph Alois Ratzinger:

Si llegaran a juntarse tantas familias como dicen, si lograra usted hablar a miles en vivo y a todo color, si se pusieran a modo los oídos y los ojos, si fuese verdad que lo escuchan… no sería mala idea abordar los temas verdaderos, los del diario, los que se silencian o se esconden. No sería mala idea, ni mala oportunidad, aprovecharse de esas horas para sentar las bases de la verdad, ahuyentar las mentiras, las hipocresías y las degeneraciones que amenazan e infestan a las familias desde hace ya muchos, y decadentes, años. Si encuentra usted reunido a un conglomerado «defensor de la familia» así en abstracto y de manera a-crítica y conservadurista, diga que es urgente una transformación absoluta, un blanqueo de la historia negra y una revolución de la familia. Dígales que nadie se cree el cuento de la defensa de los valores familiares en sociedades basadas en el hurto, el saqueo y la explotación de los trabajadores campesinos y obreros. Sin ironías, sin burlas… que reine el respeto. Vea usted, aquí hay unas sugerencias (no pedidas).

Hay familias, millones de familias, que reproducen en su seno las relaciones obrero-patronales. Son familias atolondradas con la idea boba de que la familia es una «institución» una «célula» del sistema donde se incuban los formatos del poder, donde se entrena el autoritarismo y la mansedumbre impunemente, como si fuese un logro moral, donde los mandos son privilegio de «los mayores» cuyo merito, casi exclusivamente, radica en cumplir años. Olvidaron que son personas.

Creen que son una «institución» legalizada y santificada, que ya no son personas, camaradas, amigos… para volverse una abstracción jurídica que suprime la noción de lucha de clases, trabajo, solidaridad humana… creen, esas familias, que son un «micro clima» del poder donde las «leyes» se imponen dictatorialmente, donde no se elige los representantes, no se modifican los estatutos y nada se mueve. No pocos hacen el amor (perdón por el eufemismo) institucionalmente.

Muchas familias exhiben con toda impunidad su orgullo patriarcal. «Aquí mando yo» suele decirse al calor de infinidad de controversias… «mientras yo ponga el dinero de esta casa, yo mando»… el orden y el control del dinero como fuente privilegiada de gobierno doméstico. Hay millones de familias que reproducen conductas absolutamente odiosas, se sienten obligadas a estar unidas, por el hecho absurdo de la consanguinidad, se sienten obligados a prodigarse gestos de afecto por el hecho absurdo de llevar apellidos iguales… se sienten obligados a la «unidad» por el hecho desopilante de conservar las «tradiciones». De la coincidencia solidaria para una vida digna de todos, la solidaridad social contra las diferencias económicas y las discriminaciones de todo tipo, no se habla. Parecería tema tabú de ciertas familias.

Hay familias donde el terrorismo paternal se expresa con golpes, humillaciones y persecución. Diurna y nocturna. Hay familias donde se practica la prostitución y el robo en todas las escalas y bajo todas sus modalidades. Hay familias donde se ejercita la violencia y la tortura sistemáticamente. Hay familias corruptas por definición, miserables y cínicas, que viven de explotar a los trabajadores, incluida la «servidumbre», contratan personas para limpiar, ordenar, vigilar y hasta para entretener a los nenes. A esos trabajadores se les paga mal, se los trata mal se los usa como campo de entrenamiento para donde es una mérito de clase maltratar a los pobres… y la familia entera aprende en su cotidianidad sagrada cómo se ejerce el autoritarismo contra los débiles. La balanza inclinada a favor del que tiene el palo y el dinero. ¿Es esta una linda escuela? ¿No? ¿Son estos unos lindos valores familiares?

Señor Papa: Hay familias de dictadores, torturadores, explotadores, defraudadores… hay familias de traidores, de saqueadores, de mercachifles, de mentirosos, de canallas, de usurpadores… familias que reproducen, de una generación a otra, la barbarie y la degeneración. ¿Quiere usted nombres? (Sálvense los homónimos salvables) Haga usted una crítica profunda. Denuncie cómo se traicionan los vínculos filiales, denuncie usted sin moralinas etéreas la cornamentación desaforada entre maridos y esposas, entre socios y colegas, denuncie usted la soledad, el abandono y los insultos. Denuncie la degradación y la drogadicción deprimentes y devastadoras en el seno mismo de las familias más infestadas por la hipocresía y la degeneración. Seguramente tendrá usted a la vista a muchas familias de esas, le besarán la mano, le pedirán su bendición y volverán a su rutina de falsedades y parasitismo, esta vez sintiéndose tocados por Dios, o su representante terráqueo.

Señor Papa: Haga usted una denuncia mundial y profunda, haga lo que debe hacer, diga que la familia en garras del capitalismo ha servido frecuentemente para desfondar la solidaridad humana, diga que la familia burguesa ha fracasado, que el mundo está como está, entre otras cosas, porque en las familias, intoxicadas con valores burgueses, se siembra y cultiva la miseria y la barbarie, que se trata de un gran fracaso político, que el concepto de familia burguesa es hoy por hoy una mentira descomunal, una maquinaria de consumo y consumismo, un formato de control ideológico represivo y una «institución» doctrinaria y enferma que frena todo desarrollo… que es capaz, casi únicamente, de reproducir degeneración e hijos. Sea señor Papa inclemente y agudo. No tolere que los vínculos solidarios entre humanos se formateen con palabrería y demagogia familiarista y burguesa. Permita que las familias aludidas interroguen su sinceridad y su honestidad, que lo hagan en público… verá qué espectáculo.

Dígales que hay posibilidades distintas para familias distintas, esta vez bajo el derecho legítimo de elegir. Dígales que hay formas de relación basadas en la honestidad emocional, sexual, política… dígales que, les guste o no, la historia pasara sobre los retrógrados y hará nacer formas nuevas de familia y de sociedad. Sin estado y sin propiedad privada.

Si hay quien se escude en el pretexto de «la defensa de los valores de la familia», que sincere la realidad económica y moral de las de todas las familias. Pobres o ricas.

Señor Papa: Diga usted, por favor, a todos esos que se reúnan, con pantallas carísimas y gastos descomunales, que ninguna «familia» puede andar feliz por la vida mientras la mayoría de las familias, en todo el mundo, vivan en la miseria, la persecución y el saqueo. Diga usted por favor, que nadie puede sentirse satisfecho en este planeta, mientras millones de familias viven bajo el bombardeo de los misiles, (como en Irak), o bajo el bombardeo ideológico (como el de las televisoras burguesas globalizadas) , ni bajo el bombardeo del hambre (por el saqueo de las materias primas)… ni bajo el bombardeo del hambre (por la explotación degenerada) que consecuentan muchos empresarios de familias prestigiosas y muchos políticos de familias adineradas. Dígales, no desaproveche la oportunidad, que no podemos estar orgullosos de esta civilización cuando su preocupación mayor es esconder a los muertos que genera su desigualdad y sus injusticias. Pregúntele a Rita qué pasa con las víctimas de la guerra civil. A ver con qué le sale, pegúntele de lejos porque en un descuido le pinta la sotana de gris. Gris Rita, gris Valencia.

Señor Papa, no desperdicie la oportunidad, si se reúnen todo los que dicen, tendrá usted de todo, hospedajes, aviones, automóviles, comidas… estarán dadas las condiciones objetivas y subjetivas para abordar la verdad del presente, para que sea usted escuchado. No les hable cosas abstractas, no les hable de cosas extraterrestres, no se remita al pasado remoto de las memorias metafísicas, no se distraiga con la Sagrada Familia ni con Leonardo da Vinci. Valla el meollo, mire usted: «En los países en desarrollo, alrededor de las tres cuartas partes de las familias afectadas por la pobreza y el hambre crónica viven en el medio rural y sus medios de subsistencia dependen de manera directa o indirecta de la agricultura o la pesca» . Señor Papa: «Sólo en África, se estima que hay alrededor de 70 millones de tales familias de agricultores» . Dígales señor Papa que los niños del mundo son hijos de todos: «El hambre y la malnutrición matan a seis millones de niños al año, una cifra equivalente a toda la población en edad preescolar de Japón, según alertó hoy la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU con motivo de la presentación de su último informe anual ‘El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo’.»

Señor Papa: Dígales que la miseria no se arregla con limosnas. Que de nada sirven las «Fundaciones Caritativas» ni las «ayudas humanitarias» ni los lavaderos de conciencias (y de dólares)… si no se derrota la explotación capitalista, el saqueo de materia prima y el trabajo a precios ridículos. Hágalo por las familias que, a estas horas, padecen las humillaciones más brutales en Atenco, México, de Gaza… Hágalo porque a estas horas miles de familias no logran sanar las heridas brutales desde que desaparecieron 30 mil personas en Argentina. Hágalo por los caídos en Faluya, por las familias mancilladas en Nueva Orleáns, por las familias enteras que emigran de África, por las familias hacinadas en los Ángeles, Houston, Chicago… la cuenta es inmensa y es horrorosa. Si usted no se atreve a decir las verdades cometerá un pecado universal y terminará siendo cómplice de la barbarie. Elija bien. Y si no escuchan… nadie se asombre. Acaso se reúnen para fortalecer la sordera… y la ceguera. Y eso puede ocurrir, así ha ocurrido. ¿No?

Rebelión

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