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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Bueno, parece que no sólo al gobernador de Veracruz le interesa y urge desviar la atención en los tendidos, poniendo en primer termino el desbarajuste electoral por sobre los problemas de fondo que acusa la entidad. También el gobierno federal hace lo propio, ahora con el falso debate mediático de la legalización de la marihuana a partir del amparo que concediera la SCJN a cuatro individuos de una organización de la sociedad civil, quitándole presión en la opinión pública a temas torales del país, como el económico, la movilización magisterial, el affaire no resuelto de Ayotzinapa o la violencia criminal que, como la humedad, se cuela y extiende a lo largo y ancho del territorio nacional.

Cortinas de humo que, al parecer, tanto a Javier Duarte, en su caso, como al Sr. Peña les vienen como anillo al dedo para cerrar el año con el menor número de tropiezos en el imaginario colectivo.

Deuda pública y corrupción impone como corolario, pasan a segundo término en Veracruz, tocándole en suerte al presidente del CDE del PRI el ser el patiño a modo, lo mismo con su “misoginia” que con su orquestado cosquilleo mediático en los ijares de los senadores Yunes Zorrilla y Yunes Landa. No sólo la prensa oficialista, también la independiente y crítica, se han ido con la finta electoral aceptando sin remilgos que el problema de Veracruz es de liquidez de una administración pública quebrada y, por tanto prácticamente insoluble y ya demasiado manoseado, y no económico como lo pusiera sobre la mesa Javier Duarte, cuando la realidad real apunta en contrario, agudizándose la crisis en el aparato productivo estatal que va de la mano con un deterioro social en crescendo.

Para el caso del Sr. Peña, por lo consiguiente. La presión de la percepción social que se refleja en un bajo nivel de aceptación del presidente, se alimenta a partir de dos temas sustantivos, el estancamiento económico y como corolario el tropiezo de las finanzas públicas, así como la inseguridad fruto de un incremento no aceptado oficialmente del accionar de la delincuencia organizada. A estos temas se agrega en lo específico el enredo de la fuga del “chapo”, el conflicto magisterial y el affaire Ayotzinapa, anidados en el imaginario colectivo e interpretado como falta de capacidad, eficacia y transparencia en el quehacer gubernamental.

Sin perder de vista que para algunos sectores mejor informados, el deterioro creciente de la industria petrolera y eléctrica nacionales, perdiendo peso específico en la conformación del presupuesto federal, acompañado de la ya imparable devaluación del peso, se considera en el ámbito de la percepción ciudadana como un fracaso de Peña Nieto en la implementación de las llamadas “reformas estructurales” como instrumentos para reactivar la economía.

De ahí que el colocar el falso debate sobre la misoginia de un político de medio pelo o legalización de la marihuana como temas de la mayor relevancia, habría que considerarles como un éxito tan coyuntural como efímero en las estrategias mediáticas tanto de Duarte como del Sr. Peña. La salida casi inmediata del secretario de gobernación, abriendo las puertas al debate en el marco previo a la cobertura informativa con motivo de la visita de Raúl Castro a México, o las declaraciones en tratándose de Veracruz de la secretaria general del CEN del PRI, Carolina Monroy y el correspondiente bombardeo mediático sobre estos temas, así lo confirman.

Lo destacable del caso es que por sobre la coyuntura cortoplacista, la terca realidad tiende a imponerse. A una cortina de humo casi de inmediato hay que sobreponerle otra sin que pueda ocultarse del todo la problemática estructural del país. Más allá de lo mediático, la percepción colectiva no quita el dedo en los renglones de que le son vitales y de atención cotidiana, como el desempleo, la desigualdad, la pobreza y y la seguridad individual y comunitaria agravados por los efectos de la crisis globalizada.

Lo grave es que ni la problemática de Veracruz ni la que acusa México en su conjunto, se resuelve mediáticamente, posponiéndose el tomar el toro por los cuernos con estrategias viables y políticas públicas para enderezar el rumbo perdido. Tanto Peña como Duarte se han atado a sí mismos las manos estando imposibilitados para cambiar de caballo a mitad del río, cediéndole terreno a la terca realidad que se les opone.

Luego tal similitud coyuntural de tesituras, no es de dudarse configuren el tejido de la misma sábana con la que ambos, Peña y Duarte, se cubren para en el caso Veracruz dejar hacer dejar pasar hasta donde el tiempo y los veracruzanos aguanten. De otra manera para quien esto escribe, opinador que no periodista, desde endenantes el gobierno federal hubiera llamado a cuentas al gobernador fallido. Y esto no sucede por más evidente que sea el agrio divorcio entre Javier Duarte, la realidad real y el hartazgo de sus gobernados.

Hojas que se lleva el viento

Con dinero, acarreos y resoplidos se intenta revivir a la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos (CNC) para que el PRI pueda recuperar el voto duro en la zona rural. Vano intento, para hombres y mujeres en el agro veracruzano no viendo lo duro sino lo tupido con el abandono que padecen desde hace más de tres décadas, ni confían en dirigentes de oropel ni esperan que por la vía electoral se resuelva la compleja problemática de la producción agropecuaria, forestal y pesquera que aqueja a la entidad. Dicen que el campesino es medio tonto, pero no. Sabe bien distinguir entre liderazgos auténticos y dirigencias espurias surgidas del terreno de los explotadores de siempre.

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Javier Duarte ya no tiene la fuerza de endenantes para someter, cooptar o comprar y manipular a los partidos que se oponen al PRI y sus señalados satélites, de ahí que ya se de como un hecho la alianza electoral entre el PAN y el PRD en Veracruz, contando con la venia de sus respectivas dirigencias nacionales como una opción viable de alternancia en la gubernatura de la entidad. Alianza que se construye al margen de identidades ideológicas y sobre el supuesto pragmático de que a partir del hartazgo social el número de votos por alcanzar en el 2016 será suficiente para vencer la estructura facciosa y estrategia al tricolor. Falso supuesto, el electorado hoy día está más despierto y para el imaginario colectivo PAN y PRD se sumaron al PRI en el llamado pacto por México, entregando la industria petrolera y eléctrica al capital internacional con la reforma energética. Los veracruzanos tampoco olvidan el papel jugado por estos partidos en la aprobación del criminal endeudamiento aprobado en el congreso local. Del plato a la boca suele caerse la sopa y otra alianza, más congruente y comprometida podría dar la sorpresa. Al tiempo.

Xalapa, Ver., 08/11/2015

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Pulso crítico

Enrique Olivera Arce

Si alguien debería saber de la relación entre política y economía, lo es sin duda el presidente de la Comisión de Hacienda del senado de la república. Con información privilegiada y hablando el mismo idioma del secretario Videgaray, José Yunes Zorrilla debe contar con elementos de juicio suficientes para afirmar con toda seguridad  que “…El país va caminando en la dirección correcta no obstante lo volátil y complicado del entorno internacional”.

Tal afirmación implica, por un lado, conocer a detalle el entorno internacional a que hace referencia y lo insoluble de una crisis globalizada que representa para el mundo entero algo más que una simple amenaza. Por el otro, antecedentes históricos, situación actual y tendencias para el futuro inmediato, tanto de la economía nacional como de las políticas públicas que animan al proyecto neoliberal de país que impulsa el Sr. Peña Nieto. Esto le coloca en el quehacer político como uno de los hombres del presidente responsables de estrategia y conducción del México de nuestros días.

Luego no habría razón para que hombres y mujeres de a pie, sin mayor conocimiento que lo que se nos ofrece mediáticamente, podamos albergar la menor duda de que el senador veracruzano está en lo cierto al afirmar que México camina en la dirección correcta. Y sin embargo, no convence, como tampoco convence en su totalidad el proyecto de país que se nos impone. Correspondiendo al propio Estado mexicano, con la información que difunde y pone a disposición de la audiencia, el alimentar desconfianza e incredulidad.

Si nos atenemos a lo que por un lado difunde el Banco de México, el INEGI, y la propia Secretaría de Hacienda, la información respecto a la marcha presente y futura de la economía nacional y su caldo de cultivo social que le arropa, es contradictoria y resta congruencia al triunfalismo que pareciera carecer de sustento, con el que se afirma que todo es miel sobre hojuelas  a pesar del entorno internacional negativo,  que condiciona sistémicamente el comportamiento de la economía y finanzas públicas de cada país, chico o grande, débil o poderoso  que sea.

Está claro y así debemos entenderlo, que el senador Yunes Zorrilla no se manda solo, como tampoco el propio Secretario de Hacienda. Su estrecha vinculación con el presidente Peña y su compromiso con el proyecto neoliberal de país, obliga, entre otras cosas, a mostrar y exaltar lo positivo de la estrategia neoliberal, ya que mostrar el lado oscuro no sería políticamente correcto. Luego el triunfalismo debe tomarse con cautela para que, en su momento, no nos agarren con los dedos tras la puerta.

Y digo que con cautela, porque el confiar en exceso en el triunfalismo gubernamental tiene consecuencias, como ha quedado demostrado en Veracruz.

Más aún, cuando es evidente que el entorno negativo internacional está más allá de las posibilidades reales del gobierno de México para paliar la crisis globalizada y sus efectos en el ámbito doméstico. Como ejemplo, bastaría saber que el peso específico de la política monetaria de USA o el precio internacional de la mezcla del crudo, es tal que como espada de Damocles, pende sobre nosotros determinando presente y futuro del quehacer económico y financiero nacional.

Y para no ir muy lejos ni meternos en honduras, también es evidente que en el terreno microeconómico, el del bolsillo cotidiano de las mayorías, el triunfalismo macroeconómico no pesa en la percepción que anida en el imaginario colectivo. A contrario sensu de la afirmación gubernamental, la realidad real se encarga de convencer a hombres y mujeres que algo anda mal en lo que se propone construir el régimen peñista. Controlada o no la inflación y la paridad cambiaria frente al US dólar, el deterioro del empleo y el poder adquisitivo del salario es creciente y permanente; la reducción del consumo familiar y el incremento de la pobreza como corolario, ya es tema cotidiano. Frente a ello no hay triunfalismo que valga.

La estrategia neoliberal es empobrecedora y excluyente, aquí, en la Unión Europea, o en China. Convencer de lo contrario en un país que arrastra a 55 millones de seres humanos en situación de pobreza y pobreza extrema, con el argumento de que gracias a las llamadas reformas estructurales,  México va por buen camino reflejándose ello en la mejoría en el nivel de vida de sus habitantes, me parece fuera de lugar.

Empero, acostumbrados ya al triunfalismo sin sustento, palabras más, palabras menos de los hombres del presidente, ni perjudican ni benefician, simplemente en el imaginario colectivo fortalecen la idea de la necesidad impostergable de cambio de rumbo.

Hojas que se lleva el viento 

Bajo el título:  Zonas económicas especiales: Nueva escalada neoliberal, el 25 de agosto del presente año comentaba en mi maquinazo que a mi entender las Zonas Económicas Especiales que propone el presidente Peña, son en esencia un paso adelante en el proyecto neoliberal del Sr. Peña, pero tambien un paso atrás para el pueblo de México. “Un giro de 180 grados tanto en la economía nacional como en las políticas públicas y la política política, que por principio de cuentas, auspiciará mayor aceleración de desigualdad y pobreza entre regiones y, al interior de cada una de éstas, polarizando y confrontando al México neoliberal “modernizante” con el México más atrasado y estancado en el subdesarrollo”.

Estimo no estar equivocado en tal apreciación. El anuncio en Puerto Chiapas del proyecto de tres zonas especiales en el sur-sureste, por su localización geográfica, potencial productivo e intencionalidad, lo dejó claro, priorizándose el interés privado por sobre el interés social más general en una estrategia de expoliación y saqueo lo mismo de recursos naturales que de pueblos enteros. Pero aún hay más, en la negociación en lo oscurito del Acuerdo Transpacífico (TPP), que signara el gobierno de México  a espaldas de la ciudadanía y a instancias del gobierno norteamericano, en el orden nacional ya se contemplaba la inserción de las Zonas Especiales de Puerto Lázaro Cárdenas, Puerto Chiapas  y el corredor Coatzacoalcos-Salina Cruz en este acuerdo multinacional que nos subordina a intereses supranacionales que se sintetizan en la frase que se le atribuye al presidente Obama: “No dejaremos a países como China escribir las reglas de la economía global”.

 Abriéndose la puerta en un acuerdo asimétrico más, a poderosas trasnacionales energéticas y alimentarias en perjuicio de la fábrica nacional, sin que mediara consulta alguna a los actores políticos, económicos y sociales por involucrar en estas regiones.

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Cuestión de enfoques. Si Juárez no hubiera muerto otro gallo cantaría, así, para el titular de Sedesol, José Antonio Meabe, si la pobreza se midiera en México en base a estándares internacionales, para nuestra tranquilidad este flagelo se abatiría en un 77 por ciento. Chingón ¿No?

Cd. Caucel, octubre 7 de 2015. 

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En un clima viciado por el rejuego electoral anticipado, insisto, el darle vueltas y más vueltas a la noria y el fluir de ríos de tinta mediática en torno a la crisis financiera de la administración pública estatal, hace perder de vista lo principal, destacando lo accesorio.

Una economía estancada con tendencia recesiva, deriva en desempleo, bajos salarios y esto, en más pobreza y deterioro del tejido social, cerrándose el círculo perverso con el retroceso de poder de compra y consumo interno, deteriorando aún más la dinámica económico productiva de la entidad. Espiral inserta en una crisis nacional y globalizada, que niega oportunidades de reactivación y crecimiento.

Y si bien las finanzas públicas, evidentemente quebradas, son importantes y no se pueden obviar en el contexto, en tanto estas dejan de retribuirle a la sociedad lo que en calidad y cantidad le corresponde aportar al aparato gubernamental, no es el único factor que negativamente incide en el proceso económico estancado y recesivo.

El gobierno por sí no genera empleos ni abate pobreza y, aunque su papel es de estimulador, dinamizador, regulador y auspiciador, valiéndose lo mismo del gasto que de políticas públicas, es a los sectores privado y social de la economía a quienes correspondería directamente el hacerse cargo del complejo problema del crecimiento en el ámbito de su competencia.

La planta productiva, actual en la entidad pasa por una crisis de capacidad instalada ociosa y obsoleta y, potencialmente de espaldas al ahorro, capitalización, formación y calificación del recurso humano, e innovación tecnológica, lo mismo en los sectores primario y secundario que en el de servicios. Dándose la impresión de que se pretendiera que el gasto público por sí solo, resolviera un déficit histórico que coloca a Veracruz entre las entidades federativas con mayor atraso relativo no obstante su rico bagaje en recursos naturales y ubicación geoeconómica de frente al mercado.

Esto último parece hacerse de lado en especulación, chismorreo, dimes y diretes, golpes bajo la mesa, fuego amigo e invento de fantasmagóricos enemigos, en torno al tema de la deuda pública y corrupción impune, en el marco de la adelantada campaña por la sucesión en el gobierno de Veracruz.

De ahí que si se habla de rescate, éste se limite a una administración pública indolente, desordenada e ineficiente, por decir lo menos, haciéndose de lado lo verdaderamente relevante como lo es el aparato productivo y su incidencia en la dinámica económica de la entidad.

Algunas voces se levantan atribuyendo estancamiento y desequilibrio a una crisis nacional y globalizada, que por cierto no se previó con oportunidad no obstante las tempraneras señales. El mal es de todos, es el país y el mundo entero y, por tanto, no hay por donde hacerse para librar sus efectos, dicen. Ejemplos y experiencias de otras entidades federativas que van en el mismo barco, les desmienten, pues si no hay solución para un fenómeno salvaje y globalizado, cuando menos se observa que hacen el intento con resultados medibles y encomiables sumando el esfuerzo conjunto del sector gubernamental, privado y social.

Veracruz requiere de un despertar generalizado. La política política, con énfasis en lo electoral, ni funciona ni es la solución ante una economía postrada. Quién alcance la gubernatura de dos años, sin una visión de conjunto y de futuro, seguirá dándole vueltas a la noria, por muy capaz y eficiente que sea como servidor público. Más, si la estrategia proselitista está orientada a satisfacer a todos, con promesas vanas, a sabiendas de que muchos son los llamados pero pocos los que en verdad serán beneficiados con el pretendido rescate de la administración pública estatal y municipal. Lo hoy prometido será exigencia y reclamo no satisfecho mañana. Que necesidad.
De lengua me como un plato, dice el refrán. Lo difícil y con un alto costo es hablar con verdad, viendo de frente a una realidad real lacerante que no aguanta más mejoralitos asistenciales. O se atiende al aparato productivo con nuevos enfoques, compartiendo y distribuyendo responsabilidades, o Veracruz seguirá siendo la fábrica de pobres que hoy no queremos ver y mucho menos aceptarlo como un fenómeno del que todos por comisión u omisión, somos responsables.

Hojas que se lleva el viento

Lastimoso en verdad el intercambio verbal entre el gobierno estatal y Universidad Veracruzana en torno al subsidio que la sociedad otorga a nuestra máxima casa de estudios. La rectoría atendiendo a sus responsabilidades exige y la administración pública, sin el menor pudor, regatea un recurso que por ley le obliga. Pagando los platos rotos no solamente la comunidad universitaria, también la sociedad veracruzana que impotente y al margen del falso debate, observa como asfixiando a la Universidad el gobierno duartista sin visión de futuro atenta contra la educación superior pública y contra la formación profesional de calidad del recurso humano que la entidad requiere para su crecimiento y desarrollo.

Los veracruzanos no podemos quedarnos cruzados de brazos, el diferendo entre Javier Duarte y la Universidad Veracruzana nos compete a todos, estando en la obligación de exigir que el subsidio a nuestra máxima casa de estudios no sea potestativo para el gobierno, como afirma el secretario de planeación y finanzas, sino obligación insoslayable.

La sociedad no puede quedarse callada ante la soberbia de un gobernador omiso que con todo desparpajo dice: “No le debo nada a la Universidad”.
Xalapa, Ver., 11 de septiembre de 2015.

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El desempleo juvenil alcanzó niveles históricos a causa de la crisis económica global, con una tasa mundial del 13 por ciento en 2009 y la perspectiva de que aumente este año, según informó hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«Los jóvenes ya no saben dónde ni cómo buscar empleo», dijo Steven Kapsos, economista de la «Unidad de Tendencias de Empleo» de la OIT en Ginebra, donde se presentó el informe sobre Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2010 con ocasión del lanzamiento del Año Internacional de la Juventud de Naciones Unidas.

Según el informe, de los 620 millones de jóvenes económicamente activos en el mundo entre 15 y 24 años, 81 millones estaban desempleados a finales del 2009, el número más alto de la historia. En porcentaje, el desempleo juvenil aumentó de 11,9 por ciento en 2007 a 13 por ciento en 2009, y la OIT prevé una subida de hasta el 13,1 por ciento para finales de año.

Además, dentro de este grupo son las mujeres quienes afrontan más dificultades a la hora de encontrar empleo; en 2009, la tasa de desempleo juvenil femenina fue del 13,2 por ciento, en contraste con el 12,9 por ciento entre los hombres.
El desalentador escenario hace que ya se hable de la «generación perdida», que denomina al «grupo de jóvenes desanimado que, después de una larga y frustrada búsqueda de empleo, se excluye del mundo laboral», explicó Sara Elder, economista de la OIT. Crónica del Poder

Le Monde Diplomatique. Marzo 2009.


El concepto de crisis no alcanza a explicar el momento que estamos viviendo. Un cambio de era. Una mutación de valores. ¿Una esperanza de justicia y de progreso?


Hay que repetirlo: la crisis aún no ha tocado fondo. Y las próximas noticias van a ser peores. Las Bolsas siguen desplomándose. Los planes de rescate fracasan uno tras otro. No impiden que las principales economías del mundo -Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, España- entren en recesión. Grandes o pequeños, los bancos se hallan en situación objetiva de quiebra. Si no se nacionaliza la banca urgentemente y en bloque, el sistema financiero occidental podría perecer. Lo más grave es que esta nueva fase de la crisis arrastrará a algún país en su caída. Por ejemplo: Irlanda, inmersa en una grave recesión, con un sector bancario muy vapuleado y un déficit público que podría elevarse hasta el 11% del PIB. Otros países (Letonia, Estonia, Ucrania, Pakistán) podrían declararse en quiebra.


El huracán económico se ha llevado por delante una cuarta parte de la riqueza mundial. Y está provocando, en casi todo el planeta, el cierre de fábricas, la explosión del desempleo, una escalada proteccionista y la radicalización de las protestas sociales.


Causa de pobreza, de angustia y de exclusión, la lepra del desempleo se extiende. En Estados Unidos, la recesión ha destruido 3,6 millones de puestos de trabajo, a un ritmo nunca visto. La mitad durante los últimos tres meses. El total de parados ya asciende a 11,6 millones. Y firmas gigantes como Microsoft, Boeing, Caterpilar, Kodak, Pfizer, Macy’s, Starbucks, Home Depot, SprintNextel o Ford Motor planean desprenderse de 250.000 asalariados en 2009. La confianza de los consumidores se ha desplomado.


En China, la caída de las exportaciones provoca el hundimiento de la producción fabril y despidos masivos. Más de 20 millones de trabajadores venidos del campo han perdido su empleo. En la India, entre octubre y diciembre de 2008, medio millón de puestos de trabajo se destruyeron.


En Francia, una cifra resume la magnitud del seísmo: el número de horas de paro forzoso pasó de 200.000 en enero de 2008 a 13 millones en diciembre (1). Ya hay más de 2,5 millones de desempleados. Y para los menores de 25 años, el aumento de la tasa de paro alcanzó, en 2008, el 20%…


En España, durante el pasado mes de enero, el número de despidos aumentó en casi 200.000 personas; y el total de desocupados sobrepasa ya los 3.320.000. En 2009, el paro afectará a unos 850.000 trabajadores más, con lo cual la suma de parados superará los cuatro millones… Más de 827.000 hogares cuentan con todos sus miembros desempleados…


En la UE, el número de parados es de 17,5 millones, 1,6 millones más que hace un año. Y para 2009, se prevé la pérdida de 3,5 millones de empleos. En 2010, la desocupación escalará hasta el 10% de la población activa.


En Sudamérica, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2009, se registrará un aumento de 2,4 millones de desempleados. Si bien los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay), así como Venezuela, Bolivia y Ecuador, podrían capear el temporal, varios Estados centroamericanos, México y Perú, por sus lazos con la economía estadounidense, sufrirán.


El director general de la OIT, Juan Somavía, estima que el número de desempleados en el mundo (190 millones en 2008) podría incrementarse en 51 millones más a lo largo de 2009. Y recuerda que los trabajadores pobres (que ganan apenas dos euros diarios) serán 1.400 millones, o sea el 45% de la población activa mundial (2).


La brutal explosión del desempleo provoca naturalmente el retorno del nacionalismo económico. Rusia ha decidido elevar el gravamen para los coches importados y ha introducido aranceles a la carne de ave y de cerdo. Ecuador lo ha hecho para los teléfonos móviles y el material de transporte. La India ha anunciado que prohibirá durante seis meses la importación de juguetes de China. Argentina e Indonesia han creado nuevos aranceles para limitar algunas importaciones.



Grecia ha prohibido a sus bancos que socorran a las sucursales en otros países balcánicos. EEUU ha decidido apoyar a las Big Three (Chrysler, Ford, General Motors) de Detroit, pero sólo para que salven sus plantas en el país. No ayuda a las multinacionales extranjeras (Toyota, Kia, Volkswagen, Volvo) instaladas en su territorio. Francia y Suecia han anunciado que condicionarán las ayudas a sus industrias automotoras: sólo podrán beneficiarse los centros ubicados en sus respectivos países. La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, declaró que el protectionismo podía ser «un mal necesario en tiempos de crisis». El ministro español de Industria, Miguel Sebastián, insta a «consumir productos españoles». Y en Alemania, gran país exportador, una reciente encuesta reveló que el 78% de los empresarios de PYME eran favorables a medidas protectionistas (3).



Este auge del nacionalismo económico está provocando brotes de xenofobia. En Reino Unido, uno de los países más golpeados por la crisis, con unas previsiones de reducción de la actividad del 2,8%, miles de obreros del sector de la energía, gritando la  consigna » UK jobs for British workers! » («Empleos británicos para trabajadores británicos»), se declararon en huelga contra la contratación de trabajadores portugueses e italianos en las obras de la refinería Total de Lindsey (Lincolnshire). Al mismo tiempo, en ese mismo país, cientos de miles de polacos eran «invitados» a regresar a su tierra natal. Igual en Irlanda, donde el sentimiento antipolaco crece a medida que aumenta el índice de desempleo. En Italia se está expulsando sin miramientos a los rumanos. Y en todas partes se cuestiona el derecho de residencia de los inmigrantes legalmente establecidos (l véase, p. 3, el artículo de Javier de Lucas ).


En numerosos países, grandes empresarios o banqueros que reclaman a gritos -y obtienen del Estado- ayudas millonarias, se aprovechan de la crisis para despedir a mansalva y reducir costes. Una actitud que, en el actual contexto de crecimiento descontrolado del desempleo, enfurece. Por eso se multiplican las protestas sociales. Las turbulencias ya han causado la caída de los Gobiernos de Bélgica, Islandia y Letonia. Se han registrado manifestaciones en Francia, con una huelga nacional el 29 de enero, enfrentamientos violentos en Guadalupe y una nueva jornada nacional de acción prevista para el 19 de este mes. Los países más vulnerables de la UE: Hungría, Bulgaria, Grecia, Letonia, Lituania… también han registrado protestas y disturbios más o menos violentos. Para los ciudadanos, el desempleo es una de las peores formas de represión; una demostración en carne propia de la violencia del capitalismo. Por eso la rabia. Se avecinan tiempos sombríos. El concepto de crisis no alcanza a explicar el momento que estamos viviendo. Un cambio de era. Una mutación de valores. ¿Una esperanza de justicia y de progreso?

Notas:
(1) Sami Nair, «¿Xenofobia o Europa social?», El País, Madrid, 7 de febrero de 2009.
(2) Le Monde, París, 28 de enero de 2009.

(3) Time Magazine , 4 de febrero de 2009.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


Nada es verdad, nada es mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira, reza el viejo adagio refiriéndose a la percepción que cada ser humano tiene de su realidad circundante. Y así es en efecto, cada quien habla según le va en la feria, no siendo la misma percepción de quien desde la opacidad de la nómina gubernamental contempla la roja abundancia, que aquella de hombres y  mujeres comunes a nivel de calle,  cuyo sustento cotidiano está basado en el esfuerzo. Como tampoco la realidad es percibida de igual forma por quien percibe un salario mínimo que aquel que de una sola sentada  se  gasta más de tres mil pesos en alimentos, como el robusto secretario de hacienda del gabinete calderonista.


De ahí que el tema de la crisis sistémica global sea tratado de manera diferenciada. Desconocida en sus orígenes y consecuencias  por los más, lo que de esta se percibe se reduce a vivencias personales, intereses económicos en juego y lugar que se tiene en la escala social. Sin embargo, existen coincidencias que conforman denominadores comunes, dando lugar a imaginarios colectivos diversos y contradictorios que,  a su vez, dan lugar a que se afirme que toda percepción es válida en tratándose de política. No considerar esto último, da lugar a que una clase política, sin sensibilidad y visión de conjunto, escuche a unos e ignore a otros, descalificando a quien fruto de su particular percepción de la realidad piense diferente. En México se está dando tal fenómeno y Veracruz no se está quedando a la zaga.


Bastó que el senador veracruzano Dante Delgado Rannauro, apoyado en cifras oficiales, hiciera referencia a los barruntos de tormenta que amenazan a la frágil situación económica del país y, en contexto, a la de la entidad, para que sin mayores elementos de juicio, salvo su personal percepción, algunos amanuenses  que desde los medios informativos sirven a los intereses del régimen de la fidelidad, descalificaran al ex gobernador de Veracruz, colgándole la etiqueta de moda. Catastrofista que todo lo ve en color negro, incapaz de contemplar aquellas aristas en blanco o tonos de grises de una realidad medianamente aceptable, fue lo menos que expresaron. Sin parar mientes en el mensaje de advertencia y el llamado a construir un nuevo proyecto de nación,  frente a un modelo de desarrollo históricamente agotado que frente a la crisis global nos mantiene en un estado de constante indefensión.


Aldeanos al fin, nos gana el ver al árbol ignorando el bosque, construyendo cada quién su propio imaginario a partir de una personal, estrecha e interesada percepción. Ignorando que la crisis financiera internacional no marcha sola. Considerada por los estudiosos como multidimensional, multifactorial y multisectorial, se hace acompañar de otras manifestaciones críticas, como el deterioro de la economía real, la pérdida de confianza y credibilidad de la ciudadanía, el resquebrajamiento de la gobernabilidad, e incluso, la pérdida de principios y valores éticos y morales, paradigmáticos reguladores de la sana convivencia en sociedad, afectando a todos, hasta el último rincón del planeta. Nadie está a salvo, incluyendo a nuestra isla de la fantasía. Identificarla, tipificando su carácter sistémico, prever sus efectos presentes y futuros y,  en consecuencia tomar medidas estructurales congruentes para enfrentarla, es tarea del estadista. Ignorarla, minimizarla y optar por la cómoda fórmula de dejar hacer, dejar pasar, en espera de que amaine por sí sola, asumiendo actitudes tan triunfalistas como gatopardistas de ocasión, es quehacer del aprendiz de brujo.


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América Latina baraja ideas ante la crisis.

Mandatarios impulsarán uso de monedas locales en el comercio bilateral.


Brasilia. EFE.- Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Colombia, Álvaro Uribe, anunciaron ayer su intención de estudiar la posibilidad de usar las monedas locales de sus países en el comercio bilateral, para romper la «dependencia» del dólar.


Durante la visita de Estado que Uribe hizo ayer a Brasilia, Lula sugirió adoptar el mecanismo utilizado por Argentina y Brasil desde octubre del año pasado, que permite a exportadores e importadores realizar sus operaciones en sus respectivas monedas, sin necesidad de recurrir a los dólares.


«Tenemos que pedirle a nuestros ministros de Hacienda que creen reglas para que no dependamos tanto del dólar, que está cada vez más escaso y más condenado», afirmó el gobernante brasileño en una rueda de prensa junto a Uribe, quien concluyó ayer en Brasilia la visita que comenzó el lunes en São Paulo.


Según dijo Lula, «si en la Unión de las Naciones Suramericanas (Unasur) conseguimos reglas para negociar en monedas propias, tendremos menos problemas de crédito» y las operaciones comerciales serán favorecidas además por mejores precios, debido a los ahorros que se obtienen en los costos financieros y comisiones.


«Es momento de pensar políticamente y no económicamente», sostuvo Lula, quien apuntó que América Latina debe dejar de «depender de lo que dependió durante todo el siglo XX, que era la decisión de los países más ricos», a los que responsabilizó de la actual crisis financiera global.


Uribe coincidió con Lula y condenó a aquellos que en los últimos años «cambiaron la producción por la inversión en los mercados especulativos», y afirmó que «el capital debe ser un factor de creación de riqueza social y no de especulación». No obstante, sostuvo que esta crisis «no deroga la economía privada», que debe ser potenciada junto con una acción más enérgica del Estado en favor de la inversión y la producción.


Uribe también puso a Brasil como un ejemplo de conducta ante la crisis y afirmó que todo lo que suceda en este país supondrá una «esperanza» para el resto de América Latina. Según Uribe, la decisión de Lula de dar mayor participación al Estado en la economía y al mismo tiempo favorecer la iniciativa privada, sin descuidar la inversión social, debe ser imitada. «Es el equilibrio que dista del odio social y del capitalismo salvaje», declaró el presidente colombiano en relación a Lula.


Ver nota completa en: Socialismo Siglo XXI

En Perspectiva

J. Enrique Olivera Arce

Parafraseando a Marx, decimos que los pueblos no pueden regresar a ser niños, a menos que caigan en el infantilismo.

Alejandro Nadal


Si de algo puede estar segura la humanidad,  es que frente a la crisis sistémica del capitalismo nadie sabe como enfrentarla. El sistema está enfermo y nadie sabe de qué y que tan grave es la enfermedad.  Diagnósticos van y vienen  y los presuntos médicos sólo atinan a formular pronósticos que van,  desde un simple catarrito hasta una tormenta perfecta. Sin faltar los merolicos que ofreciendo remedios caseros de negro historial, un día niegan la existencia del mal y al siguiente se desdicen, según la audiencia y el lugar. Sin faltar los dimes y diretes entre quienes le apuestan al «catastrofismo» y los que califican a tal estado de ánimo como traición a la patria.


Ante tal incertidumbre, son pocas las voces que cuando menos ofrecen lo que a su alcance tienen a mano, como sería el caso de Barack Obama que contempla al gobierno de su país y a su disponibilidad monetaria, como el último bastión que en el mundo existe para frenar la debacle.


Y si nadie sabe, nadie cree. Imponiéndose la incredulidad como otra faceta más de la crisis global que el planeta está viviendo. Ya nadie confía ni en su vecino más próximo, mucho menos en el gobierno y los banqueros, en tanto crece el clamor popular dejándose escuchar en varios países del orbe,  la consigna que en el 2001 se pusiera de moda en Argentina «Que se vayan todos».


Llama la atención entonces, que en México el Senado de la República realice un foro de notables cuyo propósito es el dilucidar cual debería ser el mejor camino para «crecer» en el marco de la turbulencia recesiva de una crisis cuya profundidad no sólo se desconoce, sino que se insiste en minimizar para no incurrir en «condenable» catastrofismo. Cuando es de todos sabido, y en eso si existe certeza, que históricamente el germen del mal viene de lejos y que el modelo de país adoptado e impuesto a lo largo de los últimos cinco sexenios presidenciales, apenas abonó las raíces de la simulación, engaño, corrupción  e impunidad, de una realidad que hoy, sumada a los efectos de la crisis planetaria, padecemos los mexicanos.


De todo lo ahí expuesto, sólo se salva la intervención de la Dra. Denise Dresser, con su retrato hablado del México que todos conocemos pero que todos negamos. «Somos Víctimas de un sistema económico disfuncional, institucionalizado por una clase política que aplaude la aprobación de reformas que no atacan el corazón del problema. Presidentes, secretarios de Estado, diputados, senadores y empresarios que celebran el consenso para no cambiar». «País de cuates y cómplices», fue su sentencia. Reiterando lo que con magistral visión nos ofrece Sara Sefchovich, en su libro «País de mentiras»

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«Torrente implacable, duro, amargo, corrosivo y certero de la realidad mexicana», afirmara Sergio Aguayo Quesada respecto a la crónica dura del México de siempre.

Se dice hasta el cansancio que crisis es oportunidad. Ojalá y el catastrofismo de quienes quieren ver la realidad con otros ojos,  lejos de condenarse a priori, sea escuchado y valorado como un grito de alerta digno de ser atendido. México no aguanta más simulación, engaño y gatopardismo. Hagamos de la crisis oportunidad para cambiar.

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Marcos Roitman Rosenmann *

Hoy, las tesis de Frank y Celso Furtado vuelven a estar de actualidad. Si los lazos con las metrópolis en tiempos de crisis han favorecido mayor desarrollo relativo y mejores condiciones para su expansión, ¿significa que saldremos mejor parados de la actual crisis? Lo veremos en estos años.


Muchos fueron los que en los años 60 y comienzos de los 70 del siglo XX se formaron en la teoría del desarrollo del subdesarrollo. Por primera vez sus postulados tenían eco en la nueva izquierda anticapitalista. Era un punto de apoyo para definir los proyectos anticapitalistas frente a las visiones anquilosadas de los partidos comunistas defensores del feudalismo latinoamericano y las sociedades duales. El MIR chileno, los Tupamaros uruguayos, el ERP en Argentina o el ELN en Bolivia fueron algunos de sus seguidores. Pero también los hubo en otros lares de la izquierda. A los efectos, pocas veces una formulación teórica ha logrado tanta influencia en partidos y movimientos políticos. Unos y otros se disputaban la nueva fórmula para interpretar la evolución de las estructuras sociales y de poder en América latina.


Si bien hubo trabajos pioneros, los de Sergio Bagú: La estructura social de la colonia (1949); de González Casanova, La democracia en México, o Las siete tesis equivocadas, de Stavenhagen, la síntesis de Gunder Frank fue feliz. Englobaba un emergente debate frente a las teorías eurocéntricas del desarrollo. Desde las ciencias sociales se aportaba una explicación convincente y razonada del carácter capitalista de la conquista, la colonia y de las estructuras de poder imperantes en la región. Así, su éxito radicó en la manera de presentar el problema. La historia de América Latina se vio en una forma bipolar, la relación metrópoli-satélite.


André Gunder Frank tuvo la virtud y la desgracia de presentar América Latina como lo que es: una parte del proceso de acumulación de capital y del capitalismo colonial del siglo XVI, factores inseparables del propio desarrollo del capitalismo. La crítica se hizo fuerte: los países industriales nunca fueron subdesarrollados, no hay pasado por etapas similares ni se les puede adjudicar fases. La arremetida contra las teorías eurocéntricas de Rostow y sus etapas del crecimiento económico le valió su reconocimiento en todos los círculos académicos y en la izquierda latinoamericana. Es cierto que tuvo detractores y los sigue teniendo. Muchos de sus argumentos no logran el nivel de precisión exigido a quien se decía gran lector de Marx, lo cual le resta solidez a los planteamientos. Sea como fuese su aporte es un acervo del pensamiento crítico e incluso hay quienes lo consideran un adelantado a la teoría de la dependencia.


Si hoy las afirmaciones de Gunder Frank pueden resultar simplistas, en 1967 eran de grueso calibre. Afirmar que los países desarrollados nunca tuvieron subdesarrollo, aunque pueden haber estado poco desarrollados, era enfrentarse a las doctrinas hegemónicas, tanto como contravenir en la actualidad los dogmas del mercado, el neoliberalismo y su mano invisible. No fue una batalla fácil. Pero lo que quiero destacar es el sentido que orienta y articula su pensamiento. Tras de la visión del desarrollo capitalista como una relación que genera el subdesarrollo, Frank subrayó una primera variable. Cuando los lazos con la metrópoli son fuertes hay un menor desarrollo relativo del satélite y cuando los lazos son débiles existe mayor posibilidad de desarrollo del satélite. Para corroborar dichas tesis no hubo de ir muy lejos. Le bastó recurrir a la historia colonial y constatar la existencia de zonas hoy atrasadas, antaño de alto desarrollo, en función de las necesidades del capitalismo mundial, Potosí en la colonia.


Si hubiese dudas expresó la misma relación en la etapa imperialista inglesa y estadunidense. Manaos con el caucho o Iquique con el nitrato. Relatos inapelables. Lentamente dejó de ser un problema aceptar que el subdesarrollo era parte del desarrollo capitalista. Asumir que América Latina era capitalista y que nunca podría ser desarrollada como las metrópolis tenía consecuencias. Romper el subdesarrollo supondría luchar contra el capitalismo y constatar su inviabilidad.


Celso Furtado escribiría un texto clave: El desarrollo económico: un mito. Su tesis era sencilla y contundente: «el estilo de vida promovido por el capitalismo industrial ha de ser preservado para una minoría, pues toda tentativa de generalizarlo para el conjunto de la humanidad provocará necesariamente un colapso global del sistema. Esta conclusión es importantísima para los países del tercer mundo, pues pone en evidencia que el desarrollo económico que viene siendo preconizado y practicado en esos países es un simple mito. Sabemos que las naciones del tercer mundo jamás podrán desarrollarse, si por desarrollo debe entenderse ascender a las formas de vida de los que ya están desarrollados».


Hoy, las tesis de Frank y Celso Furtado vuelven a estar de actualidad. Si los lazos con las metrópolis en tiempos de crisis han favorecido mayor desarrollo relativo y mejores condiciones para su expansión, ¿significa que saldremos mejor parados de la crisis? Lo veremos en estos años. ¿Pero ello no significará romper con el subdesarrollo? Si la afirmación se complementa con lo dicho por Celso Furtado, el horizonte no atisba mejoras. En esta primera década del siglo XXI hemos visto aumentar la desigualdad, el hambre y la miseria. En otras palabras, el capitalismo ha sido incapaz de generar con o sin recesión un proyecto inclusivo para las grandes mayorías. Ése no es su objetivo. Por el contrario, se articula como un orden excluyente y concentrador cuyo fundamento es el cálculo racional de la explotación. Así, desde su perspectiva, una salida razonable será un mayor aumento de la pobreza y la explotación, generando un orden propio de la neo oligarquización totalitaria del poder político.


En esta lógica, la crisis ha dejado al pairo las teorías del neoliberalismo, del capitalismo popular o del liberalismo social. Ninguna de las vertientes, sea vía militar o por vía electoral representativa, han dado una solución inclusiva. Más bien podemos constatar su fracaso. Ahora no es una tozudez mental: es una afirmación fundada en los hechos. Para que América Latina pueda realmente ser un continente con posibilidades debe construir un proyecto liberador, fundado en la justicia social, la libertad y la democracia, y debe apoyarse en una alternativa anticapitalista, por tanto socialista.


* Tomado d:  Historia del Día

AFP. Publicado: 30/01/2009 08:10

Washington. El PIB de Estados Unidos cayó 3.8 por ciento en ritmo anual en el cuarto trimestre 2008, mayor que lo esperado por los analistas y la más importante desde 1982, llevando el crecimiento a 1.3 por ciento en todo 2008, según cifras oficiales publicadas este viernes.

Esta declinación representa un fuerte movimiento de baja de la actividad económica, tras una caída de 0.5 por ciento en el tercer trimestre.

Pero la cifra no fue tan mala como se temía, dado que el promedio de los analistas vaticinaban una caída de 5.5 por ciento anualizada del producto interno bruto.

Califica Obama de «desastre continuo» la caída del PIB


«La recesión se está profundizando y la urgencia de (resolver) nuestra crisis está creciendo», manifestó el mandatario.


Agencias / La Jornada On Line Publicado: 30/01/2009 14:09

Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió este viernes que la recesión económica que enfrenta el país se está profundizando a niveles tales que está provocando un efecto devastador para los trabajadores y sus familias.

«La recesión se está profundizando y la urgencia de (resolver) nuestra crisis está creciendo», dijo el mandatario tras aludir al anuncio de este viernes sobre la caída de 3.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) estadunidense en el cuarto trimestre de 2008.

En una alocución en la Casa Blanca, Obama señaló que estas cifras significan un «desastre continuo» para los trabajadores y sus familias.

«Más allá de lo preocupante que resultan, lo que importa es lo que estos números significan y eso es alarmante: familias comprando menos, negocios invirtiendo menos, empleadores con menos trabajadores», refirió el mandatario estadunidense.

Obama aludió a las cifras del jueves que dieron cuenta del mayor número de personas desocupadas que continúa recibiendo asistencia del gobierno desde que se mantienen estos registros.

Dijo que el año pasado el país perdió 2.6 millones de empleos, mientras que otros 2.8 millones de personas se vieron forzadas a tomar empleos de medio tiempo.

«Este es un momento difícil, pero creo que si actuamos de manera audaz y con rapidez, puede ser el momento de Estados Unidos si trabajamos juntos y superamos las diferencias y divisiones para enfrentar esta crisis», indicó.

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