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Tag Archives: Democracia simulada

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El politólogo y destacado comentarista Alfredo Bielma Villnueva, se pregunta si ya se tocó fondo en Veracruz. La respuesta la tiene la ciudadanía, empero, para quien esto escribe la crisis por la que atraviesa la entidad veracruzana tocó fondo desde muy endenantes. El tiempo, once años de saqueo y mal gobierno, así como una estructura económica ineficiente e ineficaz se han encargado de ello, acompañados de un galopante deterioro social marcado por desigualdad, pobreza, desempleo e inseguridad.

Lo grave de esta situación es que no sólo no se le ve salida a la crisis, sino que incluso, se le ignora en sus aristas más agudas, posponiéndose la búsqueda de cursos de acción viables que le den respiro. Y no hablo precisamente del cambio de estafeta en el gobierno estatal, parte de esta crisis, sino del deterioro generalizado, multiregional y multisectorial, que ha puesto a Veracruz de rodillas.

Números duros lo confirman y bolsillo y percepción ciudadana lo reflejan.  A lo largo y ancho de la entidad el abandono, la pobreza y la desigualdad se enseñorean colocando a Veracruz entre los últimos lugares en los indicadores de crecimiento económico y desarrollo relativo. Si esto no es tocar fondo, no sé cómo podría considerársele.

Y aun así, sin parar mientes en la profundidad de la crisis, la clase política sin distingo de color de camiseta, de espaldas a la realidad cifra sus esperanzas en que en 18 meses escasos, el sucesor del gobernador fallido detenga el tobogán y rescate a Veracruz. Vana esperanza. Ni en dos años ni en ocho con los mismos y el más de lo mismo, el mesías más pintado, más honesto y más dispuesto,  podrá evitar morder el polvo en el intento. Esto, en tanto no se reconozca la profundidad de la crisis, se tome plena consciencia de ella y se acepte que sin la sociedad organizada y participando activamente con pleno conocimiento de causa, la vía electoral no es paliativo y mucho menos solución.

Paradójicamente, la prensa estatal llamada a poner los puntos sobre la ies advirtiendo sobre la necesidad de observar más allá de una absurda pugna electoral, no se ve en el espejo; ramplona, acomodaticia y rayando en la ignorancia se pierde en trivialidades pasando por alto lo sustantivo.

A mi juicio tiene que entenderse que el problema siendo de todos, no sólo es de gobernanza y saneamiento de administración y finanzas públicas sino fundamentalmente de una estructura económica obsoleta, ineficiente e ineficaz, en algunos casos herencia de modelos productivos decimonónicos,  que ya no se corresponde con las actuales necesidades  y expectativas de progreso de una población en constante crecimiento.

Castidad virtuosa no es solución

Reflexionando sobre este pesimista escenario y atendiendo al bombardeo mediático a que la clase política tiene sometida a la población, me recuerda a una tía ya entrada en años que, tras haber enterrado a dos maridos y en vísperas de sus terceras nupcias, ante la sociedad de su tiempo se asumía como casta y virtuosa.

De una sociedad construida sobre la hipocresía y la simulación, en la que valores y principios éticos y morales se autoproclaman ante el poder del que dirán y no en la convicción personal y colectiva de entender y ejercer la vida en común, no se puede esperar nada valedero. Si la tía de marras chocaba por su virginal simulación, lo mismo podría decirse del o los candidatos al mini gobierno de Veracruz que,  pretendiendo ganar votos,  autoproclamando limpieza y honestidad en su persona solo dan lugar a soterrada condena y chascarrillos de mal gusto.

Veracruz requiere de visión de Estado y no santurrones de parroquia, exige hombres y mujeres de buena voluntad, lo suficientemente honestos intelectualmente como para reconocer y aceptar que la crisis veracruzana les rebasa y que es la sociedad en su conjunto y no un  mesías de ocasión, la que debe afrontarla tomando al toro por los cuernos.

Hojas que se lleva el viento

Con un fructífero diálogo con el senador José Francisco Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, la Asociación Veracruzana de Comunicadores “Froylan Flores Cancela”,  inauguró su transitar por la vida pública de la entidad. Con la asistencia de más de 50 propietarios de medios, articulistas, columnistas, caricaturistas y reporteros gráficos, en un clima de pluralidad, tolerancia y respeto el legislador federal dio puntual respuesta a inquietudes y preguntas que se le formularan en torno a la vida política y económica de la entidad, con énfasis en la coyuntura electoral. Buen inicio de una organización gremial de la que se espera algo más que servir únicamente de pasarela para la proyección de imagen y lucimiento de políticos y servidores públicos.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Dicen por ahí que no hay peor ciego que el que no quiere ver. También se dice que ojos que no ven, corazón que no siente. Sabias consejas populares que le quedan como anillo al dedo al inefable partido tricolor que, ahora con la nueva cara que le imprimen generaciones recién llegadas, ni quiere ver ni quiere sentir lo que a su alrededor pasa en un México cuya crisis actual deviene, sin lugar a dudas, del Ancian Regime bajo la conducción hegemónica del PRI.

Sólo así se explica el que en una manifestación más de simulación y descaro, el presidente nacional del PRI afirme que en México “no existe distanciamiento entre partidos políticos y sociedad civil”. Ignorando o pretendiendo ignorar el Sr. Cesar Camacho Quiroz, el divorcio entre las llamadas clase política y sociedad civil más que evidente en la actual crisis que vive el Estado mexicano.

Vulnerado el estado de derecho, deteriorado el tejido social, comprometido el territorio nacional y políticamente viviéndose en una democracia representativa simulada, de la que devienen instituciones republicanas carentes de credibilidad y confianza, México vive un presente ominoso en el que la realidad ya no se puede tapar con un dedo.

Pero el Sr. Camacho no es el único, ni único el partido político que ni ve ni escucha. Salvo contadas y muy respetables excepciones, tapándose con la misma cobija políticos y partidos padecen de ceguera crónica conscientemente inducida; no quieren ver ni sentir que se les mueve el piso. Es por ello que antes que reconocer una crisis de Estado que requiere de cirugía mayor, tratan de vender la idea de que lo que se vive son baches locales de eficiencia y eficacia en materia de administración de seguridad y justicia, ante los embates de una delincuencia organizada desbordada de manera focalizada a lo más en dos o tres entidades federativas.

De esta ceguera se hace eco no poca prensa, y en primer término el duopolio televisivo, poniendo el énfasis en la arista policiaca de un fenómeno social que pone al desnudo la colusión entre servidores públicos y delincuencia que la sociedad no debe tolerar; castigo exigen para los autores intelectuales y materiales del crimen de Iguala, restringiendo su exigencia al ámbito penal y. de paso, a la descalificación política del cadáver insepulto conocido como PRD. Hasta ahí.

Los verdaderos culpables, impunes fraguan el guión de una telenovela para el consumo popular en la que de antemano, sin mediar juicio legal alguno, en la picota el ex servidor público y la esposa están mediáticamente condenados. Sacrificándose lo sustantivo en pro de lo accesorio para manipular y desviar la atención entre el respetable.

Sólo que nuestra llamada clase política no contaba con la astucia perspicaz en los tendidos. Los que si ven, si escuchan y sienten en carne propia la gravedad del desaguisado, alzan la voz y señalan lo que su intuición y los hechos les dictan: el culpable es el Estado.

Luego la afirmación del Sr. Camacho Quiroz, lejos de abonar en favor del PRI y del régimen político vigente, se le revierte ante una población indignada que expresa su hartazgo en la calle; el costo de esta ceguera a modo, quizá no se refleje en las urnas en la justa electoral del 2015, pesa más la inercia de hábitos y costumbres, pero la llamada sociedad civil haciendo camino al andar en su momento cobrará factura.

Por lo pronto, “que se vayan todos” es consigna y reivindicación popular que como la humedad, va penetrando hasta el último rincón en el imaginario colectivo. El régimen político está quebrado, sobrepasa su fecha de caducidad y sólo la ceguera impide a la llamada clase política observar que su supervivencia está en juego; o, posiblemente, siendo consciente de ello el Sr. Camacho trata de prolongar la agonía, pretendiendo convencer que los ciegos son otros, los que no quieren ver ni sentir que el México del Siglo XXI nace con Peña Nieto y el retorno de un PRI que nunca se ha ido.

Hojas que se lleva el viento

Dejemos a las buenas conciencias el disfrutar en paz de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Bien merecido lo tienen al dejar hacer dejar pasar en torno a la sede de una justa deportiva que naciendo contrahecha bajo las instancias de Fidel Herrera, no pudo enderezar sus ramas bajo la conducción del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa.

Cómo afirmara la hijastra del Sr. Peña, se está para disfrutar no para hablar de Ayotzinapa; las buenas conciencias así lo entienden y ejercerán su derecho a la recreación y el jolgorio. Y que bueno, con su participación y la torta bajo el brazo, no quedará en entredicho calidez y buen nombre de los veracruzanos.

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J. Enrique Olivera Arce

De principiante el gambito con el que el PRI quiere sorprender a los votantes. Convocar a una consulta popular para respaldar el cumplimiento de una oferta de campaña del Sr. Peña es el pretexto explícito. Lo implícito no sólo es una maniobra más para desviar la atención del respetable de asuntos de mayor trascendencia, también una manera de trivializar la opción ciudadana a ser consultada en temas por demás relevantes para la nación.

Como ya anticiparon diversos analistas y comentaristas, la respuesta a la consulta de marras es más que obvia. Si de reducir el número de parásitos en el Congreso de la Unión se trata, para la mayoría del pueblo de México lo deseable es que se fueran todos y a otra cosa mariposa.

Pero como para el PRI los votantes somos minusválidos mentales, la consulta va, independientemente del obvio resultado. Lo relevante es distraer, manipular y acallar a una opinión pública que hoy le es adversa.

Si de reducir el número de legisladores plurinominales para aminorar costos y elevar la calidad de la representación popular en el Congreso se tratara, no habría necesidad de consulta alguna, bastaría con votar la iniciativa en ambas cámaras y, por mayoriteo simple reducir la parasitocracia a los niveles deseables que mejor convengan al tricolor.

¿No acaso en los últimos 20 meses así lo hicieran aprobando la legislación que da soporte a los afanes reformistas y autoritarios del Sr. Peña, sin necesidad de consultar y atender a la voluntad popular?

Para esta interrogante el imaginario popular también tiene respuesta obvia. Ciudadanía y voluntad popular vale madre –perdón por el exabrupto- para una partidocracia que teniendo secuestrada a la sui géneris democracia representativa que prevalece en México, se pliega a consignas de los poderes fácticos y afanes neoliberales del presidente en turno.

Simulación y engaño, es la estrategia del PRI con vías a los procesos electorales venideros. El tiro le saldrá por la culata. Son más los agravios y agraviados que las bondades de un ejercicio de democracia directa simulada. Sin necesidad de consulta alguna, en el imaginario popular recurriendo a la memoria percibe la intención perversa de la partidocracia.

Y esto va también para la consulta popular que promueve el PRD con la sibilina idea de echar abajo la reforma energética aprobada. El llamado “pacto por México” eliminó la escasa credibilidad y autoridad moral del partido del sol azteca para pronunciarse en nombre de los ciudadanos.

Morena, con perdón de los intelectuales que proponen la unificación de las izquierdas en la promoción de la consulta ciudadana revolviendo agua con aceite, congruentemente rechaza sumarse a la farsa de la falsa izquierda. Tiene su propio camino, sus particulares propósitos y, si es coherente en sus intenciones, entiende que más allá de una consulta partidista, lo relevante es movilizar a la población en contra de la legislación energética aprobada, uniéndose y haciendo suya la resistencia que ya se vislumbra en diversos sectores de la población..

De ahí que resulte patético si no es que ridículo, el que los textoservidores de siempre quemen incienso a los pies de la ex alcaldesa de Xalapa y hoy presidente del CDE del tricolor en la entidad veracruzana, atribuyéndole la paternidad de la presunta consulta popular en el tema de la reducción en el número de plurinominales. La señora es demasiado poca cosa como para diseñar tal cortina de humo. Y si efectivamente, la iniciativa fuera de su autoría, que pobre entonces una dirigencia nacional que se deja embaucar embarcándose en una iniciativa que nace muerta. Pero la consulta va, así lo ha decidido Peña Nieto, todo sea para revertir la tendencia electoral de una ciudadanía engañada y lastimada que no confía en su presidente.

Y por el mismo camino transita la iniciativa panista de consulta popular sobre el minisalario. Todo sea para trivializar un esfuerzo serio por enriquecer la vida democrática de este país, como lo es la iniciativa de Morena, Movimiento Social antes que partido político.

Hojas que se lleva el viento

Si en la vida política nacional ética y moral tuvieren algún significado, podría afirmarse que el PRI en el fondo de la crisis del sistema de partidos en México se ostenta ante la ciudadanía con doble cara, doble moral al condenar hasta la saciedad a los fiesteros del PAN y simultáneamente exonera a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre “príncipe de la basura”, acusado como presunto responsable de operar una red de prostitución con recursos públicos del tricolor del Distrito Federal. Pero no hay moral, no hay ética, no hay principios en un partido que nació para engañar y manipular.-

Cd. Caucel, Yucatán, agosto 24 de 2014

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J. Enrique Olivera Arce

Bueno, está visto que los principales actores políticos de Veracruz están empecinados en que no acabe la mascarada electoral, pese a que algunos adelantados claman porque se de ya por aceptado un vencedor de la contienda por la gubernatura y, a otra cosa mariposa, que ya la elección del 2010 se empató con la del 2011 en Edomex y Michoacán, e incluso con la el 2012 por la presidencia de la República.

Paradójico, la prolongación de la contienda está estipulada en la reforma al Código Electoral de la entidad promovida por el PRI, al estipularse la judialización de la elección de gobernador con su calificación por parte del Tribunal Electoral de Veracruz. Hoy, gracias a dicha reforma, el Sr. Javier Duarte deberá esperar en su calidad de presunto, hasta  que el órgano colegiado dicte su fallo. Plazo de espera dentro del cual deberá declararse procedente o improcedente la impugnación presentada por los adversarios del delfín. Eso, sin contar que estos pueden optar por llevar el caso al Tribunal Federal y prolongar la milonga hasta el mes de noviembre.

Y mientras esto sucede, la soberbia del priísmo veracruzano, que ya se daba más que satisfecho con el triunfo preliminar otorgado a Duarte de Ochoa por el Instituto Electoral Veracruzano, se transforma en miedo. Su candidato, enredado en su propia trampa, no para de anunciarse a bombo y platillo como Gobernador electo de Veracruz, en un esfuerzo por convencer a sus correligionarios y a la ciudadanía de que no hay vuelta de hoja, las cosas son así y así se quedan, ante el temor de perder lo que ya considera suyo. Paradójico también resulta el que tal esfuerzo se está revertiendo en contra del delfín, extendiéndose las manifestaciones de duda, histeria y paranoia al interior del PRI que ya desata una cacería de brujas contra “los traidores”, así como la duda razonable entre los ciudadanos de a pie, que se resisten a tragar la píldora fiel que recetara el partido del gobernador.

Entre tales manifestaciones se insiste en colocar el Código Electoral de Veracruz por sobre la Constitución General de la República, convencidos de que la ínsula escarlata se manda sola.

Todo parece indicar que no se entiende que pasa y, como consecuencia, el priísmo prolonga la guerra sucia arremetiendo contra los adversarios de Javier Duarte, descalificándoles por el simple hecho de ejercer un derecho que les concede la misma reforma legal que en su perversidad pretendiera capitalizar a su favor Fidel Herrera Beltrán. Otra paradoja, entre más se golpea y se provoca a Miguel Ángel Yunes Linares, más se fortalece éste en su afán de inclinar la balanza a su favor o, en su caso, nulificar la elección.

Pero no sólo sufre la espera Javier Duarte de Ochoa. Su mentor y padrino, el gobernador Herrera Beltrán vive los momentos quizá más amargos de su vida política. El tiempo se le escurre entre las manos y siente como cada día que pasa parece desvanecerse su proyecto de continuidad de la llamada Fidelidad. En un artículo anterior ya comentaba que para el “señor de los puentes”, el más largo y tortuoso de su carrera iniciaría el 5 de julio para desembocar el último día de noviembre con la entrega del poder. Al parecer no me equivoqué.

Pero no solo eso. La incertidumbre reinante también actúa en contrario de los planes futuros del hoy mandatario veracruzano. Conforme su pleito personal con el candidato panista apunta a un posible fracaso en su intención de imponer a Duarte, sus posibilidades de trascender y participar en el juego del 2012, también se diluyen. En el ámbito nacional su imagen se deteriora y la desconfianza alcanza a la cúpula de su partido, que se siente engañada y arrastrada a un pleito no previsto en el marco de las negociaciones con Felipe Calderón Hinojosa con vías al 2012. El miedo a perder Veracruz  tras no lograrse carro completo, se refleja en las histéricas declaraciones a los medios de la Sra. Paredes. Fidel Herrera le aseguró tener todo el control, cuando esta cuestionara la candidatura de Duarte, y las cosas no resultaron tan así.

Aquí cabe dar un punto a su favor al joven delfín. Públicamente al hacer un llamado a la unidad de los veracruzanos, reconoce la pluralidad política que se expresara en las urnas, confirmando que no todo es rojo en Veracruz. El control a que hiciera referencia el gobernador,  basado en la presunta aceptación de su administración por más del 90 por ciento de los veracruzanos, resultó ser un mito y, en un destello de madurez política, así lo reconoce Duarte de Ochoa, facilitándole la tarea a la cúpula priísta para su defensa ante el embate panista, pero dejando muy mal parado al gobernador.

En este escenario, nadie puede aún cantar victoria, la fiesta continúa pese a los buenos deseos de Javier Duarte, del gobernador,  e incluso de Doña Rosa Borunda, que ya la dan por terminada exhortando a los veracruzanos a cerrar el capítulo electoral y trabajar unidos por las mejores causas de Veracruz. Nadie se da por aludido y actúa en consecuencia Nadie quiere pasar por tonto, así que siga la pachanga y que retumbe la tarima, que para eso hay música de sobra. Si señor, que para eso nos pintamos solos.

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J. Enrique Olivera Arce

México, en vez de consolidar su democracia va en camino de convertirse en un Estado fallido caracterizado por “la descentralización del autoritarismo y la metástasis de la corrupción”. El resultado es un país donde “el Estado se vacía de poder y la sociedad de confianza”.

Lorenzo Meyer: Muñoz Ledo, ideas y política

Si la magnificada crisis de salud pública puso a prueba al pueblo de México, exhibiendo al mismo tiempo las onerosas carencias resultantes de  un desmantelado deliberado de los  servicios de salud pública a cargo del  Estado, el “Derecho de Réplica” , libro de la autoría del controvertido y corrupto empresario Carlos Ahumada, cimbró a toda la Nación al poner en evidencia el estrecho vínculo de la cúpula del PRI y el PAN con el poder fáctico  en el diseño y puesta en escena de un auténtico complot en contra de la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, bajo el considerando de que el político tabasqueño constituía “un peligro para México”.

La amenaza epidémica y todas sus consecuencias económicas y sociales,  pasó a segundo plano. El tema a debate es el contenido y alcances del libro en cuestión, en tanto que confirma la percepción generalizada de que gracias al presunto complot que derivara en un grosero fraude electoral, Calderón Hinojosa, aprendiz de brujo, está hundiendo al país; careciendo en lo absoluto no sólo de  legitimidad para desempeñar el cargo que ostenta, también de visión de Estado, sensibilidad política y capacidad para enfrentar los grandes retos de un Estado Nación que no logra trascender los terrenos del subdesarrollo.  Así como en el caso de la influenza los cerdos no tienen la culpa, puesto que los marranos han sido otros, el peligro real para el presente y futuro del país, reside en el contubernio evidente entre un empresariado contrario a los intereses de la Nación y la oportunista y desclasada partidocracia bajo el control del PRI y del PAN.

Revolviéndose, lo más emblemático de la clase gobernante dice dudar de la autenticidad de los señalamientos anotados por Ahumada. “no es creíble en tanto que el libro aparece dentro del escenario del proceso electoral en puerta”, manifiestan los protagonistas de “Derecho de Réplica” pretendiendo evitar el cisma político. Gritos y sombrerazos serán inútiles, las condiciones en que vive México son propicias para que los ciudadanos, tras la presunción del fraude electoral del 2006, den por confirmada la ofensa. Andrés Manuel López Obrador ha sido el primero en afirmar que el contenido del libro de Ahumada confirma que la mafia que gobierna a este país, le robó la presidencia.

Ya habíamos comentado que destacados analistas políticos europeos manejaban la tesis de que la crisis sistémica global arrastraría, a su paso, a las anquilosadas estructuras políticas de una democracia simulada, previendo un ascenso organizativo y programático de movimientos contestatarios en la mayoría de los países del orbe, dispuestos a recuperar la representatividad secuestrada. Lo que es dable observar en México es la creciente crisis de credibilidad del sistema político y su falta de capacidad de maniobra para contener el también creciente malestar social. La crisis económica, ya calificada oficialmente como en recesión, así como sus manifestaciones recurrentes en materia de seguridad, educación, salud, alimentación y carestía, entre otras, hace de la vida política ente vulnerable, acercándonos a la peligrosa encrucijada de la ingobernabilidad.

En este contexto, no estaría de más releer a Porfirio Muñoz Ledo. Si “La Ruptura que viene” pone al desnudo al PAN y al régimen calderonista, hoy se hace imprescindible para entender medianamente un escenario en el que a la debacle de Acción Nacional se suma la del PRI, aliado en lo sustantivo de las fuerzas políticas y económicas retardatarias, internas y externas, que el primero representa. Si las confesiones de Carlos Ahumada, delincuente confeso,  son o no creibles y aceptadas por la sociedad, lo que no se puede echar en saco roto es la profundidad de la crisis de los partidos políticos en México, así como la urgente necesidad de reconstruir al país a partir de una auténtica Reforma del Estado,  desde abajo y con la participación consecuente de las mayorías.

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