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Tag Archives: Desigualdad y pobreza

Pulso crítico

J.Enrique Olivera Arce

El único mérito que puede atribuirse al nuevo jefe imperial, es el haber develado las contradicciones internas y por sincerar el verdadero pensamiento político de la plutocracia estadounidense. Trump dice y hace sin miedo ni pena lo que piensan todos pero prefieren callar. Otra verdad que debemos reconocerle es, también, el de haber admitido públicamente en muchos de sus discursos la penosa realidad que vive el pueblo estadounidense que perdió el «sueño americano» y hoy vive una pesadilla producto de las desigualdades crecientes, los empleos precarios y el desempleo. Sin embargo, prefiere achacar la responsabilidad de esto último a los inmigrantes. Basem Tajeldine

Opinar sobre lo desconocido en río revuelto, y más aún sumarse a las trivialidades con las que Enrique Peña Nieto, sus estrategas y su partido político en torno a una pretendida “unidad nacional” promueve para “enfrentar” las amenazas de Donald Trump, me parece demasiado aventurado. Más si quien esto escribe se permitiera el atrevimiento de  hacerlo bajo la óptica de una visión pueblerina de una entidad federativa enfrascada en no ver más allá del pleito Yunes Linares-Herrera Beltrán y el tremendismo distractor.

De ahí que lo que a mi juicio parece ser lo más sensato,  es esperar a que se asienten las aguas, que los poderes fácticos domésticos e internacionales que dominan el escenario económico, político y social en nuestro país vecino acoten los alcances de la presidencia de Donald Trump y que, México asuma, con visión de largo aliento, que lo que está en juego es un Estado-Nación vulnerable e históricamente disminuido territorial y económicamente gracias gobiernos contrarios al interés soberano de su población.

Tiempo al tiempo, dentro de la urgencia que demanda una situación que yendo más allá de la retórica, nos está tomando con los dedos tras la puerta.

Y en el marco de esta imprevisión que hoy por hoy tiene a México contra la pared lo que sí está a nuestro alcance comentar por conocido, es el considerar que los temas que mayor inquietud han despertado en nuestro país tienen sus asegunes, incluyendo el cinismo e hipocresía con el que el gobierno de Peña Nieto pretende tapar el pozo tras ahogar al niño, agitando el mito de la unidad nacional.

Nada nuevo bajo el sol. El muro y la expulsión de migrantes connacionales; la salida de EU del Acuerdo Transpacífico y la revisión del TLCAN, así como el gravamen sobre las remesas con su repercusión en el bolsillo de miles de familias de escasos recursos e incremento de la pobreza como daño colateral, tienen diferente connotación dependiendo de donde se les vea.

Qué tanto le convenga a E.U. el seguir adelante con estas medidas, por ahora eso es tema de su absoluta incumbencia y autodeterminación como país soberano. Luego lo que valdría la pena en México es poner los pies sobre la tierra y considerar lo que a nosotros convenga, a la luz de los pros y los contras de las “locuras” del Sr. Trump en su relación con nuestro país; en la inteligencia de que tanto pros como contras no inciden de manera general en todos los mexicanos, puesto que ni todos coludos ni todos rabones estamos tasados con el mismo racero. La pluralidad de intereses personales, de grupo o de facción la determina el lugar que en la condición de desigualdad y exclusión dominante, se ubican estos intereses.

El patrioterismo ramplón del agitar de banderitas tricolores como expresión de unidad nacional, no suple las diferencias en una sociedad fragmentada. Habría que considerar el por qué para unos la percepción de las medidas del gobierno vecino es de oportunidad y optimismo en tanto que para las mayorías es amenaza y desesperanza.

Luego habría que pensar más de dos veces a quienes benefician y a quienes perjudican, como es el caso del TLCAN que desde su inicio con Carlos Salinas de Gortari, por su carácter asimétrico y elitista lo mismo ha acarreado beneficios que relevantes perjuicios en nuestro país como el abandono económico y vaciamiento social del agro mexicano. A 23 años de distancia no cumplió con los objetivos de crecimiento y desarrollo, de ahí que su ratificación o revisión no cambiaría gran cosa para las mayorías empobrecidas en el eslabón más débil de la triada signataria. Lo mismo se podría decir del fallido Acuerdo Transpacífico que generando falsas expectativas, no pasó de ser cortina de humo pretendiendo ocultar la realidad de una economía estancada.

Por cuanto a la deportación de migrantes esta ha sido la constante por más de tres décadas; Obama ordenó la deportación de más de 3.4 millones de mexicanos y se mantuvo intacta la zozobra para más de 11.3 millones de indocumentados que sobreviven perseguidos, explotados y humillados. Luego lo que hoy habría que preguntarse y, por ende actuar en consecuencia, es el porqué de la expulsión masiva de fuerza de trabajo en México bajo gobiernos neoliberales.

Así como por qué el monto de las divisas que recibe México de sus migrantes es superior a los generados por la exportación petrolera y porqué éstas inciden en el alivio de la pobreza de millones de mexicanos.

Y ya ni se diga del desgarre de vestiduras frente a lo que se percibe como agresión a nuestra soberanía, cuando el fenómeno ni es nuevo ni se ha impedido su agudización, dejando hacer, dejando pasar la entrega de territorios y recursos naturales al capital extranjero.

Más que ocuparnos y preocuparnos por lo que haga y disponga el presidente Trump, debería ser punto central de nuestra inquietud el porqué de nuestra imprevisión y vulnerabilidad en el mundo globalizado como Estado-Nación independiente. El por qué a lo largo de la historia nacional de nuestra sumisión económica, política y cultural  ante el coloso del norte.

Tomar conciencia plena de ello con talante crítico y trabajar en nuestras fortalezas y debilidades, más que agitar banderitas haciéndole el juego al peor gobierno que México ha padecido en las últimas décadas, sería el punto de encuentro para encarar como Nación el incierto futuro.

Xalapa, Ver., febrero 1 de 2017

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“El gobierno ya no puede ignorar la contradicción que existe entre el país pujante, moderno y en movimiento que se presenta al mundo, y el endeble Estado de Derecho que padece México de manera cotidiana”, CIDAC

Finalizando el mes próximo pasado escribí sobre la contradicción de un presidente de México que pretendiendo ganarse un lugar como estadista en el concierto internacional, en lo interno da palos de ciego mientras el país se le escurre entre los dedos.

De acuerdo a los últimos acontecimientos ampliamente difundidos por la prensa nacional e internacional, algo hay de eso, confirmando una percepción que gana consenso: el fracaso de Peña Nieto y sus reformas.

Señalaba que “Incongruencia tras incongruencia, el México cotidiano de millones de mexicanos no se corresponde con el México que el Sr. Peña Nieto pretende conducir a lo que el, los poderes fácticos, y sus círculos cercanos conciben como modernidad…”

La realidad lo confirma en el abigarrado mosaico nacional. La criminal masacre de normalistas en Iguala, Gro., y la ola de inconformidad y protesta que tal suceso provocara a lo largo y ancho del país, habla por sí de la existencia de dos Méxicos, el que el Sr Peña nos quiere vender con sus reformas presuntamente estructurales y el real que arrastra históricamente el peso de un subdesarrollo estructural no superado que se intenta suprimir por decreto y con una buena dosis de autoritarismo ciego.

Si. El México que llegando tarde a un neoliberalismo trasnochado se ofrece al mundo como paradigma de transformación, cambio y apertura a la modernidad, y el México bronco y profundo que, en medio de exclusión, desigualdad y la pobreza, exhibe las llagas abiertas de un subdesarrollo agravado por una constante de corrupción e impunidad que le corroe hasta los huesos.

Dos Méxicos que siendo contrarios entre sí, se entrelazan, alimentan y retroalimentan conformando como unidad indisoluble la realidad real de un país que no aprende de la historia.

El dos de octubre del 68 y el 26 de septiembre de 2014, marcan de manera indeleble el peso específico de una carga histórica de autoritarismo y violencia de Estado, en un México que secuestrado por los más oscuros intereses de un régimen político que se niega a sí mismo como instrumento de cambio y transformación, se regodea auspiciando inmovilidad y retroceso.

La contradicción se agudiza. El régimen político caduco ya no le es funcional al Estado mexicano; el subsistema de partidos políticos ya no da más ni ofrece muestras de renovarse. Entre el descrédito público, grosero pragmatismo y representación simulada, los partidos políticos nacionales y locales no cumplen ya con la función que la sociedad les asigna.

A los afanes “modernizadores” del presidente de México que exigen limpieza étnica y social para avanzar en la consolidación del modelo neoliberal de crecimiento que propone, la realidad real, la del México profundo, se le opone mostrando el puño cerrado de un pueblo que retomando memoria histórica, se organiza, moviliza y no cede en la defensa de soberanía nacional, territorio y derechos individuales y sociales conquistados a lo largo del tiempo.

Y en este proceso e agudización de contradicciones y crisis recurrentes de la vida económica, social y política, aún falta mucho por hacer para enderezar la nave, lo mismo trátese de imponer el modelo neoliberal en todas las regiones y sectores del país, que para frenar y dar para atrás a éste propósito. Los dos Méxicos, empantanados y confrontados, de seguir así las cosas habrán de vivir las páginas más ominosas de la historia moderna del país.

El PRI gobierno en su penuria moral no cejará en su intento de imponer el pensamiento único y la resistencia y protesta social irá en crescendo. Lo que hoy lamentamos calificándolo como crimen de Estado, es apenas la punta del iceberg de un Estado-Nación que en su deterioro y pérdida de rumbo cierto, todo cambia para seguir igual.

El vacío de poder y con ello la pérdida de control político y gobernanza, se hace presente en diversas regiones del país. El mismo Sr. Peña lo califica como un fenómeno grave que hay que detener, llamando a los gobernadores a cerrar filas en el fortalecimiento de las instituciones republicanas. No me lo dejen sólo, es el grito de auxilio del aprendiz de brujo, mientras el deterioro del tejido institucional y social avanza y se cuela como la humedad a todos los rincones del país.

Lo más grave es que como resultado de la agudización de las contradicciones, se derive hacia el camino de estériles luchas intestinas. Esperamos que no sea así, nadie desea en México una balcanización al estilo de Europa oriental. ¿O sí?… La interrogante queda en el aire.

Hojas que se lleva el viento

Y mientras el país decide si va al baile a invitación de las muchachas, en Veracruz su gobernador montado en la cresta del arco iris, se preocupa y ocupa del como librarse de los que “escupen para arriba”, sin la más mínima consciencia de que él es el problema.

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J. Enrique Olivera Arce

Veracruz, «estado próspero», munipios pobres

Una de las más agudas contradicciones de la administración pública veracruzana, radica en la distribución regional de los presupuestos municipales. La polarización en la asignación de recursos destinados a obras y servicios a cargo de los Ayuntamientos, es evidente, recreándose año con año lo mismo marginación que desigualdad y pobreza microregional, gracias a la carencia de visión de Estado de la Legislatura local en turno.

Al perro más flaco se le cargan todas las pulgas, castigándose a la población más vulnerable a un proceso permanente de falta de oportunidades, en el que la dialéctica del subdesarrollo hace de la desigualdad denominador común irreversible,  en perjuicio de quienes menos tienen en todo el ámbito estatal. Los Ayuntamientos menos favorecidos presupuestalmente, marcan rumbo y destino de Veracruz.

Así, mientras se insiste en que el gobierno estatal da una batalla frontal contra pobreza y desigualdad, la distribución del presupuesto de egresos municipal indica que en realidad se propicia la profundización de tales flagelos.

El presupuesto de egresos para el 2012 asignado por la diputación local a los 212 Ayuntamientos, no indica otra cosa. Mientras que por un lado a los ocho municipios poblacionalmente más importantes de Veracruz, se les favorece en promedio con más de 463 millones de pesos para solventar las necesidades de sus respectivos programas anuales de gasto corriente e inversión, a los diez más pobres, también en promedio, se les asignan apenas 8 millones anuales, destacando el de Cuetzala con 6.9 millones de pesos.

A nadie en la diputación local se le ocurre siquiera pensar que la exclusión y falta de oportunidades en los Municipios pobres, habra de repercutir necesariamente en mayor desigualdad y pobreza en los Municipios con mayores privilegios. La migración de los bolsones de pobreza a los municipios más favorecidos en busca de empleo y oportunidades de sobrevivencia, incrementa a su vez las necesidades crecientes de obras, servicios públicos, gobernanza y paz social en éstos últimos, haciendo nugatorio propósitos y objetivos de crecimiento económico y desarrollo, presuntamente considerados en la asignación presupuestal desigual y focalizada con énfasis en los municipios con mayores índices de desarrollo relativo.

Si lo que se pretende es fortalecer polos de desarrollo específicos, a partir del presupuesto asignado a los diez Ayuntamientos más favorecidos, suponiendo que éstos derramarán beneficios compensatorios a los más pobres de su entorno regional y microregional, los resultados esperados actuarán en contrario, igualando pobreza y desigualdad en todo el estado.

El Sr. Doctor Duarte de Ochoa en uno de sus mensajes navideños declaró que: “El orden, la disciplina y la eficacia en el ejercicio presupuestal permitirán el desarrollo en todas las regiones del estado”, pidiendo  a las autoridades municipales “que apliquen estos criterios de la administración pública estatal para generar economías que permitan hacer más obras y acciones en beneficio de los veracruzanos”. Propósito sustentado en una lógica razonable, sin orden, disciplina y eficacia en el ejercicio de la función pública, no hay gobierno que salga adelante. No obstante, cuando se atiende a la distribución presupuestal en los 212 Ayuntamientos de la entidad, lo primero que salta a la vista es que aquellos con una asignación inferior a los 10 millones de pesos anuales por ejercer, están de hecho imposibilitados no solamente para ser eficaces, también para “generar  economías que permitan hacer más obras y acciones en beneficio de los veracruzanos”. Si no cuentan con recursos para contratar un policía de esquina, menos para mantener una administración eficiente.

Eso sin considerar que la mayoría de los Ayuntamientos pobres arrastran adeudos de las administraciones anteriores.

Así, con un presupuesto de egresos de supervivencia, poco o nada pueden aportar estos Ayuntamientos al desarrollo estatal, agudizando sí, las condiciones de desigualdad y pobreza microregional y regional cancelando oportunidades de crecimiento a sus gobernados.

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J. Enrique Olivera Arce

A mi amiga Yasi Konan,  joven víctima de la barbarie en Costa de Marfil

 Se inició en la Huasteca veracruzana el hecho insólito de combatir pobreza y desigualdad con pobreza conceptual, moral, espiritual y material de un gobierno intelectualmente deshonesto, promotor de un programa sin programa y sin mayor propósito que marchar hacia “adelante” para seguir igual. Javier Duarte de Ochoa, cual moderno Hernán Cortes, se hizo presente en el municipio de Zontecomatlán para compartir  espejos y abalorios con sus habitantes.

No es crítica al gobernador de Veracruz. El joven Duarte de Ochoa, enfrentado a su circunstancia y rodeado de mediocridad, hace lo que puede, pretendiendo combatir molinos de viento sin un duro en el bolsillo,  en un país sin rumbo inserto en un mundo sin pies ni cabeza, en el que la pobreza y desigualdad son la constante, no la excepción.

A Javier Duarte de Ochoa le ha tocado gobernar contra la corriente más general. El reclamo e indignación popular están de regreso en todo el orbe. El modelo económico neoliberal se agotó y, con ello, las recetas para acceder y mantener a la llamada “sociedad del bienestar”.

De ahí que lo que debería estar a discusión y no motivo de ruido mediático, aplauso fácil y lisonjas cortesanas, es la factibilidad de ir al combate con una endeble política pública de desarrollo social sin crecimiento económico, que conceptualmente  pretende todo, menos mayor equidad en la distribución de la riqueza como podría esperarse en un Veracruz próspero.

A mi juicio es arar en el desierto, pretendiéndose sembrar bienestar social donde precisamente la vida material de las comunidades más pobres de la entidad, pobladas en su mayoría por indígenas, está marcada históricamente por el atraso económico, fruto de la explotación, expoliación, expropiación de trabajo y capital neto acumulado, así como exclusión y discriminación de nuestros pueblos originarios.

Pisos de cemento más, pisos de cemento menos, un brochazo por aquí, otro por allá, no hacen la diferencia cuando se trae sobre la espalda el pesado fardo  de 490 años de sometimiento y  marginación.

Mejoría social sin crecimiento económico compartido es entelequia. Trocar asistencialismo por “participación responsable” sin el sustrato productivo que le sustente, a más de demagógico resulta grosero cuando a los pueblos indígenas se les niega en los hechos autonomía y autogestión, en el marco de su particular concepción identitaria, integral e integradora, de la vida en común y en estrecha relación con la naturaleza. Ofreciéndoles a cambio seguro popular y conectividad de banda ancha al internet por su participación en el combate gubernamental a su endémica pobreza.

Sobre esto último cabría destacar que hasta donde se sabe, el programa “Adelante” contempla alcanzar objetivos y metas de manera individualizada para que ello se refleje en las estadísticas, de ahí la ya desatada arrebatinga por los padrones de beneficiarios. Habría que preguntar a las comunidades indígenas si están a favor del yo individuo beneficiado o del nosotros comunidad en desarrollo. Cuestión de enfoques que incide en los resultados por alcanzar.

Ofensa a la inteligencia no del gobernador al pueblo que gobierna, sino de un modelo capitalista de desarrollo diseñado para reproducir las mismas condiciones económicas, sociales y culturales, impuestas históricamente a las clases subordinadas.

¿Cambiar para seguir igual, o peor? Esto es lo que debería ser objeto de preocupación colectiva, tema de debate que se soslaya en aras de comodinos intereses espureos y electoreros. Ignorar la historia hace de Javier Duarte de Ochoa una víctima más del sistema y no, parafraseando a Franz Fanon,  moderno adalid de “los condenados de la tierra”.

Seguir insistiendo sobre “Adelante” es necedad, a más de “políticamente incorrecto”. Hasta aquí llego tocando un tema incómodo, esperando que los pueblos originarios oprimidos y expoliados y no el tiempo, hagan escuchar su palabra.

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Protestas solidarias en 80 localidades del mundo

Esto es… «el comienzo de una nueva era»

La Jornada

Madrid, 20 de mayo. Cientos de miles de personas en al menos 150 ciudades de España y en otras 80 distribuidas en el mundo emitieron hoy un grito mudo y comenzaron una reflexión colectiva para repudiar el actual modelo político y económico, en una jornada en la que el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional ratificaron la decisión de la Junta Electoral Central de no permitir movilización alguna previa a las elecciones municipales del próximo domingo.

En la madrileña Puerta del Sol, el epicentro de la revolución de los indignados, una vez finalizado un minuto de silencio que simbolizó el final de una era, al menos 100 mil personas entonaron durante más de 10 minutos, y con los brazos en alto, El pueblo unido jamás será vencido.

El Tribunal Supremo rechazó después de cinco horas de deliberaciones un recurso presentado por Izquierda Unida contra la resolución de la Junta Electoral Central para acallar las protestas que comenzaron el 15 de mayo (15-M), al considerar que los manifestantes no son parte interesada y que por tanto no pueden representar a las partes afectadas.

El Tribunal Constitucional no admitió el recurso de Izquierda Unida porque se encontraba cerrado el registro y, además, debido a una falla en el procedimiento de un abogado de Murcia, que acudió a ese órgano judicial.

Los fallos judiciales provocaron nerviosismo en los organizadores de la protesta ciudadana, ya que desde el conservador Partido Popular hasta los medios de comunicación afines se exigía al gobierno que cumpliera la ley y garantizara el derecho de los ciudadanos a una jornada de reflexión sin sobresaltos. Es decir, que en caso de concentración pública actúe policialmente y la disperse.

Frente a las presiones de las fuezas de derecha, el presidente del Ejecutivo español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió que el gobierno actuará con inteligencia y que por tanto no nos asustan, nos comprometen las protestas ciudadanas.

Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió a la opinión pública que aplicaría la ley de forma proporcional, pues la policía no está para crear problemas sino para resolverlos. Además se basó en un informe de la Abogacía del Estado, en el que se recomendaba una actuación policial de dispersión exclusivamente cuando se registraran altercados.

Los representantes de la plataforma Democracia Real Ya sólo se limitaron a invitar a la gente a ejercer nuestro derecho a la reflexión colectiva y, si se da el caso, emitir un grito mudo con la boca tapada con una cinta para denunciar las razones de nuestra indignación.

Los activistas también fueron muy firmes en recomendar que la concentración ciudadana no se convirtiera en un botellón, y llamaron a no beber alcohol durante la jornada de reflexión.

Poco antes de las 12 de la noche, al vencer el plazo impuesto por la autoridad electoral para que cesen las movilizaciones, las plazas se llenaron de gente con la boca tapada, que guardó un minuto de silencio. Así lo hicieron en la Puerta del Sol de Madrid más de 60 mil personas, y en la plaza de Cataluña de Barcelona más de 45 mil, mientras en la rebautizada plaza del 15 de mayo de Valencia también varias decenas de miles de personas iniciaron la reflexión con camisas blancas.

Málaga, Bilbao, San Sebastián, Cáceres, Granada, Santiago de Compostela, La Coruña y Gijón, entre otras ciudades, fueron escenarios de protestas similares. Un movimiento que se puede seguir en el portal www.soltv.tv.

En todas ellas se recordó el origen del movimiento ciudadano, sobre todo la grave situación en la que se encuentra el país después de la crisis financiera y económica internacional. Se reiteró la indignación por los sucesivos recortes en el Estado del bienestar y la degradación del empleo y los servicios públicos, además del repudio a la corrupción endémica de las instituciones y los partidos políticos españoles, que tienen sólo en estos comicios 115 candidatos imputados en sus listas.

Por eso entre las consignas y lemas había, entre otras, No tenemos casa, nos quedamos en la plaza, Un mundo mejor es imperativo, Sol ya lo tenemos, ahora vamos por la Luna, Nos sobra demasiado mes para llegar a fin de sueldo, Ya no somos la voz dormida y No es un sueño, no es utopía. Esto es… el comienzo de una nueva era.

Y otras consignas más reivindicativas, como La libertad se conquista, no la dan, Hay momentos en la historia en que la indiferencia es criminal, Nuestros sueños no caben en las urnas o Nuestros padres lucharon contra la dictadura franquista, nosotros por la democracia.

Esta amalgama de reivindicaciones se fundieron en una sola cuando la manecilla del reloj marcaba las 12 de la noche. Entonces todos gritaron con las manos en alto, en señal de que esas son nuestras armas, que el pueblo unido jamás será vencido. Y advirtieron en coro: No nos moverán y un sí se puede.

Mientras, los partidos políticos finalizaron la campaña de cara a las elecciones en las que el próximo domingo se decidirán los gobiernos de la mayoría de los municipios de España y de varias comunidades autónomas.

Antes de que surgiera la revolución de los indignados se vaticinaba un triunfo aplastante del derechista Partido Popular, sobre todo por una abstención masiva del tradicional votante de izquierda desalentado. Ahora todo está más confuso y el nerviosismo se instaló en los búnkers de los partidos políticos, que tuvieron que cambiar el guión de su estrategia y en gran medida su mensaje para intentar contrarrestar esta ola de hartazgo e indignación.

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