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Tag Archives: Diputado Javier Duarte de Ochoa

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La situación que vive México va de mal en peor. Estancamiento económico, desempleo, economía informal, pobreza creciente y desigualdad galopante, acompañados de una percepción cada vez más amplia de inseguridad y deterioro del estado de derecho y tejido social, son ya pan de cada día en la mayor parte del país. A ello habría que sumar la pérdida de credibilidad en los tres órdenes de gobierno y el rechazo al proyecto neoliberal de desarrollo que impulsado desde Los Pinos, ni aterriza ni convence a las mayorías.

Esta realidad ya inocultable, choca frontalmente con los esfuerzos del Sr. Peña Nieto por encontrarle la punta al mecate en el necesario equilibrio entre política interna y política exterior. Perdido como está en el entramado de contradicciones de un país subdesarrollado y sus aspiraciones de estadista de primer mundo a encontrar un lugar destacado para México en el globalizado concierto internacional, opone a la realidad real el sueño de una realidad virtual que no pasa del oropel mediático que le ubica como cancerbero de traspatio de los intereses norteamericanos..

Incongruencia tras incongruencia, el México cotidiano de millones de mexicanos no se corresponde con el México que el Sr. Peña Nieto pretende conducir a lo que el, los poderes fácticos, y sus círculos cercanos conciben como modernidad.

Perdido en el embrollo, sin la menor idea de cómo conjugar lo deseable con lo posible, a la par que se vanagloria del papel que en política exterior le asigna el expansivo gobierno de Barack Obama, en lo interno la paranoia domina, recurriéndose a los palos de ciego en políticas públicas; así como a los palos que, en lo social, literalmente hablando, aplica en contra de quienes en el marco de la pluralidad oponiéndose en los hechos al pensamiento único, no comulgan con la visión modernizadora de Los Pinos.

Para estos últimos, la criminalización de sus actos legítimos; llámense pueblos originarios, campesinos en defensa de agua y territorio, o movimientos precaristas surgidos de una clase media empobrecida, en obvia contraposición a los acuerdos y tratados internacionales sobre derechos humanos, laborales y sociales signados por México.

En el diseño y aplicación de las reformas con las que en el terreno jurídico se consolida el proyecto neoliberal auspiciado por los gobiernos del PRI y del PAN desde hace más de tres décadas, no se consideró tanto el carácter desigual regional y sectorial del México real, como el peso específico de la inercia de una administración pública ineficiente y corrupta a la que le corresponde la responsabilidad de operar desde el gobierno el cambio deseado.

Combinados, estos factores dan al traste con la pretensión de modernidad a partir de las reformas mal llamadas estructurales. La ausencia de unidad de propósitos, visión y de esfuerzo compartido, son nugatorios, estorbando más que coadyuvar en los objetivos que persigue el régimen peñanietista.

Es en este complejo escenario en el que negándose la oscuridad de la casa, cual candil de la calle se pretende uncir a México a las aventuras militaristas con la que, bajo el amparo de las banderas de la ONU, las grandes potencias en un nuevo reparto del mundo pretenden aliviar la crisis económico financiera que distorsiona y frena la razón sistémica del capitalismo

Confrontando la política interna con la exterior en un acto coyuntural que niega la experiencia acumulada en materia de relaciones internacionales, el gobierno federal conducido por el priísmo caduco, compromete al Estado mexicano ya no sólo en sus aspiraciones de futuro, también en el presente con todos los riesgos que implica el meter activamente la nariz en conflictos ajenos.

Para justificar tan ominoso paso, se aclara que la participación de México en las zonas de conflicto, tendrá carácter humanitario en auxilio de las poblaciones afectadas por guerras absurdas, saqueo de recursos naturales y super explotación de la fuerza laboral, cuando en lo interno el humanitarismo del régimen brillando por su ausencia genera más estancamiento económico, mayor retroceso en las libertades sociales, así como desencanto y frustración de millones de mexicanos cuyo horizonte de vida no va más allá de pobreza y desigualdad.

Una incongruencia más del régimen y su partidocracia y una contradicción más en un país condenado a no salir del subdesarrollo. Así como también un paso más en el proceso histórico de dependencia y sometimiento a los intereses norteamericanos.

O se está con el gobierno de Obama o se está en contra, he ahí el dilema en el que Peña Nieto pretende construir castillos en el aire.

Hojas que se lleva el viento

Cada pueblo tiene el gobierno que merece. Sólo así se explica el que la sociedad veracruzana aplauda y justifique la supresión de derechos individuales y sociales en la entidad en aras de la comodidad de una presunta mejora en la vialidad y movilidad urbana, sin parar mientes en que el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa pretende curarse en salud, evitando molestas manifestaciones de protesta durante la celebración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, promulgando una ley de tránsito que obligara a los movimientos sociales a pedir permiso previo a la autoridad para expresarse en la vía pública. El aquí no pasa nada, será ratificado por decreto con la anuencia y aval de la propia sociedad ofendida.

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El 68 para los viejos no se olvida. Para los jóvenes, lección de compromiso para las nuevas generaciones en el largo proceso de búsqueda de cambio, transformación y progreso democrático compartido. La juventud masacrada por el PRI-gobierno no se sacrificó en vano.

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Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce

Porque está en la jarocha naturaleza el privilegiar la política electoral, o más preciso, la electorera, y siempre bajo la amenaza de que teniendo más saliva Miguel Ángel Yunes Linares comería más pinole, la reforma electoral federal y su armonización jurídica en Veracruz desató la batahola al interior del PRI en la entidad.

Lo que no pasaba de escaramuzas mediáticas madrugadoras en torno a la sucesión del Dr. Javier Duarte en el 2016, es hoy una auténtica “rebelión en la granja”. El gobernador tiró la piedra y descompuso el cuadro.

Si bien dos años al frente del poder ejecutivo estatal bastan para el saqueo y recuperación con creces de lo invertido, y ello satisfaría la ambición de más de uno, no hay como un botín sexenal y, en torno a esta línea de especulación, se agita la gallera en un todos contra todos en las filas del tricolor, pasándose por alto la gravedad de política económica, política social y cochinero por limpiar en una administración pública estatal fallida.

La descomposición de forma y fondo es total. Para el primer priísta de Veracruz, así como a los agoreros trashumantes se les hace bolas el barniz. No se esperaban que de una simplona estrategia de distracción mediática llamada a atemperar evidencias, señalamientos y crítica, por cierto muy bien fundada, sobre la malograda economía veracruzana y sus repercusiones en los terrenos de lo social, se pasara a una verdadera rebelión interna que pone en riesgo la viabilidad en la entidad del triunfo anunciado del PRI en las elecciones federales intermedias.

Y esto último no porque la caricaturesca oposición de “izquierdas y derechas” que también lleva agua a su molino aprovechando río revuelto, reúna condiciones para disputarle el triunfo electoral al partido del gobernador; comprados como están para simular llevar las contras ni pueden ni quieren enfrentarse al que dicen manda en Veracruz. La derrota se sustentaría en su propia naturaleza, el PRI en la entidad no sabe ni conoce de navegar en las turbulentas aguas de la división, indisciplina y rebelión a su interior sin una mano fuerte que meciendo la cuna dicte la última palabra. Ni el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa ni Elizabeth Morales Domínguez, tienen tamaños para ello.

Eso sin contar el hecho ya irrefutable de que en la actual correlación de fuerzas políticas que domina a la entidad, es mayor la oposición social que una institucional apegada a las reglas inmutables de un régimen político de capa caída. El descontento y hartazgo que conlleva votos de castigo, también cuenta y cuenta mucho cuando en el espectro electoral institucional no hay nada de positivo que ofertar y sí mucho que apechugar frente a una sociedad cansada de lo mismo.

Más si se toma en consideración que en el ámbito nacional para el PRI el horno no está para bollos, enredado como está en seguirle el paso a las pretensiones privatizadoras y empobrecedoras de un presidente que no ve, no escucha el clamor del pueblo al que atropella.

Y mientras a lo largo y ancho de la entidad veracruzana clase política y columnas periodísticas se ahogan en un vaso de agua, ocupándose y preocupándose por el incierto futuro electoral o electorero, que se reduce a un simple rejuego de intereses espurios ajenos a lo que la sociedad demanda, Veracruz sigue deslizándose en el tobogán del deterioro económico y social. Recesión, desempleo, estancamiento productivo, capacidad instalada ociosa, devaluación del poder de compra del salario y contracción del consumo familiar, aunado a endeudamiento creciente, corrupción y ausencia de rumbo de una administración pública fallida, abonan a favor del desastre.

Mal momento para cumplir con la consigna superior de armonización cuanto antes de la legislación electoral estatal ajustándose al mandato federal, cuando ya la aspiración para lo que vendrá en el 2016, para muchos estaba desatada. Peor aún si con la prisa no se le supo tentar el agua a los camotes. Lo que debió haber sido frenando con oportunidad los madruguetes, es hoy rebelión en la granja tricolor. ¿Quién será el bueno que quiera y pueda poner orden en el corral ahora agitado?

¿Algún chamaco de la fidelidad con el respaldo del que ya no está, un senador madrugador? O será necesario un comisionado plenipotenciario con carta poder firmada por ya sabe usted quien.

Hojas que se lleva el viento

Las manecillas del reloj no se detienen. Los Juegos Centroamericanos y del Caribe están ya a la vuelta de la esquina. Ciudad digna y segura está por verse en las sedes designadas. No hay dinero dicen los alcaldes atosigados por deudas impagables; bursatilización de la hacienda municipal y saqueo les juega en contra mientras quienes les precedieran en el cargo, tan orondos y a otra cosa mariposa.

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Mi afectuoso saludo y agradecimiento sincero a lectores y amigos que con sus donativos hacen posible la continuidad del semanario pulsocritico.com. Gracias a este apoyo desinteresado, a lo largo de 252 semanas ininterrumpidas esta modesta ventana al pensamiento crítico y la reflexión se ha mantenido en la WEB.- Xalapa, Ver., 18/06/2014

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

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Dip. Duarte de Ochoa

Frase que ya siendo clásica entre los changarreros del país, es la que más se acerca al discurso de una mayoría  jarocha y novel diputación federal priísta,  a la que sin duda estuvo orientada la opinión del senador Dante Delgado Rannauro, quien en días pasados expresara que se dejó “chamaquear”.

Votamos para salvar al país. El PAN no nos cumplió faltando a su palabra. Aprobamos como priístas responsables el incremento del IVA,  pero el Senado corregirá el entuerto. Hoy no supimos cumplir, mañana si… es la temática de moda.

Defendiendo lo indefendible, entre lloriqueos a los que no faltará quien los compare con aquellos emitidos por quien habiendo sido violado se consuela a sí mismo, recurriendo al pero…,  haciendo víctima verbal de un mal mayor al victimario, lo más representativo de la novel bancada veracruzana en la LXI Legislatura federal, trata de evadir el “palo dado”, con discursos que no convencen a nadie. Antes al contrario, contribuyen en mayor medida a destacar la inexperiencia de la roja y fiel juventud tan ponderada por el gobernador Herrera Beltrán,  trivializando un asunto de Estado de la mayor relevancia.

Destaca el libreto mal aprendido de un Javier Duarte de Ochoa, que no atina a tragarse con decoro el hecho de haber actuado en contrario a sus promesas de pre campaña como aspirante asignado a gobernar a los veracruzanos, votando a favor del incremento a la ya de si onerosa, desigual e injusta carga impositiva contemplada en la Ley de Ingresos y Miscelánea Fiscal para el 2010.

Atendiendo a los dictados del sentido común, más le valiera al delfín el guardar discreto silencio en espera de que el Senado le corrija la plana a la Cámara de Diputados y ponga en su lugar al panismo calderonista para, así con los pelos de la burra en la mano, apechugar y a su vez corregir en su tan pomposo como lastimero e inoportuno discurso.

La ligereza con la que otros miembros de la diputación federal emanada del priísmo veracruzano tratan de justificar lo que para un importante sector de la población está registrado ya como estigma de traición del PRI, dadas las condiciones de un proceso electoral anticipado parece irrelevante. La que trasciende es aquella de que hace gala el diputado federal por Córdoba,  en tanto se le reputa como el más viable a ser nominado como candidato del tricolor en la contienda electoral por la gubernatura. A los ojos de propios y extraños, Javier Duarte de Ochoa se ha encargado de concentrar los reflectores en su persona y en torno a él giran lo mismo críticas que condena a la inexperta actuación de la diputación federal veracruzana, debiéndose asumir, por tanto, que correrá solo con el costo político de los platos rotos.

Y así parece ser en efecto. Pese a los esfuerzos mediáticos por mantenerle al margen de la “traición”, su novatez, inexperiencia y falta de carácter está ya bajo resguardo en el morral de la opinión pública. Prevaleciendo, por tanto en su perjuicio, el que ya se le considere como poco maduro para aspirar a una tarea como la de gobernar a Veracruz. Provocando, obligadamente, a que se le compare con otros personajes del priísmo veracruzano con mayor talento, formación, experiencia y visión. Como podría ser el caso del diputado local Héctor Yunes Landa, cuyos atributos personales, militancia partidista, formación académica y experiencia parlamentaria, frente al discurso de Duarte de Ochoa le colocan muy por encima del delfín y como el más idóneo para contender contra Dante delgado o Yunes Linares, en lo que se espera como una muy reñida competencia.

Pero no sólo la opinión pública en general juzga y emite sentencia. Javier Duarte de Ochoa por su blandengue discurso es condenado a la hoguera por sus propios correligionarios en el seno del priísmo estatal, siendo centro del debate entre quienes a ojos cerrados le ponderan y apoyan y quienes no lo consideran apto para la tarea del año próximo.

Así las cosas, la candidatura a favor del delfín se aleja de la primera intención del Maestro Herrera Beltrán, insistiéndose en corrillos y tertulias que habrá de prevalecer un “plan B”. No lo se, el gobernador es cuidadoso en exceso para dar color al respecto, pero de lo que si estoy seguro es que, en primera y última instancia, será al interior del PRI, bajo su propio riesgo y al tenor de lo que mejor convenga al gobernante, donde habrá de tomarse la decisión final en las próximas semanas.

Para los veracruzanos comunes, hombres y mujeres ajenos a lo que está en juego en la cúpula de la política,  corresponderá en las urnas determinar quién habrá de suceder al actual mandatario en la titularidad del Poder Ejecutivo Estatal. Lo demás son simples especulaciones motivadas por el insistir de una clase política insensible en hacer descansar una muy alejada posibilidad de impulso al crecimiento económico, generación de nuevos empleos y combate a la pobreza, en más carga tributaria para una sociedad que en la incertidumbre de la crisis siente estar atenida a lo que los intereses electoreros partidistas determinen.

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