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Tag Archives: Educación superior

Pulso crítico

 J. Enrique Olivera Arce

A río revuelto ganancia de pescadores y, bajo esta tónica, el priísmo nacional pretende adjudicarse como un triunfo el episodio coyuntural del diálogo entre el secretario de gobernación y la movilización del estudiantado del IPN. A la par que manda el mensaje de que toda protesta ciudadana deberá seguir el ejemplo de madurez, prudencia y disposición a la concertación con las autoridades en un clima de civilidad.

Pasando por alto que si ha de hablarse de triunfo, este habrá que adjudicarlo al estudiantado inconforme que, avanzando en organización y conciencia de clase, movilizado impuso al gobierno de Peña Nieto el atenderles, reconocer la legitimidad del movimiento y, en un tiempo perentorio, dar respuesta al pliego de peticiones de la comunidad politécnica.

Sin demérito de la actitud valiente asumida por el Sr. Osorio Chong, prueba de lo anterior es que la respuesta a la propuesta gubernamental, ha sido condicionada a la aceptación tácita de las asambleas plenarias de la juventud politécnica, como expresión sí, de madurez democrática de la base estudiantil. Aceptación que, de acuerdo a la información disponible, no será en todos sus términos, habida cuenta de que tras el carácter académico administrativo intramuros, está de por medio la convicción de que por sobre el modelo neoliberal de la educación superior en México, debe prevalecer el espíritu democrático y popular que dio origen a la institución en el gobierno del Gral. Cárdenas.

Convicción que da al movimiento carácter político y ejemplo para toda la educación pública nacional, trascendiendo los muros del Politécnico.

En la propuesta del gobierno se menciona que no debe tener cabida intervención política ajena a la vida académica y administrativa de la institución. Pecándose en ello de ingenuidad o un evidente interés por maniatar al estudiantado y evitar su politización. Ingenua porque en la aldea global ideología y política permea todo lo que toca sin necesidad de intervención explícita de personeros o partidos políticos. En cuanto a evitar la politización del movimiento, la propuesta llega tarde, una vez que el estudiantado tomó la calle y exigió diálogo con la autoridad, el movimiento estudiantil tomó carácter político, enriqueciéndose con ideas claras y contundentes respecto a lo que piensa la juventud de México del modelo neoliberal de la educación; germen de una participación ideologizada y de un programa mínimo para acciones subsecuentes que podría extenderse en todo el territorio nacional.

Luego, dónde está el triunfo que el priísmo quiere adjudicarle al gobierno del Sr. Peña Nieto echando las campanas al vuelo.

El gobierno resintió el golpe y se puso a la defensiva. El estudiantado tiene la iniciativa y seguramente va por todo. Ya veremos si se mantiene el espíritu de prudencia y diálogo manifestado por el Sr. Osorio Chong en nombre del régimen, o se retorna al viejo y rancio esquema de autoritarismo y represión violenta en contra de la juventud movilizada. Por lo pronto, el gobierno de Peña Nieto está obligado a ceder en la designación de las autoridades de una institución de educación superior hoy acéfala.

Un paso a la vez en el proceso de aproximaciones sucesivas en la larga lucha por la democratización del país y el rechazo al modelo neoliberal de crecimiento, es la lección que está dejando la comunidad politécnica movilizada. Falta ver el resultado en una coyuntura en la que el Sr. Peña Nieto ya no quiere queso, salir de la ratonera es su objetivo más próximo apabullado por el cúmulo de contradicciones existente entre el modelo de país que propone y el país de más del 50 por ciento de la población en condiciones de desigualdad y pobreza que se le escurre entre los dedos.

Tiempo al tiempo en un escenario en el que el Banco Mundial exige a México calidad educativa en beneficio del gran capital globalizado en tanto que los graves sucesos acaecidos en Iguala, Gro., pide el gobierno estadounidense sean investigados a fondo y con transparencia.

Hojas que se lleva el viento

Engolosinado por lo que considera su pase a la historia, el gobernador de Veracruz no tiene ojos más que para los Juegos Centroamericanos y del Caribe a celebrarse el mes próximo. Y en el inter, la entidad se hunde por carencia de timonel, inmersa ya en el rejuego electorero de una clase política ramplona y convenenciera a la que le es ajeno el desbarajuste económico, finanzas públicas quebradas, inseguridad y malestar de la gente en el próspero y vanguardista Veracruz que aguanta todo.

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Y a propósito del evento deportivo, Américo Zúñiga, alcalde de la capital veracruzana resuelve un problema de vialidad e imagen urbana creando otro de igual o mayor magnitud, como el reubicar el tianguis dominical de la Av. Orizaba pasándolo a calles aledañas de la Col. Obrero Campesina. Con la consiguiente molestia para los vecinos que, por cierto, tienen más de 9 años pidiendo a las autoridades les resuelva el problema del comercio informal en la zona cuyo foco se localiza en el conocido “Salón Bazar” propiedad de la familia Ferraez. A esta constante pedir sin ser escuchados, se suma la inútil protesta por la instalación de una gasolinera en la confluencia de Av. Xalapa y la calle Francisco Vázquez de la colonia citada, ya autorizada por la Comuna.

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Pulso crítico

 J. Enrique Olivera Arce

En entrega anterior me refería a los cambios en el gabinete del gobernador de Veracruz, considerándolos irrelevantes en el marco de las necesidades presentes y futuras de la sociedad veracruzana que, en sus expectativas de desarrollo, no se ve correspondida por un clima político con visión de largo aliento y un gobierno de enanos jugando en el tapanco.

Esto en un escenario nacional en el que están a debate temas de la mayor relevancia para el país y para el pueblo de México.

Me sostengo en lo dicho, no obstante que la corriente mayoritaria se inclina a considerar que no puede dejar de ser relevante en la entidad el ajuste que, a su administración imprime el Sr. Dr. Duarte de Ochoa, con vías a preparar el terreno para su sucesión en el gobierno de Veracruz. Mencionándose incluso que entre cinco cercanos más a Fidel Herrera que al propio gobernante, se dará la futura contienda. Eliminándose mediáticamente y a priori a José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa de, senadores de la república, con mayor estatura, sustento y alcance en sus más que obvias pretensiones.

Sin embargo, entre todos los cambios y enroques en la administración pública, suficientemente ya tratados por los medios de comunicación y dados por acertados en los círculos políticos, no puede dejarse de considerar como de especial relevancia, la sucesión en la rectoría de la Universidad Veracruzana (UV).

No por el personaje en particular que se va,  el que llegará  como relevo y el que la Junta de Gobierno de la institución descalificara de entrada no obstante ser el favorito del gobernador.

Lo que me merece especial atención, es el hecho de que por primera vez en muchos años, se frenó en la UV tanto el dedazo como el continuismo en automático de un estado de cosas que en el ámbito nacional, ubica a nuestra máxima casa de estudios en los últimos lugares tanto en términos de calidad educativa y aprovechamiento del alumnado, como en retribución a la sociedad que le sostiene.

En los próximos días la Junta de Gobierno ratificará si su independencia es tal respecto a los poderes formales o fácticos, que le presionan para inclinar la balanza a favor o en contra de quien entre cinco aspirantes será nominado como rector. O bien, reculando, se someta y determine a lo que, políticamente, convenga más a intereses creados internos o externos, que condicionan tanto la ansiada autonomía real de la Casa de estudios como la buena marcha de la institución.

Ya lo veremos. Lo cierto es que la Universidad Veracruzana, como institución pública de y para los veracruzanos, se debe a la sociedad y a esta, en teoría, debe responder la Junta de Gobierno y, para ello, corresponde a la ciudadanía expresar que quiere y espera de su Universidad. En ello radicaría en primera y última instancia el acierto o desacierto de una decisión independiente y autónoma de los ocho notables, si en su intención está el escuchar la voz de la sociedad.

No se requiere de consulta popular o un amplio ejercicio plebiscitario como en el ámbito de la partidocracia y la politiquería se propone para otros menesteres. Tampoco salir a la calle para convencer de una decisión  autónoma e independiente como órgano de gobierno de la Universidad. La sociedad por diversos medios ha venido expresando su sentir, sus exigencias y expectativas en torno a lo que debería esperar de nuestra máxima casa de estudios. Inclinándose a favor de un refrescante cambio que rescatando lo mejor de la institución, barra con todo aquello que hoy se opone a sus propósitos y objetivos trascendentes. Así como encausarla en un proceso de modernización organizativa, académica y administrativa, adecuándola a las cambiantes necesidades presentes y futuras de la comunidad.

La Junta cuenta ya con las propuestas de cada uno de los cinco finalistas enlistados. En ellas seguramente está plasmado el que y el como apegarse más a lo que la sociedad espera y demanda de la Universidad que a un gatopardismo a modo; así como seguramente reflejan el quien con su formación, experiencia, conocimiento, capacidad de gestión, sensibilidad social y voluntad política, con una visión integral de lo que la Casa de Estudios necesita, podría ser punta de lanza para el rescate obligado y puesta en marcha de un proceso de cambio y transformación.

No es nada fácil la tarea. Sabido es que en Veracruz puede más la simulación y los intereses espurios que la racionalidad y visión de futuro. Tampoco escapa al conocimiento público que intereses ramplones con un alto grado de corrupción, desde los sindicatos ejercen presión para que las cosas queden como están. A ello deberán enfrentarse los ocho notables de  la Junta de Gobierno en su difícil decisión.

Por el bien de Veracruz, esperemos no se equivoquen.

Hojas que se lleva el viento

 Al cierre de la presente, se reporta un vergonzoso atentado contra la Universidad Veracruzana. Grupos porriles de presuntos estudiantes, encapuchados impidieron que el rector Raúl Arias Lovillo rindiera su informe  de labores ante el Consejo Universitario. Esto no puede interpretarse de otra manera que como una reacción de los grupos de interés  que resultaran derrotados en su intención de manipular la designación del nuevo rector por parte de la Junta de Gobierno. Razón de más para que esta actúe en consecuencia haciendo respetar su independencia y autoridad.

Pero no sólo en la UV se dan casos de intolerancia, también en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, al más alto nivel lejos de privilegiar el conocimiento, la reflexión y el diálogo, la descalificación se antepone a la confrontación racional de ideas y posturas ideológicas. Y aún más, se discrimina y excluye a “millones de analfabetas” de este país, considerándolos incapaces e impedidos de opinar sobre lo que mejor conviene a México.

Así están las cosas en el enrarecido clima de simulación y corrupción que priva en Veracruz. Ni las Universidades como reflejo supraestructural de la distensión y descomposición de una sociedad enferma se salvan.

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 Ya se observan los primeros indicios de que el ciclo de la titular de control de medios de comunicación del gobierno de Veracruz está por agotarse. El rumor corre, “… la relación entre la Sra. Gina Domínguez y la familia de la Sra. esposa del gobernador  acusa su más bajo nivel”. A ello se agrega el descontento de un buen número de propietarios de medios de comunicación y columnistas beneficiados con propaganda oficial, a los que la aún coordinadora les informara que se cancelan los llamados convenios y que, en adelante sólo se cubrirá el costo de inserciones específicamente solicitadas por el gobierno estatal. Ahora sí, se acabó aquello de que “perro no come perro”.- Xalapa, Ver., 23 de agosto de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Resistencia popular ante la crisis sistémica

La cruda realidad no se detiene. Avanza al ritmo del fluir del tiempo dejando a la zaga propósitos y objetivos de los pueblos y, más atrás, políticas gubernamentales reactivas para controlarla, domesticarla y manipularla. La crisis en Europa “es crítica”, expresara Enrique Peña Nieto, quien gobernará a este país sin entender y, mucho menos, para aceptar para pensar  y actuar en consecuencia que la crisis es sistémica, global y, por ahora, irreversible. Ya está aquí, en un México con condiciones políticas y sociales diferentes, como también son diferentes las maneras de expresarse del capitalismo, sus contradicciones y sus retos en la vida doméstica de cada país a  lo largo y ancho del planeta.

No es que el destino nos alcance como reza la manida frase. Ya en México vamos tras este, montados en caminos equivocados, medidas políticas fallidas y estrategias económicas suicidas, La elección del ahora presidente electo y la reelección de dos nefastos dirigentes sindicales, paradigmas de la corrupción que corroe hasta las entrañas a este país son la medida, anticipándose a un Congreso de la Unión que dando palos de ciego, pretende ajustar el marco jurídico a los efectos y no a las causas de la crisis.

“La crisis en Europa no es económica, es de confianza”, expresara el Sr. Peña sin haber tomado nota del “¡es la economía, estúpido!”, frase que se manejara durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush (padre). Como en su momento ante un diagnóstico ajustado a la política del momento y no a la realidad que se viviera, el Sr. Agustín Cartens, secretario de hacienda en el sexenio foxista, con el mayor desparpajo calificó a los efectos de una crisis ya en marcha desde los tiempos de los gobiernos priístas, como un simple “catarrito”. Sin rumbo y sin destino, la terca realidad no se detuvo. Hoy desarmados, material e ideológicamente, se nos llama a cerrar los ojos, a dejar hacer, dejar pasar, para con confianza ciega en un gobierno con propósitos y rumbo incierto, evitar que la vorágine que envuelve al mundo se apodere de la esperanza que aún guardan mexicanos insensibles.

Como en el Veracruz falaz, en México no pasa nada. Pobreza, desigualdad, inseguridad y desconfianza son ilusorias. La reserva monetaria vive su mejor momento; la inflación bajo control, blindaje equilibrado de las finanzas públicas y el estado de derecho a salvo. Visión macroeconómica de una realidad que no existe en el bolsillo y percepción de millones de mexicanos que, en el mejor de los casos, sobreviven día con día gracias a un ingenio finito, mas que inagotable. Se le gana tiempo a la crisis, se dice en los círculos más optimistas de este país, con Peña Nieto al frente de un gobierno priísta, inversión, empleo y leyes justas, se superará el sombrío panorama que hoy nos deja el gobierno panista del Sr. calderón. Ignorándose que el tiempo ya no es nuestro, las nuevas generaciones frustradas, desilusionadas, engañadas, lo exigen para sí. Una vanguardia juvenil retoma ya el hilo conductor de la memoria, dispuesta a rescatar lo mejor de las generaciones precedentes y, arrojar a la basura de la historia lo peor del mundo que reciben en custodia. El orden nuevo llama a la puerta del viejo, ciego y sordo, que se resiste a morir.

La noche de los tiempos nos ha dejado sin horizontes. No obstante, para los que si quieren ver, la luz de un nuevo amanecer ya se asoma en el amplio escenario de una memoria histórica que enseña que la humanidad no es suicida; siempre hay caminos para avanzar contra la adversidad transformando la realidad que nos niega el papel de ser hombres. No hay caminos, se hace camino al andar, dijera el poeta. Caminemos.

Hojas que se lleva el viento

La Universidad Popular Autónoma de Veracruz y su promotor, Maestro Guillermo Zúñiga Martínez, se encuentran en el ojo del huracán, soportando serios cuestionamientos por parte de diversos personeros de la sociedad civil y la llamada clase política tras los que se oculta una que otra mano que mece la cuna. Entendible, ya estamos inmersos en los prolegómenos de la justa electoral local para elegir diputados, así como alcaldes, ahora de cuatro años. En una entidad federativa en la que todo se politiza, hasta el asunto más nimio debe observarse bajo esta perversa óptica. No se puede hacer de lado que uno de los aspirantes a la alcaldía de Xalapa es precisamente Américo Zúñiga, hijo del destacado mentor, rector de la UPAV; si no se puede golpear al vástago por no tenerse agarradera por ser este un cero a la izquierda, entonces se enfocan las baterías hacia la actividad político administrativa de su señor padre y su “engendro”, como ya muchos etiquetan a la innovadora propuesta de educación superior de su autoría.

Pero si bien políticamente es entendible, la argumentación que se esgrime en contra o a favor de la UPAV, hasta ahora no pasa de ser especulativa y, sin duda, carente de objetividad, en tanto que nadie conoce a ciencia cierta que es y como opera la institución. Mucho menos se hace un esfuerzo por conocer y entender a profundidad en que consiste la propuesta educativa que vendiera el Maestro Zúñiga Martínez al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, ahora formalizada por disposición del Congreso local a instancias del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa.

Debe reconocerse que el rector de la Universidad Popular viene haciendo una intensa promoción de la institución a su cargo, explicando por todos los medios a su alcance objetivos y modus operandi de la institución, así como su sustento pedagógico y resultado a la vista. No obstante, predica en el desierto no logrando convencer de la bondad de la propuesta, o bien, no existe el interés por conocerla y aceptarla por aquellos que a priori le cuestionan y descalifican. Quieren contemplarla como competencia desleal no sólo en demerito de la Universidad Autónoma Veracruzana, también en perjuicio de las instituciones privadas de educación superior en la entidad. Sobre todo cuando el mismo Maestro Zúñiga Martínez ante un secretario estatal de educación que hace como que la virgen le habla, propala que el número de alumnos inscritos en la corta existencia de la institución, iguala ya a la matrícula de la U. V.

“El que mucho abarca poco aprieta”, dicen los detractores, oponiendo calidad a cantidad en su argumentación, en tanto que los que le defienden de manera interesada, afirman que no es “patito” por contar con reconocimientos oficiales en la entidad. Nadie, que yo sepa, cuestiona o aplaude el modelo educativo propuesto, por sus contenidos y alcances como coadyuvante en la búsqueda de solución a las carencias de la oferta pública de educación superior en Veracruz. Siendo esto precisamente lo que debería ponerse en el centro de un tan estéril como amañado debate, al que por cierto parece estar ajeno el propio gobernador Duarte de Ochoa. Xalapa, Ver., 21/10/2012

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