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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El pasado jueves 15 de los corrientes, despidiendo el año con los hacedores del portal jalapeño “Sociedad 3.0”, de Carlos Arturo Luna Escudero,  tuve oportunidad de charlar con dos veracruzanos de indudable valía,  quienes siempre tienen tela de la cual aprender.

El crítico literario José Miguel Naranjo Ramírez, quien no obstante su juventud es toda una autoridad en su ramo, nos ilustró lo mismo sobre los quehaceres de lo más destacado de la literatura universal que del pensamiento y andares de destacados estadistas que,  recogidos y recreados  por sus biógrafos, dejaran como legado la convicción de que siempre es posible aspirar y lograr el alcanzar un mundo mejor.

Humanista por excelencia, nuestro joven interlocutor nos dejó para el tintero una frase en torno a la cual no se puede dejar de reflexionar: “… la mediocridad no cabe cuando hay disposición y voluntad para aprender de los demás”. La mayoría de los políticos y servidores públicos, se niegan a esta realidad. Nuestra aldeana clase política con sus contadas y respetables excepciones,  parece confirmarlo, no basta ser inteligente cuando a la luz de sus quehaceres exhibe ignorancia y casi nulo afán por encontrarse con lo mejor del conocimiento humano, siendo refractarios al aprender de los demás para su mejor y eficaz desempeño. El pragmatismo pedestre y coyuntural  les gana privándose de la oportunidad para sí y para sus representados, de cultivar el espíritu y adquirir visión de Estado.

Armando Méndez de la Luz, ex candidato al gobierno de dos años en Veracruz por Movimiento Ciudadano,  respondiendo a preguntas expresas de quienes compartiéramos la misma mesa, se refirió a la situación política que se vive en México y, en particular en Veracruz, enriqueciendo la charla con la necesaria relación entre la visión de coyuntura y el horizonte ampliado  de la visión de Estado; coincidentemente tocó el tema de la importancia del aprender del conocimiento universal, haciendo gala  de un amplio bagaje cultural destacando el  legado que a la humanidad deja pensamiento y acción de hombres y mujeres que entregaran su vida al servicio de los demás.

Hombre forjado en las lides políticas, el también ex senador Méndez de la Luz es a todas luces persona ilustrada, destaca su afán por estar al día lo mismo en tareas propias de su quehacer público que en los avatares de la cultura universal, destacando su deseo permanente por aprender de los demás enriqueciendo lo mismo su acervo personal que su desempeño en el ámbito de lo colectivo.

De su amena charla recojo un pensamiento por el vertido: “No se puede ejercer el poder sin vocación de poder, en su más amplia connotación de lo que esto significa.. Por ello, en la política no se puede dejar de considerar el perfil sicológico de aquellos actores de la vida pública que aspiran o, en su caso, habiéndolo alcanzado,  tienen en sus manos el ejercicio del poder”.  Afirmación del político veracruzano que solo es posible entender cuando se tiene el propósito de aprender de las enseñanzas de la  historia.

Aprender para conocer; conocer para aprender de los demás, es la lección.  Nunca se deja de aprender cuando se tiene la voluntad de aprender, es lo que me queda de esta cena brindada a colaboradores y amigos de “Sociedad 3.0”, enriquecida para mi gusto con una aproximación a lo que deberíamos entender por sociedad del conocimiento.

Hojas que se lleva el viento

Nicanor Parra, poeta chileno,  retrataba de cuerpo entero a  encuestas y estadísticas con este cálculo:” hay dos panes; usted come dos, yo ninguno. Promedio de consumo: un pan por persona”. Sencilla apreciación sustentada en el sentido común que, sin duda, es aplicable al bombardeo mediático con el que nuestros gobernantes tratan de convencernos de lo bien que marchan las tareas del crecimiento y desarrollo, permitiendo que el país destaque como una de las primeras economías del mundo.

Con la misma óptica, en Veracruz el mini gobierno de la alternancia pretende socializar las pérdidas resultantes del saqueo, llamando a 8 millones de veracruzanos a compartir el costo del rescate de la administración pública. Si la disponibilidad financiera proyectada es de dos panes, el gobierno come dos y la población victimada, ninguno a lo largo de más de 30 años plazo.

De ahí que tanto el llamado a la austeridad como el de fortalecer la unidad en torno a la alternancia, generen tantas dudas en aquellos que no habiéndose dejado influenciar por las circunstancias del momento, no votaran a favor de la alianza presuntamente anti natura PAN-PRD. Y utilizo  la palabra anti natura, como un lugar común con el que suele calificarse de manera simplista  al juntar la derecha con la izquierda del  espectro electoral para constituir un gobierno de coalición. Simplismo que juzgo no tiene lugar cuando, de hecho y al menos en el caso que nos ocupa, pragmáticamente ya no existe diferencia ideológica y programática entre un partido conservador que pretende dar vuelta atrás a la rueda de la historia y otro que habiendo renunciado a su carácter contestatario,  corriéndose a la derecha se encuentra en vísperas de celebrar sus propias exequias.

Si lo que se pretende es que prive justicia y equidad en la relación fiscal de la entidad con la federación, debería empezarse por ejercerla en Veracruz. No puede ni debe prorratearse el pago de la deuda pública pagando justos por pecadores. Más si el endeudamiento no se refleja en beneficios palpables para todos, teniendo como origen el enriquecimiento indebido de una minoría de rufianes sin más afán que el saqueo de la hacienda pública. No más deuda ni impuestos legales o extralegales; que el gobierno haga lo que tenga que hacer haciendo más con menos, en un esfuerzo de racionalidad y productividad institucional sin  simulación ni privilegios fuera de orden para la alta burocracia.

Entendámoslo de una vez por todas. El saqueo ya es cosa del pasado. Lo que se llevaron ido está y no regresará en la medida de lo mínimo deseable para resarcir la pérdida, así se aplique la ley hasta sus últimas consecuencias a los saqueadores. No más venganza y ajuste de cuentas, hay que cederle el  paso a un buen gobierno.

Lo que cuenta es el presente, de aquí para adelante y de acuerdo a lo presupuestado para el 2017 por los tres órdenes de gobierno, es el punto de partida a considerar. Lo que se haga o deje de hacerse con los recursos disponibles en los próximos doce meses, será la medida para juzgar a la nueva administración. Y a otra cosa mariposa que el horno no está para bollos.

Así, ¿o más claro?

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No es lo mismo ser activista que gobernar.  Como está poniéndose de manifiesto con Miguel Ángel Yunes Linares al frente del mini gobierno de la alternancia. La desconfianza, desesperación, impotencia y falta de imaginación para paliar el temporal heredado,  se refleja tanto en la integración del gabinete como en palos de ciego en sus primeros 20 días de mandato. Y no es para menos, la situación caótica que se vive en la administración pública veracruzana tiene a Miguel Ángel Yunes entre la espada y la pared.  Hoy afirma una cosa y al día siguiente se desmiente forzado por la realidad, sin que hasta el momento se vea tanto en la forma como en el fondo que cuenta con un equipo de colaboradores eficientes y eficaces que, más allá de la lealtad al jefe y al partido gobernante, contribuya a empujar la carreta.

Estamos observando un gobierno de un solo hombre multiplicado en varios frentes y rebasado por su circunstancia, que habiendo generado amplias expectativas de cambio entre los veracruzanos que le dieran su voto, no le encuentra la punta al mecate para salir avante del atolladero;  poniendo en evidencia lo que ya resultaba obvio, sin dinero, empujando la pesada carga de una burocracia indolente, con una oposición siempre dispuesta a ponerle piedritas en el camino y una opinión pública escéptica y desconfiada, no se puede transitar de la denuncia y el señalamiento pertinaz que como estrategia le permitiera el triunfo en las urnas, a la estructuración y operatividad de un gobierno eficaz como el que la coyuntura demanda.

Por otra parte, es notorio el curarse en salud sobredimensionado mediáticamente la ausencia del gobierno federal en la búsqueda de soluciones efectivas a un problema al que por omisión ésta contribuyera. Como activista era bien vista su actitud de denuncia y reclamo, como gobernador y bajo las reglas de un presidencialismo que no se quiere ir, otra muy distinta es el pretender gobernar jalándole los bigotes al tigre.

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Si la lógica formal no nos engaña, negros nubarrones se abaten por sobre los territorios asignados por el gobierno de Peña Nieto a las poderosas trasnacionales, entre ellos los veracruzanos. Veamos:

Como es bien sabido, nuestros vecinos del norte no tienen amigos, tienen intereses y, entre estos, en primer término los de sus más importantes corporaciones económico-financieras asentadas a lo largo y ancho del mundo. Como también es del dominio público y los ejemplos de ello sobran,  que en los territorios en los que operan éstas, por sobre la soberanía de los países huéspedes privan los propósitos y objetivos últimos de las trasnacionales norteamericanas a la sombra de la protección legal o extralegal de su gobierno, incluyendo a la tortuosa CIA y  mercenarios al servicio de prestadores de servicio de seguridad mejor conocidos como “contratistas”.

Donald Trump,  futuro presidente de EE UU., en la integración del que será su gabinete ha designado al presidente y CEO de ExxonMobil, Rex Tillerson,  como Secretario de Estado, organismo este último encargado de velar por los intereses de sus connacionales en el exterior, con énfasis en los de sus poderosas corporaciones petroleras. Luego es de esperarse entonces el que los territorios mexicanos, incluidos los veracruzanos,  en los que  éstas operan u operarán en el futuro (gracias a la llamada “reforma energética” o al programa de “zonas económicas especiales”), por sobre la soberanía nacional e interés vital  de sus habitantes  se impongan  jurisdiccionalmente los mecanismos de protección del Departamento de Estado a cargo del jerarca petrolero con todas las consecuencias imaginables.

Por lo pronto, el Departamento de Estado ya presiona para que el gobierno de México entregue los territorios asignados a las petroleras, libres de compromisos laborales contraídos entre Pemex y el sindicato petrolero,  dando lugar a una política de despidos que está dejando sin empleo a miles de trabajadores tanto en Veracruz como en Tabasco y Campeche, generando incertidumbre, deterioro social y pérdida de expectativas de crecimiento y desarrollo en las comunidades afectadas.

El gobernador de Veracruz, mostrando algo más que miopía geoeconómica,  ni tardo ni perezoso se hace eco  de las declaraciones triunfalistas de Peña Nieto, asegurando que gracias a la reforma energética y a la estrategia de zonas económicas especiales,  la entidad recuperará el ritmo perdido de crecimiento y desarrollo. Nada, a mi modesto entender,  más alejado de la realidad, tenemos como ejemplo negativo de ello a las consecuencias socioeconómicas que ha traído aparejada la expansión del  fracking en la extracción de hidrocarburos a cargo de trasnacionales en el norte de la entidad.

Xalapa, Ver., diciembre 20 de 2016

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Pulso crítico

Enrique Olivera Arce

 Día Internacional de la mujer: Nada que celebrar, sin distingo de género millones de seres humanos son excluidos negándoseles respeto, bienestar y libertad.

Si de algo deberíamos estar seguros es de que nadie en el exterior va a sacar a México del bache. El recuperar aliento y rumbo es tarea de los mexicanos y de nadie más. El primero que debería reconocerlo es sin duda el presidente Peña, si la obcecación por imponer con calzador sus presuntas reformas estructurales se lo permitiera, más no es así, a pesar ya no sólo de señales ominosas que colocan al país en un escenario nada optimista. El horno no está para bollos, siendo más que obvio que el complejo problema por el que atravesamos es de orden interno y no de política exterior.

El Sr. Peña lo reconoció en Londres: “México está plagado de incredulidad y desconfianza”. No es de gratis tal afirmación, sabe y lo sabe bien de cuál es el nivel de la crisis de confianza por el que traviesa el régimen político, las instituciones republicanas y su propia administración, pesando más el desprestigio que todas las bondades que como panacea neoliberal pueda ofrecer su gobierno.

El acabose sería si el mandatario no estuviera ampliamente informado de causas y consecuencias de una crisis que, tocando fondo, no genera escenario y clima de credibilidad y aceptación requerido para profundizar en la conformación de un modelo de país que no se corresponde con la dialéctica del subdesarrollo de un México que, históricamente dependiente de su vecino del norte y con finanzas públicas petrolizadas, a mayor esfuerzo por alcanzar niveles aceptables de crecimiento económico, educación y formación de recursos humanos acorde con los avances científico técnicos, inclusión y bienestar para su gente, mayor es la brecha de desigualdad y pobreza.

López Portillo lo intentó, tratando de convencer que la tarea para México era administrar la abundancia. El resultado de su gestión fue mayor pobreza, desigualdad y despilfarro del potencial nacional. Carlos Salinas, con la firma del TLC, aseguró que pisábamos ya los umbrales del primer mundo, debiendo tragarse sus optimistas palabras frente a los pésimos resultados de una política equívoca que sólo dejó mayor corrupción, saqueo, impunidad, pobreza, desigualdad y mayor dependencia del exterior comprometiendo soberanía y riqueza nacional.

La transición política, con Vicente Fox y Felipe Calderón no fue la excepción, profundizándose y agudizándose las contradicciones internas, con el agravante de una mayor presencia de un no tan nuevo pero tolerado fenómeno, el de la violencia criminal y la penetración de la delincuencia organizada en las esferas del poder y la seguridad.

Y ni qué decir de Miguel de la Madrid, instaurador del modelo neoliberal impuesto desde Washington, cuyo discurso de combate a la corrupción quedó en eso, palabras que el viento se llevó, propiciando incredulidad y desconfianza en el régimen.

El pueblo tiene memoria. Sabe bien que el discurso sin hechos concretos que le avalen, no merece confianza y credibilidad. ¿Por qué debe creer y confiar cuando ya no sólo es percepción en el imaginario social, sino realidad concreta el deterioro de la vida pública y el empobrecimiento de las magras economías de las mayorías?

Como recientemente expresara el diputado federal veracruzano Alejandro Montano en un diálogo sostenido con los integrantes de la Asociación Otero Ciudadano en la capital veracruzana, el sano equilibrio entre percepción y realidad está roto. Y no precisamente como el político veracruzano lo sugiere, cargándole la responsabilidad a una llamada sociedad civil poco informada y manipulada que se resiste a creer en la bondad de su gobierno. El peso específico de una percepción que se sustenta en hechos concretos de la realidad cotidiana, es mayor que todas las promesas incumplidas y optimistas panaceas, sobre un futuro próspero basado en reformas que, a más de no tocar lo sustantivo, fortalece una histórica e injusta estructura económica y social que socializa las pérdidas pagando el pueblo los platos rotos, y privatiza las ganancias en beneficio , legal o extra legal, de unos cuantos entre los que figura el número dos entre los hombres y mujeres más ricos del planeta.

Al presidente norteamericano Bill Clinton sus críticos no se mordieron la lengua con la ya clásica frase: ¡Es la economía estúpido! Marcándole en donde debería ponerse el énfasis en tiempos de crisis.

Al Sr. Peña Nieto habría que señalarle que no es la economía o sus reformas presuntamente estructurales lo determinante para intentar salir del subdesarrollo, sino entender la historia de México y del régimen político que deviene de esta, para actuar en consecuencia.

Insisto en que, a mi juicio, es la política política la que debería ponerse en primer plano. Sin el rescate de ésta, bien poco o casi nada puede lograrse si de reconstruir tejido social, confianza y credibilidad se trata. Aceptar que “México está plagado de incredulidad y confianza”, queda en el discurso, si tras reconocer este fenómeno político y social el sector público no genera hechos concretos que abatiendo desigualdad, pobreza y corrupción impune, modifiquen percepción y realidad.

La confianza en un gobierno se construye y se gana, no se impone por decreto.

La burra no era arisca… reza la conseja popular aplicándose en cada retomar memoria histórica frente a crisis recurrentes. Hoy día la crisis multidimensional ha sentado sus reales en México, el pueblo lo percibe, el gobierno lo niega y la realidad lo confirma. Nada ni nadie puede hablar de recuperar confianza y credibilidad, sin que se le voltee el chirrión por el palito. Más que buscar dinero para endeudar más a PEMEX así como recuperar el prestigio perdido, en Gran Bretaña el Sr. Peña debería haber volteado la mirada a descontento, reclamos, protesta, hartazgo y resistencia de su pueblo. A este es al que hay que atender y convencer, no a la realeza europea o a un volátil capital extranjero que por principio y atendiendo a sus propias contradicciones e intereses, desconfía del México bronco y violento cuya negativa imagen le da una y otra vez la vuelta al mundo.

Mientras esto no suceda, el régimen político vigente en su obsolescencia, sin el pueblo de México está perdido, arrastrando consigo al país entero.

Hojas que se lleva el viento

¿Qué obtuvo Peña Nieto de su visita de Estado a Gran Bretaña? Más desprestigio, más desconfianza, más incredulidad, más endeudamiento para el país y, sin duda, descalificación por parte de los poderes fácticos norteamericanos que no ven con buenos ojos se incremente presencia europea o china en su traspatio.

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Investigadores de la Universidad Veracruzana, con base en estadísticas oficiales, ofrecen una radiografía puntual del desempeño económico de la entidad, diagnosticando ya no sólo la enfermedad terminal de una administración pública quebrada que se debate entre corrupción simulación e impotencia, sino que también ponen el dedo en la llaga exhibiendo a un Veracruz que está muy pero muy lejos de ser un estado medianamente próspero como así se cacaraquea en el boletín de prensa oficial que alimenta cotidianamente a los medios informativos.

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Colmando el plato, el gobernador de Veracruz anuncia a bombo y platillo que el despido masivo en PEMEX no afectará a la entidad, ya que los desempleados encontrarán ocupación en las nuevas fuentes de trabajo que con inversiones multimillonarias de capital extranjero, aterrizarán en la entidad gracias a la reforma energética.

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La enfermedad crónica de la grilla electoral que padece el pueblo veracruzano, no logra ocultar o acallar descontento, hartazgo y resistencia frente a un estado de cosas que bien merece el calificativo de desastre. Paradójicamente, entre más se pone el énfasis mediático en el proceso electoral en curso mayor es el rechazo al gobierno, a los partidos políticos contendientes y a los candidatos espurios designados desde la cúpula partidocrática.

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La frase del día: “Mientras Duarte de Ochoa no salpique a empresarios destinando recursos frescos a obra pública, e insista en cancelarle convenios de propaganda a la prensa oficialista, tendrá que enfrentarse a la radicalización de la “crítica”.

Si para la prensa oficialista no pasaba nada, coreando al que dicen gobierna en Veracruz, esto se acabó. “No hay dinero”, la suspensión de convenios de propaganda, de prebendas y canonjías para los propietarios de los medios y el borrón y cuenta nueva en la política de pagos del gobierno estatal a la prensa, se reflejará en un unos cuantos días en la líneas editoriales. Círculos rojos, azules y tornasoles se multiplicarán a lo largo y ancho de la entidad, con consecuencias electorales poco gratas para el PRI, sus aliados y sus espurios candidatos que quedarán exhibidos como lo que realmente son. No hay enemigo mayor que un hijo ingrato o un empresariado periodístico al que se le aleja la batea. Al tiempo.-

Xalapa, Ver., marzo 8 de 2015.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Sin pena ni gloria se celebró en tierras veracruzanas la XXIV Cumbre Iberoamericana. Con importantes ausencias, legaciones de 22 países bordaron en vano con buenos propósitos en torno a una realidad global que, como bien señala José Mújica, presidente de la República Oriental del Uruguay y el único que explícitamente se solidarizó con el pueblo de México, no se puede ocultar con  el paraguas.

Cumpliéndose con la parafernalia protocolaria propia de estas estériles reuniones, el presidente Peña como anfitrión, no pudo evitar que la preocupación en el seno de la Cumbre y en el exterior de los recintos destinados para el efecto, se concentrara implícitamente en la profunda crisis que se vive en México y la incapacidad nuestro gobierno para darle un cauce satisfactorio.

La temática, como suele suceder en Cumbres de igual naturaleza, giró en torno al crecimiento, innovación y desarrollo, así como  la cooperación económica y social para la construcción de sociedades más justas. Peña Nieto le definió como la oportunidad para potenciar la riqueza en los países concurrentes, desentendiéndose de la crisis globalizada que rondando los terrenos del estancamiento y recesión,  hace nugatorios los esfuerzos neoliberales por darle salida en el marco de las reglas impuestas por las grandes potencias.

Y en este orden de cosas, la mandataria brasileña de haber asistido es la única que podría aportar algo a nuestro país en la reactivación económica, ya que con excepción de Uruguay, tanto España como la mayoría  de países iberoamericanos con mandatarios y Jefes de Estado presentes en la Cumbre, se encuentran en igualdad de condiciones críticas que México. Sin embargo, Dilma Rousseff está más comprometida con la agenda de UNASUR que con América del Norte.

Independientemente de los logros que pudieran haberse alcanzado en conversaciones bilaterales entre los mandatarios asistentes, las conclusiones generales y acuerdos específicos dados a conocer al término del encuentro, no son nada alentadoras para el bloque iberoamericano como tal. Dando la impresión de que los acuerdos signados son más buenos propósitos y lugares comunes que compromisos viables.

Propósitos como poner empeño en promover la inclusión de los sectores más marginados y de construir sociedades igualitarias, al tiempo que trabajar en estrategias para garantizar una educación universal y de calidad,  en un clima de fortalecimiento de la Conferencia Iberoamericana para una cooperación horizontal que refleje la realidad de la región, son sólo palabras de dientes para afuera cuando la prioridad real es como salir airosos de la crisis globalizada en cada uno de los países participantes.

La Cumbre satisfizo el libreto preestablecido, cumpliendo, para el presidente de México como distractor a la par que oportunidad para recuperar autoridad en el ámbito internacional. Empero, la crisis en México sigue, profundizándose bajo una dinámica en la que los tres poderes de la Unión y los tres órdenes de gobierno, están atrapados frente a una auténtica rebelión de la sociedad movilizada,  a la que no satisface ni la temática del control de daños propuesta por el Sr. Peña Nieto ni la respuesta a bote pronto tanto de los órganos de procuración de justicia como del poder legislativo.

La interrogante que flota en el aire, es: ¿Qué sigue? Cuando 2014 concluye sin restañarse aún  las heridas abiertas.

Hojas que se lleva el viento.

Habida cuenta de que el gobierno de Veracruz no tocó baranda en la organización, desarrollo y clausura de la Cumbre Iberoamericana, al titular del poder ejecutivo estatal le tocó jugar el papel marginal de convidado de piedra y, por más esfuerzos que se le acreditan por estar cerca y tomarse la foto, tanto con el Sr. Peña Nieto como con los mandatarios asistentes, su presencia careció de relevancia alguna, pese a que su vocero y coordinador de comunicación social afirmara lo contrario en sus ya clásicos anuncios de ocasión.

Salvo, claro está, el que para el presidente de México sea relevante el clima de inconformidad social que se manifestara en diversos puntos de la entidad veracruzana durante la Cumbre, dándole marco a la inocultable crisis de gobernabilidad y de inseguridad que con carácter expansivo va cubriendo la casi totalidad del territorio nacional.

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Concluidos tanto los Juegos Centroamericanos y del Caribe como la XXIV Cumbre Iberoamericana, Veracruz retorna a su permanente estado de letargo, disponiéndose sus habitantes a terminar el año en las mejores condiciones posibles; dándose espacio para albergar un poquitín de esperanza y optimismo y pasar las fiestas decembrinas sin sobresalto que altere tranquilidad en el seno de la familia y en el ya de antemano desfondado bolsillo.

Por cierto que las comparecencias de los integrantes del gabinete del jefe ejecutivo estatal que ya también quedaran atrás, aparte de prácticamente no interesar para nada a nadie, confirmaron tanto la vacuidad del IV Informe de Gobierno del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa como la mediocridad de  diputados locales y comparecientes de entre los cuales, destaca el secretario de turismo, que se aventó la desafortunada puntada de elevar al infinito tanto el número de visitantes como derrama económica a lo largo del IV año de gobierno en la actividad bajo su responsabilidad, mereciendo la rechifla de un respetable harto de engaño y simulación.-

Xalapa, Ver., diciembre 10 de 2014.

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J. Enrique Olivera Arce

Alcalde de Xalapa

Américo Zúñiga Martínez

Descubriendo el hilo negro, en la etapa preliminar del diagnóstico y prospección que aportará el BID al Ayuntamiento de la capital veracruzana, se señalan por lo pronto tres focos rojos que requieren de atención prioritaria a corto y mediano plazo:

Manejo y aprovechamiento del agua, movilidad urbana y transporte, así como manejo de residuos sólidos. (Abriendo Brecha 30/05/14).

Estas prioridades parece tenerlas claro el Alcalde Américo Zúñiga, cuando menos en lo que se refiere al suministro de agua en Xalapa, como lo ha venido expresando en diversos foros. No obstante, por lo que implica técnica y financieramente el reponer la red de distribución del vital líquido sólo en el centro histórico, el atender dicha prioridad no figura entre las tareas inmediatas para el corto plazo, como también el resolver el problema de la movilidad urbana que para las cuatro ciudades en una enclavadas entre cerros y barrancos, está en moderno mandarín.

Así que lo único viable para su atención en el corto plazo, sería el manejo de residuos sólidos que además de la exigencia de la ciudadanía, es compromiso ineludible del alcalde para ofrecer una imagen urbana digna a quienes nos visiten con motivo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Lo que a juicio de quien esto escribe es prácticamente inviable tanto por la complejidad de la tarea como por el tiempo que ya prácticamente le pisa los talones al joven munícipe.

A escasos cinco meses del evento internacional de marras, el Ayuntamiento no encuentra la mejor fórmula para resolver el problema del basurero en que se ha convertido la capital veracruzana. Tentándole el agua a los camotes, contra reloj el Ayuntamiento explora una solución viable, cuando menos para las exigencias derivadas del evento deportivo, sin decidirse por las diversas opciones que, entre otras cosas, implican participación ciudadana y negociación con el sindicato de trabajadores de limpia pública.

Implicaciones estas últimas ni fáciles ni gratuitas en términos políticos y finanzas municipales. Como ya señalábamos en maquinazo anterior, ni el alcalde le tiene confianza a la ciudadanía ni esta le tiene confianza al Ayuntamiento; si se paga anualmente por un servicio que se delega a la comuna, que esta cumpla, dicen los xalapeños, en tanto que el sindicato, -uno entre once de trabajadores al servicio del Ayuntamiento-, no está dispuesto a dar su brazo a torcer perdiendo canonjías, prebendas y negocios poco claros en el manejo de los desechos sólidos del municipio.

Adicionalmente, el gobierno del estado delega en el alcalde la tarea sin aportar dinero e ideas innovadoras, mientras el tiempo transcurre y el hartazgo ciudadano crece en proporción directa a los muladares en la vía pública.

¿Cómo saldrá el alcalde de este brete? Efectivamente está en mandarín, pero de lo que estamos ciertos es de que el problema no se resolverá con promoción de imagen y compra de voluntades en la prensa. Antes al contrario, la irritación social va en aumento y más se incrementa con la difusión mediática de los baños de pueblo de un alcalde que se niega a reconocer que el problema de la basura ya rebasó la capacidad real del Ayuntamiento para resolverlo.

El tiempo se agota y también el beneficio de la duda que los xalapeños han otorgado al munícipe. Si este no puede que lo diga, la ciudadanía seguramente encontrara las respuestas.

Y por esas andamos también en materia de educación, seguridad pública y control del tránsito vehicular; lavándose las manos el alcalde, eludiendo su responsabilidad aduciendo que estos temas son competencia del gobierno estatal mientras sus gobernados ya no ven lo duro sino lo tupido.

Hojas que se lleva el viento.

Sólo en Veracruz sucede. Ya tenemos encima la elección federal del 2015 y el proceso electoral del 2013 aún no concluye. No cabe duda de que la partidocracia es problema y no solución en la búsqueda de democratización de la vida política, económica y social en la entidad.

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El derecho a la libertad de expresión es letra muerta en tanto no se ejerza por las mayorías. De ahí que con motivo de la celebración del Día de la Libertad de Expresión, a quien se le debe reconocer y felicitar por ejercerlo a plenitud y en libertad es a una ciudadanía cada vez más participativa, independiente y crítica, que está encontrando gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s), los mejores caminos para intentar hacerse escuchar. Si la prensa-empresa se adjudicaba tal celebración en provecho propio arrogándose la representación de la opinión pública, eso ya es historia; frente al poder autoritario la voz que surge desde abajo construyendo ciudadanía, llegó para quedarse.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

A la luz de lo que hoy se vive en México y en la entidad veracruzana, 12 meses después de publicada  comparto con los lectores mi percepción de hace un año sobre una realidad nacional caracterizada por el hartazgo y desencanto ante una alternancia política fallida y que,  hoy día con la prisa de Enrique Peña Nieto por ganarle tiempo al tiempo se ve agudizada en sus contradicciones y conflictos, es otra más compleja, difícil y ríspida de la que gota a gota paso a paso, a golpes  y tropiezos la sociedad va tomando  conciencia.

“En tiempos de crisis los otros también son nosotros”

02/11/2012

En la tierra de los vivos, el más vivo propone disponiendo.  Reflexión personal.

Empantanada la vida política nacional en torno a lo que la partidocracia reinante mediáticamente estima conveniente para México, lo mismo en materia legislativa que en combate a la corrupción, a la pobreza, a la desigualdad y a la violencia criminal, Calderón Hinojosa tranquilamente se prepara para abandonar una presidencia obtenida por medios poco convencionales, por decir lo menos. Peña Nieto en la antesala, en espera de una tersa sucesión negociada en lo oscurito.

Por su parte, la enorme mayoría de los mexicanos, excluidos y empobrecidos, al margen de los diferendos políticos hace transcurrir su existencia rascándose cada quien con sus propias uñas. La otredad le es ajena y lo mismo se encomienda al más allá tratándole de encontrar sentido a la vida, que a la esperanza terrena de no perder el magro equipaje que le acompaña en busca de un mejor destino. Todos contra todos y contra todo, roto el diálogo, sin entenderse que lo que afecta a uno le afecta a todos y  a todo.

No aflojar el paso, el camino es de la unidad para alcanzar el vellocino de oro al otro lado del arco iris, mientras el país, a tumbos, amenaza con desquebrajarse dando la espalda a una crisis que, económica y financiera, ya arrastra consigo a lo que desde la antigüedad entendemos y aceptamos como democracia entre notables, perdiéndose principios y valores que hacen de la vida en común para unos y otros una carga llevadera.

Aunque se niegue, la crisis sentó sus reales tocando a la puerta del bolsillo. No hay crecimiento real; desempleo, pobreza y expectativas de progreso canceladas en lo individual y colectivo domina el imaginario popular. La política dejó de ser administrador de los conflictos, el suyo es más profundo; corrupción, simulación, descrédito e impunidad hacen de la representación popular una entelequia. La democracia representativa quedó en los textos de los clásicos para solaz de los filósofos.

En los albores de la ya denominada “Tercera Revolución Industrial”, el rumbo cierto para México en el escenario de la crisis sistémica que tiene de cabeza a la aldea global, está perdido. Los caminos se cierran, barruntos de autoritarismo y una nueva edición de la guerra de clases amenaza en el horizonte próximo.

Una mejor educación, incluyente y de excelencia es la salida, dicen unos, en tanto que otros cómodamente se acogen a la idea de un dios para salir del paso,  ignorando que en la tierra de los vivos, el más vivo propone disponiendo.

Un pueblo en la miseria no puede aspirar a una educación que gravita bajo los designios de una economía que se le niega, ni es escuchado por dioses omnipresentes y omnipotentes que dan a la minoría lo que a la mayoría le quitan.

Sin una economía boyante y una distribución equitativa que destine excedentes  a la cultura, a la educación, a las bellas artes, a la recreación y, a la política como medio y no fin en sí en la búsqueda del bien común, el aula no es solución, la resignación tampoco. Quiero pensar que está en el hogar, en la proximidad de la calle, en el ágora pública, en el diálogo fraterno, respetuoso, y el entender padres e hijos y los hijos de los hijos, que el nosotros solidario y no el yo individualista, como principio ético y moral de una sociedad de todos y para todos, es el bien de todos.

Revolución en las conciencias  y no falsos becerros de oro premiando el todos contra todos que hoy nos ofrecen el político, el sabio y el profeta, como modelo educativo que hace del hombre y del saber  pedestre y desechable mercancía.

“A cada quien según su necesidad, de cada cual según su capacidad”. Afirmara Marx, privilegiando la solidaridad entre diferentes en una utópica sociedad sin clases sustentada en la equidad. No es posible salir del atraso, la pobreza y desigualdad inducida en una sociedad que premia a los menos y excluye a los más de la riqueza producida. En esto último radica la semilla de la corrupción; su combate retórico es el fertilizante que le hace crecer  y multiplicarse día con día. Discurso e intereses creados, enriquecen el nauseabundo florecer de lo que dicen combatir. La Ley y el libro de texto van de la mano, políticos, jueces, legisladores y mentores, artífices son del hombre contra lo humano.

¿Hasta cuándo?

Hojas que se lleva el viento

 Por lo que la Dirección de Comunicación Social difunde y que la mayoría de los medios de comunicación reproducen como propaganda pagada con dinero público, la tónica del segundo informe de gobierno del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa estará enfocada no a convencer sino a pretender engañar. Ya no sólo con un falso triunfalismo fruto de incapacidad y carencia de visión de Estado. Ahora con el engaño y el insulto a la inteligencia de los gobernados. Como si tapar el sol con un dedo fuera varita mágica para ocultar la realidad, a la prensa se le encomienda el resto.

La prosperidad que se construye día con día gracias a la acción de una administración pública estatal y municipal eficaz, es el tema del momento; “buen fin” anticipado para los medios de comunicación que así lo tienen convenido. Una mano lava a la otra, sin lograr disimular sequía y carencia lo mismo de políticas públicas que de honestidad intelectual para, en tiempos de crisis, promover, auspiciar e impulsar crecimiento económico con justicia social a favor del bienestar de los veracruzanos todos. Xalapa, Ver., noviembre  1 de 2012.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Hay tiempos para llorar y tiempos para reír. El movimiento contestatario del magisterio ríe y el gobierno de Veracruz carga con la derrota, si no de la guerra si de una de las tantas batallas agendadas por los mentores  en rebeldía.

Así se percibe desde la calle. La estrategia para enfrentar el conflicto magisterial en la entidad, además de incongruente resultó fallida desde sus inicios. Hoy la administración pública veracruzana está rebasada e incapacitada para frenar un movimiento social que no “sabe de razones”.

No le cae el veinte. Se sigue pensando y, en consecuencia actuando con auxilio de la prensa oficialista, a partir de la idea de que la movilización magisterial infiltrada por activistas oaxaqueños se reduce a un grupo minoritario de profesores revoltosos, y que a la opinión pública se le puede engañar con expresiones infantiles de arte escénico, como la protesta de “terceros afectados”, beligerancia de padres de familia, mesas de diálogo con liderazgos cuestionados, o bien,  la farsa mediática montada por el secretario de gobierno en la toma de la presa Yuribia para su posterior y oportuna solución por la vía del diálogo, muy al estilo del viejo PRI.

Las cosas no son tan así de simples.

Mar de fondo

El movimiento magisterial sigue  haciendo lo suyo en todo el país. Quienes simpatizan con los mentores, aprenden el camino. Nada con las reformas neoliberales. Y las autoridades se niegan a escuchar, optando por el camino cómodo de la descalificación y  represión.

Luego no cabe echar las campanas al vuelo por el hecho de que la mayoría de los mentores en la entidad, considerados dóciles y bien portaditos, regresan a cumplir con su tarea en las aulas ante las amenazas de descuentos y despidos, cuando todo indica que en la coyuntura el retorno parcial a clases en la entidad tiene mar de fondo, no dejando de ser un estudiado retroceso táctico y no derrota de un  movimiento magisterial que se reagrupa, fortalece su organización, depura liderazgos, en el camino gana más adeptos, afina estrategias de lucha  y se prepara para nuevas batallas.

Razón de más para preocuparse, el hecho de que con fundamento en la reforma educativa, al gobierno de Veracruz se le priva de recursos frescos con el retorno al viejo esquema centralizado del pago de la nómina magisterial y retención de cuotas sindicales. Perdiendo capacidad de control y de maniobra para mantener la iniciativa frente a la movilización social del profesorado.

Y esto no es todo. Si se pensó en su momento -y así se orquestó en una mayoría de medios de comunicación- que la movilización del profesorado era en contra de “la evaluación” que contempla  la reforma educativa en sus leyes secundarias, al paso de días y semanas ha quedado claro que las banderas agitadas por los mentores rebasan el ámbito de los trabajadores de la educación, para ubicarse en un nivel superior de reivindicaciones y demandas ciudadanas  que, ante el ramillete de reformas presuntamente estructurales que promueve el gobierno federal a cargo del Sr. Peña, justificadamente vienen cobrando presencia en la calle.

Otros movimientos sociales de obreros, campesinos, indígenas y de una clase media empobrecida se radicalizan y velan armas, dispuestos en una coyuntura que les es favorable a sumarse en la entidad al movimiento de los mentores inconformes.

Esto último, razón más que suficiente para entender que son tiempos de llorar y no de soberbio triunfalismo.

Balance

Si se entendiera en su contexto más amplio, el gobierno de Veracruz tendría que aceptar que en un combate de escaramuzas, planeado y bien organizado, el retroceso táctico es señal inequívoca de que por ahora si bien el magisterio movilizado no ganó la guerra, si hasta ahora ha ganado sus primeras batallas.

El frágil estado de derecho ha sido puesto a prueba, exhibido y cuestionado en Veracruz. Todo el peso de la ley a los mentores en protesta, impunidad y premiación a los delincuentes que en contubernio implícito y explícito con autoridades, traficando con plazas y manejo en beneficio propio de cuotas sindicales, son exhibidos por la misma prensa que se desgarra las vestiduras satanizando a los mentores movilizados.

La legitimidad de la democracia representativa en el Congreso local ha sido derrotada. La aptitud y actitud de los diputados frente al magisterio movilizado ha sido exhibida como ineficaz y ajena a los intereses populares, por decir lo menos.

Y con ello la representatividad de partidos políticos y liderazgos caciquiles espurios, rebasados por una realidad inobjetable de participación y búsqueda de democratización desde las bases; el control clientelar ejercido desde el PRI-gobierno y el SNTE sobre  los mentores veracruzanos, está deteriorado y en vías a perderse.

Y ni qué decir del PRD,  con su renuncia tácita a rescatarse a sí mismo como referente de la izquierda electoral al dar la espalda al proceso democratizador del magisterio.

Por encima de la falsa y monolítica unidad de la clientela, se ha impuesto el carácter plural, ideológico, político y social del sector educativo. La lucha de clases no está muerta,  se hace presente entre el profesorado.

Las clases medias por voz de micro y pequeños empresarios, maestros universitarios y burócratas, ya hablan por sí y al margen de los organismos cupulares que identificándose con objetivos y propósitos gubernamentales, se muestran  como ajenos al interés más general de sus agremiados.

Paso en falso

Como el que ve llover y no se moja, el gobierno de Veracruz no se hinca al paso de la procesión, dando por ganado lo perdido. Sólo así se explica el que se persista en imponer a Juan Nicolás Calleja como líder del Congreso local en la próxima Legislatura del estado. Sin entender que ello es provocación innecesaria e inoportuna, así como paso en falso frente a un movimiento que le rebasa en iniciativa y propósitos socialmente democratizadores y, aún peor, ante el presidente Peña que ya no quiere queso, buscando salir de su propia ratonera.

No se quiere entender que el Veracruz de hoy no es el mismo de cuyas vivencias al ejecutivo alimentan cortesanos y asesores. Son otros tiempos, tiempos para llorar y no de reír y vanagloriarse ante batallas perdidas a las que seguirán en adelante otras no menos cruentas.

Tiempos para el magisterio también, no de triunfalismo y soberbia, dos pasos atrás son propicios para la reflexión consecuente del camino andado, de la autocrítica y humilde aceptación de errores y aciertos, limitaciones y excesos, con visión de futuro.

No está de más recordar que del plato a la boca suele caerse la sopa.

Xalapa, Ver., Octubre 20 de 2013

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

México es un país de leyes. Son tantas, tan variadas, unas absurdas otras contradictorias que entre ellas, como dicta la conseja popular, el que no cae resbala…En ellas descansa nuestro surrealista e inverosímil  Estado de derecho…

Confundidos, entre otear el futuro y renovarse ó  retornar al  pasado maniqueo, los priístas se pierden entre sus propias contradicciones mientras el país se les escurre entre las manos.

Ya nada será igual para el PRI

 La historia no se repite, nadie se baña dos veces en el mismo río y, sin embargo, insisten en tropezarse con la misma piedra con el manido pretexto de modernizar al país.

Con Peña Nieto a la cabeza, tras un pírrico triunfo en la elección presidencial del  2012 y no obstante que los resultados de esta se fueran a tercios, confiaron en una tersa restauración del presidencialismo de antaño. Ignoraron la composición real de las fuerzas políticas y el clima de descontento y hartazgo de importantes segmentos de la sociedad mexicana que, en la alternancia, heredaban de dos sexenios panistas. Así como minimizaron un movimiento social convergente que diera a López Obrador más de 16 millones de votos.

Les fallaron los cálculos. México ya no es el que pensaran tanto en el diseño de la campaña presidencial de Peña Nieto como en la de arranque del sexenio.

 Peña Nieto hoy

 Los mexicanos de hoy no le dieron vuelta a la página para iniciarse confiados en nuevas lecturas de la realidad bajo la restauración del viejo régimen priísta por sus epígonos.

Antes al contrario, reafirmando tanto su percepción subjetiva como objetivamente viviendo en carne propia las condiciones de deterioro del país en todos los órdenes de la vida nacional, con resistente suspicacia antes que borrón y cuenta nueva el mexicano de hoy asume que la alternancia no enriquece por si democracia política y bienestar social. Dicen que la burra no era arisca…

En los inicios de la actual administración a cargo del Sr. Peña, quien estas líneas escribe señalaba la valía y plena vigencia de la conseja popular que nos dice: “Más vale paso que dure que trote que canse…”, en referencia a un ímpetu desbocado por diferenciarse de la administración calderonista, sin atender a la realidad real de un México que al margen del gobierno se construye y reconstruye día a día.

 El arrancar el sexenio queriéndose comer todo el pastel de un solo bocado, trae hoy a cuento lo que para muchos representa el fracaso del primer año de gobierno del Sr. Peña. Mucho ruido y pocas nueces sin resultados dignos de apuntarse como materialización de promesas de campaña.

 Peña Nieto y las mayorías

 Sustentado en un falso diagnóstico, se consideró que con tener bajo control a las dirigencias del PAN y el PRD a través de un acuerdo cupular mal llamado “Pacto por México”, con ello en automático cooptarían a las militancias opositoras para respaldar mayoritariamente tanto la legitimización del Sr. Peña como al ramillete de reformas presuntamente estructurales que, a su particular modo de ver las cosas, se requieren para encarrilar al país por el camino de la modernización, abundancia y el bienestar.

Fallaron los cálculos. La militancia de los tres principales partidos en que se sustenta el régimen político, no ha respondido de manera homogénea y consensuada a lo pactado por sus dirigencias con el presidente Peña; tampoco ha quedado demostrado fehacientemente que sumadas,  constituyan la mayoría de las fuerzas políticas que se requiere para legitimar el mandato del Sr. Peña y avalar sus reformas empobrecedoras y privatizadoras.

Más de dos tercios de la población en edad de votar, se mueven por la libre, aceptando, cuestionando o rechazando; no se sienten incluidos en los acuerdos cupulares del llamado “Pacto por México” y el control de este segmento mayoritario de la sociedad no está a cargo de los partidos políticos. En ello reside la debilidad del intento de restauración del viejo régimen y sus afanes por conducir al país por la vía del autoritarismo gatopardista.

Hoy a nueve meses de distancia de haber tomado las riendas de la administración pública, el Sr. Peña ni ha obtenido la legitimización por parte de sus gobernados ni mucho menos, el aval mayoritario a sus reformas.

Aplaudido por unos y denostado por otros, el único logro a la vista es la continuidad de la polarización social y política en un clima de incertidumbre, descontento y hartazgo. Cuestionándose lo mismo desde la confusa y fragmentada izquierda que en los bastiones empresariales de derecha, a un régimen que no está cumpliéndole a las mayorías.

 Democracia representativa y división de poderes en duda

 La unidad consensuada en torno a una visión presuntamente modernizadora a la que aspiran Peña Nieto, su partido y los poderes fácticos, queda en el tintero mientras la  división entre los mexicanos se agudiza en un escenario económico adverso y socialmente deteriorado que auspicia mayor desigualdad, pobreza y exclusión.

Que mejor prueba de que se viene arando en el desierto, que frente al rechazo popular el Primer Informe de Gobierno del presidente Peña se entregue al Congreso de la Unión por la puerta de atrás del el recinto de la Cámara de Diputados, convertido este de facto en bunker blindado con cercos metálicos y bajo la custodia de la fuerza pública al que el mexicano de a pie no tiene acceso. Nada mejor para ilustrar el divorcio entre un régimen caduco y un pueblo que no es escuchado.

Y ahí, en el rincón del bunker, el mismo día por la noche, se fraguaba la traición a México. Bajo el asedio de unos cuantos miles de profesores, al amparo de la Bandera Nacional  los diputados protagonizaban  un ignominioso y vergonzoso espectáculo seguido paso a paso por las cámaras del Canal del Congreso; unos aprobando por consigna y mayoriteo sin mayor análisis y discusión y otros simulando férrea oposición, para en el pleno entre eufóricos alaridos y de espaldas a la Nación, aprobar una ley más de las muchas con las que en el papel, solo en el papel, se soporta al Estado de Derecho, la inconsulta ley general de profesionalización docente.

Más allá de lo que en sí representa esta ley secundaria para la educación y para el magisterio y sus derechos constitucionales, más allá de su aceptación o rechazo, lo que queda en evidencia para la historia es la confirmación cínica, premeditada y servil, de una tácita renuncia a la democracia representativa en México, por parte de quienes el pueblo eligiera como sus representantes.

Con toda propiedad y certeza, el diario La Jornada en su edición del lunes 2 de los corrientes, destaca en primera plana tan vergonzoso sainete con el titular: “El pacto por México aplasta al Congreso”. El acuerdo cupular, ilegítimo y antidemocrático colocado por encima de la soberanía en que se sustenta la democracia representativa.

Peña Nieto y su partido se anotan un triunfo pírrico más; el vergonzante ensayo para lo que viene con la iniciativa de reforma energética les es exitoso. Para el señor Peña ha quedado  plenamente demostrado que el mayoriteo por consigna en el Congreso de la Unión, sin mayor trámite  es el camino. «Las reformas van», afirma sin el menor rubor.

En el inter, las mayorías de un pueblo ofendido aprenden la lección y se preparan por su lado para lo que sigue en un ejercicio más del juego del gato y el ratón.  

A partir del pasado lunes en su cambiante devenir México y su realidad real, es otro. Frente a la burla legislativa y la simulación plasmada en el primer informe de gobierno del Sr. Peña, la correlación real de fuerzas políticas y sociales se enriqueció en toma de conciencia. La percepción de una democracia representativa secuestrada por la partidocracia se objetiviza,  el descontento, hartazgo y rechazo disperso, toman forma coherente y organizada en el imaginario colectivo.

Lo que no entraba en los fallidos cálculos de los restauradores del viejo régimen.

Peña Nieto gana al imponer sus reformas, perdiendo de entrada su oportunidad de trascender como el gran reformador, así como la partidocracia su viabilidad como opción política para impulsar por el sendero democrático las tareas del desarrollo. Inmersos en la simulación se están quedando solos,  y en ello reside hoy la fuerza de la protesta social.

Con reformas o sin estas, con más leyes o sin estas, la democracia representativa y división de poderes, están en duda. El Congreso de la Unión se descalifica a sí mismo. Será la correlación real de las fuerzas políticas internas en México la que hablará por sí sin falsos intermediarios.- Xalapa, Ver., 3 de septiembre de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Leí con interés el artículo del talentoso senador Héctor Yunes Landa, en el que bajo el título: “Educación de calidad: llave de la democracia moderna” nos ilustra con lugares comunes ya bastante manoseados pero a mi juicio, vigentes en el marco del debate sobre las reformas presuntamente estructurales en boga.

El bienestar de la población, el desarrollo de un pueblo, un país con mejor calidad de vida y una democracia fortalecida puede darse en la medida que exista un sistema educativo capaz de preparar a los ciudadanos con calidad técnica y humana para ejercer plenamente sus derechos y cumplir a cabalidad sus obligaciones”.

Sin lugar a dudas no puede uno estar en desacuerdo con el Sr. Senador, aunque con sus asegunes existe un amplio consenso respecto a que con una mejor educación en México, otro gallo nos cantara.

Yunes Landa, en su intención de refrescarnos la memoria en torno a lo que no debe obviarse en cuanto a propósitos y objetivos más generales del proceso educativo, también aporta su granito de arena en la defensa de la tan cuestionada reforma educativa y sus consecuencias inmediatas, diciéndonos:

Hoy, con satisfacción vemos que el Presidente Peña Nieto está coordinando los esfuerzos para acceder a una educación pública competitiva, universal, integral y de alta calidad”.

La intención del legislador veracruzano es plausible y legítima. Está en su papel como senador priísta, en la naturaleza de su partido y en congruencia con el propósito de convencer en la calle sobre la bondad de las panaceas que con sus reformas ofrece el presidente Peña a la ciudadanía.

No obstante, a mi juicio el senador se queda corto en su intención y más que convencer da lugar a cuestionamientos que ponen en duda lo por el aseverado. No es facil aceptar que la educación pública como está, o como se pretende mejorarla con reformas presuntamente estructurales, sea la “llave” o varita mágica para lograr mayor bienestar para la población y acceder a una “democracia moderna”.

Para poder estar de acuerdo con el senador, este tendría que aclarar que debemos entender en México por educación integral y de calidad y para que sociedad es que está orientada esta y, por lo consiguiente la reforma educativa del Sr. Peña.

Y, por lo consiguiente también, que debe entenderse por “democracia moderna” y en que medida la reforma educativa incide en el fortalecimiento de esta abstracción. Sin la obligada explicación del concepto, para mi gusto se incurre en una falacia más en torno al paquete de presuntas reformas estructurales del presidente Peña.

Si como afirma Yunes Landa, la educación constituyera por sí misma la ”llave” para alcanzar el bienestar pleno de la sociedad, en el hemisferio occidental Europa sería el paradigma. En los tiempos que corren, vemos que no es así, pese al alto nivel de escolaridad  y “calidad” educativa alcanzado éste no basta para afrontar una crisis sistémica que acabó con la llamada “sociedad del bienestar” en las deterioradas democracias modernas del viejo continente.

Tampoco pasa desapercibido el que en los Estados Unidos de Norteamérica, la calidad, competividad  y excelencia en la educación que para este país funciona, está orientada a la guerra y dominación, con el propósito inequívoco de mantener hegemonía y no para elevar bienestar social y fortaleza de la “democracia moderna”.

A mi modo de ver y hasta donde alcanzo a entender como ciudadano de a pie, la educación de los pueblos no transita sola y por camino propio. Se da en contextos culturales específicos  y diferenciados avanzando en un entramado vertical y horizontal multidimensional; interactuando dentro de un proceso permanente de retroalimentación con otras manifestaciones super estructurales de la sociedad que a su vez, dependen de la estructura económica y social endógena y exógena del país o región de que se trate.

Tengo entendido que al igual que la política y el marco jurídico normativo, es resultante y se deriva de la base económica que le da sustento; de las relaciones sociales concomitantes y, por lo consiguiente, de propósitos y objetivos particulares y los que competen sistémicamente a toda la aldea global en su conjunto.

Luego, sin cambios de fondo en la estructura económica y relaciones sociales que apunten efectivamente a un mayor bienestar de la población mediante una equitativa distribución y redistribución de la riqueza generada por la sociedad, el proceso educativo como herramienta de transformación y cambio, resulta insolvente, aún en el marco de los requerimientos fluctuantes del mercado en la etapa neoliberal actual del capitalismo como sistema global dominante.

Un ligero recuento de las condiciones económicas por las que atraviesa el país y las que manifiesta una población empobrecida y sin expectativas de progreso, dan una idea de hasta donde resulta un tanto cuanto utópico asignar a la educación en el mandato del Sr. Peña, el carácter de llave o más bien,  panacea.

A lo sumo, estimo, se pretendería ajustarle a objetivos y propósitos en los que hoy se asigna al fruto del proceso educativo el carácter de mercancía, o mano de obra capacitada, dúctil y barata. Atendiendo más a la productividad y competividad que demanda el mercado, que a la formación integral del individuo.

En la medida en que es ampliamente aceptado que sin empleo y con salarios bajos y congelados el bienestar es nugatorio, la educación como accesorio sigue la suerte del principal. Dependiente de y no como “llave” maestra para transformar una realidad real que deviene de enfrentar al hombre contra lo humano.

Luego entonces el fortalecimiento de nuestra balbucéante democracia, por su parte, no podría ir más allá de los propósitos y objetivos del proyecto neoliberal de desarrollo adoptado por nuestro país. Así que el asignar a la educación el carácter de “llave” para acceder a la “democracia moderna”, no pasa de ser simple eufemismo con el que se disfrazan relaciones sociales injustas que acompañan a un modelo económico tan depredador como injusto.

Otra cosa sería si el proceso educativo estuviera encaminado a dar sustento cultural a los mexicanos para la toma de conciencia de las mayorías sobre libertad, participación, democracia y progreso humano; si esto fuera así,  estaríamos hablando no de simples reformas presuntamente estructurales, sino de un acto conciente de transformación de la sociedad por la vía revolucionaria.

Esto último, seguramente no entra en los planes del Sr. Peña. Mucho menos en los del senador, su partido en particular o en general la cúpula de la partidocracia en el llamado pacto por México, conformes con lo que desde la presidencia de la República se cocina bajo los auspicios del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, paladines del sistema global prevaleciente.

No obstante, se aplaude el esfuerzo del senador Yunes Landa, cuando en Veracruz su partido está más interesado en quien sucederá al Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa en la gubernatura, que en convencer de las bondades de una a mi juicio ilusoria panacea.

Hojas que se lleva el viento

Con la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión transformada literalmente en bunker, bajo protección policíaca y sitiada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de Educación (CNTE) y diversos movimientos sociales, el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, hizo entrega formal a los presidentes de las mesas directivas del Senado y Cámara de diputados del Primer Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto. ¡Qué bonito país! dividido, polarizado, empobrecido y sin rumbo.- Xalapa, Ver., Septiembre 1 de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Mientras el país se calienta en torno a un falso debate en materia educativa, el cochinero electoral en Veracruz, como era de esperarse ya se volvió un todos contra todos, bacinica en ristre. Clase política y prensa oficialista veracruzana perdieron la brújula; más de lo mismo pero sin cuidar las formas, al son que toca Miguel Ángel Yunes Linares todos bailan en un aquelarre en el que el desfiguro es lo de menos.

Digo falso debate, porque a estas alturas, aprobadas las reformas constitucionales como lo dispone el protocolo, ni la secretaría de educación pública ni analistas y expertos, mucho menos el descabezado sindicato magisterial, han aclarado al respetable si lo que propuso el Sr. Peña por conducto del llamado “pacto por México”, es una reforma al sistema educativo nacional ó es una reforma al sistema escolar que prevalece en el país. Para la opinión pública lo que se debate tiene que ver en lo sustantivo con asuntos de orden administrativo y laboral más que de búsqueda de una tan urgente como necesaria revisión y mejoría de la educación y sustento cultural del pueblo de México.

En este falso debate, se ha pretendido poner por unos y otros en el centro tanto el quehacer como los derechos laborales del magisterio, dentro del marco de las superadas reformas educativas de la década de los 90 en la mayoría de los países latinoamericanos. Sin tocar el núcleo toral de un proceso educativo cuyo punto de partida es el hogar y no la escuela.

Pero también, a mi juicio se está obviando que el futuro de la educación se construye en el día a día y no por decreto, como un proceso permanente de construcción social, colectivo, cuyos objetivos últimos tienen que ver  con qué educación y qué escuela, para qué sociedad. Pues no podemos ignorar que no necesariamente los propósitos y objetivos de un régimen sexenal soportado en una ideología neoliberal, coinciden con los que, de mayor amplitud, para el largo plazo contempla la sociedad en su visión de futuro.

La escuela, los mentores y las nuevas tecnologías al servicio del sistema escolar son únicamente herramientas y complementos en este proceso de largo aliento. Es la socialización de la apropiación del conocimiento lo que enriquece la calidad educativa y cultural del pueblo en su afán de superación y desarrollo.

En tanto las políticas públicas neoliberales se oponen a tal proceso de socialización, la enseñanza aprendizaje se queda en las formas sacrificando el contenido, pretendiéndose que escuela y mentores carguen sobre sus espaldas una responsabilidad no compartida.

Más, en un escenario como el nuestro en el que las barreras sistémicas que nos son impuestas, pobreza y exclusión se oponen a la equidad y calidad de la enseñanza.

Nada es gratuito. Por algo la confusión puesta sobre la mesa por el régimen del presidente Peña, que no establece la necesaria diferenciación entre educación y escolaridad y, por algo, la resistencia de agrupamientos de mentores que provenientes de los estratos más pobres de la población, no están dispuestos a cargar solos con el muerto.

De un falso debate, conclusiones falsas o insuficientes. Pero con ello se satisface el requisito de participación, inclusión y legitimidad democrática, en torno a un proyecto impuesto por decreto que, por cierto, no tiene marcha atrás a decir de sus artífices.

Y ajenos a todo ello, la mayoría de los veracruzanos somos testigos y víctimas del lodazal político electoral en el  que el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, en su calidad de gobernante, si no es responsable de meter las manos en el proceso como lo viene afirmando no obstante las evidencias, si debemos asumir que es responsable de de no tener el suficiente control para garantizar a la ciudadanía condiciones mínimas de equidad, certeza y transparencia para participar en un ejercicio democrático aseado y propositivo. Si no puede, que lo diga y a otra cosa mariposa, antes de que el fuego llegue a los aparejos.

Hojas que se lleva el viento

La culpa no la tiene el indio… Si la presunta estrategia clandestina del partido-gobierno en Veracruz contempla incidir en el proceso electoral en marcha con el manido recurso de comprar y someter conciencias, es porque sabe que el método es eficaz puesto que nunca falta un roto para un descosido. Si el voto se compra es porque existe quien lo vende o lo cambia por baratijas. Lo que no se vale, en este o en otros mercados político-electorales, es traficar con la miseria extrema, desviando recursos públicos destinados al abatimiento de pobreza y hambre para inclinar la balanza a favor del partido-gobierno. Como dicen coloquialmente en mi pueblo, eso no tiene madre.

Lo más grave es que a los mediáticamente señalados como “ladrones de elecciones”, de facto enjuiciados y condenados por un indignado imaginario popular, oficialmente impunes se saldrán con la suya. Ya el presidente. Peña hizo un enérgico llamado a resistir la andanada crítica de los detractores del régimen. Tal para cual diría el peje.- Villahermosa, Tab., a 21 de abril de 2012.

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J. Enrique Olivera Arce

En toda reunión familiar o entre amigos, nunca se deja de tocar el tema de la corrupción y su inseparable compañera, una evidente impunidad. Lo mismo se hace referencia al gobierno en general, a un partido político o bien, a un servidor público en lo específico. Todo mundo opina, ilustra la platica con ejemplos, la mayoría por todos conocidos y, a continuación viene todo un rosario de lamentaciones, concluyéndose que no se puede hacer nada para frenar tal fenómeno antisocial, “la corrupción somos todos” y, con ello se da por concluido el tema para pasar a hablar de futbol o de la estrellita de moda de la tele su vida privada y sus escándalos públicos.  

Nada que indique una acción propositiva que mueva y conmueva, todo queda en el terreno de la crítica estéril. Nada que abone a tomar conciencia de la necesidad de participar responsablemente, coadyuvando en el combate a la corrupción y su negativa secuela de enriquecimiento más que explicable e ilícito de tal o cual servidor público o particular involucrado. Las cosas son como son y es la condición humana la culpable. Hasta ahí llega el deshoje de la margarita. 

El proceso electoral en marcha, da para eso y más entre la gran familia veracruzana. Trátese de aspirantes a diputados o alcaldes, o de quien o quienes desde la cúpula del poder, mueven la cuna para que los momios cuadren y se de sin sobresaltos el relevo en la Legislatura local o en las autoridades edilicias. 

Nadi habla de virtudes, capacidades y buenos propósitos. La cola es demasiado larga como para que cualquier candidato corra el riesgo de que se la pisen. Nadie se salva del escarnio público y los medios informativos poniendo más leña al fuego, se encargan de darle sabor al caldo con estudiadas denuncias que no conducen a nada, salvo para restarle presión a la inconformidad y el hartazgo social.  

Ah, pero eso, sí, a toro pasado todo mundo se encarga de justificar la caída en desgracia de tal o cual fulano o fulana, atribuyéndole causas y razones que a lo largo de su desempeño público nadie tocó, salvo en los terrenos del rumor y la especulación. Muerto el rey viva el rey… el que sale se constituye en enemigo público en tanto no vuelva a ser premiado y,  el que entra, si sabe aceitar bien la maquinaria, “corregirá entuertos y limpiará la casa”.  “Si da, es amigo”, o todo lo contrario. 

Nadie objeta, todo se acepta sin chistar para, a soto voce, escudriñar vida y milagros del favorecido, desatando nueva andanada de rumores y maledicencias. Y así es y será todos los días en la tertulia jarocha. 

Los recientes cambios en el gabinete duartista se inscriben en este nefasto escenario, mientras la simulación, la corrupción y su correlativa dosis de impunidad permanecen intocados. “La culpa es de todos por no exigir”, se concluye en la tertulia y vuelta a lo mismo, cerrándose el círculo.  

Igual fenómeno se da en torno a la alcaldesa de la capital veracruzana. Teniéndose los pelos en la mano se le señala corrupción e ineficiencia y todo queda en simple rumor. Nadie se atreve a intentar siquiera el recurrir a la vía legal para ponerle en su lugar. Mucho menos la prensa, que para silenciar la crítica ciudadana recibe parte de los más de cuarenta millones que Elizabeth Morales destina anualmente para proyectar su imagen y pretendidos logros que a nadie satisfacen. 

Ciudadanía veracruzana sin ciudadanos. En este escenario, de manera acrítica e irresponsable se premia o se castiga en las urnas a los candidatos impuestos desde la cúpula del poder. 

El proceso electoral en curso no escapa a esta situación. El escrutinio público a que se somete a los aspirantes a un cargo de elección popular, se reduce a una simple especulación en torno a si es bien o mal visto por el gobernador, atendiendo a si supo o no brillar entre el montón a ojos e intereses del gobernante. La ciudadanía no participa en la selección de candidatos, nos los imponen, luego el desquite por su condición de mirón de palo en una democracia simulada, transita por el torcido camino del rumor y la maledicencia. Nadie exige sus derechos, nadie está dispuesto a cumplir con su deber cívico.  

Es más cómodo pontificar a salvo en la tertulia,  especulando en torno a si los candidatos han sido palomeados por el gobernante en turno o por su antecesor, de quien se dice que ya armó todo el tinglado colocando a sus alfiles en lugares clave para asegurar  la sucesión al Dr. Javier Duarte, una que responda a los intereses de la púrpura «fidelidad». 

«El gobernador ya abdicó en beneficio de Fidel», se dice, corriendo de boca en boca el rumor.

El Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz, se ufana de que la entidad se cuenta con   “una sociedad con una gran estatura cívica, con una cultura democrática de primer nivel”. Desconozco cuales sean los parámetros de medición para arribar a tal conclusión pero, la verdad a mi juicio es que el señor está muy lejos de percibir nuestra realidad o bien, adula al pueblo con no muy claros propósitos. La muy baja estatura moral de la clase política veracruzana se hace acompañar de ciudadanos siempre dispuestos a dejar hacer dejar pasar, enanos que, en el estira y afloja de la vida cotidiana, se abstienen de crecer participando en su propia formación ciudadana. Quizá esto explique el por qué la clase política vea en el pueblo a una muchedumbre de menores de edad a los que hay que hablarles y tratarles como tales. 

No es que así sea nuestra condición de seres humanos. Nada nos impide crecer, salvo la carencia de una mejor y más amplia educación que lleve implícito el alimento vital de la cultura. Lo que no nos proporcionará ninguna reforma oficial por más que se le llame “estructural”. La educación se mama, decía mi abuela. Empieza en casa y se fortalece en la escuela, en el trabajo y con la participación consecuente en la comunidad. Así pensaban nuestros ancestros, hoy eso se ha olvidado.  

Cada quien para su santo, rascándose con sus propias uñas, dando la espalda a la sociedad que le cobija. No basta la suma aritmética de individualidades, la calidad de ciudadano se adquiere y se construye participando colectivamente en la también construcción del bien común. 

¿Cómo y cuando crecer para alcanzar tal calidad de ciudadanos? No hay recetas, depende de cada uno de nosotros. Pero de lo que si estoy seguro es que en el camino de la participación conciente y consecuente, con aciertos y errores, en un proceso colectivo permanente de aproximaciones sucesivas en la búsqueda de una auténtica democracia, encontraremos la mejor escuela para lograrlo. Respetuosamente propongo dejemos de ser los enanos de siempre y atrevámonos a ser ciudadanos.   

Hojas que se lleva el viento

Por razones ajenas a nuestra la voluntad, el semanario en línea  “Pulso crítico” nuevamente aparece en la Internet como “sitio suspendido”. Desde estas líneas pedimos disculpas a nuestra estimable audiencia. Xalapa, Ver., a 13 de marzo de 2013.

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