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Candidato del PRI a la gubernatura de Edomex

Eruviel Avila, PRI Edomex

El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) multó solamente con 475 días de salarios mínimos, equivalente a 26 mil 900 pesos, al candidato del PRI a la gubernatura, Eruviel Ávila Villegas, por violar la Ley Electoral, al realizar actos anticipados de campaña. En cumplimiento al resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y por unanimidad, el Consejo General del IEEM aprobó la sanción planteada a su vez por la Secretaría Ejecutiva que consideró que se trató de una “falta menor”. El representante de la coalición que conforman los partidos quejosos, “Unidos Podemos Más”, y exalcalde de Texcoco, Horacio Duarte, consideró “muy menor” la multa económica y advirtió que esta resolución “alienta la impunidad”. Periódico Digital

La licenciada  María del Carmen Alanís,  Magistrada Presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, dio a conocer el fallo que se emitió y que le fue favorable a Jorge Herrera Caldera. La funcionaria, arriba citada, declaró que los partidos perdedores cuyo candidato fue José Rosas Aispuru,  no lograron acreditar las nueve impugnaciones que según ellos se llevaron a cabo en la elección de gobernador en esa entidad federativa, razón por la cual, por unanimidad, todos los magistrados integrantes de este tribunal, validaron la victoria de Herrera Caldera. Con dicho fallo, el próximo gobernador, tomará posesión de su cargo en el estado de Durango en el mes de octubre de este año, y culminará su período hasta el 2016

El la viola, el cardenal la viola, yo la violo, tu la violas, ellos la violan, todos la violamos, ¿para que sirve entonces la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos?

Con el aval de los siete magistrados integrantes de la Sala Superior, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió que el Presidente Felipe Calderón violó la Constitución al emitir ‘propaganda gubernamental’ en el marco de los recientes comicios locales. Durante dos horas, los magistrados expresaron su respaldo a la propuesta de la presidenta del TEPJF, María del Carmen Alanis, al considerar que todo funcionario público, sin excepción, está obligado a observar y proteger la Constitución. Sin embargo, los magistrados reconocieron que hasta el momento no hay en la ley medio alguno para sancionar al Ejecutivo federal, pero  consideraron que el hecho de que un tribunal constitucional reconozca que el Presidente violó la Constitución «es suficiente sanción». El Informador

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Dios los hace y ellos se juntan. Como si no fuera suficiente el que los sufridos habitantes de la capital veracruzana tengamos que soportar el desfile de cuerpos y almas desnudas de un conglomerado de desclasados sin dignidad ni vergüenza, otro individuo no menos nefasto, Reynaldo Escobar Pérez, secretario de Gobierno, nos receta, sin más trámite, que la administración pública veracruzana, atenta a los reclamos de los “cuatrocientos pueblos” que administra otro sujeto, vividor de igual o peor condición, promoverá la integración  de una “comisión de la verdad” que investigue presuntas violaciones a derechos humanos por parte del  ex gobernador Patricio Chirinos y de su ex secretario de gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares.

Es común que el gobierno estatal desprecie e insulte la inteligencia de la ciudadanía, no debería asombrarnos que lo haga una vez más, pero el contubernio con fines estrictamente electorales entre el secretario de gobierno y los encuerados de Cesar del Angel, de plano no tiene nombre.

Si tanto es el interés por hurgar entre la basura de la historia, el buen juez por su casa empieza. Si ha de investigarse la violación de derechos humanos, represión de campesinos, corrupción y enriquecimiento inexplicable, tendría que empezarse por poner a Cesar del Angel y a Reynaldo Escobar Pérez bajo la mira de las autoridades. En el entendido de que la sociedad veracruzana ya prejuzgó desde tiempo atrás al par de vivales y al ejército de desnudistas y, basada en su percepción de hechos objetivos, los declara culpables de corrupción, indignidad y desvergüenza.

En igual forma, ante el burdo cochupo, la sociedad veracruzana no requiere de más elementos para juzgar a la tal “comisión de la verdad”, como un acto desesperado de la administración pública veracruzana por desbancar a Miguel Ángel Yunes Linares de la candidatura panista al gobierno de la entidad. Una escalada más en la profundización de la guerra sucia instrumentada en contra de quienes no comulgando con el régimen de la fidelidad, obstaculizan la pretensión de Javier Duarte de Ochoa de gobernar a Veracruz.

Si de impedir en buena ley el que Miguel Ángel Yunes Linares, o cualquier otro aspirante que se le oponga al “delfín”, llegue a ocupar la titularidad del poder ejecutivo estatal se trata, corresponde a las autoridades electorales negar el registro de su candidatura si no cumple con los requisitos legales o, en su caso,  a la ciudadanía en las urnas el impedir concrete sus aspiraciones, pero de ninguna manera es aceptable y justificable en la vida en democracia que el poder formal estatal, auspicie el que el secretario de gobierno, o quien “mece la cuna”, desde las cloacas sepulte en el lodo a  una aspiración legítima de un ciudadano con sus derechos a salvo.

Como tampoco es aceptable y justificable el que la sociedad xalapeña sea víctima de los enjuagues del poder, soportando manifestaciones simuladas de protesta civil en sus espacios públicos, que a más de poner  en evidencia el bajísimo nivel alcanzado en el ejercicio de la política veracruzana, ensucien, ofendan e insulten a nuestra ciudad capital.

Aclaro que no comulgo con el panismo de hoy y de siempre; estoy en contra de las políticas públicas implementadas por esta expresión de la ultraderecha en el gobierno espurio de Calderón Hinojosa y, de ninguna manera considero que Miguel Ángel Yunes Linares sea la persona indicada para gobernarnos. Pero de eso a aceptar sin más la guerra sucia electoral instrumentada en contra del virtual candidato panista a costillas de los habitantes de nuestra ciudad capital, hay mucho trecho. Alguien debe mandar a parar la guerra de lodo e insisto, no puede ser otro que el responsable de la conducción de la vida política y social de Veracruz.

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En Perspectiva

J. Enrique Olivera Arce

En el marco de la etapa crítica por la que atraviesa el Partido Revolucionario Institucional, caracterizada por el abandono de la ideología nacionalista surgida de la Revolución Mexicana y substituida abruptamente por  el canto de las sirenas de un neoliberalismo, que muchos califican como la fase “salvaje” del capitalismo, que le llevara a diluir las diferencias sustantivas con la derecha representada por el PAN, el instituto político se prepara a tambor batiente para retornar a Los Pinos en el 2012 sin haber desahogado, tanto en lo interno como en su quehacer cotidiano en lo externo, dos asignaturas pendientes: la democratización y la orientación socialdemócrata tanto ideológica como programática que se propusiera como vía para su renovación.

Asignaturas pendientes que han quedado en el tintero.

Lejos de tomar el camino de la socialdemocracia, el PRI se ha volcado a la derecha, aproximándose más a la democracia cristiana que a los postulados aún vigentes de la Revolución Mexicana entrañablemente vinculados a la justicia social y al combate frontal a la desigualdad y la pobreza. Tanto que para la mayoría de la población en los hechos no existe diferencia ideológica y programática que distinga al PRI del PAN. Por cuanto a la democratización, tampoco existe cambio alguno a la vista que indique el inicio de tal proceso al interior del partido ni en lo externo, en las entidades federativas en las que ejerce el poder, se vislumbra en forma y contenido algo que no sea autoritarismo y exclusión de la participación ciudadana en el diseño y toma de aquellas decisiones que le competen y le afectan.

Beatriz Paredes, Presidente nacional del CEN del PRI, ya registró sin inmutarse el señalamiento internacional. Su partido no tiene cabida en la Social Democracia en tanto prevalezca el pensamiento reaccionario que ha asumido en los últimos tiempos.

En nuestro entorno más cercano, la aldea idealizada que por nombre lleva Veracruz, lo anterior salta a la vista. Autoritarismo exacerbado, alimentado por un absurdo culto a la personalidad de quien gobierna, son denominador común a lo largo y ancho de la vida social, económica y política de la entidad, desatendiéndose necesidades reales y sentidas de participación democrática de la población. El que manda, manda  y si se equivoca vuelve a mandar, así sea en sentido contrario a lo que el sentido común obliga y la decencia en el ejercicio del poder demanda. Reflejándose el talante antidemocrático prevaleciente en la vida interna del PRI, hoy por hoy dominado por la corriente de la “Fidelidad por Veracruz”.

El partido responde al gobernador y no a su militancia, a la vez que el titular del ejecutivo estatal responde a los poderes fácticos y a los intereses personales y de grupo enquistados en la administración pública estatal, a espaldas de una  población privada de su carácter constitucional de mandante y de su derecho a exigir transparencia y rendición de cuentas en las acciones del mandatario.  Consecuencia de ello es el jaloneo en la cúpula partidista entre la decisión de Fidel Herrera de impulsar la imposición  de facto de su sucesor y las corrientes diversas que reclaman participación democrática y el derecho de las bases a elegir con el mismo sentido a quien ha de abanderar al tricolor en las contiendas electorales por la gubernatura, diputaciones locales y alcaldías.

Hasta donde es posible ver, el autoritarismo se impone por sobre la democratización ofertada como vía para la renovación del partido, aún a riesgo de una ruptura que le ponga en desventaja frente a sus adversarios políticos o, caso contrario, para desgracia de la ciudadanía, la continuidad en el poder político de un dinosaurio que renueva día a día los mismos parches; que carece de sensibilidad para escuchar al pueblo y de apego a la normatividad democrática que propala en el discurso. Con tal déficit a cuestas, el PRI podrá ganar legalmente la elección pero no legitimar su derecho a gobernar a los veracruzanos, con las consecuencias que ello trae consigo, como se observa nítidamente en el ejercicio del poder de Calderón Hinojosa en el ámbito nacional;  tres años perdidos y un país desgarrado en lo económico, socialmente polarizado y,  políticamente, sin rumbo cierto, que a pasos agigantados se desliza hacia el desbarrancadero.

Estamos prácticamente ya en el 2010 y sin tiempo ni voluntad para enmendar el camino y atender las asignaturas pendientes. Con ese déficit democrático, pobre será el capital electoral que el priísmo estatal pueda aportar  para el 2012. Pues si bien se habla de que la entidad ocupa el tercer lugar como reservorio de votos, en los hechos y al no haber atendido a tiempo en la entidad su propósito de renovación, el PRI cargará con pérdidas netas, cuya mayor significación se dará al interior de sus propias filas y, en lo externo, en una población cansada ya de más de lo mismo.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Terca realidad que siempre termina por imponerse por sobre la ligereza del discurso. No pasó mucho tiempo para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación diera fin al bizantino debate sobre bursatilización y deuda pública en Veracruz. De acuerdo a la declaración de inconstitucionalidad emitida en el caso de Sonora, bursatilizar recursos que el gobierno local reciba de los impuestos y de las participaciones federales, es simple y llanamente deuda pública sujeta a  transparentarse y fiscalizarse.

Dictada la última palabra por los ministros de la Corte, cae por su propio peso todo el esfuerzo aplicado en la entidad a tratar de convencer a la ciudadanía de que por ningún concepto con la bursatilización del impuesto a la tenencia de automotores y participaciones federales,  se incrementaba la deuda de la administración a cargo de Maestro Fidel Herrera Beltrán.

En muchos casos se podría considerar que el afirmar que bursatilización no es deuda, fue simple seguidísmo con un mucho de oportunismo de quienes por ignorancia así lo manifestaran. No así en el caso del ex titular de la SEFIPLAN que, como bien señalan sus apologistas, es todo un experto en administración y finanzas públicas; obligado entonces por su formación académica y cargo que desempeñara, a expresarse con verdad, antes al contrario, correspondió al ahora diputado federal Javier Duarte de Ochoa ser el más entusiasta defensor de que la bursatilización por donde se le viera no constituía técnicamente de manera alguna deuda pública y así, sin duda, se lo hizo saber al gobernador. Hoy, gracias a lo dispuesto por la Suprema Corte de Justicia, no sólo se tragará su insistente dicho sino que sienta un precedente de mentiroso, lo que pesará sin duda en su aspiración a gobernar a los veracruzanos.

Precedente negativo que habrán de compartir los diputados locales que con tanto entusiasmo votaran a favor de la aprobación de la iniciativa que diera lugar a las bursatilizaciones, con excepción de Héctor Yunes Landa quien oportunamente pidiera se pospusiera la discusión y aprobación en su caso, en tanto no se conociera el dictamen de la Corte por el caso Sonora. Y más todavía, los diputados de la oposición que se negaran a firmar la demanda de inconstitucionalidad de lo aprobado por el pleno de la Legislatura local tras haber votado en contra.

Lo que ahora estaría en la mesa de debate, es si de acuerdo con el dictamen de la Corte, el gobierno de Veracruz está dispuesto tanto a  aceptar que efectivamente se incrementó la deuda pública con las bursatilizaciones y en que monto, así como a reconocer la obligación de transparentar y dar cuenta al Congreso local y a la ciudadanía sobre el destino y resultados de los recursos bursatilizados, o se hará de la vista gorda. Sobre todo cuando está siendo cuestionado su manejo por parte de algunos ediles que, presuntamente, les han dado un destino poco claro y distinto a lo autorizado por la Legislatura.

Debate que por principio ya está contaminado e inscrito en el proceso electoral en marcha. Duarte de Ochoa se ha manifestado pública e insistentemente en contra de un mayor endeudamiento de la administración pública y, bajo ese argumento, justificó el que la diputación federal priísta hubiere votado a favor del incremento del ISR y el IVA contemplado en la Ley de Ingresos de la Federación y la Miscelánea Fiscal para el 2010, en tanto que el  director del ISSSTE y aspirante a la gubernatura de Veracruz por el PAN, haya insistido en que con la bursatilización se disparaba la deuda pública del gobierno estatal a niveles nunca vistos.

En uno y otro caso, el Maestro Fidel Herrera Beltrán queda en medio y obligado a manifestarse públicamente al respecto. Si lo dispuesto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación para con el gobierno de Sonora,  tiene aplicación o no en Veracruz es un tema relevante que debe quedar claro para la ciudadanía.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Conforme y en apariencia se van asentando las aguas tras el golpe dado a la economía popular con la aprobación de la Ley de Ingresos y la Miscelánea Fiscal para el 2010, para la clase política la atención sustantiva sigue puesta en la sucesión presidencial y no en la crisis que sigue profundizándose.

Para el PRI y el PAN la prioridad es recuperar su mermado capital político, y para la oposición de la autonombrada izquierda electoral, el como aprovechar la oportunidad en la coyuntura y llegar al 2012 con un candidato de unidad, como afirmara  ayer jueves Marcelo Ebrard.

En Veracruz aunque se coincide en dejar de lado la atención a la crisis concurrente, la clase política gira en torno a la “guerra de bacinicas” entre los dos partidos mayoritarios,  con vías a la sucesión del Maestro Fidel Herrera Beltrán. La tesitura de la contienda cobró su nivel más álgido con los pedestres y ridículos dimes y diretes entre las bancadas veracruzanas del PRI y el PAN en la Cámara de Diputados, exhibiendo los trapos sucios que deberían orearse en casa.

Del PRD, poco se puede decir al respecto. Ni la crisis ni la contienda por la gubernatura y mucho menos por la búsqueda de la presidencia de la República, está en el ánimo e intencionalidad del rupestre conglomerado de clanes menores presuntamente vinculadas a las tribus nacionales cuya mayor expresión se hace sentir en la Ciudad de México. Hasta donde es dable observar entre el polvo del reborunbio que levantan quienes aspiran a presidir al partido del sol azteca en Veracruz, la prioridad es pragmática, inmediatista, y gira en torno al manejo de las prerrogativas, acceso al maiceo y manipulación de aquella militancia de una casi absoluta carencia de conciencia social.

Mañana sábado, entre mutuas acusaciones de corrupción,  tendrá lugar un nuevo intento por oxigenar al cadáver con una elección más, de claro corte fallido ¿Qué tanto podrá volver a ser el clásico cochinero?, está por verse. Lo cierto es que para la ciudadanía da igual si se elije una nueva directiva estatal, repiten quienes detentan los cargos por interinato o se opta por cancelar la elección y que sea un enviado del Comité Ejecutivo Nacional quien se haga cargo del tiradero. En el imaginario popular el PRD en Veracruz dejó de existir como opción electoral, permaneciendo latente la nada lejana posibilidad de que las bases reconozcan que su partido está muerto y enterrado y busquen nuevas opciones de participación política.

Mal o bien el perredismo veracruzano cumplió su ciclo histórico y a otra cosa mariposa.

Lo destacable es que así como el PRD devora sus propios restos, el PRI y el PAN se revuelven en su propio cochinero perdiendo ambos compostura, credibilidad y visión de futuro. Inmersos como están en su mutua y absurda guerra de descalificaciones,  lanzándose todo tipo de detritus de espaldas a los acuerdos alcanzados a nivel central bajo las banderas del PRIAN, así  como en la intestina que tiene lugar en el jaloneo por la candidatura a la contienda por la sucesión en el 2010, se manifiestan ajenos al clamor popular tanto por la aprobación de incrementos en los impuestos como por el deterioro creciente del sustento económico de la mayoría de las familias veracruzanas como consecuencia de la profundización de una crisis que, cuando menos en nuestro país, a juicio del gobernador del Banco de México no tiene para cuando amainar.

Lo que a su vez coincide con el también creciente deterioro del régimen fidelista; pese a la audacia, esfuerzos y palos de ciego del gobernador por generar confianza y mantener en alto las expectativas de una sucesión aterciopelada,  sustentada en finanzas  públicas sanas y un aparente crecimiento económico que salpica positivamente en lo social a los sectores más desprotegidos de la población, el deterioro es evidente. El control absoluto conforme pasan las semanas, es cada vez más relativo; el poder unipersonal del gobernador con mayor frecuencia es puesto a prueba y quien está llamado a pagar los platos rotos es Javier Duarte de Ochoa, novel diputado federal ubicado como el llamado a ser impuesto como candidato del PRI a la gubernatura, quien no logra atemperar con derroche de recursos y bombardeo mediático, el natural rechazo que sus aspiraciones  despiertan en amplios círculos de la clase política veracruzana.

Para la mayoría de los que dicen saber como es el juego, el deterioro del régimen fidelista y la pérdida creciente de autoridad e imagen del gobernador no es de extrañarse; históricamente es repetitivo tal fenómeno, bajo la premisa de que “muerto el rey, viva el rey”, enfocándose los reflectores en el último año del sexenio en curso  hacia quien habrá  de ser el elegido para gobernar a Veracruz, con la salvedad de que, en esta ocasión y como una última concesión, sea el gobernador saliente quien imponga a su sucesor.

Sólo que la historia es dinámica, nadie se baña dos veces en el mismo río. Hoy vivimos circunstancias diferentes y específicamente inéditas frente a una crisis que no tiene ni pies ni cabeza; la vida política no es ajena a ésta y el comportamiento de los partidos políticos en los últimos tiempos da cuenta de que el descalabro sistémico les tomó con los dedos tras la puerta. Todo puede pasar y no precisamente lo que así se observa en esotérica bola de cristal. Veracruz no es la excepción como se afirma.

El haber optado por la propuesta menos peor y menos costosa en términos de capital político, aprobando el bodrio tributario, es muestra fehaciente de que tan tiene perdido el rumbo nuestro sistema nacional de partidos políticos que Calderón Hinojosa y los poderes fácticos se levantan  como los ganadores, sin que se escuche otra cosa lloriqueo y  arrepentimiento tras la mascara de un falso triunfalismo. Veracruz no está al margen de la ausencia de rumbo cierto y de respuestas certeras frente a una crisis  que transversalmente trastoca toda la vida nacional, su aldeana clase política así lo manifiesta dándole la espalda también a una terca realidad que como bien lo expresara Narro Robles, Rector de la UNAM, en todo el país exige con carácter de urgente el refundar la República.

Demasiado futurismo electoral y muy poca inteligencia de la clase política son la constante. Es de desearse que los festejos del Bicentenario de los prolegómenos de la Guerra de Independencia y el centenario del inicio de la Revolución Mexicana, frente a tal pequeñez de miras no resulten infausto anuncio de un desborde de violencia popular.

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JavierDuarteOAl filo de la media noche de ayer martes, el portal Crónica del Poder, difundió lo siguiente: Veracruz, Ver.- El diputado federal del PRI por Córdoba y nombrado moral por Coatzacoalcos y los Tuxtlas, Javier Duarte de Ochoa, descartó que aspire a suceder al gobernador Fidel Herrera Beltrán en la gubernatura del estado, ya que se encuentra enfocado a sus actividades legislativas.

En entrevista celebrada en el aeropuerto “Heriberto Jara Corona”, el legislador priista agradeció a sus compañeros que lo vislumbren como posible candidato gobernador rumbo a las elecciones del 2010, sin embargo, aseguró que cuenta con otros proyectos que requieren su atención.

Javier Duarte de Ochoa, aclaró que no es quien para juzgar o evaluar si los datos de la encuesta Consulta Mitofsky son reales como fueron cuestionados por el diputado local, Héctor Yunes Landa. “A mí no me corresponde hablar de esos resultados”. Dijo que su prioridad está en trabajar bien como diputado federal, “esa es mi tarea y responsabilidad. Mi trabajo en estos momentos está enfocado como legislador federal, para eso fui electo” reiteró.

Sobre la posición del diputado local, Héctor Yunes, “es una aspiración legítima, él tiene sus objetivos, como compañero lo respeto, tiene su capital político. La verdad, agradezco a mi partido que me considere parte del grupo de posibles para ser candidato al gobierno del estado, pero mi trabajo está enfocado como legislador federal, para eso fui electo” expresó.

¿Será una finta más, o se desinfló Javier Duarte, hasta ahora  delfín  de Herrera Beltrán para sucederle en la gubernatura de Veracruz? Esa va a ser la interrogante motivo de discusión entre la clase política veracruzana.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

  • En nuestros países la resistencia vendrá del pueblo oprimido y sometido en torno a la convicción de que hay nuevas y distintas maneras de escribir la historia.
  • J. E. Olivera Arce  2001 (elatico.com)

Parando en seco la especulación sobre una posible alianza de Convergencia con el PRI en el camino al proceso electoral del 2010, Armando Méndez de la Luz fue enfático al pronunciarse públicamente, señalando, al margen de la amistad de muchos años con Fidel Herrera Beltrán,  la inviabilidad del tal posibilidad difundida por los rumorólogos.

En política todo puede suceder, hasta las alianzas del PRI con quienes están a favor de la pena de muerte y la educación patito, o las observadas de Convergencia con el PAN. Sin embargo, también es cierto que las circunstancias que se viven en el país y en nuestra entidad, no pueden sostener lecturas lineales de un pasado ya superado. La realidad que vivimos es otra, la imagen de la profunda crisis de representatividad y credibilidad  por la que atraviesan los partidos políticos, esta viva y actuante en el imaginario popular. Para el 2010 la ciudadanía no elegirá al futuro gobernador votando por un partido político en específico ni cifrará sus esperanzas en quien mayor número de despensas o pisos fieles otorguen; cada ves es mayor la convicción de los votantes potenciales en que habrán de sufragar por el candidato que mayor confianza ofrezca con respuestas claras, concretas y viables al deterioro social y económico que empobrece a las mayorías.

En las declaraciones de Méndez de la Luz, este expresa que Dante Delgado Rannauro es el candidato natural con mayores posibilidades de éxito en el 2010. Lo afirma en su calidad de dirigente estatal de Convergencia y uno de los más cercanos colaboradores de Dante. Sin embargo, más allá de sus preferencias personales y de lo que está obligado como dirigente partidista, a mi juicio lo verdaderamente relevante de sus públicas declaraciones, es que ésta poniendo el dedo en la llaga en un tema por demás urgente y prioritario. La inviabilidad de toda posibilidad de alianza con el PRI, radica en lo que hoy es sustantivo para México y para Veracruz: la diferencia conceptual entre la continuidad del neoliberalismo depredador y la convicción de la izquierda bien intencionada que pugna por un nuevo modelo de país.

El mensaje rebasa los límites estrechos de un  partidismo político formal. No va dirigido a la militancia de Convergencia, PT o PRD. Más allá del interés coyuntural de típico corte electoral, Armando Méndez de la Luz se dirige a la sociedad en su conjunto, en el que se incluye a la militancia del PRI. La hora de definirse en torno al destino de este país ha llegado. Se está o no se está por el cambio de rumbo. Se está o no se está por un nuevo modelo de país. En la circunstancia política del 2010, esta definición habrá de reflejarse en las urnas.

Para la izquierda electoral en constante confrontación,  el mensaje también es claro. Se está a favor o en contra de Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de un nuevo modelo de país. Se está a favor de la unidad con un programa único, consensuado a partir de las bases militantes, o se está en contra dándole continuidad a la irracional postura del canibalismo político. Se está a favor o en contra de un candidato único a la gubernatura, que aglutine a la izquierda electoral y social.

En la democracia representativa, entendida esta a la mexicana, todo triunfo electoral se sustenta en el dictado del sufragio. Se gana o se pierde, así sea por un voto. Imponiéndose la artificiosa legalidad por sobre la legitimidad, pero así son las reglas del juego y a ellas hay que atenerse. El PRI y sus espurias alianzas, con todo el peso de la administración pública estatal a su servicio, puede ganar, no duda cabe,  así sea postulando una marioneta y agitando su discurso de siempre. Pero sería lastimoso el que la izquierda volviera a ser derrotada por la propia izquierda. De ahí la relevancia del mensaje de Méndez de la Luz; la izquierda electoral y la izquierda social, esta última sin distingo partidista de hombres y mujeres de buena voluntad, aglutinada en torno a un programa mínimo consensuado en la base y a un candidato único que se comprometa con la lucha por el cambio de modelo de país, pueden dar la sorpresa en Veracruz. A ello hay que apostarle.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En tanto que en el Distrito Federal con vías a la elección presidencial del 2012 el perredismo se pierde en una eterna e insoluble confrontación de todos contra todos, la izquierda electoral y social  en Veracruz marcha al garete. Uncida al intercambio de dimes y diretes entre quienes están con “los chuchos” y quienes se dicen seguidores de Andrés Manuel López Obrador, lo que queda del PRD arrastra en su caída lo mismo a Convergencia y el PT que a amplios sectores de la izquierda social que se mantienen al margen de la militancia formal en la izquierda electoral, perdiéndose de vista que previa a la elección del 2012 en la entidad tendrá lugar en el 2010 la elección de gobernador, diputados locales y presidentes municipales.

Privilegiar el presente por sobre lo que en el 2012 dicten las cambiantes circunstancias de la vida política del país, debería ser la preocupación central de la izquierda electoral y social de Veracruz.

Los desastrosos resultados de la reciente elección de diputados federales, tendrían que inscribirse en tal contexto. La izquierda en Veracruz no puede seguir gravitando en torno a la desgastante confrontación cupular de las tribus y camarillas perredistas que se disputan el poder en el Distrito Federal, como tampoco resulta políticamente razonable el reproducir a nivel local el todos contra todos. Para la izquierda veracruzana cabría hacer un alto en el camino, recurrir a la autocrítica y muy pragmáticamente, en la coyuntura, proponerse un pacto de unidad sin sectarismos estériles que en torno a un programa mínimo consensuado, se tome como punto de partida para la construcción de un frente amplio opositor al bipartidismo que objetivamente el PRI y el PAN construyen con vías a la elección del año próximo.

Partiendo de la amarga experiencia del pasado cinco de julio, está visto que la conformación de tal frente no sería viable sin el previo consenso desde abajo de las bases partidistas del PRD, Convergencia y PT, y al margen de las disputas cupulares e intereses creados de las actuales dirigencias.

A mi juicio, la viabilidad de éxito relativo de tal esfuerzo organizativo radicaría en la adopción de la fórmula de candidatura única de aquellos que resultaran los más idóneos y mejor posicionados para contender por la gubernatura, las alcaldías y diputaciones locales en los distritos en los que se cuente con presencia real de la izquierda electoral y social, sin caer en falsos espejismos.

Por lo que toca al candidato único a la gubernatura, en términos prácticos y atendiendo a la realidad que se vive en la izquierda, no hay mucha tela de donde cortar; las dos únicas cartas de que en la coyuntura se podría echar mano serían los senadores Dante Delgado Rannauro de Convergencia,  y Arturo Hérvis Reyes del PRD, con la salvedad de que el segundo  está involucrado en la pugna cupular perredista e identificado como uno de los artífices del derrumbe de su partido en Veracruz. Reduciéndose por tanto, pragmáticamente,  a una única opción viable, Dante Delgado Rannauro; Este sería el llamado a convencer y aglutinar a las diversas corrientes de la izquierda electoral veracruzana, así como sumar al frente único tanto a la izquierda social como a los ciudadanos identificados con un indefinido centro del espectro político que no contemplando como opción al PRI o al PAN se mantienen al margen de la contienda electoral, como se observara el pasado cinco de julio.

A mi modesto entender,  lo anterior sería la salida más idónea  para la hoy dispersa y en permanente conflicto de la izquierda veracruzana. Seguir dependiendo de lo que para 2012 se decida en el Distrito Federal  y gravitando en torno a un inacabable estira y afloja en el que lo único que impide la honrosa sepultura del  PRD,  es ni más ni menos que el aferrarse a las prerrogativas y prebendas de una burocracia partidista que se niega a renunciar a sus cotos de poder. Si en Veracruz no se quiere entender así, la izquierda en la entidad seguirá dando vueltas en la noria, renunciando de hecho tanto a ser opción electoral en el 2010 como a jugar el papel que le corresponde sumándose a la tarea de transformar a México.

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