Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
El tema de la desigualdad, eje central del Foro Económico Mundial de de Davos, fue tocado en México por el senador Manlio Fabio Beltrones en referencia al riesgo de una recesión global, que tendría “un impacto ineludible en México. Así como por el Dr. Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz, quien afirmara que su gobierno trabaja para abatir desigualdad y pobreza.
Llama la atención el hecho de que en tanto que para el cónclave de Davos para lo más representativo del capital internacional y jefes de Estado, se da como un hecho de que los actuales modelos de crecimiento económico y desarrollo social del capitalismo están agotados, el Senado de la República, por voz de Manlio Fabio Beltrones, poniendo el dedo en la llaga proponga al gobierno, partidos políticos y sectores social y privado, un plan de 10 puntos para hacer frente a la crisis sistémica global, sustentado precisamente en el modelo neoliberal vigente.
Aunque cabe señalar que por primera vez desde las altas esferas del poder en México, se ponga énfasis en reconocer que no somos ajenos a los efectos de la crisis, que el riesgo de éstos para el país es inminente, y que no estamos preparados para hacerle frente debiendo, por tanto, tomar las medidas de ajuste pertinentes tanto en lo económico como en lo social para minimizar los daños esperados.
Igualmente, por primera vez, se pone en el tapete de la discusión la necesidad de fortalecer el mercado interno mediante el incremento de la capacidad de compra de la población a través del ingreso per cápita real, o sea a través de incrementos salariales.
Los focos rojos ya están, por tanto, prendidos en México. El diagnóstico elaborado por el Senado da elementos para ello. Lo que faltaría es que efectivamente se actué en consecuencia y, en congruencia con el diagnóstico internacional que motiva a priorizar en Davos la revisión de los modelos vigentes de crecimiento y desarrollo, con énfasis en la desigualdad, se acepte que en México el modelo neoliberal está agotado, para de ahí partir en la búsqueda de un pacto nacional para afrontar la crisis sistémica global.
En este escenario y a la luz de los diagnósticos publicitados en Davos y en México, destaca por su ligereza y reiterado triunfalismo, la postura del gobernador de Veracruz, cuando sin el menor análisis, afirma que con su programa electorero “Adelante”, se trabaja para abatir la desigualdad, focalizando sus acciones en las comunidades con mayores índices de pobreza. Lo cual a mi juicio me parece irresponsable, en tanto se recurre discursivamente a la demagogia, sin tomarse medidas serias que verdaderamente incidan en una disminución gradual de la desigualdad entre los veracruzanos. A más de que no está en manos del gobierno estatal, sin rumbo, sin brújula y sin recursos, el propiciar alteración alguna de las condiciones estructurales que dan lugar a mayor pobreza y desigualdad.
El problema de la desigualdad es sistémico, multidimensional y determinado en la coyuntura por las consecuencias de los modelos neoliberales equívocos, adoptados por el capitalismo en las últimas décadas del siglo XX, para sustentar crecimiento económico y sostenibilidad de la tasa media de ganancia del capital, a costa de pobreza y desigualdad de las poblaciones.
Políticas públicas, programas y acciones gubernamentales domésticas, de maquillaje y con claro tinte electoral, son irrelevantes en el marco de una crisis global que, de acuerdo con el diagnóstico del Senado, nos está tomando por sorpresa y en franca indefensión. El gobernador Veracruzano lo sabe o debería de saberlo de acuerdo a su perfil académico. Su incapacidad manifiesta para ubicarse como gobernante en el escenario nacional e internacional, lo obliga a su empecinamiento declarativo en ver lo que no es de la realidad que vive el mundo de hoy. Y peor aún, en no ver objetivamente la realidad de sus gobernados para actuar en consecuencia.
Sin empleos remunerativos y fortalecimiento de la capacidad de compra vía incrementos salariales, no hay crecimiento económico y mucho menos posibilidad de abatir desigualdad. De ahí la necesidad de revisar y modificar los modelos del capitalismo para el Siglo XXI. No lo digo yo, lo afirman los gurús que al más alto nivel del sistema dan la alerta en el Foro Económico Mundial de Davos.
Hojas que se lleva el viento
Clamor ciudadano ante el casi un hecho de que la Legislatura local apruebe la cuenta pública del 2010, exonerando de toda responsabilidad al ex gobernador Herrera Beltrán. “La lavadora”, así califican al Congreso local y seguramente tengan razón, sin embargo cabe preguntarse: ¿Se esperaba otra cosa? ¿Algún ingenuo llegó a pensar que el gobernador Duarte de Ochoa dejara de cubrirle las espaldas a su mentor y padrino político? Una cosa es que desde el poder se nos juzgue como menores de edad y otra, muy distinta, el que nos autocalifiquemos como retrasados mentales. Fidel es Fidel y ya sin ningún impedimento legal, blanqueado su oscuro plumaje, será postulado por su partido como candidato a una senaduría o diputación plurinominal, salvo que sea vetado por el CEN del PRI. La pregunta que queda en el aire: ¿Los veracruzanos conoceremos algún día en que se invirtieron los miles de millones de pesos que dieran lugar a la deuda pública que heredara Fidel a Javier Duarte?
O la Sra. Leticia Perlasca no tiene bien informado al gobernador Duarte de Ochoa o hay un “complo” en contra de la inteligencia de los veracruzanos. No puede ser que un día se afirme que el Ayuntamiento de Boca del Río prohibirá que turistas pernocten en las playas y días después el mandatario declare que en los dos próximos meses Veracruz recibirá con los brazos abiertos a dos millones de visitantes. Sería bueno que también informaran cual es la capacidad de alojamiento con que se cuenta y de que calidad, tanto en la zona conurbada Veracruz-Boca el Río, como en Tlacotalpan y el Totonacapan, para tener una idea de cuantos turistas entran por habitación. De lo contrario tendría que pensarse que el alcalde de Boca del Río se extralimita al prohibir que en las playas, zona federal por cierto, duerman la siesta y hagan pipi quienes nos visitan.