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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Pese al aumento del número de programas sociales, que en 2011 llegó a más de 2,500 tanto federales como estatales, éstos no contribuyeron a la reducción de la pobreza en el país:” Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo de la CONEVAL.

Concluidos por procesos electorales que tuvieran lugar en 14 entidades federativas, el presidente Peña hace un llamado a dejar atrás la pugna electoral y retomar la cruzada contra el hambre con la que está empeñado su gobierno.

Independientemente de lo absurdo de hacer depender los programas sociales de combate a la pobreza de los vaivenes político electorales, confirmando la tendencia inercial no superada de hacer de estos instrumentos de control y manipulación clientelar botín político,  el Sr. Peña insiste en llevar adelante una estrategia asistencialista que se aparta de la ortodoxia económica, sin atender las causas estructurales que dan origen a la desigualdad y  pobreza.

Ya en su oportunidad la CONEVAL advirtió que los programas sociales son un complemento en el combate de la pobreza, pero los motores más importantes para su reducción son el crecimiento económico, creación de empleos, e incremento de los salarios reales fortaleciendo el mercado interno y atemperando la desigualdad del ingreso con políticas públicas redistributivas.

Lo que no se da en la coyuntura ni se avanza en un acceso efectivo de las mayorías a los derechos sociales, antes al contrario, se restringen cada vez en mayor medida.

El derecho a la alimentación, salud y educación, plasmado en la Carta Magna, queda en el papel frente a una realidad que lo niega. Ni se sale del bache en que se encuentra la economía ni por lo consiguiente, crece el empleo e inclusión en los sectores más desprotegidos y vulnerables de la población, lo mismo en los centros urbanos que en el medio rural con énfasis en las comunidades indígenas.

Paradójicamente, con el asistencialismo marginal para marginados como eje de la cruzada contra el hambre, en la mayoría de las entidades federativas se pretende dar respuesta con indicadores a los indicadores de pobreza del CONEVAL; atendiendo más al abatimiento estadístico de éstos, que a un combate real y frontal contra los escollos estructurales que históricamente nos ubican en los terrenos del subdesarrollo.

Cotos de poder político y caciquil persisten, oponiéndose intereses creados tanto al crecimiento económico nacional y regional como a la generación de empleos remunerativos y, por ende, a una inclusión real del  mayor número de mexicanos a una vida digna con futuro.

Sin crecimiento económico no hay empleo, sin empleo no hay demanda efectiva de bienes y servicios y, por lo consiguiente, no se fortalece mercado interno y fábrica nacional, cerrándose un círculo vicioso que el asistencialismo no logra revertir.

 De acuerdo con los últimos anuncios del gobierno federal, se pretende contrarrestar estancamiento y desaceleración de la economía con cuantiosas inversiones en infraestructura, impulsando efectos multiplicadores y empleo, sin embargo estas fructificarían en el mediano y largo plazo, mientras en la coyuntura la lumbre amenaza con llegar a los aparejos.

País de pobres

El Banco de México confirma la desaceleración de la actividad económica; crecen la economía informal, la evasión fiscal y la fuga de capitales; disminuye la recepción de remesas provenientes de mexicanos en el extranjero, a la par que las instituciones de seguridad social acusan déficits alarmantes por disminución de aportaciones. En tanto que las entidades federativas incrementan deuda pública, sin avances significativos en obras y servicios relevantes, ampliación de la base gravable y control de la evasión fiscal, constituyéndose en carga onerosa para el gobierno federal que ya contempla su rescate.

No mejoran las condiciones de vida de más de 50 millones de mexicanos y sí, la pobreza y desigualdad manifiestan un crecimiento galopante. En la microeconomía, la que se refleja en el bolsillo de los mexicanos, los precios suben y salario y pensiones se encogen.

Este problemático escenario no se subsana con las reformas estructurales del peñismo que se circunscriben a maquillajes legislativos súper estructurales, sin ir a fondo modificando la estructura social y económica para hacer frente a los efectos de la crisis sistémica global que pone freno a una mayor inserción y presencia de México en el mercado mundial, limita disponibilidades de capital productivo externo y sujeta a la economía nacional a la volatilidad financiera determinada desde el exterior.

México ya es un país de pobres; revertir esta situación supera en mucho la capacidad real del Estado para afrontarla. Por sobre el discurso optimista y alentador, las necesidades crecientes de la población hacen nugatoria la cruzada contra el hambre, el asistencialismo opera a favor de la desigualdad, pérdida de productividad y de expectativas de futuro.

Política e incertidumbre

Hasta donde el gobierno federal permite acceder a información confiable, la disponible hace que los expertos duden de las posibilidades reales de un repunte económico, en tanto que la población paulatinamente duda también de la capacidad de las instituciones para frenar deterioro y salir del atolladero. Incertidumbre y desconfianza son la constante.

En otra ocasión afirmamos que la inercia política y corrupción oficial rampante e impune, limitan la capacidad de maniobra y respuesta del presidente Peña frente a problemas cada vez más agudos y complejos. La elección en 14 entidades federativas el pasado 7 de julio, lo confirma.

La cruzada contra el hambre tuvo que ser temporalmente suspendida por razones de política interna. El virreinato aún dominante en las 14 entidades federativas en que tuvieran lugar elecciones, hizo caso omiso al llamado presidencial y al llamado Adéndum del Pacto por México. El resultado: unidad nacional desquebrajada, población polarizada, acuerdo cupular cuestionado por sus propios artífices y actores, y una aceptación a la baja de Enrique Peña Nieto ante la opinión pública nacional.

Algo anda mal y va de mal en peor, no se sabe a donde conduce la estrategia de gobierno del Sr. Peña; el abucheo interrumpiendo el discurso del titular del poder ejecutivo federal en el  relanzamiento de la cruzada en Guerrero, es sintomática. Lo cierto es que sin unidad nacional y objetiva carencia de solidaridad entre todos los mexicanos, el camino es cada vez más incierto.

Reformas hacendaria, fiscal y energética

En este marco de incertidumbre, se dará el debate en el Congreso de la Unión -o imposición cupular en su caso-, en torno a las reformas energética, hacendaria y fiscal que, de antemano, ya anuncia el fin del Pacto por México confrontando a la dirigencia nacional del PRD y PAN con sus bases

El tema de PEMEX, su apertura al capital privado y su actual tratamiento fiscal por parte del gobierno federal,  estarán en el centro. Si se privatiza la industria energética estatal y con ello la renta petrolera, el gobierno federal pierde su principal fuente de ingresos fiscales, si se le deja como está, entre corrupción y saqueo gubernamental la paraestal estará condenada al fallecimiento por inanición, con las mismas consecuencias fiscales.

Ni para donde hacerse y, aún así, el Sr. peña insiste en todos los foros sobre su propósito aperturista.

Menudo reto para la cúpula gobernante, nadando contra la corriente entre la turbulencia de las aguas agitadas sin encontrar rumbo cierto, se enfrentará a sus propios demonios profundizando una  crisis que ya toca fondo.

Hojas que se lleva el viento

Mucho ojo. En el debate sobre el futuro de la industria energética debe tomarse en cuenta que el precio al consumidor final de los combustibles y energía eléctrica, no lo fijan PEMEX y la CFE. Es el gobierno federal por conducto de las Secretarías de Hacienda y Economía.

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En nuestra patria chica, concluyó el proceso de elección de diputados locales y autoridades edilicias, abriéndose otro igual o peor de ofensivo y pedestre, el de la sucesión del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa en el gobierno de Veracruz. En el ínter, la economía del próspero cuerno jarocho de la abundancia  duerme el sueño de los justos entre anuncios y más anuncios triunfalistas sin sustento.

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El autor de estas líneas recargando las pilas en la costa yucateca, comprueba una vez más que el progreso y la paz, así como el diálogo fructífero entre adversarios, concordia y respeto entre diferentes, es posible cuando con sus aciertos y desaciertos  la política se ejerce con civilidad y altura de miras.- Chelem Pto., Yuc., julio 21 de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Siempre a la vanguardia, en todo, por y para todo, Veracruz no podía quedarse atrás. Si a nivel nacional se cuenta con un pacto cupular por México, el estado próspero tiene que contar con el propio. No importa si quien lo proponga sea el partido de la revolución Democrática, por cierto, ya fallecido y sepultado en Veracruz.

Lo que no nos dice el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa al anunciar la puesta en marcha del Pacto por Veracruz “para no estar fuera de moda”, es si tal bodrio estaría siendo propuesto por alguna de las fracciones rojas, azules, negras o amarillas del PRD o si el PAN, en su caso, estará representado por la corriente de seguidores de Miguel Ángel Yunes Linares o quienes se oponen al choleño. Lo importante es que haya pacto, o tregua según el diputado perredista local Rogelio Franco Castán,  para taparle el ojo al macho tras el escándalo a que diera lugar el “caso Veracruz”, mejor conocido como “chayogate”, en el marco del cochinero electoral que la clase política veracruzana nos receta a los veracruzanos.

Como el partido que lo propone, el tal pacto por Veracruz nace muerto. A lo sumo servirá para que una vez iniciadas las campañas políticas de los candidatos a las diputaciones locales y a las 212 alcaldías veracruzanas, el gobernador cuente con un pretexto para no dejar de aparecer en el recuadro informativo. Por lo pronto, voces oficiosas en los medios ya lo festinan como un recurso noble que el gobernador acepta e impulsa.

A como están las cosas en la política jarocha, el burdo as electorero que se sacan de la manga para aparentar una tregua civilizada es tanto como meter en el mismo costal no sólo a perros y gatos, sino también a toda clase de alimañas que harán valer su respectiva naturaleza. Salvo, claro está, en que el tal pacto no esté signado por la totalidad de las fuerzas político electorales en pugna, sino por unos bien portaditos y bien maiceados presuntos dirigentes estatales de los partidos locales ó aquellos con registro nacional que, dentro o fuera del costal, comparten penas y glorias yantando en el mismo pesebre.

La agenda del presunto pacto por Veracruz, nos dice el gobernador,  sería un conjunto de puntos que interesen a toda la sociedad veracruzana, con temas que tienen que ver con el desarrollo económico, el desarrollo social y “sobre todo en este momento álgido con el tema político”. Para lo cual se involucraría, además de las distintas fuerzas políticas, a la participación de cámaras empresariales, organizaciones sociales y “sociedad civil”. Para que el costal de marras esté completo.

En pocas palabras, legitimar lo anómalo, por decir lo menos, de un proceso electoral que por principio nace viciado y ayuno de transparencia, certeza y confiabilidad.

Honestamente no se a que juega en Veracruz. En términos de congruencia política aquí y ahora, se entiende que más que crear pegostes a modo, es respaldar e impulsar el llamado “pacto por México” que impulsa el presidente Peña, sujetándose a la agenda y temática dictada desde el centro y no, pretender competir desde la periferia con más anuncios triunfalistas y medidas -no políticas públicas-, tendientes a modificar a favor de la imagen gubernamental las estadísticas que genera el INEGI y la OCDE sobre crecimiento económico y desarrollo humano, en los paradigmáticos municipios veracruzanos en los que impera exclusión, pobreza y hambre ancestral.

Pero como afirmara el gobernador, lo importante es estar a la moda, para que Veracruz siga siendo la entidad federativa de vanguardia en todo y para todo. Lástima que la tregua resulte ya extemporánea, al proceso electoral en marcha  ya lo besó el diablo.

Por si no lo saben quienes están a favor del pacto jarocho, para impulsar crecimiento económico y desarrollo humano, así como para combatir pobreza y hambre desde los bastiones gubernamentales, bastaría con dar cumplimiento al Plan estatal de Desarrollo que el Congreso local a  propuesta del poder ejecutivo validara. Instrumento de presunta planeación que, por cierto, no se ha vuelto a mencionar a lo largo del mandato de Duarte de Ochoa.

La sociedad veracruzana exige buen gobierno y elecciones limpias,  no pactos ni cortinas de humo. En todo caso, el único pacto válido sería el de la administración pública estatal y municipal con los veracruzanos todos que surgiera de la elección de gobernador y ediles y, para ello, el primer compromiso de la administración es dar cumplimiento en todos sus términos al Plan Estatal de Desarrollo. La llamada sociedad civil, por su parte, cumplir con su compromiso cotidiano de evitar que Veracruz siga hundido en el atraso y la inmovilidad aplicándose con inversión productiva, trabajo y armónica paz social.

Por cuanto a los partidos políticos, está visto que por su naturaleza parasitaria, lo mejor que pueden aportar es no estorbar.

Siempre a la vanguardia en todo, por todo y para todo, Veracruz seguirá siendo señalado en el entramado nacional como la entidad que desperdicia su potencial, perdiendo  miserablemente el tiempo entre espectaculares anuncios triunfalistas y grilla salpicada de bacinicazos electorales.

Ya tenemos pacto por Veracruz.  ¿Y qué?

¿Cuánto costará a los veracruzanos? Por lo pronto, el despilfarro por su anuncio mediático es una raya más en el ya deslucido pelaje del tigre de papel.

Hojas que se lleva el viento

Agradezco los comentarios del Lic. León  Ignacio Ruiz Ponce.  Tiene razón, no se puede ni debe dar recetas o restringir opciones desde la comodidad del escritorio. Sin embargo, por lo mismo no estoy de acuerdo con el distinguido promotor de las candidaturas no registradas. Dadas las lamentables condiciones del actual proceso electoral el tema a debate puesto sobre la mesa no es votar por fulano o sutano, postulado o no por los partidos políticos, sino el rescate de la voluntad popular ahora secuestrada. La ciudadanía desde abajo sabrá encontrar el mejor camino para ello.

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 Con el termómetro marcando 43 grados C., la capital yucateca está que arde. Buen pretexto de los meridanos para abarrotar los puertos cercanos y disfrutar el fin de semana en la playa con una buena dotación de heladas “chelas” y un exquisito pescado frito.- Chelem, Yuc., mayo 12 de 2013.

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