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Tag Archives: Estancamiento

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Más tarda la Secretaría de Desarrollo Social en medio rescatar pobres extremos que Hacienda y el gabinete económico en producir nuevos”. Víctor M. Quintana S.

Inaudita la prisa del gobierno de Peña Nieto no sólo por profundizar la crisis económica, también por auspiciar el caos social en un país que se sostiene con pincitas bajo la tónica de propósitos neoliberales de un proyecto empobrecedor impuesto desde las cúpulas de los poderes fácticos y formales.

La partidocracia pastoreada por los legisladores priístas, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, aún no termina de procesar los dictámenes de las leyes secundarias en materia energética que en “fast track” serán aprobadas por el Congreso de la Unión, y ya el gobierno federal inicia el censo catastral de tierras nacionales, privadas, ejidales y comunales, en las zonas susceptibles de extracción de gas shale mediante la innovación tecnológica conocida como fracking o fracturación hidráulica. (Vanguardia 05/06/2014)

Siendo este el primer paso de la Reforma para la Transformación del Campo del Sr. Peña, encaminada al despojo y posterior entrega del suelo a las grandes empresas petroleras y gaseras. Con lo que se augura profundización de pobreza y desigualdad en el agro nacional.

Otra señal ominosa de lo que viene, es el proyecto de desviar las aguas del Río Pánuco, canalizándolas a los estados norteños en los que la extracción de gas demanda cuantiosos volúmenes del vital líquido.

Para Peña Nieto primero lo primero, el mercado energético, que al fin y al cabo las leyes secundarias en la materia ya están cocinadas y planchadas, sin visos de que con la panacea reformista México salga del atolladero en que a lo largo de más de 30 años le han venido sumiendo gobiernos del PRIAN en complicidad con el PRD y la morralla.

Poniéndose en evidencia el autoritarismo del titular del ejecutivo federal que hace suya aquella conseja porfirista de mátalos en caliente y luego averiguas, pasándose por el arco del triunfo lo que queda de democracia representativa y voluntad ciudadana en un tema de la mayor relevancia para México.

Impaciencia es impotencia.

Al fin aprendiz de brujo, el presidente Peña apuntalando a su ineficaz secretario de hacienda previamente al auto adorno de que hiciera gala en Lisboa, anuncia seis medidas para impulsar el ansiado crecimiento económico (Alto Nivel 02/06/2014); la misma gata en un mismo proyecto revolcado y fallido, olvidándose de que el Talón de Aquiles de la economía nacional en crisis, reside en un mercado interno marcado por desempleo, salarios de hambre, capacidad instalada ociosa y restringido consumo familiar, en el marco de una inobjetable realidad que en la que pobreza y hambre son denominador común en más del 50% de los mexicanos.

Como todo lo que viene de la presidencia, las cúpulas empresariales aplauden la estrategia anunciada. No obstante, se reservan el beneficio de la duda en tanto las medidas de impulso no aterricen y rindan frutos expresados en ganancias reales contantes y sonantes.

En el inter la presunta fortaleza macroeconómica no se refleja en una microeconomía en crisis que a su vez incide en los niveles negativos de aceptación del modelo y políticas públicas impulsadas por la SHCP a cargo de Luís Videgaray.

Como tampoco se refleja en expresiones sustentadas de optimismo y confianza respecto a una evolución positiva de la economía en su conjunto, persistiendo la percepción de estancamiento y recesión que se confirma con números duros (La Jornada 07/06/2014), difundidos por el propio aparato gubernamental.

Incapaz de entender que el en mundo globalizado la crisis generalizada del modelo neoliberal no encuentra salida, al régimen peñista le gana la impotencia, de esta deviene la impaciencia improvisando e imponiendo. En esas andamos mientras la punta del iceberg del caos social ya sobresale en las turbulentas aguas de un país sin rumbo y con expectativas de progreso canceladas.

Hojas que se lleva el viento

La celebración oficial, la oficiosa, y la independiente, del “Día de la Libertad de Expresión”, transcurrió sin pena ni gloria para un periodismo veracruzano que se niega a aceptar que por sobre la simulación, la crítica light así como la censura, autocensura y represión, el derecho humano inalienable al ejercicio de la libre expresión es conquista y patrimonio universal y no concesión graciosa del poder en turno para la prensa-empresa.

Lo destacable de esta festividad para mi gusto fue la presentación en las instalaciones del Congreso del estado del libro “El gran solitario de palacio” de René Avilés Fabila, por el escritor orizabeño Rafael Junquera Maldonado, quien con crudeza a punto estuvo de aguarle la fiesta a la selecta y concurrida audiencia de comunicadores.

Rescato el colofón del mensaje con el que Junquera Maldonado cerrara su intervención, cito:

“Ayer como ahora, la impunidad sigue imperando como un símbolo que nos es muy propio. México es el país de la impunidad. Hace ya muchas décadas que la amnesia parece dominarnos y nada nos perturba, como si también estuviéramos muriendo en vida. El crimen vinculado a la democracia y a las libertades, quizá tenga su arranque en la masacre de Hizilac, Morelos, adonde encontrara la muerta el General Serrano y sus más cercanos partidarios, por oponerse a la reelección de Alvaro Obregón. Crimen que hubiera quedado en el olvido, de no haber sido por Martín Luís Guzmán quien en su novela La sombra del caudillo dio cuenta de esos hechos. No menos conocidas son la masacre de Topilejo de 1930, donde se diera muerte a un centenar de vasconcelistas o el asesinato de más de mil almazanistas en los años cuarenta para acallar a quienes ponían en duda el triunfo electoral de Ávila Camacho, así como los incontables crímenes para acallar a los seguidores del General Enríquez Guzmán en la década de los cincuenta, quienes de igual modo, ponían en duda el resultado electoral.

Nuestro olvido no sólo se remonta al pasado, sino a hechos recientes. El crimen de la guardería de Hermosillo, ocasionado por un incendio para borrar evidencias, el de los mineros sepultados en vida en Pasta de Conchos. La masacre de Aguas Blancas en Guerrero en 1995. El crimen de Acteal de 1997, en Chemalho, nos muestra al mundo como una nación de cínicos e inmorales, de asesinos despiadados que no se detienen ante nada cuando se trata de preservar los privilegios, borrar huellas o cobrar venganzas.

Seguimos con las mismas falacias, los mismos patrones de adulación a quien gobierna. Estamos ante un grave proceso de desintegración nacional. Nuestro cuerpo, el cuerpo de la república carcomido por la corrupción y la gangrena de la inmoralidad muere minuto a minuto ante nuestro propio aplauso. Estos días Arturo González de Aragón, señaló que las principales plagas que infectan a México, son: la mala educación, impunidad, inseguridad, partidos políticos, monopolios y el mal gobierno. No dejó títere sin cabeza. Debe saber de qué habla. No es ningún guerrillero verbal. Durante muchos años fue el titular de la Auditoría Superior de la Federación.

Sé que este día es un día de alegría, por ser el día de la libertad de prensa. Celebren, siéntanse felices, pero no olviden. El 2 de octubre no se olvida, no debe olvidarse”.

Entre tantos premios, reconocimientos, discursos, halago mutuo, desayunos y banquetes, el aleccionador mensaje del escritor orizabeño quedó en el olvido; no quedando registrado en la memoria, prensa-empresa y comunicadores simplemente lo ignoraron. Fue día de fiesta, acercamiento cómplice entre el poder y la prensa, no celebración mortuoria con crespones negros.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

A 18 meses de gobierno de Enrique Peña Nieto signos ominosos ensombrecen el panorama nacional. Estancamiento y retroceso económico, pérdida de expectativas de bienestar y un clima de inseguridad que ronda a lo largo y ancho del país, conforman prolegómenos de un Estado fallido.

El orden de prioridades de las grandes tareas del desarrollo está trastocado, la necedad de imponer reformas con simultaneidad y en cascada, contrarias tanto al sentir de amplias capas de la población en lo interno como a las tendencias más generales de recomposición y corrección de rumbo en un mundo de cabeza, lo mismo empantanó el quehacer político legislativo que frenó la actividad económico productiva a lo largo y ancho del país.

La vida social, a rastras de estrategias fallidas en materia de seguridad pública y políticas equívocas de atención a los avatares del mercado por sobre las necesidades reales y sentidas de una población en su gran mayoría empobrecida, agudiza su deterioro profundizándose pobreza y ampliándose la brecha de la desigualdad a la par de expresiones de descontento y hartazgo. Las reformas presuntamente estructurales no aterrizan y el tiempo ya juega en contra de los propósitos neoliberales de un presidente que, de 266 compromisos de campaña avalados por notario público, se le reconocen a lo largo de su mandato únicamente 13 (Vanguardia 12/05/2014).

Y en este marco, no son pocas las voces que advierten que en diversas entidades del país existen condiciones de gobierno fallido, que aceleran el proceso de deterioro social e inhiben tanto la consolidación de la fábrica nacional como nuevas inversiones productivas y generación de empleo, que ya se reflejan en los indicadores de desempeño económico nacional.

De acuerdo con informes del Banco de México y números duros del INEGI, la economía está estancada y con visos de recesión. Advertencia de entes autónomos que lejos de tomarse en cuenta por el poder ejecutivo federal, son desmentidas por el propio presidente y su secretario de hacienda, que sin el menor rubor, propalan que “la economía va por buen camino” y que, lejos de pisar los umbrales de la recesión, se transita por un camino sólido sustentado tanto en una macroeconomía boyante como en el incremento de exportaciones y crecimiento del aparato productivo estratégico.

Contradicción a los más altos niveles de la conducción económica del país, que lejos de asentar las aguas, propicia mayor desconfianza e incertidumbre, cuando a ojos vista la realidad nacional, si, la que se palpa en el terreno microeconómico y se mide en el bolsillo de los mexicanos, estancamiento y retroceso ya es evidente, reflejándose en desempleo, bajos salarios y pérdida del poder adquisitivo.

La población se llama a engañada y las promesas de bienestar a la vuelta de la esquina gracias a las reformas peñistas, se siembran en terreno infértil. La crisis de credibilidad en el gobierno y sus actores, se acentúa, a la par que la aceptación de Peña nieto por sus gobernados a la baja y polarizándose.

Si mediáticamente al secretario de hacienda se le consideraba el hombre fuerte, poder tras el trono, su fracaso en la conducción de la economía le ubica ya como triste caricatura objeto de escarnio y rechazo, señalándosele como el artífice del fracaso de Peña Nieto en el propósito de modernización, incremento de productividad y competitividad en la fábrica nacional.

Mal augurio que ya se hace sentir en una partidocracia ineficaz que no logra establecer acuerdos en torno a las iniciativas presidenciales, haciendo prevalecer intereses partidistas y dictados de los poderes fácticos que lejos de fortalecer al retorno del presidencialismo autoritario, le desgastan, estorbándole.

Y en esto último, el Partido Revolucionario Institucional se pone en evidencia como incapaz para brindar sustento social a Peña Nieto. Antes al contrario, marcha a la zaga de la movilización popular, ganándose a pulso crítica y rechazo de las mayorías.

Veracruz no es ajeno a este escenario. Pese a opiniones oficiales en contrario, números duros registran desempleo creciente, ausencia de crecimiento económico, y barruntos de recesión, contribuyendo al pésimo desempeño de la economía nacional. Condición que se hace acompañar de endeudamiento, corrupción e impunidad en las esferas de la administración pública, auspiciando deterioro y reclamo social, hablándose ya en círculos calificados de un gobierno estatal fallido, sin pies ni cabeza que se niega a reconocer la realidad de su crisis.

En esto andamos y no hay sol que nos caliente. México se deshace y no hay para cuándo ni cómo evitarlo.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La economía de México, reflejada en la medición del  Producto Interno Bruto, registró un crecimiento de 3.9% en 2012, nivel igual al del año anterior y menor al reportado en 2010, que fue de 5.3%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).  Por su parte, la Secretaría de Economía, con base en el comportamiento de los flujos de inversión extranjera, habla de estancamiento. En este marco, no es nada sorprendente que la tasa de desocupación esté por arriba del 5 % de la población económicamente activa y que casi 29 millones de mexicanos se ubiquen en la economía informal.

Atendiendo a al informe del INEGI, es de destacarse que el magro crecimiento registrado por el PIB en el 2012 se sustentó en el desempeño de las actividades primarias -con énfasis en la extracción petrolera-, frente a  un raquítico 3.6 %  del sector manufacturero. Lo cual da razón del porqué no se avanza en el abatimiento de la desigualdad, pobreza y desempleo, justificando de alguna manera la preocupación del Secretario de Hacienda, Luís Videgaray, respaldada ahora por el PRI, por acelerar la puesta en marcha de reformas legislativas llamadas estructurales, bajo la miope óptica de una sociedad y su gobierno, reacios a cambiar de modelo de comportamiento y desarrollo.

Legislación y desarrollo

Independientemente de que partido político esté al frente del gobierno, los últimos treinta años en la vida nacional dan amplia cuenta de la inutilidad de la legislación como motor del desarrollo, si esta está sometida al egoísmo de los poderes fácticos.

El neoliberalismo impuesto a México por el llamado Consenso de Washington, como modelo económico y social apuntalado por políticas públicas regresivas, condujo al país al estancamiento en todos los órdenes. Hoy, con el gobierno del Sr. peña, no tiene porque ser diferente. Es el modelo extralógico impuesto el que alimenta al proyecto peñanietista y no la voluntad racional de cambio de rumbo que exige una gran mayoría de de mexicanos castigados con desigualdad y pobreza.

Las leyes, por más progresistas que pudieran ser, y así lo confirma la historia de México, por sí mismas no generan estabilidad, fortalecen la fábrica nacional, o generan empleo, ni dan de comer. Es la voluntad permanente de cambio de pueblo y gobierno la que, respondiendo a su circunstancia, impulsa crecimiento económico y desarrollo. Sin esta, las reformas estructurales que propone el Sr. Peña, frente a una realidad ignorada,  no siendo panacea quedarán en el papel, operando en contra del interés vital de las mayorías.

Economía y política

Lo que obliga a preguntarse si en los tiempos que corren es la política la que impulsa a la economía, o es esta última la que determina el quehacer político. No se observa congruencia entre política y economía. No se siente una complementariedad y retroalimentación entre ambos quehaceres, pareciendo a mi juicio que marchan por caminos paralelos sin punto de encuentro.

El pacto signado entre las cúpulas partidistas y el gobierno federal, es insuficiente. Queda enmarcado en el juego de intereses político partidistas ajenos a la sociedad en su conjunto. Sin la participación conciente, comprometida y consecuente de todos los sectores de la población, lo pactado está muy lejos de tener viabilidad.

No se puede seguir por el mismo camino, sin un punto de encuentro entre economía y política; entre crecimiento económico y desarrollo, entre lo que nos une y lo que nos divide, entre lo que dice la estadística y el bienestar deseable de la población. Con reformas legislativas o sin estas, sin la concurrencia puntual de pueblo y gobierno en torno a propósitos y objetivos comunes que responda a necesidades reales y sentidas de la sociedad, valga la manida frase, nos enfrentamos a un desastre anunciado.

Engañosa propaganda

En este escenario, llama a risa que en Veracruz se destaque a bombo y platillo que estadísticamente la entidad registre un crecimiento económico superior al nacional, ocupando el sitio de “tercera economía estatal”, cuando viajando en el mismo tren, es parte consustancial del estancamiento y pérdida de vigor del país en su conjunto. Lo que declara el gobernador de Veracruz como marco para el inicio de un proceso electoral, no se corresponde con lo que las mismas estadísticas señalan en torno a una creciente pobreza y desigualdad en la entidad. La numeralia triunfalista no lo es todo, por encima de esta pesa una realidad que nos dice que pueblo y gobierno en Veracruz marchan también por caminos diferentes, sin un punto de encuentro entre política y economía que responda a los requerimientos presentes.

Hojas que se lleva el viento

Merecido aplauso de la ciudadanía se lleva el presidente Peña al poner un hasta aquí a Elba Esther Gordillo. Un acto de congruencia más que de justicia le honra. Ojala y esta medida burda y autoritaria pero necesaria, sea el inicio de una auténtica cruzada contra la corrupción en todos los sectores y niveles de la vida pública nacional. No sólo es un reclamo generalizado, también condición sine qua non para sanear a un país cuyo atraso descansa en la simulación, la corrupción en todas sus expresiones, así como en el saqueo sin límite protegido por la impunidad.

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A propósito de la detención de Elba Esther Gordillo, en “Tabasco hoy” Leobardo Pérez Marín escribe: “Peña Nieto no montó ningún escándalo mediático, sabía dónde estaba la debilidad de ‘la maestra’ y le cayeron en la jugada; por lo tanto si las autoridades locales saben dónde están las huellas que han dejado líderes sindicales, ex gobernadores y sus funcionarios, es necesario que actúen, de lo contrario, si no pueden con el paquete, es tiempo que le pasen la papa caliente a la Secretaría de Hacienda, así como a la Procuraduría General de la República”. Atinada opinión, si el combate a la corrupción en el sector educativo va en serio, o todos coludos o todos rabones, los gobernadores en turno no pueden ni deben aplaudir al presidente y al mismo tiempo, ocultar bajo la alfombra  la basura acumulada durante decenios de contubernio entre el SNTE y la administración pública estatal. Veracruz no es la excepción, ya veremos si el Dr. Duarte de Ochoa es capaz de enfrentarse a su partido y a las mafias incrustadas en la SEV, acabando de una vez por todas con las múltiples anomalías y oscuros enjuagues en el entorno educativo.

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“La condonación el Congreso permite que los gobiernos locales se queden con algo que no es suyo”, expresó la politóloga Denise Dresser, en referencia al amparo que fue presentado por 19 contribuyentes el 12 de febrero y que este lunes fue admitido por el Juez Onceavo de Distrito en la Ciudad de México,  en contra del Artículo 9 de la Ley de Ingresos de la Federación 2013 que en su último párrafo exime a estados y municipios del cumplimiento de sus obligaciones tributarias en el pago del ISR que descuentan a sus empleados. La investigadora del Departamento de Estudios Políticos del CIDE, María Amparo Casar, precisó que ganen o pierdan no se sabrá nada hasta dentro de año y medio, pero esta acción “tiene un valor pedagógico”. Ojala y así sea pues ya viene siendo la hora de que los ciudadanos entendamos que la democracia representativa se construye desde abajo, participando y exigiendo honestidad y transparencia en la administración pública, así como la oportuna y puntual rendición de cuentas por parte de los servidores públicos.- Xalapa, Ver., a 27 de febrero de 2013.

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