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Tag Archives: Fraude Electoral

Fabiola Martínez y Alonso Urrutia / La Jornada

Coincidentes de forma unánime en desechar todos y cada uno de los argumentos del Movimiento Progresista en su demanda de invalidar la elección presidencial, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) censuraron a la coalición demandante por la aportación de pruebas calificadas, con matices, de insuficientes, infundadas, inoperantes, genéricas e imprecisas.

Aunque la sesión sólo fue para resolver el último juicio de inconformidad contra los comicios presidenciales, el magistrado Salvador Nava Gomar se adelantó a los plazos y enfatizó que  de aprobarse el proyecto México tiene ya un presidente electo, Enrique Peña Nieto.

De manera unánime condenaron los alegatos de la coalición de izquierdas; sus diferencias radicaron en los énfasis. Las pruebas no hacen prueba, soltó Flavio Galván; son pruebas secundarias, periféricas, sin relación con la demanda, secundó Pedro Penagos. Partieron de premisas equivocadas, coincidieron Alejandro Luna Ramos y María del Carmen Alanís.

 

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

 “Las impugnaciones a la legalidad de la elección ofenden la dignidad de los mexicanos que votaron en libertad”: Pedro Joaquín Coldwell

El que nada debe nada teme… Si el PRI no dudara del triunfo de su abanderado dejaría correr el agua sin inmutarse y, sin embargo…

Paradójico. El PRI, sus satélites y algunos segmentos de la clase media minimizan el indiscutible liderazgo de Andrés Manuel López Obrador responsabilizándole a su vez de estar atrás de las crecientes manifestaciones populares de protesta que, en oposición a Enrique Peña Nieto, dan oscuras pinceladas no previstas en el paisaje postelectoral.

Les duele que el político tabasqueño no respete el pacto de civilidad signado por los candidatos presidenciales aceptando su derrota en las urnas, pero se  desgarran las vestiduras porque el abanderado del Movimiento progresista conforme a derecho, impugne la elección del primero de julio recurriendo al Tribunal Electoral Federal.

Lo ideal para el PRI y su aún candidato presidencial, sería que Andrés Manuel aceptara sin más la derrota, bajara los brazos y se retirara a “La chingada”, como se denomina su rancho en Palenque, Chiapas. Renunciando a la última instancia legal que le ampara, dejando colgados de la brocha a sus millones de seguidores que con no poca reticencia aún confían en la administración de justicia electoral.

Número, extracción social y motivación de los manifestantes que han tomado la calle pareciera tenerles sin cuidado. Desconcertados ofenden la inteligencia de quienes protestan, reduciéndoles a simples marionetas manipuladas por un López Obrador que “no se acostumbra a la derrota”.

Le temen más a un López Obrador que  sin salirse de la cancha de la partidocracia, les obliga a jugar  como se juega en el llano. Aceptan muy a su pesar que López Obrador sea capaz de llevar en paralelo y simultáneamente el trámite legal de la impugnación de la elección y “la manipulación” de un creciente movimiento popular. Reconociendo entonces que el tabasqueño supera en mucho la capacidad de Peña Nieto y los partidos que le postularan tanto para la defensa de la pretendida razón legal que les asiste, como para obtener el respaldo de una sólida base social en que apoyarse.

Incapaces de entender y aceptar la movilización social en su contra por sus probadas trapacerías, sólo les queda el recurso de calificar a López Obrador como el enemigo público que, sin aceptar razones, pretende arrebatarles un triunfo cada vez más cuestionado. Así, lejos de atemperar la protesta le ponen más leña al fuego con pueril negación de aquello de lo en el imaginario popular ya se percibe como fraude electoral.

Paradójico. Lejos de contrarrestar y menguar simpatía y apoyo a López Obrador, obtienen lo contrario, confirmando el liderazgo  del abanderado de las llamadas izquierdas. Lo vulnerable de su pírrico triunfo les ciega, complicando el escenario previo al cambio de estafeta.

El horno ya no está para bollos. Calderón vuelve a las andadas anticipándole a Peña Nieto una tersa transición cuando el proceso electoral aún no concluye, sin parar mientes en que provoca a los indignados que ya han dicho ¡Basta!

Las protestas suben de tono rebasando las estructuras partidistas, como ya lo reconoce el PRD, generándose de facto un frente amplio popular que ya aglutina a estudiantes, movimientos sociales independientes y gremios obreros de conocida oposición al régimen, en una movilización inédita en defensa de la democracia.

Cuidado, una chispa podría incendiar la pradera. Si la libre manifestación aún es pacífica, no faltarán provocadores que induzcan a la violencia, ese el riesgo. ¿Cómo evitar esto último?

Si López Obrador en circunstancias diferentes en el 2006, con inteligencia canalizo indignación y enojo, difícil es prever cual será el camino que hoy tome la movilización popular si el IFE y el TRIFE no cumplen a cabalidad con su encomienda.

¿Cual será la postura a adoptar por el tabasqueño una vez desahogada la etapa de la impugnación?  ¿Bajará los brazos para retirarse a la comodidad de su hogar? Si esto último se da, ¿quién encausara a los indignados para que liberen enojo y frustración? Eh ahí la interrogante.

Paradójico. Los hoy detractores de López Obrador serán los primeros en pedir su permanencia. El que abandone la lucha dejando a su libre albedrío a la movilización social, no es aceptable para la gente bonita, demasiado riesgo para un país en vísperas del cambio de estafeta presidencial. La oposición creciente a la toma de posesión de Peña Nieto, sin liderazgo claro que le encauce, eso si es un peligro para México y, también “para todos”, parafraseando al amanuense veracruzano  Rafael Martínez  Zaleta.

Difícil disyuntiva para el PRI y su candidato. La dirigencia nacional no encuentra respuestas válidas frente a la protesta popular. Si afloja pierde, si resiste llevando las cosas hasta sus últimas consecuencias, imponiendo a Peña Nieto contra la voluntad popular, pierde. De una u otra forma pagará las facturas acumuladas a lo largo del amañado proceso. Mató a la esperanza y el pueblo se lo cobrará puntualmente.

Difícil también la disyuntiva para Andrés Manuel, si la autoridad electoral falla en su contra.

Y para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ni se diga.

¿Por quién entonces doblarán las campanas el primero de diciembre?

Hojas que se lleva el viento

La defensa de Peña Nieto en Yucatán es prácticamente nula. El PRI en el estado cumplió su parte en la elección presidencial y enfoca todas sus baterías a la campaña post electoral de Rolando Zapata, gobernador electo, quien recorre el estado sin descanso agradeciendo el apoyo popular que en las urnas le ofrendaran los electores. El alcalde electo de Mérida, de extracción panista, calladito se ve más bonito.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Señor, si me quitas el éxito déjame fuerza para triunfar del fracaso”: Mahatma Gandi

¡¡Te lo dije!! Me escribe un buen amigo, advirtiendo que “si Ebrard hubiera sido el candidato de las llamadas izquierdas, Peña Nieto no gana la elección”.

El hubiera no existe en política. El candidato fue Andrés Manuel y a ello debemos atenernos. Sin embargo la expresión de mi amigo da tema para la reflexión en torno a una situación que me llamara poderosamente la atención y que dejara asentado en mi artículo publicado el 22 de abril bajo el título “Andrés Manuel baila con las más feas. No hay de otra”. El político tabasqueño ha sido postulado por la coalición integrada por el PRD y las morrallas denominadas Partido del Trabajo y Movimiento ciudadano. Institutos electorales que en el marco de una partidocracia rampante y un régimen político obsoleto y corrupto, carecen de autoridad ideológica, moral y política para ser considerados como de izquierda. Una y otra vez señalé que estos partidos políticos más que aportar a la campaña electoral de López Obrador, constituían una pesada loza sobre las espaldas del candidato presidencial.

López Obrador superó los 15 millones de votos legítimos a pesar de, y no por el trabajo político desarrollado por la cúpula partidista de la Coalición “Movimiento Progresista”. Los candidatos al Senado y Cámara baja en su gran mayoría cartuchos quemados impopulares impuestos por “los chuchos” de ello dan constancia. El resultado aún en trámite de la elección confirma tal percepción.

Se jugo en la cancha de la partidocracia conforme a sus reglas y sus prácticas antidemocráticas. Luego nadie puede darse por sorprendido ante la cada vez mayor evidencia de escamoteos de la voluntad popular a lo largo y ancho del país. No obstante, gracias al Movimiento de Regeneración Nacional, “Morena”, en el que participan millones de ciudadanos convencidos de la necesidad de un cambio verdadero, irregularidades aparte de un proceso electoral inequitativo y amañado, Andrés Manuel llegó hasta donde le permitieron llegar. Hoy la decisión final y el futuro de México está en manos del “arbitro” y del Tribunal Federal Electoral, así es el juego. Los partidos postulantes de la llamada izquierda electoral ganan perdiendo.

“Morena”  trabajó intensamente a ras del suelo, en la calle, en las aulas, en el taller, en el surco, en el hogar, siempre confiando con voluntad de triunfo en el liderazgo del político tabasqueño. Jóvenes y no tan jóvenes se pusieron la camiseta y, contra la corriente y contra la estructura partidista de la coalición dominada por las tribus perredistas y sus corruptas y oportunistas dirigencias, sacaron adelante la campaña presidencial. De eso no tengo la menor duda.

Andrés Manuel cometió errores, no se puede negar. Pero así como se equivocó confiando en las estructuras partidistas coaligadas, fue certero al sustentar su campaña en “Morena”. Fue la ciudadanía organizada y movilizada la que le impulsó para cuesta arriba dejar atrás a Josefina Vázquez Mota y alcanzar a Peña Nieto. Con este impulso López Obrador gana en su propósito democratizador al lograr movilizar a más de 15 millones de mexicanos en pos de la esperanza democrática. La ciudadanía salió a la calle y con su voto manifestó su voluntad de cambio. Si hoy se pierde la elección, no fue en vano. La ciudadanía con su participación activa gano terreno y experiencia en la búsqueda de un camino más amplio para avanzar el  rescate de la voluntad popular, hoy secuestrada por la partidocracia y los poderes fácticos.

La construcción de la anhelada democracia transita por un largo camino de aciertos y errores, triunfos y derrotas. Los resultados no se alcanzan en meses o años sino en períodos históricos. Pero cada paso dado fortalece a quienes lo emprenden. Estoy seguro de que la experiencia vivida por la ciudadanía movilizada en este proceso electoral, pesará más en la vida política de México que el triunfo mismo de las llamadas izquierdas. Un importante segmento de la sociedad ha dicho basta y encontró el camino para avanzar participando consecuentemente.  Esto es un logro a mi juicio histórico. No cabe la frustración ni el desanimo, se dio el primer paso y eso es lo que cuenta. Lo que sigue para la izquierda consecuente es la autocrítica y sacar las conclusiones pertinentes para seguir marchando a paso firme y con la frente en alto.

Si Peña Nieto de ser ungido como presidente quiere gobernar, lo tendrá que hacer no en el vacío con el indignante y lastimero voto comprado. Más temprano que tarde tendrá que recurrir a la ciudadanía movilizada. En ella está el que se avance o se retroceda en la construcción del futuro de México.

Hojas que se lleva el viento

En nuestra próspera aldea jarocha siempre sí la elección presidencial, de acuerdo a los resultados preliminares (PREP), se fue a tercios. El triunfalismo priísta se vino abajo y el cacaraqueado triunfo por parte de su dirigente estatal, Erik Lagos fue pírrico. La dupla PRI-PVEM obtuvo un total de 1, 180,147 votos contra 1, 179,327 del PAN. Por su parte Movimiento progresista 1, 1012,818 sufragios. Así, Peña Nieto obtuvo menos votos en Veracruz que los obtenidos por Javier Duarte de Ochoa como candidato a la gubernatura. No cabe duda de que hizo falta el alquimista Fidel Herrera Beltrán para cumplirle satisfactoriamente al mexiquense de acuerdo a lo ofrecido.- Xalapa, Ver., Julio 4 de 2012

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Ya en la recta final de un proceso electoral de lo más atípico,  las campañas de los aspirantes a la presidencia de la República concluyen con los cierres regionales. Por  lo que se refiere a propuestas y promesas están agotadas. Todo quedó en encuestas, slogans, generalidades y proyección mediática de imagen. En los últimos diez días no hemos escuchado nada que abone a enriquecer lo ofertado por los cuatro presidenciables.

 La percepción que se tiene es que las campañas como tales concluyen degenerando en dimes y diretes, descalificaciones con o sin sustento y, vale la pena señalarlo, en el sospechosismo en torno a las malas artes de lo que se ha dado en llamar “ingeniería electoral” de los partidos en contienda.

 Ahora, a escasos 7 días de la elección, el balón ya no está en manos de los candidatos, sus estrategas de campaña tienen hoy la batuta valiéndose de sus mejores armas de mercadotecnia política en el último tramo, bien para reafirmar ante la opinión pública que en un mundo de ganadores los perdedores no tienen cabida, bien para convencer de que en el castillo de la pureza democrática ya no es viable la opacidad y el fraude electoral.

 Sin embargo, a mi juicio este último intento por convencer al electorado de la autenticidad de la distancia que separa en las preferencias a uno u otro candidato conlleva, de manera no explícita, la intención lo mismo de parte de los estrategas del PRI que del PAN de construir un falso escenario mediático sobre las consecuencias del día después de la elección, caso de que el candidato del Movimiento Progresista sea derrotado en las urnas o resulte triunfador en la contienda. Manipulando a la opinión pública para desde ya sembrar una vez más  la semilla de odio en torno al reciclado “peligro para México”.

 Así, el énfasis mediático ya no esta puesto en el triunfo inobjetable de Enrique Peña Nieto o Vázquez Mota ó en lo que estos ofertan en el mercado electoral. Siendo ya prácticamente inamovible el voto duro de todos los partidos en contienda, la tónica de campaña ha dado un vuelco y ahora la estrategia tanto del PRI como del PAN es “jugar con el miedo” en la mente de los llamados “indecisos”, creando el enigma del día siguiente a las elecciones.

 Estrategia a la defensiva ésta última, curándose en salud tanto el PRI como el PAN por lo que pudiera suceder, pero enfocada a inhibir el voto a favor de Andrés Manuel López Obrador. Apuntando todo el potencial mediático con que aún cuentan, y algo más,  a la descalificación de las llamadas izquierdas, con Andrés Manuel a la cabeza tratando de sembrar “dudas razonables” entre los indecisos. Para ello pone a prueba a éste segmento ciudadano, ofreciéndole en bandeja de plata la opción de aceptar o rechazar al candidato de Movimiento Progresista por ser este un riesgo para la estabilidad nacional y un peligro para la seguridad de las familias. ¿Qué pasará si López Obrador no acepta la derrota en las urnas si desde ahora por anticipado anuncia un nuevo fraude electoral? ¿Qué pasará en México si la ciudadanía se equivoca y concede el triunfo a un enemigo de las instituciones democráticas? Es el enigma del miedo que ponen en la mente de los “indecisos” menos informados, más vulnerables a la manipulación,  bajo el supuesto de que estos también votan.

 El montaje mediático del día siguiente, indudablemente impacta con éxito en este segmento de los indecisos. Se escucha entre los que menos tienen decir que con el gobierno del político tabasqueño perderían sus magras propiedades, su empleo o los beneficios que hoy obtienen de los programas asistencialistas. Dejándose seducir por el canto de las sirenas mientras reciben despensas, utilitarios estrenando gorras y camisetas, si creían en la palabra de López Obrador, hoy dudan; el enigma está en su mente condicionando la intención del voto. Pero son los menos quienes repiten mecánicamente el mensaje subliminal que en su mente siembran quienes se oponen al triunfo de López Obrador. Lo que estaría por verse es si al jugar con  la capacidad de pensar y discernir de la gente, ello no se les revierte a los estrategas del PRI o del PAN frente a las urnas. Son más los que razonan que los que se dejan llevar por un manipuleo mediático que día a día pierde credibilidad.

 México está harto de violencia e inseguridad; pero también la ciudadanía es más madura, está mejor informada, más participativa, no se puede jugar a la ligera con la siembra de viento sin cosechar tempestades. El país ya es otro, eso deben entender tanto el PRI como el PAN. El peso específico de una nueva correlación de fuerzas políticas contrarresta mentiras que califican nuevamente al ex jefe de gobierno de la ciudad de México como “un peligro para México”; quien se valga de estos infundios para inducir el voto ó bien para violentar la voluntad popular, debe tener por seguro que saldrá raspado.

 Para las mayorías el enigma sembrado debe darse por resuelto. López Obrador podría no ser el mejor candidato deseado para responder a la actual coyuntura de un país en crisis, pero tampoco en el imaginario popular es el león autoritario y perverso como lo pintan sus detractores. Ni es un peligro para México ni su gobierno, de resultar triunfador en la elección pondrá al país patas arriba. Simplemente es el lider que México reclama.

 Estoy seguro que el electorado con madurez asimilará los resultados de la elección y, al día siguiente, a seguir en la cotidiana búsqueda de la chuleta, eufemismo con el que se disimula la lucha por la supervivencia en un país marcado por la desigualdad y la pobreza.

 Hojas que se lleva el viento

 Menudo enredo divide al priísmo veracruzano en vísperas de la elección. Ante la ausencia de un auténtico liderazgo del PRI en la entidad José Murat, ex gobernador de Oaxaca y cabeza visible del gobernador Duarte de Ochoa en el proceso electoral, no es aceptado por los integrantes del gabinete duartista encargados de la promoción del voto, tampoco por Erick Lagos, presidente del CDE y por Jorge Carvallo, coordinador de la campaña de Peña Nieto en la entidad. A su vez, el dirigente estatal no se entiende con Carvallo y, este último, no es bien visto por quien desde el quinto piso de la torre Ánimas administra los dineros para la campaña como tampoco por los aspirantes al senado. Haga su pronóstico estimado lector.

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 De que no lo quieren, no lo quieren en la capital veracruzana, pero Reynaldo Escobar Pérez no ceja en su intento de ganar la diputación por el distrito “Xalapa urbano”, cueste lo que cueste. Tan no lo quieren que ya le cuestionan el que esté jubilado por el IPE con ingresos superiores a los 85 mil pesos mensuales en una demarcación electoral en el que la población trabajadora apenas percibe dos salarios mínimos por jornadas de  8 o más horas de trabajo. Y eso que la mayoría no conoce de sus fastuosas residencias y ranchitos.

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 El abanderado del PRI a la presidencia de la República dice que “En democracia no cabe anticipar fraudes”. Los xalapeños pensamos diferente, sospechando que Fidel Herrera dejó una muy arraigada escuela en eso de comprar conciencias y voluntades entre la población más desprotegida. La burra no era arisca, no olvidamos que el filósofo de Nopaltepec en épocas electorales afirmaba que “En política lo que se compra con dinero es barato”. Aguas señores mapaches, el horno no está para bollos.- Xalapa; Ver., Junio 23 de 2012

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Fernando Camacho Servín / La Jornada

Más de 600 organizaciones civiles y ciudadanos a título personal dieron a conocer ayer un manifiesto donde advierten que si en las elecciones presidenciales del primero de julio hay visos de fraude, saldrán a movilizarse para impedir cualquier intento de atropellar la voluntad popular, ya que ésta podría ser la última oportunidad para generar un cambio en el país por la vía de las urnas.

La misiva –firmada por personajes como el obispo de Saltillo, Raúl Vera; Pablo González Casanova, Javier Sicilia, Miguel Concha Malo, Rosario Ibarra de Piedra y Enrique Semo, entre otros– está dirigida a las autoridades de los tres niveles de gobierno y en ella se señala que el país se encuentra en un estado de emergencia y desastre nacional debido a la imposición de una economía parasitaria y estancada.

Con el respaldo de organizaciones religiosas, de migrantes, campesinas, sindicales, ecologistas y de defensa de los derechos humanos, en el documento se señala que la situación se ha agravado por la guerra desatada por el gobierno federal, no para combatir al crimen organizado sino para proteger intereses de empresas monopólicas, lo cual ha provocado una catástrofe humanitaria.

Ante ese escenario, los comicios representan la posibilidad de lograr cambios por la vía institucional, pero el éxito del proceso dependerá en buena medida de que las autoridades legales y los poderes fácticos respeten la voluntad popular, ya que de lo contrario tal vez ésta sea la última oportunidad para que siga vigente la vía electoral como medio para acceder al gobierno en un clima de paz social.

En la carta, los firmantes subrayan que en la historia reciente del país han ocurrido varios ejemplos de fraude e imposición, entre ellos los comicios presidenciales de 1988 y 2006, y siguen ocurriendo prácticas nocivas, como la utilización de dinero del crimen organizado, rebase de topes de campaña, compra de votos, incapacidad e ineficiencia de los órganos electorales, uso propagandístico de las encuestas e incluso intimidación y muerte.

Celebran la aparición del movimiento estudiantil y juvenil #YoSoy132, que ha puesto de manifiesto la grave decisión del monopolio televisivo de imponer a su candidato como presidente de la República para resguardar los privilegios de las minorías que detentan el poder político y económico.

En el documento se enfatiza que siguen ocurriendo prácticas utilizadas en elecciones anteriores que ponen en riesgo el pleno respeto del derecho al sufragio efectivo, por lo cual se deja claro que si las autoridades planean cometer un fraude, tendrán como respuesta nuestra movilización y nuestra resistencia. Lo haremos de manera pacífica, no violenta, pero con la firme determinación de revertir cualquier intento de atropellar la voluntad popular.

Por último, los firmantes del pronunciamiento convocan a una Asamblea por la Paz y la Legalidad Electoral, que se realizará este sábado a las nueve horas en la Universidad Obrera de México (San Ildefonso 72, Centro Histórico), y a reunirse el 14 de julio –en un sitio por definir– para evaluar el proceso electoral y acordar acciones al respecto.

Sí cargué los dados contra López Obrador en 2006: Fox

Milenio

México.- Vicente Fox Quesada reconoció haber “cargado los dados” contra Andrés Manuel López Obrador en la contienda electoral de 2006 por la Presidencia de la República.

En el programa Antena Radio Primera Emisión, la pregunta directa de Mario Campos fue: “¿Cargó los dados contra López Obrador?”

“Pues claro que sí, en lo que pude, claro que sí, y es democrático; por eso lo digo yo y lo dije: fue un segundo triunfo para mí”, respondió Fox en la entrevista que se difundirá hoy y de la cual se transmitió ayer un fragmento relacionado con los comicios federales de hace cuatro años, en el último año del mandato del guanajuatense.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Hay ocasiones en que lo más sensato para nuestra salud mental es aceptar nuestra realidad, tal cual, me dice un vecino. Esto, referido al proceso electoral en Veracruz, cuya conclusión no tiene para cuando, encierra una gran verdad. No podemos pedirle peras al olmo, sin riesgo de incurrir en demencia. El arroz ya se coció, chueco o derecho, Javier Duarte será Gobernador. No porque estemos convencidos de que el voto le hubiera favorecido, simplemente porque no podemos ir en contra de la realidad de un país en el que la voluntad soberana de las mayorías está secuestrada por los poderes fácticos que controlan la vida económica, política y social de México como Estado-Nación. Así de simple.

El argumento de que en las democracias se gana o se pierde por un voto, es una falacia a modo de quien lo defiende. Para que esta tesis tuviera un mínimo de sustento, tendría que existir la democracia como algo concreto, tangible y no como utopía con la que sueña el hombre libre desde la noche de los tiempos. Cuantitativamente gana Javier Duarte la gubernatura de Veracruz -así lo afirmé desde el mes de marzo-, porque por sobre todas las cosas, así lo quiso el Maestro Fidel Herrera Beltrán, quien, desde la aprobación de las reformas al código electoral, designación de candidato de su partido hasta el control del Instituto Electoral Veracruzano y, posiblemente del Tribunal Estatal Electoral, tomara unilateralmente aquellas decisiones que mejor convinieran a sus intereses y los que representa en la entidad.

Cualitativamente, es otro cantar. Javier Duarte de Ochoa “gana” hasta este momento la elección por la voluntad de un millón 392 mil 386 votos, reales o de origen dudoso, y contra la voluntad de un millón 736 mil 847 de veracruzanos que sufragaran en contra del candidato priísta a la gubernatura. Es decir, gana con el 44 % del total de sufragios “legalmente” válidos. En una “democracia madura”, para obtener el triunfo debería haber obtenido el 50 % más uno para que éste fuera legítimo. Un voto entonces si hubiera significado cualitativamente la diferencia a su favor, lo cual no sucedió.

Si el “triunfo” lo refiriéramos a la lista nominal validada por el IFE, el número de votos obtenido por el Sr. Duarte, apenas representaría el 26 % del total de electores potenciales. Y aunque el candidato priísta no tuviera la culpa de que el sufragio no alcanzara el 100 por ciento de los votantes registrados en el padrón, legítimamente no está en condiciones de afirmar que será gobernador por la voluntad mayoritaria de los veracruzanos.

Bastaría con remitirse a la desagregación de los resultados electorales, Distrito por Distrito, para echar por tierra su aseveración y la de quienes desde su partido y la mayoría de los medios de comunicación se hacen eco de tal apreciación.

La teoría es una cosa y la realidad es otra y a ella tenemos que remitirnos para no incurrir en insanía mental. Hasta este momento nos guste o no nos guste, digan lo que digan los porcentajes aludidos, debemos esperar que el Tribunal Electoral de Veracruz expida constancia de mayoría al Sr. Duarte, quien así asumirá el carácter de gobernador electo, en tanto el TRIFE no sentencie en contrario.

Lo que sigue, en términos prácticos ya no es de nuestra incumbencia como ciudadanos. Nuestra participación, buena, mala o regular se expresó el domingo 4 del presente. Hasta ahí tuvimos vela en el entierro. El tema del cómputo, las impugnaciones y lo que los tribunales determinen al respecto, está fuera de nuestra esfera de competencia como sufragantes modositos y bien portados. Lo que tres personas desde el Poder Judicial de Veracruz o, en su caso, el Tribunal Federal Electoral, sentencien sobre el particular, es lo que cuenta, estando todos obligados a apechugar en consecuencia.

Así que estimados paisanos, a lo nuestro. Que reine la calma entre nosotros y todo mundo a lo suyo, la persecución cotidiana de la chuleta y los buenos ratos de solaz esparcimiento frente a la tele. Dejemos que nuestras autoridades, los partidos, los políticos y los jueces,  hagan lo que saben hacer y olvidémonos por un buen rato de la democracia. No desesperemos, ya vendrán tiempos mejores en los que habiendo aprendido a abrir los ojos, exijamos aquello que establece nuestra Carta Magna como derecho inviolable de los ciudadanos.

Valoremos nuestra salud mental. Digamos, convencidos o no, al unísono con las empresas periodísticas, que el Sr. Duarte de Ochoa sucederá al Maestro Fidel Herrera Beltrán en la gubernatura de Veracruz. Lo demás será tema anecdótico para esos buenos escritores que, de manera tan brillante, saben acomodar la realidad poniéndola al alcance de la comprensión del ciudadano de a pie, y no motivo de desavenencias familiares o entre amigos que a nada positivo conducen.

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El candidato de la coalición Veracruz para adelante (PRD, PT y Convergencia), Dante Delgado Rannauro, sin descartar acudir ante la Sala Superior del Tribunal Electoral de la Federación,  acudió al Consejo Distrital XI en Xalapa, para impugnar la elección estatal y buscar su anulación. “Estamos aquí para presentar el recurso de la impugnación para la nulidad de la elección”, señaló.

Dijo que las pruebas que presentó en 15 cajas son “fuertes, sólidas, contundentes”, por lo que la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado (TEPJE) podría marcar un precedente en términos electorales.

“Estamos seguros de que se va a marcar un precedente de que el abuso del poder, el ejercicio abusivo de la autoridad y el manejo discrecional de los recursos públicos, de los organismos electorales, de las casas encuestadoras, no puede ser impune en este país”, afirmó.

El candidato de Veracruz para Adelante señaló que la finalidad de interponer este recurso de impugnación, además de buscar la anulación de la elección, es “rescatar la imparcialidad y la objetividad del Instituto Electoral de Veracruz  y que se respete el estado de derecho”.

Dante Delgado se rapó a “coco” en presencia del presidente del Consejo Distrital, para expresar simbólicamente que de manera civilizada mantendrá en pie su lucha por la legalidad.

Por su parte, El equipo jurídico del candidato a la gubernatura de la alianza Viva Veracruz (PAN-Nueva Alianza), Miguel Ángel Yunes Linares, presentó recurso de impugnación ante el Consejo Distrital XXII con sede en Boca del Río.


El fraude ya está en marcha

Miles y miles de boletas circulan en los 212 municipios de la entidad veracruzana marcadas a favor del PRI para el relleno de urnas. El fraude electoral está a unas cuantas horas, no dejemos que esto suceda. Luchemos por la democracia.

Andrés Landa Espinosa (Facebook)

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