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Tag Archives: Fukushima

ABC.es

El operador de la central nuclear japonesa de Fukushima, Tepco, ha anunciado hoy que va a arrojar al mar 11,5 millones de litros de agua radiactiva acumulada en las instalaciones accidentadas. Un portavoz de Tokyo Electric Power (Tepco) ha precisado que «unos 10 millones de litros de agua almacenados en las cuvas y 1,5 millones actualmente en los reactores 5 y 6 van a ser vertidos en el océano (Pacífico) en cuanto se prepare el dispositivo». Cientos de trabajadores, bomberos y soldados han rociado durante días y noches con millones de litros de agua las instalaciones, para impedir que las barras de combustible entren en fusión y evitar una catástrofe nuclear más grave que la de Chernobil de 1986. Pero ese procedimiento ha inundado con agua radiactiva los edificios y las galerías subterráneas, lo que retrasa el avance de los trabajos para volver a poner en funcionamiento la red eléctrica. «Agua altamente radiactiva se ha acumulado en las salas de máquinas, en particular en la del reactor 2», ha afirmado el portavoz de Tepco. Los análisis efectuados indicaban una tasa de radiactividad superior a 1.000 milisierverts por hora, lo que impide toda actividad humana. 

Reuters

Los niveles de radiación se están elevando en el agua de mar cerca de la destruida planta Daiichi en Fukushima, dijo el sábado la agencia de seguridad nuclear de Japón, dos semanas después de que la estación de energía fuera impactada por un poderoso sismo y un posterior tsunami. Mientras ingenieros intentaban sacar charcos de agua radiactiva de la planta nuclear situada a 240 kilómetros de Tokio, la agencia dijo que las pruebas del viernes mostraban que el yodo radiactivo se elevó 1.250 veces más de lo normal en las aguas marítimas situadas justo frente a la planta. Funcionarios dijeron que los niveles de yodo radiactivo en el agua de mar a 30 kilómetros del complejo nuclear estaban dentro de los límites aceptables establecidos por regulaciones y que la contaminación representaba pocos riesgos para la vida marina.

Pese a tal afirmación, la noticia podría aumentar la preocupación internacional por las exportaciones de productos marinos japoneses. Varios países ya han prohibido las importaciones de leche y alimentos de áreas que rodean a la planta Daiichi, mientras que otros están monitoreando los pescados y mariscos japoneses.

ABC Internacional

Según ha informado la agencia Kyodo citando fuentes gubernamentales, esta misma mañana se han detectado trazas de yodo radiactivo en el agua del grifo de Tokio y otras ciudades. La radiación que ha escapado esta semana de la siniestrada central nuclear de Fukushima, a 250 kilómetros al noreste de Tokio, ya está afectando al agua del grifo de esta y otras ciudades, además de a las tierras de cultivo y ganaderías cercanas a Fukushima. Como primera consecuencia, el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar del Gobierno japonés ha ordenado interrumpir la venta de todos los productos alimentarios procedentes de la prefectura de Fukushima, según ha informado la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA). “La situación en la planta sigue siendo impredecible, pero al menos hemos impedido que continúe deteriorándose”, concluyó Edano.

Luchan por refrigerar los reactores 2 y 3 de Fukushima y crece el número de muertos

Qué ocurre dentro de la nucleoeléctrica

Por el accidente en la planta de Fukushima no logran enfriar los reactores. Si sus núcleos siguen recalentándose, podría derretirse el combustible nuclear y fundirse con su contenedor de acero y las radiaciones escaparían envenenando todo.

La planta Daiichi de Fukushima que tiene en vilo a Japón y al mundo tiene seis reactores nucleares. Tres de ellos estaban fuera de funcionamiento el día del terremoto por mantenimiento. Los otros tres se apagaron dos minutos después del terremoto.

De los tres reactores fue el número 1 el que sufrió primero las consecuencias del terremoto del viernes 11 de marzo. El sábado falló el 3.

El reactor 1 que equipa Fukushima se conoce como BWR, que traducido del inglés significa «agua hirviente». En esta usina el centenar de elementos combustibles atómicos (barras de uranio enriquecido) está encerrado dentro de un contenedor lleno de agua, que cumple la misión de refrigerar el núcleo y moderar la reacción nuclear. En esa «caldera atómica», el agua entra en ebullición y produce el vapor que moverá una turbina acoplada a un generador de electricidad. Luego, el vapor producido por la «caldera atómica» es reinyectado al interior del reactor tras volver a estado líquido para cumplir con su misión de enfriamiento. Allí es donde en apariencia se produjo la falla que puso al mundo en alerta.

Con el temblor, las centrales fueron desactivadas automáticamente. Pero, a diferencia de las usinas convencionales, los reactores requieren ser enfriados durante algunos días para evitar, precisamente, que se funda el núcleo. Un «apagón» en la planta, producida por el terremoto, impidió operar motores, válvulas e instrumentos que controlan los sistemas refrigerantes en el interior del núcleo.

Sin sistema de frío que lo controle, el núcleo se recalienta y puede generar un derretimiento del combustible nuclear que se funde con el tacho de acero que lo alberga. En esas circunstancias las radiaciones escapan a la atmósfera y envenenan lo que encuentran al paso. Lo mismo podría ocurrir en el reactor 3.

«El riesgo de un derretimiento se vuelve una realidad», estimaron especialistas brasileños y argentinos consultados por Clarín. Fue lo que ocurrió en Chernobyl.

Si bien es cierto que la «olla nuclear» está dentro de un contenedor de acero, de forma cilíndrica que su vez es protegido por un edificio de concreto, no es posible descartar una «crisis nuclear»: el núcleo podría alcanzar temperaturas tan elevadas que la masa derretida se funda al contenedor y de allí trasvase al exterior. De eso se trata cuando se habla de «fusión del núcleo» del reactor.

Por el aumento de la presión en el interior de la central, que duplicó el estándar permitido, los operadores de Fukushima decidieron liberar vapor al exterior. Pero como no lograron controlar el exceso de calentamiento del núcleo, inyectaron agua de mar en el edificio con ácido bórico en su lucha por bajarle la temperatura a la central e inhibir la reacción nuclear.

Con la liberación de vapor a la atmósfera necesariamente hay una contaminación radiactiva a la que quedan expuestos los habitantes de la zona. Es lo que le ha ocurrido a al menos 160 personas.

Según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, el accidente en Fukushima alcanzó el grado 4 y sólo fue superado por el de la planta ucraniana de Chernobyl (nivel 7) y el de Three Mile Island, EE.UU., en 1979 (nivel 5). Clarín.com

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