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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Exito de Peña Nieto en la Ibero“Nos llena de sentimiento y dolor como ciudadanos lo que hicieron los jóvenes», expresó Gabriel Quadri, abanderado de Nueva Alianza en la búsqueda de la presidencia de la República, en referencia al abucheo y rechazo que sufriera Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana, en tanto que el dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell sobre el mismo tema dijera estar consternado por la intolerancia de jóvenes mal motivados, señalando que la Ibero ya no es la universidad crítica y respetuosa que solía ser. Expresiones que de entrada, implícitamente, además del clásico desgarre de vestiduras, se interpretaría como condena a una agresión al candidato presidencial del tricolor e incluso, al clima de civilidad y democracia que debe reinar en el proceso electoral en curso.

En el marco de este proceso que culminará con la elección del primer domingo de julio próximo, tanto el hecho en sí de repulsa al Sr. Peña por parte de un grupo de jóvenes alumnos de una institución formadora de la élite empresarial y política de México, como el desgarre de vestiduras al calce, sin duda tienen muchas lecturas, incluyendo el responsabilizar a priori a López Obrador y sus seguidores de ser los motivadores del desaguisado, como ya se ha hecho público en diversos medios de comunicación.

Yo me quedo con la siguiente:

Los jóvenes, estudiantes, trabajadores o sin empleo, independientemente de su extracción social y poder económico, no están al margen del clima de descomposición que en todos los órdenes de la vida nacional acusa el país. Reiteradamente se califica a éstos como “apolíticos”, frívolos, desinformados  e importamadristas, reacios a participar con talante crítico y propositivo en la política de su localidad o del país, cuando objetivamente a mi juicio ni es así ni se debe generalizar. La juventud en su particular circunstancia, manera de concebir el mundo en el que les ha tocado vivir y lo que este les ofrece entre crisis y convulsiones, conciente o inconcientemente conocen y saben que en el régimen de democracia representativa en la próxima elección está en juego su propio futuro.

Saben y no hay manera de contradecirles, que lo que hoy heredamos a las nuevas generaciones está preñado de incertidumbre, desencanto e innecesaria violencia social y económica en un clima de intolerancia para quienes piensan diferente.

Excluidos como son de la toma de decisiones, tanto en el seno del hogar como en el conjunto social, no tienen otra vía para canalizar su frustración y pérdida de confianza en el futuro que heredan, que mediante acciones esporádicas, caóticas en muchos casos como se observa en diversos rincones del planeta en las que pacífica o violentamente, se manifiestan indignados como presentes en la sociedad, expresando su sentir de rechazo y su anhelo de un mundo mejor. Manifestaciones que para el sistema dominante, como en el caso en comento, se tildan de intolerancia inducida, desorden injustificable y anarquía fruto de desinformación carencia de principios y valores trascendentes, así como resultado de manipulación extralógica, como si la juventud de hoy y de siempre no fuera capaz de pensar por sí misma, actuando en consecuencia.

Para el sistema, que mejor que contar con una juventud bien portada, plena de esperanzas y optimismo, con una ruta de vida en congruencia con lo que se les ofrece hoy y para el futuro por parte de caducos y agotados modelos de desarrollo que reproducen el círculo perverso de explotación pobreza y violencia. Nada más alejado de necesidades y expectativas de una juventud que se rebela frente a un estado de cosas que no sólo les lastima, también les cancela toda opción independiente de futuro. No más exclusión, expresan de muy diversas maneras en su vida cotidiana; encontrando en la participación el camino por el que transitar en la construcción de nuevos horizontes, así sea ésta desorganizada, anárquica, coyuntural y esporádica en tanto que es la única vía pacífica a su alcance en un régimen político en descomposición que se niega a escucharles.

En este contexto, lo que se califica desde las esferas del poder como “agresión”, no es otra cosa que reacción y respuesta a otra manifestación de agresión, más profunda y de mayor relevancia para la vida pública de México, que todos sin excepción sufrimos cotidianamente en carne propia pero que, a diferencia de los jóvenes, quienes les antecedemos carecemos del valor para ponerla en primer plano, denunciándola, condenándola y participando en un esfuerzo colectivo por frenarla y, si es posible, erradicarla.

¿O no acaso es agresión lo que nos receta día con día, una clase política corrupta, insensible y oportunista que sin más nos ofende, lastima e indigna?

Tal agresión, que llega ya a niveles insoportables en México, es el pan de cada día para las grandes mayorías de este sufrido país. Va desde la corrupción rampante hasta la simulación, el gatopardismo, engaño, y el saqueo impune tanto de recursos propiedad de toda la Nación como de los magros haberes de quien trabaja para apenas sobrevivir. Culminando con el secuestro de la voluntad ciudadana y la cancelación del futuro para las nuevas generaciones.

La rechifla y la puesta en su lugar a un Enrique Peña Nieto, expresión viva de tal agresión de que la mayoría somos víctimas, no se compara con el silencio cómplice del candidato presidencial del PRI ante la criminal presencia y actuación de una Elba Esther Gordillo y su mafiosa camarilla en la vida pública e institucional del país. Más allá del chisme y el rumor sobre la vida privada del mexiquense, el sólo consentir el que esta lacra parasitaria siga dañando a la sociedad en una instancia vital para el presente y futuro de México, como lo es la educativa, minimiza  “la intolerancia” como ha sido calificada la respuesta de los jóvenes estudiantes de la Ibero, poniendo de relieve por sobre cualquier otra consideración  el alcance de la agresión que victimiza a todo el pueblo de México.

Por otra parte, en relación a la coyuntura electoral en curso, que más agresión a la sociedad que el dispendio de recursos de los contribuyentes aplicados a la elección de julio próximo, en un estéril intento  de vendernos la idea de que sobre todas las cosas, el más de lo mismo en un cambio para seguir igual, contribuye a la salud de la Nación. Cada peso aplicado es un insulto a la inteligencia de los mexicanos y expresión veraz del grado de grosera agresión a los más de cuarenta millones de pobres, entre ellos, los excluidos de siempre, nuestros pueblos originarios.

Peña Nieto, en todo caso, sólo recibió una pequeña muestra de como los jóvenes recogen y recrean la memoria histórica en torno a una constante que, como denominador común,  permea en la mayoría de la población. Ni más de lo mismo ni olvidar la execrable experiencia de la permanente agresión del priísmo a las mayorías empobrecidas. Ni en López Obrador ni en sus seguidores más radicales está el origen de la rechifla y rechazo a la candidatura del mexiquense, éste está inscrito en los anales de la historia de México.

Si como afirman políticos que se sienten agredidos por la manifestación de inconformidad e “intolerancia” de jóvenes universitarios, es condenable en tanto abona a calentar el clima de polarización y encono del proceso electoral en curso, agregándole más leña al fuego, para quien esto escribe, bienvenida sea la voz de una juventud inconforme que contribuye con frescura al despertar del México dormido.

Hojas que se lleva el viento.

El Sr. Doctor Javier Duarte de Ochoa, gobernador priista de Veracruz, insiste en negarse como joven inteligente, maduro y políticamente apto, cuando en pleno proceso electoral y frente a los descalabros del Sr. Peña, candidato presidencial de su partido, atribuye al liderazgo sindical que representa los intereses de Elba Esther Gordillo “la gran palanca para transformar la vida de millones de niños y jóvenes”. Las frases vertidas por el gobernante con motivo del día del maestro, no merecen mayor comentario.

Desde Xalapa recibo un telefonazo de calificada fuente: “Enrique Peña Nieto se derrumba en Veracruz. La impotencia del gobierno priísta en la entidad para brindar seguridad y confianza frenando la violencia desatada, es responsable. La edición del 12 de mayo  de Diario de Xalapa destacando en primera plana el éxito de Peña en la Ibero derramó el vaso”.

Otro telefonazo desde Cancún: Joaquín González Castro”, veracruzano, oriundo de Córdoba, militante de Movimiento Ciudadano, ex alcalde del municipio de Benito Juárez, ex secretario de finanzas del gobierno de Quintana Roo, ex senador y ex presidente del Tribunal de Justicia de esa entidad federativa, cuya candidatura para repetir en el senado abanderando al Movimiento progresista fuera avalada por López Obrador, fue bajado bruscamente de la contienda por ajustes al interior de las tribus perredistas y componendas con el corrupto gobierno priísta en el estado.” Lástima, Quino además de ser un político fogueado, honesto y muy querido y respetado en todo el estado, era garantía de triunfo para las llamadas izquierdas en Quintana Roo. La causa, sin duda, el que la burocracia dirigente del PRD dominada por los chuchos” escucha mucho ruido en el tapanco al darse ya como un hecho que pasadas las elecciones de julio, “Morena” se transforma en partido político nacional. La lana de las prerrogativas está en juego, impedir el arribo de Andrés Manuel a Los Pinos es el camino.- Mérida, Yuc., mayo 13 de 2002

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