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Tag Archives: Indígenas

Ricardo Robles O.

Acteal, en estos días, ha provocado tantas palabras –las más en repudio de la actuación de la Suprema Corte de Justicia–, que nada nuevo pretendo decir ahora. Así suele sucedernos, ante las conmociones necesitamos hablar, hay un algo que lo exige aunque el qué y el para qué no queden claros. Son las lealtades quizá, ésas que se van acumulando revueltas con los sueños y las amistades profundas. Son, tal vez, los antiguos sentimientos que reviven dentro sin expresiones conceptuales precisas porque ellas nunca logran expresar cabalmente lo profundo. Son, a lo mejor, los impactos que nos han transformado, impactos del amor o del dolor, de la injusticia, del otro o de los otros tan golpeados, tan ofendidos, que alguna vez no nos dejaron ser como éramos. Que sean lealtades, sentimientos o impactos es lo de menos, de cualquier modo son huellas gratuitas que nos deja la vida, ofrecidas como un don por los vejados, los pobres, los desdeñados. Y como al fin de las cuentas son esas huellas las que terminan dando sentido y rumbo a nuestra propia vida, son las que nos urgen a clamar ante el horror del poderoso sobre el menospreciado. Me voy, así, a los recuerdos de algunas huellas que me ayudan a decir lo que necesito detestar ahora.


Hace cinco años, en este mismo espacio, evoqué lo que ahora retomo: una plática en la selva chiapaneca. Fue unos meses después de Acteal. El motivo del encuentro era otro, pero yo traía una preocupación pendiente. Le pregunté al comandante Tacho cómo estaban, qué cambios del corazón les había traído Acteal. Me miró sorprendido y dijo, como solía decirme: don Ricardo, pero si eso ya lo habíamos hablado tú y yo, ya lo sabíamos. Y luego retomamos sus opciones zapatistas sobre la vida y la muerte, el ya estamos muertos tan sabido, sobre las provocaciones que montarían los gobiernos, sobre la necesidad de no caer en ellas y de cómo habría que resistir con lucidez y paz a la violencia gubernamental.


Años antes, el día de las únicas firmas que hubo en San Andrés, las luego perjuradas por los tres poderes, teníamos esa misma sensación de ver venir lo que ya nos sabíamos. Lo dijeron los comandantes con palabras cercanas a éstas: Hasta ahora los acuerdos son sólo papel, a ver si ahora sí cumplen, porque siempre nos han engañado, nos han mentido. En entrevistas al día siguiente, varios de los asesores decíamos lo mismo. Ésa había sido nuestra experiencia, no habíamos vivido un diálogo, sino una faceta diferente de la misma guerra de baja intensidad, decíamos. Ya lo sabíamos, aunque preferíamos pensar en la inesperable esperanza. Años después las Cámaras aprobaron una ley diciendo que así cumplían. Mentían de nuevo, y ya lo sabíamos desde antes de conocer la iniciativa de tal ley.


Ahora, ya sabíamos que con su larga trayectoria de acomodos jurídicos, la Suprema Corte de Justicia se vería una vez más en su espejo con su sonrisa de quien complace al poder. Lo ya sabido no provoca sorpresa ni decepción siquiera. Duele, avergüenza y nos deja cada vez más escépticos ante las autoridades. Nada más.


Hemos ido comprobando en numerables atropellos a los derechos indígenas que siempre existe la duda jurídica, si no, los casos no llegarían ni al juez. La duda puede serlo de verdad o puede ser fingida buscando algún resquicio legal que permita sacar algún provecho.


La justicia en México suele cantearse, con impresionante frecuencia, hacia el que tiene y puede. Quedan casos que no enlisto por fatiga y sólo ejemplifico. Están las controversias constitucionales, los casos de Atenco, Oaxaca y Puebla, los ecologistas muertos o presos de conciencia, las gastritis múltiples y multisomáticas, cobijando violaciones; los luchadores sociales criminalizados. Están los despojos para el turismo, las minas, la energía, los bosques, las aguas, y cualquier proyecto que conlleve inversiones y lucro. Están los funcionarios cupulares culpables e impunes, siguiendo en su gremio las leyes del narco: si estás más abajo cargas con el riesgo de perderlo todo y de ser chivo expiatorio, y mientras más arriba estés, eres más intocable.


La Corte tenía que colocar y soldar el siguiente eslabón de una cadena de injusticias de casi 12 años, extender cartas de impunidad a los que convenía que las recibieran, liberar de ese peso a las actuales y antiguas autoridades, abrir los espacios para el libre comercio de lo que los indios son y tienen, y para ello atemorizar, amenazar y humillar tácitamente. Tenía que dar el golpe y esconder la mano. Ya lo sabíamos.

La Jornada. 20/08/09

Los millones de pesos que el gobernador Fidel Herrera Beltrán está destinando a difundir su triunfalista IV Informe de Gobierno en medios electrónicos e impresos, es dinero literalmente tirado a la basura. Bastó una nota informativa en la Jornada recogida por el Centro Independiente de Noticias -que ya le dio la vuelta al mundo y que la prensa veracruzana no publicó-, para exhibir la realidad veracruzana. La desigualdad, pobreza y exclusión, reprimida con violencia, no se puede ocultar bajo la alfombra mediática.

Centro Independiente de Noticias

Evitan protesta ante informe del gobernador

[méxico][medios][la jornada]

Andrés Timoteo Morales (Corresponsales)


Jalapa, Ver., 12 de noviembre. Unos 3 mil indígenas totonacos y huastecos, entre ellos mujeres, niños y ancianos, se enfrentaron con policías de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, cuando pretendían llegar a Jalapa para instalar un plantón frente a las oficinas del gobernador Fidel Herrera Beltrán.

Apoyados con perros de ataque y gases lacrimógenos, los policías interceptaron, sobre las carreteras Gutiérrez Zamora-Veracruz y la autopista Cardel-Jalapa, a los 20 autobuses en que viajaban de los campesinos, integrantes del Comité de Defensa Ciudadana (Codeci).

Catarino Torres, dirigente estatal del comité, informó que mil comuneros están retenidos cerca del Agrocentro Siglo XXI, ubicado sobre la autopista Cardel-Jalapa, mientras que otros 2 mil fueron interceptados por la caseta de peaje del puente de Nautla, sobre la carretera Gutiérrez Zamora-Veracruz.


La intención de los labriegos es instalar campamentos en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada, frente a las oficinas de Herrera Beltrán, y en los alrededores del Congreso local, donde el gobernador rendirá su cuarto Informe de labores.


Los manifestantes reclaman el cumplimiento de dos minutas firmadas, en las que el gobierno se comprometió a dotar de terrenos, obra pública y servicios básicos a unas 3 mil familias que habitan zonas de alta marginación.


Destaca la adquisición de 10 mil hectáreas que serían dotadas a 2 mil familias indígenas de la región totonaca, la costa norte y la huasteca alta de Veracruz y la solución a conflictos por la tenencia de la tierra para 5 mil indígenas chinantecos y mazatecos de Oaxaca reubicados a Veracruz por la construcción de las presas Cerro de Oro y Temazcal.


Tampoco se han otorgado 500 plazas a docentes bilingües para zonas indígenas, obras de infraestructura básica y transporte rural; además de la indemnización por la agresión ocurrida el 19 de mayo pasado, cuando policías golpearon a indígenas que se dirigían a la capital del estado.

Tres indígenas fueron rematados por agentes estatales en el vehículo que los transportaba al hospital; el chofer también fue ultimado en presencia de su esposa.

Ejido Miguel Hidalgo, La Trinitaria, Chis., 4 de octubre. En el desalojo de de la zona arqueológica de Chincultik hubo seis muertos, 10 heridos de bala y un número indeterminado de detenidos, además de que todos los finados son campesinos, no policías, como se informó inicialmente, porque los pobladores no traían armas ni dispararon contra los uniformados.

“Preguntamos al presidente Felipe Calderón y al gobernador Juan Sabines: ¿por qué nos mandaron matar si un día antes habíamos tenido un diálogo con las autoridades para resolver el problema?”, reprocharon los habitantes y exigieron que se haga justicia por el asesinato de los seis hombres, “o la tomaremos por nuestras manos”.

Ver nota completa en La Jornada 05/10/08

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