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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

 No hay peor consejero que un estómago vacío. En las condiciones de deterioro económico, distensión del tejido social y un régimen político decadente y superado por la realidad,  el horizonte acusa nubarrones que podrían devenir en tormenta. 

Atendiéndose más a ilusorias panaceas, que a poner freno a la descomposición que permea en todos los órdenes de la vida nacional, el Congreso de la Unión, como en los viejos tiempos hoy reciclados del presidencialismo autoritario, legisla al vapor por mayoriteo y por consigna; sirviéndole la mesa al titular del ejecutivo que, obcecado, avanza en la imposición de reformas anti populares y cada vez  más alejadas de soluciones concretas a escollos estructurales de fondo. 

No obstante estar demostrado que el blindaje ofrecido por una supuesta fortaleza macro económica no es tal, se borda en lo accesorio, ignorándose lo sustantivo: dar viabilidad hoy al país para afrontar  la crisis sistémica globalizada.  

Antes al contrario, se persiste en sostener con maltrechos andamiajes un modelo de desarrollo que socavando el orden microeconómico, ni ofrece rumbo cierto lo mismo en la coyuntura que en el largo plazo, ni expectativas de progreso para las mayorías.  

Modelo que en el marco de la simulación y corrupción crónica, exhibe improvisación, vulnerabilidad e imprevisión. Mostrándose incapaz  para afrontar con relativa eficacia el evidente avance del deterioro que con carácter multidimensional,  trastoca horizontal y verticalmente la vida económica y social en la totalidad de la aldea global.  

Desde 2008 expertos, analistas y estudiosos del más alto nivel en México,  han insistido en advertir del riesgo que para México representaba el derrumbe de la burbuja financiera con repercusiones en la economía mundial, que daba lugar a una crisis sistémica que lo mismo afectaba a los llamados países del primer mundo que a los periféricos, pasando por los llamados emergentes. 

No se les ha escuchado. Para Calderón lo sustantivo era la guerra contra el crimen organizado y, en los ocho meses de la administración de Peña Nieto, la prioridad para este es trascender a la historia como el gran reformador.  

Para el gobierno y clase política en general, las advertencias pasaron desapercibidas. Se minimizó el fenómeno global y se confió en un blindaje más de papel que real, concentrándose en tareas partidistas y electoreras. 

En Veracruz, quien esto escribe, haciéndose eco de tales advertencias, en solitario así lo expresó. La entidad no podía ni debería seguir durmiendo el sueño de los justos en torno a una ilusoria bonanza, ignorando ser parte de un todo nacional que ya acusaba los primeros efectos de la crisis;  pretendiendo el gobierno en un increíble desplante de autosuficiencia y triunfalismo mediático convencer de que aquí no pasa nada, sin parar mientes en las consecuencias de no tomar las providencias exigibles.  

El sexenio de Herrera Beltrán concluyó dejando a Veracruz de rodillas. El Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, viene dando continuidad al triunfalismo sin sustento superando a su antecesor y, dando por hecho que gracias a un endeudamiento sin precedentes la prosperidad había sentado sus reales en la entidad. 

El tiempo, lamentablemente da la razón a quienes se les calificara como “agoreros del desastre” No hay forma de eludir los efectos de la crisis ni en el corto plazo modificar el rumbo. Ya están aquí, no se tomaron previsiones y hoy tanto en el ámbito nacional como un todo, así como en Veracruz uno de los eslabones más débiles de la cadena, se pagan las consecuencias.  

Con más del 50 por ciento de la población en condiciones de pobreza, con el 60 por ciento de la economía en la informalidad y con expectativas de empleo en el corto y mediano plazo que, a decir del secretario del trabajo, “se esfuman” con más de 200 mil puestos de trabajo que se perderán en el 2013, México acusa los efectos de la imprevisión y la simulación. 

La economía está estancada y en franco retroceso. La previsión de su crecimiento para el presente año pasó del 3.5 al 1.8 en la visión más optimista al confirmarse la desaceleración por parte de la Secretaría de Hacienda y el INEGI  Para los pesimistas apenas alcanzará el 0.5.  

Los efectos del deterioro en Estados Unidos y Europa, se trasladan a México por la vía del comercio y la especulación financiera. Ante una reducción de la demanda real, sus gobiernos privilegian mercado interno, estimulando a sus propios productores y consumidores. Las exportaciones para nuestro país se achican ante la contracción de nuestros tradicionales nichos en el mercado exterior y, la importación de bienes de consumo generalizado se ven incrementados ante la incapacidad manifiesta de México para asegurar soberanía alimentaria y crecimiento de la planta productiva.  

Como corolario, el poder real de compra del raquítico salario de los mexicanos se mantiene congelado, siendo notablemente insuficiente para incentivar empleo, consumo y producción en el mercado interno. 

En tanto que en el terreno de la especulación financiera, los capitales domésticos e internacionales van tras mejores condiciones de rentabilidad, fugándose de un México que no ofrece seguridad y rumbo cierto. 

El blindaje se concentró en la macro economía. Hoy la inflación y las políticas monetarias exhiben su vulnerabilidad en tanto que la micro economía, ignorada,  paga las consecuencias de la imprevisión cebándose en las capas más desprotegidas de la población. 

Para el secretario de hacienda, tras reconocer el desempeño mediocre de la economía, asegura que el crecimiento se reactivará en el segundo semestre del año, requiriéndose de un esfuerzo extraordinario en el gobierno y en la llamada sociedad civil. Para el Sr. peña y sus aduladores, sin decir cuando y como, las reformas presuntamente estructurales nos sacarán del bache. El compartir la renta petrolera con el capital privado, venga de donde venga, es la panacea.  

¡Vaya paradoja! En el medio de la mediocridad,  menor disponibilidad de la parte proporcional de la renta que PEMEX entrega al gobierno, mayores posibilidades de inversión pública y reactivación de la economía.  

Bien podemos esperar sentados con el estómago vacío, que fructifique  la ilusoria prosperidad que el presidente anuncia a bombo y platillo, ofreciendo para mañana lo que hoy no pasa de ser un buen deseo.  

El horno no está para bollos, anuncian cada día mayor número de “agoreros”. El descontento, frustración y hartazgo frente a un régimen político que construye castillos de naipes ignorando la realidad real, al igual que la crisis global ya está tomando cartas de naturalización entre las mayorías. Ya no son síntomas de deterioro y descomposición social, son  llagas a flor de piel de un país enfermo que la clase política, en todos sus niveles ignora y se resiste a ver. 

Gobierno federal y los correspondientes de las entidades federativas y el D.F., ya no administran los conflictos, resguardando Estado de derecho, seguridad y paz social; rebasados por una realidad que no controlan, su papel hoy se reduce al de bomberos  apagando fuegos que amenazan con incendiar toda la pradera.  

Y así, mientras México se debate entre la desaceleración, amenaza de recesión, devaluación y desempleo galopante, el estómago vacío de millones,  actúa como un pésimo consejero incitándole a la rebeldía. En este escenario, el próximo domingo Enrique Peña Nieto rinde su primer informe de gobierno.  

La pregunta obligada es: ¿aprobará ante el Pacto por México su aún gris desempeño?  Porque ante las mayorías  todo indica que saldrá reprobado.

Hojas que se lleva el viento

 ¿Estará enterado Alberto Silva Ramos, secretario de desarrollo social en Veracruz que en Xalapa, capital del estado, subsisten  mayor número de personas en condiciones de pobreza extrema que en los municipios de La Perla, Calcahualco, Mecayapan, Mecatlán, Filomeno Mata, Mixtla de Altamirano, Zontecomatlán, Ilamatlán y Aquila?.-  Xalapa, Ver., agosto 28 de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Los marineros que sólo tienen instrumentos meteorológicos para el buen tiempo, son incapaces de prever las tormentas. Alejandro Nadal

Mal momento para hablar de negocios con la República Popular China. Las reformas estructurales que promueve el presidente Peña fructificarán, si acaso, en el mediano plazo, mientras que en la coyuntura la economía nacional ya no quiere queso, sino salir de la ratonera.

Todos los indicadores, percepción y confianza de inversores y consumidores, están coincidiendo en torno a una evidente desaceleración de la economía en México, que no siendo ajena a la crisis globalizada mundial, se está topando con serios obstáculos estructurales internos que vienen de muy atrás y que, para salvarlos, hace falta algo más que reformas legislativas y privatización de lo poco que queda bajo el dominio público.

Observándose que la fortaleza macroeconómica y el blindaje frente a la crisis económico-financiera global,  no pasan de ser ilusoria realidad virtual.

Inflación, desempleo, fuga de capitales, abatimiento del ahorro interno, incremento galopante del endeudamiento de estados y municipios, desaceleración en la planta industrial y de la producción de alimentos, merma en el flujo de remesas que nos llegan del exterior, contracción del mercado exterior y doméstico, freno a la inversión pública y privada, el deterioro del poder adquisitivo del salario y de los fondos para el retiro, son focos rojos que apuntan hacia un alto riesgo de recesión para el corto plazo en México, acompañando en ello a nuestros vecinos del norte que en alto grado nos trasmiten los efectos de su entorno económico negativo.

No está a discusión si los escollos a que se enfrenta la economía son rescoldos heredados de los gobiernos panistas, o consecuencia de la estrategia del nuevo régimen. Ahí están y hay que enfrentarlos, antes de que sus efectos agudicen su incidencia en los terrenos de la microeconomía, agudizando la ya de sí vulnerable estabilidad social y gobernabilidad del país.

Productividad y competividad, panaceas propósito de las llamadas reformas estructurales neoliberales del gobierno peñista para participar con éxito en un escenario de libre comercio, no se construyen de un día para otro. Siendo, en la coyuntura, cartas a jugar en una relación comercial con la segunda potencia económica del mundo, sin estas estaríamos apostándole a perder de entrada. Producir, crecer y distribuir la riqueza generada al ritmo de la República china, para México está en mandarín.. Luego la relación comercial con el país asiático, además de seguir siendo asimétrica, significará para México en el corto y mediano plazo incrementar el déficit comercial existente entre las dos naciones, en un escenario de incertidumbre y crisis recurrente.

Al cierre de 2012, el comercio total entre México y China alcanzó 62,657 millones de dólares, de los cuales sólo 5,721 millones de dólares corresponden a exportaciones mexicanas al país asiático. En consecuencia, casi 57,000 millones de dólares corresponden a importaciones de productos chinos, con lo que México registra un déficit en la relación bilateral de más de 51,000 millones de dólares, de acuerdo con la información más reciente de la Secretaría de Economía (El Financiero 03/05/2013).

Luego entonces, tendría que entenderse que el acercamiento del gobierno chino con América Latina y en lo específico con México, no tiene más propósito que incrementar el área de su  influencia geopolítica y, de paso, beneficiarse con la adquisición de materias primas baratas, entre ellas petróleo. Los chinos no son hermanas de la caridad,  lo accesorio seguiría la suerte del principal, dejando a nuestro país en desventaja comercial y política en el juego de las grandes potencias.

Nuestra estrecha vinculación y dependencia económica y política con los Estados Unidos de Norteamérica, nos pondría entre la espada y la pared. ¿Con quién fortalecer vínculos comerciales y políticos? ¿Con nuestro principal socio comercial ó con el país asiático? Es el gran dilema para México si se deja atrapar por el canto de las sirenas de ultramar.

Cuando los traspiés económicos de nuestros vecinos del norte son transitorios, la intención de los chinos es llegar para quedarse, como podría interpretarse su interés por adquirir deuda pública e invertir en grandes obras de infraestructura social y productiva en México.

Propósito obvio a mi juicio, frente a la vulnerabilidad de un país “emergente” tocando a la puerta de la recesión. Mal negocio si con ello pretendemos asegurar reactivación y crecimiento económico, sin antes resolver nuestra compleja problemática interna.

Así que, siempre a mi modesto entender, no deben echarse al vuelo las campanas tan a la ligera. Falta ver que opina el gobierno de Barack Obama al respecto y hasta donde el gobierno de Peña está dispuesto a correr el riego.

Por lo pronto, además de extemporáneo resulta patético el que de manera anticipada a Veracruz ya se apunte entre los beneficiarios de lo que aún no pasa de ser un marco de dudosas intenciones. ¿Aunque quien sabe, a lo mejor se está pensando en los paraguas chinos que se importan  para las campañas políticas?

Hojas que se lleva el viento

PAN y PRD no quitan el dedo del renglón. Les sobran elementos para chantajear al presidente Peña y al PRI, bombardeando en la línea de flotación al cupular acuerdo llamado “Pacto por México”. Ahora el PRD pide una suspensión temporal del acuerdo mientras concluyen los procesos electorales que tienen lugar en 14 entidades federativas. Veracruz y su gobernador  no dejan de estar en el ojo del huracán en medio de una guerra sucia que no tiene fin.

La interrogante: ¿Hasta cuando el Sr. Peña acomodará  las fichas para frenar la inercia del viejo régimen que se le opone? Los que saben  del paño dicen que esto tendrá lugar precisamente al término del proceso electoral. Ya para qué, dicen por su lado los que no saben. Lo cierto es que no se puede hacer de lado que el pacto es el eje central de la estrategia presidencial para el logro de propósitos y objetivos por alcanzar, luego no caben titubeos que le pongan en riesgo.– Xalapa, Ver., junio de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Catastrofista me llamaron. Desde el 2008 he venido insistiendo en mis maquinazos que se agudizaba la crisis global en los países del primer mundo y que, por lo consiguiente, esta repercutiría en México tomándonos desprevenidos. Por aquel entonces Agustín Cartens, ex secretario de hacienda, calificaba a la turbulencia financiera como un “catarrito” frente al cual nuestro país estaba blindado.

Hoy este mismo personaje, en su carácter de gobernador del Banco de México, alerta sobre el deterioro de uno de los indicadores en los que se sustenta el equilibrio macroeconómico del país: la inflación anualizada fue de 4.6% durante la primera quincena de octubre, mientras que en septiembre fue de 4.8%, la más alta en 30 meses. La alta inflación “ya es un asunto de preocupación pública”, destacó  Carstens

Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informa que La inflación en México durante septiembre fue la tercera más alta de los 34 países que forman la, solamente por debajo de Turquía y Hungría. Un día después, el Banco de México anuncia que las remesas que envían mexicanos en el extranjero a sus familias, se desplomaron un 20.24% en septiembre pasado respecto al mismo mes del año anterior, su peor descenso en 35 meses, como resultado de la política monetaria vigente en el país y no como reflejo de la crisis global en el entorno.

El Inegi informó a su vez que la ocupación en el sector informal se incrementó a 29.35% de la población ocupada en septiembre; 0.61 puntos porcentuales más que un año antes, cuando fue de 28.74%. Esto significa que alrededor de 14 millones 217 mil personas laboraron en la informalidad en septiembre pasado.

En tanto que el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, confirmó que en los próximos días se renovará la línea de crédito por 73 mil millones de dólares que tiene México con el Fondo Monetario Internacional (FMI), habiéndolo ya acordado con el equipo de transición del presidente electo. ¿Afrontando lo inevitable con deuda pública siguiendo los pasos de España, Grecia, Portugal e Italia?

La brecha entre macro y microeconomía, es cada vez más evidente que tiende a estrecharse. Si bien el divorcio histórico entre las finanzas nacionales, el aparato productivo y el déficit que acusa la economía familiar se mantiene,  el estancamiento y retroceso del crecimiento económico del país pone a todos en el mismo saco. La estabilidad macroeconómica en riesgo refleja lo que pie a tierra registra el bolsillo de los mexicanos.

¡Dónde quedó el blindaje de Fox? ¿Dónde el barco de gran calado de Calderón?

El catarrito financiero especulativo internacional, no fue tal. Fue la punta del iceberg de una pandémica amenaza con envergadura no prevista. La crisis financiera evolucionó transformándose en una profunda crisis económica poniendo a prueba la capacidad del capitalismo para resolver sus crisis recurrentes. Hoy la mayoría de los países del primer mundo se encuentran al borde del desastre arrastrando consigo a la totalidad de la aldea global, sin que se encuentre la fórmula idónea para encontrar una salida airosa ante el fracaso del neoliberalismo como modelo de crecimiento y desarrollo. El libre mercado como dinamizador y regulador de las economías, dio al traste con el equilibrio sistémico y con la llamada sociedad del bienestar y sus expectativas de “sociedad del conocimiento” que tanto se ha cacareado.

El mundo entero ya no quiere queso, se conformaría con salir de la ratonera, mientras en México, de espaldas a la crisis, desprevenidos seguimos hablando de un crecimiento sostenido del 6% para los próximos años, gracias a la visionaria estrategia de quien gobernará a este país, sustentada, precisamente, en el libre mercado en un escenario internacional que avanza en sentido contrario privilegiando el proteccionismo como medida emergente para, fortaleciendo el mercado interno, proteger el empleo y paliar los efectos sociales de la debacle económica y el pavoroso déficit presupuestal.

Las políticas de libre mercado ya no se corresponden con las necesidades crecientes de una población que exige empleo, salarios decentes, vivienda, educación, salud, como mínimos de bienestar que le alejen de la pobreza y la desigualdad.

Renglón aparte, sería ingenuo no considerar el que de los resultados de la elección del próximo martes en USA, depende en mucho el que la maltrecha economía de nuestro principal socio comercial no nos lleve consigo al “precipicio fiscal” en el inquietante camino de la recesión.

En este contexto, el nuevo gobierno le apuesta a una mayor apertura de PEMEX al capital privado, legislación laboral que coadyuve en el abaratamiento del mercado del trabajo, y una reforma fiscal que premie a la inversión extranjera en demérito de la micro, pequeña y mediana empresa nacional. México así incrementaría productividad, competitividad e innovación tecnológica, para salir a competir con éxito en un mercado internacional deprimido, dicen. Nada más alejado de la realidad y de toda lógica a mi juicio, en un país que, en la coyuntura adversa, requiere ver hacia su interior, fortaleciendo a PEMEX como un bien público estratégico en beneficio de todos los mexicanos; estableciendo una política fiscal progresiva, sin excepciones, que incremente y equilibre finanzas públicas; así como privilegiando el mercado interno, rescatando soberanía alimentaria, poder adquisitivo del salario, ahorro y seguridad en el empleo, para así dar viabilidad a la fábrica nacional frente a la crisis global.

No es posible ni deseable que se mantenga el sendero de un desastre anunciado. México debe hacer frente a la crisis sistémica global con responsabilidad y entereza. No cabe más simulación, falso triunfalismo y demagogia en la conducción del país.

La corrupción e impunidad es otro cantar. El mal endémico, alojado en el tuétano, condiciona y hace nugatorio todo esfuerzo por hacer viable a este país

Hojas que se lleva el viento

Veracruz es la excepción. Aquí seguimos avante sin que pase nada; para el gobernador la crisis nos hace lo que el viento a Juárez, la prosperidad reina lo mismo en las arcas públicas que en todos y cada uno de los hogares de la entidad gracias al programa “Adelante”, como en su oportunidad, con pelos y señales, nos lo hará saber en su segundo informe de labores al frente de la administración pública estatal.

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Mala leche en el trato mediático a López Obrador en su visita a Xalapa para participar en el Congreso Estatal de “Morena” tomando la protesta de rigor a los recién elegidos integrantes del Comité Ejecutivo del Movimiento de Regeneración Nacional en la entidad. Andrés Manuel vino a lo que vino arribando ni antes ni después de lo programado a la asamblea plenaria, y no a presidir un mitin multitudinario. (ver video: http://lopezobrador.org.mx/secciones/multimedia/videos/)

Los únicos convocados al evento fueron los 175 delegados distritales que eligieran democráticamente a la directiva estatal  que desde el sábado encabeza Gloria Sánchez Hernández, y votando a favor de que “Morena” avance en la construcción de un nuevo partido político. Como testigos del acto, un enjambre de reporteros, el diputado federal perredista Uriel Flores Aguayo, y un centenar de militantes y simpatizantes que se acercaran a saludar al ex candidato presidencial.

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Distribución de agua potable en Naolinco, Ver.

Buen estreno para el nuevo titular de la secretaría estatal de turismo. Al calor de las fiestas de difuntos anuncia que el gobernador Duarte de Ochoa autorizó una inversión de 5 millones de pesos para encaminar a Naolinco hacia la designación de “pueblo mágico”, sin antes percatarse de que dicha población no cuenta con agua potable ni existe propuesta alguna de autoridades municipales y habitantes para subsanar tal carencia. Los burros aguadores ya son parte de su magia, las anécdotas de los naolinqueños sobre el particular son de antología.

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¿El senador Héctor Yunes Landa representa los intereses de Veracruz, ó los del PRIAN? Es pregunta.

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Quien comentó que Elizabeth le tomó el pelo a los integrantes de “Otero Ciudadano”, tuvo razón. El “democrático” encuentro fue una pose más en la proyección de imagen de la alcaldesa xalapeña, quién ha hecho caso omiso a los cuestionamientos, observaciones y propuestas que se le plantearan.

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El gobierno de México anunció este sábado el primer aumento a los combustibles en 2011, fijando el precio de la Magna y Premium  en los 8.84 y 10.14 peso, ubicando al diesel en los 9.20 pesos por litro. Con un precio inicial fijado en 7.88 pesos por litro al 1 de enero de 2011, la gasolina de mayor uso en el mercado mexicano, Magna, se ubica a poco más de un año en los 8.84 pesos por litro, mientras que la gasolina Premium, con menor cantidad de plomo se ubicó en los 10.14 pesos, tras sufrir un incremento de cuatro centavos desde su anterior de 10.10 pesos al cierre de 2010. Con un aumento de 8 centavos, el litro de diesel se fijó en enero de 2011 en los 9.20 pesos, registrando un aumento de 96 centavos desde enero de 2010. El titular de la Secretaría de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, indicó que como parte de la política de eliminación de subsidio a la gasolina y el diesel,   los incrementos en el precio final de las gasolinas y el diesel, continuará durante el 2011, aplicando un alza moderada cada segundo sábado de mes, asegurando que esta medida no generará reacciones inflacionarias en el mercado y no será un factor detonante en la denominada «cuesta de enero». Internacional Business Times

A partir de las primeras horas de este sábado se aplicó el quinto aumento a los precios de los combustibles en lo que va del año. De esta manera, las más de 8 mil estaciones de servicio aplican una alza de ocho centavos al litro de gasolina Magna; cuatro centavos en la Premium y ocho centavos al litro del diesel. Así, la gasolina Magna cuesta a partir de hoy 8.20 pesos el litro; la Premium, 9.82 y el diesel, 8.56 pesos, informó la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas). La Jornada

Salarios crecieron 4.5 por ciento; el arroz, 57, y la cebolla, 120% en los pasados 12 meses

Incrementos a los costos de los alimentos afectan más a las personas de menores ingresos

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Roberto González Amador e Israel Rodríguez J. La Jornada 08/11/08

En el último año, mientras los salarios aumentaron 4.5 por ciento, el precio del arroz subió 57 por ciento, el de los aceites comestibles lo hizo en 46 por ciento y el de la cebolla se disparó 120 por ciento.

Son botones de muestra que dejan ver el efecto que ha tenido el repunte de la inflación en el último año sobre los precios de bienes de consumo generalizado. Este viernes, el Banco de México reportó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el indicador que mide el comportamiento de la inflación, se incrementó en 5.78 por ciento entre octubre de 2007 y el mismo mes de 2008, la tasa más elevada para periodos comparables desde 2001.

El alza más pronunciada ha sido, a lo largo del último año, en el conjunto de productos alimenticios y por tanto ha afectado en mayor medida a la población de menor ingreso, que es la que destina un mayor porcentaje de su dinero a la compra de comida.

Entre octubre de 2007 y el mismo mes de este año, el conjunto de alimentos reporta una inflación de 8.59 por ciento, en tanto que la de los llamados “bienes administrados” –donde se contabiliza a las gasolinas, electricidad y diesel– acumula un alza de 8.08 por ciento, de acuerdo con el Banco de México.

En octubre, sin embargo, la mayor presión inflacionaria fue provocada por el alza en el precio de los energéticos, que es fijado por el gobierno federal. Los precios de los bienes administrados crecieron 3.89 por ciento. “Sobresalió la contribución del aumento en los precios de la electricidad y gasolina de bajo octanaje, que en el mismo periodo del año pasado estuvieron congelados”, comentó Ricardo Aguilar Abe, analista de Invex Casa de Bolsa. En lo que corresponde a productos agropecuarios, agregó, las mayores alzas ocurrieron en las cotizaciones de cebolla, melón y pollo.

En octubre el crecimiento del INPC fue de 0.68 por ciento, con lo que en el año se acumula un incremento de 4.61 por ciento, de acuerdo con el Banco de México. En términos anuales, la inflación de octubre, de 5.78 por ciento, fue mayor a la de septiembre, que resultó de 5.47 por ciento.

El detalle sobre algunos bienes de consumo generalizado ofrece un mayor acercamiento de la forma en que se ha expresado el repunte de la inflación en este año, que ya casi duplica la meta de 3 por ciento establecida al inicio de 2008.

Según datos del Banco de México, el arroz acumula en el año un incremento de 52.7 por ciento y de 57.3 por ciento en un periodo de 12 meses. El frijol se ha encarecido 26.4 en el año y 29.3 entre octubre de 2007 y octubre de 2008. Mientras que el aceite comestible registra alzas de 37.7 y 46.5, respectivamente.

Otros productos de consumo generalizado con incrementos varias veces arriba de la tasa de inflación general son: pastas para sopa, con un alza de precio de 19 por ciento en el año; cebolla, 77 por ciento en los últimos 10 meses y 120 por ciento en los 12 meses anteriores; el precio del huevo subió 13 por ciento este año y 21 por ciento en los 12 meses previos, de acuerdo con los datos del banco central.

“Acorde con nuestro pronóstico, la inflación ha alcanzado su pico y el dato reciente refuerza” esa expectativa, comentó Arturo Vieyra, analista de Banamex. Destacó que el precio de los alimentos procesados redujo su ritmo de crecimiento a 8.6 por ciento en octubre, 0.8 puntos menos que en el mes anterior.

Gasolinazo semanal. Este sábado se aplica el aumento 26 a precios de los combustibles; la Magna costará $7.56

El gobierno federal determinó aplicar el vigésimo sexto incremento en el precio de los combustibles en lo que va del año. Así, a partir de los primeros minutos de este sábado en las más de 8 mil gasolineras diseminadas en todo el territorio nacional la gasolina Magna aumentará dos centavos, la Premium cuatro y el diesel cinco centavos.

De acuerdo con información de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), la gasolina Magna, la de mayor consumo en el país, pasará de 7.54 a 7.56 pesos, un incremento de dos centavos.

En el caso de la gasolina Premium, de menor impacto al medio ambiente, su costo a partir del primer minuto del sábado será de 9.53 pesos, es decir, cuatro centavos más respecto de los 9.49 pesos en que se vendió todavía este viernes.

Mientras que el diesel pasará de 6.93 a 6.98 pesos, cinco centavos más.

En lo que va del año la gasolina Magna ha aumentado 7.84 por ciento, 0.55 centavos por litro; la Premium 9.16 por ciento u 0.80 centavos; y el diesel, que es el que mayores incrementos ha registrado, 1.05 pesos, 17.70 por ciento.

Un análisis de la Amegas precisa que de continuar la tendencia semanal de aumento en los precios de los combustibles, para el cierre de año, cada litro de gasolina Magna costará 7.78 pesos, lo que significará un aumento de 11 por ciento respecto del año pasado.

En el caso de la gasolina Premium, los automovilistas mexicanos tendrán que pagar por cada litro 9.81 pesos.

En tanto que el diesel subirá a 7.73 pesos, alza anual de 23.6 por ciento.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Alimentos, salud, vivienda, educación y transporte, prioridades que están íntimamente ligadas al empleo y salario, están dentro de las principales preocupaciones de la mayoría de la población ante el deterioro que paulatinamente viene registrando la economía familiar, no de ahora frente a la crisis que ya nos golpea, sino que viene de lustros atrás con la adopción del modelo de desarrollo neoliberal, que privilegia los beneficios de las grandes empresas privadas por sobre los requerimientos de supervivencia, seguridad, y bienestar en general de las mayorías.


Los precios mantienen su tendencia al alza, no así el salario que se mantiene congelado desde hace más de dos décadas. Ello es suficiente indicador de por donde habrá de golpearnos la actual crisis y por ende, sobre que renglones el gobierno tendría que actuar para atemperarla. La red de seguridad para la gente que menos lo necesita, subsidiado por la gente que más lo necesita, no es ya opción válida.


No basta rescatar empresas quebradas, o invocar a la inversión extranjera como panacea, si no se incrementan empleo y salarios que fortalezcan el poder real de compra de la población; existe una estrecha interrelación entre empresas y los consumidores y esto no se puede ignorar. Las primeras no pueden sobrevivir sin fuerza de trabajo y ventas en tanto que la población no puede vivir sin empleo y capacidad real de compra. O se actúa simultáneamente en la producción, distribución y consumo, o la cuerda tenderá a reventarse primero por el hilo más delgado, los consumidores a los que nadie tiende la mano para su rescate.


Al menos esto indica el sentido común y, por lo que se alcanza a percibir, no se está respondiendo con la misma lógica. Antes al contrario, impulsada por la inercia neoliberal, la sociedad mexicana insiste en transitar por la vía equivocada. Se reducen la masa salarial, la contribución fiscal y la aportación empresarial a la seguridad social, al mismo tiempo que el Estado renuncia a su responsabilidad de ser garante, en primer término, de los mínimos de bienestar de la población que hagan posible tanto la reproducción de la fuerza de trabajo como el fortalecimiento del mercado interno.


Si la situación actual que vive el mundo, tiene carácter multidimensional, presentándose como crisis económico financiera, crisis alimentaria, crisis energética, crisis medioambiental y crisis social y política, lo menos que se puede esperar es que se reconozca su gravedad y se actúe en consecuencia en ambos lados de la cuerda, pues no puede pedírsele a la población que se apriete el cinturón, en tanto se destinan miles de millones de dólares de la reserva nacional al rescate de la ineficiencia, imprevisión y especulación de la empresa privada. Con ello se estaría matando de hambre a la gallina de los huevos de oro; sin la adecuada reproducción de la fuerza de trabajo y la supervivencia de esta en condiciones mínimas de alimentación, salud, vivienda, transporte y educación, el capitalismo estaría suicidándose.


En Veracruz ello no se entiende o no se quiere entender, subestimándose tal carácter multidimensional de la crisis y la gravedad que representa. La mezquindad de una clase política insensible, se impone sobre la razón y la previsión. La atención está puesta en la política electoral y de esta se deriva una magra atención a la crisis global; todo aquello que no concurra a afianzar al PRI en el gobierno de Veracruz, o a impedírselo, carece de prioridad. Así, mientras los personeros de los partidos políticos en pugna hacen de la bacinica instrumento electoral, y eso incluye a la administración pública que se asume como beligerante, la ciudadanía, en franca indefensión espera entre paciente y atemorizada lo que se nos viene encima.


Cuidado, la democracia se nutre de ciudadanos satisfechos; quien se muere de hambre no vota.


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