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Tag Archives: Libertad de expresión

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

No nos hagamos bolas, si recordamos como se cocinó el llamado “pacto por México”, tenemos que entender que a partir del domingo siete de junio la derecha con el PRIAN y sus satélites tienen el sartén por el mango; impulsará una mayor profundización en las políticas públicas reformistas privatizadoras, y pugnará por consolidar el modelo neoliberal de país que auspician e imponen los organismos financieros internacionales, en detrimento de la soberanía nacional, el bienestar de la gente y el futuro para las nuevas generaciones. De ahí la necesidad de construir un frente amplio de la izquierda auténtica en torno a Morena, si es que se está por un cambio verdadero por la vía electoral… Y a otra cosa mariposa.

Una de las tantas contradicciones por las que transita la sociedad veracruzana, es la que atañe a los medios de comunicación de masas. La mayoría de los medios informativos, siempre prestos a denunciar injusticias, entuertos y componendas, impunemente violentan tanto le legislación laboral vigente como los más elementales derechos humanos de los trabajadores intelectuales, técnicos y manuales que, a su servicio, hacen posible la existencia del medio y el enriquecimiento de sus propietarios.

Empresarios ricos y reporteros jodidos, señala el comunicador Luís Velázquez, destacando esta contradicción, y así es en efecto. Ya en los inicios de mi desempeño como reportero en los diarios El Imparcial de Xalapa y El Tiempo, en la capital veracruzana, lo viví en carne propia como algo inaceptable, obligándome, primero, a sumarme a la organización y puesta en marcha de la Sección 50 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa y, más tarde, a independizar mi trabajo incursionando en el entonces incipiente periodismo alternativo con el Boletín Diario de Noticias “Correo de la Noche” buscando otros horizontes.

Transcurridos casi 50 años, con un mayor número de medios y salvo contadas y honrosas excepciones nada ha cambiado en la relación laboral entre empresas periodísticas y sus trabajadores ni los periodistas cuentan con una organización gremial sólida y unitaria que vele por sus intereses El imbricado maridaje entre medios de comunicación y poder político no sólo niega el cumplimiento de la legislación laboral por parte de las empresas atentando contra los derechos de los trabajadores, también da lugar a la simulación y perversa práctica del “chayote” o “embute” que permite a reporteros, fotógrafos y columnistas, el redondear por debajo del agua sus magros ingresos para poder sobrevivir y sostener a la familia.

O bien, propiciando la proliferación de “texto servidores”, mercenarios que se doblegan sirviendo la más de las veces a no muy claros intereses en los círculos del poder formal y fáctico.

Nada es nuevo bajo el sol en México. No hay reproche. El no contar con un salario profesional digno y remunerativo, así como con las prestaciones de ley que dan acceso a la seguridad social individual y familiar, dobla a cualquiera. La necesidad obliga y la vocación queda.

A últimas fechas, se da otro fenómeno derivado de lo mismo: Los dueños de los medios de comunicación acumulan riqueza, prebendas y canonjías y los reporteros ponen los muertos.

En este escenario se celebra año con año en el mes de junio el “Día de la Libertad de Expresión”; fecha en la que el poder político formal refrenda jugosos convenios económico financieros con los propietarios de los medios y obsequia palmaditas y migajas a los periodistas de a pie.

Y en el marco de esta contradicción es que, como un hecho paradigmático, se presenta el no esperado fallecimiento del reportero gráfico y comentarista Noé Valdés. Hombre de bien, esposo y padre ejemplar, amigo entrañable de todos y con un singular cariño para Veracruz, muere al margen de la seguridad social desprovisto de derechos laborales que constitucionalmente deberían ampararle.
Toda una vida dedicada al desempeño del periodismo en diversos medios informativos, autodidacta, discípulo de otro amigo y colega en los viejos tiempos que se nos adelantara en el camino, el recordado reportero gráfico Saúl Sánchez.

Noé destacó como talentoso y sensible artista de la lente obsequiándonos imágenes invaluables del paisaje y vida comunitaria de un Veracruz que no todos aprecian. Y al final de su fructífera existencia, los gastos de la atención hospitalaria a su quebrantada salud, servicios funerarios y un modesto respaldo post mortem a sus deudos, habrán de solventarse en parte con la aportación solidaria del gremio gracias a la colecta que promueve el también comunicador Gustavo Cadena.

“¿Dormiste bien?”, era su saludo cotidiano. Hoy le decimos, Noé, duerme bien y descansa en paz.

Paradójicamente, quienes defienden con su trabajo la plena vigencia del Estado de Derecho, culminan su paso por el terrenal camino como víctimas de la injusticia impune. Llevándose como único consuelo la palabra solidaria de los amigos y compañeros que fieles a su vocación de servicio a la sociedad, comparten infortunio.

En los festejos del Día de la Libertad de Expresión, para los trabajadores de la prensa, nada que celebrar en Veracruz y sí un sentido reconocimiento a su entrega y compromiso con una vocación y una labor no valorada por la sociedad.

El discurso hueco de un gobernador fallido que reparte lo mismo mayor enriquecimiento para unos que limosna para los más, no puede ocultar u opacar el hecho inobjetable de que para al periodista de a pie la justicia está negada. ¿Hasta cuándo?

Hojas que se lleva el viento

Siendo la grilla electorera en Veracruz un continuum, o cuento de nunca acabar, para nuestra clase política y sus adláteres en un solo paquete se inserta la conclusión de la elección federal intermedia, las pre campañas de quienes aspiran a la candidatura a la gubernatura de la entidad en el 2016, y el salto a la palestra de quienes aspiran a una diputación local o a una alcaldía. Esto sin dar tiempo a que se presente y apruebe la iniciativa de reforma al Código Electoral de la entidad que el Sr. Duarte de Ochoa sacará de su chistera como aggiornamento para la elección de gobernador de dos años.

Lo curioso del caso es que todos, aspirantes y suspirantes, toman como plataforma de lanzamiento para sus sueños guajiros los resultados de la elección del domingo siete, como si estos fueran algo más que un triunfo pírrico de la partidocracia y no simple acceso de unos cuantos al botín. Deterioro y estancamiento de la economía veracruzana, desempleo, pérdida del poder adquisitivo y seguridad social de los asalariados así como la percepción de un despeñadero preñado de privatización y saqueo del patrimonio público, ni motivan preocupación ni quitan el sueño a los muchos tiradores que se apuntan, y los que surjan. Mucho menos, tiene cabida en su morral lo que la población inconsulta piense al respecto. Mala señal para el futuro inmediato.

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Y si de malas nuevas y señales se trata, hay que ir poniendo las barbas en remojo. Gracias al resultado de la elección del domingo siete, la privatización del agua en México es amenaza real anunciada. En Veracruz ya prácticamente es un hecho presuntamente irreversible que, parafraseando al Sr. Peña, a pesar de las resistencias, toma a los veracruzanos con los pantalones a las corvas. Después vendrán los impuestos por ventanas, jardines y mascotas, sin nada que lo impida.

Xalapa, Ver., junio 17 de 2015.

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Pulso crítico

Enrique Olivera Arce 

La información que en la semana en curso ha levantado ámpula, es la concerniente al conflicto que al interior de MVS, culminara con el despido de Carmen Aristegui y la salida del aire del programa informativo que conducía la destacada comunicadora e icono del periodismo independiente nacional.

Dado el clima de incredulidad y desconfianza para con todo lo que provenga del poder público que a nivel nacional prevalece, la primera reacción de la opinión pública fue de un justificado “sospechosismo” sobre una presunta intervención presidencial en la toma de la decisión adoptada por los propietarios de MVS, así como de un masivo respaldo a la conductora y su equipo de trabajo.

La percepción en el imaginario colectivo fue y sigue siendo la de un golpe más a la libertad de expresión y no un simple conflicto entre particulares como puntualiza la Segob,  considerándose que la argumentación para justificar el despido de Aristegui y su equipo de trabajo no pasa de ser un pueril pretexto tras el cual se oculta la mano presidencial.

En este nocivo clima que confronta al poder público con la ciudadanía, la opinión pública personaliza el affaire, colocando a los despedidos como víctimas de una manifestación autoritaria de un régimen político rebasado por la realidad e incapaz de recuperar confianza y credibilidad.

Observándose, sobre todo en las redes sociales, que la población percibe que más allá de  la simpatía, y solidaridad que la destacada periodista y su programa informativo concitan, está presente y es motivo de preocupación colectiva un hecho de la mayor relevancia, como una más y obvia escalada de un autoritarismo gubernamental en contra de la libertad de expresión y de la libertad de información como derechos inalienables del pueblo de México.

Escalada que no se daría en el vacío. Estaría encuadrada a mi juicio en la pérdida de confianza del poder público en una ciudadanía que el mismo presidente considera estorba por incrédula y obstáculo para el terso aterrizaje de sus reformas y consolidación del modelo de país que, cupularmente, se estima panacea idónea para abandonar las canchas del subdesarrollo.

Si esto es así, tanto el Sr. Peña como los intereses particulares que representa, no contaban para sus propósitos con el despertar de una sociedad cansada, lastimada y harta de corrupción y expoliación. Carmen Aristegui, en su carácter de mensajero, reflejando tal descontento social resulta incómoda para quienes se niegan a ver y escuchar el sonoro caminar de una realidad que ya no se puede ocultar con un dedo. Había que salir a parar y que mejor que recurrir a la manida fórmula de conflicto de intereses mercantiles entre una empresa periodística y sus subordinados.

La información periodística tiene dos puntas, la emisión y la recepción del mensaje. Es obvio que con la cancelación de un programa informativo, crítico tanto por su contenido como por su amplia cubertura a nivel nacional e internacional, se afecta a ambos extremos del mecate. Eliminado el mensajero, emisión y recepción se pliegan a los intereses del régimen. Vulnerándose de un solo tajo lo mismo la libertad de expresión que el derecho de la ciudadanía a estar bien informada, como bien lo apuntara Andrés Manuel López Obrador al meter basa en el conflicto, sugiriendo se resuelva el diferendum por medio del diálogo, ya que los espacios independientes son muy pocos en México.

Luego la supresión del programa informativo líder en MVS, va más allá de un conflicto empresarial de intereses en la que la primera perjudicada es Aristegui. Creo que así debe entenderse, como también creo debe entenderse que el pretexto aducido por la empresa de medios no es otra cosa que un mensaje por interpósita persona del gobierno peñista a la prensa nacional (como bien lo sospecha la opinión pública), acotando lo mismo el quehacer del periodismo que el ejercicio de la crítica y descalificación de la actuación gubernamental por una ciudadanía cada vez más propensa a expresar públicamente descontento, hartazgo y resistencia.

La impotencia manifiesta del régimen político para revertir incredulidad y desconfianza en favor de los propósitos y objetivos gubernamentales, habla por sí de la no aceptación de más crítica que azuce el avispero. Más si este talante crítico trasciende las fronteras nacionales y obtiene eco en el marco internacional, proyectando una imagen que pone en entredicho cualitativa y cuantitativamente desempeño y alcances reformistas del gobierno de México en su afán de apertura a la inversión extranjera y entrega del bien público al capital privado.  

MVS, Aristegui y en general la amplia audiencia que ha seguido el programa informativo en cuestión, pierden pero mayor daño acusa el ya de si deteriorado clima de incertidumbre de un México titubeante que no encuentra rumbo.

La pregunta obligada es si no estando el horno para bollos, la medida presidencial a tras mano se revertirá o no en contra del afán reformista neoliberal.

La respuesta a esta interrogante está en el aire. Empero, la ciudadanía ya suma lo que considera una afrenta,  al acumulado que Ayotzinapa pusiera al desnudo.

Libertad de expresión y libertad de empresa

Adicionalmente a todo esto que ventilado mediáticamente ya está en la calle, el conflicto de intereses que se vive al interior de MVS también pone en evidencia la confrontación entre libertad de prensa (de empresa) y libertad de expresión. La crisis por la que atraviesa el país ya no da cabida a la conciliación entre uno y otro derecho constitucional. La libertad de prensa garantiza aunque acotado por la ley, el ejercicio del periodismo como un negocio mercantil lucrativo más en la vida económico-empresarial del país, en tanto que la libertad de expresión es un derecho universal que transversalmente atañe a todos por igual, teóricamente en la vida en democracia no tiene acotación alguna,  y cuyo precio no se tasa en dinero.

MVS lo deja establecido muy claro, haciéndose eco del sentir de la industria de la comunicación y entretenimiento: la libertad de expresión termina cuando vulnera el carácter mercantil de la libertad de prensa, atentando contra los negocios e intereses de la empresa.

Conversando sobre el tema con el propietario de un medio de comunicación local que difunde el sueño duartista de que aquí no pasa nada, vamos bien, éste fue claro y contundente: “La actitud asumida por MVS en contra de Carmen Aristegui está plenamente justificada. Ningún subordinado debe o puede atentar contra los intereses de su fuente de trabajo, sin atentar contra su derecho y obligación de llevarles el pan a sus hijos. La periodista sobrepasó los límites generalmente aceptados de una sana y recíproca relación entre el poder y la prensa por lo que no le queda hacerse la mártir”. Así como también me expresara que “… eso de coartar el derecho de la población a estar bien informada es relativo cuando el programa de Aristegui sólo ha interesado a intelectuales trasnochados  o a seguidores de López Obrador”.

De esta manera, mi aldeano interlocutor plenamente consciente del terreno en que se mueve y medra, sintetiza la confrontación entre los intereses de unos cuantos por sobre los intereses más generales de la población.

En la misma tesitura estimo se encuentra la mayoría de los empresarios de la comunicación de masas en México y,  particularmente en Veracruz, entidad federativa en la que la empresa periodística tiene como fuente primaria de financiamiento al convenio propagandístico con los gobiernos estatal y municipales. Reduciéndose la libertad de expresión de los tundeteclas de a pie, reporteros y comentaristas, a lo que el poder público quiere escuchar.

Como corolario, a mi juicio considero que el “conflicto de intereses entre particulares” que nos ocupa, lleva cola y aún hay más. Lo que acontece al interior de MVS es apenas la punta de lanza en la presunta escalada. El régimen político y los poderes fácticos que mecen la cuna no cesarían en su propósito de acallar por la vía del autoritarismo la voz ciudadana de protesta y resistencia, generalizando el uso del tapaboca por todos los medios a su alcance. Que lo logren es otro cantar.

Hojas que se lleva el viento

En los círculos políticos y periodísticos cobra fuerza la idea de que el próximo gobernador de dos años en Veracruz será -contra la opinión e intereses de Fidel Herrera Beltrán y el duartismo-, un Yunes. Y en torno a esto la elección de junio próximo en la que es de esperarse que los veracruzanos se manifiesten en contra del más de lo mismo, se desdibuja por irrelevante, dando paso a un incierto futuro sobre lo que serán los procesos electorales del 2016 y 2018 en la entidad. Mucha crema a los tacos en torno a lo superfluo cuando lo sustantivo que es el derrumbe de la economía veracruzana se ignora o se pasa por alto. Por cierto, un Yunes o Juan de los Palotes, no son garantía de que en tiempo y forma se recoja oportunamente el tiradero acumulado de 10 años de pésimo gobierno. Frente a la perversa maquinaria electoral partidista, la realidad seguirá imponiéndose al aquí no pasa nada.

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Atinado mi comentario vertido el día que el diario  “La Jornada Veracruz” iniciara su aventura saliendo a la luz pública por vez primera. Con su presencia en el cotarro el periodismo veracruzano se oxigena, dejando atrás el obsoleto y rancio ejercicio que por décadas mantuviera a la población desinformada y manipulada. A partir de un antes y un después de la prensa veracruzana, como un parte aguas en sus ediciones impresa y digital este diario conducido con responsabilidad y profesionalismo por Tulio Moreno Alvarado, alienta el apostarle a un periodismo decente con elevadas miras en pro de los intereses más generales de la población, como es posible observarlo ya en publicaciones digitales alternativas que se ganan a pulso aceptación y simpatía de la audiencia veracruzana en la Internet.

Xalapa, Ver., marzo 17 de 2015.

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J. Enrique Olivera Arce

La situación que vive México va de mal en peor. Estancamiento económico, desempleo, economía informal, pobreza creciente y desigualdad galopante, acompañados de una percepción cada vez más amplia de inseguridad y deterioro del estado de derecho y tejido social, son ya pan de cada día en la mayor parte del país. A ello habría que sumar la pérdida de credibilidad en los tres órdenes de gobierno y el rechazo al proyecto neoliberal de desarrollo que impulsado desde Los Pinos, ni aterriza ni convence a las mayorías.

Esta realidad ya inocultable, choca frontalmente con los esfuerzos del Sr. Peña Nieto por encontrarle la punta al mecate en el necesario equilibrio entre política interna y política exterior. Perdido como está en el entramado de contradicciones de un país subdesarrollado y sus aspiraciones de estadista de primer mundo a encontrar un lugar destacado para México en el globalizado concierto internacional, opone a la realidad real el sueño de una realidad virtual que no pasa del oropel mediático que le ubica como cancerbero de traspatio de los intereses norteamericanos..

Incongruencia tras incongruencia, el México cotidiano de millones de mexicanos no se corresponde con el México que el Sr. Peña Nieto pretende conducir a lo que el, los poderes fácticos, y sus círculos cercanos conciben como modernidad.

Perdido en el embrollo, sin la menor idea de cómo conjugar lo deseable con lo posible, a la par que se vanagloria del papel que en política exterior le asigna el expansivo gobierno de Barack Obama, en lo interno la paranoia domina, recurriéndose a los palos de ciego en políticas públicas; así como a los palos que, en lo social, literalmente hablando, aplica en contra de quienes en el marco de la pluralidad oponiéndose en los hechos al pensamiento único, no comulgan con la visión modernizadora de Los Pinos.

Para estos últimos, la criminalización de sus actos legítimos; llámense pueblos originarios, campesinos en defensa de agua y territorio, o movimientos precaristas surgidos de una clase media empobrecida, en obvia contraposición a los acuerdos y tratados internacionales sobre derechos humanos, laborales y sociales signados por México.

En el diseño y aplicación de las reformas con las que en el terreno jurídico se consolida el proyecto neoliberal auspiciado por los gobiernos del PRI y del PAN desde hace más de tres décadas, no se consideró tanto el carácter desigual regional y sectorial del México real, como el peso específico de la inercia de una administración pública ineficiente y corrupta a la que le corresponde la responsabilidad de operar desde el gobierno el cambio deseado.

Combinados, estos factores dan al traste con la pretensión de modernidad a partir de las reformas mal llamadas estructurales. La ausencia de unidad de propósitos, visión y de esfuerzo compartido, son nugatorios, estorbando más que coadyuvar en los objetivos que persigue el régimen peñanietista.

Es en este complejo escenario en el que negándose la oscuridad de la casa, cual candil de la calle se pretende uncir a México a las aventuras militaristas con la que, bajo el amparo de las banderas de la ONU, las grandes potencias en un nuevo reparto del mundo pretenden aliviar la crisis económico financiera que distorsiona y frena la razón sistémica del capitalismo

Confrontando la política interna con la exterior en un acto coyuntural que niega la experiencia acumulada en materia de relaciones internacionales, el gobierno federal conducido por el priísmo caduco, compromete al Estado mexicano ya no sólo en sus aspiraciones de futuro, también en el presente con todos los riesgos que implica el meter activamente la nariz en conflictos ajenos.

Para justificar tan ominoso paso, se aclara que la participación de México en las zonas de conflicto, tendrá carácter humanitario en auxilio de las poblaciones afectadas por guerras absurdas, saqueo de recursos naturales y super explotación de la fuerza laboral, cuando en lo interno el humanitarismo del régimen brillando por su ausencia genera más estancamiento económico, mayor retroceso en las libertades sociales, así como desencanto y frustración de millones de mexicanos cuyo horizonte de vida no va más allá de pobreza y desigualdad.

Una incongruencia más del régimen y su partidocracia y una contradicción más en un país condenado a no salir del subdesarrollo. Así como también un paso más en el proceso histórico de dependencia y sometimiento a los intereses norteamericanos.

O se está con el gobierno de Obama o se está en contra, he ahí el dilema en el que Peña Nieto pretende construir castillos en el aire.

Hojas que se lleva el viento

Cada pueblo tiene el gobierno que merece. Sólo así se explica el que la sociedad veracruzana aplauda y justifique la supresión de derechos individuales y sociales en la entidad en aras de la comodidad de una presunta mejora en la vialidad y movilidad urbana, sin parar mientes en que el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa pretende curarse en salud, evitando molestas manifestaciones de protesta durante la celebración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, promulgando una ley de tránsito que obligara a los movimientos sociales a pedir permiso previo a la autoridad para expresarse en la vía pública. El aquí no pasa nada, será ratificado por decreto con la anuencia y aval de la propia sociedad ofendida.

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El 68 para los viejos no se olvida. Para los jóvenes, lección de compromiso para las nuevas generaciones en el largo proceso de búsqueda de cambio, transformación y progreso democrático compartido. La juventud masacrada por el PRI-gobierno no se sacrificó en vano.

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J. Enrique Olivera Arce

“Más tarda la Secretaría de Desarrollo Social en medio rescatar pobres extremos que Hacienda y el gabinete económico en producir nuevos”. Víctor M. Quintana S.

Inaudita la prisa del gobierno de Peña Nieto no sólo por profundizar la crisis económica, también por auspiciar el caos social en un país que se sostiene con pincitas bajo la tónica de propósitos neoliberales de un proyecto empobrecedor impuesto desde las cúpulas de los poderes fácticos y formales.

La partidocracia pastoreada por los legisladores priístas, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, aún no termina de procesar los dictámenes de las leyes secundarias en materia energética que en “fast track” serán aprobadas por el Congreso de la Unión, y ya el gobierno federal inicia el censo catastral de tierras nacionales, privadas, ejidales y comunales, en las zonas susceptibles de extracción de gas shale mediante la innovación tecnológica conocida como fracking o fracturación hidráulica. (Vanguardia 05/06/2014)

Siendo este el primer paso de la Reforma para la Transformación del Campo del Sr. Peña, encaminada al despojo y posterior entrega del suelo a las grandes empresas petroleras y gaseras. Con lo que se augura profundización de pobreza y desigualdad en el agro nacional.

Otra señal ominosa de lo que viene, es el proyecto de desviar las aguas del Río Pánuco, canalizándolas a los estados norteños en los que la extracción de gas demanda cuantiosos volúmenes del vital líquido.

Para Peña Nieto primero lo primero, el mercado energético, que al fin y al cabo las leyes secundarias en la materia ya están cocinadas y planchadas, sin visos de que con la panacea reformista México salga del atolladero en que a lo largo de más de 30 años le han venido sumiendo gobiernos del PRIAN en complicidad con el PRD y la morralla.

Poniéndose en evidencia el autoritarismo del titular del ejecutivo federal que hace suya aquella conseja porfirista de mátalos en caliente y luego averiguas, pasándose por el arco del triunfo lo que queda de democracia representativa y voluntad ciudadana en un tema de la mayor relevancia para México.

Impaciencia es impotencia.

Al fin aprendiz de brujo, el presidente Peña apuntalando a su ineficaz secretario de hacienda previamente al auto adorno de que hiciera gala en Lisboa, anuncia seis medidas para impulsar el ansiado crecimiento económico (Alto Nivel 02/06/2014); la misma gata en un mismo proyecto revolcado y fallido, olvidándose de que el Talón de Aquiles de la economía nacional en crisis, reside en un mercado interno marcado por desempleo, salarios de hambre, capacidad instalada ociosa y restringido consumo familiar, en el marco de una inobjetable realidad que en la que pobreza y hambre son denominador común en más del 50% de los mexicanos.

Como todo lo que viene de la presidencia, las cúpulas empresariales aplauden la estrategia anunciada. No obstante, se reservan el beneficio de la duda en tanto las medidas de impulso no aterricen y rindan frutos expresados en ganancias reales contantes y sonantes.

En el inter la presunta fortaleza macroeconómica no se refleja en una microeconomía en crisis que a su vez incide en los niveles negativos de aceptación del modelo y políticas públicas impulsadas por la SHCP a cargo de Luís Videgaray.

Como tampoco se refleja en expresiones sustentadas de optimismo y confianza respecto a una evolución positiva de la economía en su conjunto, persistiendo la percepción de estancamiento y recesión que se confirma con números duros (La Jornada 07/06/2014), difundidos por el propio aparato gubernamental.

Incapaz de entender que el en mundo globalizado la crisis generalizada del modelo neoliberal no encuentra salida, al régimen peñista le gana la impotencia, de esta deviene la impaciencia improvisando e imponiendo. En esas andamos mientras la punta del iceberg del caos social ya sobresale en las turbulentas aguas de un país sin rumbo y con expectativas de progreso canceladas.

Hojas que se lleva el viento

La celebración oficial, la oficiosa, y la independiente, del “Día de la Libertad de Expresión”, transcurrió sin pena ni gloria para un periodismo veracruzano que se niega a aceptar que por sobre la simulación, la crítica light así como la censura, autocensura y represión, el derecho humano inalienable al ejercicio de la libre expresión es conquista y patrimonio universal y no concesión graciosa del poder en turno para la prensa-empresa.

Lo destacable de esta festividad para mi gusto fue la presentación en las instalaciones del Congreso del estado del libro “El gran solitario de palacio” de René Avilés Fabila, por el escritor orizabeño Rafael Junquera Maldonado, quien con crudeza a punto estuvo de aguarle la fiesta a la selecta y concurrida audiencia de comunicadores.

Rescato el colofón del mensaje con el que Junquera Maldonado cerrara su intervención, cito:

“Ayer como ahora, la impunidad sigue imperando como un símbolo que nos es muy propio. México es el país de la impunidad. Hace ya muchas décadas que la amnesia parece dominarnos y nada nos perturba, como si también estuviéramos muriendo en vida. El crimen vinculado a la democracia y a las libertades, quizá tenga su arranque en la masacre de Hizilac, Morelos, adonde encontrara la muerta el General Serrano y sus más cercanos partidarios, por oponerse a la reelección de Alvaro Obregón. Crimen que hubiera quedado en el olvido, de no haber sido por Martín Luís Guzmán quien en su novela La sombra del caudillo dio cuenta de esos hechos. No menos conocidas son la masacre de Topilejo de 1930, donde se diera muerte a un centenar de vasconcelistas o el asesinato de más de mil almazanistas en los años cuarenta para acallar a quienes ponían en duda el triunfo electoral de Ávila Camacho, así como los incontables crímenes para acallar a los seguidores del General Enríquez Guzmán en la década de los cincuenta, quienes de igual modo, ponían en duda el resultado electoral.

Nuestro olvido no sólo se remonta al pasado, sino a hechos recientes. El crimen de la guardería de Hermosillo, ocasionado por un incendio para borrar evidencias, el de los mineros sepultados en vida en Pasta de Conchos. La masacre de Aguas Blancas en Guerrero en 1995. El crimen de Acteal de 1997, en Chemalho, nos muestra al mundo como una nación de cínicos e inmorales, de asesinos despiadados que no se detienen ante nada cuando se trata de preservar los privilegios, borrar huellas o cobrar venganzas.

Seguimos con las mismas falacias, los mismos patrones de adulación a quien gobierna. Estamos ante un grave proceso de desintegración nacional. Nuestro cuerpo, el cuerpo de la república carcomido por la corrupción y la gangrena de la inmoralidad muere minuto a minuto ante nuestro propio aplauso. Estos días Arturo González de Aragón, señaló que las principales plagas que infectan a México, son: la mala educación, impunidad, inseguridad, partidos políticos, monopolios y el mal gobierno. No dejó títere sin cabeza. Debe saber de qué habla. No es ningún guerrillero verbal. Durante muchos años fue el titular de la Auditoría Superior de la Federación.

Sé que este día es un día de alegría, por ser el día de la libertad de prensa. Celebren, siéntanse felices, pero no olviden. El 2 de octubre no se olvida, no debe olvidarse”.

Entre tantos premios, reconocimientos, discursos, halago mutuo, desayunos y banquetes, el aleccionador mensaje del escritor orizabeño quedó en el olvido; no quedando registrado en la memoria, prensa-empresa y comunicadores simplemente lo ignoraron. Fue día de fiesta, acercamiento cómplice entre el poder y la prensa, no celebración mortuoria con crespones negros.

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J. Enrique Olivera Arce

Es preciso revertir una peligrosa tendencia que se sintetiza en una consigna rayana en el suicidio: “al enemigo no se lo estudia sino que se lo combate.” Atilio A. Boron

Los tragos decembrinos no son buenos consejeros cuando de satisfacer el ego y alimentar el morbo de lo más atrasado de los lectores se trata. Sólo así se explica el que un renombrado periodista veracruzano afirmara sin más que “cualquier pendejo es presidente”, haciendo referencia a la elección y presuntas reformas estructurales del Sr. Peña Nieto.

Ligereza e irresponsabilidad cuando cualquier papanatas se asume periodista, porque si de algo carece el presidente de México es del atributo que el culto tundeteclas le atribuye.

Una cosa es estar en desacuerdo con su entreguista estrategia y desempeño neoliberal y otra, muy distinta, el considerar que esté actuando por ignorancia y  sin conocimiento de causa en asuntos de la mayor trascendencia para el presente y futuro de México.

Atribuirle debilidad mental  al presidente es ignorancia supina de quien cuelga la etiqueta; el Sr. Peña desde su toma de posesión hizo suyos los tiempos, jugó en abierto sus cartas, incorporó al PAN y a la izquierda electoral al llamado pacto por México, haciéndoles partícipes de la traición a México; propició una amplia difusión de sus pretensiones privatizadoras, dando lugar de facto a un amplio debate público al que no faltó lo más lúcido de la academia,  sin ceder en lo más mínimo en su propósito imponiéndose a la crítica y a la protesta popular.

Por la vía del fast track, contando con la complicidad de senadores y diputados, salió avante con sus presuntas reformas estructurales. Aprobadas estas por el Congreso de la Unión y ya promulgadas, nos guste o no, son de observancia general.

Los resultados son los que cuentan y, aunque a mi juicio pírrico e ilegitimo, no se le puede escatimar al Sr. Peña un triunfo fruto de alguien que sabe como mover el abanico en un sistema político decadente y antidemocrático que responde a intereses ajenos a los más caros de la Nación.

De paso, alineó a la mayoría de los gobernadores en su propósito de restauración del viejo régimen presidencialista, recuperando para el centro el control de las entidades federativas en manos de cuasi virreyes.

Y por si fuera poco, eliminó al PRD como expresión opositora en el Congreso de la Unión jugándole el dedo en la boca; poniéndole la zanahoria por delante, en éste se apoyó para dar paso a un nefasto bipartidismo de ultraderecha que está llegando para quedarse.

Y aún hay más.

Así las cosas, el Sr. Peña no es ningún “pendejo”. Que no nos guste el modo es otra cosa. Que el pueblo de México perdido en la indiferencia y en el “buen fin” previo al canto de los villancicos navideños, haya optado por dejar hacer, dejar pasar, descansando en lo que bien a bien pudiera hacer el oportunista y acomodaticio PRD en contra de la aprobación de las reformas, es diferente.

Como otra cosa también es el hecho de que las clases medias empobrecidas y sin conciencia plena de su situación y expectativas económicas y sociales, en su momento le dieran la espalda a López Obrador y su movimiento en contra de la privatización de la industria petrolera nacional.

Hoy, a toro pasado, se reacciona mal y  tardíamente. Frente al autoritarismo de una nueva manifestación del presidencialismo centralista, ante hechos consumados gritos y sombrerazos y,  peor aún, expresiones soeces fruto de incomprensión e impotencia cuando lo que cabe es la reflexión y autocrítica constructiva por aquello que como mexicanos no hemos sabido o no hemos querido defender.

Ofender al hombre sin referencia al sistema que contextualiza el ejercicio del poder, o es ignorancia o pedestre mala fe. Ubicar los propósitos privatizadores como debilidad mental de un presidente y no como objetivos sistémicos neoliberales de ajuste global, es ignorar la realidad del mundo y el papel que a México históricamente le asignan poderosos intereses de nuestro vecino del norte.

El ofendido es presidente de la República, el que ofende es cuenta cuentos pueblerino, he ahí la pequeña diferencia.

Paradójico, quien acusa al gobernador de Veracruz de restringir la libertad de expresión, cae en el más corriente libertinaje en el ejercicio de la libertad que dice vulnerada. Ayuno de ideas arremete contra molinos de viento, haciendo de la crítica vulgar parodia de un aldeano tundeteclas que así mismo se cuelga del pescuezo la etiqueta: “Cualquier pendejo es periodista”.- Cd. Caucel, Yucatán, diciembre 30 de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Todo cuerpo que sube tiende a caer; a toda acción corresponde una reacción, de igual o mayor intensidad. Principios elementales que, en el terreno de las ciencias sociales son equiparables a La espiral de Peter que establece: “Incompetencia más incompetencia, igual a incompetencia”, o bien,  el efecto Dunning-Kruger  aplicable a “ los individuos incompetentes que son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia”. Lo que en lenguaje llano, refiriéndose a los mediocres, mi abuela pontificaba con la conseja popular: “El que nace para maceta no pasa del corredor”.

Y todo indica que gran parte de nuestra aldeana clase política se encuentra en tal tesitura, habiendo arribado a su más alto nivel de incompetencia y, de extrema insuficiencia para reconocer y actuar en consecuencia, de su incapacidad para conducir los destinos de Veracruz.

Su acción o reacción frente a una realidad que les rebasa, o que insuficientemente entienden o perciben, les hace caer del ladrillo.

Sólo así se explica el desgarre de vestiduras y gritos al cielo, clamando respeto a una dudosa democracia electoral ante la iniciativa y creatividad, pero también reflejo del hartazgo de la sociedad, de dos adolescentes que han puesto en jaque al proceso electoral en marcha, invitando a votar el próximo siete de julio por un gato.

Lo que para los adictos a las redes sociales no pasa de ser una inteligente y oportuna broma, para la clase política, tomada por sorpresa, adquiere el carácter de amenaza a la democracia;  obligando al Instituto Electoral Veracruzano (IEV) a emitir una declaración pública, invitando a la ciudadanía a no votar por el ya mundialmente famoso personaje gatuno, conocido como “candigato”.

Para otros, también escamados ante tal derroche de buen humor, la iniciativa parte del bunker adversario, ubicando un fenómeno mediático que ha merecido la atención de la prensa mundial, como parte de la guerra sucia, en el intercambio de lodo entre partidos y candidatos contendientes, formalmente registrados ante el IEV.

Sin faltar el candidato oportunista que ve en el voto por Morris, la ocasión para que el sufragio se divida, capitalizando para sí el conteo proporcional.

Para nuestros políticos no tiene nada de graciosa la broma que ya involucra a cerca de 50 mil seguidores. La propuesta del “candigato” a acabar con todas las ratas, los hace ver frente al espejo. La corrupción y la impunidad florecen en tanto la sociedad la tolere.

La inquietud ante tal fenómeno mediático que ya cobro naturaleza política e interés mundial, ya llegó también a nuestros círculos de intelectuales y académicos, generando polémica. Para unos es expresión de una juventud que se siente excluida y marginada, en tanto que para otros, es un claro atentado contra los afanes de una sociedad que se esfuerza por construir ciudadanía y alcanzar cambios sustantivos para el país por la vía de las instituciones democráticas. “Si perdemos el respeto por nosotros mismos, pierde México”, aducen.

Para las “buenas conciencias”, la broma es de mal gusto, propia de jóvenes desorientados influenciados por la televisión y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. “Los muchachos de hoy ya no son como los de antes”, dicen, sin parar mientes en que la sociedad mexicana ha cambiado, más para bien que para mal; entre los jóvenes, de manera aún confusa, se rescata memoria histórica y el afán de trascender rechazando el mundo que sus padres les están heredando.

Lo cierto es que, al igual que aconteciera con la irrupción del #yosoy132” en la vida política y social de México y específicamente en la elección presidencial del 2012 ó los “indignados” del presunto primer mundo frente a la crisis, los jóvenes exigen ser escuchados y tomados en cuenta en la toma de aquellas decisiones cupulares que les afectan cancelando su futuro.

En Veracruz, el vote por “candigato”, ni es broma ni debe ser tomado a la ligera. Está expresando el abierto rechazo de la juventud veracruzana (más los que se sumen de otras partes del país y del mundo), a la descomposición de la vida política en la que se refleja en paralelo tanto la crisis sistémica global como la que acusa el sistema de partidos en México. A lo que se suma la debacle económico financiera que ya impacta en el bolsillo de las mayorías y la pérdida de paradigmas morales, principios y valores universalmente reconocidos.

Crisis multidimensional sin salida a la vista, que orilla a los gobiernos a dar palos de ciego, atentando lo mismo contra principios democráticos que contra calidad de vida y expectativas del devenir de las nuevas generaciones.

Si surge en Veracruz tal manifestación, no es casualidad. La incapacidad e incompetencia de las clases dirigentes en la entidad, ofende a la inteligencia de los veracruzanos. El alto nivel de descomposición de la vida política, expresada en el actual proceso electoral, ha tocado fondo, llegando al límite permisible.

Tal crisis no es privativa de Veracruz. El régimen político a escala nacional transita por el mismo camino. No obstante, es aquí y ahora en donde a los veracruzanos nos aprieta el zapato. Hoy lo que parece ser una broma, llegará el día en que la ciudadanía pase de la algarabía desbordada como manifestación de su repulsa, a una toma de conciencia sobre la realidad y lo que hay que hacer para ponerla al servicio de las mayorías. Y, por lo que se escucha y observa, ésta bien podría adelantarse a la reforma política de maquillaje que se cocina en las cúpulas, obligando a la partidocracia a devolver representación y voluntad popular que por ahora mantiene secuestrados.

Por lo pronto, en Veracruz la incapacidad de la clase gobernante para reconocer su insuficiencia conceptual y operativa para atender a una realidad social y política que le desborda, pone en jaque al proceso electoral, amenazándole con la nulificación de la elección y, de dejar crecer la inconformidad, con un desgastante proceso de ingobernabilidad que Veracruz no se merece. El “candigato”, Morris o los que aparezcan, es apenas la punta del iceberg.

Hojas que se lleva el viento

Bien que se las arregla el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa para dividir y destruir. Primero fueron victimados los partidos políticos de oposición, ahora la prensa, en la que ya se acusa una franca división entre los medios afines al régimen /Los Ginos), los intermedios que bien conjugan el interés económico con la neutralidad, y los independientes que no se deben ni al boletín ni al pesebre oficial, sin faltar los llamados “detractores” de inflamadas vísceras y el círculo rojo de corazón azul celeste. La celebración del Día de la Libertad de Prensa por los periodistas veracruzanos, se encargó de exhibir por donde transita un gremio cuya fuerza radicaría en la unidad frente al poder y no en la dispersión.

Por cierto, Doña Gina Domínguez, coordinadora de Comunicación Social y vocera del ejecutivo, tiene pendientes cuentas por pagar y sus acreedores empresas y personas físicas, ya no aguantan la espera que, según se filtrara, se prolongará hasta pasada la elección del 7 de julio.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Las redes sociales ni por asomo son una panacea en materia de comunicación de masas. Son simplemente, por un lado, instrumento reflejo de la realidad percibida de quienes acceden a éstas y, por otro, expresión virtual del libre juego de intereses económicos y políticos de todo tipo que valiéndose de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, (TIC´s) inciden con información o desinformación, medias verdades, medias mentiras o, de plano, mentiras que contribuyen al mantenimiento sistémico del control de las clases dominantes sobre las subordinadas.

Queda a criterio de cada quién aceptar, rechazar o ponderar los mensajes que en las redes se generan, ignorándolos, enriqueciéndolos o reproduciéndolos para conocimiento de otros.

Lo único que les diferencian de los medios impresos o televisivos es su socialización; todo mundo con acceso a Internet puede ser lo mismo emisor que receptor del mensaje, interactuando en un proceso de multiplicación  geométrica de la información tan amplio como relevante para un grupo en específico o para la sociedad en su conjunto, pueda ser el mensaje emitido y el interés por difundirlo.

Así que no procede sobrevalorar el papel de las redes en los procesos políticos y, mucho menos satanizarles, antes de entender su dinámica como herramental al servicio de la sociedad. Lo mismo podría decirse de los mensajes emitidos, si no los ponemos en contexto y entendemos que si hoy destacan libertinaje y procacidad en mucho del contenido de los textos ampliamente difundidos en las redes sociales, no es otra cosa que parte de un proceso de apertura de libre expresión por siglos reprimido. Parte de un proceso liberador que nos permite distanciarnos del propósito sustantivo de los medios de comunicación impresos o electrónicos tradicionales al servicio de los círculos de poder de las clases dominantes, cuya función social es de inducción y control de la opinión pública bajo el supuesto de que hablan en nombre de ésta.

No es circunstancial, entonces, que sea a través de las redes sociales en donde sea concretado por la sociedad el derecho a la libre expresión y, de ahí, el interés de gobiernos, partidos políticos y poderes fácticos por controlar, reglamentar o satanizar un herramental que consideran pernicioso para sus fines.

Llegará el día en que contenido y lenguaje tomen por sí mismos sus mejores cauces, elevando y enriqueciendo el nivel de la información y la comunicación, atendiendo a un legítimo interés por democratizarle en el mejor sentido de la palabra. En tanto ese día no llegue, hoy por hoy a mi juicio es el mejor instrumento del que se vale la población para informarse a sí misma. Luego no cabe escandalizarse y mucho menos condenar a priori lo que en última instancia es reflejo del nivel cultural de masas que nos ha sido impuesto.

Antes que el desgarre de vestiduras, medios impresos, televisivos, periodistas, educadores y políticos, tendrán que preguntarse que tipo y de que calidad son los contenidos de los mensajes que unilateralmente emiten, como para que estos sean rechazados por una población receptora que desconfiando de los medios tradicionales, desafiándolos opta por caminos alternativos de información y comunicación por ahora ya en manos del  “nosotros”.

Es el “nosotros” socializante y democratizador que se expresa en las redes sociales ó el “ellos” con su talante unilateral, impositivo, autoritario y enajenador, como de manera destacada lo han puesto sobre la mesa los jóvenes universitarios en México y su movimiento #yosoy132.

En este marco de referencia fruto de mi reflexión personal, me llama la atención que no pocos personajes de la prensa y la política se escandalicen porque a través de las redes sociales se pretenda por algunos “perniciosamente” imbuidos por un odio malsano, “dividir a México”. Sin parar mientes en que lo que observamos en la Internet es simple reflejo de una realidad ya inaceptable de un México dividido en mil pedazos.

Dividido en lo económico, en lo social, en lo educativo y cultural, en lo político, es hoy un vitral digno del mejor artífice renacentista hecho añicos. Nada nos une, la política como expresión democrática de la búsqueda del bien común y, por tanto, elemento aglutinador en pensamiento y acción para hacer de la suma plural de las partes el todo nacional, no sólo ha fracasado en el intento, es el principal y sustantivo elemento de ruptura que ha hecho de la obra de arte un sin fin de tepalcates dispersos que en nada nos enorgullecen.

En la realidad virtual del ciberespacio ó en la realidad concreta pie a tierra, hombres y mujeres de carne y hueso lo perciben y lo viven como propio. No es ocioso el que el aún candidato del PRI a la presidencia de la república, sabedor de su precariedad social, salga a decir, entre otras barbaridades muy propias de su también precariedad cultural y política, que: “Lo que menos podemos permitir es que se haga de la democracia una forma que divida y genere enconos entre la sociedad; por el contrario, debemos reconocer que en la competencia es válido que la gente tenga preferencias, pero también debe existir la civilidad para saber reconocer la preferencia mayoritaria».

Afirmación de Peña Nieto en la que reconoce la diversidad que divide, entre otras de preferencias en lo electoral pero, a su vez, miente, promoviendo más del encono que condena y no la deseable unidad nacional que desea como aceptación a su aun presunto mandato. Llegaría a la presidencia de México como candidato de la primera minoría triunfante en los comicios y no como el electo por la preferencia mayoritaria. Somos los mismos mexicanos por acción u omisión y no la democracia, abstracción utópica de un voluntarioso deseo, los que dividimos y polarizamos, en un escenario de encono que enfrenta  inconformidad y protesta por  un estado de cosas dado, a simulación, continuidad e imposición de quienes se resisten al cambio.

Es el viejo régimen que ni termina de morirse ni da paso a una vida nueva que imprima renovados cauces a la vida nacional, quien divide, genera odios y propicia el encono, impidiendo el recoger los tepalcates hoy dispersos en todo el territorio nacional. Más no, por favor, el contenido y lenguaje procaz que se expresa en libertad en las redes sociales. Mérida, Yuc., agosto 26 de 2012

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Con el ánimo y prisa de dejar atrás en el imaginario popular el aún inconcluso y cuestionado proceso electoral federal, gobierno y partidos políticos en Veracruz “afinaron” la iniciativa que turnada al Congreso local por el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa propone un nuevo Código Electoral

“La propuesta de ley se enriquece con el esfuerzo y talento de los legisladores del Congreso del estado, así como de diversos actores políticos y sociales de la entidad”, señaló el mandatario veracruzano tras reunirse con legisladores y dirigentes de PAN, PRI, PRD, PVEM, PT, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Cardenista y Alternativa Veracruzana, haciendo un reconocimiento a la “aportación y riqueza de ideas de los protagonistas de los procesos electorales”, según reza el boletín oficial.

Considerando que por principio la iniciativa del gobernador fuera todo un bodrio siendo rechazada lo mismo por los partidos políticos que por diversos estudiosos y analistas en tanto atentaba contra la libertad de expresión y coartaba  derechos democráticos de la ciudadanía, se considera un avance el que previa modificación de 118 artículos y la supresión de 4, se lograra el consenso necesario para que un día después la Legislatura local aprobara en “Fast track” las reformas de marras. Hasta ahí lo positivo del encuentro del gobernante con las diversas expresiones políticas representadas en el Congreso.

 No obstante queda en el aire la idea de que si bien el consenso se diera entre la clase política veracruzana, facilitando el que sin mayor discusión se aprobara al vapor y por unanimidad el nuevo ordenamiento, el electorado como protagonista sustantivo cual mirón de palo no fue consultado.

Como ya es costumbre, la diputación local respondió a los intereses de sus respectivos partidos políticos y estos a conveniencia de sus dirigencias. Así, un instrumento de vital importancia en la construcción de ciudadanía y democracia en la entidad, queda inscrito en la  telaraña de intereses copulares de espaldas al electorado.

Lo que ya no es extraño es que los partidos de la llamada izquierda,  que a nivel nacional dicen secundar el Programa de Defensa de la Democracia y Dignidad propuesto por Andrés Manuel López Obrador, se presten de buen grado tanto a la cortina de humo auspiciada por el gobierno priísta de Veracruz como sin pudor alguno den su aval al ahora prácticamente nuevo Código Electoral veracruzano,  aprobado con el desconocimiento pleno de su contenido por una ciudadanía no consultada.

Aunque esto último responde a la lógica del maiceo tan común en la relación entre el gobierno estatal y los partidos políticos, en forma y contenido peca de una desvergonzada incongruencia que, ni tardo ni perezoso, el gobernador Duarte de Ochoa capitaliza en provecho propio y, de paso, pone en bandeja de plata al PRI la oportunidad de asumirse como un instituto político democrático de avanzada, cuando en todo el país  se le juzga por autoritario, antidemocrático y falaz.

Llegará el momento en que las reformas al Código electoral veracruzano operen en contra de los intereses de los partidos opositores. Entonces estos  habrán de desgarrarse las vestiduras y llamar al pueblo a clamar justicia electoral, arando en el desierto. Sin autoridad moral y política que esgrimir, el electorado les dará la espalda.

Palo dado ni Dios lo quita, las reformas al Código Electoral están aprobadas y no obstante carecer de legitimidad de inmediato serán promulgadas para su aplicación n el 2013. Ojala y más que fuere a posteriori, la clase política veracruzana se tome la molestia de difundir ampliamente el articulado aprobado para que, cuando menos, el electorado sepa a que atenerse en los próximos comicios locales.

Una raya antidemocrática más en el lomo de la partidocracia. Ni hablar.

Lo que queda aún en duda, es si el artificio de una unidad política comprada será suficiente para que el Sr. Dr. Duarte de Ochoa logre remontar en el corto plazo los efectos colaterales de su reciente derrota electoral, logrando darle rumbo certero a su cuestionada administración. Mérida, Yuc. Agosto 1 de 2012.

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Informador

Gobernador de Veracruz

CIUDAD DE MÉXICO (19/OCT/2011).-La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) promovió ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una acción de inconstitucionalidad para impugnar el artículo 373 del Código penal de Veracruz que contempla el delito de Perturbación del orden público. En su demanda, la CNDH argumenta que esa disposición es inconstitucional porque es contraria a los derechos de legalidad, seguridad jurídica, exacta aplicación de la ley penal y libertad de expresión, tuteladas en la Constitución federal y en diversos tratados internacionales suscritos por México.

Portada 1821

MÉXICO, D.F. (apro).- La edición 1821 de la revista Proceso fue comprada “masivamente” en las ciudades de Veracruz, Coatzacoalcos, Córdoba, Jalapa y Orizaba. Como ocurrió hace 15 días en Monterrey, Durango, Puebla y León, ahora la adquisición de las dotaciones completas del semanario Proceso se operó en los principales municipios del estado de Veracruz. Durante el domingo y la mañana de este lunes, los 5 mil 500 ejemplares de la revista que se entregan en esas cinco ciudades veracruzanas prácticamente desaparecieron tanto de los puestos cerrados como abiertos. Diversas personas se presentaron en los locales, preguntaron a los voceadores cuantos ejemplares tenían de la revista y pagaron en efectivo la dotación completa. Proceso

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