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Tag Archives: Malestar social

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Ace

Sin pena ni gloria, entre opacidad e indiferencia el Gobernador de Veracruz rindió su IV Informe de Gobierno.

Encubierto por la euforia oficial y rechifla a Peña Nieto en los tendidos durante la inauguración de los  Juegos Centroamericanos y del Caribe, la inquietud social por el crimen de Iguala, el empantanamiento del diálogo SEP-politécnicos, la irrupción de policías en la UNAM, la inocua participación de México en la cumbre del G20 en Australia, la amenaza presidencial de recurrir a la represión como recurso de Estado,  y las últimas paladas a la tumba del PRD vertidas por su líder moral, el mensaje a los veracruzanos del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa con motivo de su IV Informe de Gobierno pasó desapercibido.

¿Así lo planeo el gobernante, o la realidad le tomó con los dedos tras la puerta?

En días anteriores ya un columnista había advertido que con informe o sin éste, la opinión sobre el anodino desempeño del gobernante veracruzano no sufriría cambio alguno. Y así está sucediendo, nadie quiere saber ya de más mensajes triunfalistas, textos amañados, cifras maquilladas y promesas de lo que debiendo ser no será. Con o sin el ominoso escenario de un país en crisis, con cortinas de humo o sin éstas, el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa y su gestión al frente de la administración pública estatal, ya está etiquetado en el imaginario colectivo como el peor gobernador que Veracruz ha padecido en los últimos tiempos, superando a su antecesor, padrino  y hacedor.

La realidad que vive la entidad veracruzana de ello se ha encargado. El oneroso dispendio de recursos públicos en la proyección mediática de la imagen del gobernante, y el ya clásico aquí no pasa nada reflejado en su mensaje a la ciudadanía, no ha sido suficiente para borrar lo que ya anida en la opinión pública veracruzana desde endenantes,  como imagen de un gobierno fallido.

Antes al contrario, entre más se hace gala de triunfalismo sin sustento, mayor es la indignación y rechazo a la palabra oficial.  No es pues de extrañarse que el mensaje y el mamotreto entregado al Congreso local, no alcancen ni siquiera para cubrir las apariencias.

La glosa del IV Informe que tendrá lugar en los próximos días, será pretexto para una nueva andanada mediática onerosa y a  modo, con los mismos resultados. Dimes y diretes de diputados rojos, azules y tornasoles magnificados por la prensa oficialista no cambiarán cosa juzgada.  

A falta de pan con sustancia, el circo deportivo y el deterioro creciente del clima nacional  seguirán ocupando el primer plano en el interés de una población harta de simulación de un gobernador que, rodeado de su séquito de saqueadores, prósperamente navega  en la cresta del arco iris.

Lo grave es que se inicia un período de más de lo mismo o de algo peor  a soportar a lo largo de los 24 meses que restan para el cambio de estafeta. Y este relevo, de seguir las cosas como van, no augura nada positivo para la entidad.

Hojas que se lleva el viento

Como estaba previsto, con Juegos Centroamericanos o sin estos, la capital veracruzana, ignorada y ninguneada no mejora en lo más mínimo. Xalapa, patito feo de los gobiernos priístas seguirá padeciendo atraso económico, desempleo, pobreza extrema, pésima imagen urbana y el caos vial de todos los días. Menos mal que al alcalde Américo Zúñiga ya se le prendió el foco y pugna por recomponer el tejido social nadando de a muertito, bajo el cobijo de su inversión con recursos públicos en proyección mediática de imagen.

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Ya hay suficientes señales de que a nuestra aldeana clase política se le ha hecho grumos el engrudo frente a lo que viene con la elección federal del 2015. Habiéndose cooptado a la oposición, sin esta todo se reduce a fuego amigo al interior del PRI. La conducción programática y operativa a cargo de dos damas de dudosa reputación  en el tricolor local y el anteponer la sucesión del Sr. Dr. Duarte de Ochoa a los buenos propósitos por lograr en el 2015, ha dado al traste con la brújula. Nada extraordinario en una entidad federativa en el que la mediocridad y afán de saqueo sin límite, es la constante de quienes dicen gobernar.

Y a propósito de tal afán, ya es público y sabido del incremento de enriquecimiento más que explicable de los que tuvieran vela en el entierro con motivo de la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Está en la naturaleza del nuevo PRI el no dar paso sin huarache. Para eso están y para eso los ponen donde hay.

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Mal augurio el  que con base en la sospechosa actuación de provocadores infiltrados en la protesta social se pretenda el que los justos paguen pecados ajenos. Más sospechoso resulta el que identificados los vándalos,  la autoridad deje hacer, deje pasar de la mano de medios de comunicación que agarrando parejo juzgan y condenan por igual al justo que al pecador. Cuidado, esta consabida estrategia del viejo régimen para administrar conflictos no es nada recomendable en un horno que hoy por hoy no está para bollos.

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Censura y autocensura en el ámbito de los medios de comunicación, pretendiendo acallar la voz de un pueblo ofendido, no es el mejor camino si lo que se busca es tapar el sol con un dedo. Más temprano que tarde la realidad se impone y tanto el que censura coartando la libertad de expresión como el que se hace cómplice  guardando conveniente silencio en resguardo a su participación en el pastel, pesos más pesos menos terminan por ser exhibidos.  El pueblo perdona pero no olvida.-

Xalapa, Ver., noviembre 19 de 2014.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Con perdón de los apologistas oficiales u oficiosos que con plausible imaginación pretenden poner a cubierto la imagen de la actual administración pública estatal y, por extensión la de la mayoría de los 212 Ayuntamientos de Veracruz, es ya hora de que éstos pongan los pies sobre la tierra y reconozcan que el horno ya no está para bollos. Todo esfuerzo por acreditar el buen desempeño de la vida económica, política y social de Veracruz resulta, a más de vano, contraproducente; más que estimular deprime, en un escenario en el que para la percepción ciudadana y colectivo popular la idea de que lejos de mejorar la entidad va de mal en peor, se consolida.

A mayor abundamiento mediático de que aquí no pasa nada, que el tránsito a la prosperidad es miel sobre hojuelas y que tanto el gobierno estatal como en su caso los municipales cumplen a cabalidad con su encargo, mayor es el malestar y rechazo que se genera en la opinión pública.

Terca como es la realidad que se pretende ocultar, ésta desmiente día con día lo que virtualmente se construye tanto en el discurso como en las notas periodísticas. Veracruz está en la olla y su gobierno próspero pisa con fuerza el terreno de lo fallido.

Veracruz involuciona

Estancamiento y deterioro galopante en el quehacer económico y su correlato de pérdida creciente de bienestar de la gran familia veracruzana, fortalecen desigualdad, pobreza y exclusión focalizada. Las serias carencias en capacidad para generar nuevos empleos y el salario congelado para los existentes, así como la paulatina pérdida de infraestructura productiva y capital social, diluyen expectativas de progreso cediendo el paso a incertidumbre y desconfianza de la sociedad en un futuro que pintando incierto, se niega a millones de veracruzanos.

Frenado crecimiento económico y bienestar, Veracruz involuciona ante la indiferencia de autoridades y partidocracia.

El malestar social generalizado se hace acompañar incrementándolo, por corrupción, simulación, ineficiencia e ineficacia, así como saqueo e impunidad en las esferas del poder público, ameritando estas, el ser exhibidas a nivel nacional por la Auditoría Superior de la Federación que, diáfanamente, coloca al gobierno de Veracruz en el primer lugar de observaciones a la cuenta pública 2012; el manejo inapropiado por decir lo menos, de recursos públicos federales puestos a disposición de la entidad alcanza niveles de escándalo.

Agregándose a esto último el constante endeudamiento en los dos niveles locales de gobierno que pese a la opacidad existente al respecto, ya no se puede ocultar.

Escenario estatal enmarcado por un tejido social en franco deterioro; caldo de cultivo propicio para conductas antisociales que afloran día con día a lo largo y ancho del terruño veracruzano, poniendo en jaque seguridad, tranquilidad, convivencia comunitaria y fortalecimiento de ciudadanía.

Ocultar el sol con un dedo ya no le reditúa ni al régimen duartista ni a los partidos políticos. Números duros exhibidos por académicos y analistas serios, nos hablan de la realidad veracruzana, mediocridad en una economía empobrecida, desempleo creciente y un régimen salarial insuficiente para cubrir necesidades básicas vitales; corrupción, ineficiencia e ineficacia de servicios públicos en el marco de una administración pública que financieramente se sostiene con ganchitos que no escapan ya al dominio de la comprensión de la opinión pública.

Situación que no escapa a la percepción y análisis que de la conducción política en la entidad se forja en el ánimo del gobierno federal. El distanciamiento del gobernador de Veracruz con el presidente Peña, es evidente; la consecuencia de esto último se evidencia también en una mayor astringencia en el flujo y control de los recursos presupuestos federales asignados a una entidad que no inspira confianza.

No se puede ni debe seguirse por este camino. O se cambian las cosas para mejorar o nos aprestamos a enfrentar el desastre en todos los órdenes de la vida económica y social de la entidad; así debería entenderlo la prensa, coadyuvando en el cambio verdadero desnudando con verdad y objetividad más que ocultar o maquillar a una realidad sofocante que no acepta ya apologías sin sustento.

Hojas que se lleva el viento

“Día del trabajo”, celebración que en México nos remite a tiempos aciagos de sumisión sindical y disciplina clientelar de los trabajadores bajo la férula del partido-gobierno hegemónico. Práctica oficial obsoleta que también nos habla del “sincretismo” con el que el pueblo trabajador más que celebrar, recrea memoria histórica trayendo al presente la permanencia de la lucha proletaria por romper las cadenas que le atan a un estado de cosas injusto e inhumano. México cambió pero la lucha sigue, como habrá de constatarse en estos días de hartazgo y reclamo.

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Y seguimos dando vueltas en la noria. Duro y dale en los círculos políticos y periodísticos con la sucesión en el gobierno de Veracruz y el paso previo de la elección de diputados federales, como si el cochinero electoral fuera respuesta válida a la problemática que aqueja a la entidad. Incapaces de entender y atender con eficacia el presente, le apostamos a un futuro incierto en el que todo puede pasar, incluso la pérdida del o los padrinazgos en que agudos analistas sustentan el pro o el contra de tales o cuales precandidatos. ¿En que bola de cristal se asegura que el PRI ganará en los comicios del 2015 y 2016? Especulación y pérdida de tiempo, cortina de humo para ocultar las miserias del presente.

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Desde estas líneas nuestra sincera felicitación al portal informativo veracruzano “Crónica del Poder”, y a sus directivos Felipe Hakim Simón, Francisco Saucedo Ramírez, Marco Aurelio González Gama, personal y colaboradores, por la distinción que le otorga el Club de Periodistas de México, AC, nominándole como acreedor a la “Presea de la libertad”. Reconocimiento que en esta ocasión distingue al periodismo alternativo digital que hace camino en la Red de Redes. Expreso también mi agradecimiento por ser generosamente acogido en sus páginas publicando mis maquinazos.

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Tarde o temprano, en Europa habrá una crisis social. Inevitable y dramática. Lo piensan y temen la mayoría de los gobiernos de la UE, aunque callan. Lo ha dicho, serena pero claramente, Jean Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo, presidente del Eurogrupo y una de las cabezas más lúcidas del panorama europeo: “La recesión va a llevar a los ciudadanos a unos niveles de desesperación desconocidos. Habrá una crisis de empleo en toda Europa y una fuerte inestabilidad social”.


Juncker pronunciaba estas palabras este lunes ante sus compañeros del Ecofin (ministros de finanzas de la UE), quienes se aferran desesperados a esas tímidas señales de relanzamiento que se apuntan, si todo va bien, para principios del 2010 y no para todos los países de la Unión.


Y, entretanto, ¿qué? ¿Saldrán los ciudadanos masivamente a la calle a asaltar la Bastilla? ¿Empezarán los asaltos a tiendas y supermercados cuando a la gente se le acaben las ayudas para el desempleo? ¿Se copiará en otros países el modelo francés de secuestrar a los empresarios para forzarles a pagar salarios atrasados o a no firmar EREs? ¿Hasta qué punto Gobiernos como el español pueden confiar en el apoyo de las familias y los amigos como sucursales alternativas y/o complementarias de las Oficinas de Empleo? El potencial de violencia, de frustración y de desesperanza ciega existe, y se ha visto, por ejemplo, aquí en Berlín el pasado 1 de mayo con las peores y más brutales manifestaciones a las que ha tenido que hacer frente una policía habituada año tras año a este tipo de altercados.



Las elecciones europeas, unas primarias para los gobiernos de la UE

En este clima preapocalíptico los líderes europeos tampoco atraviesan sus momentos mejores. Sarkozy celebraba ayer sus dos años en el Elíseo con un balance mediano: dos de cada tres franceses se muestra decepcionado con él. Entre el 60 y el 80% de los ciudadanos creen que el presidente francés es dinámico, valiente y que toma iniciativas, pero casi esa misma proporción de personas opina que no escucha, que no está en contacto con la calle y que no cumple lo que promete. Gordon Brown en Gran Bretaña es un cadáver andante a quien le tienen preparado ya el entierro tras las elecciones locales y europeas previstas para el 4 de junio, que para él serán la puntilla. Aquí en Alemania la Gran Coalición -a cuatro meses de las elecciones generales- asimila y torea como puede el crecimiento negativo del 6% que va a tener la economía germana a lo largo de este año y oculta las cifras de paro reales (en torno al 9%) aplicando de una manera extensiva la reducción de la jornada laboral. Italia vive al margen de la realidad, al parecer, interesada sobre todo por el divorcio de un patético viejo verde.


Las elecciones al Parlamento Europeo van a ser una muestra palpable de la profunda desconfianza de los ciudadanos en sus políticos y en las instituciones europeas. Pero, más allá de la previsible altísima abstención, está la terrible sensación entre los ciudadanos de que ningún político tiene claro cómo salir de ésta. Peor aún, ¿qué van a hacer los políticos europeos con esos 8,5 millones de parados que va haber en nuestro continente? ¿Qué alternativas existen sobre la mesa? Aquí, en Alemania, el sociólogo Klaus Dörre advierte en el semanario Die Zeit: “El umbral de la violencia está descendiendo… La rabia está ahí. Lo que ocurre es que todavía no ha encontrado una salida”.


Ningún político europeo, a excepción de Jean Claude Juncker, ha tenido la vergüenza torera de llamar a las cosas por su nombre. Habría que admitir que hemos creado y aceptado casi como irremediable una sociedad en la que había sólo vencedores y vencidos. Toda la vida estaba orientada a la ganancia, no importaba a qué precio. A los jóvenes se les ha condenado a tener, en el mejor de los casos, sólo empleos precarios. Las clases medias temen por su supervivencia más que nunca. El malestar está generando no sólo el descrédito de la clase política sino populismos y aumento de los extremismos. También del antisemitismo, reflejado en España con el último insulto al embajador israelí en el Bernabéu: “perro judío”.


La pregunta, ahora, es, simplemente, cuándo estallarán las calles en Europa.


Aurora Minués: Extraído de Cotizalia.

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