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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

No es mi intención aguarles la fiesta a nuestros aldeanos empresarios, pero a mi juicio esto de que China se interesa en un intercambio comercial que favorecería a Veracruz, me parece es una broma de mal gusto más del Sr. Javier Duarte de Ochoa, en el marco de su visión de lo que tienen en el cerebro aquellos a los que dice gobernar.

Si no lee, no estudia ni se entera de lo que pasa en su entorno más cercano, mucho menos está capacitado para interpretar las verdaderas intenciones expansionistas de la potencia del lejano oriente, ávida de materias primas (petróleo), mano de obra barata y locaciones geoestratégicas cercanas a su objetivo, el mercado norteamericano.

El “Dragon Mart” proyectado para Cancún en la puerta de entrada al Golfo de México, se ha quedado en veremos ante la resistencia de la población peninsular, que percibiera en el proyecto asiático una amenaza a sus intereses económicos y medioambientales. Luego no es nada descabellado pensar que tengan ahora puestos sus rasgados ojos en Tuxpan, como sede alternativa.

La pregunta es si este movimiento estratégico de los chinos beneficiaría al empresariado local y en general a la entidad en un asimétrico intercambio comercial, como afirma el gobernador Duarte de Ochoa.

Y si en algo nos beneficiaría en términos de inversión, creación de nuevas fuentes de trabajo y reactivación del empleo, habría que preguntarse también si en la entidad la raquítica economía doméstica está preparada para competir en nuestro propio mercado interno con la avalancha de todo tipo de productos de manufactura china, resultado del intercambio que hoy por hoy no pasa de ser un anuncio triunfalista más.

El Sr. Dr. Duarte no piensa en los pros y los contras de lo que públicamente sale a anunciar. Dispuesto a aferrarse hasta de un clavo caliente para mediáticamente justificar su paso por el gobierno de Veracruz, sin más echa las campanas al vuelo; lo mismo trátese de visitas diplomáticas y de hombres de negocios de Cataluña, China o del país que fuere, sin mover un dedo para propiciar, auspiciar y respaldar un crecimiento económico sustentado en los pequeños o medianos empresarios urbanos y rurales de la entidad, que son los que verdaderamente mantienen en pié a Veracruz.

Tampoco se preocupa y menos ocupa, en promover el incremento de los salarios en su administración y en el aparato productivo en general, con vías a fortalecer consumo y mercado interno así como calidad de vida de los veracruzanos. Esperando que sea la inversión foránea la que nos saque del atolladero.

Quizá por su cortedad de miras es que podría explicarse el por qué está más interesado en el robo de golosinas a tiendas de conveniencia que en la crítica problemática por la que atraviesan la industria azucarera, la producción de café y cítricos y la agricultura familiar, puntales de la economía rural en Veracruz y hoy caldo de cultivo latente para más pobreza y desigualdad en la entidad.

Pero como dicen, ya ni llorar es bueno. Se le eligió a sabiendas de lo que significaba la nefasta herencia de Fidel Herrera y no queda de otra que aguantar sus charadas triunfalistas por dos largos años más.

Hojas que se lleva el viento

Y en este contexto, el senador José Fco. Yunes Zorrilla no canta mal las rancheras, ilustrándonos sobre como interpretar la señalética con la que a su real entender vamos por el camino correcto, en un México que ahora tiene rumbo gracias a las reformas del Sr. Peña. Justificada su intención, está en su derecho en sus afanes proselitistas, pero inoportuno en su argumentación cuando el horno no está para bollos; a paso acelerado el deterioro social, el estancamiento económico así como la corrupción y descomposición política que como la humedad se cuela hasta el último rincón del país, le desmienten. En la coyuntura actual lo que percibe la mayoría de la gente es un México sin rumbo en el que las cacareadas reformas comprometen presente y futuro de los mexicanos. Neta que ganaría más adeptos si expresándose con verdad, reconociera públicamente que la percepción ciudadana cuenta más que las charadas triunfalistas de un régimen político dando palos de ciego.- Cd. Caucel, Yuc., octubre 19 de 2014.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Hemos insistido de manera equívoca en la percepción de un gatopardismo de nueva época en que se cambia para seguir igual. La verdad, si es que se puede hablar de lo que es o no es verdad, es  a mi juicio que no hay tal, la realidad real lo confirma. La sociedad a escala planetaria está cambiando bajo el impulso e interés específico del capitalismo salvaje globalizado,  ya no para seguir igual sino para ir de mal en peor.  

Estudiosos de la crisis sistémica por la que atraviesa el capitalismo, debatiendo en torno a las nuevas teorías económicas concluyen en que por lo pronto ésta no tiene salida. La acumulación y concentración de capital en pocas manos se encarga de hacer inviable el reparto equitativo de la riqueza generada por la sociedad en su conjunto, ampliándose la brecha de la desigualdad en medio de pobreza y exclusión. El sistema contra el propio sistema. 

¿Cómo salvar al capitalismo como sistema dominante? Es la pregunta de moda entre estadistas y renombrados gurús de la academia. No hay respuesta válida. Toda salida, resulta por demás utópica como ya se observa en la permanencia del estancamiento y recesión en los Estados Unidos de Norteamérica o en la Unión Europea. 

 La acumulación y concentración de capital ya no pasa por individuos, fortunas familiares,  o países, se da en poderosos conglomerados globales que se apropian de recursos naturales y trabajo asalariado a niveles nunca vistos, y que no responden a leyes u ordenamiento alguno del mercado, sino a una insaciable dinámica que como bola de nieve avanza vertiginosa atentando contra las bases mismas del sistema. 

Paradójicamente, entre más acumulación y concentración del capital, más se socavan los cimientos de la sociedad capitalista, señalan. Entre mayor desigualdad y pobreza el libre mercado toma carácter utópico. Las transacciones entre individuos libres se ven acotadas por una asimétrica relación entre individuos o países cada vez más pobres y conglomerados cada vez más ricos. Bajo estas condiciones el mercado deja de ser referente y ordenador por sí mismo de la economía mundial. 

Bajo estas condiciones las crisis recurrentes y cíclicas del sistema en cada país o en la sociedad mundial en su conjunto, toman el carácter de crisis global permanente, hidra de mil cabezas para la que la sociedad de nuestro tiempo no tiene respuesta en el mundo real.  

Y es en este escenario  en el que el crecimiento económico se estanca y retrocede, a la par que la tasa media de ganancia y concentración del capital globalizado se incrementa, que el México de Peña Nieto pretende salir avante con reformas que ni inciden en la problemática estructural histórica ni mucho menos contrarrestan la tendencia general del sistema global,  generador de desigualdad con pobreza extrema. 

Antes al contrario, como ya se puede observar, la legislación se adecua a la tendencia general expoliadora, entregando soberanía, territorio y recursos naturales al capital globalizado; reproduciéndose en México el fenómeno  de crecimiento cero ya presente en la mayoría de los países,  frente a un galopante ascenso de pobreza y desigualdad que opera en contra de la demanda agregada en detrimento del mercado interno de los Estados-nación y de toda expectativa de crecimiento y desarrollo. 

La percepción cambia también. En el imaginario popular se construye la idea de un cambio para peor. El bombardeo mediático como estrategia del régimen peñista para afianzar la idea de la bondad de la panacea reformista, cae en tierra esteril. La imagen virtual oficial no substituye así como así a la realidad real que opera en el decreciente nivel de vida y bienestar de la población.  

El indicador más evidente de esta caída lo son las clases medias de este país. Con expectativas de movilidad social canceladas, más que ascenso registran pérdida de estatus y de capacidad real de compra. La pauperización de las clases medias ha tocado a la puerta  y su peso específico en la construcción del imaginario popular se hace notar en esta nueva percepción del cambio. 

El gatopardismo no es tal como pensáramos. El cambio hoy es retroceso y las primeras afectadas son las endeudadas y empobrecidas clases medias para las que no tiene sentido el optimismo del Sr. Peña Nieto, que contempla resultados positivos de sus reformas “en un futuro cercano”.  

¿Qué significa el futuro cercano del Sr.  Peña Nieto en el contexto de la crisis globalizada y permanente de la sociedad mundial?   

La respuesta valedera es incertidumbre, nadie lo sabe. México no escapa a la terca realidad de un mundo globalizado inmerso en una crisis que no encuentra salidas viables y certeras. Los aprendices de brujo desde el gobierno y representación popular resultaron no ser los magos de la fábula. 

Hojas que se lleva el viento 

No nos confundamos. En tratándose de bailongos fallidos no toca al Sr. Dr. Duarte de Ochoa “bailar con la más fea”, es Veracruz que al son de la simulación y el saqueo le ha tocado bailar con el peor gobernador de los últimos tiempos. Ahora que no toda la culpa es del indio sino del compadre que le invitara al huateque.

¿Queríamos PRI para rato? No nos quejemos entonces, el bailongo sigue hasta que el cuerpo aguante o se revienten los cueros. –

Cd. Caucel, Yuc., 09/07/2014

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J. Enrique Olivera Arce

 No hay peor consejero que un estómago vacío. En las condiciones de deterioro económico, distensión del tejido social y un régimen político decadente y superado por la realidad,  el horizonte acusa nubarrones que podrían devenir en tormenta. 

Atendiéndose más a ilusorias panaceas, que a poner freno a la descomposición que permea en todos los órdenes de la vida nacional, el Congreso de la Unión, como en los viejos tiempos hoy reciclados del presidencialismo autoritario, legisla al vapor por mayoriteo y por consigna; sirviéndole la mesa al titular del ejecutivo que, obcecado, avanza en la imposición de reformas anti populares y cada vez  más alejadas de soluciones concretas a escollos estructurales de fondo. 

No obstante estar demostrado que el blindaje ofrecido por una supuesta fortaleza macro económica no es tal, se borda en lo accesorio, ignorándose lo sustantivo: dar viabilidad hoy al país para afrontar  la crisis sistémica globalizada.  

Antes al contrario, se persiste en sostener con maltrechos andamiajes un modelo de desarrollo que socavando el orden microeconómico, ni ofrece rumbo cierto lo mismo en la coyuntura que en el largo plazo, ni expectativas de progreso para las mayorías.  

Modelo que en el marco de la simulación y corrupción crónica, exhibe improvisación, vulnerabilidad e imprevisión. Mostrándose incapaz  para afrontar con relativa eficacia el evidente avance del deterioro que con carácter multidimensional,  trastoca horizontal y verticalmente la vida económica y social en la totalidad de la aldea global.  

Desde 2008 expertos, analistas y estudiosos del más alto nivel en México,  han insistido en advertir del riesgo que para México representaba el derrumbe de la burbuja financiera con repercusiones en la economía mundial, que daba lugar a una crisis sistémica que lo mismo afectaba a los llamados países del primer mundo que a los periféricos, pasando por los llamados emergentes. 

No se les ha escuchado. Para Calderón lo sustantivo era la guerra contra el crimen organizado y, en los ocho meses de la administración de Peña Nieto, la prioridad para este es trascender a la historia como el gran reformador.  

Para el gobierno y clase política en general, las advertencias pasaron desapercibidas. Se minimizó el fenómeno global y se confió en un blindaje más de papel que real, concentrándose en tareas partidistas y electoreras. 

En Veracruz, quien esto escribe, haciéndose eco de tales advertencias, en solitario así lo expresó. La entidad no podía ni debería seguir durmiendo el sueño de los justos en torno a una ilusoria bonanza, ignorando ser parte de un todo nacional que ya acusaba los primeros efectos de la crisis;  pretendiendo el gobierno en un increíble desplante de autosuficiencia y triunfalismo mediático convencer de que aquí no pasa nada, sin parar mientes en las consecuencias de no tomar las providencias exigibles.  

El sexenio de Herrera Beltrán concluyó dejando a Veracruz de rodillas. El Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, viene dando continuidad al triunfalismo sin sustento superando a su antecesor y, dando por hecho que gracias a un endeudamiento sin precedentes la prosperidad había sentado sus reales en la entidad. 

El tiempo, lamentablemente da la razón a quienes se les calificara como “agoreros del desastre” No hay forma de eludir los efectos de la crisis ni en el corto plazo modificar el rumbo. Ya están aquí, no se tomaron previsiones y hoy tanto en el ámbito nacional como un todo, así como en Veracruz uno de los eslabones más débiles de la cadena, se pagan las consecuencias.  

Con más del 50 por ciento de la población en condiciones de pobreza, con el 60 por ciento de la economía en la informalidad y con expectativas de empleo en el corto y mediano plazo que, a decir del secretario del trabajo, “se esfuman” con más de 200 mil puestos de trabajo que se perderán en el 2013, México acusa los efectos de la imprevisión y la simulación. 

La economía está estancada y en franco retroceso. La previsión de su crecimiento para el presente año pasó del 3.5 al 1.8 en la visión más optimista al confirmarse la desaceleración por parte de la Secretaría de Hacienda y el INEGI  Para los pesimistas apenas alcanzará el 0.5.  

Los efectos del deterioro en Estados Unidos y Europa, se trasladan a México por la vía del comercio y la especulación financiera. Ante una reducción de la demanda real, sus gobiernos privilegian mercado interno, estimulando a sus propios productores y consumidores. Las exportaciones para nuestro país se achican ante la contracción de nuestros tradicionales nichos en el mercado exterior y, la importación de bienes de consumo generalizado se ven incrementados ante la incapacidad manifiesta de México para asegurar soberanía alimentaria y crecimiento de la planta productiva.  

Como corolario, el poder real de compra del raquítico salario de los mexicanos se mantiene congelado, siendo notablemente insuficiente para incentivar empleo, consumo y producción en el mercado interno. 

En tanto que en el terreno de la especulación financiera, los capitales domésticos e internacionales van tras mejores condiciones de rentabilidad, fugándose de un México que no ofrece seguridad y rumbo cierto. 

El blindaje se concentró en la macro economía. Hoy la inflación y las políticas monetarias exhiben su vulnerabilidad en tanto que la micro economía, ignorada,  paga las consecuencias de la imprevisión cebándose en las capas más desprotegidas de la población. 

Para el secretario de hacienda, tras reconocer el desempeño mediocre de la economía, asegura que el crecimiento se reactivará en el segundo semestre del año, requiriéndose de un esfuerzo extraordinario en el gobierno y en la llamada sociedad civil. Para el Sr. peña y sus aduladores, sin decir cuando y como, las reformas presuntamente estructurales nos sacarán del bache. El compartir la renta petrolera con el capital privado, venga de donde venga, es la panacea.  

¡Vaya paradoja! En el medio de la mediocridad,  menor disponibilidad de la parte proporcional de la renta que PEMEX entrega al gobierno, mayores posibilidades de inversión pública y reactivación de la economía.  

Bien podemos esperar sentados con el estómago vacío, que fructifique  la ilusoria prosperidad que el presidente anuncia a bombo y platillo, ofreciendo para mañana lo que hoy no pasa de ser un buen deseo.  

El horno no está para bollos, anuncian cada día mayor número de “agoreros”. El descontento, frustración y hartazgo frente a un régimen político que construye castillos de naipes ignorando la realidad real, al igual que la crisis global ya está tomando cartas de naturalización entre las mayorías. Ya no son síntomas de deterioro y descomposición social, son  llagas a flor de piel de un país enfermo que la clase política, en todos sus niveles ignora y se resiste a ver. 

Gobierno federal y los correspondientes de las entidades federativas y el D.F., ya no administran los conflictos, resguardando Estado de derecho, seguridad y paz social; rebasados por una realidad que no controlan, su papel hoy se reduce al de bomberos  apagando fuegos que amenazan con incendiar toda la pradera.  

Y así, mientras México se debate entre la desaceleración, amenaza de recesión, devaluación y desempleo galopante, el estómago vacío de millones,  actúa como un pésimo consejero incitándole a la rebeldía. En este escenario, el próximo domingo Enrique Peña Nieto rinde su primer informe de gobierno.  

La pregunta obligada es: ¿aprobará ante el Pacto por México su aún gris desempeño?  Porque ante las mayorías  todo indica que saldrá reprobado.

Hojas que se lleva el viento

 ¿Estará enterado Alberto Silva Ramos, secretario de desarrollo social en Veracruz que en Xalapa, capital del estado, subsisten  mayor número de personas en condiciones de pobreza extrema que en los municipios de La Perla, Calcahualco, Mecayapan, Mecatlán, Filomeno Mata, Mixtla de Altamirano, Zontecomatlán, Ilamatlán y Aquila?.-  Xalapa, Ver., agosto 28 de 2013.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Los gobiernos de Estados Unidos y México jugando al gato y al ratón. El primero no queriendo queso sino salir de la ratonera, le da muchas vueltas al tema de la migración para seguir evitando el ingreso de más mexicanos que compitan por un empleo. El segundo, rogándole a Dios se aliviane la política migratoria de nuestros vecinos del norte para seguir expulsando mano de obra.

En ambos casos el Talón de Aquiles es el desempleo. Así de simple, no hay vuelta de hoja. Mientras el desempleo siga creciendo los dos gobiernos seguirán dándole vueltas a la rueda del hámster.

Pero el desempleo es efecto, no causa. Apenas es pálido reflejo de economías que no crecen y de ahí la preocupación del presidente Peña sobre el tema, quien atento a las recomendaciones de la OCDE nos dice: “Incrementar la productividad en México debe ser un reto, pero también una responsabilidad compartida por todos los actores de la sociedad, es imprescindible que incorporemos nuevas tecnologías, que innovemos en nuestros procesos productivos, que le demos un uso más rentable a los recursos y que incentivemos la creación de empresas más eficientes”.

Tácito reconocimiento presidencial de una realidad que en sus propuestas de reformas estructurales ha desdeñado. El problema de fondo es que el modelo económico neoliberal que profundiza pobreza y desigualdad, encoge la democracia y amplía el privilegio de la minoría, para México está agotado. No podemos avanzar insistiendo en transitar en el mundo globalizado de hoy, en crisis, contra la corriente. Ignorando que la ruta del libre comercio en el contexto internacional es cosa del pasado frente a una nueva versión de proteccionismo en el que el Estado, como actor económico, vuelve por sus fueros porque así conviene al sistema.

Antes que sustentar el reto de mantener a flote la economía en el mercado externo, la mayoría de los países está optando por fortalecerse en lo interno, restringir sus importaciones e incrementando ingreso y consumo de sus habitantes. China está a la cabeza de este renovado paradigma.

Cuando la razón indica que ya es hora de “cambiar de caballo  a mitad del río”,  México y otros países afines constituyendo minoría, se aferran al empobrecido jamelgo neoliberal, pretendiendo que con reformas llamadas estructurales, se pueda remontar la corriente cuando la estructura económica y social del país, a gritos y sombrerazos ya indica que su problemática tiene mar de fondo, tiene carácter histórico, es sistémica, y no aguanta más parches discursivos.

No puede seguir sosteniéndose la ilusoria percepción de que los mexicanos estamos jodidos pero felices, como lo afirma la OCDE. (CNN Expansión 28/05/2013). Para las mayorías algo ya huele mal y hay que limpiar la casa, no se puede seguir viviendo de buenos deseos y falsas esperanzas.

Si para el gobierno la desconfianza en autoridades y políticas públicas que por diversos canales expresan las mayorías empobrecidas de este país, resulta irrelevante y digna de ser, por ende, ignorada, grave resulta tratar con el mismo talante a los dueños del capital. La información dada a conocer sobre la transferencia por mexicanos de de más de 20 mil millones de dólares al extranjero en los últimos tres meses, da que pensar. A quienes deberían estar invirtiendo en México, generando empleos y riqueza, les gana la desconfianza, el Sr. Peña y sus reformas no convencen.

Y tan no convencen que el propio presidente Peña, atendiendo a las recomendaciones de la OCDE y del Banco Mundial, duda de sus efectos en el corto plazo, transfiriendo sus efectos a un horizonte más lejano, como es el lograr que en un futuro incierto se sustente el crecimiento económico en un utópico cambio cultural que haga de los mexicanos entes más educados, productivos y sobre todo, rentables para sus empleadores.

Buen propósito que el Sr. Peña llama a compartir por todos los actores de la sociedad, pero que queda en eso, un buen propósito frente a una realidad que se le niega. Al llamado presidencial el México pobre, bronco y profundo, no tiene más respuesta que el silencio.

Un país en el que más de la mitad de sus habitantes se debate entre la pobreza y el hambre, no puede aspirar a ser productivo en los términos recomendados por los organismos internacionales. Un país en el que los dueños del capital dejando de invertir transfieren su dinero al extranjero, no puede aspirar a ser productor eficiente, innovador y competitivo.

Es triste reconocerlo, pero la terca realidad lo expresa a voz en cuello. O se cambia de modelo de país o veremos escurrir el tiempo entre los dedos, sin más esperanza que un ramillete más de buenos propósitos en el archivo de planes y programas sexenales. En ello deberían pensar las nuevas generaciones, no merecen el México que les estamos heredando.

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J. Enrique Olivera Arce

Tanto en el gobierno federal como en  las cúpulas empresariales, algunas voces motivadas por el reciente viaje del Sr. Peña a China, festinan el que México registre costos de mano de obra 19.6 por ciento menores que en ese país asiático, al ser ello incentivo para la inversión e incremento de competividad.

De acuerdo al Bank of América Merrill Lynch, en 2003 los salarios en México eran 189 por ciento superiores a los que privaban en China, revertiéndose tal relación para el presente año, lo que en teoría para quienes festejan tal deterioro salarial en nuestro país, en efecto teóricamente ello favorece la competividad y posición comercial de nuestro país en el mercado mundial de capitales y bienes y servicios.

Sin embargo, a mi modesto entender, si bien tal disparidad favorece al sector exportador, es preocupante que no se observe con la misma óptica de optimismo la repercusión que los bajos salarios tienen para un mercado interno deprimido y, por ende, para el crecimiento económico, distribución del ingreso y calidad de vida y bienestar de la mayoría de la población.

A menor salario menor consumo, en una economía cuya mayor fuerza laboral gravita en torno a los sectores productivos no exportadores, en los que por cierto, PEMEX aparte, también descansa el sistema tributario nacional.

Lo que estaría por verse, es si con el régimen salarial de nuestro país, la pretendida competividad se hace acompañar de la democratización de los incrementos de productividad que, como señala Luis Videgaray, está contemplada en los objetivos de la estrategia económica del gobierno que preside el Sr. Peña. Puesto que ya es lugar común en México que el empleador hace como que paga y el empleado hace como que trabaja, al no existir correspondencia entre el trabajo realizado, el salario percibido y el costo al alza de los requerimientos mínimos de supervivencia de la fuerza laboral.

A esto habría que agregar que gracias al castigo fiscal al ingreso de los causantes cautivos y el estancamiento en la generación de empleos, más del 50 por ciento de la población ocupada se ubica ya en la economía informal, y sigue creciendo. Reduciendo el ingreso gasto de la administración pública en sus tres órdenes de gobierno y, por tanto, incrementándose el déficit presupuestal en detrimento de eficiencia y eficacia en la atención a la población.

Luego no debería verse con tanto optimismo el que el salario de los mexicanos sea inferior al de los trabajadores chinos que, análisis aparte, han mantenido altos índices de productividad a los que no se puede aspirar en nuestro país; sin considerar, además, que el mercado mundial no está para bollos; repercutiendo negativamente estancamiento, recesión y proteccionismo en la mayoría de los países europeos y en Estados Unidos de Norteamérica, Canadá y Japón, en las exportaciones mexicanas.

Mismo China, segundo socio comercial de México, pese al potencial de mercado que representa, mantiene una relación comercial asimétrica en la que las exportaciones totales de nuestro país ascienden apenas a 449 millones de dólares frente a 56,936 millones por concepto de importaciones procedentes del país asiático.

De ahí que más que cifrar esperanzas en el incremento de competitividad por bajos salarios, la lógica indica que el énfasis se debería poner en el fortalecimiento del mercado interno, revalorando el peso específico de la micro, pequeña y mediana empresa y el trabajo de los mexicanos, reactivando la fábrica nacional con mayor ingreso y consumo y reduciendo la brecha de desigualdad entre los que tienen todo y los que menos tienen.

Hojas que se lleva el viento

 “Aunque usted no lo crea”, nos dice en su columna “Carrusel” Marco Aurelio González Gama, recién estrenado como socio de Crónica del Poder , citando de diversas fuentes las fortalezas de la economía de México. Considero que no tenemos por qué no creer. No existe duda al respecto si consideramos como válida la numeralia oficial.

No obstante, lo paradójico es que con tal fortaleza, una macroeconomía robusta, una política monetaria estable y una inflación moderadamente contenida por el banco de  México, la microeconomía reflejada en  el empleo, ingreso, gasto, consumo y contribución fiscal de la mayoría de la población exprese lo contrario. México no anda bien.

 Como todo lo contrario a lo que en el marco de la simulación y triunfalismo sin sustento de la administración pública veracruzana, debemos entender por impulso al desarrollo sustentable y prevención frente a los efectos del cambio climático. La sustentabilidad del desarrollo es utopía que se trae a colación con tintes demagógico-electorales y los planes para preservar a Veracruz de los efectos del cambio climático, una falacia que la realidad se encarga de exhibir.- Xalapa, Ver., abril 15 de 2013 

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J. Enrique Olivera Arce

El Banco Mundial (BM) alertó hoy de que la recuperación económica mundial sigue siendo «frágil e incierta» , fundamentalmente por la crisis en la zona euro y los problemas fiscales y de la deuda en EU, e instó a los países emergentes a concentrarse en mejorar su potencial, dio a conocer hoy El Universal en relación al informe «Perspectivas Económicas Globales», que publica cada semestre el organismo financiero internacional.

El BM estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) mundial creció un 2,3 % en 2012, dos décimas menos de lo que había pronosticado en junio pasado. Además, si en junio el organismo anticipó que la economía mundial crecería un 3 % en 2013, en este último informe rebaja esa previsión al 2,4 %.

Los principales riesgos que enfrenta hoy la economía globalizada, a juicio del Banco Mundial, son la paralización de los avances para resolver la crisis en la zona euro, los problemas fiscales y de la deuda de Estados Unidos y la posibilidad de un recorte abrupto de las inversiones en China.

Panorama nada halagador que involucrando a la totalidad de la economía mundial, en México aparentemente se soslaya. Preocupados más por los vaivenes de la política, que giran en torno a la nueva versión de alternancia partidista en la conducción del país,  lo que promete dice o deja de decir el presidente Peña, así como en los prolegómenos de las elecciones locales en diversas entidades, que por una economía que acusa deterioro, estancamiento y alto grado de informalidad, la crisis global pareciera sernos ajena.

Y sin embargo, ahí está, de cuerpo presente, blandiendo la espada de Damocles sobre un México incapaz de imprimir reformas estructurales más allá de lo que mediáticamente representa el generar leyes que ni perjudican ni benefician a nadie en un estado de derecho poco fiable.

México requiere de cambios profundos que den congruencia al binomio macroeconomía y microeconomía. No se puede hablar de fortaleza macroeconómica cuando se carece de bases sólidas que en lo micro condenan a una gran mayoría de la población a salarios bajos no remunerativos, al desempleo, pobreza y una creciente desigualdad que no se resuelve ni con parches legislativos ni mucho menos con discursos triunfalistas sin sustento sobre un México cansado de vanas promesas.

El descontento crece, la protesta se criminaliza y la amenaza de estallidos sociales es ya tema que no se puede ignorar y que, sin embargo, la respuesta gubernamental pretende atajar con la creación de nuevas comisiones o reciclaje de las ya existentes, sin más objetivo que el diálogo entre sordos. Nada que contribuya con eficacia al abatimiento de los obstáculos estructurales que se oponen a crecimiento económico con justicia social.

Si el hecho de que lo que se consume en México apenas el 45 %  proviene de la fábrica nacional no es motivo de alarma, mucho menos para el gobierno en turno es piedra en el zapato el deterioro del salario, la reducción del consumo familiar y la informalidad en una economía que poco aporta al sostenimiento de las finanzas públicas. Sin el régimen fiscal a que se somete a Pemex, el Estado mexicano estaría en quiebra y, por ende, en condiciones de “Estado fallido” frente a una crisis global que no encuentra el camino para salir airosa.

¡Y la ignoramos! Privilegiando política (o politiquería) por sobre las prioridades económicas que la crisis global exige. Perdiéndose un tiempo precioso impulsando políticas públicas que no tienen más objeto que legitimar figura e imagen de un presidente de la República débil frente a una ciudadanía que, mayoritariamente en sentido lato, le diera la espalda en las urnas.

El PRI si sabe salpicar, es la esperanza, mientras la crisis globalizada restringe margen de maniobra a un presidente que cifrando su optimismo en que todo lo puede, no entiende aún que el que mucho abarca poco aprieta. Y si lo entiende, hace como que la virgen le habla. Superado por la realidad, el Sr. Peña ofrece lo que no puede cumplir mientras el país se le escurre entre las manos.

Si esto se da a nivel nacional, ni que decir de nuestra bucólica aldea en donde todo es prosperidad, no pasa nada, todo está bajo control, quien se dice manda en Veracruz moldea a su sano juicio una realidad que no quiere o no puede comprender. La crisis global no existe ni por tanto nos afecta. Finanzas públicas sanas, endeudamiento tolerable y más saliva que hechos concretos medibles, cuantificables y socialmente aceptables es el pan mediático de todos los días. Mientras el desempleo crece, la informalidad tiñe el territorio estatal y la iniciativa privada, por cierto sin iniciativa y sin invertir un clavo en tareas productivas, comparte esperanzas con la clase política sobre el maná que fluirá desde la cúspide del poder peñanietista.

Hojas que se lleva el viento.

Como un balde de agua fría sobre las espaldas fue recibido por el gobierno a cargo del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa el anuncio del Sr. Luís Videgaray, Secretario de Hacienda, en el sentido de que el Sr. Peña no tiene contemplado el rescate de la deuda estatal y municipal. Las arcas públicas en Veracruz seguirán padeciendo sequía extrema en espera de un nuevo invento que resulte menos oneroso financiera, política y socialmente que la dichosa bursatilización. Por lo pronto, la cortina de humo: acción persecutoria contra  ediles mañosos, firme pero no tanto la reventadera del hilo más delgado que ponga a más de tres en la cárcel.

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Y mire con lo que nos sale un diputadillo del montón: ”Hasta 20 años de cárcel para aquellos ciudadanos que se manifiesten afectando vías de comunicación e intereses de terceros”.

¿Cuántos años le gustan, estimado lect@r, para los servidores públicos que prometen y no cumplen provocando la ira de los ciudadanos?

-ooo

Basta pararse sobre un papel para marearse cuando se tiene una piscacha de poder. Sólo así se explica que la Sra. Elizabeth Morales salga a manifestar su intención de competir por una diputación local. Loca de contento por efectos del mareo no ve, no escucha, que es objeto de repudio generalizado en la capital veracruzana.

-ooo-

Atribuirse talento quien ayuno de ideas juzga al perredismo veracruzano y a sus más conspicuos personeros, haciendo gala de epítetos pedestres entremezclados en un lenguaje de verdulería, es una forma más de considerar a los veracruzanos como faltos de inteligencia. Ni es sano ni contribuye en forma alguna al reconocimiento del periodismo crítico pomposamente etiquetado como “círculo rojo”.

Cd. Caucel, Yuc., a 15 de enero de 2013

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José Enrique Olivera Arce

«No quiero ni imaginarme dónde estaría la economía mundial sin el paquete de estímulo de China»: Christine Lagarde, directora gerente del FMI

 “Don Miguel Alemán hace un momento señalaba: México se ha distinguido en los últimos 15 años por la gran estabilidad macroeconómica que tiene, que lamentablemente todavía no se ve hoy reflejada en suficiencia en la economía familiar, en lo que pueda significar condiciones de mayor bienestar, especialmente a sectores que están en condición de mayor marginación. 

Pero ésta es una fortaleza: la estabilidad macroeconómica. Y más la aquilatamos cuando observamos las distintas crisis que en otras regiones y latitudes se han presentado, precisamente que tienen que ver con el entorno macroeconómico. Pero hoy quisiéramos que México no sólo tuviera este acierto, este beneficio en su haber; sino también que sirviera, insisto, a lograr mayor crecimiento económico, crecimiento económico sostenido, y que se viera reflejado ese crecimiento en la economía familiar”, expresó el presidente electo en el marco de la X Cumbre de Negocios en Querétaro.

 Ratificando ante la cúpula empresarial en México lo que ofreciera en su gira por América Latina y Europa, Enrique Peña Nieto también comprometió su propuesta económica de mantener el “impulso al libre comercio y no aplicar medidas proteccionistas como otras naciones”.  

 Más claro ni el agua, a contracorriente de las tendencias mundiales, enfatizadas en USA,  China, Rusia y la Eurozona, el nuevo gobierno mantendrá su política de más de lo mismo. No porque el Sr. Peña quiera que el crecimiento económico se vea reflejado en la economía familiar, que no pasa de ser un buen deseo, sino porque tales propósitos entran en franca contradicción con el nuevo escenario internacional jalonado por la reelección de Barack Obama y los resolutivos del XVIII Congreso del Partido Comunista de la República Popular China. Dadas las condiciones de la crisis global, las grandes potencias, rectoras de la economía mundial, dan la espalda al libre comercio para arrinconarse como Estado-nación en la fortaleza del enorme potencial de su mercado interno.  

 Frente a la crisis, el optimismo del Sr. Peña se sustenta en la fortaleza de la estabilidad macroeconómica de México, no obstante que los indicadores apuntan a su paulatino deterioro, precisamente por no atender al mercado interno fortaleciendo la economía familiar; ignorando el peso específico de nuestra principal debilidad estructural: con una masa salarial deprimida, sin capacidad real de compra y consumo de una población de más de 50 millones de pobres,  el crecimiento económico y el empleo se ven limitados a la capacidad instalada actual del aparato productivo, su cada vez menor aprovechamiento y su retracción ya apuntada por el INEGI  

 México llegó tarde al neoliberalismo y se quedó estancado en este modelo económico y social caduco cuya obsolescencia en los países del primer mundo y en la mayoría de los llamados emergentes, está a la orden del día. Para concretar un crecimiento económico sostenido con justicia social que acerque la macroeconomía al bolsillo de la mayoría de los mexicanos, a mi juicio se requiere de un proceso de transformación integral de la estructura económica nacional y eso, con perdón de nuestra chata clase política, no se logra con estériles debates en el Congreso de la Unión ni con leyes cosméticas.

 No son las “reformas estructurales” en el papel lo que auspicia un auténtico cambio de rumbo, es la reducción de la pobreza y desigualdad así como la adecuación del aparato productivo y políticas públicas  a las nuevas condiciones y exigencias de la aldea global. 

 El mercado, como rector de la economía dejó de ser operante una vez dominado, controlado y conducido al fracaso por la especulación financiera. Contrariamente a las tesis neoliberales, parece que lo obligado hoy es más Estado y menos mercado; sin el control de la economía por los Estados-Nación, por ahora la crisis sistémica parece no tener salida; con mayor razón un país que depende del mercado de una economía en decadencia como la de nuestro principal socio comercial.

 Peña Nieto y su equipo no lo ven así, insistiendo en más libre comercio en un mercado mundial que tiende a cerrarse, dando continuidad a las políticas públicas neoliberales instauradas desde los tiempos del presidente priísta Miguel de la Madrid, cuando lo deseable es proteger desde el Estado lo rescatable de nuestras fortalezas, entre otras, el petróleo, sustento de la macroeconomía  y de las finanzas públicas que tanto se presumen.  

 Estamos a unos días del cambio de estafeta. Si Calderón fracasó en su utópica estrategia de combatir la violencia con la violencia sembrando muerte, inseguridad e incertidumbre, esperemos que el nuevo gobierno y la continuidad del más de lo mismo,  no nos conduzca al despeñadero económico en una sociedad que ya no aguanta más pobreza, desigualdad y corrupción.

Hojas que se lleva el viento 

 Es de llamar la atención el que en los círculos políticos y periodísticos del próspero Veracruz, se muestre más énfasis y preocupación por conocer quienes serán los elegidos para integrar el gabinete de Peña Nieto, que conocer alcances y posibles consecuencias del proyecto de gobierno de la próxima administración federal.  Entre otras cosas, se apuesta a que Manlio Fabio Beltrones será el próximo secretario de gobernación, cuando todo apunta que este añejo y siniestro personaje se mantendrá en la Cámara baja para pastorear a los diputados y lograr salgan avante las iniciativas de ley del aún presidente electo.

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 Al inaugurar el Consejo Político de la Confederación Nacional Campesina Pedro Joaquín Coldwell criticó al gobierno saliente por haber llevado al extremo el liberalismo, pues la rentabilidad se convirtió en la causa exclusiva de las operaciones agropecuarias. Flaca memoria la del líder priísta, los que desmantelaron el campo privilegiando la ganancia de unos cuantos terratenientes y empresas privadas del sector, fueron los gobiernos emanados del  tricolor.

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 Parafraseando al columnista y director de La Jornada de San Luís,  Julio Hernández, el segundo informe de gobierno del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa al frente del gobierno de Veracruz, tendrá lugar mañana miércoles 15, en medio de un “alborozo popular tan grande que hasta ahora nadie lo ha querido manifestar”.

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 Si el orden público en la capital de Veracruz es un caótico desorden y el descontento popular es ya un artefacto explosivo en ciernes, de conformidad con el decreto que modifica el artículo 373 del Código Penal de la entidad, nada se puede hacer para alterarlo, salvo que se demuestre fehacientemente ante la autoridad que no se actúa con falsedad al propalar por cualquier medio, que el desorden existente en nuestra ciudad es tal que la presunta alarma o perturbación del orden público efectivamente producida, está más que justificada. Si el gran mimo Cantinflas no hubiera muerto, ahora sería diputado, si esa fuera su intención.

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 En vísperas de la preselección de candidatos a contender en las próximas elecciones locales de alcaldes y diputados, al PRI se le está haciendo engrudo el tepache. No se sabe aún si el palomeo de las listas estará a cargo del primer priísta de Veracruz como marcan los cánones o quedara en manos de Videgaray, Osorio y Caram como artífices del “nuevo PRI”. Por lo pronto, en lo que toca a la capital veracruzana la caballada está más que flaca, descartado Ricardo Ahued para la alcaldía sólo queda Américo Zúñiga, joven junior al que mandarán a perder. ¿Y para la diputación por Xalapa urbano? Pues nada menos que nuestra amiga Elizabeth Morales, actual alcaldesa de la que fuera capital de Veracruz. Nada por que preocuparse, dicen los priístas, la oposición esta peor, aunque expertos politólogos afirman que la lectura de los asientos de café indican que en nuestra  próspera entidad todos los partidos patean para el mismo lado, se alimentan en el mismo pesebre y todo se reduce a un simple juego de valores entendidos. ¿Será?

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Antes de aceptar reformas neoliberales a la legislación laboral vigente, valdría la pena echar un vistazo a la crisis que en todos los órdenes de la vida nacional, hoy amenaza al reino de España. Con el mismo argumento de modernidad, productividad, competividad y crecimiento económico para intentar paliar la crisis global, se revivió la lucha de clases bajo otros esquemas, otros modos de ver y hacer las cosas en las que el gobierno, imprimiendo recortes a conquistas y derechos de los trabajadores que culminaran con la precariedad del empleo y un desempleo cercano al 25 por ciento de la población, abrió la Caja de Pandora.

La idea de que la concentración de la riqueza y el incremento de la tasa media de ganancia en unos pocos para que satisfechos los intereses del gran capital los excedentes salpicaran al grueso de la población, terminó por hundir a la vida económica española y, no sólo eso, socialmente dio al traste con la ilusoria sociedad del bienestar que, en apariencia, colocaba al reino de España entre los países más desarrollados del primer mundo. La burbuja económico financiera reventó, exhibiendo el fracaso del neoliberalismo como fórmula superior del capitalismo para solventar sus crisis recurrentes.

Habida cuenta del desarrollo desigual y combinado de la sociedad española, las contradicciones al interior del reino se agudizan. Las regiones con más desarrollo relativo, como es el caso de Cataluña, no están  ya dispuestas a llevar  sobre sus espaldas la carga de las más pobres y atrasadas. Hoy los catalanes exigen su independencia del reino español en una clara intencionalidad de que, rascándose con sus propias uñas, como país independiente estarían en mejores condiciones de remontar autonómicamente una crisis que está tocando fondo en toda Europa.

Al tenor de lo que el PRIAN pretende imponer a los mexicanos con una legislación laboral regresiva como lo es la “ley Calderón-Peña”, a la que se sumaría una mayor apertura al capital privado, doméstico y externo en la industria energética, la experiencia que lastimosamente vive hoy el reino español debería prender los focos rojos en nuestro país. Con precariedad del empleo se abate no sólo calidad de vida de los trabajadores, también se incrementa el deterioro de un mercado interno ya de sí deprimido, al reducirse la capacidad real de compra de amplias capas de la población en demérito de la producción y el consumo de bienes y servicios, así como de la captación fiscal en la que se sustenta el quehacer gubernamental. Para la sociedad en su conjunto, son más los perjuicios que los presuntos beneficios en que se sustentara la aprobación fastrack  de la ley de marras.

Pretender imprimir modernidad al país con presuntos incrementos de productividad y competividad, flexibilizando el trabajo en beneficio de unos y el perjuicio para los más que hacen posible la generación de riqueza, rompe con la armonía deseada entre los factores de la producción. Los trabajadores en desventaja frente a la patronal no tardarán en reciclar en la práctica el viejo apotegma mexicano: “El asalariado hace como que trabaja en tanto que el patrón hace como que paga”. Amén de que la modernidad, productividad y competividad de un México que llegó tarde a la fiesta,  no depende exclusivamente de las relaciones laborales. Otros factores de igual o mayor peso, como idiosincrasia, acceso a la educación de calidad y al desarrollo científico técnico, infraestructura, pasando por la eficiencia y eficacia de las acciones de gobierno y el lastre endémico de la simulación, corrupción e impunidad, condicionan crecimiento económico, tasas de ganancia y distribución de la riqueza.

Esto sin considerar factores externos como el comportamiento de los mercados de capital, bienes y servicios en el mundo globalizado.

No bastan los parches a la legislación, como ya tampoco es de fiar el modelo neoliberal que pretende continuar la dupla PRI-PAN al servicio de los poderes fácticos en una escalada más de simulación, engaño y gatopardismo, en un proceso de fortalecimiento de la derecha en México que la izquierda institucional ni puede, ni quiere, ni sabe como frenar.

El país requiere de reformas estructurales de fondo y auténticas que promuevan crecimiento económico a la par que abatan desigualdad, pobreza,  precariedad del empleo y el peso específico de la corrupción en todos los ámbitos y niveles de la vida nacional. Reformas estructurales que sólo podrían tener lugar con una ciudadanía responsable, participativa, que consecuentemente rescate para sí la representación popular en el Congreso de la Unión, hoy secuestrada por la partidocracia rampante. Lo que a su vez necesariamente pasa por la democratización de la vida cotidiana empezando por la relación entre las cúpulas sindicales y sus bases, así como al interior de los partidos políticos. Sin democracia participativa México no tiene futuro. Cd. Caucel, Yuc., septiembre 29 de 2012

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Si algo positivo deja la visita Express del Sr. Peña a Latinoamérica, es a mi juicio lo que dice o deja de decir respecto a lo que delinea como política exterior  a seguir en los próximos seis años y, por lo consiguiente, lo que nos espera a los mexicanos en la política interna. Nada nuevo, se ratifica la falta de liderazgo de México y la ausencia de visión para obtener un mínimo de congruencia entre políticas públicas orientadas a competir en el mercado externo y, las llamadas a fortalecer un mercado interno deprimido. Privilegiándose las primeras y reduciendo las segundas al combate a la pobreza o asistencialismo a secas, en el marco de continuidad del proyecto neoliberal de desarrollo que tiene sumido al país en atraso estancamiento.

Más de lo mismo. Crecimiento económico en condiciones asimétricas, basado en inversión extranjera, exportación y privatización de los bienes de la nación, con un presunto fortalecimiento de la educación como fórmula para alcanzar en el recurso humano altos índices de productividad y competitividad. La dinámica de la crisis global, está ausente, como lo está el imprimir sello propio a la fábrica nacional, enfocándole al fortalecimiento de oferta y demanda en el mercado interno vía incremento salarial, rescate del campo, abatimiento de la economía informal,  y nuevas y agresivas políticas públicas de respaldo oportuno y eficaz a la pequeña y mediana empresa. Ello a favor de sostener el aparato productivo y desalentar subsidios al consumo que tanto están dañando al país.

Cuando es más que evidente que en el ámbito internacional las políticas proteccionistas de las principales economías del mundo se enfocan a paliar la crisis global, Enrique Peña hace un llamado al libre mercado, siguiendo el libreto dictado desde Washington en beneficio de los cada vez más reducidos nichos de mercado en el exterior de una Unión Americana en declive a decir de analistas y expertos de nuestro vecino del norte.

En el tema laboral, el Sr. Peña da por sentado que la flexibilidad del trabajo contemplada en la reforma que cocina el Congreso de la Unión, constituye aliciente para atraer capital externo. Así como en el renglón energético habla de abrir la puerta a una creciente privatización de la industria petrolera y eléctrica con un alto componente de inversión extranjera. Medidas de política económica tendientes a sacrificar soberanía y bienestar de los mexicanos. Presunción anticipada del virtual presidente aún no negociada y consensuada entre las diversas fuerzas políticas.

Señalo como positivo el mensaje del presidente electo dirigido al exterior, en tanto este no deja ya lugar a dudas de lo que en lo doméstico nos espera. Tras advertencia no hay engaño. Si alguien pensara que con el Sr. Peña y el retorno del PRI a Los Pinos, ofrece un cambio sustantivo y puntual para salir de la desigualdad, pobreza y deterioro del tejido social, tal cambio de rumbo no pasará de ser una manifestación más de gatopardismo para seguir igual o peor.

En materia de política política, el Sr. Peña deja claro que con su tournée express, privilegia el ser reconocido por la comunidad internacional antes que legitimarse ante sus futuros gobernados.  Para él y sus estrategas es más importante ser aceptado en América Latina como legítimo triunfador de la elección presidencial, que recorrer el territorio nacional para convencer de que ganó en buena lid gracias a sus propuestas de política económica y social. O, cuando menos, agradecer el que los votantes le dispensaran preferencia y beneficio de la duda.

Más cómodo tener interlocución con gobernantes latinoamericanos respetuosos de las reglas de la diplomacia, que arriesgarse a la descalificación y repudio de amplios sectores que no comulgan con su triunfo en las urnas. Si lo que pretende el Sr. Peña es recuperar liderazgo para México en América Latina, obtenerlo para sí en el ámbito doméstico está muy cuesta arriba. En tratándose de legitimidad ante los mexicanos, acusa un déficit que no va de acuerdo con sus propósitos en el seno de la comunidad internacional. Sus futuros pares lo saben, hoy lo callan pero de ello tratarán de sacar provecho en el futuro cercano.

Renglón aparte, Felipe Calderón no pierde oportunidad para restarle espacios mediáticos al Sr. Peña Nieto. La intensa actividad desplegada por el aún presidente de México en los últimos días, opaca los presuntos logros en el extranjero de quién en le sucederá en el cargo.

Hojas que se lleva el viento

Atinado golpe de mano de la aún gobernadora de Yucatán restándole mérito a posibles reclamos del alcalde de Mérida. Con el pretexto de no frenar la continuidad de los proyectos  priístas de la anterior administración municipal, Ivonne Ortega Pacheco dispuso se le otorgaran 500 millones de pesos de recursos frescos, federales y estatales,  a la comuna panista. Medida que ha sido vista como positiva por los meridenses quienes ahora esperan eficacia y transparencia en su aplicación.

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En el terruño, la alcaldesa xalapeña puso muy en alto lo que en Veracruz se entiende por previsión y oportuna atención a la población frente a desastres naturales. El gobierno estatal no se queda atrás, ahogado el niño procede tapar el pozo como respuesta a una indignada comunidad en la que hasta los muertos sufrieran los embates de la injustificable inundación. Banderilla es ejemplo a seguir para sacudir de su modorra a una administración pública estatal que no ve, no oye, no atiende ni le importa un bledo la demanda ciudadana. Cd. Caucel, Yuc., septiembre 23 de 2012

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El tema de la desigualdad, eje central del Foro Económico Mundial de de Davos, fue tocado en México por el senador Manlio Fabio Beltrones en referencia al riesgo de una recesión global, que tendría “un impacto ineludible en México. Así como por el Dr. Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz, quien afirmara que su gobierno trabaja para abatir desigualdad y pobreza.  

Llama la atención el hecho de que en tanto que para el cónclave de Davos para lo más representativo del capital internacional y jefes de Estado, se da como un hecho de que los actuales modelos de crecimiento económico y desarrollo social del capitalismo están agotados, el Senado de la República, por voz de Manlio Fabio Beltrones, poniendo el dedo en la llaga proponga al gobierno, partidos políticos y sectores social y privado, un plan de 10 puntos para hacer frente a la crisis sistémica global, sustentado precisamente en el modelo neoliberal vigente.  

Aunque cabe señalar que por primera vez desde las altas esferas del poder en México, se ponga énfasis en reconocer que no somos ajenos a los efectos de la crisis, que el riesgo de éstos para el país es inminente, y que no estamos preparados para hacerle frente debiendo, por tanto, tomar las medidas de ajuste pertinentes tanto en lo económico como en lo social para minimizar los daños esperados. 

Igualmente, por primera vez, se pone en el tapete de la discusión la necesidad de fortalecer el mercado interno mediante el incremento de la capacidad de compra de la población a través del ingreso per cápita real, o sea a través de  incrementos salariales.  

Los focos rojos ya están, por tanto, prendidos en México. El diagnóstico elaborado por el Senado da elementos para ello. Lo que faltaría es que efectivamente se actué en consecuencia y, en congruencia con el diagnóstico internacional que motiva a priorizar en Davos la revisión de los modelos vigentes de crecimiento y desarrollo, con énfasis en la desigualdad, se acepte que en México el modelo neoliberal está agotado, para de ahí partir en la búsqueda de un pacto nacional para afrontar la crisis sistémica global. 

En este escenario y a la luz de los diagnósticos publicitados en Davos y en México, destaca por su ligereza y reiterado triunfalismo, la postura del gobernador de Veracruz, cuando sin el menor análisis, afirma que con su programa electorero “Adelante”, se trabaja para abatir la desigualdad, focalizando sus acciones en las comunidades con mayores índices de pobreza. Lo cual a mi juicio me parece irresponsable, en tanto se recurre discursivamente a la demagogia, sin tomarse medidas serias que verdaderamente incidan en una disminución gradual de la desigualdad entre los veracruzanos. A más de que no está en manos del gobierno estatal, sin rumbo, sin brújula y sin recursos, el propiciar alteración alguna de las condiciones estructurales que dan lugar a mayor pobreza y desigualdad. 

El problema de la desigualdad es sistémico, multidimensional  y determinado en la coyuntura por las consecuencias de los modelos neoliberales equívocos, adoptados por el capitalismo en las últimas décadas del siglo XX, para sustentar crecimiento económico y sostenibilidad de la tasa media de ganancia del capital, a costa de pobreza y desigualdad de las poblaciones. 

Políticas públicas, programas y acciones gubernamentales domésticas, de maquillaje y con claro tinte electoral, son irrelevantes en el marco de una crisis global que, de acuerdo con el diagnóstico del Senado, nos está tomando por sorpresa y en franca indefensión. El gobernador Veracruzano lo sabe o debería de saberlo de acuerdo a su perfil académico. Su incapacidad manifiesta para ubicarse como gobernante en el escenario nacional e internacional, lo obliga a su empecinamiento declarativo en ver lo que no es de la realidad que vive el mundo de hoy. Y peor aún, en no ver objetivamente la realidad de sus gobernados para actuar en consecuencia.

Sin empleos remunerativos y fortalecimiento de la capacidad de compra vía incrementos salariales, no hay crecimiento económico y mucho menos posibilidad de abatir desigualdad. De ahí la necesidad de revisar y modificar los modelos del capitalismo para el Siglo XXI. No lo digo yo, lo afirman los gurús que al más alto nivel del sistema dan la alerta en el Foro Económico Mundial de Davos.

Hojas que se lleva el viento

Clamor ciudadano ante el casi un hecho de que la Legislatura local apruebe la cuenta pública del 2010, exonerando de toda responsabilidad al ex gobernador Herrera Beltrán. “La lavadora”, así califican al Congreso local y seguramente tengan razón, sin embargo cabe preguntarse: ¿Se esperaba otra cosa? ¿Algún ingenuo llegó a pensar que el gobernador Duarte de Ochoa dejara de cubrirle las espaldas a su mentor y padrino político? Una cosa es que desde el poder se nos juzgue como menores de edad y otra, muy distinta, el que nos autocalifiquemos como retrasados mentales. Fidel es Fidel y ya sin ningún impedimento legal, blanqueado su oscuro plumaje, será postulado por su partido como candidato a una senaduría o diputación plurinominal, salvo que sea vetado por el CEN del PRI. La pregunta que queda en el aire: ¿Los veracruzanos conoceremos algún día en que se invirtieron los miles de millones de pesos que dieran lugar a la deuda pública que heredara Fidel a Javier Duarte?

O la Sra. Leticia Perlasca no tiene bien informado al gobernador Duarte de Ochoa o hay un “complo” en contra de la inteligencia de los veracruzanos. No puede ser que un día se afirme que el Ayuntamiento de Boca del Río prohibirá que turistas pernocten en las playas y días después el mandatario declare que en los dos próximos meses Veracruz recibirá con los brazos abiertos a dos millones de visitantes. Sería bueno que también informaran cual es la capacidad de alojamiento con que se cuenta y de que calidad, tanto en la zona conurbada Veracruz-Boca el Río, como en Tlacotalpan y el Totonacapan, para tener una idea de cuantos turistas entran por habitación. De lo contrario tendría que pensarse que el alcalde de Boca del Río se extralimita al prohibir que en las playas, zona federal por cierto, duerman la siesta y hagan pipi quienes nos visitan.

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