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Tag Archives: modernización de Pemex

En manos privadas, 70% de la exploración y producción de crudo

La Jornada, Roberto González Amador y David Carrizales (Enviado y corresponsal. La Jornada 11/11/08

kesel-calderonMonterrey, NL, 10 de noviembre. Empresas privadas realizan 70 por ciento de las actividades que constitucionalmente son responsabilidad de Petróleos Mexicanos (Pemex) en las áreas de exploración y producción, reveló este lunes la secretaria de Energía, Georgina Kessel.

Los mecanismos derivados de los cambios que realizó el Congreso harán posible ordenar una práctica de contratación “que ya se realiza hoy: alrededor de 70 por ciento de las actividades de Pemex en exploración y producción ya la realizan otras empresas, pero con un esquema extremadamente rígido que no permite, como sí lo hace la reforma, obtener bienes y servicios para Pemex”.

En un foro empresarial la funcionaria anticipó que los contratos que firmará el gobierno federal con compañías privadas, al amparo de la reforma aprobada el mes pasado por todos los partidos políticos representados en las dos cámaras del Congreso, incluirán la posibilidad de “hacer un pago adicional” al contratista privado, en función del éxito del proyecto.

Petróleos Mexicanos, añadió Kessel, contratará en mejores condiciones servicios que hoy ya son prestados por empresas particulares, pero aseguró que las firmas recibirán sólo remuneraciones en efectivo acordes con los estándares de la industria en el mundo.

Oradora en la Cumbre de Negocios organizada por el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, la funcionaria federal sostuvo que la reforma aprobada por el Congreso hace posible garantizar la seguridad energética y el abasto de combustible a mediano plazo, además de que permitirá elevar la producción a 3 millones de barriles diarios de crudo, unos 300 mil barriles más que el ritmo actual.

Después de la reforma aprobada el mes pasado en el Congreso, se creará un régimen especial de contrataciones para la industria petrolera, afirmó Kessel. Sostuvo que el paquete de leyes votado por diputados y senadores tiene los mismos objetivos que la iniciativa presentada por el Ejecutivo federal en abril.

La reforma aprobada para Pemex, aseguró, crea un sistema de licitaciones públicas, por regla general por medio de contratos, con flexbilidad para modificar los proyectos, lo que va a permitir, según su criterio, “adquirir nueva tecnología o incorporar tecnología que resulte viable”.

Se refirió también a los incentivos que recibirán las compañías privadas que acepten realizar obras para Pemex y que, según lo declarado por los legisladores que votaron las iniciativas, no recibirán participación alguna de la producción de crudo.

Kessel aseguró que los contratos –cuyas versiones todavía no se hacen públicas– establecen para las empresas una remuneración siempre en efectivo y de acuerdo con prácticas internacionales; en las cláusulas se establece la posibilidad de penalizar al contratista por incumplimiento, y también se deja abierta la probabilidad de que Pemex realice pagos adicionales, también en efectivo, en función del éxito del proyecto y del desempeño del contratista.

“Esto es importante, porque si se nos entrega un pozo produciendo con anticipación, Pemex se beneficia, y para incentivar que el contratista entregue con anticipación, también se podrá beneficiar de esa mayor productividad del pozo por entrar en operación antes de tiempo”, afirmó.

Los esquemas de contratación también establecen que las remuneraciones sean siempre en efectivo; que no se conceda propiedad sobre los hidrocarburos; que no se suscriban contratos de producción ni haya esquemas de utilidades compartidas.

Tampoco el contratista tendrá derecho de preferencia para la adquisición de petróleo y derivados. “El control de la actividad se mantiene en manos del Estado en todas las actividades, bajo el nuevo sistema de contratación”, aseveró.

El sistema de contratación derivado de la reforma aprobada el mes pasado permite ampliar la capacidad de operación de Pemex a través de la contratación de servicios, manifestó.

Los mecanismos derivados de los cambios que realizó el Congreso harán posible ordenar una práctica de contratación “que ya se realiza hoy: alrededor de 70 por ciento de las actividades de Pemex en exploración y producción ya la realizan otras empresas, pero con un esquema extremadamente rígido que no permite, como sí lo hace la reforma, obtener bienes y servicios para Pemex”.

La Jornada, Editorial. 11/11/08

La confesión de Kessel

Ayer, en el contexto del foro empresarial México, cumbre de negocios, que se realiza en Monterrey, Nuevo León, la titular de la Secretaría de Energía (Sener), Georgina Kessel, dijo: “Alrededor de 70 por ciento de las actividades de Pemex (Petróleos Mexicanos) en exploración y producción ya las realizan otras empresas”. Tal aserto representa una confesión de ilegalidad, un reconocimiento de que la reforma petrolera recientemente aprobada, y aún no promulgada, simplemente busca regularizar una práctica ilícita, y una admisión de que el laberíntico proceso que condujo a su aprobación ha sido una simulación y una impostura del gobierno federal y de sus aliados en el Congreso.

Es necesario recordar que la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional, aún vigente, afirma que “sólo la Nación podrá llevar a cabo las distintas explotaciones de los hidrocarburos, que constituyen la industria petrolera (la cual) abarca (entre otras cosas) la exploración, la explotación, la refinación, el transporte, el almacenamiento, la distribución y las ventas de primera mano del petróleo y los productos que se obtengan de su refinación”. Es decir, el gobierno actual y los precedentes han venido violando en forma deliberada y reiterada la Carta Magna y la ley reglamentaria –lo que conlleva una gravísima responsabilidad política–, y las reformas referidas han sido una mera forma de dar cobertura legal a una situación de facto a todas luces ilícita.

Por añadidura, la funcionaria dijo que las modificaciones pactadas por Los Pinos con las bancadas de Acción Nacional, el Revolucionario Institucional y un sector del Partido de la Revolución Democrática “tienen los mismos objetivos” que la iniciativa abiertamente privatizadora que el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, envió al Senado el 8 de abril. La pregunta obligada es, entonces, para qué se incluyeron en esas propuestas párrafos e incisos que entregaban segmentos enteros de la industria petrolera a consorcios particulares, a sabiendas de que habrían de enfrentar una fuerte oposición política, social y técnica, y por qué no se optó desde un principio por enviar una versión menos impresentable, como la que finalmente se aprobó. Sea cual fuere la respuesta, queda en el aire, tras las declaraciones de la titular de la Sener, una sensación de trampa, de simulación, de tomadura de pelo, como lo fue, desde un principio, el aserto gubernamental de que las iniciativas inicialmente ensayadas “no eran privatizadoras”.

Cabe preguntarse, por lo demás, qué explicación darán a sus bases y a sus electores los dirigentes y legisladores perredistas –Guadalupe Acosta Naranjo, Graco Ramírez, Carlos Navarrete y otros– que se sumaron con entusiasmo y “orgullo” a una maniobra que, ahora es meridianamente claro, apuntaba a legalizar una privatización que ya se venía dando en los hechos.

En cualquier forma, la escandalosa declaración de Kessel plantea una disyuntiva ineludible: o se emprende de inmediato un esclarecimiento de la sostenida ilegalidad en la que ha venido operando la industria petrolera (cuando menos, 70 por ciento de ella), o se concede la existencia de un poder público cínico, que sólo se compromete a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes en las ceremonias de toma de protesta.

Apunte para: gobernantes.com ; Our Words in ResistanceRevoluciones

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En mi anterior apunte me preguntaba donde está la capacidad de indignación del pueblo de México frente a hechos que reflejan la profunda crisis de valores que aqueja a la sociedad mexicana; en estas líneas lo refrendo. ¿Dónde está? Porque no puede causar otra cosa que una tremenda indignación el conocer de boca de Arturo González de Aragón, titular de la Auditoría Superior de la Federación, que en México las grandes corporaciones en 2004 pagaron en promedio sólo 74 pesos de ISR y 69 de IVA.

Esto durante su intervención en el penúltimo de los foros de debate de la reforma petrolera del jueves 17, en la que además diera a conocer el altísimo grado de discrecionalidad, corrupción y opacidad en el manejo de PEMEX, destacando el manejo de los excedentes petroleros en la administración foxista, que ascendieron a 720 mil millones de pesos, y que en su mayoría se utilizaron para el gasto corriente del gobierno del Partido Acción Nacional. Detallando que el 73 por ciento se aplicó a gasto corriente, 14 a inversiones financieras y sólo 13 por ciento a inversión física directa.

De la misma forma, explicó el auditor, se ha manejado el Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros, del cual el gobierno federal no ha acreditado debidamente la forma en que se ha aplicado. Más aún, expuso, el exceso de discrecionalidad de funcionarios de PEMEX en el otorgamiento de préstamos, donativos diversos y asignación de contratos, derivó en la presentación de denuncias penales ante la Secretaría de la Función Pública y la Procuraduría General de la República por un probable daño al erario de 3 mil 400 millones de pesos, sin que a la fecha estas hayan prosperado.

Uno a uno, los ponentes desgranaron la cadena de irregularidades detectadas en el manejo discrecional de la paraestatal, destacando, entre otras, a lo largo de las intervenciones:

  • La reconfiguración de la refinería de Minatitlán, en Veracruz, fue otorgada a la empresa española Dragados, tiene un retraso de dos años y los costos pactados originalmente se han duplicado sin que se hayan fincado responsabilidades.
  • Una empresa noruega rentó al mismo tiempo tres plataformas petroleras por cinco años a Petrobras América, Petrobras Brasil y Pemex, sólo que a la empresa mexicana le envió la más pequeña y con un costo 300 millones de dólares más cara.
  • Pemex pagó a la trasnacional estadunidense Noble Corporation una plataforma semisumergible, reconstruida, con sobreprecio de 59 mil dólares diarios.
  • Pemex signó contratos de servicios múltiples con empresas extranjeras para explotar gas en la cuenca de Burgos. Una contratista adquirió una planta recuperadora de azufre para la paraestatal con un costo directo de 46.4 millones de dólares, que al final se convirtieron en 102 millones de dólares. A las corporaciones extranjeras, entre ellas Repsol, en la cuenca de Burgos, se les autorizan pagos por costos indirectos hasta del 125 por ciento.
  • Pemex Internacional constituyó Pemex Financial Trust en noviembre de 1998, bajo el amparo de leyes de Islas Caimán, no cuenta con empleados y es administrada por un banco en aquella localidad. Como ésa, se han constituido empresas en Dublín, Houston, Aruba, y en otras partes. El consejo de administración de Pemex no recibe información de esas empresas debido a que, “en la perla de la corrupción”, las decisiones de Pemex Internacional pasan por el Comité de Comercio Exterior del Petróleo, que no existe jurídicamente.

El titular de la Auditoría Superior de la Federación alertó también que el pasivo laboral ascendió, al cierre de 2007, a 528 mil millones de pesos, equivalente a 4.7 por ciento del PIB. En ese mismo año, dijo, se erogaron 24 mil millones, en ese rubro, que representa 45 por ciento de la nómina; proponiendo reformas de fondo como el mejorar la administración y recaudación tributaria; mantener como irrenunciable la facultad del Congreso de revisar y fiscalizar a Pemex; fortalecer la autonomía y ampliar las facultades del órgano fiscalizador para que imponga sanciones administrativas y económicas; destinar los excedentes petroleros a inversión; reducir la burocracia, así como revisar a fondo el régimen laboral de la empresa.

Si para muchos, incluidos la mayoría de los voceros de los medios de comunicación, el debate senatorial en torno a la industria petrolera, ha sido un ejercicio tan inútil como no vinculatorio para el trabajo legislativo previo a la dictaminación de las iniciativas de Calderón Hinojosa, lo que ha salido a relucir en los diversos foros, demuestra lo contrario. No sólo se justifica el debate como una ventana a la que al pueblo de México se le está mostrando crudamente una realidad que de manera tan mendaz es ocultada por el poder. También se confirma la necesidad de la ya obligada e imprescindible consulta ciudadana en torno a un tema que debe interesarnos a todos los mexicanos.

Si para Calderón Hinojosa, de dientes para afuera y sabedor de que sus iniciativas sólo han generado repudio, las cosas no pueden seguir como hasta ahora en Pemex, para el pueblo de México el rescate del patrimonio energético constituye una exigencia vital para la soberanía y seguridad nacional, así como garante del futuro de las nuevas generaciones. El rumbo deseable para PEMEX no puede dejarse únicamente en manos del Congreso de la Unión. Si aún existe un mínimo de capacidad de indignación en este país, esta debe expresarse en consecuencia en la consulta ciudadana.

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En el debate nacional sobre el sector energético –léase restructuración de Pemex–, me ha tocado intercambiar opiniones con mexicanos con cuyas posturas difiero, pero cuya honestidad reconozco. Lamentablemente no puedo decir lo mismo de la actitud de nuestro gobierno, que mañosamente sostiene un discurso contrario a lo que su propuesta de reforma plantea.

El gobierno dice no cambiar la Constitución, pero su propuesta la transgrede; dice fortalecer a Pemex, pero su propuesta lo hace renunciar a su capacidad operativa y a su crecimiento y lo condena a ser mero administrador de contratos; dice no privatizar, pero su propuesta cede a la iniciativa privada mercados enteros. En suma, nuestro gobierno tergiversa, miente, engaña.

Para ilustrar mi argumento hoy tocaré un asunto que ha pasado desapercibido en el debate nacional, pero que tendrá, de darse, un impacto sustancial. Está entre lo que llamo en las propuestas: “de las sorpresas subyacentes o el verdadero gasolinazo”.

La apertura del mercado de gasolinas a las petroleras privadas no se ha analizado en detalle en el debate, debido a que el gobierno no ha sido transparente respecto al mismo y lo tiene escondido en las letras pequeñas de la iniciativa. Independientemente de la opinión que se tenga frente a este asunto, pasar como bola rápida un tema que tanto impactará a la economía nacional no le debiera resultar aceptable a ningún mexicano.

Ver nota completa en La Jornada 17/07/08

Apunte para: Our Words In Resistance

J. Enrique Olivera Arce

El debate sobre el futuro de la industria petrolera en México que en el Senado iniciara el pasado martes, parece ser mero trámite para justificar reformas ya pactadas a PEMEX, contrarias a los intereses de la Nación. De otra manera no se explica el que a un día de iniciado, Calderón Hinojosa enviara a la Cámara de diputados una propuesta para reformar y adicionar la Ley Federal de Derechos que, en su parte medular, contempla reducir la carga fiscal a empresas privadas que perforen en busca de petróleo y gas en aguas profundas y en la zona del paleocanal de Chicontepec.

Si existe consenso en que México no cuenta con la tecnología y equipo para explorar en aguas profundas del Golfo, entonces estaríamos hablando de que la iniciativa de marras está dirigida a incentivar a empresas extranjeras, para que inviertan en la búsqueda del “tesorito”.

Así, mientras a PEMEX se le aplica una fórmula fiscal que le descapitaliza, orillándole a un constante endeudamiento y a la quiebra técnica, de aprobarse las modificaciones a la Ley Federal de Derechos las empresas privadas que resultaran beneficiarias, pagarían al fisco entre un 15 y 20 por ciento en relación con los que se cobran a Petróleos Mexicanos. Adicionalmente gozarían de un régimen de excepción que permitiría a las empresas mayores márgenes para deducir impuestos, que serían de hasta 15 dólares por barril de crudo y gas en aguas profundas, y de hasta 10 dólares en el paleocanal.

De acuerdo a la información proporcionada por La Jornada el día de hoy, la privatización de facto tendría lugar mediante “contratos de desempeño”. Eufemismo con el que se pretende ocultar el hecho de que con las reformas a la Ley Federal de Derechos, que establecería el cálculo de impuestos con base en el volumen y precio del petróleo en el mercado mundial, en realidad estaríamos hablando de “contratos de riesgo”, con los que el Estado mexicano compartiría por la vía fiscal, parte de la renta petrolera con empresas extranjeras.

No resulta extraño, por tanto, que en el primer día de debate, el PAN por conducto de su dirigente nacional, lejos de aportar elementos legales y técnicos a favor de las iniciativas de Calderón Hinojosa, fijando la posición de su partido, se concretara a descalificar a quienes se oponen a estas, polarizando el debate y generando ruido. Dando por sentado que el camino para la privatización ya está allanado mediante pacto en lo oscurito y de espaldas a la ciudadanía.

Como tampoco resulta extraño que los gobernadores de los estados autonombrados “productores”, a riesgo de comprometer su capital político, ya manifiesten más interés en el como beneficiarse de la rebatinga de la renta petrolera que en el rescate y modernización de la paraestatal (PEMEX).

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