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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Hay tiempos para llorar y tiempos para reír. El movimiento contestatario del magisterio ríe y el gobierno de Veracruz carga con la derrota, si no de la guerra si de una de las tantas batallas agendadas por los mentores  en rebeldía.

Así se percibe desde la calle. La estrategia para enfrentar el conflicto magisterial en la entidad, además de incongruente resultó fallida desde sus inicios. Hoy la administración pública veracruzana está rebasada e incapacitada para frenar un movimiento social que no “sabe de razones”.

No le cae el veinte. Se sigue pensando y, en consecuencia actuando con auxilio de la prensa oficialista, a partir de la idea de que la movilización magisterial infiltrada por activistas oaxaqueños se reduce a un grupo minoritario de profesores revoltosos, y que a la opinión pública se le puede engañar con expresiones infantiles de arte escénico, como la protesta de “terceros afectados”, beligerancia de padres de familia, mesas de diálogo con liderazgos cuestionados, o bien,  la farsa mediática montada por el secretario de gobierno en la toma de la presa Yuribia para su posterior y oportuna solución por la vía del diálogo, muy al estilo del viejo PRI.

Las cosas no son tan así de simples.

Mar de fondo

El movimiento magisterial sigue  haciendo lo suyo en todo el país. Quienes simpatizan con los mentores, aprenden el camino. Nada con las reformas neoliberales. Y las autoridades se niegan a escuchar, optando por el camino cómodo de la descalificación y  represión.

Luego no cabe echar las campanas al vuelo por el hecho de que la mayoría de los mentores en la entidad, considerados dóciles y bien portaditos, regresan a cumplir con su tarea en las aulas ante las amenazas de descuentos y despidos, cuando todo indica que en la coyuntura el retorno parcial a clases en la entidad tiene mar de fondo, no dejando de ser un estudiado retroceso táctico y no derrota de un  movimiento magisterial que se reagrupa, fortalece su organización, depura liderazgos, en el camino gana más adeptos, afina estrategias de lucha  y se prepara para nuevas batallas.

Razón de más para preocuparse, el hecho de que con fundamento en la reforma educativa, al gobierno de Veracruz se le priva de recursos frescos con el retorno al viejo esquema centralizado del pago de la nómina magisterial y retención de cuotas sindicales. Perdiendo capacidad de control y de maniobra para mantener la iniciativa frente a la movilización social del profesorado.

Y esto no es todo. Si se pensó en su momento -y así se orquestó en una mayoría de medios de comunicación- que la movilización del profesorado era en contra de “la evaluación” que contempla  la reforma educativa en sus leyes secundarias, al paso de días y semanas ha quedado claro que las banderas agitadas por los mentores rebasan el ámbito de los trabajadores de la educación, para ubicarse en un nivel superior de reivindicaciones y demandas ciudadanas  que, ante el ramillete de reformas presuntamente estructurales que promueve el gobierno federal a cargo del Sr. Peña, justificadamente vienen cobrando presencia en la calle.

Otros movimientos sociales de obreros, campesinos, indígenas y de una clase media empobrecida se radicalizan y velan armas, dispuestos en una coyuntura que les es favorable a sumarse en la entidad al movimiento de los mentores inconformes.

Esto último, razón más que suficiente para entender que son tiempos de llorar y no de soberbio triunfalismo.

Balance

Si se entendiera en su contexto más amplio, el gobierno de Veracruz tendría que aceptar que en un combate de escaramuzas, planeado y bien organizado, el retroceso táctico es señal inequívoca de que por ahora si bien el magisterio movilizado no ganó la guerra, si hasta ahora ha ganado sus primeras batallas.

El frágil estado de derecho ha sido puesto a prueba, exhibido y cuestionado en Veracruz. Todo el peso de la ley a los mentores en protesta, impunidad y premiación a los delincuentes que en contubernio implícito y explícito con autoridades, traficando con plazas y manejo en beneficio propio de cuotas sindicales, son exhibidos por la misma prensa que se desgarra las vestiduras satanizando a los mentores movilizados.

La legitimidad de la democracia representativa en el Congreso local ha sido derrotada. La aptitud y actitud de los diputados frente al magisterio movilizado ha sido exhibida como ineficaz y ajena a los intereses populares, por decir lo menos.

Y con ello la representatividad de partidos políticos y liderazgos caciquiles espurios, rebasados por una realidad inobjetable de participación y búsqueda de democratización desde las bases; el control clientelar ejercido desde el PRI-gobierno y el SNTE sobre  los mentores veracruzanos, está deteriorado y en vías a perderse.

Y ni qué decir del PRD,  con su renuncia tácita a rescatarse a sí mismo como referente de la izquierda electoral al dar la espalda al proceso democratizador del magisterio.

Por encima de la falsa y monolítica unidad de la clientela, se ha impuesto el carácter plural, ideológico, político y social del sector educativo. La lucha de clases no está muerta,  se hace presente entre el profesorado.

Las clases medias por voz de micro y pequeños empresarios, maestros universitarios y burócratas, ya hablan por sí y al margen de los organismos cupulares que identificándose con objetivos y propósitos gubernamentales, se muestran  como ajenos al interés más general de sus agremiados.

Paso en falso

Como el que ve llover y no se moja, el gobierno de Veracruz no se hinca al paso de la procesión, dando por ganado lo perdido. Sólo así se explica el que se persista en imponer a Juan Nicolás Calleja como líder del Congreso local en la próxima Legislatura del estado. Sin entender que ello es provocación innecesaria e inoportuna, así como paso en falso frente a un movimiento que le rebasa en iniciativa y propósitos socialmente democratizadores y, aún peor, ante el presidente Peña que ya no quiere queso, buscando salir de su propia ratonera.

No se quiere entender que el Veracruz de hoy no es el mismo de cuyas vivencias al ejecutivo alimentan cortesanos y asesores. Son otros tiempos, tiempos para llorar y no de reír y vanagloriarse ante batallas perdidas a las que seguirán en adelante otras no menos cruentas.

Tiempos para el magisterio también, no de triunfalismo y soberbia, dos pasos atrás son propicios para la reflexión consecuente del camino andado, de la autocrítica y humilde aceptación de errores y aciertos, limitaciones y excesos, con visión de futuro.

No está de más recordar que del plato a la boca suele caerse la sopa.

Xalapa, Ver., Octubre 20 de 2013

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Los márgenes de los ríos en la zona sur de Veracruz desaparecieron. Las líneas que diferenciaban el afluente con la tierra no existen más y todo es una enorme extensión de agua que, literal, “ahogó” viviendas, cultivos y carreteras. Nuevamente la atención se centra en Tlacotalpan, pequeño poblado Patrimonio Cultural de la Humanidad, que hoy, otra vez en menos de un mes, se encuentra bajo metro y medio de agua, pero lo verdaderamente grave se registra en esas dispersas comunidades rurales que pocos ven o quieren ver.

El sol es esplendoroso en la mayoría del territorio veracruzano, pero el agua proveniente de Chiapas y Oaxaca sigue “ahogando” a miles de personas, comunidades y pequeños centros urbanos. Los ríos San Juan, Obispo, Tesechoacán, Papaloapan, Hueyapan y Coatzacoalcos no dan tregua. A mediados de agosto devastaron esa misma zona y hoy la historia se repite, pero con mayor fuerza. Suman 150 mil personas desalojadas de sus viviendas en mil 200 comunidades de 92 municipios. Según Fidel Herrera, gobernador de Veracruz, se trata de la mayor evacuación en la historia del estado. El Universal

Existen otras versiones como las que publica el blog “Aguapasada

Unas 300 habrían quedaron sepultadas por el desgajamiento de un cerro en Santa María Tlahuitoltepec, zona Mixe de Oaxaca, informó el director del Instituto Estatal de Protección Civil, Carlos Ramos Aragón, quien se abstuvo de dar a conocer un número de víctimas, aunque crecen versiones extraoficiales que hablan de unas mil personas fallecidas.   e-consulta

En Perspectiva

J. Enrique Olivera Arce

En México, país de discursos triunfalistas y hechos concretos cuestionables, en materia forestal son escasos los proyectos exitosos enfocados a la reforestación de amplias zonas en las que la racionalidad comunitaria se imponga al afán desmedido de lucro de empresas privadas o talamontes clandestinos. Programas oficiales van y vienen, divulgándose información sobre inversiones multimillonarias en apoyo a la conservación y recuperación de bosques, más no sobre resultados concretos que pudieran tomarse como paradigmas en una tarea de interés nacional que va aparejada al clima y al agua, elementos sustantivos para la vida humana. Por eso es de llamar la atención el que diversos medios de comunicación, entre ellos la revista veracruzana Análisis Político, del Lic. Melitón Morales Domínguez, publicaran la noticia sobre el otorgamiento del Premio Medioambiental “Goldman 2008” al campesino de origen indígena, Jesús León Santos, por su destacada labor a lo largo de 25 años en pro de la reforestación de su región en el estado de Oaxaca.

José León Santos se hizo merecedor a dicho premio, equivalente al “Nobel” en materia ecológica, al comprometerse conjuntamente con otros comuneros de la Mixteca Alta a  revertir el proceso de desertificación de la región, recurriendo a técnicas precolombinas que le trasmitieran indígenas mayas de Guatemala. Gracias a  su visión y al esfuerzo colectivo comunitario, la tarea tuvo el éxito deseado, no sólo reforestando con más de cuatro millones de árboles de especies nativas, sino que también con el trabajo comunal se desarrolló un sistema de agricultura orgánica sostenible, con énfasis en en la conservación y reproducción  de semillas nativas de maíz. Al día de hoy la Mixteca Alta está restaurada, reza el artículo difundido por los medios, hay árboles y alimentos y los mantos freáticos alimentan a infinidad de manantiales de agua fresca. Rescatándose actividades tradicionales como la artesanía de la madera y la agricultura de auto subsistencia.

El ejemplo de un esfuerzo colectivo ha cundido en las zonas indígenas de Oaxaca, fortaleciéndose el ya casi olvidado espíritu de la solidaridad, la colaboración y la ayuda mutua, rescatándose la tradición del tequio prehispánico a la par que se fortalece el sentido de identidad comunitaria. Nada que ver con los propósitos, objetivos, normas de operación, y asistencialismo “social” orientado a generar ciudadanos pasivos y votantes cautivos, que ofrecen los programas oficiales y cuyos pobres resultados están a la vista.

El ejemplo de Jesús León Santos y los comuneros de la Mixteca Alta oaxaqueña, baste para afirmar que el hombre del campo, los indígenas empobrecidos de amplias zonas serranas del país, motivados, con visión de futuro sustentada en la experiencia acumulada a lo largo de siglos, pueden transformar su realidad requiriendo acaso, más que limosnas oficiales, comprensión, y un apoyo gubernamental  honesto y bien intencionado que confíe en la sabiduría campesina y en el deseo no escuchado de participación democrática de millones de compatriotas. En su profundo sentido de comunidad que opone al yo el nosotros y en una memoria histórica que se trasmite de generación en generación, radica su fuerza. El mensaje que nos deja tal experiencia paradigmática, más allá del hueco discurso triunfalista, es que el recate de nuestros bosques, la soberanía alimentaria y el cuidado del agua está en manos de todos, sólo se requiere voluntad y organización colectiva para la acción constructiva.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


El énfasis con el que los medios de comunicación masiva destacan los encabezados de algunas notas periodísticas, muchas de las veces no guarda congruencia con la información en  sí pero cumplen con el propósito de atraer la atención del lector. Sin embargo, sobran ocasiones en las que los encabezados  están encaminados a propiciar anticipados juicios de valor  para que la información que se da a conocer se atienda con previo prejuicio.


Caso paradigmático de esto último en las últimas semanas se puede observar en tratándose del controvertido tema de “Juanito” el de Iztapalapa, que, gracias a un mal intencionado manejo mediático,  ha hecho del personaje lo mismo expresión viviente de la mediocridad de la vida política nacional que motivo de escarnio para con el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador. Ocultando la razón sustantiva del origen y contexto  de la elección del hoy delegado electo, que se sustenta en  una ley electoral recesiva, la corrupción y mala fe que priva tanto en el IFE como en Poder Judicial de la Federación,  y en el hecho inobjetable de que en escasos quince días, AMLO volcara la intención del voto de los habitantes de una de las delegaciones más pobladas de la ciudad de México a favor no de “Juanito”, sino de la Sra. Brugada, enmendándole la plana al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación..


Lo mismo se está observando en el manejo que la prensa veracruzana aplica a la alianza del PRD y posiblemente Convergencia con el PAN, en el vecino estado de Oaxaca. Favoreciendo los medios al PRI y estigmatizando a la izquierda electoral, sin atender al contexto dentro del cual se da eso que se ha dado en llamar “aberración ideológica”. Para quienes no estén lo suficientemente informados, el sólo encabezado de la nota que da cuenta de las declaraciones de un dirigente del PRI en el estado, induce al prejuicio y a la aceptación tácita de que efectivamente tal alianza es una “aberración”, como si el pragmatismo que domina en la vida político electoral no fuera el común denominador. ¿O acaso el PRI no acaba de aliarse al PAN y a los verdes, para avalar la designación del nuevo procurador general de la República propuesto por Calderón?, ignorando el sentir de la opinión pública y su propio rechazo al régimen calderonista.


Sin pretender darle la razón a la sin razón cotidiana del pragmatismo de una buena parte  del PRD, no podemos dejar de lado que en el caso específico de Oaxaca persiste en la mayoría de la población, sin distingo partidista,  la convicción plena de que hay que echar del gobierno al PRI, representado en la entidad por Ulises Ruíz y su camarilla. Convicción puesta de manifiesto hasta el cansancio por la también mayoría de los mexicanos que por cierto, tienen también puesta la mira en el (des) gobernador de Puebla.


La pretendida alianza no es un asunto ideológico ni puede juzgársele como tal; pragmáticamente, la alianza es reflejo de una expresión de la voluntad popular en contra del sátrapa gobernante, y sujeta a la aceptación plena de un candidato único que responda a las expectativas del pueblo oaxaqueño. Bajo esta óptica, ni puede considerarse  aberrante ni mucho menos como algo inaudito y generalizado que deba someterse a un sesudo análisis, como el que ya realizan algunos columnistas que en sus elucubraciones pretenden extrapolar maliciosamente el fenómeno a Veracruz.


Y digo, maliciosamente, porque no se oculta el miedo del priísmo a que en nuestra entidad pudiera construirse una alianza del PAN no con el PRD controlado desde palacio de gobierno, sino con Convergencia. No olvidemos que si en su momento esta alianza se hubiera dado de no haberla rechazado Dante Delgado, Fidel Herrera Beltrán no sería el gobernador de Veracruz.


Las circunstancias son otras. Oaxaca no puede compararse con Veracruz, ni en lo político ni en lo social. Como tampoco se puede comparar a un repudiado Ulises Ruíz con Fidel Herrera Beltrán cuyo cacicazgo es ilustrado y  que es bien visto cuando menos por un tercio del electorado. La correlación de las fuerzas electorales en nuestra entidad se manifiesta en un cierto grado de equilibrio en el que dependiendo de quienes sean nominados como candidatos a la gubernatura, el voto popular lo mismo puede beneficiar al PRI en una si aberrante alianza con el partido verde,  que al PAN o incluso a Convergencia.


Así que no adelantemos vísperas. En Oaxaca la última palabra la tiene su pueblo. En el Veracruz de hoy, se percibe que la última palabra la tendrán las bacinicas en una guerra sin cuartel.

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El ‘gobierno legítimo’ de México se sumó a la exigencia de esclarecer el asesinato de la representante de este movimiento en Oaxaca

Itzel Ramírez reforma.com


Ciudad de México (7 abril 2009).- Andrés Manuel López Obrador viajará el próximo lunes a Oaxaca, donde manifestará su repudio al asesinato de Beatriz López Leyva, activista del «gobierno legítimo» en la entidad. César Yáñez, vocero del ex candidato presidencial, aseguró que López Obrador mantendrá la petición hecha por otros integrantes del movimiento sobre el esclarecimiento del asesinato.

«Nosotros (en el ‘gobierno legítimo’) vamos en la misma línea de lo que ya han dicho los senadores (Gabino Cué y Salomón Jara) de pedir el esclarecimiento de los hechos», afirmó Yáñez.


Cué, senador por Convergencia, y Jara, senador del PRD, son representantes de la organización de López Obrador en la entidad. La visita del ex candidato a la entidad obedece a la revisión de los avances de las tareas de afiliación y credencialización del «gobierno legítimo» y será aprovechada para condenar los hechos. «Teníamos programada ya la visita en Oaxaca, por desgracia se combina con esta razón», mencionó el vocero. La estadía de López Obrador en Oaxaca será, informó Yáñez, de un día, después de lo cual regresará a la Ciudad de México para continuar con sus actividades de organización de su movimiento. Beatriz López Leyva fue asesinada ayer con un disparo en la sien cuando se encontraba en su casa, en Pinotepa Nacional, Oaxaca.


kikka-roja.blogspot.com/

Abril 7, 2009…12:43 PM


Beatriz López Leyva trabajaba en su computadora cuando el asesino ingreso por la fuerza a su hogar para luego dispararle, provocándole una muerte inmediata. Su hija de 13 años dormía en su recámara mientras esto sucedía.

¿Acaso esto lo debemos tomar como una amenaza directa al movimiento de Resistencia Civil Pacífica?


Beatriz López Leyva, mujer, madre, representante del Gobierno Legítimo en Oaxaca que encabeza Andrés Manuel López Obrador, también colaboradora del Senador Gabino Cué Monteagudo (quién esta dándole seguimiento puntual a este crimen mediante la petición de la intervención de la PGR al desconfiar de la Procuraduría de Justicia de Oaxaca), sufrió en su persona las consecuencias de denunciar en un estado donde la ley es una mercancía más que se compra y se vende.


Beatriz López Leyva se oponía a la construcción de gasolineras en predios agrícolas en el municipio de San Pedro Jicayán, construcción que el alcalde priísta Leonardo Silva ya había permitido. López Leyva participaba activamente con grupos de ciudadanos que están en contra de obras de este tipo.


Todo parece indicar un asesinato por motivos políticos, planeado y ejecutado por caciques de la región que vieron afectados sus intereses a manos de ciudadanos críticos, responsables y libres de conciencia. Para esclarecer este crimen Ulises Ruíz no llamará por la presencia de marinos ni el ejército, ni nadie del Consejo Coordinador Empresarial organizará una marcha, con atuendos blancos y veladoras, para mostrar indignación por tan deleznable asesinato. Felipe Calderón no dirá una palabra que refleje empatía por el dolor causado a la familia ni declarará enemigos a los asesinos de Beatriz López Leyva, ya que al final, personas como López Leyva son las que alguna vez declaro como «peligro para México».

¿Acaso esto lo debemos tomar como una amenaza directa al movimiento de Resistencia Civil Pacífica?


En Words In Resistance lamentamos profundamente la pérdida y el dolor de la familia de Beatriz López Leyva, así como el dolor y la pena de la familia renegada de todo el país al haber perdido a tan digna compañera.

Words In Resistance

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