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Tag Archives: «Peligro para México»

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Se escuchó hasta el cansancio la frase acuñada por Calderón Hinojosa: “López Obrador es un peligro para México”,  y de ello derivó el rechazo de amplios sectores de clase media a las aspiraciones del político tabasqueño de alcanzar la primera magistratura del país en la elección presidencial del 2012. La izquierda se equivocó con la postulación de López Obrador, si se hubiera inclinado a favor de Marcelo Ebrard, demócrata sensato y bien portado, Peña Nieto no se levanta con la presidencia, se dijo en su momento.

Hoy esa misma clase media ramplona se desgarra las vestiduras ante los excesos de corrupción en la administración calderonista, que demuestran que el  verdadero enemigo residía en Los Pinos.

Seis años antes, esa misma clase media votó en contra de Andrés Manuel convencida de que nada bueno podía esperarse de un candidato que viendo moros con tranchete, resumía toda su propaganda electoral denunciando a las mafias que, desde los poderes formal y fáctico, saqueaban a la nación. Dos frases del tabasqueño fueron suficientes para concretar el rechazo: “Al diablo con sus instituciones” y,  “Ya cállate chachalaca” en referencia a los constantes y estúpidos exabruptos del presidente Vicente Fox,  abriéndole el camino a Felipe Calderón.

Hoy día, esas mismas clases medias, empobrecidas, frustradas en sus intentos de movilidad social y ascenso económico, son las primeras en reconocer y aceptar que López Obrador tenía razón al calificar en lenguaje llano como “chachalaca”,  a un presidente que aún ahora en su carácter de ex, no controla ni la  lengua ni a su familia. Así como acepta y lo expresa de diversas formas, en privado o en la calle, que las corruptelas que no cesan, o las  políticas públicas aprobadas y puestas en práctica por el poder formal respondiendo a los dictados e intereses mafiosos del poder fáctico,  tienen al país en un brete.

 Así como se reconoce en amplios sectores de la clase media,  que en el actual estado de cosas las instituciones republicanas se corresponden con un pacto social que para México resulta ya anacrónico y obsoleto. “Al diablo con sus instituciones”, es un sentir cada vez más generalizado entre esas clases medias que le abrieran la puerta a una trunca transición política que hoy de manera casi explícita, nos lleva a un nefasto bipartidismo bajo la conducción de un PRI que, con Peña Nieto como presidente,  retoma del viejo régimen y recicla  centralismo, autoritarismo y simulación.

Siendo evidente en la sociedad de un México plural que ya no es la del 2006 o 2012, el rechazo a partidos políticos,  organismos electorales, de defensa de los derechos humanos, de trasparencia y acceso a la información, de seguridad, procuración y administración de justicia, de asistencialismo social, entre otras instituciones del Estado,  y ni que decir, de las municipales, hacendarias y de promoción económica tiende a polarizar a la sociedad. Ausencia de credibilidad y confianza en las instituciones republicanas, es la constante.

Estado de derecho, instituciones públicas  y conducción política, han dejado de ser referentes del pacto social que históricamente nos diera identidad, pertenencia, cohesión y unidad como Estado independiente y soberano. El México de hoy, como en su momento afirmara Andrés Manuel López Obrador, requiere de un nuevo pacto entre los mexicanos que responda a las necesidades de nuestro tiempo; no basta con reformas presuntamente estructurales ni mucho menos con una reforma política ajena al sentir y necesidades de participación ciudadana, cuyo único beneficiario es una parasitaria partidocracia. El país exige un cambio verdadero desde abajo, democratizando la vida de la nación.

Vueltas que da la vida, a 12 años de distancia, el “al diablo con sus instituciones” y el “ya cállate chachalaca”, con un “¡Ya Basta!”  Y,  “que se vayan todos”, refrendan su valia,  dándoles plena vigencia en un México que día con día cambia para seguir igual.

Hojas que se lleva el viento

Definitivamente la humildad no es virtud en la administración pública veracruzana. No se quiere aceptar que en una cajetilla para 20 cigarrillos no caben 500 ni haciéndolos talco. Ni con toda la infraestructura hotelera y restaurantera con que cuenta la entidad, es posible en la conurbación Veracruz-Boca del Río, alojar y dar de comer  a 2 millones de visitantes durante los tres días que dura el carnaval jarocho. Euforia y triunfalismo sin sustento continúan siendo la tónica en una administración pública estatal que gobierna con anuncios de ocasión.

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No se quiere aceptar que lo primero es lo primero. En el orden de prioridades de la agenda veracruzana los medios de comunicación ya impusieron el tema de la sucesión por sobre la búsqueda de soluciones a problemas ingentes de la población. O no quieren al Sr. Dr. Duarte de Ochoa y ya les urge que se vaya, o bien, toman parte en la construcción de una cortina de humo que desvíe la atención de los veracruzanos para minimizar denuncia, protesta y reclamo social que sube de tono. Y en este escenario, la consigna parece ser la de confrontar y desgastar en el camino a los dos senadores priístas y el solitario  del PAN que aspiran a la gubernatura. Xalapa, Ver., Marzo 1 de 2014.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Ya en la recta final de un proceso electoral de lo más atípico,  las campañas de los aspirantes a la presidencia de la República concluyen con los cierres regionales. Por  lo que se refiere a propuestas y promesas están agotadas. Todo quedó en encuestas, slogans, generalidades y proyección mediática de imagen. En los últimos diez días no hemos escuchado nada que abone a enriquecer lo ofertado por los cuatro presidenciables.

 La percepción que se tiene es que las campañas como tales concluyen degenerando en dimes y diretes, descalificaciones con o sin sustento y, vale la pena señalarlo, en el sospechosismo en torno a las malas artes de lo que se ha dado en llamar “ingeniería electoral” de los partidos en contienda.

 Ahora, a escasos 7 días de la elección, el balón ya no está en manos de los candidatos, sus estrategas de campaña tienen hoy la batuta valiéndose de sus mejores armas de mercadotecnia política en el último tramo, bien para reafirmar ante la opinión pública que en un mundo de ganadores los perdedores no tienen cabida, bien para convencer de que en el castillo de la pureza democrática ya no es viable la opacidad y el fraude electoral.

 Sin embargo, a mi juicio este último intento por convencer al electorado de la autenticidad de la distancia que separa en las preferencias a uno u otro candidato conlleva, de manera no explícita, la intención lo mismo de parte de los estrategas del PRI que del PAN de construir un falso escenario mediático sobre las consecuencias del día después de la elección, caso de que el candidato del Movimiento Progresista sea derrotado en las urnas o resulte triunfador en la contienda. Manipulando a la opinión pública para desde ya sembrar una vez más  la semilla de odio en torno al reciclado “peligro para México”.

 Así, el énfasis mediático ya no esta puesto en el triunfo inobjetable de Enrique Peña Nieto o Vázquez Mota ó en lo que estos ofertan en el mercado electoral. Siendo ya prácticamente inamovible el voto duro de todos los partidos en contienda, la tónica de campaña ha dado un vuelco y ahora la estrategia tanto del PRI como del PAN es “jugar con el miedo” en la mente de los llamados “indecisos”, creando el enigma del día siguiente a las elecciones.

 Estrategia a la defensiva ésta última, curándose en salud tanto el PRI como el PAN por lo que pudiera suceder, pero enfocada a inhibir el voto a favor de Andrés Manuel López Obrador. Apuntando todo el potencial mediático con que aún cuentan, y algo más,  a la descalificación de las llamadas izquierdas, con Andrés Manuel a la cabeza tratando de sembrar “dudas razonables” entre los indecisos. Para ello pone a prueba a éste segmento ciudadano, ofreciéndole en bandeja de plata la opción de aceptar o rechazar al candidato de Movimiento Progresista por ser este un riesgo para la estabilidad nacional y un peligro para la seguridad de las familias. ¿Qué pasará si López Obrador no acepta la derrota en las urnas si desde ahora por anticipado anuncia un nuevo fraude electoral? ¿Qué pasará en México si la ciudadanía se equivoca y concede el triunfo a un enemigo de las instituciones democráticas? Es el enigma del miedo que ponen en la mente de los “indecisos” menos informados, más vulnerables a la manipulación,  bajo el supuesto de que estos también votan.

 El montaje mediático del día siguiente, indudablemente impacta con éxito en este segmento de los indecisos. Se escucha entre los que menos tienen decir que con el gobierno del político tabasqueño perderían sus magras propiedades, su empleo o los beneficios que hoy obtienen de los programas asistencialistas. Dejándose seducir por el canto de las sirenas mientras reciben despensas, utilitarios estrenando gorras y camisetas, si creían en la palabra de López Obrador, hoy dudan; el enigma está en su mente condicionando la intención del voto. Pero son los menos quienes repiten mecánicamente el mensaje subliminal que en su mente siembran quienes se oponen al triunfo de López Obrador. Lo que estaría por verse es si al jugar con  la capacidad de pensar y discernir de la gente, ello no se les revierte a los estrategas del PRI o del PAN frente a las urnas. Son más los que razonan que los que se dejan llevar por un manipuleo mediático que día a día pierde credibilidad.

 México está harto de violencia e inseguridad; pero también la ciudadanía es más madura, está mejor informada, más participativa, no se puede jugar a la ligera con la siembra de viento sin cosechar tempestades. El país ya es otro, eso deben entender tanto el PRI como el PAN. El peso específico de una nueva correlación de fuerzas políticas contrarresta mentiras que califican nuevamente al ex jefe de gobierno de la ciudad de México como “un peligro para México”; quien se valga de estos infundios para inducir el voto ó bien para violentar la voluntad popular, debe tener por seguro que saldrá raspado.

 Para las mayorías el enigma sembrado debe darse por resuelto. López Obrador podría no ser el mejor candidato deseado para responder a la actual coyuntura de un país en crisis, pero tampoco en el imaginario popular es el león autoritario y perverso como lo pintan sus detractores. Ni es un peligro para México ni su gobierno, de resultar triunfador en la elección pondrá al país patas arriba. Simplemente es el lider que México reclama.

 Estoy seguro que el electorado con madurez asimilará los resultados de la elección y, al día siguiente, a seguir en la cotidiana búsqueda de la chuleta, eufemismo con el que se disimula la lucha por la supervivencia en un país marcado por la desigualdad y la pobreza.

 Hojas que se lleva el viento

 Menudo enredo divide al priísmo veracruzano en vísperas de la elección. Ante la ausencia de un auténtico liderazgo del PRI en la entidad José Murat, ex gobernador de Oaxaca y cabeza visible del gobernador Duarte de Ochoa en el proceso electoral, no es aceptado por los integrantes del gabinete duartista encargados de la promoción del voto, tampoco por Erick Lagos, presidente del CDE y por Jorge Carvallo, coordinador de la campaña de Peña Nieto en la entidad. A su vez, el dirigente estatal no se entiende con Carvallo y, este último, no es bien visto por quien desde el quinto piso de la torre Ánimas administra los dineros para la campaña como tampoco por los aspirantes al senado. Haga su pronóstico estimado lector.

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 De que no lo quieren, no lo quieren en la capital veracruzana, pero Reynaldo Escobar Pérez no ceja en su intento de ganar la diputación por el distrito “Xalapa urbano”, cueste lo que cueste. Tan no lo quieren que ya le cuestionan el que esté jubilado por el IPE con ingresos superiores a los 85 mil pesos mensuales en una demarcación electoral en el que la población trabajadora apenas percibe dos salarios mínimos por jornadas de  8 o más horas de trabajo. Y eso que la mayoría no conoce de sus fastuosas residencias y ranchitos.

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 El abanderado del PRI a la presidencia de la República dice que “En democracia no cabe anticipar fraudes”. Los xalapeños pensamos diferente, sospechando que Fidel Herrera dejó una muy arraigada escuela en eso de comprar conciencias y voluntades entre la población más desprotegida. La burra no era arisca, no olvidamos que el filósofo de Nopaltepec en épocas electorales afirmaba que “En política lo que se compra con dinero es barato”. Aguas señores mapaches, el horno no está para bollos.- Xalapa; Ver., Junio 23 de 2012

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Sí cargué los dados contra López Obrador en 2006: Fox

Milenio

México.- Vicente Fox Quesada reconoció haber “cargado los dados” contra Andrés Manuel López Obrador en la contienda electoral de 2006 por la Presidencia de la República.

En el programa Antena Radio Primera Emisión, la pregunta directa de Mario Campos fue: “¿Cargó los dados contra López Obrador?”

“Pues claro que sí, en lo que pude, claro que sí, y es democrático; por eso lo digo yo y lo dije: fue un segundo triunfo para mí”, respondió Fox en la entrevista que se difundirá hoy y de la cual se transmitió ayer un fragmento relacionado con los comicios federales de hace cuatro años, en el último año del mandato del guanajuatense.

México, DF. Andrés Manuel López Obrador calificó la declaración de Felipe Calderón en su contra como burda y ofensiva; «al grado de que ni siquiera me atrevería a usarla», pese a los casi 30 mil muertos que su «ineptitud» ha causado. Durante la presentación de su libro La mafia que se adueñó de México y el 2012, realizada en la Alameda Central de la ciudad de México, el político tabasqueño dijo que Calderón Hinojosa en lugar de perdir perdón a los mexicanos por el actual desastre nacional, sigue optando por la mentira, la confrontación y el engaño.

La frase de ser un «peligro para México», dijo López Obrador, sólo fue eficaz para manipular e infundir miedo en algunos sectores sectores de la población y formó parte de una campaña de miedo, sobre todo en empresas como Televisa. Agregó que la actitud de Calderón obedece a que «desgraciadamente se impuso a la mala y se continuó con la corrupción y el pillaje», circunstancia que explica las causas del nulo crecimiento económico, falta de empleos, y lo peor, una profunda crisis de miedo, inseguridad y violencia. López Obrador aseguró que continuará su lucha por el cambio: «yo no odio, considero que solo con amor, hablando con verdad y haciendo bien al prójimo se puede ser feliz… Estoy convencido de que el cambio vendrá y no lo detendrán». La Jornada

Seguidores de AMLO, “feligresía del odio”: Calderón

México.- El presidente Felipe Calderón rechazó ayer ser impulsor de las alianzas electorales de su partido, el PAN, con el PRD, y dijo que éstas han derivado de la propia polarización que rodea generalmente los comicios, en particular los locales realizados el año pasado y el presente. Se refirió también a Andrés Manuel López Obrador, a quien ve muchos atributos y defectos, pero “el mayor defecto, que hizo un daño terrible a México con su campaña de terror y de odio antes y después de las elecciones (de 2006), que el primer damnificado de eso fue él”, aseguró, porque la gente tiene sentido común y no le gusta eso, sólo a “sus fanáticos, a un extremo superradical “, que definió como “especie de feligresía del odio”. Milenio

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