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Tag Archives: Percepción ciudadana

Pulso crítico

José Enrique Olivera Arce

Para un pueblo feliz, lo comido y lo bailado también es futuro. Reflexión personal de libre interpretación.

Si en la forma se cambia de traje y en el fondo tendremos la misma fiesta, no debemos olvidar que en su momento para Jesús Reyes Heroles, forma era fondo. Unidad indisoluble que en sí misma conlleva contradicción y conflicto. Enrique Peña Nieto no podrá sustentar su gobierno, objetivos y propósitos,  sin resolver antes esta ecuación, so pena de teñir su mandato de tricolor engaño y simulación ampliando la brecha entre gobierno y ciudadanía. 

La parafernalia dispuesta para la toma de protesta y posesión del encargo como titular del Poder Ejecutivo federal, pone desde ya al Sr, Peña en esta tesitura. Gobernará con y para el pueblo de México ó gobernará alejado de este, a cubierto tras bayonetas y vallas metálicas. La percepción popular se alimenta de imágenes y símbolos, lo dispuesto como medida de seguridad para el acto protocolario del cambio de estafeta en la Cámara de diputados, la forma niega el contenido de lo que los mexicanos podríamos esperar del nuevo gobierno.  

Democracia republicana de dientes para afuera ó autoritarismo presidencialista en los hechos, es la interrogante para un Estado-Nación que dando un paso adelante retrocede dos.  

Es un asunto de confianza y de credibilidad: el nuevo presidente confía o no en el pueblo que gobernará para que este, a su vez, confíe o no en quien habrá de gobernarle y, para ello, el simbolismo de las formas debe ir de la mano del contenido implícito y explícito del programa de gobierno que se pretende poner en marcha, para que así se construya un clima de credibilidad. Resolver la ecuación en sentido positivo asegurará gobernabilidad ó, de lo contrario, como dicotomía irreconciliable, antagónica, enfrentará al mandato presidencial con un pueblo ya de si hasta la coronilla de hartazgo e incertidumbre. 

De cómo inicia esta nueva versión de alternancia, simbólicamente dará la pauta que habrá de plasmarse indeleblemente en el imaginario popular. No olvidemos que lo mismo para Vicente Fox que para Felipe Calderón, el acto de toma de posesión les marcó en su desempeño a lo largo de su respectivo mandato. El primero rompió las formas protocolarias y se llevó entre las botas a lo que de el esperaba el pueblo de México. El segundo, huyó de la escena, salió por la puerta de atrás y nunca perdonó el oprobio. 

Si bien no hay consenso en torno a lo que es y representa el Sr. Peña en un nuevo ciclo del PRI en Los Pinos, el mensaje inicial en las formas y en el fondo debería trasmitir confianza, seguridad y rumbo. Pedir un destino claro de adonde se quiere arribar con el nuevo gobierno, sería pedir demasiado, para ello será la historia la que registre la bondad o el fracaso de la continuidad con una nueva alternancia bajo la conducción de la derecha en el poder. Por lo pronto, queda en el imaginario popular que las vallas metálicas blindando la toma de posesión en San Lázaro, son forma tras la que se oculta un fondo nada halagüeño para los mexicanos.

Hojas que se lleva el viento 

En apenas escasos dos años, resuelto el problema de la seguridad pública, con una cubertura al 100 por ciento en la atención a la salud, satisfecha la calidad educativa, 50 mil nuevas viviendas, 200 mil empleos, generados y 53 mil millones de inversión privada directa, más lo que se acumule, Y si a eso le agregamos que con Peña Nieto se crearán miles de nuevas empresas abatiendo desempleo y pobreza, sobran razones para aceptar que también los veracruzanos somos tan felices y prósperos como el resto de los mexicanos. Con una amplia sonrisa podemos ufanos decirle al mundo que el alma de Dorian Gray reencarnó en Veracruz.

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