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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Entre terremotos  y huracanes Veracruz sigue al garete. Sacudida la entidad, la desigualdad, la pobreza, la inseguridad, corrupción impune, vulnerabilidad del estado de derecho,  y la ausencia de rumbo cierto, se evidencia ante los embates de la naturaleza a la par que nuestra aldeana clase política exhibe ineptitud y ausencia de visión de Estado.

Lejos de tomarse conciencia del grado de profundidad de la crisis que se vive en Veracruz, la política, si es que se le puede llamar política, se regodea en torno a la especulación, el rumor, dimes y diretes y la maledicencia que nunca falta en una interminable guerra sucia,  sin más propósito de sus actores que ocupar un lugar en el rejuego electoral del 2018.

Sin más límite que lo limitado de su visión, política y políticos, siguen anclados en el aquí no pasa nada que inercialmente arrastramos del pasado reciente. Atención a economía recesiva, deterioro social y efervescencia en torno a descontento y hartazgo de la población, no figuran en la jerarquización de prioridades. Política y políticos, secundados por una prensa igual de miope, se ocupan y preocupan por lo que habrá de acontecer dentro de los límites de una coyuntura marcada por los tiempos electorales, desdeñando un presente que, en primera y última instancia, determinará lo que el futuro depara.

Los efectos del huracán “Katia” y del sismo del jueves 7 de los corrientes  sobre la realidad estructural de la entidad, lejos de considerarse advertencia a tomarse en cuenta para tiempos venideros, se capitalizan por la política y políticos como oportunidad para medrar. “El desastre” al fin producto inevitable de la naturaleza, bajo esta óptica así se contempla en la coyuntura sin parar mientes en  forma y fondo de cómo estos fenómenos habrán de incidir en la profundización de la crisis existente. Más pobreza, más desigualdad, mayor deterioro del tejido social, sin respuesta alguna por ninguno. Como si el asistencialismo clientelar de ocasión, operara mágicamente sobre los grandes desequilibrios estructurales que tienen postrado a Veracruz.

En esas estamos, día con día, resultando ya chocante la voz crítica de un Rafael Árias Hernández que machaconamente insiste en exigir peras al olmo, como si en el gobierno de la alternancia la transparencia, eficiencia y eficacia en el manejo de la cosa pública estuviera la respuesta a los males habidos y por haber, sin parar mientes o ignorando que por sobre los avatares de una administración pública quebrada y fallida, pesa y determina la realidad acumulada de un atraso estructural histórico que nadie quiere ver y que hoy, gracias al “desastre” se exhibe en toda su amplitud.

De ahí que llame a risa el que los partidos políticos, solos o en alianza, crucen apuestas respecto al futuro botín, sin antes conocer en donde están parados. Todos atienden a la coyuntura electoral y ninguno se toma el trabajo de elaborar un diagnóstico puntual serio de la realidad de la entidad federativa que pretenden gobernar. Política y políticos demasiado pequeños, torpes y ciegos para apenas entender lo que los efectos de los fenómenos naturales vividos expresan de nuestra realidad.

Mal de muchos, dirían… Puesto que a nivel nacional se transita por la misma tesitura. El Interés personal o de grupo se impone por sobre razón y visión de Estado, contribuyendo a la agudización de la crisis que México entero padece, pretendiendo mediáticamente imponer la idea de que aquí no pasa nada cuando la realidad y los ciudadanos de a pie,  dicen todo lo contrario.

Hojas que se lleva el viento

He considerado que en el momento en que el Movimiento De Regeneración Nacional pasa a ser partido político, se obliga a jugar bajo las reglas de la partidocracia dominante. Situación que ya se observa cotidianamente tanto en la vida interna de MORENA como en su quehacer público restándole mayor aceptación y penetración a lo largo y ancho del país. De ahí que a mi juicio el novel instituto político para mantenerse como puntero en las preferencias electorales, tendrá que buscar diferenciarse del resto de los partidos políticos nacionales con reglas, usos y costumbres propias y acordes con lo que la ciudadanía exige de nuestra incipiente democracia representativa. MORENA tiene que ir más allá de los límites electoreros y vincularse a los diversos movimientos sociales de lucha y resistencia al modelo de desarrollo  neoliberal y defensa del territorio para seguir creciendo.

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En todos lados se cuecen habas. En Yucatán se presume de un crecimiento económico muy por arriba del promedio nacional, empero bien se guarda de destacar el que la desigualdad en el ingreso es su Talón de Aquiles. Crecimiento con desigualdad y pobreza no es el mejor camino para alcanzar el bienestar de las mayorías.

Cd. Caucel, Yuc. Septiembre 13 de 2017

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J. Enrique Olivera Arce

La gran confusión de Trump y sus allegados es que no estamos en una época de cambios, sino del cambio de una época.-  Luis Manuel Arce Isaac

Los días transcurren, uno tras otro en suelo veracruzano sin que las aguas se  asienten. La turbulencia política en un clima de inseguridad en todos los órdenes de la vida social y económica, mantiene en ascuas a la población.

Una entidad federativa que, mereciendo mejor destino no encuentra rumbo cierto, es el pan de cada día en medio de un aciago entorno nacional e internacional adverso en el que para México, se blande lo mismo la amenaza del proteccionismo norteamericano que la recesión económica y el deterioro social.

Confundiéndose política con política electoral, la brújula gubernamental gira incesantemente en todas direcciones, perdiéndose la oportunidad de racionalizar el quehacer público en un legítimo y auténtico esfuerzo por rescatar a Veracruz de su postración.

Si nos atenemos a percepciones generadas a partir de notas y columnas periodísticas y no solo de especulaciones estériles, la terca realidad señala que no es aventurado anticipar un nuevo fracaso para una administración pública perdida entre la ausencia de visión de Estado y de recursos frescos en las arcas públicas.

Atrapado el gobierno de la alternancia entre el poder y no poder, brilla por su ausencia la honestidad intelectual suficiente para reconocer que no solo no se cuenta con una varita mágica, tampoco con claridad para encontrar la diferencia entre un pasado tortuoso y las exigencias de un presente que exige gobernar a partir de tiempo y recursos disponibles escasos.

No es pesimismo infundado ni se pretende en estas líneas asumirse como agorero del desastre. Anticipar el fracaso de la alternancia es atender a las tendencias por ahora observadas y ampliamente difundidas por la prensa en los escasos 75 días de la administración a cargo del Sr. Miguel Ángel Yunes Linares. Administración por cierto en la que parece estar ausente la alianza partidista PAN-PRD que transita en el margen, ajena a las expectativas generadas y sin mayor interés que el jaloneo electoral, con vías a la elección edilicia como prolegómeno de lo que esperan obtener en el 2018.

Percepción que a diferencia de la oficial, anida cada vez en mayor medida en amplios sectores de la población. Más de lo mismo,  dominando los temas de inseguridad, desempleo, bajos salarios, pobreza creciente, deterioro de los servicios de educación y salud, así como el de la cada vez menos accesible vivienda digna para todos.

Arropada esta percepción en un clima político preñado de un interminable perder el tiempo en una guerra sin cuartel, en la que los frentes abiertos, cual hongos se multiplican día con día.

Si lo que se pretendía con un discurso acorde con lo que la gente deseaba escuchar, era el justificar carencias y desorden administrativo como nefasto legado del saqueo y gobierno fallido de los sexenios previos, el tiro salió por la culata; el tremendismo se desinfla ante una opinión pública que se da por defraudada.

Hasta ahora, las necesidades cotidianas y el incumplimiento de lo ofertado en campaña se imponen por sobre el discurso oficial; los buenos deseos de la minoría que sufragara a favor de la alternancia van quedando atrás, desconfianza y pérdida de expectativas de cambio se generaliza.

Si el dilema es no poder en el ejercicio del poder, aún es tiempo de corregir y enderezar el rumbo, gobernando para todos sin distingo y sin prejuicios. El pasado es pasado; tan necesario como urgente es construir el presente si en algo se valora el futuro para las nuevas generaciones. Veracruz está a la espera.

Xalapa, Ver., 15 de febrero de 2017

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J. Enrique Olivera Arce

Indudablemente el Sr. Héctor Yunes Landa, senador de la república,  está en pleno derecho a aspirar a la candidatura de su partido para la elección de gobernador de Veracruz. Aunque cuestionado su madrugador proselitismo a expensas de su encargo, y más si para ello destina recursos públicos, cuando menos sin remilgos  ha hecho pública su aspiración. 

Lo que a mi juicio no se vale, es su conmovedora condena al infausto crimen de Ayotzinapa, colgándose con fines electoreros de un suceso que ha merecido no sólo indignación generalizada del pueblo de México, también el calificativo de crimen de Estado o, incluso, el de crimen de lesa humanidad en el concierto internacional. 

Y peor aún, el que exprese su beneplácito porque “… el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, haya ordenado al gabinete de seguridad acelerar los trabajos para dar con los responsables de este inhumano episodio y se les aplique todo el peso de la ley.”, cuando es del dominio público que la respuesta presidencial al condenable crimen en contra de jóvenes normalistas, ha sido no solamente tardía, también solapadora de las autoridades locales y, en general, expresión hipócrita de un régimen político nacional corrupto, por decir lo menos, que en su obsolescencia no oculta su miedo a ser rebasado por la movilización social. 

No se puede y muchos menos se debe, ser juez y parte. Para quienes tienen memoria,  la descomposición social que hoy acusa Guerrero son polvos de aquellos lodos, la “guerra sucia” de aniquilamiento de la oposición emprendida por el PRI-gobierno en esa entidad federativa”.  

Si lo que pretende es ganar adeptos, inclinando la opinión pública veracruzana a su favor, ensalzando el quehacer presidencial en este y en otros casos poco afortunados del Sr. Peña Nieto, estimo el tiro habrá de salirle por la culata. Nadie en sus cabales espera justicia pronta, expedita y transparente en relación al episodio de Ayotzinapa, cuando todo indica que el crimen quedará impune y, de encontrarse culpables, estos serán chivos expiatorios y seguramente, vinculados a la delincuencia organizada,  para así lavar la imagen política,  hoy manchada, de los tres órdenes de gobierno en el estado de Guerrero. 

Más cuando al paso de los días, el crimen perpetrado en la ciudad de Iguala ya es objeto de jaloneos partidistas, pretendiéndose capitalizarle con fines electorales.  

Así las cosas, el Sr. senador más que convencer con su indignación, desgarre de vestiduras e identificación con el Sr. Peña exigiendo justicia, lo que logra es rechazo a su persona y al partido que representa. Empero, es de justicia reconocer que en Veracruz es el único priísta de renombre que ha salido en defensa del presidente de México en relación al crimen de Ayotzinapa; a diferencia de otros encumbrados que están a la espera de que se asienten las aguas. De algo le habrá de servir en sus afanes por gobernar a la entidad, aunque es de dudarse, ya que lo que a nivel nacional e internacional se juzga como crimen de Estado, anida en la percepción popular como tal y eso, en el circo electoral pesa y pesa mucho, percepción es política.  Tiempo al tiempo. 

Hojas que se lleva el viento 

Y vuelve la burra al trigo… Una vez más la ingenuidad política en unos y el interés poco claro de otros, pone sobre la mesa de las especulaciones la posibilidad de una alianza en Veracruz entre el PAN y el PRD con vías al proceso electoral en marcha y los que siguen, pretendiendo ignorar que con alianza o sin esta, con candidatos propios o independientes,  llevan las de perder frente al dueño de las canicas que ya tiene presuntamente definido el resultado de los comicios venideros. Así como también pretenden ignorar que en un juego limpio, el adversario a vencer no es el partido tricolor y sus marionetas, sino el ampliamente conocido “candigato” que en la mayoría de una población dominada por la indignación y el hartazgo, no se quiere saber nada de los profesionales de la política y los partidos que representan. 

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Pian pianito, La estadística de las visitas a la bitácora que en  wordpress.com se archivan los maquinazos de quien esto escribe, rebasó  ya el nada despreciable número de 154,000, por lo que desde estas líneas expreso mi agradecimiento a los internautas que me siguen.  

Cd. Caucel, Yucatán., octubre 15 de 2014.

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J. Enrique Olivera Arce

Falleció Don Ernesto Rizzo Murrieta, destacado exponente del periodismo en Veracruz. Que en paz descanse.

En Veracruz la política electoral en todas sus tonalidades es como “la cosecha de mujeres”, nunca se acaba. Y en torno a ella gira el hacer, medio hacer ó no hacer nada de la administración pública estatal y municipal. Entre ciclo y ciclo lo único que cambia es el énfasis mediático acorde con los tiempos de la elección en turno.

Por lo consiguiente, ello arrastra a la vida social y económica de la entidad, la mayor de las veces para mal, en tanto se privilegia la politiquería, el chisme, el rumor, las patadas bajo la mesa y el fuego amigo, por sobre la temática toral de crecimiento económico en todas sus vertientes. Todo quehacer social o productivo, así como la acción de gobierno, “se politiza” o “partidiza” al tenor de los intereses y expectativas de los que aspiran a un cargo de elección popular.

En este escenario, a todos los políticos profesionales les sienta bien la etiqueta de “adelantados” y de ello la prensa se hace eco, rompiéndose de hecho las reglas del juego establecidas en un marco jurídico que en la entidad se interpreta a conveniencia.

Inició octubre y con ello a partir del martes el proceso electoral que desembocará en la elección federal intermedia del 2015. Toca entonces asistir al período carnestolendo de énfasis en la grilla electorera y, por lo consiguiente, el velatorio de armas con vías a la elección de gobernador de Veracruz… y lo que sigue para años venideros.

Lo curioso del asunto es que ni el gobernador Duarte de Ochoa es Veracruz, ni la clase política son todos los veracruzanos, luego en el circo electoral permanente, ni son todos los que son ni son todos los que están. De otra manera la entidad estaría más que perdida con tanta simulación y holgazanería.

Pase lo que pase, suceda lo que suceda, en este marco se desenvolverá la vida económica y social de la entidad en los próximos meses. Así como también en este escenario transcurrirán sin pena ni gloria los Juegos centroamericanos y del Caribe, a celebrarse en noviembre próximo. Evento deportivo internacional que en la entidad será juzgado en sus resultados bajo diferentes ópticas partidistas, siempre enfocadas a al virulento interés electoral de unos y otros colores de camiseta.

Y como siempre, el respetable será mirón de palo, pagando por ver lo que ni le va ni le viene. Así como presa fácil del bombardeo mediático orientado a convencer a la opinión pública de que en esta ocasión todo será distinto, prevalecerá el clima democrático y en la justa electoral del 2015 ganarán los mejores, los más idóneos y más proclives a defender los intereses de Veracruz y de la Nación en la Cámara baja del Congreso de la Unión.

Y a río revuelto, “los adelantados” que aspiran a gobernar a Veracruz, llevando agua a su molino destacarán como “los salvadores de la patria”, siempre dispuestos a tenderle la mano a los sectores más vulnerables y desvalidos de la entidad, prometiendo lo que no está en sus manos dar y pidiendo en reciprocidad bailar al son de las llamadas “reformas estructurales” porque así lo mandata el Sr. Peña Nieto.

Y en el inter, economía, finanzas públicas, empleo, formalidad fiscal, tocando fondo seguirán siendo compañeros de camino de inseguridad, descontento y hartazgo en un Veracruz condenado al estancamiento y el retroceso gracias a la política electoral, que como la cosecha de mujeres, nunca se acaba… ni se acabará, está en la naturaleza de quienes gustan vivir del trabajo ajeno.

Hojas que se lleva el viento

La descomposición tanto en forma como en fondo del subsistema de partidos políticos en México, profundiza la crisis del régimen político que el pueblo de México se ha dado. Percibiéndose que la política política le es disfuncional a la política económica y social. Incluso choca con los propósitos “modernizadores” de la panacea neoliberal del crecimiento que impulsa el Sr. Peña Nieto, persistiéndose en viejas y caducas prácticas político electoreras que dinamizan la inercia burocrática de la administración pública, fortaleciendo corrupción e impunidad. A la política política se le escapa el control y son cada vez más los movimientos sociales que optan por transitar por la libre, al margen de los partidos políticos. Bueno, ahora hasta los militares en activo convocan a marchas y plantones… Cuando los patos le tiran a las escopetas, algo anda mal y no hay visos de corrección de rumbo.

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Para el secretario de gobernación no todo es miel sobre hojuelas. Su ofrecimiento a la comunidad politécnica está sujeto a la aceptación por parte de las asambleas estudiantiles. La burra no era arisca… Y entre si son peras o manzanas, poco a poco va saliendo el peine del porqué el IPN alzó la voz y salió a la calle. No al modelo neoliberal de la educación superior que se pretende imponer en México.

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No se lo pierda. El gobierno de Veracruz invita a la ciudadanía a disfrutar de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Aparte con tiempo su boletote y gánese la primicia de galletitas y gaseosas.- Cd. Caucel, Yuc., octubre 5 de 2014.

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J. Enrique Olivera Arce

Mientras se vive bajo los síntomas de depresión económica y una administración pública estatal fallida, no es del todo entendible el por qué tanta insistencia mediática en adelantar las manecillas del reloj electoral en Veracruz, emborronando cuartilla tras cuartilla con especulación rumor y falsas expectativas en torno a la sucesión del Sr. Dr. Duarte de Ochoa, cuando en el presente la sociedad veracruzana tiene otras preocupaciones de mayor envergadura y trascendencia que deberían reflejarse en el quehacer periodístico.

Salvo de que se trate de una cortina de humo más, para desviar la atención de lo que cotidianamente la realidad económica, social y política ofrece a la población, el insistir e insistir en lo que habrá de acontecer en el 2016, a más de absurdo resulta chocante; el colocar el futuro político de Veracruz en la bola de cristal de adivinos trashumantes, trastocando tiempos y circunstancias para la mayoría de los veracruzanos termina por no perjudicar ni beneficiar, sino todo lo contrario.

El pueblo quiere empleo, pan, seguridad, confianza y certidumbre, lo que el circo político no ofrece ni muchos menos da. Antes al contrario, lo quita y con descaro, enseñoreándose la casta político-burocrática en su burbuja cupular hace gala de intereses de toda laya en los que corrupción, saqueo e impunidad operan en contra de las mayorías.

¿Por qué entonces los veracruzanos habrían de ocuparse y preocuparse en lo que habrá de suceder en un futuro, ahora relativamente lejano, con el acomodo y reacomodo en un tablero de ajedrez electorero que ni le es propio ni por lo consiguiente le beneficia en lo más mínimo?

Las preocupaciones del pueblo son otras muy distintas a las de la voraz partidocracia; se expresan en el agobio cotidiano de un presente en el que sobrevivir es ya ganancia. Resbalándole lo mismo las mentiras que para cada ocasión y día tras día le receta el gobernador, que todo el bombardeo mediático sobre una sucesión gubernamental que se instala en el idílico mundo de una realidad virtual sin más sustento que las ocurrencias de un mentiroso contumaz.

El futuro es pasado y presente.

Y en medio de la farándula mediática, la bola de cristal de los agoreros se niega a dar luz sobre el destino incierto de una entidad federativa que a la cola del ferrocarril federado, en la que los veracruzanos, sin ruido y aspavientos, construyen sobre desigualdad, desempleo, pobreza, exclusión, mentira, corrupción, saqueo y grosera impunidad aquella circunstancia que, en su momento y no hoy, inclinará el fiel de la balanza y la que atendiéndose a la correlación de fuerzas políticas en una sociedad lastimada, dolida y sin expectativas de progreso, determinará quién será el llamado a gobernar a Veracruz.

Circunstancia que llegado el momento bien pudiera no ser necesariamente favorable a la soberbia partidocrática identificada como el mal mayor para Veracruz. Quedando los hoy anticipadamente nominados, en sus aspiraciones colgados de la brocha. Nada está escrito en el quehacer político, mucho menos en el futuro de una historia que el pueblo a contracorriente construye día con día.

La conseja popular señala con acierto que del plato a la boca suele caerse la sopa. No sería nada extraño que para el 2016 la partidocracia enfrentara a una oposición no institucional de hombres y mujeres comunes, cuyo descontento y hartazgo acumulados, en defensa propia le diera la espalda a un proceso electoral que no ofrece nada que no sea más de lo mismo. El tiempo, al tiempo lo dirá.

Hojas que se lleva el viento

Los xalapeños de preguntan en base a qué ordenamiento legal están obligado a pagar por un servicio de vigilancia nocturna que de manera ineficiente e ineficaz prestan empresas privadas. Más a sabiendas de que en materia de seguridad pública el alcalde se desentiende lavándose las manos bajo el argumento de que la tarea es ahora responsabilidad del gobierno del estado. Alguien debe dar respuesta a esta una inquietud más en materia de orden y buen gobierno.

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Igual se preguntan si existe base legal para demandar al Ayuntamiento de nuestra ciudad capital por negligencia en el mantenimiento y conservación de calles, avenidas y banquetas -cuando dado el caso, estas existen- ya que los accidentes, daños y perjuicios en personas y vehículos se han venido incrementando a consecuencia del mal estado de la infraestructura urbana tanto en el centro histórico como en la periferia.

Pregunta que se hace extensiva en tratándose de perjuicios derivados de negligencia en el control de tianguis, mercados sobre ruedas y centros de esparcimiento que operando al margen de la reglamentación oficial, atentan contra la seguridad, salud y tranquilidad vecinal.

Por cierto, ¿quién controla en Xalapa la prestación del servicio de grúas concesionado a empresas privadas que incurriendo en un verdadero atraco a los automovilistas, complican más que resolver el problema de vialidad en las vías rápidas?

¿Alguien tiene la respuesta?

Los tiempos se le acortan al alcalde xalapeño y el malestar ciudadano crece. Por algo será.

Por lo pronto, el lumpen político agrupado en el movimiento “400 pueblos”, clava una estaca más en lo que pomposamente se conoce como imagen urbana de Xalapa.

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J. Enrique Olivera Arce

Difícil si no es que imposible tratar de rasguñar el futuro incierto cuando nos aferramos a ser lo que éramos hace apenas un instante… Reflexión personal

Cuando la vida cotidiana gira en torno al cardiólogo, al gastroenterólogo, al odontólogo, al oftalmólogo, al urólogo, al gerontólogo, al terapeuta y su correlato de análisis clínicos, dietas especiales y demás obligaciones que nos impone el peso de la edad, es la hora de hacer un alto en el camino y reflexionar sobre lo que a nuestro escaso juicio justificara nuestra presencia en el mundo de los vivos.

La hora del balance entre lo que somos y lo que hubiéramos querido ser, lo que recibimos, lo que dimos y lo que no dimos de nosotros mismos a nuestros semejantes, aceptando con talante autocrítico que en nuestra precaria existencia es más lo que esperamos que lo que logramos al paso del tiempo.

Con el México que nos viera nacer, algo hay de eso. A doscientos años de declararnos independientes de unos voraces colonizadores que nunca se fueron de la vida nacional, observamos que la salud del país siendo deficitaria, se deteriora aún más día con día, debiendo recurrir a especialistas que, a cual más, diagnostican minusvalía, sin ofrecer otra cosa que recetas extra lógicas, sin dar oportunidad al paciente de enfrentarse por sí mismo a una agobiante realidad.

Es la hora de hacer un alto en el camino. Retomar la sabiduría de un Morelos, la insistencia indomable de un Zapata por defender lo que es de todos, la audacia de un Francisco Villa, la visión de futuro de los Constituyentes del 57 y 17, o el espíritu nacionalista de Lázaro Cárdenas y, a la luz de su experiencia vivida reflexionar sobre lo que un rico pasado histórico devino en mediocridad, corrupción, desigualdad, pobreza y remedo de vida en democracia.

Postrado de rodillas frente a los poderes fácticos, el México de hoy requiere de sus hijos para con ambicioso talante crítico y autocrítico, formular un balance entre lo que esperábamos como país independiente, soberano y próspero y lo que hoy al paso del tiempo con pesar contemplamos frente al espejo. Ya no para prolongar lo decrépito de una sociedad que en el tiempo perdiera lo mismo rumbo que principios y valores, sino para ofrecer un México mejor para las nuevas generaciones.

Si la senectud en el hombre es el anuncio ineluctable de lo que pudo haber sido y no fue, en un país potencialmente beneficiado para tenerlo todo, es oportunidad para un renacer rico en experiencia acumulada, en nuevos bríos para desprenderse de lo que sobra en las alforjas y afrontar el presente con visión de un futuro digno de la raza humana.

Para mi generación ya es algo tarde para ello, se va cerrando el ciclo. Perdimos tiempo y energía. El balance es negativo; siendo mayor el déficit que el logro transformador que haría de nuestros sueños libertarios realidad. La vida se agota y magra herencia dejamos; es más lo que las nuevas generaciones reclaman para sí y las venideras que lo que queda de aquella imagen de país a la que muchos aspiráramos en nuestros años mozos.

Es ahora la oportunidad para las generaciones que precedemos de demostrar de qué están hechas para retomar memoria histórica y pugnar por hacer realidad el sueño de ese gran patriota -entre otros de igual talla universal-, el cura Morelos y Pavón, siervo de la entonces joven Nación.

Es su hora, México reclama de su juventud la reconstrucción nacional, sabiéndose de antemano que sabrán en la reflexión sobre su pasado, presente y expectativas de futuro, encontrar el hilo conductor de la historia en el quehacer cotidiano de hombres y mujeres comunes, en la vitalidad de un pueblo que en sus orígenes e identidad encuentra voluntad y fuerza para que cual Ave Fénix en un permanente renacer, flaqueza y renuncia no sean nunca las últimas palabras en lo perenne del sueño libertario.

Hojas que se lleva el viento

Si la clase política abandonando ideología como guía para una acción consecuente ha optado por un grosero pragmatismo, la sociedad civil desconfiando del futuro le juega las contras con la misma moneda, atendiendo a los tiempos políticos con singular intuición; habiendo aprendido a vivir en la coyuntura ni suda ni se acongoja ante el fenómeno que en Veracruz viven los que viven de la poliquería electoral, el de “los adelantados”. Todo a su tiempo, de ahí que resulte harto ocioso el que los senadores veracruzanos descuiden su compromiso con la entidad federativa que representan para darse baños de pueblo, ofertar lo que no está en sus manos dar y cacaraquear las reformas del Sr. Peña como panaceas para alcanzar una tan incierta como volátil prosperidad. Todo a su tiempo cuando lo que sobra es tiempo y la llamada sociedad civil se lo toma en serio, ignorando propósitos, objetivos y falsas promesas de precampañas tempraneras; viviendo su día a día con relativo éxito y dentro de las posibilidades que su realidad ofrece, a sabiendas de que un gobierno partidocrático corrupto y simulador no es garantía de futuro. Si la clase política, no ve, no escucha, el pueblo llano pie a tierra vive con intensidad su presente velando armas para lo que el mañana depare.- Xalapa, Ver., abril de 2014

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J. Enrique Olivera Arce

Justificado estupor entre periodistas con funciones de voceros oficiosos del gobierno estatal, el que pese a los varios intentos por sabotear la posible alianza electoral entre el PRD y el PAN con vías a la elección en Veracruz de diputados y alcaldes, la alianza contra viento y marea va.

¿Cómo es posible una alianza entre institutos tan disímbolos? Se preguntan con la intención de satanizar lo que ya parece ser un hecho, como un último intento por convencer a perredistas y panistas de base de lo absurdo y obsceno que resulta en política el mezclar el agua con aceite. Y tendrían razón si en el seno de los partidos políticos en México existiera, por un lado, un mínimo de ética política y, por otro, un arraigado  apego ideológico y programático a propósitos y objetivos superiores encaminados al bien común.

Más no es así. El pragmatismo se impone por sobre ideologías; el interés inmediatista domina el escenario de la vida política nacional, a la par que los intereses de la partidocracia son ajenos al bien común de las mayorías a las que dicen representar. La ausencia de ética política, del presidente de la República para abajo,  no da cabida a diferendos ideológicos, dominando pura y simplemente el pragmatismo como norma de conducta y guía para la acción.

Independientemente de lo que pretendan obtener el PRD y PAN en el intercambio de favores y abalorios con el Sr. Peña Nieto a través de su participación en el llamado “pacto por México”, para la cúpula de las principales fuerzas opositoras es vital mostrar el músculo en la contienda electoral. De su fuerza expuesta en las urnas va de por medio no sólo su supervivencia, también el estar en condiciones de vender más caro su amor. Nada que ver con ideologías de izquierda o de derecha cuando de hecho la partidocracia en su conjunto se inclina a favor de mantener el statu quo sistémico. ¿O no acaso de facto y en términos prácticos el PRD no es la izquierda de la derecha?

Bajo este supuesto, pragmáticamente lo que procede es capitalizar la aviada de un sentimiento anti priísta fortalecido a lo largo de los últimos años en el seno de la sociedad mexicana. Derrotar al PRI es el objetivo, tanto para establecer contrapesos en el juego de equilibrios políticos como para incrementar presencia y acceso a la toma de decisiones en la mesa de negociaciones.

En este contexto, tanto para el PRD como para el PAN, está claro que solos no lo lograrían al enfrentarse a una maquinaria electoral respaldada por el presidente de la república y los gobernadores priístas. De ahí que la mejor opción en el escenario inmediato es ir juntos tras el voto ciudadano. Y aquí es donde se inscribe el proyecto aliancista para Veracruz bendecido por la instancia cupular partidista opositora.

Todo lo que se diga o deje de decirse al respecto por parte de los amanuenses oficialistas, no es otra cosa que un mecanismo de autodefensa del gobierno estatal y el PRI, auspiciado y orquestado desde la presidencia de la República. El Sr. Peña está obligado al carro completo para su partido porque al igual que las fuerzas opositoras, requiere de fuerza y contundencia en la mesa de negociaciones para sacar adelante su ambicioso proyecto de gobierno. La moral se deja para el árbol que da moras, la ética política se subordina a los intereses personales y de grupo, y la ideología se guarda entre cuatro paredes en los claustros universitarios. Mostrar quien tiene el poder y como se ejerce en lo inmediato, es propósito, objetivo, forma y fondo del quehacer político en la circunstancia actual del país. Todo lo demás, simple patraña para consumo de una mayoría desinformada a la que se pretende manipular enfrentando mediáticamente  a los buenos y a los malos de la película.

En Veracruz para bien o para mal la alianza va. ¿Qué posibilidades de triunfo se vislumbran para los candidatos de la coalición PRD-PAN?, está por verse. Todo depende del acierto en la selección de los abanderados designados, sin echar en saco roto la posibilidad de que a estas alturas no esté ya negociado en lo oscurito el cochupo entre las dirigencias estatales de los partidos por coaligarse y el gobierno del Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa.

Lo que si se podría asegurar es que pese a la división interna en los partidos opositores que se ha venido cocinando desde tiempo atrás por conocidos operadores oficiosos, para el tricolor la elección de diputados y alcaldes de cuatro años no será juego de niños. Son demasiados los agravios sufridos a manos de gobiernos priístas, que los veracruzanos en las urnas podrían aplicar la misma receta que en julio del 2012. Y aunque en primera y última instancia todos los partidos no guardan diferencias de fondo entre sí, nada con el PRI aunque se venda el alma al yunque o al  demonio.

Hojas que se lleva el viento

La cruzada nacional contra el hambre que simbólicamente iniciará mañana lunes en territorio zapatista del estado de Chiapas, contempla un mayor énfasis en políticas públicas de asistencia social y caridad privada que de antemano están enfocadas mediáticamente a taparle el ojo al macho. La pobreza y el hambre se combaten con empleo; salarios dignos; infraestructura productiva; asistencia técnica eficaz; organización de y para la producción; capacitación; precios de garantía; capital semilla, crédito e insumos suficientes, baratos y oportunos a los productores de bajos ingresos. Pero sobre todo, con el respeto y reconocimiento a los que menos tienen como sujetos de desarrollo y no como objeto inerme al que hay que cambiarle el rostro.

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La balanza presidencial parece estarse ya inclinando a favor de la entidad federativa que hasta hace unos meses comandara Ivonne Ortega, actual secretaria general. del CEN del PRI. Con una inversión federal inicial del orden de 50 millones de pesos, se trabaja ya en lo que será el mega Parque Metropolitano Lineal de la Ciudad de Mérida. En una superficie de 80 hectáreas el nuevo “pulmón de la ciudad de la paz” en su primera etapa contará con 20 mil árboles, una ciclo pista y andadores de 12 y 28 kilómetros respectivamente. El gobierno estatal priísta y el municipal de extracción panista, se despojan de la camiseta partidista y convienen jalar parejo a favor del entendimiento y el trabajo en equipo en  beneficio de los meridanos. ¿Y Xalapa? Sin comentarios, lo prioritario es la politiquería electorera.- Cd. Caucel, Yucatán, enero 20 de 2012

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J. Enrique Olivera Arce

¿Se está o no se está con el “Pacto por México”, es la pregunta que se le hace a la bancada del PRI en el Senado, tras el anuncio de Emilio Gamboa Patrón de que se pedirá la destitución del senador panista que ocupa la presidencia de la Mesa Directiva de ese cuerpo colegiado. Lo que mal empieza mal acaba.

Pero ese es otro cantar que dará mucho de que hablar.  Mi comentario de hoy versa sobre  la nada extraordinaria efervescencia en los círculos políticos en torno a la sucesión en el gobierno de la capital veracruzana.

Llama la atención que entre dimes y diretes, a estas alturas bacinica en ristre surjan acusaciones de actos anticipados de campaña, cuando ni siquiera se ha procedido por parte de los partidos políticos a la “consulta”  previa a la designación de candidatos a la alcaldía. Nada nuevo bajo el sol, la efervescencia político-electoral es el pan de todos los días de la clase política veracruzana, anteponiendo intereses personales y de grupo a los intereses más caros de la entidad y, en particular, de un municipio postrado que no encuentra su camino para salir del atraso.

Así, en tanto que los “adelantados” que aspiran a suceder a Elizabeth Morales, con nada que legalmente se los impida alzan la mano para decir públicamente yo quiero, en paralelo, con mayor autenticidad, la llamada sociedad civil viene poniendo sobre la mesa la discusión y debate en torno a los problemas más ingentes de Xalapa. Organizaciones no gubernamentales, con talante crítico y propositivo, expresan un legítimo interés por aprovechar la oportunidad del relevo para participar activamente en el diseño y conducción del rescate del municipio, independientemente de quien resulte beneficiado en julio próximo por el voto ciudadano. Esto al margen de colores partidistas, antes al contrario, tocando madera y poniendo en tela de juicio, que una vez más recaiga el gobierno municipal en manos de un político profesional.

Los políticos profesionales oyen pero no escuchan el clamor popular, lo mismo proveniente de los sectores más afortunados que los más desprotegidos y vulnerables. Ajenos a criterios técnicos de valía y a propuestas concretas de atención a necesidades reales y sentidas de la población, su interés es meramente clientelar, electorero y futurista.

Basta observar a los políticos “adelantados”, haciendo como que la virgen les habla, a lo suyo, recurriendo a lo que saben hacer: guerra sucia para descalificar a cuanto adversario de peligro contemplen se les pone enfrente. Absteniéndose de participar con seriedad en el debate ciudadano, convencidos de que la última palabra la tiene el que dicen manda en Veracruz y a ello está orientado el madrugador protagonismo; a la vez que propalan que la elección se gana con dinero no con ideas, propuestas y cercanía con los que pretenden gobernar. “No más un político profesional al frente de la administración municipal”, es lo que se escucha.

Caminos opuestos en un recorrido paralelo que desemboca en diálogos entre sordos y confrontaciones estériles. Ni la clase política escucha y entiende, ni la llamada sociedad civil logra hacerse escuchar y hacer entender a su contraparte que para abatir desigualdad, pobreza y falta de oportunidades, la ciudad capital y su entorno regional requieren de cirugía mayor para su desenvolvimiento y no más placebos cosméticos.

Recién el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, en una más de sus ocurrencias, declaró que su gobierno trabaja por generar más y mejores oportunidades para los veracruzanos. Posiblemente si, pero para los habitantes de la conurbación Veracruz-Boca del Río, o Tuxpan, joyas de su corona virreinal, porque para los xalapeños, las declaraciones del gobernador quedan en eso, simple verborrea que en nada beneficia a la otrora ciudad de las flores, por más esfuerzos mediáticos que se apliquen para mostrar el maquillaje urbano tras el que se oculta ineficiencia desinterés, y abandono.

 No mejora la calidad de vida para los habitantes de la capital del estado, no se observan medidas gubernamentales serias, de fondo y con visión de futuro para atender la demanda ciudadana. En la coyuntura Xalapa no destaca por la promoción del crecimiento económico y el empleo, camino para abatir desigualdad, pobreza y atraso.

De dientes parea afuera se hace ruido en torno al potencial turístico de la capital, como dinamizador de la economía municipal y regional, destacándose sus  fortalezas pero ignorándose debilidades que se ocultan bajo la alfombra. El maquillaje urbano que niega el interés del gobierno estatal por la dignificación de la capital veracruzana, es flor de un día. Son mayores las demandas de infraestructura urbana e industrial, empleo, salarios decentes, vialidad expedita, orden y seguridad, que todo lo que de positivo pueda tener el reconstruir algunas calles o el rescate de espacios públicos que, por cierto, bajo la óptica de la industria sin chimeneas no tienen el menor impacto.

Madrugar participando

Lo positivo del madrugar es que crece tanto la participación y organización ciudadana pugnando por construir unidad de propósitos, así como por encausar la voluntad colectiva para tratar de salir de un  marasmo que ya acusa décadas de inmovilismo y abandono.

En torno a fortalezas y debilidades gira el debate ciudadano, cada vez más participativo, consciente y sustentado, mientras en los círculos políticos se tunden unos y otros en busca del ansiado botín de cuatro años. Si México ya es otro, Xalapa no se queda atrás, está en el mismo paquete en cuanto a cuestionamientos críticos y fundados del quehacer gubernamental y de la clase política en que este se sustenta. El voto de castigo en la pasada contienda presidencial es apenas la cúspide visible de un iceberg de múltiples vértices y aristas.

Tras el silencio y el rumor soterrado, aparente indiferencia y desinterés ciudadano, la legítima preocupación y deseo de participar, anida en cada vez mayor número de xalapeños que buscan organizarse para hacer valer su voz en el momento propicio. Los adelantados en la misma tesitura que autoridades y partidos políticos, ni lo ven ni lo escuchan, a tambor batiente dan por sentado que tienen a Xalapa en un puño.

No sería nada extraordinario que en julio próximo quede en evidencia que ni la parafernalia dispendiosa de las campañas políticas, el gran dedo elector, el clientelismo tradicional en las colonias más humildes colgadas de los cerros y barrancas, o la compra del voto, fueron suficientes para contrarrestar conciencia y voluntad de cambio de una población organizada. En ello debería pensar el racimo de “adelantados” que avivan cotidianamente el mal endémico de la política electoral.

Hojas que se lleva el viento

El presidente Peña ya dio a conocer su largo listado de buenos deseos que presentara a los reyes magos. Toca ahora al Congreso decir con qué ojos mi querido tuerto, y al gabinete informar del cómo materializarlos en escasos seis años. Por lo pronto como anticipo navideño el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) ya apuntó que prometer no empobrece…

-ooo-

No más mentiras sobre el creciente endeudamiento de la administración pública veracruzana, pide el gobernador Duarte de Ochoa. Lo bailado nadie nos lo quita reza la propaganda oficial. Así que a otra cosa mariposa que el que nada debe nada teme.

 

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

A diferencia de Cartens, el actual Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, diría que lo que se viene con la crisis económico financiera de nuestros vecinos del norte, no es ningún catarrito, tras conocer el informe del FMI en el que se advierte que  una desaceleración prolongada en el crecimiento de Estados Unidos sería una carga sustancial para la economía de México. Advertencia que hace propia la Canacintra señalando a su vez que México es capaz de enfrentar la crisis financiera, pero no para enfrentar una desaceleración o recesión en EU.

Escenario en el que no puede dejar de jugar el hecho de que en esta ocasión, a diferencia del pasado reciente, la crisis económico financiera global se hace acompañar por una espiral de efervescencia social, que confronta a los gobiernos con su población, sin que se encuentre más salida que el autoritarismo antidemocrático y la represión.

Así las cosas, ante la gravedad de una crisis estructural que afecta ya al mundo entero, cabe entonces poner las barbas en remojo, puesto que siendo los Estados Unidos nuestro principal socio comercial y dada nuestra dependencia económica y política con el país más poderoso del mundo, su fragilidad en la coyuntura arrastrará consigo necesariamente a México, sin contar con el blindaje suficiente para amortiguar el golpe.

Agotado el modelo económico que nos ha sido impuesto, las recetas neoliberales ya no dan más. O se cambia de rumbo a nivel nacional o nos lleva al baile la tía de las muchachas.

Ello implicaría tomar el ejemplo de otras economías que en el ámbito internacional están optando por políticas públicas proteccionistas, fortaleciendo su mercado interno, restringiendo importaciones no indispensables  y consumiendo prioritariamente bienes y servicios locales.

Si lo anterior es motivo de preocupación nacional, con mayor razón debería ser tema de primer orden para una economía en franco deterioro como la veracruzana. Misma que en el renglón productivo acusa un alto grado de dependencia tanto de las exportaciones al país del norte como de las remesas que nos llegan del exterior. Sin perder de vista que en lo social, el abandono del campo y los cinturones urbanos de miseria cobran factura. Acusamos  niveles de pobreza que mantienen deprimido el mercado interno, en un marco de inestabilidad y restricción de finanzas públicas. O lo que es lo mismo, como entidad federativa carecemos de “blindaje”, estando a merced del tsunami recesivo anunciado.

Si ya la prosperidad en Veracruz es utopía, de seguir por el mismo camino, dependiendo de inversión externa y de reducidos nichos de mercado en los países consumidores de América del Norte y Europa, la amenaza de mayores índices de desempleo, pobreza y desigualdad no es simple expresión de catastrofismo a la que haya que ignorar.

En nuestra pueblerina aldea, vamos en el cabús, a la zaga de otras entidades federativas mejor equipadas para afrontar la nueva etapa de la crisis global. El colmo para la economía veracruzana es que se tenga que depender del exterior  para satisfacer el abasto de productos básicos, incluida el agua, favoreciendo a las grandes cadenas comerciales al extremo de felicitarnos por privilegiar productividad y competitividad de la inversión externa, ignorando al productor local por ineficiente.

Naturalmente el explorar nuevos caminos no figura en la agenda de nuestra llamada “clase política”. Lo que está a debate no es la economía ni mucho menos los efectos sociales de una muy posible recesión mundial. Al fin veracruzanos, la prioridad es la política electoral, privilegiando dimes y diretes, ajustes de cuentas, acomodos y reacomodos, con vías a la elección del 2012. Tan es así, que las deterioradas finanzas públicas estatales arrastrando cuantioso endeudamiento, parecen no ser de su incumbencia. Lo hecho, hecho y a otra cosa mariposa, como si éstas no fueran palanca del crecimiento económico y desarrollo de la entidad, o bien impedimento para avanzar.

Es problema de Javier Duarte y de nadie más, al fin es el que manda, dirían nuestros políticos, desentendiéndose de la bronca a la cual contribuyen.

Los partidos políticos nacionales en su expresión estatal, presuntas correas de trasmisión y amortiguamiento entre gobierno y sociedad civil, juegan cada uno para su santo; la elección del 2012, está por encima de cualquier otra consideración, así sea el futuro de Veracruz. Nada que pudiera afectar la suma o resta de sus nomios, es de su interés, mucho menos desviar su atención a problemas económicos y sociales que por incapaces no está en sus manos resolver. En la jerarquización de prioridades primero está definir presuntas candidaturas para contender por senadurías o diputaciones federales para de ahí, concentrarse en la pugna nacional por la presidencia de la República. La recesión económica y sus muy previsibles efectos pueden esperar.

Quien ya no espera son los veracruzanos de a pie, quienes cotidianamente consultando su bolsillo, restringen no por gusto su consumo a la par que sus condiciones de vida, observando como la espada de Damocles pende sobre sus cabezas. El pobre, por pobre, ya no aguanta más tras estarse acostumbrando a no comer, en tanto que los varios millones que sobreviven en la medianía, pierden expectativas y esperanzas en un futuro incierto que ya es hoy.

La amenaza es real. Estamos indefensos, aceptémoslo.

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J. Enrique Olivera Arce

En el ya prolongado escenario de polarización social y política que desde el 2006 divide a los mexicanos, es el PRI el que viene capitalizando el clima de descontento e inseguridad que genera el (des) gobierno de Calderón Hinojosa; percibiéndose en el imaginario popular, para bien o para mal, como algo inevitable, el retorno del tricolor a Los Pinos. Sin que en paralelo se perciba el menor interés de la izquierda por evitar lo que a todas luces sería un retroceso en el anhelado deseo de democratización del país. Antes al contrario, entre más se empecina en frenar a la derecha, más se fortalece esta al amparo del duopolio político que ya se identifica como el PRIAN, personalizado en la alianza de facto de Felipe Calderón y Ernesto Zedillo.


Objetivamente, esto último es más que una simple percepción. La izquierda y su constante de todos contra todos, trabaja cotidianamente apuntando en todas direcciones contra el pésimo gobierno del «espurio» y su quebrantado partido político; haciéndole el trabajo sucio al PRI y a los poderes fácticos que operan al amparo de las franquicias políticas, sin más resultados aparentes que vestir al tricolor con impoluto ropaje de decencia, normalidad democrática y respeto a las instituciones republicanas, en tanto que se adopta como ropaje propio la vestimenta del desorden tribal, el cochinero antidemocrático y la ausencia de propósitos comunes por alcanzar el poder por la vía institucional.


Así, limpio de polvo y paja, el PRI avanza sin tropiezo, capitalizando a su favor el desconcierto e incertidumbre de una sociedad,  que ya no siente lo duro sino lo tupido de un franco estado de ingobernabilidad,  en lo político y social, y la ausencia de rumbo y visión de Estado frente a la crisis económica que ya pone de rodillas al país. Tan es así, que cualquiera diría que el partido tricolor no tiene pasado,  o que en la memoria histórica de los mexicanos el origen y falta de capacidad para afrontar los nefastos efectos de la crisis, no deviene como herencia de los pésimos gobiernos priístas de las tres última décadas, sino que es resultante de los dos últimos gobiernos panistas, cuando estos únicamente vienen siendo las cerezas de un pastel viciado de origen. Con la salvedad de que sirviendo a los mismos intereses, el priísmo supo guardar las apariencias, sin caer en la frivolidad a ultranza de un panismo incapaz,  incluso de gobernarse a sí mismo.


El diario norteamericano New York Times, desde lejos percibe que en   México el político más destacado, si no el único con mayor visión de conjunto, es Andrés Manuel López Obrador. ¿Y que con eso? La capacidad, carisma y visión del tabasqueño no ha sido suficiente para aglutinar y unificar a la izquierda, en torno a un camino cierto por el que transitar institucionalmente en la búsqueda del poder. Su voluntarismo y honestidad de miras, choca con los contrapuestos intereses de una izquierda históricamente dividida, dogmática, y a últimas fechas, cooptada por los intereses de aquellos a los que dice combatir.


Cierto, AMLO no está muerto políticamente como lo desean sus detractores y como cotidianamente a gritos  lo anuncia el publicista Ciro Gómez Leyva. Pero, ¿acaso él y sus varios millones de seguidores van a impedir que el PRI retorne a Los Pinos? La realidad política del país dice lo contrario; sin unidad de propósitos, organización, apego al tribalismo sectario,  y de espaldas a la institucionalidad de los procesos electorales, la resistencia pacífica del movimiento lopezobradorista termina en eso, simple resistencia que, atendiendo a la tesis de Reyes Heroles, apoya al PRI sin parar mientes que,  de paso,  apoya al PAN en el maridaje de la derecha con el tricolor.


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