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Tag Archives: política veracruzana

Pulso crítico

Enrique Olivera Arce 

Dado que en Veracruz existe aceptación legal y de facto de la gubernatura de dos años para el período 2016-2018, tanto para el priísmo en la aldea como en círculos periodísticos que marchan a la zaga de éste, no existe duda al considerar que la titularidad del ejecutivo se disputara entre los dos senadores de extracción tricolor.

No hay otras opciones válidas con peso y probabilidades, se dice.

Dándose por sentado que la mayoría de los electores potenciales seguirán votando en el 2016 por los candidatos del PRI. Bien sea por la fuerza de la costumbre o bien, por la fuerza de la maquinaria avasalladora del tricolor que, a diferencia de los partidos opositores, se estima cuenta con una estructura sólida a lo largo y ancho de la entidad veracruzana.

Con el sólo peso numérico del llamado voto duro, fuere como fuere el PRI ganará la elección, se argumenta. Minimizándose las posibilidades reales y potenciales que al respecto pudiera  abrigar la oposición. Con mayor razón si el tricolor repite la fórmula de alianza formal o de facto con el PVEM.

Esto no obstante que en el imaginario colectivo existe otra percepción que se contrapone a los optimistas cálculos del priísmo veracruzano, aquella que considerando el pésimo resultado de la gestión gubernamental lo mismo a nivel federal y, con mayor razón en el orden estatal niega toda posibilidad de triunfo al partido gobernante.

S el mayor capital político electoral del  PRI descansa en la actuación y nivel de aceptación del presidente Peña y el Sr. Duarte de Ochoa,  no puede dejarse de considerar esta percepción y sus posibles consecuencias en las urnas.

Cuestión de enfoques en una sociedad polarizada inmersa en una crisis en la que los poderes públicos se encargan y empeñan en ponerle más leña al fuego.

A mi juicio lo lógico entonces sería esperar a conocer los resultados de la elección de junio próximo para entonces sí, contar con mayores elementos de juicio para fundamentar un pronóstico razonable. Empero, la soberbia y triunfalismo en la cúpula priísta estatal no lo considera  así, persistiendo en ésta  la idea de que la elección de diputados federales será de mero trámite dándose por hecho un triunfo inobjetable de los candidatos de la alianza PRI-Verde Ecologista y, por ende, la elección de gobernador de dos años en el 2016 no tiene por qué tomar un camino diferente. 

Considerando el clima de incertidumbre, resultado de una dinámica de constante cambio y transformación de la realidad que se vive en México, bien haría el PRI en prever que las cosas no son tan en automático ni se puede recurrir a un análisis simplista y lineal para sustentar su predicción; percepción es política, pesa y pudiera ser determinante para inclinar el voto en su contra. Si el partido gobernante no ve, no escucha el clamor popular de descontento y hartazgo, ¿por qué espera una respuesta positiva de la sociedad en las urnas? Es la pregunta obligada.

Correlación de fuerzas

Es un hecho ampliamente reconocido en los círculos del poder real y formal que la población, desconfiada e incrédula, lo mismo descalifica los actos de gobierno emanados del modelo neoliberal en voga que la actuación de los partidos políticos que, en su conjunto, todos por igual marchan de espaldas a la sociedad. Esto a mi modo de ver las cosas, obliga a pensar en una ruptura en la correlación de fuerzas políticas en el país, polarizándole. Por un lado se observa el deterioro de la fuerza político electoral partidista y, en el extremo opuesto, el fortalecimiento de la movilización social que no por dispersa, ayuna de organicidad y programa común para la acción, deja de expresar una substancial modificación en la correlación de fuerzas que está inclinando la balanza a favor de la resistencia popular.

Los mirones de palo ya no son tales. Participación y movilización popular marca su huella en el escenario político hoy día. Ignorarlo es insistir en negar la realidad.

Veracruz no tiene por qué y con qué escapar a éste fenómeno social y político. El deterioro económico generalizado, acompañado de una percepción de inseguridad pública en la entidad así como la ausencia de respuestas congruentes del poder público a las justas demandas de la sociedad veracruzana, es el pan nuestro de cada día. La incapacidad manifiesta de una administración pública estatal y municipal, agobiada por la corrupción impune, el endeudamiento creciente  y quiebra financiera para frenar este proceso de descomposición,  cierra el círculo perverso, confirmando polarización y divorcio entre sociedad y gobierno.

A esta realidad es que debe enfrentarse lo mismo el PRI que los partidos  opositores, hoy desplazados por una nueva e inédita correlación de fuerzas políticas que favorece a movilización y resistencia popular,  y que habrá sin duda de reflejarse en las urnas lo mismo en junio próximo que en el 2016.

Luego no hay que echar las campanas al vuelo la víspera, al PRI podría volteársele la tortilla cuando menos lo espere, enfrentándose a un voto de castigo que podría dejar fuera de la gubernatura de dos años al mejor posicionado de los Yunes rojos. Más si estos insisten en sustentar su proselitismo tempranero en medias verdades y medias mentiras, políticas públicas y medidas de una falsa austeridad de un presidente Peña que va cuesta abajo. Secundando, por si fuera poco, el aquí no pasa nada que ha popularizado el gobernador fallido de Veracruz.

La elección del 7 de junio, dará la medida. Si cabe reflexionar la decisión a tomar en las urnas, con mayor razón vale la pena esperar a que se aclare el panorama.

Chelem, Yuc.- marzo 31 de 2015.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El que manda, manda y si se equivoca vuelve a mandar, sin importar cuantas veces se equivoque… Qué lejos estamos del mandar obedeciendo que propone el zapatismo. Reflexión personal.

Hace algunos meses comentaba que con la imposición de Elizabeth Morales al frente del CDE del PRI en la entidad, era de esperarse una “rebelión en la granja” al interior de este instituto político. Confirmándose mi dicho con un desatado fuego amigo, patadas bajo la mesa y una nada disimulada descalificación tanto de tirios como troyanos, duartistas y no duartistas, en una abierta y futurista lucha interna por el poder, que la señora ex alcaldesa de Xalapa no pudo ni ha podido controlar y mucho menos parar, cuando ella misma es juez y parte al aspirar a una diputación federal en el 2015.

Y en este ríspido escenario en las entrañas del tricolor en Veracruz, la crisis nacional se les dejó caer, tomándoles por sorpresa y con los pantalones en las corvas. Resultado: inmovilidad y confusión que se ha venido incrementando en la medida de que, esperando señales del primer priísta de la entidad, hasta ahora éste no daba color. Tampoco hoy se da por enterado de los graves acontecimientos que están sacudiendo al país, poniendo en jaque la unidad de su partido.

“No pasa nada”, la crisis política, social y económica ni por asomo nos toca. Y, bajo esta aventurada tesis, el PRI en Veracruz dale que dale a lo suyo, arreciando el fuego amigo con vías a los comicios del 2015 y 2016; confiando en que su mafiosa estructura, como los priístas le llaman a un corporativismo a modo, manipulación de la pobreza y compra de votos, así como dinero, mucho dinero de dudoso origen, es suficiente para enfrentar con éxito a una “oposición” venida a menos.

Y en esa estaban, con un ojo al gato y otro al garabato, cada quién cuidando lo suyo y procurando pisarle la cola al de enfrente, ajenos a una ominosa realidad nacional, cuando de sopetón, inoportuna y fríamente calculada por el círculo cercano a Fidel Herrera Beltrán, cual balde de agua fría llega al Congreso local la iniciativa de ajuste y actualización de la legislación político electoral, en la que entre otras cosas, se oficializa la idea de una gubernatura de dos años al término de la gestión del gobernante actual.

Y que se arma la batahola. ¿Gubernatura de dos años?

Clase política, priístas y no priístas, así como la prensa, oficialista y no, en un más que abierto debate rasgado de vestiduras, dimes y diretes, ruedas de prensa y el fuego amigo, directo o cruzado, a todo vapor, sacudiendo la vida política veracruzana.

Todos los partidos políticos metiendo baza, en pro o en contra de la iniciativa, haciendo bailar la perinola y deshojando la margarita, evaluando no la conveniencia o inconveniencia para la entidad de una gubernatura breve y transitoria, sino sus intereses en juego; se olvidan de 2015 y enfocan sus baterías a lo que seguramente aprobará el Congreso en los próximos días para los comicios del 2016.

Tal cual lo hemos venido señalando en nuestros maquinazos, al margen de la prioridad presidencial y de espaldas tanto a la ciudadanía como a la realidad real, de un Veracruz sufriendo el recular de una economía que ya se refleja en los bolsillos de las mayorías, nada más inoportuno e inconsecuente que imponer un capricho tras el cual se pretende ocultar el interés por dar continuidad al proyecto transexenal Herrera-Borunda.

Y ahora sí. La “rebelión en la granja” al interior del PRI, desnuda, cruda y explícita, ignorando las formas, se expresa a gritos y sombrerazos, blandiendo en un todos contra todos las bacinicas, mientras a la par la nación se desquebraja en medio de una crisis multifactorial impulsada por la presión social, la caída del precio internacional de la mezcla mexicana del petróleo exportable, la devaluación del peso, el incremento de la inflación, el deterioro de las finanzas públicas, y los palos de ciego de un gobierno para el que ya no es lo duro sino lo tupido, lo que le mantiene inmóvil e incapaz de enderezar el rumbo.

El que manda, manda y mando una absurda iniciativa al dócil y mediocre colectivo de diputados en el que el PRI y sus partidos secuaces mantienen mayoría, con la consigna de que cuanto antes, con consenso o sin este, sea aprobada. Bajo esta tónica pretextando fortalecimiento de la democracia en la entidad, en medio de la “rebelión” el CDE del PRI en Veracruz por boca de Elizabeth Morales se declara partidario de la enmienda constitucional propuesta que, por cierto, también contempla la permanencia en el cargo del procurador (de injusticias) por un período de 9 años y la criminal reelección de diputados hasta por cuatro períodos consecutivos.

Y por si fuera poco, con el posicionamiento de la cúpula del tricolor esta se confronta con las “estructuras paralelas” al partido que, bajo el control de los senadores Yunes Landa y Yunes Zorrilla, se declaran en franca rebeldía contra la sola idea de una gubernatura bianual.

Si para algunos en Veracruz el PRI no acusaba crisis interna que diera lugar al encendido de focos rojos, no sé cómo éstos podrían calificar lo que al interior del tricolor sucede no sólo en la entidad veracruzana, sino en todo el país, reduciendo las posibilidades de que el instituto político recobre hegemonía como es del interés del Sr. Peña Nieto; ya lo apuntan recientes encuestas que indican una estrepitosa caída en las preferencias del respetable por un partido que, entre otras cosas, se opone a que se legisle en contra de la corrupción oficial.

“Rebelión en la granja tricolor”. Sí señor, en pleno proceso electoral y en medio del estancamiento y recesión de la economía así como de la crisis terminal del régimen político nacional. Y Si el Sr. Peña Nieto esperaba contar con la contribución de la entidad veracruzana para alcanzar mayoría absoluta en la Cámara baja del Congreso de la Unión para el 2015, el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa ya le responde con la señal de que aquí quien manda en Veracruz, primero antepone el interés mafioso de grupo a los buenos deseos presidenciales.

Y mientras el PRI se desgarra en lucha intestina, para cada vez más amplios sectores de la sociedad veracruzana, si el próximo gobernador lo será por dos, tres, o cinco años, le tiene sin cuidado. De todas maneras a paso lento o en forma acelerada, “nos van a seguir saqueando”, es la opinión que cobra fuerza en la entidad.

Hojas que se lleva el viento

Aunque los resultados de las encuestas son apenas un pálido reflejo de la realidad, no dejan de ser indicador válido para medir las preferencias electorales en los tendidos populares. Es por ello que llama la atención el que en las últimas mediciones Morena, calladito y sin aspavientos, ya como partido político, en Veracruz está creciendo y calando hondo en el ánimo de los electores, mientras que el PRD se desdibuja, pierde presencia como opción electoral de las llamadas izquierdas institucionales y se enfrenta al rechazo público.

Ahora que si Morena quiere mantener el ritmo de crecimiento que se observa, la tarea aún pendiente a concretar en los próximos meses es el demostrar que no todos los partidos ni todos los políticos, son iguales y, para eso, no basta con denunciar e insistir en que el pueblo de México se enfrenta a una estructura de mafiosos. Más organización, más reflexión, más honestidad intelectual y visión de Estado, así como una mayor confianza en lo que se cocina en el seno del pueblo, son asignaturas pendientes.

-ooo-

Compañeros Internacionales de Periodistas y Editores A.C (CONAPE), condenamos enérgicamente los lamentables hechos sucedidos a nuestro compañero VICEPRESIDENTE DE CONAPE EN ECUADOR, JORGE GUSTAVO PROAÑO RAMÍREZ, al cual le fue confiscado su equipo de trabajo por parte de LA POLICÍA DEL MUNICIPIO DE ESMERALDAS. Desde estas líneas expreso mi solidaridad para con el compañero y amigo Proaño Ramírez.

Xalapa, Ver., diciembre 14 de 2014.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Puede ser el destino del fondo petrolero, la tragedia de News Divine o la violencia, pero el debate ya está ahí y no se va a poder evitar que siga, pues “ya se incorporó a las buenas costumbres”.

Carlos Monsiváis

La histeria domina a la cúpula priísta veracruzana. Ajena a la realidad nacional e ignorante de que se cosecha lo que se siembra, combate molinos de viento con trompetillas sobre pedido.

Sólo así se pueden interpretar las recientes declaraciones de un apanicado José Yunes Zorrilla, desgarrándose las vestiduras frente a la soberbia de la expresión partidista del frente nacional auto denominado “sistema PAN-Gobierno”, que encabezan Felipe Calderón Hinojosa y Germán Martínez Cázeres. O la carta enviada al michoacano por otro Yunes, Héctor, coordinador de la bancada del tricolor en el Congreso local.

Ignorando que el auto nombrado “sistema Pan-gobierno”, es uno e indivisible, por así haberlo conceptuado Calderón Hinojosa en su presunción por mantener la presidencia de la República en manos del panismo hasta el 2030, flaco favor le hacen al gobernador Herrera Beltrán, al salir en su defensa. Cuando se descalifica a Germán Martínez se descalifica al artífice del “sistema” y promotor de la privatización del patrimonio nacional.

A la par que ignoran o pretenden ignorar que el cacareado discurso del presidente de Acción Nacional, es parte de la estrategia de chantaje con la que se pretende forzar a los gobernadores priístas para que apoyen sin cortapisas las iniciativas de reforma petrolera del Sr. Calderón. Percibiéndose en tales desgarres de vestidura de los dirigentes priístas, más temor que convicción republicana.

La sola idea de que el presunto pederasta y corrupto político, Miguel Ángel Yunes Linares, pudiera ser nominado como candidato a la gubernatura de Veracruz en el 2010 con el apoyo del PAN, provoca el que cunda el pánico en el tricolor. A tal grado que pierden compostura y exhiben su falta de congruencia. No se puede exhibir temor frente a la crítica visceral del panismo, cuando al mismo tiempo se afirma que “…el Gobierno de Veracruz tiene hoy una legitimidad envidiable, así lo demuestra el enorme apoyo popular que los ciudadanos le otorgan a Fidel Herrera Beltrán”, como lo expresara en su carta Héctor Yunes Landa.

Ni se es congruente cuando días después de que el aspirante a candidato a diputado federal y actual secretario de finanzas de la administración fidelista, Javier Duarte, manifestara en público discurso que pueblo y gobierno de Veracruz apoyan la gestión de Calderón Hinojosa, José Yunes Zorrilla afirme sin tapujos que “No le extrañan los señalamientos de los panistas pues sabe que los panistas no saben gobernar y se dedican a criticar…”

El pánico les obnubila. A las temerarias y groseras críticas expresadas por Germán Martínez, se les contesta con otras que no por ciertas, hablan de una “obsesión estéril” del panismo, refiriéndose a una anticipada campaña electoral del blanquiazul en Veracruz, cuando es público y notorio que las campañas electorales priístas para los comicios del 2007, 2009, 2010 y 2012, dieran inicio en diciembre del 2004. El que se lleva se aguanta, la guerra sucia está en marcha.

Ya lo hemos comentado en otras ocasiones, o se está con Dios o con el diablo. La entidad no puede arriesgar que le levanten la canasta por berrinche político electoral. O se apoya a Calderón o se está en contra, con todas las consecuencias que ello implique, pero a sabiendas y con plena conciencia del terreno que se pisa.

Lo mínimo, por así convenir coyunturalmente, es mantenerse en el filo de la navaja en la relación con el gobierno federal en turno. Es más lo que se tiene por perder que lo que podría ganarse alejándose más allá de una sana distancia con el grupo compacto que desde Los Pinos ejerce el poder, y del cual forman parte Juan Camilo Mouriño, secretario de gobernación, Agustín Cartens, de Hacienda, y el presidente nacional del PAN.

El maestro Fidel Herrera Beltrán lo sabe y busca establecer lazos de coordinación y buen entendimiento con Calderón Hinojosa. No necesita de vejigas para nadar y mucho menos de defensores de tan escaso oficio político. Si los veracruzanos valoran positivamente el trabajo del hombre de Nopaltepec y su partido, así lo expresarán en las urnas en los comicios venideros. Dejemos que los reaccionarios azules caben su propia tumba, oponiéndose a la voluntad de las mayorías de este ya cansado país. No hay ninguna necesidad de seguirles el juego cuando se tienen los pelos de la burra en la mano.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El Presidente debería estar más preocupado por la inflación, por la reforma energética, por los empleos y por la seguridad, pero todo indica que anda preocupado por el 5 de julio de 2009”.

Fidel Herrera Beltrán. Gobernador de Veracruz

Si algo se sabe hacer en Veracruz es tender cortinas de humo para desviar la atención de la ciudadanía, privilegiando trivialidades para ocultar lo trascendente. Sólo de esta manera se explica que el maestro Fidel Herrera Beltrán se lanzara a romper lanzas en contra de Calderón Hinojosa y su partido, cuando es público y notorio que entre ambos gobernantes existe un mutuo y respetuoso entendimiento republicano.

No entenderlo así, cuando la ciudadanía exige consulta pública sobre el tema petrolero y Jesús Ortega en visita previa y a nombre del calderonismo se lanza al ruedo apoyando la propuesta ya mejor conocida como “la tercera vía, a sabiendas de que esta iniciativa de la entidad de manera velada auspicia la privatización del patrimonio de la Nación, obligaría entonces a pensar que la “avaricia política”, que de manera expresa se da en ambos gobernantes, se reduce a un diálogo mediático entre el comal y la olla.

Un juego de valores entendidos en el que el gobernador veracruzano ofrecería su apoyo a la propuesta de reforma petrolera a cambio de evitar que el enemigo acérrimo del maestro Fidel Herrera Beltrán, que ahora sí ya es panista, pueda ser postulado como candidato a la gubernatura de la entidad.

Más cuando es notoria la carencia de personajes priístas que impulsados por el gobernador veracruzano, pudieran tener el tamaño y mínimo de posibilidades frente a un Miguel Ángel Yunes Linares que, conforme a lo expresado por este al formalizarse su registro como militante del PAN, viene con todo y a la cabeza; anticipando el tono de lo que podría esperarse de una guerra sucia y sin cuartel durante la campaña proselitista del 2010.

Sin embargo, lo que habría que tener claro, es que hoy lo que está en juego para México, no es la “Avaricia” político electoral, como se pretende hacernos creer. Lo que domina el escenario, lo verdaderamente relevante para la ciudadanía, es la codicia económica que en intencionalidad y propósitos anima a quienes promueven la privatización de la explotación petrolera, recurso estratégico de la Nación.

Fuera del estrecho círculo de la fidelidad, sincero o fingido, y sus adláteres que viven de la ubre común, y que por consigna e intereses personales compran el boleto de la “avaricia política” panista, para quedar bien con quien dicen manda en Veracruz, no es ya un secreto que tras el discurso desarrollista con el que se pretende justificar la ya famosa propuesta insular de la tercera vía, se oculta implícitamente el propósito de fortalecer la intención de Calderón de entregar el patrimonio petrolero a las trasnacionales norteamericanas y españolas. Frente a esta convicción y no obstante que en mucho y por muchos se coincida en calificar de exitosa a la actual administración pública estatal, la presunta cortina de humo no confundiría a importantes sectores de la población que consideran que las precampañas anticipadas, a más de tempraneras, gravitarían sobre recursos públicos que merecen mejor destino.

Porque si esta efectivamente nublara la visión nacionalista de la ciudadanía, entonces se tendría que hablar de que, a diferencia del 2007, lo que va a contar en el proceso electoral del 2009 no es ni la imagen ni el intenso trabajo y proyección mediática del gobernador veracruzano, ni la avaricia política de la derecha desatada, sino los magros resultados atribuibles tanto al gobierno federal como al de Veracruz que, entre otras cosas, ponen en duda resultados tangibles en el combate a la pobreza y la desigualdad, en el abatimiento de la inseguridad pública, ó en una efectiva protección civil frente a la vulnerabilidad de una infraestructura insuficiente. Lo mismo que se cuestiona la ineficacia en la atención a los problemas estructurales que aquejan a los sectores agropecuario, forestal y pesquero.

Adicionalmente, no podría dejarse de lado que la ciudadanía empieza a contar ya con un pésimo consejero, como lo es la carestía de los alimentos y pérdida de estabilidad económica y status social en los hogares veracruzanos, que en el 2009 podría ya inducir al voto de castigo.

Más allá de las tradicionales despensas, compra de votos, trastupijes, mapacherías y manejo mediático a que se nos tiene acostumbrados, el voto a emitir será sin duda el que la conciencia de una ciudadanía cada vez más informada, libremente determine. La consulta popular, por una u otra vía, se hará presente, aunque el diálogo entre el comal y la olla digan lo contrario.

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