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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Las piezas se acomodan, en su momento y todo a su tiempo, que al fin y al cabo en la sociedad de consumo todo tiene fecha de caducidad. A la idea del crecimiento económico se le hace transitar por su compañera de camino, la obsolescencia en un proceso presuntamente infinito de producción-distribución-consumo-caducidad-producción en que se sustenta la acumulación de capital.

Si hasta la década de los sesenta la tecnología aplicada a los bienes de consumo intermedio se orientaba a la “perpetuidad” de lo producido, hoy día está programada para que toda innovación impacte en el mercado, poniendo en juego la capacidad de asombro del incauto consumidor que no alcanza a percibir que lo que adquiere, está diseñado para alcanzar su nivel de obsolescencia en un corto plazo.

Sin consumo no hay producción, sin producción no hay empleo, salarios y capacidad de compra;  luego entonces no se da la acumulación de capital y reinversión, por lo que la llave maestra en la sociedad de consumo para asegurar crecimiento económico está en fijar plazos para que el producto adquirido por el público, alcance la fecha límite de caducidad en un tiempo  calculado.

A la tecnología se le asigna cumplir con esta condicionante de diseño y, a la propaganda el mantener viva en el consumidor tanto la capacidad de asombro frente a la innovación, como el deseo e impulso de adquirirla cuanto antes para aprovechar al máximo la vida útil programada.

El mercado marca los ritmos al proceso productivo; el consumidor lo acata sin chistar sin parar mientes en que forma parte del juego perverso de un sistema que paradójicamente le apuesta al infinito, en un planeta cuyos recursos son finitos.

Cuando por cualquier razón se interrumpe el proceso o se rompe el equilibrio de mercado, el crecimiento económico se frena. De ahí las crisis recurrentes del capitalismo.

La política, la administración y sus actores, no escapan a esta verdad sistémica. La propaganda política como mercancía no tiene porqué ser la excepción.

Mercado de medios informativos

Lo anterior viene a cuento porque la semana anterior comentaba que el gobernador de Veracruz estaba por aplicar un reordenamiento en el manejo de la comunicación social de su administración, con el que se anticipaba el término del ciclo de vigencia de la Coordinadora del área en el puesto.

Al margen de filtraciones, chismes y desmentidos en el juego aldeano del rumor, lo que debería ser del interés ciudadano es la aplicación y eficacia del dinero público. El qué, cómo, cuánto y a donde van a parar los recursos fiscales a cargo del gobierno estatal es lo que define su eficiencia y eficacia como administrador y, en este marco,  considero a manera de “divertimento” especulativo lo siguiente:

Gina Domínguez Colío alcanzó su más alto nivel de eficiencia y con ello su condición de obsolescencia. No porque dejara de ser inteligente, capaz o por perder la confianza de su empleador, como se rumora.

 

Conocemos a la distinguida periodista desde lejanos tiempos en que ella se desempeñaba como reportera en Quintana Roo y quien esto escribe, como delegado federal de pesca en esa entidad federativa, luego cuento con elementos de juicio para reconocer que su límite no está determinado por falta de capacidad profesional, como tampoco seguramente por su ahora cuestionado desempeño honestidad aparte,  como servidora pública.

Antes que todo debemos aceptar que no se manda sola, cumple órdenes como subordinada del gobernador. Es en este en quién recae la responsabilidad de comunicar a la sociedad lo que juzgue o entienda pertinente.

Afirmo que alcanzó su tiempo de vida útil como Coordinadora de Comunicación Social, simplemente porque así lo está determinando el mercado de medios de comunicación masiva en la entidad lo que obliga a su vez al gobierno del estado, consumidor del producto ofertado, a poner en práctica una nueva estrategia de consumo, orientada a obtener el mayor impacto comunicacional en la población con el menor costo político y financiero.

El producto ofertado, periódico y revista, por los varios cientos de micro, pequeñas y medianas empresas periodísticas que pululan en la entidad, no responde ya a las necesidades y posibilidades del gobierno y a la atención de la audiencia a la que va dirigida la publicidad gubernamental. Así de simple, estimo. Luego, ¿se justifica seguir manteniéndoles?

Racionalización y política pública

 El equilibrio se rompió. El exceso de oferta supera la capacidad teórica y real de consumo. Demasiados medios medrando al amparo del poder público y poco o nulo el impacto deseado, a un precio por pagar demasiado alto para un gobierno escaso de recursos. Cabe entonces preguntarse si la nueva estrategia de racionalización del gasto del gobierno estatal está considerando le es desfavorable la relación costo-beneficio y de ahí nuevas políticas públicas, o es respuesta mecánica a su vulnerable debilidad financiera.

De una u otra posibilidad, creo que depende en mucho el futuro de la Coordinación de Comunicación social y su relación con los medios.

 A la Sra. Domínguez Colío tocándole hoy bailar con la más fea del cotarro, corresponde el aplicar las nuevas políticas de comunicación social y, por tanto, ser blanco por sí o por interpósita persona, de las expresiones de descontento y hasta de presunto chantaje de los empresarios periodísticos, que consideran verse afectados con una nueva estrategia gubernamental que racionaliza el gasto,  orientándolo en primer lugar al pago de publicidad a la prensa nacional  impresa y electrónica y, en segundo término, a los pocos medios locales que se considera tienen una mayor penetración e impacto en la audiencia a la que se pretende llegar  e influenciar.

No se puede hacer de lado que la irrupción en la Internet del periodismo alternativo y ciudadano, a través de portales noticiosos y redes sociales, con contenido en tiempo real, supera políticamente en eficacia, penetración e influencia a la prensa escrita en la entidad, limitando la vida útil de decenas de medios de comunicación que, sobreviviendo a costillas del erario público, para el gobierno estatal salen sobrando.

Considero de buena fe que no es nada personal, es un asunto de racionalidad en el ejercicio del gasto público. Así quiero entenderlo para no caer en el juego de los intereses y conveniencias de la política jarocha en la relación gobierno-medios de comunicación.

Luego nuevas políticas públicas exigen nueva administración. Pasado el tiroteo del momento y el lógico desgaste a que está sometida dando cumplimiento a lo que el patrón ordena, la Sra. Gina Domínguez cumpliendo su cometido alcanza muy a su pesar un nivel de obsolescencia acorde con el alcanzado por la mayoría de los medios de comunicación con los que trata y controla.  Debiendo entonces ceder los bártulos a  otra persona que con mayor, igual o menor capacidad se haga cargo del changarro, bien sea para innovar o perecer en el intento por interpretar lo que el gobernador quiere y a su gobierno conviene.

“Ginos” o no “Ginos”, tendrán que ajustarse a la nueva realidad o aceptar también que su fecha de caducidad llegó a buen término.

Lo dice el mercado en la sociedad de consumo. No otra cosa.

Tocará al gobernador de acuerdo a los usos y costumbres, premiar con un nuevo cargo a la distinguida periodista, o refrendando su confianza en ella dejarle en su puesto actual auspiciando su paulatino o bien brusco descenso en su nivel de eficiencia y eficacia. Lo digo yo en un ejercicio de “divertimento” especulativo personal, no atiende a filtraciones ni a rumores. Con algo, dado  el calor alcanzado por el horno,  tiene uno que entretenerse para no ser una víctima más del  pesimismo que invade a un país con rumbo incierto.

Mientras tanto, “perro si come perro”. ¿O no?

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En el pedestre juego de intereses y pasiones electorales, la crítica se radicaliza. Habiéndosele concedido el beneficio de la duda, a casi tres años y medio este se ha perdido; el Sr. Dr. Javier Duarte y su administración es hoy el blanco.

La abrupta irrupción en los terrenos de la normalidad democrática de un ex gobernador que nunca se fue, destapó la Caja de Pandora; poniéndose al descubierto limitaciones, ineficiencias, corrupción e impunidad de un gobierno que ni es lo que se esperaba ni da para más. Es el tema ahora recurrente, lo mismo en un sector de los medios de comunicación y  redes sociales,  que en tertulias y corrillos palaciegos.

Ya se veía venir. Un proceso electoral que por principio iniciara desaseado, apuntaba al bacinicazo, el rumor y las patadas bajo la mesa, sin distingo de color o insignia partidista. El fuego amigo y la publicación pagada bajo el agua no es la excepción.

Los esfuerzos desde la Coordinación de Comunicación social de quien se conoce con sorna como la “vicegobernadora”, por contrarrestar una andanada que se profundiza y crece, son infructuosos. El chocholeo pagado es insuficiente para ocultar lo obvio que recogen las voces críticas.

Nadie es monedita de oro y esta, tiene dos caras, reflejándose en una abierta polarización en la confrontación de fuerzas políticas e intereses, personales y de grupo. Nadie quiere dar su brazo a torcer, lo que por muchos se considera una pésima actuación del gobernador y sus empleados, lo mismo en la administración que en el partido que le da cobijo, tiene para bien o para mal suficiente tela de donde cortar.

Entre lo deseable y lo posible siempre existe una prudente distancia. ¿Qué tanto? La que se percibe en el imaginario colectivo. Percepción es política, y esta arroja números rojos para la actual administración pública estatal y sus correlativas edilicias.

El Dr. Javier Duarte pudo haber sido mejor gobernador si, de entrada, hubiese comprendido a fondo aquella vieja máxima que reza que el poder no se comparte. El no haber cortado a tiempo el cordón umbilical que le vincula a su padrino, mentor y amigo, lo perdió. Hoy paga las consecuencias, Fidel Herrera se montó en el gobierno duartista como estratega electoral y como factor de poder real, en tales términos corre de bote en bote el rumor sobre una percepción que retroalimenta a un imaginario popular que a falta de transparencia y rendición de cuentas en la administración, ve en el gobierno el origen de todos los males.

Paradójicamente, a mayor uniformidad y abundancia con la que machaconamente se divulga lo que hace, piensa o deja de hacer el gobernador, mayor es el malestar que genera en amplios sectores de la opinión pública que, a las portadas y primeras planas de la prensa han dado en llamar “tablero de anuncios de ocasión”.

En su oportunidad, desde hace más de un año, se señaló en esta columna. La estrategia comunicacional del gobierno que encabeza el Dr. Duarte, sirve para dos cosas: para nada y para engrosar el bolsillo” de un selecto grupo de dueños de medios informativos y texto servidores acurrucados a la sombra de la Sra.  Gina Domínguez. El exceso de imagen, el chocholeo desmedido, la lambisconería a ultranza no construyen positiva opinión, irritan y operan en contra de los buenos propósitos gubernamentales.

Tanto se abusó en el pasado reciente del color rojo y la demagogia, como hoy de las medias verdades y medias mentiras, del discurso y letra de molde del estado prospero y del “adelante” para todo, que el slogan electoral del bloque partidista que encabeza el PRI de antemano ha perdido encanto, aceptación e impacto. Si hay que ir para adelante, que no sea con el PRI, propala la oposición en abierta referencia al programa insignia del duartismo y bandera proselitista de la alianza electoral  gobiernista.

Como suele suceder, todo mundo calla, todo mundo cuchichea en voz baja. Nadie se atreve a pagar el precio de hablar en voz alta, salvo en el medio de un proceso electoral en el que todo lo que se dice se inscribe en el marco del libre juego democrático partidista. El propio gobernador se refiere a la crítica como parte del folklore electoral, sin sopesar sustento y argumentación que esta conlleva, mientras se deja envolver y llevar por el elogio cortesano que se paga con recursos públicos.

Sin embargo, en las actuales circunstancias que viven políticamente el país y la entidad, el recurrir a la salida fácil del discurso triunfalista sin atender con eficacia aquello que el rumor popular cuestiona, tiene un costo político sobre el que el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa debería preguntarse: ¿valdrá la pena?.- Xalapa, Ver., marzo 24 de 2013

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Las redes sociales ni por asomo son una panacea en materia de comunicación de masas. Son simplemente, por un lado, instrumento reflejo de la realidad percibida de quienes acceden a éstas y, por otro, expresión virtual del libre juego de intereses económicos y políticos de todo tipo que valiéndose de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, (TIC´s) inciden con información o desinformación, medias verdades, medias mentiras o, de plano, mentiras que contribuyen al mantenimiento sistémico del control de las clases dominantes sobre las subordinadas.

Queda a criterio de cada quién aceptar, rechazar o ponderar los mensajes que en las redes se generan, ignorándolos, enriqueciéndolos o reproduciéndolos para conocimiento de otros.

Lo único que les diferencian de los medios impresos o televisivos es su socialización; todo mundo con acceso a Internet puede ser lo mismo emisor que receptor del mensaje, interactuando en un proceso de multiplicación  geométrica de la información tan amplio como relevante para un grupo en específico o para la sociedad en su conjunto, pueda ser el mensaje emitido y el interés por difundirlo.

Así que no procede sobrevalorar el papel de las redes en los procesos políticos y, mucho menos satanizarles, antes de entender su dinámica como herramental al servicio de la sociedad. Lo mismo podría decirse de los mensajes emitidos, si no los ponemos en contexto y entendemos que si hoy destacan libertinaje y procacidad en mucho del contenido de los textos ampliamente difundidos en las redes sociales, no es otra cosa que parte de un proceso de apertura de libre expresión por siglos reprimido. Parte de un proceso liberador que nos permite distanciarnos del propósito sustantivo de los medios de comunicación impresos o electrónicos tradicionales al servicio de los círculos de poder de las clases dominantes, cuya función social es de inducción y control de la opinión pública bajo el supuesto de que hablan en nombre de ésta.

No es circunstancial, entonces, que sea a través de las redes sociales en donde sea concretado por la sociedad el derecho a la libre expresión y, de ahí, el interés de gobiernos, partidos políticos y poderes fácticos por controlar, reglamentar o satanizar un herramental que consideran pernicioso para sus fines.

Llegará el día en que contenido y lenguaje tomen por sí mismos sus mejores cauces, elevando y enriqueciendo el nivel de la información y la comunicación, atendiendo a un legítimo interés por democratizarle en el mejor sentido de la palabra. En tanto ese día no llegue, hoy por hoy a mi juicio es el mejor instrumento del que se vale la población para informarse a sí misma. Luego no cabe escandalizarse y mucho menos condenar a priori lo que en última instancia es reflejo del nivel cultural de masas que nos ha sido impuesto.

Antes que el desgarre de vestiduras, medios impresos, televisivos, periodistas, educadores y políticos, tendrán que preguntarse que tipo y de que calidad son los contenidos de los mensajes que unilateralmente emiten, como para que estos sean rechazados por una población receptora que desconfiando de los medios tradicionales, desafiándolos opta por caminos alternativos de información y comunicación por ahora ya en manos del  “nosotros”.

Es el “nosotros” socializante y democratizador que se expresa en las redes sociales ó el “ellos” con su talante unilateral, impositivo, autoritario y enajenador, como de manera destacada lo han puesto sobre la mesa los jóvenes universitarios en México y su movimiento #yosoy132.

En este marco de referencia fruto de mi reflexión personal, me llama la atención que no pocos personajes de la prensa y la política se escandalicen porque a través de las redes sociales se pretenda por algunos “perniciosamente” imbuidos por un odio malsano, “dividir a México”. Sin parar mientes en que lo que observamos en la Internet es simple reflejo de una realidad ya inaceptable de un México dividido en mil pedazos.

Dividido en lo económico, en lo social, en lo educativo y cultural, en lo político, es hoy un vitral digno del mejor artífice renacentista hecho añicos. Nada nos une, la política como expresión democrática de la búsqueda del bien común y, por tanto, elemento aglutinador en pensamiento y acción para hacer de la suma plural de las partes el todo nacional, no sólo ha fracasado en el intento, es el principal y sustantivo elemento de ruptura que ha hecho de la obra de arte un sin fin de tepalcates dispersos que en nada nos enorgullecen.

En la realidad virtual del ciberespacio ó en la realidad concreta pie a tierra, hombres y mujeres de carne y hueso lo perciben y lo viven como propio. No es ocioso el que el aún candidato del PRI a la presidencia de la república, sabedor de su precariedad social, salga a decir, entre otras barbaridades muy propias de su también precariedad cultural y política, que: “Lo que menos podemos permitir es que se haga de la democracia una forma que divida y genere enconos entre la sociedad; por el contrario, debemos reconocer que en la competencia es válido que la gente tenga preferencias, pero también debe existir la civilidad para saber reconocer la preferencia mayoritaria».

Afirmación de Peña Nieto en la que reconoce la diversidad que divide, entre otras de preferencias en lo electoral pero, a su vez, miente, promoviendo más del encono que condena y no la deseable unidad nacional que desea como aceptación a su aun presunto mandato. Llegaría a la presidencia de México como candidato de la primera minoría triunfante en los comicios y no como el electo por la preferencia mayoritaria. Somos los mismos mexicanos por acción u omisión y no la democracia, abstracción utópica de un voluntarioso deseo, los que dividimos y polarizamos, en un escenario de encono que enfrenta  inconformidad y protesta por  un estado de cosas dado, a simulación, continuidad e imposición de quienes se resisten al cambio.

Es el viejo régimen que ni termina de morirse ni da paso a una vida nueva que imprima renovados cauces a la vida nacional, quien divide, genera odios y propicia el encono, impidiendo el recoger los tepalcates hoy dispersos en todo el territorio nacional. Más no, por favor, el contenido y lenguaje procaz que se expresa en libertad en las redes sociales. Mérida, Yuc., agosto 26 de 2012

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López Obrador es la opción

La frase “30 millones con AMLO” genera polémica en las redes sociales

El Informador

GUADALAJARA, JALISCO (17/DIC/2011).- Después de que el único candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, anunciara por medio de Twitter sobre la supuesta muerte del ex presidente de México Miguel de la Madrid, varios ‘tuiteros’ reaccionaron en contra del político. Cerca de las 14:30 de la tarde el candidato publicó en su cuenta de twitter: «Lamento el fallecimiento del Ex Presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado. Mis condolencias para su familia». Peña Nieto tardó 41 minutos en corregir la información que había publicado con un ‘tuit’ que decía: «Me informan que el Ex Presidente Miguel de la Madrid no ha fallecido. Se encuentra delicado de salud. Mi solidaridad con su familia».

Proceso

JALAPA, Ver. (apro).- El Juzgado Segundo de Distrito dio entrada hoy a un recurso de amparo promovido por la defensa legal de los “tuiteros” María de Jesús Bravo Pagola y Gilberto Martínez Vera, acusados por el gobierno estatal de los presuntos delitos de terrorismo y sabotaje por difundir mensajes en las redes sociales sobre presuntos atentados del crimen organizado en escuelas de la entidad.

El acuerdo fue publicado en estrados el pasado miércoles 7, bajo el expediente 1231/2011, informó el abogado Fidel Ordóñez Solana, quien agregó que el Poder Judicial citó a las partes involucradas -el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Reynaldo Escobar Pérez, y a los acusados-, a la audiencia constitucional que se llevará a cabo a las 14:00 horas del 23 de septiembre próximo.

Asimismo, emplazó a las autoridades señaladas como responsables de violar las garantías constitucionales de los acusados, a entregar “informes justificados” en un término de tres días, que acrediten la existencia del acto reclamado y aquellas que sirvieron de base para emitirlo.

En caso de no cumplir o hacerlo de manera extemporánea, subrayó, “al resolver el fondo del asunto, les será impuesta multa por el equivalente a 30 días de salario mínimo general vigente en la zona geográfica”, con fundamento en diversos artículos de la Ley de Amparo.

El pasado lunes 5, la defensa jurídica interpuso el recurso de amparo a favor de los acusados de haber difundido el 25 de agosto, a través de Twitter y Facebook, textos que alertaban sobre supuestos atentados en centros escolares. Luego de esa acción, fueron detenidos y consignados por la PGJE, días después una juez del fuero común dictó auto de formal prisión en su contra.

El amparo fue interpuesto por la defensa de los cibernautas contra el auto de formal prisión, por considerar que fue violado el derecho a la libertad de expresión por haber expresado algunas ideas en sus cuentas de Twitter y Facebook, explicó Ordóñez Solana, que calificó la detención de sus defendidos como un “exceso de autoritarismo” de parte del gobierno de Javier Duarte.

En este sentido, la defensa jurídica reclama la violación “flagrante e inminente”  a la libertad de expresión que protege la Constitución mexicana, así como los artículos 7 y 19, y demás relativos al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, suscritos por el gobierno mexicano en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Lo que hizo el gobierno del estado con esta medida, dijo el abogado, fue lanzar un mensaje con la detención de estas personas para que los ciudadanos dejen de expresar sus puntos de vista e informen, a través de las redes sociales, lo que realmente está pasando en el tema de la violencia ante la presencia del crimen organizado en Veracruz.

Amnistía Internacional señaló que a la periodista María de Jesús Bravo Pagola y al maestro Gilberto Martínez Vera se les ha negado acceso a un proceso judicial justo.

 Milenio

 Ciudad de México • Amnistía Internacional consideró injusto y violatorio de la libre expresión la detención de María de Jesús Bravo Pagola y Gilberto Martínez Vera en Veracruz, por cargos de terrorismo, relacionados con publicaciones en redes sociales.

Luego de que un juez consideró este miércoles que sí hay elementos para iniciarles proceso, el capítulo mexicano de AI señaló que es preocupante que se detenga a dos personas, por lo publicado en Twitter y Facebook.

En un posicionamiento sobre el tema, el organismo internacional de derechos humanos también señaló que a ambas personas se les ha negado acceso a un proceso judicial justo.

Recordó que la periodista Bravo Pagola y el maestro Martínez Vera, fueron detenidos el viernes en el Puerto de Veracruz, acusados de circular (el día anterior) rumores de que delincuentes atacarían escuelas, lo que desencadenó reacciones de pánico por parte de padres de familia.

Conforme al Código Penal del estado, se les acusó de terrorismo y sabotaje, para después ser trasladadas a Xalapa, donde se les mantuvo incomunicados por 60 horas, además de que se les presionó para admitir delitos que ellos dicen no haber cometido.

“No existe aparentemente evidencia de que ambos estuvieran involucrados o fueran cómplices en actos de terrorismo o sabotaje”, señala Amnistía.

El organismo internacional justificó que, ante la creciente violencia en Veracruz, los rumores que circulan por las redes sociales, “son parte del intento de las personas por protegerse a sí mismas, ya que existe muy poca información fidedigna”.

Además, señaló que es responsabilidad de las autoridades difundir información correcta y confiable sobre las medidas que están tomando para proteger a la población.

 

Sin juicio de por medio, Secretario de gobierno señala como delincuentes a «tuiteros» presos 

 Ante el escándalo suscitado por el auto de formal prisión dictado por un juez contra dos twitteros que propagaron mensajes sobre posibles atentados en centros escolares de la entidad, el gobierno del estado argumentó que no se está limitando la libertad de expresión, «sino juzgando a dos delincuentes». A través del secretario de gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, el gobierno de Javier Duarte aseguró que con el fallo dictado por la juez Beatriz Rivera Hernández contra María de Jesús Bravo Pagola y Gilberto Martínez Vera, «no se está juzgando a twitteros sino actos delictivos que atentan contra el orden social». E-Consulta


Crónica del poder

Este sábado, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz, informó que en seguimiento a la Investigación Ministerial 340E/2011, consignaron al juzgado en turno a los ciudadanos Gilberto Martínez Vera y María de Jesús Bravo Pagola como probables responsables de los delitos de Terrorismo y Sabotaje, previstos y sancionados en los numerales 311 y 314 del Código Penal vigente de la entidad.

Dos cibernautas fueron consignados ante un juez como probables responsables de los delitos de terrorismo y sabotaje, pues son señalados por el Gobierno de Veracruz de generar rumores falsos en las redes sociales que provocaron temor el pasado miércoles en las ciudades de Veracruz y Boca del Río.

El Ministerio Público consideró tener suficientes pruebas contras los dos cibernautas, entre ellos una ex funcionaria del anterior gobierno, por lo que decidió consignarlos ante un juez, quien decidirá si son culpables o inocentes.

Las dos personas son señalas de haber iniciado rumores el pasado miércoles sobre presuntos ataques del narcotráfico en contra de escuelas públicas de la zona turística de Veracruz y Boca del Río.

Los rumores generaron que miles de padres de familia acudieran a escuelas a recoger a sus padres y que decenas de estudiantes se refugiaran en escuelas ante supuestamente un inminente ataque.

De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia, se trata de Gilberto «N» y María de Jesús «N», esta última ex directora de Actividades Artísticas y Culturales de la Secretaría de Educación de Veracruz, quienes se encuentran recluidos en el penal de Pacho Viejo, acusados de los delitos de terrorismo y sabotaje, previstos en el Código Penal del Estado.

La Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI) logró ubicar las cuentas y usuarios iniciales que generaron estas actividades y que propagaron los falsos mensajes.

La dependencia establece que llevó a cabo diligencias periciales de química forense, perfil psicológico, informática forense, dactiloscopía y dictamen de información de teléfonos celulares y equipos de cómputo «los cuales se tienen como prueba plena de que los indiciados enviaron mensajes desde estas unidades».

«En la presentación correspondiente, los indiciados confesaron y aceptaron haber incurrido en el envío de información alarmista a través del twitter y facebook», señala un boletín oficial.

La Procuraduría establece que de las constancias de la indagatoria, se acredita que los detenidos tenían la intención de trastornar la vida social, económica y educativa del Estado.

De Interés Público 

Emilio Cárdenas Escobosa

La psicosis está instalada entre nosotros. Y no es para menos: la sucesión de hechos violentos, sobre todo en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, con un saldo notable de muertos y heridos entre sicarios, elementos de seguridad y ciudadanos inocentes, así como la puesta en marcha de aparatosos operativos de vigilancia de las fuerzas castrenses, tienen a la gente con el  Jesús en la boca. Por eso la rumorología desatada este jueves en aquella zona de la entidad encontró campo fértil y causo estragos en el ánimo colectivo.

Padres de familia aterrorizados que corrían a recoger a sus hijos a la escuela; directivos y maestros cancelando actividades y dejando salir a los educandos, incluso de las universidades; usuarios de redes sociales haciendo eco de un sinfín de versiones disparatadas, no hacían sino dar forma al fantasma que roba el sueño a los veracruzanos. Y ese fantasma, construido con retazos de las escasas notas de prensa que abordan la violencia criminal, con rumores y comentarios de boca a boca de ciudadanos que en un afán de autoprotección intentan alertar a otros de los peligros que se ciernen en las calles y terminan por alimentar una espiral de desinformación, con el zigzagueante discurso oficial que un día dice que el crimen organizado está entre nosotros y se le combatirá con toda la fuerza del estado y al otro señala que vivimos en paz y que aquí no pasa nada, se nos apareció, o más bien se le manifestó con crudeza al gobierno de Veracruz.

La combinación del sentimiento de vulnerabilidad de la gente y la notable crisis de credibilidad gubernamental en el tema de la inseguridad dieron por resultado el caos vivido este jueves que llevó a la Procuraduría de Justicia del Estado a echar mano del delito de terrorismo para iniciar indagatorias contra los usuarios de las redes sociales que difundían versiones de atentados en escuelas, coches bomba o balaceras.

Con todo y los comunicados de prensa y declaraciones, lo mismo del Secretario de Educación Adolfo Mota que del propio gobernador Javier Duarte, enfatizando que está garantizada la seguridad de los alumnos en las escuelas del estado, en las redes sociales el pánico se alimentó y se sigue atizando con versiones diversas. Incluso el anuncio del inicio de acciones legales en contra de los twitteros que iniciaron la bola de nieve desinformativa, ha sido tomado con ironía, como una manera de salir al paso de la crisis, o disuadir a los cibernautas más críticos, dejando intocados a los verdaderos causantes de la situación de inseguridad, tal y como puede uno leer en comentarios de muchos, muchísimos usuarios, que bajo la lógica conspirativa también tendrían que ser investigados.

El problema central de todo esto es la falta de credibilidad de la población al discurso oficial. El desaparecer la información de los enfrentamientos y demás hechos violentos en los medios de comunicación, sea por censura o autocensura, ha convertido a las redes sociales como Facebook y Twitter en los vehículos de información de la mayoría de la gente, que -asustada, y con razón por la ola de criminalidad- cree a pie juntillas lo que ahí, responsable o irresponsablemente, se difunde.

El problema de comunicación gubernamental en este caso es muy serio. No debe perderse de vista que en tiempos de incertidumbre lo común es que los rumores se extiendan como reguero de pólvora y más cuando en la sociedad moderna las redes sociales juegan un papel fundamental en la comunicación al instante, en tiempo real, de lo que ocurre.  Por lo que ante la carencia casi absoluta de credibilidad de lo que informan los medios convencionales de comunicación, un comentario o muchos reportes de los cibernautas pueden adquirir proporciones enormes y dañinas, independientemente de su veracidad.

Sabemos que el ciudadano es desinformado por tradición y que la confirmación de los sucesos era tomada por buena siempre que la diera la prensa escrita o el famoso conductor los noticiarios televisivos o radiofónicos, pero ante el quiebre de la confiabilidad de éstos queda un vacío informativo que es llenado justamente por los “reporteros” de las redes sociales.

Ante una realidad de violencia que ahí está por más que se le quiera ocultar, y la falta de información de la gente derivada del hartazgo ante el idílico panorama que pintan los diarios locales, con sus loas al gobernante y a todo lo que diga o haga, o las intrascendentes notas de los noticiarios televisivos locales, lo que digan en las redes sociales hay que creerlo, “porque ahí está la verdad que nos ocultan”. Si la crisis de credibilidad en el gobierno es notable, la de los medios de comunicación veracruzanos ya toca fondo.

En materia de comunicación, al igual que en política, los vacíos se llenan. Con versiones disparatadas, malintencionadas o producto del miedo de la gente, pero se llenan.

La ausencia de una eficaz política de información en tiempos de crisis está dejando espacio a otras voces, a múltiples versiones de lo que los medios no pueden o no quieren ya decir. Es el precio de una errática comunicación gubernamental y no únicamente de “terroristas” informáticos.

Tan fácil que sería  monitorear las redes sociales, reaccionar a tiempo, liberar a los medios de comunicación cautivos y alentar la libertad de expresión. Sin eso, por más comunicados de prensa o declaraciones que se emitan y aparezcan en primera plana, ya pocos les creen.

jecesco@hotmail.com

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Pulso Crítico

J. Enrique Olivera Arce

Dejada llevar por la desinformación mediática, nuestra aldeana clase política toma como paradigma comunicacional a las “redes sociales” y su papel en la campaña electoral y elección de Barack Obama, como presidente de EE.UU. A cual más de nuestros políticos, orgullosos se vanaglorian de contar con un sitio en Facebook, en Twitter, etc., etc., a través del cual pretenden lo mismo darse a conocer promoviendo su imagen, que ganar adeptos a sus aspiraciones de ascenso en la vida política del país y, en nuestro caso, de Veracruz. Obteniendo como respuesta, en el mejor de los casos, una modesta y tímida mentada de madre de algún despistado internauta que bien puede residir en Santiago de Chile, Puerto Rico ó Hong Kong..

Si el hoy presidente norteamericano tuvo éxito en su estrategia comunicacional a través de la internet, no fue como resultado de la espontaneidad de internautas desconocidos que encontraran per se en el candidato la mejor opción para gobernar a su país. Redes sociales, páginas web y blogs, tras un meticuloso análisis de su penetración e influencia, sobre todo en las nuevas generaciones de votantes potenciales familiarizadas ya con las nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), se adoptaron por el Partido Demócrata como instrumento de campaña con un propósito, , objetivos y metas claramente definidas; promoviendo y auspiciando el debate en red sobre propuestas concretas de su candidato presidencial y del adversario republicano, convenciendo a los indecisos; organizando a sus propias fuerzas en áreas y sectores específicamente determinados,  y fortaleciendo la campaña de financiamiento con aportaciones de varios cientos de miles de seguidores en red. Tarea que en el espacio virtual no hubiera tenido éxito sin la organización, estructura y movilización ciudadana en el mundo real.

En el actual proceso electoral en la entidad, el uso de la red de redes y, específicamente las llamadas “redes sociales”, no se observa nada de lo anterior. Aspirantes a la gubernatura, a diputaciones y alcaldías, lejos de encontrar mediante las nuevas tecnologías comunicacionales foro propicio para sus propósitos electorales, son víctimas en el ciberespacio de la espontaneidad anónima de detractores gratuitos que encuentran oportunidad de desahogo social mediante la ofensa de mal gusto, la calumnia y la descalificación a priori. Propiciándose más que el enriquecimiento de la política y la participación democrática de la ciudadanía en la internet, su paulatina pero constante denigración; así como el repudio generalizado para quienes profesionalmente tienen a la “representación popular” como modus vivendi.

Para infortunio de quienes recién se valen, -a la “pela vaca” como le dicen coloquialmente los tabasqueños a la improvisación-, de las “redes sociales” para promoverse, en el pecado llevan la penitencia. Es más lo que reciben en contra que lo que esperaban recibir de un auditorio, en su mayoría de jóvenes, desencantado y frustrado. En primera y última instancia, del mundo virtual obtienen lo que sembraran en el mundo real. Si la estrategia comunicacional de partidos políticos y candidatos es de declarada “guerra sucia” mediática, “guerra sucia” cosechan en la internet. No hay de otra.

También, para infortunio de la libertad de expresión en Veracruz, algunos sedicentes periodistas toman el camino fácil de la diatriba, la injuria y la calumnia, valiéndose de las “redes sociales”, el correo electrónico, páginas web y teléfono celular, se asumen beligerantes en la “guerra sucia”, sin más motivación que volcar resentimiento o satisfacer apetitos económicos personales pretendiendo quedar bien con el partido, candidato o candidatos que mejores expectativas les ofrecen en la coyuntura electoral o en un aún incierto futuro. Tal intencionalidad se percibe de inmediato en la red. Así que podrán obtener simpatía entre lo más atrasado, política y moralmente pero, a muy corto plazo, serán desechados por indeseables, como es el caso de aquellos que colocándose al mismo nivel que Cesar del Ángel y sus “cuatrocientos pueblos”, calumnian con impunidad absoluta y sobre pedido a uno u otro candidato a la gubernatura.

Pero no para ahí la cosa. Lamentablemente entre los jóvenes “blogueros” veracruzanos, con un  amplio camino andado en el respaldo nacional al ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, desvirtúan su labor tendiente a romper el cerco informativo alejándose de sus propósitos iniciales de difusión y organización. Observándose que incurren en lo mismo que han venido denunciando y condenando, al sumarse a la guerra sucia que domina al actual proceso electoral en Veracruz; haciendo suya la injuria y la calumnia, como herramental político en red, perdiendo influencia y credibilidad ganada a pulso en más de cinco años de lucha en el ciberespacio. Lamentablemente, tal conducta ni contribuye al fortalecimiento del movimiento social independiente ni ayuda a la formación política de los seguidores de AMLO. Les invitaría a reflexionar y corregir  en bien de la dignificación de la política y de la participación consciente de la juventud en su búsqueda de mejores derroteros.

Todo lo anterior viene a cuento ante el cúmulo de mensajes electrónicos basura que inundan nuestros buzones, en su mayoría pedestres bacinicazos electoreros, así como un cada día mayor número de invitaciones de conocidos políticos a sumarnos a tal o cual sitio de las redes sociales en la internet, sin más propósito que hacernos partícipes del cotidiano insulto a la inteligencia de inermes votantes potenciales.

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