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Pulso crítico

Enrique Olivera Arce

 Día Internacional de la mujer: Nada que celebrar, sin distingo de género millones de seres humanos son excluidos negándoseles respeto, bienestar y libertad.

Si de algo deberíamos estar seguros es de que nadie en el exterior va a sacar a México del bache. El recuperar aliento y rumbo es tarea de los mexicanos y de nadie más. El primero que debería reconocerlo es sin duda el presidente Peña, si la obcecación por imponer con calzador sus presuntas reformas estructurales se lo permitiera, más no es así, a pesar ya no sólo de señales ominosas que colocan al país en un escenario nada optimista. El horno no está para bollos, siendo más que obvio que el complejo problema por el que atravesamos es de orden interno y no de política exterior.

El Sr. Peña lo reconoció en Londres: “México está plagado de incredulidad y desconfianza”. No es de gratis tal afirmación, sabe y lo sabe bien de cuál es el nivel de la crisis de confianza por el que traviesa el régimen político, las instituciones republicanas y su propia administración, pesando más el desprestigio que todas las bondades que como panacea neoliberal pueda ofrecer su gobierno.

El acabose sería si el mandatario no estuviera ampliamente informado de causas y consecuencias de una crisis que, tocando fondo, no genera escenario y clima de credibilidad y aceptación requerido para profundizar en la conformación de un modelo de país que no se corresponde con la dialéctica del subdesarrollo de un México que, históricamente dependiente de su vecino del norte y con finanzas públicas petrolizadas, a mayor esfuerzo por alcanzar niveles aceptables de crecimiento económico, educación y formación de recursos humanos acorde con los avances científico técnicos, inclusión y bienestar para su gente, mayor es la brecha de desigualdad y pobreza.

López Portillo lo intentó, tratando de convencer que la tarea para México era administrar la abundancia. El resultado de su gestión fue mayor pobreza, desigualdad y despilfarro del potencial nacional. Carlos Salinas, con la firma del TLC, aseguró que pisábamos ya los umbrales del primer mundo, debiendo tragarse sus optimistas palabras frente a los pésimos resultados de una política equívoca que sólo dejó mayor corrupción, saqueo, impunidad, pobreza, desigualdad y mayor dependencia del exterior comprometiendo soberanía y riqueza nacional.

La transición política, con Vicente Fox y Felipe Calderón no fue la excepción, profundizándose y agudizándose las contradicciones internas, con el agravante de una mayor presencia de un no tan nuevo pero tolerado fenómeno, el de la violencia criminal y la penetración de la delincuencia organizada en las esferas del poder y la seguridad.

Y ni qué decir de Miguel de la Madrid, instaurador del modelo neoliberal impuesto desde Washington, cuyo discurso de combate a la corrupción quedó en eso, palabras que el viento se llevó, propiciando incredulidad y desconfianza en el régimen.

El pueblo tiene memoria. Sabe bien que el discurso sin hechos concretos que le avalen, no merece confianza y credibilidad. ¿Por qué debe creer y confiar cuando ya no sólo es percepción en el imaginario social, sino realidad concreta el deterioro de la vida pública y el empobrecimiento de las magras economías de las mayorías?

Como recientemente expresara el diputado federal veracruzano Alejandro Montano en un diálogo sostenido con los integrantes de la Asociación Otero Ciudadano en la capital veracruzana, el sano equilibrio entre percepción y realidad está roto. Y no precisamente como el político veracruzano lo sugiere, cargándole la responsabilidad a una llamada sociedad civil poco informada y manipulada que se resiste a creer en la bondad de su gobierno. El peso específico de una percepción que se sustenta en hechos concretos de la realidad cotidiana, es mayor que todas las promesas incumplidas y optimistas panaceas, sobre un futuro próspero basado en reformas que, a más de no tocar lo sustantivo, fortalece una histórica e injusta estructura económica y social que socializa las pérdidas pagando el pueblo los platos rotos, y privatiza las ganancias en beneficio , legal o extra legal, de unos cuantos entre los que figura el número dos entre los hombres y mujeres más ricos del planeta.

Al presidente norteamericano Bill Clinton sus críticos no se mordieron la lengua con la ya clásica frase: ¡Es la economía estúpido! Marcándole en donde debería ponerse el énfasis en tiempos de crisis.

Al Sr. Peña Nieto habría que señalarle que no es la economía o sus reformas presuntamente estructurales lo determinante para intentar salir del subdesarrollo, sino entender la historia de México y del régimen político que deviene de esta, para actuar en consecuencia.

Insisto en que, a mi juicio, es la política política la que debería ponerse en primer plano. Sin el rescate de ésta, bien poco o casi nada puede lograrse si de reconstruir tejido social, confianza y credibilidad se trata. Aceptar que “México está plagado de incredulidad y confianza”, queda en el discurso, si tras reconocer este fenómeno político y social el sector público no genera hechos concretos que abatiendo desigualdad, pobreza y corrupción impune, modifiquen percepción y realidad.

La confianza en un gobierno se construye y se gana, no se impone por decreto.

La burra no era arisca… reza la conseja popular aplicándose en cada retomar memoria histórica frente a crisis recurrentes. Hoy día la crisis multidimensional ha sentado sus reales en México, el pueblo lo percibe, el gobierno lo niega y la realidad lo confirma. Nada ni nadie puede hablar de recuperar confianza y credibilidad, sin que se le voltee el chirrión por el palito. Más que buscar dinero para endeudar más a PEMEX así como recuperar el prestigio perdido, en Gran Bretaña el Sr. Peña debería haber volteado la mirada a descontento, reclamos, protesta, hartazgo y resistencia de su pueblo. A este es al que hay que atender y convencer, no a la realeza europea o a un volátil capital extranjero que por principio y atendiendo a sus propias contradicciones e intereses, desconfía del México bronco y violento cuya negativa imagen le da una y otra vez la vuelta al mundo.

Mientras esto no suceda, el régimen político vigente en su obsolescencia, sin el pueblo de México está perdido, arrastrando consigo al país entero.

Hojas que se lleva el viento

¿Qué obtuvo Peña Nieto de su visita de Estado a Gran Bretaña? Más desprestigio, más desconfianza, más incredulidad, más endeudamiento para el país y, sin duda, descalificación por parte de los poderes fácticos norteamericanos que no ven con buenos ojos se incremente presencia europea o china en su traspatio.

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Investigadores de la Universidad Veracruzana, con base en estadísticas oficiales, ofrecen una radiografía puntual del desempeño económico de la entidad, diagnosticando ya no sólo la enfermedad terminal de una administración pública quebrada que se debate entre corrupción simulación e impotencia, sino que también ponen el dedo en la llaga exhibiendo a un Veracruz que está muy pero muy lejos de ser un estado medianamente próspero como así se cacaraquea en el boletín de prensa oficial que alimenta cotidianamente a los medios informativos.

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Colmando el plato, el gobernador de Veracruz anuncia a bombo y platillo que el despido masivo en PEMEX no afectará a la entidad, ya que los desempleados encontrarán ocupación en las nuevas fuentes de trabajo que con inversiones multimillonarias de capital extranjero, aterrizarán en la entidad gracias a la reforma energética.

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La enfermedad crónica de la grilla electoral que padece el pueblo veracruzano, no logra ocultar o acallar descontento, hartazgo y resistencia frente a un estado de cosas que bien merece el calificativo de desastre. Paradójicamente, entre más se pone el énfasis mediático en el proceso electoral en curso mayor es el rechazo al gobierno, a los partidos políticos contendientes y a los candidatos espurios designados desde la cúpula partidocrática.

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La frase del día: “Mientras Duarte de Ochoa no salpique a empresarios destinando recursos frescos a obra pública, e insista en cancelarle convenios de propaganda a la prensa oficialista, tendrá que enfrentarse a la radicalización de la “crítica”.

Si para la prensa oficialista no pasaba nada, coreando al que dicen gobierna en Veracruz, esto se acabó. “No hay dinero”, la suspensión de convenios de propaganda, de prebendas y canonjías para los propietarios de los medios y el borrón y cuenta nueva en la política de pagos del gobierno estatal a la prensa, se reflejará en un unos cuantos días en la líneas editoriales. Círculos rojos, azules y tornasoles se multiplicarán a lo largo y ancho de la entidad, con consecuencias electorales poco gratas para el PRI, sus aliados y sus espurios candidatos que quedarán exhibidos como lo que realmente son. No hay enemigo mayor que un hijo ingrato o un empresariado periodístico al que se le aleja la batea. Al tiempo.-

Xalapa, Ver., marzo 8 de 2015.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“… Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez…” (Galeano 1971, Las venas abiertas de América latina)

Para los ciudadanos de a pie dos cosas deberían quedarnos claro: ni las presuntas reformas estructurales de Peña Nieto van por sí mismas a generar crecimiento, desarrollo, estabilidad, justicia social y fortalecimiento de la democracia, como tampoco las estadísticas sobre el comportamiento aleatorio y coyuntural de la economía, reflejan fielmente la profundidad tanto de una realidad adversa a la mayoría de los mexicanos como de la percepción que de esta anida en el imaginario colectivo.

En el papel se pueden asentar muchas cosas. Las palabras y los números son unos y los hechos, resultados concretos pie a tierra, son algo muy distinto cuando de evaluar el desempeño de un país se trata.

Luego es de considerarse que no podemos confiar ni en los desplantes triunfalistas del Secretario de hacienda, el coro oficialista y la partidocracia que ha sentado sus reales en el Congreso de la Unión, ni en los números duros asentados en estadísticas oficiales, fruto de muestreos aleatorios, por muy profesionales que sean estos, cuando la terca realidad se impone por sobre la relatividad de lo que se dice y lo que no se dice.

De lo que seguramente si podemos estar ciertos, es que pese a la palabra fácil y el juego de números oficiales, ante la opacidad y desinformación respecto al desempeño real de la economía y lo que socialmente a ello concierne, cada quien habla según le va en la feria. De ahí que se observen serias contradicciones entre lo que declaran Peña, Videgaray, Cartens y el INEGI y no quedándose atrás lo que la partidocracia en lo general y en lo particular asegura tras haber aprobado –de espaldas a sus presuntos representados- reformas constitucionales que no aterrizan.

Y lo más significativo, lo que declaran actores económicos y organizaciones sociales en este escenario de contradicciones e incertidumbre, en lo que a su particular entender les afecta o beneficia en el entorno de una economía a todas luces precaria navegando en las turbulentas aguas de lo incierto.

Torre de Babel

Todos hablan desde el balcón cupular y, como en una Torre de Babel, nadie se entiende ni todos entienden en dónde estamos y por cual derrotero camina México. Pasándose por alto realidades concretas reflejadas en sus propios números, como el hecho de que en un mercado interno deprimido la fábrica nacional opera al 40% de su capacidad instalada (Canacintra / Diario Mx 22/05/2014), no obstante contar el país con cerca de 120 millones de consumidores potenciales. Realidad real o virtualmente simulada que en detrimento del empleo, salarios remunerativos, bienestar familiar y captación fiscal suficiente para atender la demanda creciente de obras y servicios públicos, pesa más en el imaginario popular que los dimes y diretes en relación al comportamiento de un Producto Interno Bruto Nacional que muy lejos está de reflejar desigualdad, ingreso y pobreza en la base de la sociedad mexicana.

Pie a tierra, más allá del discurso y las estadísticas, no se sabe a ciencia cierta de que se habla en las altas esferas del poder. Lo que sí se sabe es que no hay empleo y, cuando lo hay, el salario no alcanza para satisfacer necesidades básicas de supervivencia, reproducción y calificación de la fuerza laboral que el país requiere para crecer con índices aceptables de productividad.

Varias decenas de millones de mexicanos en su bolsillo y en su cotidiana penuria, miden, evalúan y sacan conclusiones: algo anda mal y no precisamente el volátil y contradictorio juego de palabras y de números que anima el desgarre de vestiduras en la cúpula; el país se hunde y no hay respuesta válida para remediarlo cuando corrupción y saqueo validados por un desquebrajado estado de derecho, tocan ya a la puerta de la economía familiar.

En la aldea

Y en este orden de ideas, en nuestra “próspera” aldea resulta hasta cómico escuchar el diálogo que auspiciara la Asociación Civil “Otero Ciudadano” el pasado miércoles 21 de los corrientes entre el alcalde de la capital veracruzana y actores destacados de la política, la prensa, los negocios y la academia.

Todos hablan, cada quien contemplándose su propio ombligo, atendiendo a sus particulares intereses e ignorando lo que Xalapa espera de sus propios habitantes y lo que estos esperan de su ciudad capital. El problema toral del Municipio fue evadido, “la gallina de los huevos de oro” se extingue en medio de un mercado interno regional deprimido; desigualdad y pobreza en galopante ascenso, así como un paupérrimo e injusto ingreso de la mayoría de las familias no auguran nada bueno para la capital veracruzana.

Este problema toral no se resuelve con florilegio verbal, inversión pública focalizada asistencial y clientelar, cemento hidráulico, funiculares y jardines floridos, Xalapa requiere de inversión productiva, fuentes de trabajo, empleo y una política salarial generalizada que asegure ingreso familiar digno y capacidad real de compra que estimule consumo, producción y reinversión. Todo lo demás viene por añadidura.

Para el alcalde Américo Zúñiga y para sus interlocutores, el tema de pobreza y desigualdad es tabú. Causalidad y consecuencias se ignoran olímpicamente. El diálogo transita por los caminos trillados de lo reiterativo y anecdótico; la prioridad hoy es sacar al buey de la barranca ofreciendo un ambiente urbano decoroso a los asistentes a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, compromiso gubernamental y no de los veracruzanos, pero con expectativas de protagonismo político y buenos negocios para unos cuantos.

La frase de moda, “pacto de participación ciudadana” y en torno a ella se teje y se desteje, mientras en Xalapa, cuatro ciudades en una, por inanición agoniza “la gallina de los huevos de oro” ante la indiferencia de sociedad y autoridades.

Hojas que se lleva el viento

Para Ripley. El alcalde de Xalapa cacarea su plan municipal de desarrollo para el cuatrienio y al mismo tiempo se felicita por el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo BID) para elaborar un diagnóstico preciso del municipio que gobierna. Interesante, primero se formula por encargo y valida por el Congreso local un costoso mamotreto denominado plan municipal y, a posteriori el diagnóstico que debería sustentarle. En mi pueblo a eso le llaman tirar el dinero a la basura. La metodología del BID para la planeación regional le llama improvisación y, para no quedarme atrás, yo le llamo simulación consentida con pinceladas de deshonestidad intelectual. En esas andamos.

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La revolucionaria tendencia en el mundo globalizado de la substitución paulatina pero firme del periodismo impreso por el digital, no ha sido ignorada en Veracruz. La información difundida en tiempo real ha tenido acogida en nuestra aldea lo mismo entre emisores que entre receptores del mensaje; trátese lo mismo de periodismo profesional, que del ciudadano que hace suyo el ejercicio de un derecho democratizador como el de la libertad de expresión, que antes de la socialización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) y la masificación del acceso a la Internet le fuera restringido.

Enmarcado en este innovador escenario, Alfredo Hákim Simón, Salvador Santoyo Ramírez (QEPD) y Emilio Cárdenas Escobosa, con entusiasmo y visión de futuro se sumaron a la tarea de contribuir a dar presencia en el mundo a la vida cotidiana de un Veracruz que pese a todo, con tropiezos y sobresaltos está de pie gracias a sus hombres y mujeres que con imaginación, voluntad y tesón productivo mantienen viva la llama de la esperanza. “Crónica del Poder”, fruto de esta iniciativa empresarial, cumple el próximo domingo primero de junio seis años de incursionar en la Red de Redes, destacando como un medio de comunicación plural, atractivo y de alto impacto. Desde estas líneas va nuestro reconocimiento solidario y sincera felicitación a sus hacedores.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

De acuerdo con las reglas del juego impuestas por la partidocracia, en materia electoral palo dado ni dios lo quita. Enrique Peña Nieto es presidente y no hay vuelta de hoja, por más que se compruebe a toro pasado que para asumirse triunfador de la elección presidencial del 2012, incurriera en falta al excederse en 12 veces el gasto de campaña autorizado. Con el estoque adentro sólo queda la satisfacción de que, en su oportunidad ante lo evidente una mayoría contestataria pusiera el grito en el cielo dándose por robada frente al fraude percibido.

Así que ni llorar es bueno. Sólo queda ante “el fraude”, ahora comprobado, del entonces candidato del PRI a la presidencia de la república, reconocer que de acuerdo a las reglas del juego vigentes su mandato es legal; pero no por ello es legítimo y, por tanto, obligado está el Sr. Peña a ganarse la confianza ciudadana con un buen desempeño.

Lo que obviamente no está haciendo al obtener en el corto tiempo de su gestión más rechazo que aceptación al imponer reformas legislativas presuntamente estructurales que, a más de impopulares, no están incidiendo positivamente en mejorías tanto en el orden económico como en un deteriorado tejido social dominado por la desigualdad, pobreza, inseguridad, corrupción y barruntos de gobernanza fallida.

Peor aún, la ilegitimidad de su mandato polariza a los mexicanos;  dividiéndoles más que acercarlos a un principio de unidad y consenso en torno a instituciones republicanas y políticas públicas, con el propósito de  impulsar crecimiento y desarrollo para salir del bache del subdesarrollo. En este escenario, las reformas aprobadas no aterrizan, perdiéndose oportunidad e ímpetus iniciales ahora reducidos a manido discurso reiterativo y ruido mediático que aleja más que acercar a la ciudadanía.

El lastre del subdesarrollo.

Tras cada traspiés legislativo y reforma planteada y aprobada, surge la necesidad de muchas más que den viabilidad a las primeras, mientras el país entero espera resultados que ni por asomo llegan.  Si bien no se le puede ni debe regatear sus hasta ahora exitosos logros en el combate a los varones de la delincuencia, éstos no son suficientes para tranquilizar el ánimo de la ciudadanía; descontento y hartazgo ya pesan más que los aún efímeros  resultados cortoplacistas del Sr. Peña.

El histórico rezago estructural se impone al ambicioso proyecto de modernización y consolidación neoliberal del mandato de un Peña Nieto  enfrentado  -parafraseando  a Vicente Fox-, hoy, hoy a la amarga realidad de patos por doquier disparándoles a las escopetas. El libre mercado como paradigma de su gobierno, no resuelve por sí lo que el lastre del subdesarrollo dependiente construye en el día a día de la pobreza y desigualdad, antes al contrario, lo agudiza.  A mayor valor de la riqueza producida, mayor en México es su concentración en pocas manos,  fórmula que traduciéndose en una  también mayor indefensión económica y social de un pueblo postrado y expoliado, hace nugatorias las reformas presuntamente estructurales por muy ambiciosas que estas sean.

Estado de derecho.

Para fortuna del PRI y sus micro satélites, la oposición perdida en sus propias contradicciones internas, dividida y confrontada en torno a las rebanadas del pastel que las reglas del juego le asignan, carece de fuerza, voluntad y autoridad moral y política para afrontar con energía lo que, en otros países medianamente civilizados sería motivo para desconocer el mandato presidencial. El excederse  en más de cuatro mil millones de pesos en gastos de campaña, además de ruin y escandaloso,  rompe con los principios de equidad,  legalidad y certeza de una elección presuntamente democrática. Con ello, el Estado de derecho se vulnera y hace de la impunidad regla de oro para un país sin ley.

Pero estamos en México. La ley es tan elástica como el titular del poder ejecutivo federal quiera y convenga. A estas alturas, Peña Nieto con el sartén por el mango, hace lo propio. Como también está en sus manos, sin oposición al frente, el ofertar a México en el tianguis internacional del capital. Está en su derecho, visto esto desde la óptica de las reglas del juego político de quienes son los dueños de las canicas.  Más no siendo legítimo, debe aceptarse que en la pseudo democracia representativa ante mirones de palo audacia es el juego  y al que no le guste es, en lenguaje coloquial, “su pedo”.

Y sobre estos últimos, que no son precisamente uno ni dos, vale la pena preguntarse si reconociendo la legalidad del mandato del Sr. Peña, pero convencidos de que carece del mínimo de legitimidad, estarían dispuestos a aceptar sumarse a un cuestionado liderazgo que más que pedir, exige e impone el peso de la autoridad para obtener magros consensos y unidad en torno a un proyecto económico y social del que se derivan reformas legislativas y políticas públicas contrarias al interés nacional y al espíritu del pacto social que el Estado mexicano se ha dado.

A toda acción corresponde una reacción.

Y en este marco, cabe preguntarse también cuál será la respuesta de una indignada, frustrada y lastimada ciudadanía  frente a las urnas en las próximas contiendas electorales,  a sabiendas del  carácter fraudulento y antidemocrático de éstas. Mi opinión es que seguramente no será favorable ni al PRI ni a sus candidatos, juzgados ya desde ahora como delincuentes electorales. Pero tampoco favorable al PAN o al PRD que cogobiernan, si es que tiene validez alguna aquella conseja popular que nos dice que tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata. Desde ya la balanza se inclina a favor de la abstención y el voto en blanco.

Salvo, claro está, que nuevamente nos falle la memoria. Estamos en México y esto suele suceder para nuestro infortunio como país,  con harta frecuencia.

Hojas que se lleva el viento.

Si algo caracteriza al Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa es su proclividad a ser políticamente inoportuno. Con la filtración de la información al diario local de mayor circulación en la capital veracruzana sobre el cese de dos connotados funcionarios públicos de primer nivel -por cierto muy cercanos anímicamente al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán y públicamente señalados por su ostentoso enriquecimiento-, el Dr. Duarte le gano la de ocho a Peña Nieto y su celebración del 78 Aniversario de la Expropiación Petrolera. Fue mayor el interés que despertara en la opinión pública veracruzana el “manotazo” que todo lo que tenía que decir el Sr. Peña en Cosoleacaque.

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El alcalde de la capital veracruzana está invitando a la ciudadanía a participar en los foros previos a la elaboración y, en su caso, aprobación del Plan Municipal de Desarrollo. Lo que en principio suena bien, abonando a las buenas intenciones del joven Américo Zúñiga, sin embargo surgen de inmediato dudas: ¿La invitación va acompañada del diagnóstico sobre la situación que guarda el Municipio de Xalapa, que a estas alturas ya debe estar sobre el escritorio del munícipe? ¿Con cuanto contante y sonante contaría el Ayuntamiento para financiar un plan de cuatro años? Estas y otras más que surgen cuando se habla de un ambicioso plan en el que deben considerarse el qué, por qué, para qué, cómo, quién, en que tiempo  y con cuánto.

Sin un marco de referencia que centre participación y debate, una vez más se estaría bordando en el vacío y tapándole el ojo al macho con una manifestación más de simulación. Tenemos no una Xalapa, sino cuatro, con necesidades reales y sentidas de primer orden  cuya prioridad es limpiar el cochinero existente antes que hablar de grandes y ambiciosos proyectos. ¿A qué orden de prioridades deben atender entonces los participantes en el foro?, partiendo del supuesto de que hay más deudas que dinero líquido en las arcas públicas municipales. ¿Lo explicitó el alcalde xalapeño al invitar a participar?

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J. Enrique Olivera Arce

“Hay muy poco talento, talante y preparación por parte de la clase política mexicana, la cual debe entender que ya estamos viviendo en una política del conocimiento, la cual expulsará paulatinamente a aquellos políticos que nunca lleguen a ser mayores de edad…”. ,  nos dice nuestro buen amigo Eduardo de la Torre Jaramillo en el artículo de su autoría François Hollande/Edgar Morin: diálogo sobre la política , insinuando que es la ignorancia y pobreza intelectual de políticos y servidores públicos el principal escollo para la modernización del quehacer político en México.

Si bien celebro el esfuerzo por reencauzar el debate en los medios privilegiando las ideas por sobre la pedestre politiquería que ahoga a Veracruz, no puedo estar de acuerdo con la afirmación simplista del destacado politólogo panista.

Recurriendo a la lógica formal, siguiendo la tónica de su análisis, tendríamos  que aceptar entonces que la corrupción e impunidad con que actúa la clase política es fruto de la ignorancia; que el subdesarrollo económico y social, así como la dependencia estructural de México del imperialismo norteamericano, es resultante de la cortedad de miras, desconocimiento de la historia nacional y escaso apego a la cultura de políticos y servidores públicos.

Lo cual no es así. Ejemplos sobran en la historia de este país de hombres y mujeres impresionantemente cultos, formados en instituciones de educación superior de renombrado prestigio internacional y que, a su paso por la política y el servicio público, hicieran gala de deplorable deshonestidad intelectual y proclividad a la corrupción, causando graves daños a la buena marcha de la nación.

En el ámbito internacional, hoy día el Sr. Francois Hollande, es ejemplo de ello, habiéndose ganado en un corto tiempo el repudio de la mayoría de sus gobernados.

Formación y conducta individual y colectiva de políticos y servidores públicos, si bien es importante no es determinante para bien o para mal en la conducción de un país o de su vida política. Por principio de cuentas, el conocimiento sin honestidad intelectual políticamente carece de valor alguno para la vida en democracia.

No se puede hacer de lado que la llamada clase política atendiendo a los intereses del gran capital, está llamada a la administración del ineludible conflicto de clases en sistema económico capitalista dominante. Y es en este marco que a mi juicio debería contextualizarse el comportamiento individual o de grupo de los actores que hacen posible la tarea.

Luego estimo no se puede sustentar un análisis serio del acontecer nacional al margen del  escenario de dependencia estructural que vincula a México con los centros sistémicos del poder real y, en lo específico, con el modelo neoliberal que nos ha sido impuesto por los organismos financieros internacionales.

Y en este marco, definir el papel del conocimiento como una variable más en la relación de dependencia entre el poder real,  la política y el ejercicio de esta por los diversos actores que en ella intervienen.

A mi modesto entender, lo que habría que preguntarse entonces es si nuestra clase política está a la altura de su cometido. Si realmente contribuye a atemperar el conflicto de clases en México o al contrario, exacerbándolo, y si está  respondiendo con eficacia a los intereses de los poderes fácticos a los que sirve en la conducción económica y social del país, bajo los términos del modelo económico neoliberal en boga.

Ubicando a la llamada clase política en su papel intrínseco de simple administrador subordinado, cuyo interés por representar y servir a la sociedad a la que se debe es secundario,  y muchas de las veces irrelevante por simulado,  así como contrario al tenor del discurso oficial como es evidente en nuestro país.

La respuesta a estas interrogantes estimo daría más luz a la comprensión del errático y contradictorio quehacer político nacional dentro del cual se inscribe la política veracruzana, y todo lo que se deriva de un régimen político caduco y en crisis, que ha perdido tanto visión de conjunto y largo aliento como apego a la realidad cotidiana de una sociedad que lo mismo pierde dinamismo económico que calidad de vida bajo los efectos del neoliberalismo.

Y en tal sentido, haciendo un paréntesis, contrariamente a lo que afirma Eduardo de la Torre, quienes más aportan a la identificación  y comprensión de tal fenómeno estructural, así como a su resistencia y rechazo, son los no pocos “amorosos” intelectuales de izquierda que se avocan al estudio, conocimiento y divulgación  de causas y nocivos efectos del modelo adoptado  por el gobierno de México para la vida económica, política y social de este país. Conocimiento  progresista que ni se ve ni se escucha en el seno de una clase política que no por ignorancia sino por intereses personales, de grupo o partidistas, se subordina al gran capital que es tanto la mano que mece la cuna como factor determinante en la representación del papel que históricamente le ha tocado jugar a México en la división mundial del trabajo.

Con todo respeto para nuestro amigo De la Torre -sin negar el peso específico de la cultura como una variable más en la complejidad multidimensional de la relación del conocimiento con la política y de esta con el poder real-, sin tener clara esta representación, contextualizada en el marco de la globalización, crisis sistémica del capitalismo y modelo neoliberal impuesto a México, a mi juicio la cultura libresca que pueda acompañar a las individualidades que conforman la llamada clase política, estimo no es determinante frente a la gran tarea de transformar a México por los amplios caminos de la democracia, el desarrollo y la justicia social.

El ejercicio de la política formal está determinado por propósitos y objetivos sistémicos trazados desde los centros del poder globalizado, “cultos” o “palurdos”, los actores políticos en todo Estado-nación a éstos están condicionados y subordinados. El “ilustrado” Francois Hollande desde la izquierda institucional francesa y el “ignorante” Enrique Peña Nieto desde la derecha en México, no son excepción.

Evadir esta realidad sobre dimensionando el papel de la educación y del conocimiento libresco en la conformación y conductas de la llamada clase política en México, a mi juicio es tanto como negar el carácter histórico y estructural de una dependencia del exterior que nos impide romper las cadenas que nos atan al subdesarrollo. Una cortina de humo más para distraer la atención sobre la problemática de fondo de la crisis de la democracia representativa, régimen político y sistema de partidos políticos en México.- Cd. Caucel, Yucatán, enero 15 de 2014.

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J. Enrique Olivera Arce

Teniendo como fondo el contexto de un país que no deja de ser considerado como colonia de los  poderes fácticos de alcance mundial representados por los intereses de los conglomerados trasnacionales y en especial los de los EE UU,  México atraviesa por una situación interna que le coloca en una compleja encrucijada: o se transita por el trillado camino de la dependencia sacrificando soberanía y reciclando subdesarrollo, o se avanza por los estrechos, complicados y difíciles senderos de la búsqueda de la liberación nacional y el desarrollo.

Este es el escenario que, a mi juicio, debería enmarcar y ser punto de partida de todo análisis de lo que es hoy nuestro país y lo que  de  él se espera con las llamadas reformas estructurales que el gobierno neoliberal del Sr. Peña se ha propuesto impulsar.

Al margen de este marco, siempre a mi modesto entender se polemiza en torno al árbol dejándose de considerar el bosque y sus entornos más inmediatos y mediatos.

Las consecuencias están a la orden del día, tanto en la corta visión del poder público para imponer sin previo consenso como en las diversas y hasta encontradas reacciones de la gente que, aún sin conocer y entender el propósito de la estrategia peñista, respaldan o rechazan lo que por lo pronto es apenas un esbozo de medidas de mayor calado y profundidad en beneficio de los intereses de los poderes fácticos.

Sin embargo, la burra no era arisca… Amplios sectores de la población con mayor capacidad de percepción que conocimiento específico u orientación ideológica al calce, hablan de un proceso de privatización y renuncia del Estado para con la sociedad del bienestar. Y, a mi juicio, parece que no están equivocados.

Lo que está aconteciendo en Europa y más específicamente en el vecino país del norte, arroja indicadores que lo confirman tanto a nivel global como en el ámbito particular de los Estados-Nación.

Derechos universalmente reconocidos como inherentes a la persona humana, lo mismo en alimentación, educación, salud, comunicaciones que en vivienda, cultura y recreación o pensiones dignas, se dejan al libre arbitrio de las fuerzas del  mercado y al margen de la obligatoriedad del Estado para con la población.

Siendo paradigmática la disyuntiva en la que los poderes fácticos representados en el Congreso de la Unión de los Estados Unidos de América, ponen al presidente Barack Obama. Se pospone la entrada en vigor  o descarta la “ley Obamacare” (reforma del sistema de salud pública) auspiciada por el ejecutivo federal o se paraliza el gobierno dejándole sin presupuesto para operar.

O bien, las medidas tomadas en Alemania para substituir las pensiones por inversiones individuales en el presente  para financiar necesidades futuras de sobrevivencia de los trabajadores que concluyan su ciclo laboral.

Todo en nombre de la visión neoliberal de mayor crecimiento económico sacrificando presente y futuro del desarrollo humano,  lo que, en primera y última instancia, beneficia sistémicamente a poderosos conglomerados trasnacionales a costa de millones y millones de seres humanos en un ininterrumpido proceso de profundización de desigualdad y pobreza.

No cabe argumentar si lo que está sucediendo en el resto del mundo es aplicable a México. Lo que si procede es observar con talante crítico adonde nos llevan las reformas presuntamente estructurales, contemplando el bosque y no únicamente concentrarnos en el árbol que tenemos enfrente.

Cada quien debe sacar conclusiones y actuar en consecuencia frente al paquete-panacea ofertada por el Sr. Peña; preguntándose si con este mejorará en beneficio de las mayorías la legislación reformada en materia laboral, educativa, de comunicaciones, la hacendaria y energética aún pendientes, o las que ya se cocinan en el cupular pacto por México, en materia de alimentación y salud.

Pero también preguntándose si estas responden a un interés legítimo de nuestro Estado-Nación en el marco de su soberanía e independencia, o bien apuntan a satisfacer necesidades presentes y futuras de las trasnacionales si el destino de México sigue poniéndose en manos de los poderes fácticos y sus intereses globales, en renglones estratégicos para México como la energía, la educación, la salud y, en primer  término, la alimentaria ahora amenazada por la ya en marcha autorización de cultivos transgénicos en millones de hectáreas en territorio nacional.

Información, observación, análisis y conclusiones al alcance de cada quién debería ser a mi modesto entender la tarea inmediata para la población de un país en crisis. Los resultados de tal ejercicio, en su momento enriquecerían el imaginario popular, camino de una toma de conciencia colectiva para la acción consecuente.

Detenernos en darle vueltas y vueltas al árbol para juzgar lo que es bueno o lo que es desechable de un movimiento magisterial, que es apenas punta visible de un iceberg aún mayor, desgasta, confunde y divide cuando lo que la realidad exige a las mayorías de este país es la unidad en torno a un programa mínimo consensuado para la acción inmediata, si lo que se pretende es frenar el camino de la privatización auspiciado por los intereses supranacionales de las poderosas corporaciones que no tienen llenadera.

El resolver la disyuntiva frente a la encrucijada compete al Estado mexicano, pero también y con mayor razón, a la población que vivirá en carne propia beneficios o pérdidas de lo que ahora pareciera estar sujeto al capricho de la partidocracia y su presidente.- Xalapa, Ver., octubre 2 de 2013

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

¡Haciendo más con nada!

Gobernador de Veracruz¡Asombroso! ¿Nó? Mientras el resto del país registra serios problemas al tratar de dejar atrás el subdesarrollo económico y social, cuyo principal indicador es el alto índice de desigualdad, pobreza, contracción de la inversión y el empleo, así como la pérdida del poder adquisitivo del salario, en Veracruz marchamos adelante con paso firme, sentando las bases del desarrollo y la prosperidad. No hay palabras para describir el milagro veracruzano, sustentado en un gobierno desfondado financieramente, endeudado hasta las chanclas y sin más rumbo claro que la ausencia de rumbo, salvo construir una falsa imagen de orden, transparencia y honestidad que desafortunadamente nadie cree.

Pero el milagro ahí está, para ejemplo del resto del país. Los datos duros contenidos en el Primer Informe de Gobierno rendido por el Dr. Javier Duarte de Ochoa, titular del ejecutivo, hablan por sí mismos sobre el como es posible superar el subdesarrollo y entrar en la etapa de consolidación de los primeros objetivos de desarrollo que se propusiera alcanzar el gobernante a lo largo de sus primeros doce meses de gestión.

Si alguna duda hubiere, el Congreso del Estado en representación del pueblo veracruzano se encargará de aclararla o ampliarla tras la tradicional ronda de comparecencias de los miembros de los gabinetes legal y ampliado, en las que las señoras y señores diputados locales, previo análisis exhaustivo de las cifras contenidas en el Informe, interrogarán puntualmente a los funcionarios del primer círculo del gobernador.

Los anticipos informativos que, mediáticamente, diera a conocer a la ciudadanía la administración pública veracruzana, no mienten. Los logros alcanzados en materia de infraestructura, comunicaciones, educación, salud, combate a la pobreza, atención al campo, inversiones, generación de empleos, y un clima de seguridad y bienestar, están a la vista de todos. No obstante, la pregunta está en el aire:

¿Cómo, en donde y con cuanto?, fue posible que de una entidad federativa que ocupara uno de los primeros lugares de pobreza a nivel nacional, se pasara a “sentar las bases” para consolidar el desarrollo sin mover un dedo.

Corrupción aparte, apenas si se puede creer que con un número indeterminado de acciones de gobierno en los 212 municipios veracruzanos, enmarcadas un programa cuya principal característica es que fuera diseñado para incidir coyunturalmente en el margen, y no en los problemas estructurales  de los cuales deviene la condición de subdesarrollo económico y social. Pero así fue si atendemos a lo destacado en el Primer Informe de Gobierno.

Sólo un milagro. Y este se dio a lo largo de escasos doce meses sin que se contara con la participación ciudadana que corresponsablemente se hiciera cargo de coadyuvar en los esfuerzos gubernamentales destinados al logro de objetivos y metas del plan operativo anual. Para el 2012 será diferente. Los integrantes del gabinete se han responsabilizado ante el gobernador de sustentar su trabajo en la participación ciudadana, emprendiendo una política de puertas abiertas, orden y transparencia, que de paso a la ciudadanización del gobierno, favoreciendo la reproducción del pan, los peces y el vino, lo suficiente para que alcance para todos. Claro, el que no trabaja y no participa, no será invitado al banquete, para eso se diseñó la estrategia de “castigo y recompensa”, no faltaba más.

Luego si gracias al milagro del 2011 se han sentado las bases del desarrollo y prosperidad para Veracruz, una vez cubierto el pago por adeudos que reclaman constructores, proveedores de bienes y servicios, profesores defraudados, jubilados, pensionados, burócratas acogidos al programa de retiro voluntario, los que cedieran parte de su propiedad para el derecho de vía del libramiento de Xalapa, así como cubierto el servicio anual de la deuda pública y los seguros contratados como blindaje frente a desastres naturales, el 2012 es de esperarse que para el gobierno de la entidad sea miel sobre hojuelas; cuando menos en los primeros seis meses, porque así lo demanda el compromiso de asegurar que Veracruz sigue siendo reservorio de voto duro para el PRI.

Pasada la elección de julio próximo, entre milagro económico de 2011, consolidación de las bases para avanzar con desarrollo, y el esfuerzo compartido y corresponsable de los veracruzanos, bajo la guía del Programa Adelante y la conducción de un gobernador visionario y sagaz, Veracruz no será únicamente objeto de envidia entre pares, sino paradigma nacional de cómo haciendo más con nada, se construye presente y futuro en el camino de la prosperidad.

No cabe duda de que el Dr. Duarte de Ochoa también heredó la varita mágica de Don Fidel, vaya suerte, sólo faltó que el gobernador priísta también se sacara el premio mayor de la lotería.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard,  puso el dedo en la llaga al participar en la COP-16 que tiene lugar en Cancún, al afirmar que los participantes están perdiendo el tiempo, en tanto que el jefe de la delegación de Bolivia señalara que el  aceptar el documento de acuerdos que se discute en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, «sería hacernos responsables de una situación que el presidente Evo Morales califica como genocidio y ecocidio».

El neoliberalismo a ultranza y la crisis mundial, no dan para más.

En tanto los gobiernos representen a los principales actores económicos de sus respectivos países y no a los intereses de sus pueblos y de la humanidad en su conjunto, todo lo que ahí se discute gira en torno al dinero, rentabilidad, tasas de retorno, contracción de la tasa media de de ganancia, así como de la pertinencia de mantener la actual e injusta estructura de un sistema económico en decadencia e incapaz de dar respuesta a una crisis multidimensional global que se profundiza, la imperiosa necesidad de contribuir a la prevención de los efectos de un cambio climático que tiene ya carácter irreversible, así como el futuro que heredaremos a las nuevas generaciones de la humanidad, cobra carácter secundario y hasta  irrelevante.

En tanto el tiempo avanza y las respuestas al fenómeno global se circunscriben a declaraciones, acuerdos que nadie cumple, protestas de ecologistas, e incluso la consideración de que el movimiento de traslación galáctica del  sistema solar es el responsable, las amenazas a todo ser viviente, dejan de ser tales para cobrar ya en la actualidad ominosa presencia en todo el planeta.

Las advertencias de los científicos a los que se desdeña,  y una realidad que ya nos afecta en el presente con pérdida de biodiversidad y de vidas humanas por miles, que habrán de incrementarse en el futuro cercano, han caído en saco roto, en tanto que las posibles respuestas de prevención atentan contra los intereses del poder fáctico del gran capital, que controla el sistema económico mundial y la vida política y social de la humanidad.

En ese marco referencial, Calderón Hinojosa, en representación de México, concluye que todo el problema se reduce a falta de dinero para invertir en nuevas tecnologías, reconvertir economía y poblaciones, así como para la infraestructura de prevención requerida para aliviar los efectos del cambio climático. En Veracruz, somos más realistas y pragmáticos, el gobernador declaró que la entidad ya transita a paso acelerado por la ruta del desarrollo sustentable, sin necesidad de tanta especulación económico financiera y hasta esotérica.

Que se sepa, ningún país transita por dicha ruta. Mucho menos aquellas regiones del mundo en las que la prioridad es aún el salir del subdesarrollo, impuesto históricamente por la dinámica de un sistema económico planetario, basado en la acumulación de riqueza a costa de lo que sea y por todo el tiempo que así se considere necesario; Veracruz como parte de un México en retroceso, estructuralmente debería encontrarse en tal tesitura, y no es así, somos un estado de avanzada, de acuerdo a lo declarado por el gobernante.

Sin embargo, lo que los  veracruzanos comunes, quizá por ignorancia y ajenos a los círculos de la academia y la política de gran visión, lo que observamos en nuestro entorno más cercano es que lejos de avanzar por el camino de la sustentabilidad, vamos para atrás; retroceso, imprevisión, y ausencia de consciencia de nuestra responsabilidad para con el planeta que nos acoge, dominan el escenario. Careciéndose de cultura ecológica, y compromiso auténtico  en autoridades y población en general,  por rescatar, preservar y cuidar el medio ambiente, despilfarrando lo que en justicia sería el sustento de las nuevas generaciones.

De ahí que lo que se perciba es que lo deseable en teoría, resulte imposible en la práctica. Ecuación que no se resuelve con la creación en la entidad de una secretaría del medio ambiente y su correspondiente procuraduría como órgano de de vigilancia y represión, desviando recursos para generar más burocracia, cuando lo exigible es educación, cultura ecológica y, de una vez por todas, afrontar el reto de la reconversión económica y reordenación territorial de asentamientos humanos.

Lo conducente sería entonces la interrogante: ¿Cuenta la actual administración pública veracruzana con la voluntad política para afrontar el reto? No hay que ir muy lejos para conocer la respuesta. Voluntad política, hasta hoy, se tiene la impresión de que existe y anima al Dr. Duarte de Ochoa pero, como afirma Calderón, no se cuenta con los recursos presupuestales para llevarlo a cabo. Y mucho menos  con un gabinete que, en su conformación, responde a compromisos políticos contraidos en campaña y no a formación profesional, capacidad y experiencia, para auxiliar al gobernante en las tareas que exige el cambio climático.

La realidad se impone. En la ecuación planteada lo imposible elimina a lo deseable. La dialéctica del subdesarrollo obliga a que por cada paso adelante se retrocedan dos, ¡o más!

En suma, Ebrard tiene razón. Al igual que “…en Cancún se asiste a la pérdida de un tiempo que no es nuestro, perteneciendo a las nuevas generaciones”, en Veracruz transitamos por la misma ruta del subdesarrollo impuesto, sin atrevernos a reconocerlo. Frente a los retos de las tareas del desarrollo sustentable, vinculadas a la nueva realidad del cambio climático en la totalidad del planeta, las barbaridades en que incurre en sus declaraciones  el recién designado secretario de desarrollo económico y portuario, lo dicen todo.

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En toda crisis y desastre que hemos vivido, los sectores más pobres son los que han pagado los costos. En este episodio la principal catástrofe ha sido la improvisación y la manipulación, que bajo el tema de la salud permitió que asomara la dictadura perfecta, la gran fantasía de esta clase política mediocre, la cual por unos días fue obedecida.

Marco Rascón

José Blanco


He copiado casi textualmente el título de un excelente reportaje de Pablo Ordaz, publicado el pasado domingo en El País: resume en siete palabras el impacto magnificado de la epidemia en México en comparación con cualquier otro país donde también hay brotes de la influenza A H1N1.


Entre las muchas acertadas aseveraciones del reportaje, puede leerse: “México está ofreciendo estos días al mundo la imagen de un gigante al que se le quedaron cortos los pantalones…; el brote de la gripe está poniendo al descubierto que el sistema de salud no está a la altura de las circunstancias”. Frases que son un espejo en el que volver a mirarnos: ya todos lo sabíamos.


Somos la novena, o décima, o undécima, o duodécima economía del mundo –según el funcionario que esté al micrófono–, es decir, somos una economía grande, aunque los que están arriba se hallan muy arriba, pero en lo absolutamente básico, la salud y la educación, mantenemos un tercermundismo inaudito, extremo. El desarrollo socioeconómico de México es impensable con nuestras carencias.


El sábado pasado el secretario Córdova Villalobos dijo: los tres sistemas de vigilancia epidemiológica con que cuenta la Secretaría de Salud no funcionaron cabalmente en la actual contingencia. El propio funcionario habló de las condiciones y fallas en los gobiernos de algunas entidades federativas; su actuación ha sido deshonesta y antiprofesional, afirmó.


Thelma Gómez corrobora lo sabido: México no posee la infraestructura para desarrollar y producir la vacuna contra el virus de la influenza. Sucede que hace 30 años el gobierno federal desmanteló dos institutos especializados y dejó de invertir en la creación de productos biológicos, mientras que apenas hace un año adquirió una planta para producir la vacuna contra influenza estacional.


Lo anterior, a pesar de que desde 1999 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado con insistencia a las naciones en prepararse para una epidemia: una de sus recomendaciones fue crear laboratorios para desarrollar tratamientos de inmunización, con el objetivo vital de garantizar la disponibilidad de vacunas (El Universal, 30/4/09).


¿Por qué en México la incidencia del nuevo virus es tan alta; por qué aquí han muerto ya más de dos decenas por una enfermedad que se cura en tres días con un medicamento antiviral, en tanto en ningún otro país ha habido decesos?


Las respuestas parecen variadas, pero no son muchas: la mayoría de los muertos son pobres y los pobres no asisten al médico cuando padecen una gripe (finalmente la mayor relación entre contagio y pobreza, que había permanecido oculta, ya fue informada); hay negligencia de médicos, especialmente en algunos estados; no corroboran (o no lo hicieron oportunamente) si un enfermo llegó simplemente con una gripe; no existen los virólogos, u otros especialistas, ni los medios y laboratorios necesarios, subrayadamente en los estados; las autoridades sanitarias de todos los niveles actuaron tarde; no hay en el país los medios suficientes para comprobar si fallecidos y enfermos en su momento fueron presa de la nueva cepa: es la hora que aún no tenemos la información de todos los enfermos y de todos los fallecidos. Las adquisiciones de los equipos más modernos todavía no muestran su eficiencia.


La información ha sido un galimatías. Córdova Villalobos quizá sea un médico competente, acaso pueda ser un funcionario razonablemente eficiente, no lo sé, pero es probablemente el peor comunicador del gobierno, y es precisamente quien nos informa.


Un epidemiólogo, o virólogo, profesionalmente calificado, mejor dotado en el manejo del castellano, y capaz de sistematizar las cifras de modo que todos los mexicanos entendamos qué subconjuntos lo son de qué conjuntos y qué es cada cosa, ordenadamente, sería necesario. El secretario podría intervenir para validar lo dicho y subrayar algún hecho por su particular importancia.


La OMS publicó hace unos días el Plan Mundial de Preparativos para una Pandemia de Influenza, que actualiza, modifica y amplía sustancialmente el documento Influenza pandemic plan. The role of WHO (OMS) and guidelines for national and regional plannig de 1999.


Este nuevo plan redefine las fases de riesgo creciente que plantea para la salud pública la aparición de un subtipo nuevo del virus de la influenza, que representa ya una amenaza pandémica, recomienda medidas a las autoridades nacionales y describe las medidas que debe adoptar ese organismo mundial durante cada fase.


Revise usted el nuevo plan de la OMS frente a la inminencia de la pandemia de influenza y hallará la vasta cantidad de objetivos y medidas que debe tomar la propia organización y el aún mayor número que corresponde a los estados nacionales, en todas las fases, pero especialmente en las interpandémicas. Es mucho lo que nos falta, sólo frente al problema de las epidemias y pandemias de influenza. Los mejores datos de las horas recientes no sacan al mundo de la inminencia de la pandemia.


Los temas aludidos en esta nota son sólo una parte menor de la situación que vivimos. Tercermundismo sofocante sostenido consistentemente al menos por los pasados cinco gobiernos.


Sin alta educación, ciencia, tecnología, innovación, hoy más que nunca no iremos a ninguna parte. Es claro que requerimos un nuevo pacto social para redefinir el rumbo del país. Lo piden a gritos la crisis económica, la pobreza y la desigualdad, la educación y la salud.


La Jornada 05/05/09

Jorge Mier Hoffman (Rebelión)

Después de todo este terror mediático que acapara la atención del mundo entero con imágenes de personas con tapaboca y mil conferencias médicas sobre el tema, éstos eran los verdaderos resultados luego de cinco días de “Gripe Porcina” = Siete muertos en México y una niña en Texas ¡Son las cifras oficiales! Para que tengamos una idea del éxito de esta Superproducción Cinematográfica, es que con menos de diez muertos la OMS declaró la Pandemia en ¡¡¡Nivel Cinco de un total de seis!!! Pero sin embargo no se declara ninguna de las verdaderas Pandemias que están sufriendo los  pobres del planeta:

Cada minuto muere un niño por SIDA

Cada 5 minutos muere un niño por falta de atención médica

Cada 8 segundos muere un niño por agua contaminada

Cada 3 segundos muere un niño por hambre y desnutrición

Cada segundo muere un bebé recién nacido por falta de atención médica; y de los sobrevivientes: dos millones de niños mueren por problemas neonatales, 1,6 millones por diarreas y 1,4 millones por neumonías, lo que significa que cada año 11 millones de jóvenes mueren antes de la pubertad

Cada minuto muere una mujer embarazada por falta de atención médica

Cada año 530 mil mujeres embarazadas mueren por desnutrición.

Nota completa en: “La Historia del Día

2 Mayo 2009

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