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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La esgrima mediática en relación a la elección presidencial llegó a su clímax. Nada que se agregue a lo expuesto por las partes interesadas modifica el bajísimo nivel en que los partidos políticos han colocado a la incipiente y balbuceante democracia de este país. La supuesta fiesta cívica a decir de unos y el presunto fraude en la percepción de otros, devino ya en un “Thriller” de barandilla en el que la ciudadanía hace las veces de simple espectador.

El imperio de la ley está a prueba y la impartición de justicia, ya de sí cuestionada, rehén de un régimen político cuyo único asidero es la corrupción y la impunidad en un escenario en el que el chisme, dimes y diretes al interior de una humilde vecindad decimonónica, se queda corta. Principios y valores éticos brillan por su ausencia, el objetivo es la toma del poder por el poder mismo,  a cualquier costo.

El sufragio, chueco o derecho, como única instancia para que la ciudadanía se exprese en libertad, perdió su connotación democrática; es hoy el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y su puñado de magistrados, quienes de manera inobjetable decidirán el futuro de la Nación respaldados por una legislación a modo, diseñada, aprobada y avalada por todos los partidos políticos en la que se sigue contemplando a la ciudadanía como menor de edad sin derecho “legítimo” a voz y voto en los altos designios  de los jueces.

Paradójico. En tanto se promueven los juicios orales en la impartición de justicia, en materia electoral la voz del ciudadano no tiene cabida. En un país de papel como lo es México, los papeles hablan y deciden por sí, dando soporte legalista y subjetivo a la libre interpretación por parte de los juzgadores que, con orejeras que les impiden observar el contexto social en el que actúan, sustentan sus sentencias.  La ciudadanía ofendida, víctima indefensa sólo ve y escucha tras la puerta del tribunal lo que en justicia le compete.

Las más que obvias irregularidades de la que se presume democrática, limpia y transparente elección, serán desechadas en la resolución del máximo tribunal en materia electoral; la corrupción evidente quedará  impune y la presidencia de la república (con minúsculas) entregada al mejor postor. Don dinero es el amo sistémico; legal o ilegal no puede ni debe someterse a juicio, en su libre circulación reside su legitimidad. A ello debemos atenernos.La sentencia está dictada de antemano. Gana quien más dinero apuesta, lo demás es lo de menos en el ánimo de magistrados designados a modo e interés de los partidos políticos.

La mala política arrastra al resto, confirmándose cotidianamente la paulatina pero constante descomposición de la sociedad mexicana. El deterioro del tejido social deja huellas indelebles en todos los ámbitos de la vida nacional, sin visos viables de respuestas congruentes y eficaces para frenarle.

No se juzga la elección fallida. Es la democracia quien espera la picota, en nombre de un estado de derecho que tiempo ha que hace agua en este país democráticamente bananero. A tal extremo hemos llegado.

¿Es que acaso podría esperarse otra cosa?

Hojas que se lleva el viento

Aunque usted no lo crea estimado lector, pero las entidades federativas con mayor peso específico en la industria sin chimeneas son las que menos hacen ostentación mediática de su situación. Lejos de asumirse triunfalistas simplemente trabajan para hacer del renglón turístico su gallina de los huevos de oro. Naturalmente Veracruz no figura entre estas, de ahí su constante presumir de lo que no tiene.

Por cierto, si no logramos remontar el turismo de jícama y horchata, en otros renglones de la vida económica veracruzana estamos igual o peor que en la industria sin chimeneas. Leo que muchos afirman que con la reordenación de la plantilla de los altos mandos de la administración pública veracruzana se abre un nuevo ciclo de bonanza para la entidad, aplaudiendo el acierto del gobernador por el quitar y poner de funcionarios, sin parar mientes en que el problema mayúsculo de ineficiencia e ineficacia gubernamental no reside en los empleados, sino en quien les paga. El Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa desde los inicios de su administración no ha sabido dar rumbo cierto a Veracruz. Cual aprendiz de brujo todo lo que emprende sale mal, aunque con el auxilio mediático propale lo contrario.

Y espérese, Ante la proximidad de la amenaza de la quinta tormenta tropical de la temporada en el Atlántico, el gobierno del estado ya afina los instrumentos para hincarle el diente al FONDEN. Agenda obligada que se repite año con año sin que se tomen medidas eficaces para paliar con acierto el vendaval. Los jodidos de siempre pretexto para extender la mano en busca de un auxilio federal en metálico que nunca llega a las manos de quien lo necesita.  ..

¿Ya se entero estimado lector que Veracruz es potencia mundial en atletismo?

Mérida, Yuc., agosto 5 del 2012

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Señor, si me quitas el éxito déjame fuerza para triunfar del fracaso”: Mahatma Gandi

¡¡Te lo dije!! Me escribe un buen amigo, advirtiendo que “si Ebrard hubiera sido el candidato de las llamadas izquierdas, Peña Nieto no gana la elección”.

El hubiera no existe en política. El candidato fue Andrés Manuel y a ello debemos atenernos. Sin embargo la expresión de mi amigo da tema para la reflexión en torno a una situación que me llamara poderosamente la atención y que dejara asentado en mi artículo publicado el 22 de abril bajo el título “Andrés Manuel baila con las más feas. No hay de otra”. El político tabasqueño ha sido postulado por la coalición integrada por el PRD y las morrallas denominadas Partido del Trabajo y Movimiento ciudadano. Institutos electorales que en el marco de una partidocracia rampante y un régimen político obsoleto y corrupto, carecen de autoridad ideológica, moral y política para ser considerados como de izquierda. Una y otra vez señalé que estos partidos políticos más que aportar a la campaña electoral de López Obrador, constituían una pesada loza sobre las espaldas del candidato presidencial.

López Obrador superó los 15 millones de votos legítimos a pesar de, y no por el trabajo político desarrollado por la cúpula partidista de la Coalición “Movimiento Progresista”. Los candidatos al Senado y Cámara baja en su gran mayoría cartuchos quemados impopulares impuestos por “los chuchos” de ello dan constancia. El resultado aún en trámite de la elección confirma tal percepción.

Se jugo en la cancha de la partidocracia conforme a sus reglas y sus prácticas antidemocráticas. Luego nadie puede darse por sorprendido ante la cada vez mayor evidencia de escamoteos de la voluntad popular a lo largo y ancho del país. No obstante, gracias al Movimiento de Regeneración Nacional, “Morena”, en el que participan millones de ciudadanos convencidos de la necesidad de un cambio verdadero, irregularidades aparte de un proceso electoral inequitativo y amañado, Andrés Manuel llegó hasta donde le permitieron llegar. Hoy la decisión final y el futuro de México está en manos del “arbitro” y del Tribunal Federal Electoral, así es el juego. Los partidos postulantes de la llamada izquierda electoral ganan perdiendo.

“Morena”  trabajó intensamente a ras del suelo, en la calle, en las aulas, en el taller, en el surco, en el hogar, siempre confiando con voluntad de triunfo en el liderazgo del político tabasqueño. Jóvenes y no tan jóvenes se pusieron la camiseta y, contra la corriente y contra la estructura partidista de la coalición dominada por las tribus perredistas y sus corruptas y oportunistas dirigencias, sacaron adelante la campaña presidencial. De eso no tengo la menor duda.

Andrés Manuel cometió errores, no se puede negar. Pero así como se equivocó confiando en las estructuras partidistas coaligadas, fue certero al sustentar su campaña en “Morena”. Fue la ciudadanía organizada y movilizada la que le impulsó para cuesta arriba dejar atrás a Josefina Vázquez Mota y alcanzar a Peña Nieto. Con este impulso López Obrador gana en su propósito democratizador al lograr movilizar a más de 15 millones de mexicanos en pos de la esperanza democrática. La ciudadanía salió a la calle y con su voto manifestó su voluntad de cambio. Si hoy se pierde la elección, no fue en vano. La ciudadanía con su participación activa gano terreno y experiencia en la búsqueda de un camino más amplio para avanzar el  rescate de la voluntad popular, hoy secuestrada por la partidocracia y los poderes fácticos.

La construcción de la anhelada democracia transita por un largo camino de aciertos y errores, triunfos y derrotas. Los resultados no se alcanzan en meses o años sino en períodos históricos. Pero cada paso dado fortalece a quienes lo emprenden. Estoy seguro de que la experiencia vivida por la ciudadanía movilizada en este proceso electoral, pesará más en la vida política de México que el triunfo mismo de las llamadas izquierdas. Un importante segmento de la sociedad ha dicho basta y encontró el camino para avanzar participando consecuentemente.  Esto es un logro a mi juicio histórico. No cabe la frustración ni el desanimo, se dio el primer paso y eso es lo que cuenta. Lo que sigue para la izquierda consecuente es la autocrítica y sacar las conclusiones pertinentes para seguir marchando a paso firme y con la frente en alto.

Si Peña Nieto de ser ungido como presidente quiere gobernar, lo tendrá que hacer no en el vacío con el indignante y lastimero voto comprado. Más temprano que tarde tendrá que recurrir a la ciudadanía movilizada. En ella está el que se avance o se retroceda en la construcción del futuro de México.

Hojas que se lleva el viento

En nuestra próspera aldea jarocha siempre sí la elección presidencial, de acuerdo a los resultados preliminares (PREP), se fue a tercios. El triunfalismo priísta se vino abajo y el cacaraqueado triunfo por parte de su dirigente estatal, Erik Lagos fue pírrico. La dupla PRI-PVEM obtuvo un total de 1, 180,147 votos contra 1, 179,327 del PAN. Por su parte Movimiento progresista 1, 1012,818 sufragios. Así, Peña Nieto obtuvo menos votos en Veracruz que los obtenidos por Javier Duarte de Ochoa como candidato a la gubernatura. No cabe duda de que hizo falta el alquimista Fidel Herrera Beltrán para cumplirle satisfactoriamente al mexiquense de acuerdo a lo ofrecido.- Xalapa, Ver., Julio 4 de 2012

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J. Enrique Olivera Arce

Andrés Manuel López Obrador afirmó que todavía no está dicha la última palabra. Y en efecto, así es. El Programa Preliminar de Resultados tiene carácter informativo pero no legal. Será cuando el IFE y el TRIFE tras completado el cómputo declaren formalmente el resultado de la elección presidencial y no antes, cuando se tenga un ganador. Cuando ese momento llegue entonces sí partidos y candidatos de conformidad con la legislación de la materia podrán aceptar el resultado o impugnarlo. Respetar tiempos y procedimientos es cumplir con la ley, el pacto de civilidad signado por los presidenciables a ello obliga.

De acuerdo a lo interior, mi optimismo se derrumbó. En mi artículo anterior escrito la tarde del domingo, señalaba que partía de un optimista supuesto de que en esta ocasión al pueblo de México no se le ha escamoteado una vez más su voluntad ciudadana. Mi optimismo se derrumbó por la noche de ese mismo día cuando el Consejero Presidente del IFE,  basado en las encuestas de salida  y apenas iniciado el Programa de Resultados electorales previos (PREP), anunciara que ya se tenía un ganador de la contienda, siendo  avalado instantes después por Felipe Calderón en Cadena Nacional.

La sospecha de un plan preconcebido para impedir una vez más el arribo de las llamadas izquierdas a Los Pinos se impuso por sobre mis buenos deseos. Amor con amor se paga, si el PRI avalara el triunfo de Calderón Hinojosa en el 2006, hoy éste avala el presunto triunfo de Enrique Peña Nieto. Sospecha sembrada a lo largo del proceso, abonada desde la presidencia de la República y exacerbada con el imponente despliegue mediático que da por hecho el que México cuente ya con presidente electo.

Sospecha que en tierra fértil ya hace suya importante sector del electorado, estimando que nuevamente la voluntad popular ha sido burlada. Percibiéndose el dejavú de un círculo perverso que nos regresa al pasado.

Pero no anticipemos vísperas. Ni festín ni enojo, como en el futbol, esto no se acaba hasta que se acaba y obligados estamos, sin mediar pacto de civilidad alguno, a respetar lo dispuesto por la ley. Partidos y candidatos si así lo juzgan conveniente, habrán de recurrir a las impugnaciones y, resueltas estas, entonces se dará el resultado final de la elección. Nada se gana con dejarse llevar por la euforia o la indignación dando por hecho lo que aún está pendiente de resolverse.

Una vez que el triunfador de la contienda sea declarado presidente electo de México, entonces chueco o derecho, haiga sido como haiga sido, el resultado será oficial y, al que no le guste que se aguante, pues por muy incipiente que sea nuestra democracia, en ella se gana o se pierde.

Me mantengo en lo dicho es en lo concerniente a las tareas y retos para gobernantes y gobernados: “Los tiempos para dejar hacer dejar pasar, se agotaron. Una nueva sociedad, más informada y participativa se ha manifestado en tal sentido a lo largo del último tercio del proceso electoral, poniendo en jaque a la partidocracia. O se avanza en la democratización del país u ominosos nubarrones de tormenta ensombrecerán el horizonte futuro de México”.

Sea quien fuere el uncido como presidente electo, su tarea inmediata debería ser el  recuperar confianza en el estado de derecho, construir la urgente y necesaria unidad nacional y asumir un liderazgo auténtico que con la participación y concurso de todos, impulse los cambios que el país exige para salir avante. Si este propósito no se emprende con visión de Estado y voluntad política, México seguirá empantanado en la espiral de violencia y corrupción que hoy nos tiene postrados de rodillas.- Xalapa, Ver., Julio 3 de 2012.

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 J. Enrique Olivera Arce

 No hay que ser genio para entender que a estas alturas del proceso electoral el PRI, en su nerviosismo por haber desarrollado una estrategia fallida equivocándose de adversario a vencer, recurrirá a cualquier cosa para impedir que a nivel nacional López Obrador desbanque a Peña Nieto del presunto primer sitio en las encuestas, como si estas realmente fueran determinantes a la hora del sufragio.

 Lo que estaría por verse es si la dupla PRI-PVEM, ahora caminando de la periferia a un centro que le es hostil, tenga tiempo con amagos de “guerra sucia” para impedir que el candidato de las llamadas izquierdas se alce con el triunfo.

 En este escenario de descompuesta crispación del tricolor habría que ubicar la demanda en contra de Andrés Manuel López Obrador por la sola presunción de que éste obtiene financiamiento ilícito para su labor de proselitismo. Golpe bajo sin sustento como respuesta al permanente cuestionamiento público por los excesos priístas en gastos de campaña y el abierto apoyo en recursos humanos, materiales y financieros de gobiernos estatales y municipales que reciben Peña Nieto y Josefina, sin que el IFE, árbitro electoral en la contienda, mueva un dedo para impedirlo.

 Como la experiencia indica, faltando 27 días escasos para la elección cualquier impugnación que en éste lapso se presente, esta será resuelta por el Tribunal Federal Electoral meses después de ahogado el niño, salvo consigna en contrario. La aceptación tácita de Vicente Fox de haber metido la mano en la elección presidencial del 2006 sin que pasara nada, es prueba evidente de ello. De risa, pero así es la incipiente democracia en México.

 No obstante, por salud pública Andrés Manuel López Obrador, su equipo de campaña y los sedicentes partidos de izquierda que le postulan, están más que obligados política y moralmente a transparentar origen, legitimidad y aplicación de los gastos de campaña autorizados por el IFE.  El presunto “pase de charola” es golpe dado y, de no aclararse oportunamente a satisfacción del electorado, ni Dios lo quita en demérito de la imagen de frugalidad y honestidad que como tónica de campaña proyecta Andrés Manuel.

 El domingo 10 de los corrientes con el segundo debate de los presidenciables en Guadalajara, será la última oportunidad para que el PRI recomponga la ya deteriorada imagen pública de su abanderado presidencial y, para eso, sin duda pondrá en primer plano del encuentro el presunto “pase de charola” que le imputa a López Obrador. Tema que por su parte procurará capitalizar la Sra. Vázquez Mota para justificar su fracaso ante Calderón Hinojosa, así que Andrés Manuel no podrá andarse por las ramas prestándose  al juego de dimes y diretes a sabiendas de que sus oponentes ya están a la defensiva. Cuentas claras y a otra cosa mariposa.

 En última instancia, á unos días de la elección lo que deberíamos considerar no es saber quién como el comal y la olla se presenta más tiznado, sino quién de los candidatos concrete la mejor propuesta. El electorado tendrá que decidir, con conocimiento de causa si el sufragio ciudadano favorece al más de lo mismo o se arriesga a apostarle a la opción de cambio cuando lo que está en juego es el futuro de la Nación.

 Lo que si debería ser motivo de preocupación para todos es que el PRI se desgarre las vestiduras ante una presunción no probada y, con el mayor desparpajo y sin chistar acepte en la Cámara de Diputados que los representantes populares se premien repartiéndose 230.3 millones de pesos de un cochinito engordado con esmero. Doble moral que no extraña a nadie pero que confirma el cuestionamiento simultáneo a un régimen político decadente y a la candidatura de Enrique Peña Nieto. El interés personal y de grupo de la diputación federal estando por encima del bien común es apenas un pálido reflejo de lo que la juventud de México condena.

 Hojas que se lleva el viento

 En nuestra próspera aldea, la abrumadora cargada de la mayoría de medios de comunicación y comentaristas que en respaldo al Sr. Peña daban por muerto a López Obrador se desvanece. Ya sólo los más obcecados y con mayor nivel de entrega y compromiso con el gobierno priísta estatal, insisten en el triunfo inobjetable del abanderado tricolor poniendo el énfasis en la lucha por el segundo lugar entre Andrés Manuel y Josefina.

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Al margen de otras consideraciones, vale la pena destacar que Alejandro Montano, candidato Coalición Compromiso con México a la diputación federal por Xalapa rural (8vo. Distrito) asumió una actitud franca en su encuentro con los integrantes de la Asociación Civil Otero Ciudadano. Sin tapujos hizo referencia lo mismo a las fortalezas que a las debilidades de la región que le correspondería representar, aceptando que por encima del enorme potencial en recursos naturales y humanos con que se cuenta, el rezago, desigualdad,  y pobreza sobresalen en el paisaje. Carencias en infraestructura carretera y de atención a la salud, así como de fuentes de empleo apoyo al campo e inversión productiva fueron destacados a detalle como principales reclamos de la población. Nada que ver con la idea del Veracruz próspero que desde las esferas del poder se nos quiere enjaretar. Sin un proyecto claro de Nación para los próximos sesenta años, alimentado con un proceso de planeación del desarrollo regional respaldado desde el Congreso de la Unión, Veracruz y el país seguirán aletargados, expresó sin falso triunfalismo el ex secretario de seguridad pública.

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 Crónica del Poder, joven portal veracruzano de noticias en la Internet mostró el músculo en la celebración de su IV Aniversario con una comida a la que fueran convocados colaboradores, amigos, políticos y representantes de organismos empresariales. Su destacada presencia en la Web fue confirmada con cientos de felicitaciones que con motivo de un aniversario más recibieran sus distinguidos directores. Mi reconocimiento sincero a un esfuerzo periodístico, plural, respetuoso y de indudable calidad profesional en el que tienen cabida todas las voces.  

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Manuel J. ClouthierConsejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) reconocieron el derecho de Manuel J. Clouthier de contender por la Presidencia del país, pero aclararon que no se le puede otorgar registro como candidato independiente, porque no está previsto en la ley. El consejero Benito Nacif recordó que el Cofipe es muy claro respecto a que la única vía por la cual los ciudadanos podrán registrarse como candidatos a cargos de elección popular en el Congreso y en la Presidencia de la República, es a través de los partidos políticos. La Crónica de hoy

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J. Enrique Olivera Arce

Si el TRIFE fuera Salomón, hubiera optado por la anulación de la elección de gobernador. Pero no. No es el Salomón justiciero del que nos habla la mitología judeo-cristiana al que le tocara juzgar el cochinero provocado por el odio visceral de dos históricos enemigos. Está integrado por siete notables que mensualmente perciben jugosos y onerosos salarios, prestaciones y canonjías, que paga el pueblo de México; seis hombres y una mujer, simples mortales con vicios, virtudes y ambiciones, con calidad de jueces; y en ellos está el acertar o errar como cualquier hijo de vecino, con la salvedad de que sus colegiadas sentencias o resolutivos en materia electoral, son inapelables e inatacables porque así está establecido en las leyes que, por cierto, todavía algunos creen que nos las hemos dado los mexicanos, de motu propio, a través de la representación popular ejercida por diputados y senadores, conforme al sistema político de democracia representativa que nos rige.

Así que para que tantos brincos estando el suelo tan parejo. Objetivamente, no caben más dimes y diretes ni controversia alguna sobre la determinación del tribunal de dictar sentencia a favor de la ratificación del Sr. Javier Duarte de Ochoa, como gobernador electo de Veracruz, “haiga sido como haiga sido”. Los contendientes del candidato priísta, así ya lo han aceptado, no había de otra.

Lo único que estaría a discusión, es si en este país, a lo largo de quinientos años, ha prevalecido la justicia por sobre la ley. Tema para eruditos y no para irrelevantes contiendas verbales de café ni mediáticas rasgaduras de vestiduras.

Las vísceras también juegan

Sin embargo, los ánimos siguen caldeados, gracias a la polarización que se diera a lo largo de un larguísimo proceso electoral, que iniciara con la toma de posesión del gobernador Herrera Beltrán, su proyecto de impulsar la meteórica carrera del joven Javier Duarte y la inesperada y belicosa oposición de su más enconado rival. El tema de la resolución del TRIFE ha sido de lo más acaloradamente discutido y controvertido en los últimos días.

Lo que más me llama la atención en tan bizantina como inútil discusión, es la declaración mediáticamente difundida del Mtro. Fidel Herrera Beltrán: “Ganó la democracia”. Aseveración que contrasta con la de la distinguida periodista Claudia Guerrero Martínez, quien afirma en su columna que “La democracia está de luto”. Posiciones encontradas que sólo tienen cabida en el terreno de lo absurdo. Ni triunfó la democracia ni esta está de luto o falleció, cuando de antemano se sabe que la democracia a secas es utopía largamente buscada por todos los pueblos de la tierra y, al día de hoy, aún quimera inalcanzable.

Si se refieren a la democracia adjetivada como representativa, establecida en nuestra Carta Magna, tampoco es procedente, triunfo o presunto fallecimiento de ésta. Desde los albores republicanos de los Estados Unidos Mexicanos, la ciudadanía nunca ha estado representada con la legitimidad obligada con apego a los términos establecidos en el texto constitucional. Menos aún en el presente, en que la representatividad y voluntad ciudadana está secuestrada por una partidocracia con poderes  metaconstitucionales, al servicio de los poderes fácticos que, tras bambalinas, gobiernan y determinan el rumbo del país.

Si en los hechos, nuestra incipiente democracia representativa, carece de vida propia, ante ningún caso o circunstancia puede triunfar, estar de luto por pérdida alguna, o colgar los tenis caso de repentino infarto, frente a una sentencia inapelable adoptada por nuestros preclaros siete notables que, al amparo de la ley, se niegan a impartir justicia.

La elección de gobernador es cosa juzgada. A gusto o disgusto visceral,  Javier Duarte de Ochoa, sucederá constitucionalmente al Mtro. Fidel Herrera Beltrán. Si de legitimidad de su mandato se trata, a su tiempo y no antes, queda en manos del joven sucesor convencer con su actuación su pleno derecho a conducir con honestidad, buen juicio y eficacia, la vida política, económica y social de Veracruz. Mientras eso no suceda, estamos obligados a concederle el beneficio de la duda.

Los retos

Desigualdad, pobreza, ínfima calidad de la educación, desempleo y bajo nivel de remuneración salarial de la mayoría de la población ocupada, discriminación y abandono de los pueblos indígenas, así como el deterioro creciente del medio ambiente, son problemas torales de Veracruz y a todos nos atañen. En estas expresiones de nuestro rezago descansa el raquítico nivel de la demanda agregada y la carencia de fortaleza del mercado interno. Lo que repercute en producción, productividad y competitividad en la proyección del crecimiento económico, autosuficiencia alimentaria  y  desarrollo. Y, por ende, fiscalmente en las finanzas públicas. Abatir el atraso económico y social de Veracruz, no es tarea de un solo hombre, por mucha madurez, experiencia y capacidad que éste sumara. Es tarea de equipo, en el que deberíamos jugar todos.

Que el  reto al que se enfrentará Javier Duarte de Ochoa,  es superior a su experiencia y juventud, no está a discusión y él debe saberlo y valorarlo. Las condiciones actuales de una entidad federativa tan compleja y tan golpeada, a lo que se agrega el recibir una administración pública en bancarrota, requiere de inteligencia, madurez y un franco y decidido apoyo en y de todos los veracruzanos, en los hechos conoceremos quien y de que madera está hecho el joven sucesor frente al hoy ya su reto vital.

De hasta donde Don Javier será capaz de afrontar la tarea que llevará a cuestas, está por verse, empezando por la selección de aquellos que integrarán los gabinetes legal y ampliado en su mandato. En las actuales condiciones de la entidad, equilibrar capacidad tecnoeconómica y experiencia política,  privilegiando lo primero, es a mi juicio prioritario. Observando con objetividad fortalezas y debilidades, los retos actuales implican más técnica y administración eficaz que política, y mucho menos estéril politiquería como la que tanto nos fascina en la entidad.

Lo inmediato

Lo que importa, en primera y última instancia, es Veracruz. Convencer para sumar y multiplicar esfuerzos para sacar al buey de la barranca, implicando cicatrizar heridas y agravios, y en ello la responsabilidad es de todos y no, necesariamente, del gobernador. Mucho menos de una clase política que no habiendo sabido estar a la altura de la exigencia de la entidad,  no se le puede tener confianza, tampoco se le debe ya  consentir ni dejarle las manos sueltas.

Y es en esto último donde estará puesta la atención de propios y extraños en las próximas semanas. Del acierto de Javier  o desacierto en esta su primera tarea, más allá de los compromisos a que está obligado, dependerá el convencer a los más de millón y medio de veracruzanos que en las urnas le negaran el voto y, con ello, sentar las bases para la unidad y suma de voluntades que la entidad exige.

No anticipemos vísperas juzgando a priori, ni elevando el tono de la crítica,  sustentándola en mantener en el presente lo que la historia registra ya como un pasado superado y enterrado. Tampoco incurriendo en el halago desmedido de imagen y actuación de quien a partir del primero de diciembre habrá de gobernar.

Sobre esto último, es la hora de que la prensa con toda responsabilidad, se ponga a la altura de lo que de ella ha estado esperando la ciudadanía. No más basura e ignominia a cambio de dinero y de  prebendas. El interés empresarial de los medios, aunque legítimo y respetable, debe ceder la prioridad a su alto objetivo de servir a la sociedad

Para concluir, insistiría en que la concordia, el trabajo y el esfuerzo compartido de todos, es la única manera de sacar adelante a Veracruz. Basta ya de desperdiciar tiempo y oportunidades en dimes y diretes, grillas y controversias absurdas, que a nada positivo conducen y que tanto dañan a Veracruz.

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Javier Duarte de Ochoa

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) consideró insuficientes los elementos procesales que presentaron el Partido Acción Nacional y la coalición Para cambiar Veracruz (PRD, PT y Convergencia) sentenciando que es válida la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de Veracruz de conceder la constancia de mayoría y declarar Gobernador Electo a Javier Duarte de Ochoa, candidato de la alianza Veracruz para Adelante. El resolutivo tiene carácter inapelable

R.  Fonseca Flores

“Con un diagnóstico real y una planeación integral entre federación, estado y municipios, Veracruz conseguirá una pronta recuperación económica”, afirmó el gobernador electo priísta  Javier Duarte de Ochoa, y añadió que la ejecución de obra pública siempre generará fuentes de trabajo, mejorará las condiciones de vida de los ciudadanos y atraerá a la iniciativa privada. Muy acertada observación, pero primero tiene que ser gobernador y, por supuesto, de llegar a ser confirmado por el TRIFE tendrá que armar un gabinete a la altura de lo que propone y no es por nada, pero las listas de los listos que le adivinan el pensamiento al joven cordobés, solo mencionan a un ramillete de mediocres y arribistas, entre los que destacan a un broncudo “borrachín” y un muy pero muy cuestionado ex alcalde de Coatzacoalcos, quien arrastra una  enorme colita de roedor.

No basta contar con un diagnóstico lo más apegado a la realidad que hoy vive Veracruz, y un proceso permanente y dinámico de planeación integral que oriente la acción de gobierno, si no se da un proceso de participación ciudadana, sectorial y regional, que proponga, valide, de seguimiento, supervise, evalúe, y ejerza  funciones de contraloría social. Para ello, los integrantes del equipo de trabajo del gobernador tendrían, en primer lugar, saber de democracia participativa y planeación integral y, enseguida, capacidad probada para coordinar en sus respectivas áreas y sectores de competencia, región por región, el cumplimiento tanto del plan estatal de desarrollo como de los programas anuales de gobierno que se deriven de este. Y tal equipo aún no aparece en las listas de los listos politólogos que a conveniencia ante Duarte promueven a sus amigos.

El mismo Duarte de Ochoa afirma que la tarea de reconstrucción y reactivación de la vida económica y social del hoy siniestrado Veracruz, es de todos. No puede marchar por un lado la sociedad y por el otro el gobierno de la entidad. Lo que implica, en primer término, una estrategia incluyente que permita la suma coordinada de esfuerzos, tareas y resultados.

El Copladever tiene que modificarse, ser un organismo autónomo con representación de los tres órdenes de gobierno y participación ciudadana, con réplicas regionales armadas de ojos y oídos en cada municipio de su jurisdicción  para una óptima coordinación y control. Coordinación y complementariedad de los tres  órdenes de gobierno, se dice fácil, lo verdaderamente difícil si no casi imposible, es llevarlo a la práctica con resultados palpables para todos.

Y ahí sí, el Sr. Duarte, caso de llegar a la gubernatura, tiene que compensar inexperiencia con inteligencia, rodeándose de colaboradores capaces y saber delegar y exigir eficacia y cuentas claras. Con politicastros de medio pelo, como los que ya mencionan los clarividentes, se repetiría el desorden y el fracaso que nos hereda Don Fidel Herrera Beltrán. Veracruz ya no quiere más de lo mismo.

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J. Enrique Olivera Arce

“Fidel inició su mandato engañando y lo concluye engañando. Nos mintió a todos”, me comenta un ex alto funcionario del gobierno de Veracruz., por cierto muy cercano a Javier Duarte de Ochoa. Los únicos beneficiarios de un gobierno sustentado en la mentira y el engaño fueron aquellos, por cierto no todos veracruzanos, que conformaran la caterva de jovenzuelos arribistas que, a la sombra protectora y cómplice del “señor”, se enriquecieron sin medida en escasos seis años, agregara a su comentarios mi interlocutor…

Nada nuevo bajo el sol. Conforme se reducen la cuenta regresiva para la conclusión del mandato del Mtro. Fidel Herrera Beltrán y se amplía el plazo para conocer en definitiva la resolución inatacable del TRIFE en relación a la elección de gobernador, entre propios y extraños se arriba a la misma conclusión: Fidel le mintió a los veracruzanos, ofreciendo las perlas de la virgen para terminar con una administración pública en bancarrota y dejando la más abultada deuda pública de que se tenga memoria.

Por cuanto a los jovenzuelos sinvergüenzas, y uno que otro viejo mañoso, nadie se da ya por sorprendido. Los resultados de sus pillerías están a la vista y la ostentación que hacen de estos es del dominio público.

Lo que si no deja de sorprender es que varios de estos últimos, ya se nominan como continuadores impunes del saqueo, como acompañantes de Javier Duarte de Ochoa, hasta ahora gobernador electo de Veracruz, como herencia que Fidel Herrera Beltrán lega a su sucesor. De ahí que se derive la idea de que a lo largo de los próximos seis años, no va a variar, ni un ápice, la tónica de gobierno del hijo predilecto de Nopaltepec. “Fidel será el poder tras el trono”, se afirma.

Nada más alejado de la verdad, me comenta un analista bien informado y profundo conocedor de las entrañas de la fidelidad. Fidel termina y se va de Veracruz, sin dejarle a Duarte mayor legado que la imagen de un pésimo gobierno, así como la titánica tarea de enmendar entuertos, tapar hoyos y coordinar la reconstrucción de un Veracruz abatido por los efectos de una naturaleza desbordada. La realidad es otra, el poder tras el trono será ni más ni menos que Doña Rosa Borunda Quevedo, ya deslindada de los excesos del marido, me dice.

Es cuestión de observar, más que ver, comenta mi informante. Para empezar y bajo el supuesto ya casi un hecho de que Javier Duarte de Ochoa sea el próximo gobernador, puntualiza, la mejor y más destacada virtud del joven cordobés es la gratitud, no existiendo la menor duda de que sabrá honrarla en todo momento. Duarte le deberá la gubernatura a Doña Rosa y no a Fidel, así como de resultarle negativo el resolutivo del TRIFE, el golpe provendrá del comportamiento del actual gobernador a lo largo del proceso electoral y no de la ponderada, discreta  y calculada actuación de la señora, que supo operar con gran acierto en todo el estado desde un exitoso DIF.

Y aún hay más, agrega. Duarte de Ochoa no tiene más equipo político que aquel que Doña Rosa Borunda le acerque. Javier es demasiado joven y sus limitados andares en la vida política, no le han permitido hacerse de un equipo sólido que gire a su alrededor, tanto a nivel de Veracruz como en el ámbito nacional. La señora subsana tal limitante y basta con observar quienes son los personajes de que se está haciendo rodear el gobernador electo, empezando por la ex secretaria auxiliar de Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo, persona muy cercana y de todas las confianzas de la aún Primera Dama de Veracruz

Fidel Herrera es historia pasada, insiste el analista consultado. Lo actual, en términos de poder político, es Doña Rosa Borunda Quevedo y, por cierto, su apoyo a Javier no es de gratis, tenga la seguridad, me dice, de que La llamada fidelidad se agotó y lo que sigue es “La dinastía Borunda”, que dará de que hablar por varios sexenios por venir.

¿Será cierta tanta belleza? El tiempo lo dirá.

Por lo pronto, las vacaciones de tres de los siete ministros de la Sala Electoral del Tribunal Superior de la Federación prolongan la angustiosa espera del resolutivo final sobre la elección de gobernador y, con ello, crece la especulación sobre la posibilidad de la anulación y la designación de gobernador interino.

Y a manera de trascendido, se ha filtrado que en el grupo cercano del Sr. Duarte, Doña Gina Domínguez ya trabaja en el análisis y depuración de medios de comunicación al servicio de la administración pública estatal, privilegiándose criterios tales como tiraje, calidad de contenidos, penetración e influencia local, estatal y nacional, y, en congruencia, montos de convenios a considerar, sobre la base de reducir el gasto en medios y campañas publicitarias, acorde con la austeridad exigida por la situación que se vive en Veracruz.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Tanto insisten en difundir las listas de los listos en las que se barajan nombres y más nombres de presuntos integrantes de los gabinetes, legal y ampliado,  que habrán de acompañar a Javier Duarte cuando menos en la primera etapa de su administración, que se olvida que el TRIFE aún no sentencia a favor del cordobés en el juicio de revisión promovido por Miguel Ángel Yunes Linares y Dante Delgado Rannauro, declarándolo gobernador constitucional de Veracruz, como ya fuera el caso de Durango. Tampoco se asume la más mínima consideración para con el Sr. Duarte, caso de que resultara ser  favorecido por los magistrados del tribunal electoral federal, al anticiparse al propio gobernador electo en decisiones de la absoluta competencia y responsabilidad de éste y, teóricamente, de nadie más.

Si es por pago de facturas o porque tome la sabia decisión de hacerse acompañar en su gobierno por los mejores hombres y mujeres de Veracruz, Duarte ya dará a conocer la integración de su gabinete, en su momento y sin necesidad de consultar los oráculos de los listos de las listas que tanto se esmeran por hacer de la especulación medio para figurar en el ánimo del por ahora gobernador electo.

En el tejemaneje de la geometría política veracruzana, a nadie escapa que la prensa en su gran mayoría únicamente es vocera, corre ve y dile, de quien paga para hacerse destacar o tratar, en el caso que nos ocupa, de influir en el ánimo y decisiones de quien habrá de tener el sartén por el mango a lo largo de los próximos seis años. Nada más, fuera de eso es efímero papel y tinta que se lleva el viento. De ahí que el ejercicio especulativo, las “señales”, el rumor, la presunta filtración, la cercanía de tal o cual personaje en el ánimo del gobernador electo y, por ende, su casi segura integración al gabinete, no tiene más valor en este momento que la propia aseveración de que Javier Duarte de Ochoa, es ya gobernador constitucional por haberlo así dispuesto la mayoría de los veracruzanos.

Algo más. Los listos de las listas, que por cierto son muchos, no toman en consideración que en la actual circunstancia de incertidumbre y espera de la emisión del humo blanco, así como la contingencia social y económica resultante del desborde de la naturaleza e imprevisión de las autoridades, daña más que beneficiar al joven Duarte de Ochoa el insistirse en mencionar como seguros a personajes de dudosos o no muy claros antecedentes, o bien a aquellos que a juicio de varios señorones del PRI, no merecen ser premiados con una posición de primer nivel. Causando esto último resquemor, descontento e inadversión en torno a las decisiones que pudiera tomar sobre el particular el por ahora gobernador electo, como ya está sucediendo en el aún partido escarlata de la fidelidad.

Pero también, y eso es grave para el futuro de la entidad, el mencionarse con insistencia que ya existe un gabinete designado, e incluso la pasarela que auspicia el mismo Duarte, exhibiéndose públicamente con el cuestionado ex alcalde de Coatzacoalcos, con el ex panista traidor Gerardo Buganza, o con el gris ex diputado federal Adolfo Mota, se interpreta como manifestación de soberbia, burla y provocación por aquellos más de millón y medio de veracruzanos que no sufragaran a favor del candidato priísta a la gubernatura en la reciente elección. Poniéndole más leña al fuego a una polarización que aún no enfría en los ánimos de una oposición que guarda esperanzas en torno al resultado de la determinación final e inatacable del TRIFE.

Polarización riesgosa cuando son tiempos de sumar y no de dividir. Hoy más que nunca, frente a los embates de la naturaleza, quiebra técnica de las finanzas públicas, y pérdida de credibilidad en la eficacia gubernamental, es exigible la unidad, buen juicio y solidaridad de todos en torno a quien habrá de gobernar a Veracruz.

El horno no está para bollos en el escenario nacional y, por consecuencia, en el ámbito estatal,  por lo que lo más recomendable en la coyuntura sería paciencia, moderación, humildad y respeto a las mayorías. Caso contrario, la pesadilla pudiera hacerse realidad sin estar preparados para enfrentarle. El ahora optimista escenario veracruzano podría revertirse. Todo está dado para que Duarte sea ratificado por el TRIFE, pero la moneda está aún en el aire, el presunto triunfo pende de un hilo que podría reventarse por lo más delgado. Bastarían cuatro votos de igual número de Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para configurar una derrota no prevista.

A propósito. Por ahí leí que en toda estrategia militar, se le apuesta siempre al triunfo en batalla,  pero nunca deja de considerarse el escenario de una posible derrota, debiéndose prever una honrosa y ordenada retirada, reduciendo al mínimo el costo del traspiés. ¿Lo estará tomando en cuenta el joven Duarte y su respaldo partidista?

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