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Tag Archives: Voto ciudadano

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Imagen mediática: México transformado en un espectáculo circense, en el que los ciudadanos son simples mirones de palo.

El tema de la inseguridad y estrategias adoptadas para combatirle con relativa eficacia, cede prioridad a corrupción e impunidad, no porque ya se diera el primer paso en la reforma constitucional aprobada por el Congreso de la Unión que culminará con la creación de un inicuo sistema nacional anticorrupción, sino porque tras esta cortina de humo mediática, la realidad, siempre la terca realidad que nos agobia hoy día se impone, mostrándonos con toda crudeza los alcances del proyecto neoliberal de país que promueve Enrique Peña Nieto.

PEMEX dejándose morir por inanición y saqueo; distribución y expendios de gasolina serán propiedad de Coca Cola; la Fiscalía General de la República y la Cámara de diputados bajo la influencia del duopolio televisivo; el rumbo de la educación determinada por la cúpula empresarial. Y aún hay más. La anormalidad democrática, la improvisación, despilfarro de recursos públicos e ineficiencia, por sobre los principios básicos de la democracia representativa, llegaron para quedarse gracias a las presuntas reformas estructurales del Sr. Peña, avaladas por el Congreso de la Unión.

La economía no repunta; el desprestigio del aparato gubernamental del Estado crece, y el malestar y precarización de la sociedad se expresa en la calle sin ser escuchado y atendido.

¿Hasta cuándo?

Hasta que el pueblo quiera, sería la respuesta a esta interrogante si éste estuviera dispuesto a recuperar para sí la representación popular y la conducción del Estado mexicano hoy secuestrados por una partidocracia al servicio de los poderes fácticos.

Palabras mayores muy lejos de posibilitarse. La dispersión e inorganicidad de los movimientos sociales que están por la resistencia y un cambio verdadero lo impiden. Descontento, hartazgo y un legítimo deseo de cambio, no son suficientes para modificarle la plana al régimen político vigente, en tanto la movilización social no cuente con organización unitaria y un programa mínimo que estableciendo denominadores comunes consensuados, convoque a una acción orgánica consecuente para rescatar lo que en principio es del pueblo para el pueblo.

Esto viene a colación en virtud de que son muchas las voces que, a partir de la condición actual de la resistencia social, expresan con conocimiento de causa que por la vía electoral las cosas seguirán igual. El PRI en alianza con el bodrio verde que le sirve de comparsa y cómplice, tiene ganadas de antemano las elecciones de junio y con ello el fortalecimiento de políticas públicas y desplantes legislativos, que no conduciendo positivamente a ningún lado, profundizan las contradicciones de un modelo de país neoliberal que las mayorías por principio rechazan.

Conocedores del paño, al derecho y al revés, del centro a la periferia y de la periferia al centro, politólogos y analistas con amplia experiencia en lides electorales, lo afirman sustentándose en el hecho por ahora irrefutable, de que el partido en el gobierno gana por el sólo hecho de contar con una maquinaria estratégica legal y extralegal que, a lo largo y ancho del país mantiene el control de un voto duro que es suficiente para mantener el actual estado de cosas. La pulverización del sufragio auspiciada por el régimen, sustentada en 10 partidos políticos con registro nacional, la figura electoral de los candidatos independientes, y n número de votos nulos o los que se le otorguen al “gato Morris” entre otros, como candidato no registrado, da cuenta de ello.

Paradójicamente, el abstencionismo jugaría a favor de la alianza PRI-PVEM.

Siendo el PRI-gobierno dueño de las canicas, son sus reglas las que habrán de prevalecer en el juego, y el que no le guste que tome su ropa y abandone la fiesta.

En la farándula electoral de junio próximo, el afiche deseado anunciando a Enrique Peña Nieto Vs. Descontento y hartazgo en la contienda por la mayoría absoluta en la Cámara de diputados, no se verá.

La lógica más elemental así lo indica. La estructura o maquinaria electoral construida a lo largo de más de ocho décadas no contempla competencia alguna que pueda surgir de una oposición partidista dispersa, pulverizada, sin liderazgos de peso y además, financieramente en desventaja. Y ni qué decir de los movimientos sociales, sin acceso real al juego electoral y sin posibilidad alguna de modificarle la plana al Sr. Peña en su intención de contar con mayoría legislativa absoluta que avale la profundización de su proyecto neoliberal contrario a soberanía e independencia nacional.

La voz de la experiencia parece tener razón, hay que reconocerlo. ¿Por quién van a votar los ciudadanos descontentos ya en el límite del hartazgo, para expresar por la vía electoral su deseo y voluntad de cambio? No hay opción. Se vote por quien se vote, el resultado de la elección de diputados federales a favor del PRI pareciera ya un hecho irreversible.

Luego, sin renunciar al derecho conquistado a votar y ser votados, mexicanos de a pie, hombres y mujeres comprometidos con la necesidad de cambio, están en la tesitura de tener que buscar caminos alternos que forcen al régimen a modificar un statu quo contrario al interés nacional. Caminos sólo viables si se transitan con unidad orgánica de propósitos, estrategia y táctica comunes que hagan prevalecer el peso de lo que hoy por hoy es la principal fuerza política llamada a mover a este país. Esta asignatura pendiente es la que hay que enfrentar.

El adversario no está en el circo de los enanos de enfrente sino en el seno mismo de la movilización social y combatirlo con responsabilidad, talante democrático y visión de largo plazo es la tarea. Un paso a la vez, haciendo camino al andar sin perder de vista el objetivo de rescatar a México, librándolo de las cadenas que hoy le atan a un modelo de país contrario al sentir y voluntad de los mexicanos.

Sufragar sí, mostrando masivamente el músculo como primera fuerza política de este país, con un voto razonado que exprese que la civilidad y aspiraciones democráticas no están reñidas con el descontento y el hartazgo. El PRI no es eterno y hay que hacérselo saber.

A decir de los expertos consultados en nuestra aldea, esta es una realidad que no puede ignorarse por más optimismo y confianza en la vía electoral que domine en el escenario de una movilización social de rechazo y resistencia.

En este supuesto Veracruz podría ser la excepción. El horno no está para bollos y de aquí al día de la elección podría estallar el cohete ya cebado, dejando al PRI en la estacada.

Hojas que se lleva el viento

El deterioro político, económico y social está presente en todo el país. Con mayor o menor incidencia, en todas las entidades federativas está dejando huella, ninguna está a salvo lo mismo en inseguridad, corrupción impune e ineficiencia para enderezar el rumbo. El principal obstáculo para enfrentar el deterioro creciente es el no reconocer el fenómeno y actuar en consecuencia. En la aldea, lo mismo la administración pública que partidos políticos en los cuernos de la luna; el aquí no pasa nada cuando la lumbre llega a los aparejos es cosa de todos los días. El beneplácito mediático oficial para con un estado de cosas que con números duros apunta al desastre, es inaudito. Vamos bien, la estrategia adoptada es la correcta, es la respuesta, dejando para mañana lo urgente ante lo importante de un proceso electoral ya no del 2015, sino el que viene en 2016. La sucesión del inepto Dr. Duarte de Ochoa se impone por sobre la alerta del derrumbe, sin que entre los aspirantes a la gubernatura de dos años tengan la menor idea del cómo y con qué sacar al buey de la barranca. Muchos son los que aspiran y nadie de entre ellos parece tener conciencia de que la urgencia por atender es hoy y no mañana.

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El pasado sábado se realizó el festejo del primer aniversario del portal Sociedad 3.0 con nutrida asistencia de directivos, miembros fundadores, colaboradores y amigos que brindaron expresando su beneplácito por los logros alcanzados por la empresa periodística a lo largo de los últimos 12 meses y deseándole larga vida a un portal veracruzano que en muy corto tiempo, se ha posicionado como uno de los más visitados en la WEB.- Xalapa, Ver., marzo 3 de 2015.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Si se quiere que las cosas sigan como están es preciso que todo cambie”: Giuseppe Tomasi di Lampedusa 

 El bombardeo mediático en las primeras escaramuzas de los presidenciables y aspirantes a ocupar un lugar en el Congreso de la  Unión,  a intensidad plena.

 Los medios de comunicación con todo para cumplir con su cometido, para eso les pagan. La vida cotidiana de la gente les tiene sin cuidado, la prioridad la tienen los candidatos en un proceso electoral que camina sobre el curso previsto, atosigar al electorado para vencerle por cansancio.

 No se puede ver de otra manera, día y noche se bombardea a una opinión pública a la que al parecer, por ahora, parece no importarle lo que hagan, piensen o digan partidos políticos y candidatos. La gente se prepara para el disfrute del asueto de Semana Santa, la política y todo lo que de ella se deriva en tiempos electorales ni le va ni le viene. Cómo estirar el dinero para simultáneamente cubrir los gastos del hogar y sacarle jugo a las vacaciones, es la preocupación que está presente en el ánimo de la población.

 Lo paradójico hasta donde es dable enterarse por lo que difunde la prensa, es que teniendo como objetivo el convencer a los indecisos, toda la carne en el asador está puesta en convencer a los ya convencidos. Eventos masivos, declaraciones y tenor del discurso se ven arropados por el voto duro partidista. La pasarela, los acarreos, el lonche, las porras y el aplauso fácil coronan el festejo electoral como si entusiasmo y cuantiosos recursos derramados, tuvieran efecto multiplicador en el ánimo de los llamados indecisos e incluso en aquellos para los que la mejor opción es el abstencionismo, el voto nulo ó el inútil a favor del independiente  “Juan de los palotes”.

 Si tal efecto multiplicador es el propósito buscado, este se revierte. Para unos, los que se consideran “pensantes”, la parafernalia electoral confirma corrupción, manipuleo y simulación. Para los más, el ruido mediático es eso, ruido sin ton ni son que no invita a participar en el jaleo, mucho menos al debate o la reflexión sobre el mensaje emitido por los ahora salvadores de la patria. Entre más bombardeo mediático mayor es la desconfianza y el rechazo que nos merece la partidocracia.

 Más cuando para el imaginario popular no escapa que el costo de la parafernalia electoral descansa sobre los hombros del contribuyente. “Si el dinero que hoy se tira a la basura se destinara a obras y servicios en beneficio de la colectividad, otra cosa sería”, se escucha. Nadie está de acuerdo en que se dilapiden recursos públicos para sostener campañas políticas anodinas en las que la imagen de los candidatos y el manido discurso “unicode”, preñado de lugares comunes, van por delante de propuestas y soluciones viables para un país que exige respuestas.

 No más pobreza, no mas hambre”, promete un Peña Nieto coreado por la cauda de grises candidatos a senadores y diputados. Más de lo mismo, lo mismo de siempre en un ejercicio que se repite trienio tras trienio, reciclándose promesas que jamás serán cumplidas. El gatopardismo como estrategia, principio y fin del círculo perverso de la política electoral. Ofrecer el cambio para seguir igual.

 El deber obliga, convencido o no por tal o cual candidato el electorado en su mayoría le cumplirá a nuestra incipiente y deformada democracia. “Tu voto vale” nos dice de manera reiterativa el slogan del IFE. Valga o no, la gente votará en julio próximo no por el candidato que mayores o menores recursos dilapida, tampoco por el mejor o el menos peor, sino para reafirmar la reivindicación largamente agitada y aún no materializada en el México de hoy y de siempre: democracia participativa y legítima representación popular.

 Reclamo vivo y latente en la memoria histórica, que no por pacífico y por los cauces legales, deja de ser auténtico como expresión del viejo anhelo de vivir con dignidad en libertad. Aunque partidos y candidatos la ignoren, la ciudadanía en las urnas la refrenda, una y otra vez, para recordarse a sí misma que la esperanza muere al último.

 Hojas que se lleva el viento

 Andrés Manuel López Obrador advierte que el destino de la elección presidencial se sustenta en el escandaloso dispendio sin control alguno de dinero por parte de sus adversarios. Llama a contrarrestar la avalancha con participación consecuente de la ciudadanía. Multiplicar participación y organización desde abajo pide a sus seguidores, mientras Peña Nieto le responde con más estruendo mediático en lo que será la campaña más dispendiosa e inútil de la historia de México.

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Muere Miguel de la Madrid Hurtado pero no el recuerdo de un hito histórico. Frente a la parálisis del gobierno tras el sismo del 85, la gente en la ciudad de México salió a la calle, sin distingo partidista se solidarizó con sus hermanos en desgracia y se organizó con eficiencia y eficacia para atender las tareas de rescate. El pueblo sabe responder cuando la ocasión lo amerita ¿por qué no ahora que la simulación y corrupción nos conducen al desastre?

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 Mala suerte de Josefina, cuando no se le vacían los estadios, las palabras se le hacen bolas en el discurso. Por el mareo no hay tos, cualquier candidato pierde el piso cuando se sube al ladrillo.

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 En la aldea el silencio simulado decretado por Javier Duarte en atención a la veda electoral para los servidores públicos, hace agua. La tentación le gana a la razón, el triunfalismo mediático sustituye a lo que debemos entender por buen gobierno. ¡Lleno total en puntos turísticos! ¡La verdad cae por su propio peso! ¡Pese a las campañas sucias el turismo ha llegado a Veracruz!: Javier Duarte de Ochoa en tiempos de veda.

 Si Veracruz cuenta o no con dos de las playas más sucias del país, es el tema de los dimes y diretes entre  el gobierno de la entidad y la Semarnat. Ya en el arranque del período vacacional de Semana Santa, con o sin “campaña sucia”” de por medio por parte de la autoridad federal, de ambas versiones aún siendo dudosas es más fácil creerle a la vertida por la Semarnat. No por nada pero lo cierto es que el gobierno de Veracruz tanto miente y tan seguido,  que ha perdido toda credibilidad. Por lo pronto nuevamente estamos a la espera de “2.5 millones” de turistas de jícama y horchata a los que les importa un rábano lo que se diga o deje de decir sobre la calidad del agua en las playas, lo importante es el remojón. Esperemos que a la secretaria estatal de turismo no se le despinte el bikini o le de sarpullido, tras la zambullida oficial ordenada por quien dicen manda en Veracruz. Mérida, Yuc., abril 4 de 2012 

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