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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

 “Seriedad y rigor” pide Andrés Manuel López Obrador a los encuestadores, como respuesta a lo publicado por Milenio que basado en el sondeo diario de Gea-Isa, afirmara que el candidato de las llamadas izquierdas rebasó a Josefina Vázquez Mota encontrándose ya en el segundo lugar de la contienda por la presidencia de la Republica. “El ave canta auque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas…”, diría Salvador Díaz Mirón.

Y tiene razón, un día después la misma casa encuestadora nos dice que Josefina cual galgo tras el conejo (EPN),  recuperó el segundo lugar..

Cada candidato tiene su personal manera de matar pulgas y de tentarle el agua a los tamales. Andrés Manuel confía más en lo que percibe de la gente en sus recorridos por el país que en encuestas a modo que por principio de cuentas “son herramientas propagandísticas pagadas”. Se le podrá ubicar en el segundo o tercer lugar por las casas encuestadoras, según convenga a quien les paga, que eso seguramente lo tiene sin cuidado. El tabasqueño sabe su cuento, tiene su propio servicio de monitoreo que registra el ánimo del electorado región por región. Así como es conciente de que su principal “talón de Aquiles” es ser postulado por pequeños partidos políticos más que cuestionados por la opinión pública, cuyos candidatos al Senado y a la Cámara de Diputados en su mayoría vivales y oportunistas que no teniendo nada que hacer en la izquierda, dejan mucho que desear para una ciudadanía que no entiende como se puede cambiar a México con tal tipo de gente.

“Soy respetuoso de las decisiones internas de los partidos que me postulan”, ha señalado en diversas ocasiones. Tal concepto de respeto le obliga a ir al baile con las más feas y lo sabe. Así como es conciente, por lo que en el 2006 me expresara, que por encima de los partidos políticos de la llamada izquierda y su insaciable burocracia está una mayoría de mexicanos que no solo está a favor del cambio, sino que exige que éste se lleve hasta sus últimas consecuencias.

Si en la elección del 2006 el “affaire Bejarano” le golpeara en la línea de flotación, generando toda una corriente de repudio, que fuera minimizada por la destacada participación ciudadana que se reflejara en las urnas, hoy arrastra el peso negativo de las tribus perredeístas bajo el control de “los chuchos” colaboracionistas, así como el de la burocracia oportunista del PT y Movimiento Ciudadano, que postulan a candidatos en su mayoría por principio rechazados por los votantes potenciales, pero afines al interés coyuntural de los partidos postulantes que velan por mantener prerrogativas y prebendas.

No hay de otra, para los toros del jaral los caballos de allá mismo. No se puede inventar de la noche a la mañana un partido político reformista de izquierda, con personeros idóneos, capaz de afrontar los retos que implica la voluntad política de cambio de López Obrador. En su momento rechazó la idea de renunciar al PRD, no por confianza en la dirigencia sino en las bases que le merecen singular aprecio. Hoy paga el precio pero a un costo menor si consideramos que tanto en el PRD como en los partidos coaligados, la militancia está aprendiendo a reconocer quien es quien en la vida político partidista interna. Reflejándose ello en el Movimiento Nacional de Regeneración Nacional que está con AMLO sin necesariamente estar con las dirigencias burocráticas de los partidos de la llamada izquierda.

Andrés Manuel podrá ser derrotado una vez más por el sistema electoral vigente, pero la escuela que éste impulsa llegó para quedarse, enriqueciendo la incipiente democracia hoy secuestrada por la partidocracia. Con visión de amplio horizonte en ello confía López Obrador como candidato, a ello le ha apostado y de aquí a julio se verá de que cuero salen más correas en una sociedad más participativa, mejor informada y convencida de que en las urnas se definirá si pesa más el pesimista más de lo mismo ó el optimista y esperanzador cambio de modelo con un nuevo proyecto de país.

Lo que las encuestas oficiosas ocultan o manipulan es que por encima de sus resultados oportunamente publicados, está la voluntad de cambio que como necesidad objetiva percibe la gente que no habla, que no opina, que no corre el riesgo de ser privado del empleo por disentir, pero que el día de la elección ejercerá su derecho a sufragar por lo que la conciencia le dicte. En tal sentido, como lo expresáramos en enero pasado, el poder de las encuestas no está en los encuestados sino en aquellos que las encuestadoras ignoran.

Hojas que se lleva el viento

Triste y lamentable el accidente carretero en el que perdieran la vida más de 43 jornaleros veracruzanos. Después del niño ahogado el gobierno de Veracruz y el municipal de Coatzacoalcos, solícitos pretenden tapar el pozo cubriendo los gastos funerarios de los fallecidos, así como brindando apoyo a sus familiares, obviando que los trabajadores del campo tienen que emigrar en busca de oportunidades ante la falta de empleo remunerativo en la entidad. “Veracruz se encuentra de luto”, dice Duarte de Ochoa politizando el dolor ajeno. Como siempre, la doble moral y doble discurso del gobernador veracruzano para el que todo es prosperidad en Veracruz, sale a relucir. En este marco de simulación los candidatos a senadores por el PRI se llenan la boca comprometiéndose a transformar la realidad del campo veracruzano. Adalides del rescate de un agro desmantelado que su partido propiciara, ignoran que el reconstruir el aparato productivo agropecuario pasa necesariamente por el cambio de modelo económico y social que le impusieran al país tres presidentes priístas y dos panistas. Cambio de modelo que no entra en sus planes proselitistas como se percibe en un discurso trillado en el que ofrecer y prometer lo que no se está dispuesto a cumplir reduce las campañas proselitistas a un despliegue oneroso de promoción de imagen.

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Para poner fin al desgarre de vestiduras de nuestra hipócrita “clase política”, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calificó como “una decisión soberana” la decisión del gobierno argentino de nacionalizar una parte del capital de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), hasta el lunes pasado filial de la española Repsol. “Es una decisión por parte de un país soberano y los mejores intereses de los inversionistas habrán de ser defendidos por los inversionistas mismos y por el país que recibe la inversión”, declaró este viernes Nicolás Eyzaguirre, director del departamento de América Latina del FMI, en una conferencia de prensa durante la reunión de primavera del organismo. Luego en México lo que cabría es una explicación detallada por parte de las autoridades de Pemex y de Felipe calderón, sobre los términos y bajo que condiciones la paraestatal invirtió varios miles de millones de dólares en acciones de la empresa española, cuando debió aplicar esos recursos a ampliar la capacidad de refinación de crudos en México.

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En la aldea es de llamar la atención el que un destacado periodista veracruzano cambie de camiseta en cada elección. Ya fue candidato del PRD, después de Convergencia declarándose fiel seguidor de López Obrador. Hoy está al servicio de los candidatos del PRI y sale con el desatino de que Andrés Manuel en su reciente visita a Xalapa, a diferencia del pasado, en un evento desangelado apenas si reunió a dos o tres centenas de seguidores. Ni hablar, ser “contreras”  no es negocio. “El PRI si sabe salpicar, López Obrador y sus izquierdas no dan nada”. “Estar a favor del tabasqueño es romanticismo sin futuro”, afirman otros escribidores oficiosos.

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Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En los jóvenes está el ganar o perder el futuro.

No hay que confundirse. La encuesta para definir quién abanderará a la izquierda electoral en la contienda por la presidencia de la República, fue abierta, participando ciudadanos sin distingo partidista y no, un ejercicio cerrado al interior del PRD.

Está más claro que el agua que Marcelo Ebrard declinó a favor de Andrés Manuel reconociendo que la encuesta no le favorecía, en un gesto de civilidad, honestidad y congruencia, pero también de pragmatismo y realismo, a pesar de y no con la aceptación tácita de la cúpula del partido del sol azteca  bajo el control de la corriente de “los chuchos” que, como lo expresara Jesús Ortega, acata pero se reserva el derecho a disentir al apostarle a un proyecto distinto al de Andrés Manuel. ¿Cuál proyecto distinto? El chucho mayor se cuida de no señalarlo abiertamente.

Luego si las cosas se dieron a favor del político tabasqueño a pesar de las preferencias de “los chuchos”, cabe entonces considerar que el presunto paso adelante en la búsqueda de la ansiada unidad de la izquierda electoral en la ruta del 2012, no es cosa acabada. Falta aún ver cual es el as que se saque de la manga la cúpula tribal del PRD, que aún cifra sus esperanzas en que el órgano electoral interno del partido –bajo su control- emita su última palabra en la selección de candidato. Luego queda un obstáculo por salvar para que López Obrador pase de aspirante único a pre candidato del partido del sol azteca y, posteriormente, a candidato de unidad en la alianza PRD, PT, Movimiento Ciudadano.

Conociendo como se las gasta el chuchismo y las expresiones o tribus que controla, en unos cuantos días todo puede pasar. Pues no es lo mismo “acatar” de dientes para afuera que volcar lo que queda del PRD a favor de Andrés Manuel. No descartándose la posibilidad de que bien Calderón Hinojosa, bien Salinas de Gortari, metan de última hora la mano en el proceso, y no solamente para tentarle el agua a los camotes.

 En Veracruz sabemos bien de cómo teje el paño en medio del cochinero el grupo de vivales que lo mismo están con el pinto que con el colorado, cuando van de por medio sus intereses espurios. Todavía el domingo pasado trabajaban moviendo sus hilos a favor de Marcelo Ebrard y descalificando a López Obrador, sorpresivamente, para el martes todo el aparato cupular veracruzano se manifestó públicamente a favor del tabasqueño. Tras conocer el resultado de la encuesta abierta que diera lugar a la declinación del jefe de gobierno del D.F., sin mediar consulta previa a las bases, de manera unánime cambió de camiseta. Así se manejan nuestros aldeanos perredistas manipulados lo mismo por la corriente de “los chuchos” con Rogelio Franco Castán, como artífice local, que por el gobierno estatal por conducto del subsecretario Erik Lagos. En el todo nacional donde queda aún presencia relativamente importante del PRD, igual, no cantan mal las rancheras cuando se trata de sacar raja en nombre del partido.

Varias tribus están aún con Marcelo Ebrard como “Foro Nuevo Sol”, entre otras, pero al igual que Jesús Ortega, acatan de dientes para afuera pero no están convencidos de la viabilidad del proyecto lopezobradorista. Y aún así, se pronuncian a favor de una acuosa  unidad en torno a lo que se definirá como “Frente Amplio de la Izquierda” en alianza con el PT y Movimiento Ciudadano.

Si el cálculo no falla, si no hay cambio de última hora, en este resbaladizo escenario tendrá que navegar Andrés Manuel entre las filas del perredismo. Tejiendo fino y negociando, administrando el conflicto y controlando daños colaterales para  evitar ser traicionado en el camino. De ahí que lo deseable es que antes de cualquier cosa, la tarea primaria sea la de echar a andar las bases para que sean estas las que al interior del partido se haga una limpia a profundidad, haciendo a un lado a cuanta sabandija y sanguijuela conocida que pudiera reproducir el trillado esquema de una guerra interna de todos contra todos en medio del lodazal.

Mientras esto último no se de, para la opinión pública y en ello va el voto  de los indecisos, Andrés Manuel cargará a cuestas con la imagen negativa de un PRD repudiado por sus prácticas mafiosas y antidemocráticas. La honestidad y recuperación de principios y valores éticos y morales, como reivindicación eje central de campaña, no tendría efecto alguno entre los posibles votantes, frente a la pésima imagen de un partido que sustentándose en todo lo contrario, se resistiera a iniciar al interior de sus propias filas el cambio deseado para el país.

Eso, a mi juicio, sería lo ideal. Empezar por limpiar la casa. Sin embargo, el tiempo apremia, los plazos fijados por la legislación electoral no dan para trabajar hacia adentro y hacia fuera, luego no queda de otra que correr el riesgo y apostándole a la suerte, bailar con la más fea de la tertulia; confiándose lo mismo en las bases de los partidos coaligados que en la llamada sociedad civil impulsada en consecuencia por la estructura de “Morena”, si es que esta última asociación es lo que afirma ser.

Sea cual fuere la estrategia a seguir por el aún aspirante de la izquierda electoral a la presidencia de la República, lo cierto es que, con “los chuchos” o contra estos, en este nuevo intento Andrés Manuel López Obrador tendrá que ponerse a prueba e ir con todo, cuidándose de sí mismo controlando sus arrebatos viscerales predicando con el ejemplo, con la seguridad de que una gran mayoría de los mexicanos, en especial la clase media empobrecida y los jóvenes, que está por el cambio y no por el más de lo mismo que oferta el PRIAN.

Y aquí cabe insistir en  nuestra sugerencia a los jóvenes seguidores de Andrés Manuel:

Actuar con inteligencia y mesura, conscientes de que una elección no se gana con chascarrillos de mal gusto, descalificaciones viscerales y, mucho menos, a mentadas de madre. Debe imponerse la fuerza de la razón y confrontar al adversario, que no enemigo,  con organización y sed de triunfo. Que la idea de la necesidad de cambio se abra paso por sí misma en el hogar, la escuela, en el centro de trabajo o en el sindicato, a partir del respeto, inclusión y tolerancia que cada quien quisiera para sí mismo. El sectarismo y la intolerancia no tienen cabida si realmente existe la convicción de que, hoy por hoy, se presenta una nueva oportunidad para impulsar a la izquierda electoral en el camino de la regeneración del país y construcción de expectativas de progreso en democracia  para las nuevas generaciones. En ustedes, los jóvenes, está el ganar o perder el futuro.

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"Chucho" Zambrano

México.- La Comisión Política Nacional perredista destacó que será la Comisión Nacional Electiva la que seleccionará a todos los candidatos, incluido el presidencial, y que las encuestas sólo serán el método para orientar sobre la preferencia del aspirante.

Aclaró que en cumplimiento a los Artículos 95 al 99 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) y en observación a los estatutos del partido, se acordó que el método oficial de selección de abanderados sea el de Consejo Nacional Electivo. El Golfo.info

Pulso critico

J. Enrique Olivera Arce

“La identidad de deseos y la convergencia de voluntades son, por extraño que pueda parecer, las causas más corrientes de los conflictos”. Giovanni Papini

Teniendo como marco referencial a una crisis de identidad, representatividad, credibilidad, así como de confianza ciudadana, cada vez más profunda de los partidos políticos en México, el Partido de la Revolución Democrática es a mi juicio el primero en tocar fondo. No es la primera vez que comento tal percepción.

Nacido como la suma de una heterogénea multiplicidad de grupos lo mismo de la izquierda socialista histórica -salida de la clandestinidad- que de movimientos sociales urbanos, rescoldos de los viejos y desgastados partidos de izquierda electoral y no pocos desilusionados del PRI, se fortaleció en la coyuntura sin haber logrado la ansiada unidad en torno a una plataforma ideológica común y un  programa de acción con visión de largo plazo.

Sometiéndose a las reglas electorales de un sistema político nacional prediseñado para la continuidad del partido hegemónico en el poder, más temprano que tarde el PRD fue cooptado, asimilado y ganado por la corrupción y espurios intereses personales y de grupo, deviniendo en lo que hoy conocemos como el costal en el que, cual perros y gatos, tribus de lo más disímbolas andan a la greña permanentemente.

Teoría y práctica revolucionaria se diluyó en el camino para unos, en tanto que para otros, simplemente nunca abrazaron ideología y programa de acción alguna que les identificara como de izquierda, en los términos históricos de la connotación de tal definición política.

Los mejores tiempos electorales en la breve historia del PRD, se dan con el impulso a las candidaturas de Cuauhtemoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente, que en su momento recogieran, canalizaran y capitalizaran el creciente descontento popular  frente a un régimen político, agotado que, de la mano con el partido hegemónico, no supo o no quiso encontrarle la cuadratura al círculo, en la transición del modelo estabilizador de desarrollo al proyecto neoliberal en boga.

Para los tecnócratas que para entonces se incrustaran en la administración pública para más tarde hacerse del poder formal en México, se encontró más cómodo y conveniente el transitar por el camino de la alternancia con la derecha antes que permitir el acceso de las izquierdas a la conducción del país. El papel asignado al PRD de comparsa en la democracia electoral simulada, hasta ahí llegó en sus aspiraciones por ganar el acceso a la primera magistratura del país. Topo con pared como instrumento político útil pero incómodo para el sistema dominante.

De ahí  para adelante, se conformó con las migajas, obteniendo algunas gubernaturas, alcaldías y representación tanto en el Congreso de la Unión como en las legislaturas locales. Perdido en la coyuntura el objetivo inicial, la pugna por el reparto de canonjías y prebendas, los arreglos en lo oscurito por mayores tajadas del pastel asignado, ha sido la constante.

En un permanente todos contra todos, los “liderazgos” tribales se divorciaron de la mayoría de las bases partidistas, alejándose de los movimientos sociales en que se apoyaran tanto para impulsar la candidatura presidencial de Cuauhtémoc como en su caso la de López Obrador. Hoy con dificultad el PRD se sostiene como la tercera fuerza electoral manteniendo su registro en tanto aún es funcional al régimen político. Debilitado y auto flagelado, el PRD se enfrenta en la coyuntura a la posibilidad de capitalizar una nueva y más fortalecida oleada de descontento popular con rumbo al 2012, sin el menor asomo de viabilidad. Si aún le es útil al régimen, para la gran mayoría del pueblo de México dejó de ser referente de la izquierda nacional.

Carente de visión de largo plazo, privilegia al personaje que mejor conviene a sus intereses y no a un proyecto de nación con el que se apueste al cambio y transformación del país. De ahí que de espaldas a sus propias bases y a la realidad nacional, los “liderazgos” tribales en la cúpula se polaricen entre optar por una candidatura de unidad con Andrés Manuel o con Marcelo, auspiciando división y dispersión entre sus filas. El cochinero y la búsqueda del acceso facil a la mazorca, de antemano pierde a las tribus en un nuevo intento coyuntural por ascender en la escala del sistema político nacional, dejando libre el camino ya no al PRI sino al PRIAN que, con el común acuerdo de los dos partidos con mayor presencia en México, representa los intereses de una derecha conservadora vinculada a los poderes fácticos domésticos y externos.

Para algunos poco informados, lo que alcanzan a percibir e interpretar es un “pleito brutal” entre López Obrador y Marcelo Ebrard, sin entender que el problema por el que atraviesa el PRD es de carácter estructural, resultado de una crisis general del sistema político nacional que se expresa con mayor profundidad en el eslabón más débil de los tres partidos mayoritarios. Lo que para el PRD está en juego es su supervivencia como ente político colaboracionista y afín al sistema, en tanto que para el movimiento que encabeza el político tabasqueño, con perspectiva de largo plazo, lo que se juega es el como ir más allá del 2012 como un nuevo partido político de izquierda que represente a las fuerzas progresistas en México.

Así que, resumiendo, la disputa política que no pleito personal entre los dos aspirantes del partido del sol azteca a la candidatura presidencial, no es otra que, por un lado, el objetivo de supervivencia del desgastado PRD como representante de la izquierda electoral y, por el otro, el afán del Movimiento de Regeneración Nacional de ser este, como partido político, el que impulse con visión de futuro un nuevo proyecto de nación acorde con la nueva realidad del país, desplazando y sepultando a lo que queda del partido del sol azteca. Bajo esta óptica, el PRD está muerto y aún insepulto para la vida política futura de México.

Las presuntas diferencias personales entre Marcelo y López Obrador, a mi juicio no pasan de lo anecdótico alimentando mediáticamente los buenos deseos de la derecha. Si Ebrard gana la mayoría de preferencias necesitará de “Morena” y de Andrés Manuel para hacer un papel medianamente digno como candidato en la elección presidencial. Si al contrario, en la selección interna triunfa Andrés Manuel, con o sin Marcelo, con o sin “los chuchos”, e incluso con o sin el PRD, el nuevo proyecto tanto de las izquierdas como de la nación para el mediano y largo plazo contemplará en el 2012 la búsqueda de Los Pinos como una meta, un alto en el largo camino por recorrer en el proceso democratizador de la vida nacional.

El propósito y objetivo último del Movimiento Nacional de Regeneración es la transformación de México, en tanto que los propósitos del PRD se circunscriben a objetivos y metas cortoplacistas de reparto de prebendas, así como del usufructo de las prerrogativas que de acuerdo con la legislación vigente, les otorga el pueblo de México. A mi juicio, ahí residen las diferencias.

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El Universal

El ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, adelantó hoy en Querétaro  que el movimiento que encabeza «muy seguramente» romperá con el Partido de la Revolución Democrática (PRD),  pues la dirigencia de este partido pactó una alianza electoral con el Partido Acción Nacional (PAN).

«Ya pactaron ir juntos en el 2012, los dirigentes del PRD con el PAN. Entonces eso es un acto de traición. Nosotros vamos con la gente, a construir una alianza amplia con los ciudadanos», afirmó el político tabasqueño.

“Si se mantiene el contubernio con el PAN, nosotros pintamos nuestra raya. Entonces, sí habrá ruptura porque nosotros no vamos aceptar el acuerdo con el PAN», expresó el político tabasqueño.

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“O se salva en el 2012 o se muere el PRD”, afirmara con todo desparpajo (o desverguenza)  el diputado local veracruzano  Manuel Bernal, en rueda de prensa.

No se a que PRD se refiera el Sr. legislador y líder vitalicio de una amplia agrupación que, por el origen humilde y un sinnúmero de necesidades no satisfechas que les agobia, tiene presencia en las más excluidas colonias de la capital veracruzana.

¿Al PRD azul de los chuchos? ¿Al PRD negro amarillo de Marcelo Ebrard? ¿Al PRD rojo y amarillo de López Obrador? O al cadáver insepulto que por sus malos olores es objeto de repulsa en Veracruz.

Es difícil saberlo a ciencia cierta. Son tantas las corrientes, tribus, grupúsculos, capillas de dogmáticos conspiradores, y una bien engrasada maquinaria de oportunistas y vividores que conforman a un partido político que, tras un mal parto, padece endémica deformación, que identificar a unos u otros resulta ya, para todos, titánica tarea. Más fácil resultaría preguntarle al propio legislador que especificara a cual PRD se refiere y en que tribu milita, para salir de dudas. Su respuesta podría dar luz sobre el difunto  que en el 2012, dice,  resucitará de entre los muertos, por obra y gracia de Calderón Hinojosa, o ya, en definitiva, se le da cristiana sepultura por ya no responder a los intereses de la partidocracia en el poder.

En este espinoso caso del zombie perredista, el ex diputado local, Uriel Flores Aguayo, en un apretado texto, pretende sintetizar lo que a su juicio da lugar a la actual crisis de la izquierda en México;  enfatizando que si bien, a pesar de su divisionismo crónico siempre ha tenido la esperanza de un futuro mejor, “ahora pareciera que la lucha es entre los defensores del cascarón y los que levantan machetes para cortarles las cabezas a los infieles”, concluyendo que la crisis de la izquierda mexicana  tiene que ver, sobre todo, con la conducción del PRD y la candidatura presidencial del 2012.

Planteamiento que a mi modesto entender, contribuye a generar una aún mayor confusión. ¿Quiénes son los infieles a descabezar? En el caso del “cascarón”, ¿estamos hablando de un vaso medio vacío o del vaso a medio llenar?

A mi juicio no es aceptable su análisis. Se justifica, por su juventud, no habiéndole tocado vivir la etapa en la que militar en la izquierda en México bajo las banderas del ideal socialista, representaba una forma de vida, con reciedumbre en principios y valores, no pocas penurias económicas, sacrificio personal y familiar  y, por cierto,  se pagaba con persecución y cárcel, en el mejor de los casos.

Confunde a la izquierda en México, de una muy larga data de lucha en la clandestinidad y, aunque dividida por diversos enfoques, corrientes, apego a Stalin o Trotsky, simpatía con la burocracia soviética, china o cubana, organizada en capillas de notables o pequeños partidos de cuadros, se coincidía ideológicamente en sustentar teoría y praxis en la lucha por el socialismo.

Lo que el ex legislador y dirigente perredista, conoce y se refiere como “izquierda en México”, es hoy otra cosa muy diferente. Integrada en sus inicios por lo ideológicamente más atrasado de las corrientes “socialistas” y “comunistas” del país, acogiéndose a la reforma electoral, acepta renunciar a la lucha por el socialismo y competir electoralmente bajo las reglas de su tradicional enemigo de clase; sin más bagaje ideológico que un reformismo pragmático y populista. Deja de ser expresión de la izquierda auténtica y, tras varios re acomodos de corrientes y tribus clientelares, termina por ser el Partido de la Revolución Democrática que todos conocemos.

La ideología socialista deja de ser amalgama enriquecedora, sin nada que le sustituya. El oportunismo, pragmatismo y corrupción, inscritas en las reglas del juego electoral oficial, se encargan de minar, dividir  y acelerar la muerte del recién aceptado socio incómodo. A lo largo de su breve existencia, el PRD ni es partido de cuadros ni partido de masas. Es apenas un mazacote, sin pies ni cabeza, tan clientelar y corrupto como sus homólogos y, de paso,  la expresión más débil de la trilogía que, conocida ya como “partidocracia”, desde el Congreso de la Unión y las gubernaturas estatales  está hundiendo al país. Asumiéndose a conveniencia como palero del mejor postor. Con la salvedad de que una cosa es la militancia de buena fe y otra, muy diferente y nefasta, la prostituida cúpula conductora a la que se refiere nuestro buen amigo Uriel Flores.

La competencia entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, con vías al 2012, no propicia la división al interior del PRD. Además de su fragmentación de origen, la fractura que hoy se expresa entre los antagonismos de los cuadros de dirección, a favor o en contra de las alianzas con el PAN, ya estaba dada de antemano. Después del 2006, la corriente mayoritaria de “los chuchos” se arregló con Calderón Hinojosa de espaldas al partido. Hoy día tenemos a un PRD partido en dos, el azul, de la corriente dominada por Jesús Ortega y su cercana cofradía, controlado  por la derecha,  y el de los tan irreverentes como ingenuos seguidores de Andrés Manuel López Obrador, que hacen mucho ruido pero aportan muy pocas nueces a la vida democrática y recuperación del partido.

Unos y otros hacen su propio juego. Marcelo Ebrard simplemente está prestándose, pragmáticamente, en su calidad de Jefe de Gobierno del Distrito Federal, al juego de “los chuchos”, más por razones de gobernabilidad de una de las urbes más complejas del mundo, que por aspiraciones viables a la candidatura perredista para la contienda por la presidencia de la República. Sabe bien y a eso me atengo en mi juicio,  que su presunto competidor, o recupera la conducción del PRD en el 2011, o lo manda al diablo, llevándose consigo a la militancia que le apoya. Sin ideología definida ni compromiso programático, el pragmatismo manda.

Y eso, con perdón del diputado Bernal, no tiene relación con la aún lejana elección presidencial, cuyos resultados dependen de lo que, a juicio de los poderes fácticos, estos  consideren como su mejor camino para el México a que aspiran. Es apenas un indicio del grado de descomposición que guarda nuestro sistema de partidos políticos y la democracia representativa en México. La crisis que vive éste reventará por el eslabón más delgado, el PRD.

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López Obrador le revira a «los chuchos» y su acuerdo de alianza con el PAN en Edomex

Nezahualcóyotl.- Andrés Manuel López Obrador confirmó que solicitará licencia como militante del Partido de la Revolución Democrática, luego de que este partido avaló formar alianza con el PAN para las elecciones en el Estado de México en 2011. Durante un mitin en la plaza municipal de Nezahualcóyotl, López Obrador reiteró a sus seguidores que él no va a salir del partido, “que los que se vayan sean ellos”, dijo en referencia al dirigente del PRD, Jesús Ortega y a los perredistas que apoyan las alianzas con Acción Nacional. En su discurso, el ex candidato presidencial respondió a la decisión que ayer tomó el consejo del PRD en el Estado de México y dijo sobre estas alianzas “que con su pan se las coman”. Milenio

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J. Enrique Olivera Arce

Teniendo en perspectiva la elección presidencial del 2012, tras un conflictivo proceso electoral que aún no concluye en Veracruz, cabe a mi juicio hacer algunas apreciaciones en torno a la alianza de Convergencia, PRD y PT en la entidad. En primer término, reitero que tal coalición no fue derrotada al participar en condiciones asimétricas en una “elección de Estado”, como afirma Dante Delgado Rannauro. Se derrotó a sí misma, habiendo nacido electoralmente muerta. En su oportunidad lo señalamos observando que a Convergencia le convenía más ir solo que mal acompañado; el cargar con el lastre del PRD y su alianza con el PAN en otras entidades federativas, anunciaba por anticipado la derrota en la elección de gobernador.

Al día de hoy, tras los resultados en las urnas, Convergencia se ha negado a una autocrítica seria y opta por el camino fácil de la impugnación, colgándose de los reclamos del panismo veracruzano que podrían o no prosperar en el Tribunal Electoral de la Federación. Mientras su principal coaligado, el PRD azul, festina las migajas que alcanzaran con su traición, a la par que desnuda una vez más ante la opinión  pública su oportunismo y desverguenza, anunciando un día la expulsión de “los traidores” y, al siguiente, la reivindicación de éstos atendiendo a necesidades de “rentabilidad electoral”. El PT, quizá por su insignificante presencia en Veracruz, simplemente da por concluida su participación en la alianza pactada.

Con todo el respeto que me merecen los veracruzanos honestos que de buena fe militan en los partidos coaligados, debo decirles que se pasan de ingenuos si asumen que, con estos,  Veracruz tendrá una participación destacada de la izquierda en la búsqueda de la presidencia de la República en el 2012. Si con anterioridad al proceso electoral del presente año, afirmara que el PRD era un cadáver viviente, hoy hago extensiva tal apreciación respecto a lo que queda de Convergencia y el PT. En la inteligencia de que pequé de igual ingenuidad, estimando que Dante Delgado Rannauro podría tener oportunidad de hacer un papel más decoroso en una elección a todas luces polarizada entre el partido de Calderón Hinojosa y el del gobernador Herrera Beltrán. El candidato de mi preferencia no sólo fue derrotado, también contribuyó con su equívoca estrategia a la percepción generalizada del derrumbe de las fuerzas de “centro izquierda electoral” en Veracruz.

Tal percepción generalizada es hoy punto de partida para lo que viene. O la militancia recobra el control de sus respectivos institutos políticos en un esfuerzo por democratizarles e inyectarles nueva vida, o los abandonan en busca de nuevas expectativas de participación política. No hay de otra, con la salvedad de que la elección presidencial del 2012 está a la vuelta de la esquina.

En este escenario entra el movimiento lopezobradorista, que en la entidad deberá optar en seguir manteniéndose al margen de la Izquierda electoral, supuestamente representada por el PT y el PRD,  ó sumarse al rescate desde abajo de estos partidos políticos, trabajando por la unidad de la izquierda en torno a un candidato presidencial único. No hay otra opción de participación electoral del lopezobradorismo bajo las condiciones impuestas por la  legislación vigente, salvo entregar la plaza al enemigo, dejando las cosas como están, o entrando en una alianza “contra natura” con el PRD azul o con el PRIAN.

Convergencia perdió su oportunidad en la izquierda para el 2012. Sin identidad propia que le distinga en el espectro político, se corrió a la derecha entregándose al PAN como uno más de sus satélites. El lopezobradorismo le pasará factura. Al tiempo.

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Tlaxcala. Candidata perredista declina en favor del PAN


A ocho días de los comicios para elegir gobernador, la candidata de la coalición Transparencia y honestidad por Tlaxcala (PRD-PT-Convergencia), Minerva Hernández Ramos, anunció que declina en favor de Adriana Dávila Fernández, abanderada de la alianza Por el progreso de Tlaxcala (PAN-Panal-PAC), con el compromiso de que ésta integrará a su plan de trabajo las propuestas de la perredista y de que habrá un cogobierno.  A la conferencia de prensa asistieron los dirigente nacionales de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y de Acción Nacional (PAN), Jesús Ortega y César Nava, respectivamente; y los dirigentes locales perredista y panista, Luis Roberto Macías Laylle y Benjamín Ávila Márquez, en ese orden.

Minutos antes del anuncio, frente a un hotel de la capital tlaxcalteca, auténticos perredistas se manifestaron afuera del edificio y calificaron de traidora a la senadora con licencia, al tiempo que celebraron que se haya quitado la máscara. La Jornada

Acabó la indefinición en el PRD; César Ulises toma el mando

Javier Salas Hernández. alcalorpolítico.com

Xalapa, Ver., 18 de octubre 2008.- A ochos meses de incertidumbre, este sábado César Ulises García Vázquez y Juan Carlos Krausse Rivera, presidente y secretario general, respectivamente, del Comité Directivo Estatal del PRD,  tomaron posesión.

El chuchinero en Veracruz

El chuchinero en Veracruz

García Vázquez hizo un llamado a la unidad y dejar atrás diferencias, rencores y divisiones que sólo conduce al deterioro de la imagen de ese instituto político, por lo que agregó que es innecesario buscar culpables de la caída que ha tenido el PRD.

Por ello, ya como líder estatal perredista convocó a los dirigentes municipales y estatales a colocar una fuerte dosis de voluntad política para recuperar el cauce institucional para dirimir las diferencias y hacer del debate interno la mayor fortaleza del partido.